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Mensajes por el derecho al aborto con motivo del Día Internacional de la Mujer

de Gloria Steinem, Cornel West, Harry Edwards, Robert Jones, Jr., Carol Downer

Nota de la redacción: Recibimos los siguientes mensajes a las protestas a favor del derecho al aborto organizadas por Rise Up 4 Abortion Rights (De Pie Por el Derecho al Aborto) el Día Internacional de la Mujer, de parte de organizadores de RiseUp4AbortionRights.org, y los pasamos a nuestros lectores.

Gloria Steinem

 

Gloria Steinem    Crédito: Wikipedia

Gloria Steinem

Ya que el deseo de controlar úteros y partos es la mera definición del patriarcado, el poder sobre el cuerpo de la mujer siempre ha sido primordial. La mañana después de la elección de Hitler, por ejemplo, su primerito acto fue echar llave a las clínicas de planificación familiar y calificar al aborto de un crimen contra el estado.

La libertad de tener o no tener hijos es una libertad al menos tan fundamental como la libertad de expresión, sin embargo, ya que su ausencia priva de libertad a la mujer en primer lugar, quizá no se considere fundamental para todos, masculino y femenino.

Les doy las gracias a todos los que se han reunido aquí hoy en defensa de esta libertad fundamental. No hay nada más básico ni importante para toda la vida en esta frágil Astronave Tierra. Estoy con ustedes, y también le doy gracias a mi amiga, Lori, por llevarles estas palabras.

Con amor y hermandad,

Gloria Steinem

Cornel West

 

Cornel West. Foto: Libros Revolución   

Cornel West

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Sunsara Taylor @Sunsara Taylor: Mi querido hermano @CornelWest
conecta poderosamente el #DerechoAlAborto con la lucha contra la TRIADA FASCISTA de la supremacía blanca, la supremacía masculina y el imperio estadounidense. L@s convoca a protestar el 8 de marzo #DíaInternacionaldelaMujer en la ciudad de Nueva York y a nivel nacional.

@riseup4abortion

Lugares: https://riseup4abortionrights.org/march-8th-action/


Harry Edwards

 

Harry Edwards    Crédito: Wikipedia

Harry Edwards

¡El embate a Roe contra Wade constituye una amenaza existencial — una amenaza a la existencia continuada— del deporte femenino! El deporte femenino avanzó sobre dos pies: la COMBINACIÓN del Título IX en 1972 Y Roe contra Wade en 1973. La desaparición de CUALQUIERA de los dos acabaría con la participación femenina en el deporte, pero lo más crítica es la preservación de Roe. ¡Se podría devastar el grupo de atletas femeninas potenciales ADEMÁS DE atletas femeninas activas! Desde que yo presenté por primera vez ese análisis en 2016, cada vez más atletas femeninas están despertando ante esa realidad — y ténganlo bien claro, ya es hora de que los ATLETAS MASCULINOS Y PROGRAMAS DEPORTIVOS MASCULINOS también se solidaricen con este movimiento — ¡no le conviene a nadie tener más bebés en el campus!

Harry Edwards es un sociólogo y activista de derechos civiles en Estados Unidos. Obtuvo su doctorado en la Universidad Cornell y es profesor emérito de sociología en la Universidad de California, Berkeley. La carrera de Edwards se ha enfocado en las experiencias de atletas afroamericanos.

Robert Jones Jr

 

Robert Jones, Jr.    Foto: Alberto Vargas / Rainriver

Robert Jones, Jr.

Me llamo Robert Jones, Jr., autor de la novela Los profetas y creador y curador de la comunidad de justicia social y redes sociales “Son of Baldwin” [Hijo de Baldwin].

Estoy escribiendo hoy para decir inequívocamente y sin reparos: la libertad reproductiva es el prerrequisito para cualquier nación que se atreva a calificarse de civilizada. La noción de que el estado tenga el derecho de impedir que cualquier persona con útero ejerza el control sobre sus opciones reproductivas no es simplemente sexista y misógina sino que también demuestra una hipocresía profunda — ya que el estado finge preocuparse por zigotos, embriones y fetos; pero claramente no se preocupa en absoluto por los niños de carne y hueso ni por las personas que los parieron.

La prueba está en el espantoso sistema de atención médica, las escuelas públicas en colapso, la vivienda inasequible, el envenenamiento del medio ambiente por las corporaciones y el gobierno, la inaccesibilidad de fuentes de alimentos sanos, etcétera.

Las personas con útero tienen el derecho existencial de no ser un instrumento del estado, ni incubadora viva, ni banda transportadora cuyo único propósito es producir en masa un flujo continuo de obreros y soldados para un país supuestamente “pro-vida”, empecinado en bombardear a naciones de gente negra y morenos (y en matar a niños negros y morenos) por todo el mundo y en robarse sus recursos en nombre de la “democracia”.

Las personas con útero deben ser protegidas contra el intento del estado de apuntalar el patriarcado capitalista supremacista blanco manteniendo una mayoría por medio de la crueldad de obligar a personas embarazadas a dar a luz sin importar sus propios deseos.

Esta es la definición de lo injusto. El carácter de una nación se define por su trato a su población marginalizada. Si eso es el caso, pues cualquier esfuerzo por interferir en la libertad reproductiva de una persona constituye la tiranía.

Vaya agallas de los gobiernos de cruzarse de manos (lo que implica, en efecto, solidarizarse) ante la negativa de las personas de adoptar medidas básicas para prevenir la propagación de Covid, una enfermedad que ha matado a casi un millón de personas solamente en Estados Unidos, mientras al mismo tiempo exigen que personas embarazadas que toman decisiones profundamente personales que no ponen en riesgo a otros se sometan a la voluntad del estado.

No se puede tolerar esto. ¡DERECHO AL ABORTO YA!

La novela de Robert Jones, Jr. Los profetas era un finalista para el Premio Nacional del Libro y el Libro Notable del año 2021 del New York Times.

Carol Downer

 

Carol Downer    Crédito: Wikipedia

Carol Downer

Hoy, el 8 de marzo, es el Día Internacional de la Mujer. Ya es hora de expresar nuestro aprecio para aquellas estadounidenses femeninas que eligieron abortar en los años desde 1973 cuando Roe contra Wade despenalizó el aborto temprano. Cuandoquiera que una mujer decidiera que llevar a término un embarazo particular sería imprudente o hasta catastrófico para ella o sus seres queridos, ella tomó medidas oportunas para buscar un aborto. Tomamos este momento para agradecer a cada una de estas mujeres por su comportamiento socialmente responsable. Nadie debe sentir vergüenza por haber abortado: de hecho ella tiene el derecho de enorgullecerse.

Penalizar o restringir el acceso al aborto resultará catastrófico. No solamente obstaculizará que las mujeres manejemos nuestras vidas, sino que desgarrará el tejido social de nuestra nación. Tenemos que luchar para impedir este desastre.

Poco tiempo nos queda. Tenemos que salir a las calles a protestar y organizar un movimiento concertado para demostrar al mundo que no aceptaremos una sociedad donde una persona tiene que ir a hurtadillas a fin de controlar el propio cuerpo de ella y sufrir enormes penurias y peligros para hacer lo que ella tiene que hacer.

Este movimiento de masas puede tener un impacto decisivo. Podemos insistir, e insistiremos, en el control de nuestra fertilidad, por los medios que sean necesarios.

Durante cincuenta años, las clínicas de mujeres han proveído abortos sanos y despenalizados. El conocimiento de la manera de practicar abortos se ha extendido entre la comunidad, y no se suprimirá. Además, durante los últimos cincuenta años, las mujeres, como individuos particulares, han aprendido sobre nuestro cuerpo con tal de usar y compartir métodos sanos de contracepción. Por lo tanto, usamos y compartimos métodos para sanamente hacer que baje la regla cuando se ha atrasado, si es necesario;

Al ponernos de pie para impedir directamente esta violación forzosa de los derechos femeninos a la privacidad, movilizaremos nuestras fuerzas para derrocar las fuerzas gubernamentales que desconsideran a la mitad de la población.

Carl Downer es una activista por los derechos reproductivos, co-fundadora de Feminist Women’s Health Centers, Directora: A New View of a Woman’s Body, Vicepresidenta de la Junta de Especialistas en la Salud de la Mujer, Redding and Chico, California