La Tierra era un planeta en llamas en 2023:

• los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) que provienen de la quema de carbón, petróleo y gas y que elevan las temperaturas globales, continúan fluyendo hacia la atmósfera y alcanzaron nuevos niveles en 2023¹;

• Un mes tras otro a lo largo del verano de 2023, las temperaturas en la tierra y el mar no solo alcanzaron niveles récord, sino que batieron récords de hasta qué punto batían los antiguos récords;
• el clima extremo (los incendios devastadores, los huracanes, el calor insoportable) expulsó a las personas de sus hogares y medios de vida en todo el mundo y de manera aguda en el Sur Global;

• los océanos suben de nivel a medida que el Ártico y la Antártida se calientan y se derriten enormes capas de hielo, y los océanos se vuelven más cálidos y ácidos a medida que absorben calor de la atmósfera y absorben cada vez más dióxido de carbono, lo que amenaza a la vida en los océanos.

Todo esto es producto del sistema del capitalismo-imperialismo. Las consecuencias devastadoras de esta situación para las personas y el planeta ahora, y para las personas y el planeta en el futuro a medida que continúe el cambio climático, son casi incalculables. Un informe científico afirmó: “Estamos entrando en un ámbito desconocido en lo que respecta a nuestra crisis climática, una situación que nadie nunca ha presenciado de primera mano en la historia de la humanidad”². 

A partir del 30 de noviembre, representantes de 195 de los estados del mundo se reunieron para la COP28 (la 28ª Conferencia de las Partes). La COP anual es la única reunión de casi todos los gobiernos del mundo con el propósito declarado de abordar qué hacer con respecto al cambio climático. La funesta realidad es que estos gobiernos se han reunido una y otra vez, proclamando hipócritamente que lo único que quieren es hacer frente al cambio climático, mientras que sus planes concretos siempre han sido quemar, quemar, quemar combustibles fósiles. Y a pocos días de iniciada la COP28, de 13 días de duración, ya se pueden ver los contornos de por qué, una vez más, no se hará lo que se debe hacer para salvar el planeta.

Estas conferencias tienen un doble carácter. Por un lado, son farsas obscenas de promesas vacías y promesas de frenar el calentamiento global, mientras este sistema capitalista-imperialista precipita al planeta hacia la catástrofe. Tengamos presente que la acción más básica y más fundamental que se debe tomar ahora mismo para evitar el desastre climático es recortar y eliminar de manera inmediata y masiva la producción de combustibles fósiles. Pero eso no ha estado en ninguna de las agendas de la COP... ¡de hecho, ha sido descartado de la agenda!

Por otro lado, estas conferencias son escenarios en los que las grandes potencias imperialistas, como Estados Unidos, China y los imperialistas de Europa occidental, utilizan la política climática para librar rivalidades entre sí para obtener ventajas globales Y utilizan su poder financiero y tecnológico para dictar términos para cómo los países oprimidos del Sur Global se “adaptarán” —bajo la dominación imperialista— a esta crisis que se acelera.

Mire quién auspicia y preside la Conferencia Mundial sobre el Clima de este año

La reunión de este año tiene lugar en Dubái, una ciudad-estado que forma parte de los Emiratos Árabes Unidos, uno de los principales productores de petróleo del mundo. El presidente de la reunión es Ahmed Al Jaber, quien también es ministro de Industria y Tecnología Avanzada de los Emiratos Árabes Unidos y director de operaciones y director general del grupo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi. Y unos días antes de la inauguración de la COP28, se publicaron documentos de esa empresa que describían los planes de utilizar su posición en la COP28 para cerrar acuerdos para vender más petróleo con los países que asistirían a la COP28.

Pusieron a un importante ejecutivo petrolero al frente de una reunión que debía limitar la producción y quema de petróleo, y surgieron documentos secretos que revelaban planes internos para vender todo el petróleo que pudieran en la reunión. Algunos llamaron a esto “corrupción”, y es más o menos la definición de trato corrupto.

Pero si miramos debajo de la superficie, lo que veremos es que Al Jaber está manejando el espectáculo, porque el sistema capitalista-imperialista ha tenido un control estrangulador fuerte sobre la COP1, COP2, COP3... y, de ser posible, un control aún más fuerte sobre la COP28. Y la mano del imperialismo estadounidense está justo en el centro de todo el proceso. No se trata simplemente de que Estados Unidos sea el emisor histórico número uno de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que Estados Unidos sea el productor más grande de petróleo y gas en el mundo y que está estableciendo nuevos récords de producción este año, que Estados Unidos esté ampliando la extracción de petróleo en tierras federales. Lo que se ve aquí es que Estados Unidos está ejerciendo activamente su poder para mantener la quema de combustibles fósiles en el centro de la economía global: el enviado principal de Estados Unidos para el clima, John Kerry, fue uno de los partidarios más firmes y decisivos de poner a Al Jaber a cargo de la Conferencia.

Estados Unidos no paga casi nada a las víctimas de su destrucción climática

Una cuestión que supuestamente está abordando la COP28 es la injusticia expresada en el hecho de que los países imperialistas han aportado muchísimos más gases de efecto invernadero a la atmósfera que los países del Sur Global, pero son esos países los más afectados por los desastres meteorológicos, y los que tienen menos recursos para hacer frente a esta situación porque han sido saqueados — por los países imperialistas. Tan sólo uno de los muchos ejemplos en todo el mundo fue el ciclón tropical Freddy en febrero y marzo de este año. Afectó a Mozambique y Malaui (dos países en el sudeste de África), dejando a 679 personas muertas en Malaui y 165 en Mozambique, y más de 659.000 personas fueron expulsadas de sus hogares.

Cuando en la COP27 de 2022 surgió la cuestión de las “pérdidas y daños”, que se refiere a la ayuda a TODOS los países devastados por el cambio climático, Estados Unidos se comprometió a pagar unos miserables 24,5 millones de dólares. Esto es una tres milésima (1/3.000) de los 75.700 millones de dólares que figuran en la última propuesta de Biden para financiar la guerra imperialista en Ucrania y el genocidio en Israel³.

Estados Unidos es responsable de aproximadamente una cuarta parte del total de gases de efecto invernadero que hay en la atmósfera y que están impulsando el cambio climático y destrozando el planeta, y se niega a hacer ni una mierda por lo que ha causado. Kerry, cuando testificó ante un comité del Congreso en julio, dejó esto muy claro. A Kerry se le preguntó si Estados Unidos debería tener que “pagar a algún otro país porque sufrió una inundación o un huracán”. Antes de que el congresista pudiera terminar la pregunta, Kerry intervino diciendo: “No. Bajo ninguna circunstancia”, y agregó: “¿Por qué no pongas un signo de exclamación al lado también⁴?” 

¡Las reducciones radicales en la quema de combustibles fósiles deben comenzar ahora!

En esta época de peligro extremo y acelerado para el planeta debido al cambio climático, estamos viendo advertencias cada vez más contundentes por parte de los climatólogos de que deben comenzar ahora las reducciones radicales en la quema de combustibles fósiles si se quiere evitar la grave amenaza al clima y al medio ambiente.

Un informe importante que salió poco antes de la COP28, el Informe sobre la brecha de producción⁵, comparó los planes de los principales países productores de energía con lo que se necesita para mantener los aumentos de la temperatura global por debajo de 1,5 grados Celsius (la cifra que, según los científicos, no se puede superar de manera segura sin graves consecuencias). El informe hizo sonar la alarma sobre cómo los gobiernos planean producir en 2030 más del doble de la cantidad de gases de efecto invernadero de lo que se necesita para mantener el aumento de las temperaturas globales por debajo de 1,5.

Después de más de 35 años en que los climatólogos han presentado pruebas convincentes ante el mundo de que el cambio climático es un grave peligro y que la quema de combustibles fósiles es la fuerza impulsora que lo provoca; después de una conferencia internacional sobre cambio climático tras otra (¡esta ES la COP 28!), lo mejor que se le ha ocurrido a este sistema es seguir quemando combustibles fósiles a un ritmo desastroso, con Estados Unidos a la cabeza.

El capitalismo-imperialismo no puede detener el cambio climático: ¡necesitamos una revolución!

En esta intensa situación salta a la vista la ruindad de la COP28 y del sistema imperialista detrás de ella. CleanTechnica dijo: “... los informes de esta semana indican que [la COP28] quizá sea poco más que un espectáculo de perros y ponis, una conferencia engañosa con la intención de convencer a los ignorantes de que se están tomando medidas serias para reducir el uso de combustibles fósiles, mientras que tras bambalinas, se están fraguando tratos secretos…⁶”

La verdad es que la COP28 ES, en algunos aspectos importantes, un “espectáculo de perros y ponis”. Pero la realidad más profunda y funesta es que el problema no es que la COP28 sea “corrupta” sino que el sistema global entero de capitalismo-imperialismo no planea hacer nada concreto para detener el cambio climático y, en lo aún más fundamental, NO PUEDE detener el cambio climático.

¿Por qué? En resumen, la producción, el control y la quema de combustibles fósiles son fundamentales para el funcionamiento rentable de la economía capitalista-imperialista entera y la forma en que las grandes potencias, y muy especialmente Estados Unidos, controlan el mundo. Esto no significa que la humanidad no pueda responder al cambio climático. Un sistema socialista fundamentalmente nuevo y radicalmente diferente, creado por medio de una revolución real, PODRÍA hacerlo. Pero el SISTEMA ACTUAL no lo puede hacer. Como dijo Bob Avakian en Lo BAsico 1:29, a este sistema y a sus gobernantes “…no les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos.... Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta”.

Las razones subyacentes por las que este sistema no puede dejar de destruir el medio ambiente se han abordado a fondo en los escritos y discursos de Bob Avakian y en artículos de nuestra página de recursos sobre el medio ambiente. Instamos a las personas a explorar a fondo este material. Nos enfrentamos a riesgos existenciales en cuanto a si la gente se enfrenta a la realidad concreta de lo que este sistema le está haciendo al medio ambiente y que se pone a trabajar con los revcom ahora en la preparación para hacer una revolución para crear un sistema fundamentalmente diferente.

¡Un mundo completamente diferente es posible, y debemos luchar con urgencia por él, a partir de ahora!

Ya es tarde. El planeta se está cambiando de maneras que aterrorizan a los científicos⁷. En la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian, se puede encontrar un marco para una sociedad socialista que pone la emancipación de la humanidad y el cuidado del medio ambiente al centro de su funcionamiento económico y político. Este mundo es posible y se necesita con urgencia, y es la única oportunidad que tiene la humanidad de salvar nuestro planeta y sus diversos ecosistemas. En Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente de los revcom (comunistas revolucionarios), se halla una síntesis crucial y un llamado urgente para hacer esto una realidad:

Una economía completamente diferente: para satisfacer las necesidades fundamentales y servir a los intereses más elevados

Con la nueva economía socialista, todos contarán con una garantía de empleo, y la gente ya no estará obligada a trabajar, en condiciones de explotación roba-vidas y aplasta-almas, para crear riqueza para los parásitos capitalistas. Se convertirán la tecnología y otros medios para crear riqueza en propiedad común de la sociedad, y el gobierno los utilizarán, de manera planificada, para satisfacer las necesidades de las personas para una vida decente, digna de los seres humanos, tanto de manera material como intelectual y cultural, sobre una base en continua expansión, y para llevar adelante la transformación revolucionaria de la nueva sociedad y del mundo entero, con el objetivo final de emancipar a toda la humanidad. La nueva economía socialista no operará sobre la base de cadenas de suministro global de explotación y saqueo de los recursos del planeta. Se dará atención sistemática y continua al desarrollo de la economía sobre una base ambientalmente sustentable. Se utilizarán las ideas y propuestas de las masas de personas como un recurso importante en la planificación y el desarrollo de la economía socialista. Se desencadenará el potencial creativo de las personas —el que con tanta frecuencia se sofoca bajo este sistema del capitalismo-imperialismo— a fin de contribuir a las metas emancipadoras.

Y:

Con la urgencia que requiere la situación

DECLARAMOS Y EXIGIMOS:

Es necesario abolir y desmantelar el sistema capitalista-imperialista y las instituciones de gobierno existentes en Estados Unidos — y reemplazarlos por un nuevo sistema socialista basado en la CONSTITUCIÓN PARA LA NUEVA REPÚBLICA SOCIALISTA EN AMÉRICA DEL NORTE.