16 de octubre de 2023. A medida que Israel intensifica su asedio genocida a Gaza, cortando los alimentos, el agua, la electricidad, el combustible, arrasando vecindarios enteros, asesinando en masa a miles de palestinos, entre ellos cientos de niños, dejando sin hogar a cientos de miles, y preparando una invasión para cometer crímenes aún peores —con el apoyo total de Estados Unidos y supuestamente con la “justificación” de represalia por los bárbaros ataques de Hamás contra israelíes (incluidos muchos civiles)—, es urgente que la gente se ponga de pie en contra.

Las protestas contra la matanza de palestinos a manos de Israel respaldada por Estados Unidos necesitan crecer, extenderse y sacudir al mundo entero. En serio, ¿cómo se puede permanecer al margen cuando millones de personas inocentes son víctimas del hambre, el terror, los bombardeos y la expulsión de sus hogares? Cuando se escucha el discurso sanguinario de los sionistas, el lenguaje nazi que utilizan para describir a los palestinos como “animales”, ¿cómo es posible no hacer todo a su alcance para detener el genocidio que se está desenvolviendo ante sus ojos? ¿Cómo es posible que la lógica sionista (y de Hamás) de que “nuestro sufrimiento justifica el suyo” no desgarre toda fibra moral de su cuerpo y le haga gritar ¡NO! ¿Y cómo es posible que no quiera buscar una salida a esta locura?

Con esta postura, los revcom acudimos a una gran manifestación propalestina el sábado 14 de octubre en Los Ángeles.

Fuimos a alzar la voz contra los monumentales crímenes de los imperialistas estadounidenses y de Israel, y a llevar el mensaje urgente de que existe un camino a seguir para la humanidad: UNA REVOLUCIÓN REAL para derrocar este sistema capitalista-imperialista, y un líder Bob Avakian (BA) que ha trazado ese camino. NO a la matanza de alta tecnología estadounidense-israelí en nombre de la “democracia”. NO a la teocracia religiosa reaccionaria de Hamás. Necesitamos un mundo totalmente distinto, en el que un pueblo, una nación, un género, una religión deje de dominar y oprimir a otro. Esto es posible, y más aún en estos tiempos intensos y horrorosos, pero únicamente si crecientes cantidades de personas le entran y adopten la estrategia, la visión y la dirección para una revolución emancipadora que Bob Avakian ha desarrollado.

A esta luz, nuestro principal objetivo era invitar y retar a todas las personas en esta manifestación cuyos corazones se están desgarrando debido a lo que está pasando a nuestros hermanos y hermanas en Gaza a acudir al evento ESTE martes, 17 de octubre Proyección de unas selecciones de las Entrevistas con BA en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!, y a descubrir por sí mismos cómo el mundo podría ser totalmente diferente y cuál es su papel al respecto. 

Llevamos material visual y volantes para el acto de Los Ángeles, así como volantes con el comunicado de los revcom sobre la situación actual en Israel y Palestina. Llevamos una gran pancarta llamativa con nuestros lemas, dejando clara nuestra postura y aquello por lo que luchamos:

Estados Unidos e Israel: ¡Fuera las manos del pueblo palestino!

Israel: ¡DETENGA el genocida estado de sitio y guerra contra los dos millones de palestinos atrapados en Gaza! ¡El imperialismo estadounidense: DEJE de armar de manera sangrienta a Israel!

Hamás no es una fuerza para la liberación — ¡El pueblo palestino necesita una revolución real!

¡La gente del mundo necesita una revolución REAL y una forma completamente nueva y emancipadora de vivir!

En cuanto colocamos la pancarta, la gente empezó a tomarle fotos y a pedirnos volantes. Desgraciadamente, subestimamos el número de volantes que necesitábamos y las ganas que tenía la gente de saber a qué íbamos, ¡porque repartimos todos nuestros volantes (800 de cada uno) antes de que empezara la marcha! Un rapero palestino se paró a grabar un vídeo musical delante de nuestra pancarta.

Miles de personas se echaron a la calle, empezando por el consulado israelí en el oeste de Los Ángeles y marchando hasta el edificio federal. La mayoría de los asistentes eran palestinos, con muchas familias, muchos jóvenes llenos de energía y muchas banderas palestinas. También había muchos musulmanes de otras partes del mundo. Se presentaron algunos iraníes que apoyan al pueblo palestino y también se oponen a la República Islámica de Irán. Había muchos jóvenes y estudiantes de distintas nacionalidades. Algunos judíos expresaron explícitamente su oposición al sionismo. Apareció mucha gente del movimiento de “izquierda”, como algunas personas progresistas decentes y de mente abierta, así como unos cuantos odiadores contrarrevolucionarios. También salió un pequeño número de sionistas pro-Israel que acudieron a trolear la protesta, y se dieron algunas escaramuzas.

En general, el mensaje de los organizadores de la manifestación llamaba a una “Palestina libre” y a una “revolución intifada” (intifada es una palabra árabe que significa “deshacerse a sacudidas” y se refiere a los levantamientos del pueblo palestino), aunque no dejaban en claro qué querían decir con eso ni cuál sería el objetivo de esta intifada-revolución. Muchos de los oradores enfatizaron que “la resistencia está justificada” —¡que sin duda lo está!— pero muy pocos, si es que hubo alguno, denunciaron los brutales e injustificados ataques de Hamás contra los no combatientes (incluido el secuestro de civiles y el asesinato de cientos de jóvenes en un festival de música), que no tiene ninguna relación con la resistencia y en realidad es extremadamente perjudicial para la lucha que se necesita. Los organizadores de la protesta sí denunciaron a Biden y el papel de Estados Unidos al respaldar a los crímenes de Israel, pero no llamaron a una revolución real en Estados Unidos, en las entrañas de la bestia. En la multitud había coros en este sentido, así como algunos cánticos religiosos islámicos.

Una vez terminado el mitin, empezamos a hacer agitación a la multitud con un sistema de sonido, hablando visceralmente de los horrores de lo que se está desenvolviendo en Gaza, el papel de los Estados Unidos (el opresor más grande en el mundo), la necesidad de una revolución real para derrocar este sistema capitalista-imperialista (en Palestina, y sí, aquí mismo en Estados Unidos.), y la importancia de entrarle a BA y asistir al evento del martes, porque BA tiene una manera de hacer caer este monstruo, romper este ciclo de venganza y crear un mundo donde una parte de la humanidad ya no oprima a otra parte. Dejamos clara nuestra oposición tanto a Estados Unidos-Israel como a Hamás, dejando claro al mismo tiempo que Estados Unidos (siendo Israel su perro de ataque en el Medio Oriente) es el principal enemigo de la humanidad. Citamos a Bob Avakian sobre los dos significados de “nunca jamás”, y que la lección del Holocausto tiene que ser nunca jamás para nadie, no “hemos sufrido, por lo que cualquier cosa que hagamos a otros, incluso el genocidio, está justificado”. 

En su inmensa mayoría, la gente respondió de manera muy poderosa a la agitación, a menudo aplaudiendo y pidiendo volantes. La gente se nos acercaba curiosa por saber más sobre lo que entendíamos por una revolución real. Mucha gente dijo que estaba de acuerdo en que necesitamos otro camino, en oposición a Estados Unidos-Israel y Hamás. La cuestión de “nunca jamás para nadie” tocó especialmente la fibra sensible de la gente. Al igual que la visión de una revolución total, incluida la emancipación de las mujeres. De hecho, muchas de las personas que parecían más atraídas por nuestro mensaje eran mujeres.

Al mismo tiempo, también había mucha gente, especialmente jóvenes palestinos, que apoyaban a Hamás. A veces era porque creían empecinadamente en el fundamentalismo islámico. Pero a menudo era porque decían que Hamás era el único que se enfrentaba a Israel. Yo discutía con estas personas sobre el tipo de sociedad por la que lucha Hamás, y ¿si realmente quieren vivir en una teocracia religiosa fascista, como Irán, donde detienen a las mujeres e incluso las matan por no llevar el hiyab correctamente? ¿No hemos tenido lo suficiente de la supremacía judía en el estado de Israel, por qué aspirar a la supremacía musulmana? Les hablaba de la historia de Hamás y de que en realidad contó inicialmente con el apoyo de Israel al servicio de sus intereses. Sobre todo, les decía que sí, que claro que sí el pueblo palestino tiene el derecho (y el deber) de oponer resistencia y luchar contra sus opresores, pero que si se utiliza el tipo de medios brutales que utiliza Hamás, de atacar intencionadamente a civiles, eso es emular a sus opresores y se les da una “justificación” para que ataquen con una fuerza mil veces más grande. En marcado contraste, les dije que Bob Avakian, BA, ha luchado contra la idea de que “los fines justifican los medios”, e insistí en que los medios que utilizamos tiene que ser coherentes con los fines de abolir todas las formas de opresión, y les invité a acudir a conocer más sobre BA y esta revolución el martes en la proyección especial de las entrevistas con él. Ni que decir que mis palabras fueron un reto y muy distintas a todo lo que habían oído antes, pero tenían muchas ganas de conversar y debatir estas cuestiones.

Un par de grupúsculos de “izquierdosos” que se hacían pasar de “policías de la política de la identidad” se nos acercaban continuamente para decirnos que no teníamos derecho a criticar a Hamás porque no éramos palestinos, e insistían en que pidiéramos “permiso” a los palestinos antes de poner ese lema en nuestra pancarta. Yo les decía a ellos, y a cualquiera que estuviera escuchando cerca, que, en primer lugar, no todos los palestinos piensan igual, y no todos quieren vivir bajo una teocracia opresiva. Y lo que es más importante, no pedimos “permiso” a los israelíes para denunciar los crímenes israelíes, y no pedimos permiso a nadie para decir la verdad. ¿Creen que Hamás es una fuerza de liberación? No tenían nada sustancial que decir al respecto, y volvieron a caer en calumnias de nivel aún más bajo, revelando que todo su propósito no es cambiar el mundo, sino pasar su tiempo dictando sobre qué partes de la realidad se permite conversar y por quiénes, y atacarnos por no “permanecer en nuestro carril”. En oposición a estos oportunistas, la inmensa mayoría de la gente estaba en esta protesta porque quería hacer algo, y determinar qué se puede hacer, respecto a estas atrocidades.

Vendimos seis entradas en el acto para las entrevistas con Bob Avakian: cuatro a palestinos y otras personas del Medio Oriente, principalmente porque estaban de acuerdo con la agitación y los lemas de la pancarta y porque tenían un sentimiento visceral de que esta dinámica mortal de imperialismo contra yihad no es la respuesta, y porque querían informarse sobre la revolución de la que habla BA. Una mujer de El Salvador con la que conversé me dijo que conocía los crímenes de Estados Unidos en su propio país y en todo el mundo. También se consideraba feminista y estaba de acuerdo con la crítica a Hamás. Estaba angustiada por el ciclo de odio y violencia y planteó la cuestión de si era posible una revolución no violenta. Le expliqué que las personas que manejan este sistema nunca renunciarían a su poder sin dar una lucha. Al mismo tiempo, Bob Avakian ha enfatizado que es decisiva la forma en que se libra esta lucha, y que esta revolución no puede tratarse de la venganza —algo que únicamente nos mantendrá atrapados en la misma situación y cosas peores—, sino que de veras tiene que tratarse de la emancipación de toda la humanidad. Y este es el núcleo del nuevo comunismo que él ha desarrollado. Ella adquirió una entrada y dijo que iba a comentarlo con sus amigos.

Una vez más, como dije al principio: es crucial que las protestas en apoyo del pueblo palestino crezcan y se extiendan y sacudan al mundo entero. En serio, ¿cómo se puede permanecer al margen cuando millones de personas inocentes son víctimas del hambre, el terror, los bombardeos y la expulsión de sus hogares? Cuando se oye el discurso sanguinario de los sionistas, el lenguaje nazi que utilizan para describir a los palestinos como “animales”, ¿cómo es posible no hacer todo a su alcance para detener el genocidio que se está desenvolviendo ante sus ojos? ¿Cómo es posible que la lógica sionista (y de Hamás) de que “nuestro sufrimiento justifica el suyo” no desgarre cada fibra moral de su cuerpo y que le haga gritar ¡NO! ¿Y cómo es posible que no quiera buscar una salida a esta locura? En serio. Éntrele en Bob Avakian.

Si está cerca de Los Ángeles, despeje su agenda y asista al evento del martes. Participe con los revcom. ¿Qué podría ser más importante?