
Protesta de RefuseFascism.org in Washington, D.C. el 14 de junio
Durante las últimas dos semanas, el régimen fascista encabezado por Donald Trump ha andado a lo bestia peor aún que en sus notoriamente nefandos “primeros cien días”. Esto incluye, pero sin limitarse, a:
Episodio 252 de El Show RNL—¡Revolución, y Nada Menos!
- Intentos cada vez más descarados de fusionar las fuerzas armadas estadounidenses con el reino personal de Donald Trump, de usar esas fuerzas armadas contra cualquiera que protestara contra Trump, y para efectivamente remplazar el estado de derecho con el imperio de Trump. Estos intentos se concentraron en lo que querían que fuera un desfile amenazante y masivo del ejército estadounidense presidido por Trump en su cumpleaños ante las hurras de 200 mil MAGAmaníacos. (Vea aquí un clip al respecto en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!)
- Una embestida radicalmente intensificada y extremadamente brutal contra los inmigrantes, junto con asaltos violentos contra aquellos que protestaran o simplemente “estorbaran” estos ataques. (Vea aquí un clip al respecto en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!)
- Ataques judiciales y físicos contra miembros de la oposición en el Partido Demócrata que se oponen al ataque fascista violento sin ley contra los inmigrantes. (Vea: “Las crecientes amenazas, los ataques en contra de políticos demócratas indican un veloz avance hacia un gobierno fascista abierto por parte de Trump”)
- Amenazas de investigación de parte de comités congresales dominados por fascistas contra grupos asociados con las protestas contra el asalto antiinmigrante de parte de Trump o incluso grupos cuyo único “crimen” es proveer servicios sociales a estos inmigrantes — es decir, expediciones persecutorias diseñadas a estigmatizar e intimidar a estos grupos y posiblemente entramparlos en un proceso judicial.
- Al último, en una amenaza completamente inconstitucional, Trump dijo el miércoles 11 que cualquiera que manifestara contra el desfile militar programado para el sábado enfrentaría una “fuerza muy grande”. (Vea aquí la respuesta de Sunsara Taylor de RefuseFascism.org.)
Esto se ha topado con resistencia. Una resistencia amplia. A veces, resistencia poderosamente decidida.
- Durante días y de forma continua, cada vez más jóvenes se han puesto de pie contra el asalto antiinmigrante en particular. Han salido noche tras noche en Los Ángeles y otras partes de California, así como en Chicago, Nueva York y otras regiones. Además, las personas se han resistido a las redadas donde y cuando hayan ocurrido, interponiéndose en el camino del ICE en todo tipo de lugares diferentes, grabando y haciendo correr la voz a otras personas para que acudan. (Vea aquí un clip al respecto en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!)
- El viernes 6 de junio, y después con un impacto particular el viernes 13 de junio, veteranos de las fuerzas armadas estadounidenses viajaron a Washington, D.C. para protestar contra los recortes de beneficios para veteranos, el uso fascista de las fuerzas armadas en el suelo estadounidense, y en algunos casos importantes, para dar testimonio sobre la naturaleza criminal de lo que Estados Unidos hace por todo el mundo. (Vea aquí y aquí los posteos en Instagram de About Face.)
- Luego, el sábado 14 de junio, el mundo presenció un maremoto de protestas contra Donald Trump. Millones de personas en aproximadamente dos mil ciudades y pueblos salieron para denunciar a Trump y sus políticas. Muchos de los manifestantes, frecuentemente con sus letreros caseros, denunciaron al régimen por lo que es en realidad: fascista. Los manifestantes estaban feroces, regocijantes, decididos, enojados, angustiados y receptivos. Muchos profesaron una profunda convicción con lo que creían que eran los principios fundadores de Estados Unidos. Otros eran intensamente escépticos y furiosos sobre Estados Unidos — sea por su saqueo y despojo de Latinoamérica en el pasado (y presente), o el genocidio que los imperialistas estadounidenses continúan financiando y armando en Palestina. Pero cuando oían la consigna, “¡Que se largue Trump YA!”, personas de todo tipo de puntos de vista sumaban sus voces. (Vea Imágenes y voces de todo Estados Unidos, 14 de junio: las protestas del “Día Sin Reyes” en inglés.)

Washington, D.C., manta de Rechazar el Fascismo en frente de la Casa Blanca, 14 de junio de 2025. Foto: AP
Mientras tanto, en la propia capital Washington, D.C., en desafío audaz a la vil amenaza desvergonzada de Trump, Rechazar el Fascismo dirigió una marcha y mitin de más de mil personas hasta la propia Casa Blanca y de regreso por las calles de Washington, D.C. (Vea una cobertura de Good Morning America.) Personas que tienen muchos de los puntos de vista enumerados arriba dieron discursos poderosos que expresaban esos diferentes puntos de vista uniéndose en torno al carácter fascista del peligro, la urgencia de imposibilitar que el régimen siga gobernando, y el papel central de la resistencia masiva no violenta para lograr eso. (Vea los discursos de la vocera de Rechazar el Fascismo Sunsara Taylor y exmiembro del consejo municipal de Asbury Park, Nueva Jersey Jim Keady.) Más noche, al otro lado de la ciudad, Trump pasó revista a su desfile militar en frente de un público extrañamente apagado.
Más de un comentarista televisivo calificó este día de “pantalla dividida” — y en términos de la fuerza abrumadora de números y de certidumbre moral, ese día el lado que actúa por los intereses de la humanidad anotó un avance grande. Esto demuestra que millones de personas aborrecen de corazón a Trump y al movimiento fascista que él encabeza y representa.
Pero la realidad es que, los fascistas aún están en el poder. Controlan las ramas ejecutivas y legislativas, han llenado a la Corte Suprema de los suyos, y cada vez más tratan de forjar a las fuerzas armadas a su imagen fascista. Quizá el sábado 14 les haya tomado por sorpresa, pero como perro rabioso, pueden volverse más peligrosos cuando se sienten arrinconados. La verdad básica es: están en una misión ideológica y política de reconfigurar toda la sociedad, y hace falta derrotarlos por completo y sacarlos del poder. Ya es hora de redoblar nuestros esfuerzos con urgencia y de volver a redoblarlos.
Aquellos millones que marcharon el sábado representan, más que nada, potencial: el potencial de convertir nuestra indignación y nuestras aspiraciones colectivas en una misión enfocada: ¡que se largue el régimen fascista de Trump YA! Pero, para realizar ese potencial, aquellos millones necesitan un entendimiento mucho más claro del carácter fascista de este régimen, así como del hecho de que quizá llegue a ser muy tarde. Necesitan comprender mejor las profundas raíces de este fascismo en esta sociedad1. Necesitan captar más claramente las diferentes formas en que una resistencia masiva no violenta podría revolverse con los conflictos y las crisis intensificadas a la cima de la sociedad para lograr esa misión2. Necesitan estar organizados en Rechazar el Fascismo en torno al entendimiento claro lo que encarnan las consignas centrales de Rechazar el Fascismo: “En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista”, y “¡Que se largue el régimen fascista de Trump YA!” Necesitan entender cómo hacer frente a esquemas de dividir-para-conquistar e impedir que dividan e incapaciten la resistencia necesaria3. Necesitan conocer la verdadera posición de los revcom, no sólo de unir a todos los que se pueda unir para derrotar a este fascismo, sino de hacer nacer una forma totalmente nueva de vivir y un sistema fundamentalmente diferente4.
En conclusión, se necesita movilizar a las personas que salieron con tanta determinación para poner alto a Trump el sábado pasado para que permanezcan en las calles, intensifiquen la lucha contra estos viles fascistas y, especialmente, salgan en grande del 1º al 4 de julio en las acciones a las que ha convocado Rechazar el Fascismo, con un enfoque especial en Washington, D.C.
En los millones de personas que salieron el sábado, en toda su diversidad inspiradora y en su mezcla de humor encantador y muchísima seriedad, podemos captar el potencial profundo; pero se requiere de todos nosotros para realizar ese potencial.
Qué tipo de futuro le toca a la humanidad dependerá de lo que usted —y decenas de miles de personas como usted— hagan ahora.