El 19 de octubre, el New York Times —una voz del sector liberal no fascista de la clase dominante— publicó una columna de opinión de un profesor conservador de gobierno llamado Jon A. Shields que sostiene que “Es posible transigir un acuerdo duro pero real sobre el aborto”.

Shields argumenta que dos extremos han dominado la lucha sobre el aborto: aquellos que se oponen a todo aborto y aquellos que insisten en el “aborto a solicitud y sin pedir disculpas”. Pero declara que “la mayoría de los estadounidenses están a favor de que el aborto sea legal sólo en ciertas circunstancias”: lo aceptan en el embarazo temprano pero no en etapas tan avanzadas como ahora lo protege el dictamen de la Corte Suprema en 1973 que despenalizó el aborto hasta aproximadamente las semanas 22 a 24 del embarazo. Por lo tanto, Shields pregunta, ¿por qué no permitir que la Corte Suprema revoque Roe contra Wade y apruebe la prohibición del aborto en Misisipí después de las 15 semanas de embarazo, la cual la Corte considerará el 1º de diciembre del año en curso, en forma de transigencia? Después de todo, él declara, la mayoría de los estadounidenses “apoyan la restricción del aborto al primer trimestre, aproximadamente el límite que Misisipí pone”.

¿Por qué no transigir sobre el aborto? ¡Porque las mujeres son seres humanos plenos! No se debe permitir que el estado las convierta forzosamente en máquinas incubadoras, en ninguna etapa del embarazo.

En este momento, al pender de un hilo el futuro de las mujeres y niñas, toda la sociedad debe sacudirse con protestas de masas, desobediencia civil, paros y expresiones culturales del rechazo a la escalada de restricciones del derecho de las mujeres al aborto y a zampar de manera violenta hacia atrás a las mujeres. Debe estallarse el debate de masas sobre ¿qué tipo de sociedad es ésta bajo la cual vivimos, donde este derecho más fundamental de las mujeres podría ponerse a debate en primer lugar, ni hablar de estar bajo una embestida salvaje de parte de fanáticos cristianos igualitos al Talibán en su odio a las mujeres y su perspectiva de la Edad de Tinieblas? Y esta situación, ¿qué nos dice sobre hacia dónde se encamina esta sociedad — y qué hay que hacer realmente para lidiar con eso?

En cambio, la mayoría de las personas que se preocupan por las mujeres ni siquiera se dan cuenta de que este ataque está ocurriendo. Y demasiadas personas que sí lo saben aconsejan la claudicación y la transigencia.

Por esta razón, como parte de llegar a tener la claridad necesaria para transformar esta situación, adentrémonos más en lo que tiene de incorrecto el argumento de Shields

Primero, la lucha sobre el aborto no se trata de pesar el valor de dos individuos —el feto y la mujer— como Shields sostiene. Se trata de la esclavización o la liberación de las mujeres.

El feto NO es una persona. Nunca. En ninguna etapa del embarazo.

La mujer SÍ es una persona. Siempre. En toda etapa de su vida, incluido si se embaraza y cuándo se embaraza.

La única razón por la que el aborto es tema de una controversia aparentemente interminable es que el aborto (junto con los contraceptivos, que también están bajo ataque) permite que la mujer ejerza una pizca de control sobre su vida reproductiva. Cuando la mujer pueda decidir por sí misma cuándo tener o no tener hijos, puede participar más plena y libremente en la sociedad más amplia.

Eso es lo que en realidad odian los fanáticos fascistas cristianos antiaborto que impulsan la guerra contra el derecho al aborto. Eso es lo que ellos se han emperrado en erradicar. Y existe un poderoso movimiento —de otras fuerzas en las estructuras gobernantes de Estados Unidos que encuentran útil este programa de reacción revanchista patriarcal, así como muchas personas en la población en general que están impregnadas de la tradición patriarcal y la misoginia revanchista — que está peligrosamente cerca de hacer esto una realidad.

Aún antes de entrar en vigor la prohibición casi total del aborto en Texas en septiembre, y aún antes de que la Suprema Corte considere en diciembre triturar por completo las protecciones al aborto a nivel nacional, las restricciones anti aborto, de la mano con el hostigamiento diario y la violencia sostenida de parte de los fanáticos fascistas cristianos, ya han clausurado cientos de clínicas del aborto por todo Estados Unidos, han aterrorizado y asesinado a doctores y proveedores del aborto, y han avergonzado, engañado y coaccionado a un sinfín de mujeres para que tuvieran hijos en contra de su voluntad. En oposición a este horror cada vez peor, las mujeres necesitan sin excepciones el ¡Aborto a solicitud y sin pedir disculpas!

En segundo lugar, el argumento de Shields a favor de transigir debido a lo que “la mayoría de las personas” piensan no es más que una tapadera populista de la claudicación cobarde a la esclavización femenina.

Lo que “la mayoría de las personas” quizá piensen —o lo que quizá sea posible ganarlas u obligarlas a aceptar— NO determina lo que es cierto ni lo que es justo.

En cierto punto, “la mayoría de las personas” en la sociedad de Estados Unidos pensaban que las personas negras eran seres subhumanos a los cuales había que esclavizar en las condiciones más horrorosas. Posteriormente, tras la forzosa terminación de la esclavitud mediante una guerra (y no por un voto mayoritario), “la mayoría de las personas” pensaban que se debía mantener a los negros bajo una nueva forma de subyugación por medio de nuevas formas de terror. Eso no hizo que fuera correcto, ni hace que sea correcto. En cierto punto, “la mayoría de las personas” pensaban que se debía asesinar a los pueblos que originalmente habitaban este continente y despojarlos de sus tierras. Posteriormente, “la mayoría de las personas” pensaban que se debía acorralarlos en reservas en condiciones degradantes y someterlos a un genocidio cultural. Eso no hizo que fuera correcto. De hecho, en cierto momento “la mayoría de las personas” pensaban que la mujer debía ser tratada como la propiedad del esposo. Eso tampoco hizo que eso fuera correcto. Y si la mayoría de las personas llegaran a pensar eso de nuevo, lo que es el objetivo de los que están detrás del movimiento anti aborto, pues eso AÚN NO haría que fuera correcto.

Bob Avakian (BA), el líder revolucionario y arquitecto del nuevo comunismo, ha identificado como “epistemología populista”¹ el pernicioso modo de pensar que claudica ante “lo que la mayoría de las personas piensan”, en vez de luchar por lo que es objetivamente cierto. En su libro Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, BA deja en claro el enorme daño que hace este enfoque:

Para que la humanidad avance más allá de un estado en que “no hay razón como la del bastón” —y en que en última instancia la situación se reduce a las relaciones de poder bruto—, se requerirá, como elemento fundamental de este avance, un enfoque hacia el conocimiento de las cosas (una epistemología) que reconoce que la realidad y la verdad existen objetivamente y no cambian en conformidad con (ni dependen de) diferentes “narrativas” y cuánta “autoridad” tenga una idea (o “narrativa”) ni de cuánto poder y fuerza se pueda ejercer en nombre de cualquier idea o “narrativa” particular en cualquier momento dado. (Lo BAsico 4:10)

La VERDAD es que las mujeres son seres humanos plenos, y no incubadoras, a las cuales hay que facilitar que participen cabalmente en la sociedad y que tomen sus propias decisiones sobre si quieren tener hijos y cuándo tenerlos. ¡Hay que combatir y no claudicar ante el enorme sentimiento antiaborto odia-mujeres el que el movimiento fascista cristiano ha venido logrando azuzar durante décadas (con el respaldo, en gran parte, de miles de años de nociones patriarcales de que la maternidad debe ser el principal deseo de la mujer)! Una vez más, la mujer NO es incubadora y el feto NO es un bebé.

Por último, Shields sostiene que la actitud defensiva sobre el aborto ha persistido a pesar de la “presión de parte de compañeros en pro del derecho a decidir de ofrecer el aborto a solicitud y sin pedir disculpas” y que esto comprueba que el aborto innatamente suscita una reacción negativa. Pero la realidad es la opuesta. Llegamos a esta situación horrenda debido a años tras años de claudicación abyecta.

Es importante que algunos de nosotros, en especial aquellos que seguimos a Bob Avakian que ha puesto al descubierto de manera sistemática el núcleo odia-mujeres del movimiento antiaborto y ha demostrado que la liberación de las mujeres requiere una libertad reproductiva completa, hemos luchado durante décadas por el Aborto a Solicitud y Sin Pedir Disculpas.

Pero durante demasiado tiempo, por otro lado, los “líderes” de la corriente establecida que están atados al sistema del capitalismo-imperialismo bajo el cual vivimos han buscado “puntos en común” con los fascistas y han cedido la autoridad moral a los odia-mujeres. Esto se inició con la insistencia de parte de Bill y Hillary Clinton en los años 1990 en que el aborto debe ser “seguro, legal y poco común”, como si el aborto tuviera algo de malo. Continuó mediante las campañas de Planned Parenthood de insistir en que impiden más abortos que nadie más, una vez más, como si el aborto tuviera algo de malo. Continúa hoy con aquellos que insisten en que “el aborto es cuidado médico”, como si fuera el cuidado médico en abstracto que estuviera bajo ataque en vez del derecho fundamental de las mujeres a que las traten como seres humanos plenos. Y continúa cuando las “dirigentes” de la Marcha de las Mujeres regañan a los manifestantes por calificar la maternidad obligatoria de la “esclavización femenina” como si otra cosa impulsara este ataque contra el derecho al aborto más que el anhelo al estilo de la Edad de Tinieblas de esclavizar a las mujeres.

¿Cómo llegamos a este momento… y qué hay que hacer?

Tras poner al descubierto lo que tienen de mal los tres argumentos esenciales hechos por Shields, hay que hacer preguntas aún más grandes y abordarlas: ¿Cómo llegamos a esta situación donde, en esta sociedad dizque “moderna”, nos encontramos en el umbral de un contragolpe forzoso que empujaría hacia atrás a las mujeres —a la mitad de la humanidad— a manos de los odia-mujeres más rastreros, y la supuesta oposición se ocupa poniendo pretextos para esta catástrofe y embelleciéndola? Y, ¿qué hay que hacer?

La verdad es que la sociedad en la que vivimos —basada el sistema subyacente del capitalismo-imperialismo y configurada por él— tiene el patriarcado entretejido en sus cimientos y funcionamiento. Es importante que, debido a los cambios económicos profundos que han incorporado a muchas mujeres en la fuerza de trabajo así como en la lucha determinada de las mujeres contra su opresión, se hayan dado cambios importantes en la familia y en la posición de las mujeres en la sociedad en las últimas décadas. Pero la familia patriarcal sigue siendo la piedra angular de la forma en que se cría a los niños, se cuida a la gente de la tercera edad, se albergan y se alimentan las personas, y la forma en que se lega la riqueza y la posición social de una generación a otra, al mismo tiempo que la familia patriarcal ha experimentado grandes tensiones y cambios que están desgarrando la cohesión de la sociedad.

Como Bob Avakian examina mucho más profundamente en su Declaración de Año Nuevo y en otras partes ², un sector de los gobernantes y una amplia base de la población nunca se han conciliado con estos cambios en la posición de las mujeres, y hoy los impulsa una determinación obsesionada a revocar violentamente todo ello. Están convencidos de que de hacer otra cosa arriesgaría que la sociedad a la que aman se desintegre. Y este vil patriarcado es esencial para su embestida fascista más amplia de volver a imponer la abierta supremacía blanca, xenofobia, dominación irrestricta de Estados Unidos Ante Todo en el mundo, negación de la ciencia, hostilidad hacia el estado de derecho, y todo el programa fascista que ha llegado a dominar al Partido Republicano Fascista de Trump.

Pero Bob Avakian también ha demostrado, sobre una base científica, no solamente que poner fin al patriarcado y a la supremacía blanca y a otras formas de opresión requiere el derrocamiento de este sistema, sino también que esta revolución es posible. Ha escrito una Constitución para la nueva sociedad revolucionaria que no sólo garantiza el derecho fundamental de las mujeres al aborto y a los contraceptivos, sino que desencadena y apoya la lucha para firme y finalmente arrancar de raíz y abolir todas las formas del patriarcado, junto con todas las otras relaciones opresivas. Y BA ha analizado vivamente, en su artículo ESTE ES UN MOMENTO POCO COMÚN EN QUE LA REVOLUCIÓN SE VUELVE POSIBLE — POR QUÉ ES ASÍ, Y CÓMO APROVECHAR ESTA OPORTUNIDAD POCO COMÚN y de otras maneras, que es precisamente en este momento cuando las viejas normas y estructuras de la sociedad están desgarrándose que de hecho se podría madurar y hacer una revolución.

Las personas que no quieren ver que se mantiene forzosamente a las mujeres en el pasado tienen que DEJAR de tratar de transigir con los fascistas los cuales no se apaciguarán ni cederán hasta que logren forjar a golpes a toda la sociedad de acuerdo con su visión horripilante y destruyan y castiguen a todos los que se les oponían. Tenemos que librar una lucha sin transigir por el aborto a solicitud y sin pedir disculpas al mismo tiempo que elevamos la vista y nos organizamos para la revolución capaz de ganar un futuro digno de la humanidad. No habrá ningún retorno a lo que una vez se consideraba “normal”, ni debemos querer eso. Como dice Bob Avakian en su artículo MOMENTO POCO COMÚN:

En lugar de ser una cola del burro demócrata —con sus esfuerzos por mantener en marcha este sistema monstruoso, y lidiar con el creciente peligro fascista, apoyándose en los “procedimientos normales” de este sistema y los fútiles esfuerzos por “curar las divisiones” que se están profundizando día a día—, es necesario que las personas trabajen para la revolución que se necesita con urgencia, y lidien con el peligro fascista como parte de hacer eso.

¡SIN TRANSIGIR CON LA ESCLAVIZACIÓN FEMENINA!

¡ABORTO A SOLICITUD Y SIN PEDIR DISCULPAS!

¡DESENCADENAR LA FURIA DE LAS MUJERES COMO UNA FUERZA PODEROSA PARA LA REVOLUCIÓN!