Aunque la invasión rusa a Ucrania es totalmente injustificada y reaccionaria, y debería ser objeto de oposición política, el “redoble del tambor” del presidente ucraniano Zelensky para pedir a Estados Unidos/la OTAN que (intente) instituir una “zona de exclusión aérea” sobre Ucrania es extremadamente temerario y francamente intolerable. Si esto se hiciera, Estados Unidos estaría obligado a derribar cualquier avión ruso que entrara en esta zona. Ese derribo constituiría un acto de guerra, con consecuencias imprevisibles.
Piénselo por tan sólo un minuto. Semejante guerra directa entre Estados Unidos/OTAN y Rusia podría convertirse rápidamente en una Tercera Guerra Mundial, llevando a la destrucción y a la muerte a una escala mucho, mucho más allá de lo que está sucediendo ahora, incluso muy posiblemente el uso de armas nucleares que, a su vez, podría conducir a la extinción de la humanidad en su conjunto. ¿Cómo posiblemente se beneficiaría el pueblo ucraniano, o cualquier otro? Teniendo ello en cuenta, “extremadamente temerario” e “intolerable” es lo menos que puede decirse al respecto.
Lo que añade más dimensiones a este peligro muy real es que los instrumentos de propaganda imperialista en Estados Unidos (que se llaman “medios de comunicación tradicionales”) siguen “desahogando” conversaciones sobre esta noción de una “zona de exclusión aérea” — o más recientemente, la idea de una “zona” de este tipo sobre partes de Ucrania occidental, donde un aparato del gobierno ucraniano previamente existente en retirada intentaría establecer un estado “rabadilla” para servir de base para llevar a cabo una insurgencia en contra de lo que Rusia instalara como gobierno, si capturara Kyiv/Kiev. En este escenario, este estado “rabadilla” sería, por supuesto, respaldado por Estados Unidos / la OTAN, que luego casi seguramente los metería en una guerra directa con Rusia, ya que sería muy poco probable que Rusia permitiera la existencia de semejante estado “rabadilla” rival.
Y cabe señalar —escalofriantemente— que aunque, en su mayor parte y como expresión claramente dominante (al menos por ahora), esta idea de una “zona de exclusión aérea” ha sido “derribada” (si se me permite la expresión) por la administración Biden y la mayoría de los demás políticos, de ambos partidos (así como los funcionarios de la OTAN), existen algunas excepciones, como Joe Manchin (que se niega a descartar esa “zona de exclusión aérea”) y Adam Kinzinger (sí, el del Comité del Congreso del 6 de enero) quien efectivamente ha estado promoviendo —o contemplando con seriedad— esta noción de (intentar) una “zona de exclusión aérea”.
Los revolucionarios, junto con toda persona decente que de veras se preocupe por el futuro de la humanidad —y en el caso de que la humanidad tenga siquiera un futuro—, no sólo tienen que tomarse estas conversaciones muy en serio, sino oponérseles cada vez que surjan con una dosis completa de la realidad que acabamos de esbozar y desafiar a cualquiera que hable de boca para fuera de esto para que se saque la cabeza de su culo y empiecen a pensar en la humanidad en lugar de tragarse —y propagar— el veneno mental imperialista.
FORO DE EMERGENCIA: GUERRA EN UCRANIA
¿Qué pasa?... ¿Por qué pasa?... ¿En qué quedan los intereses de la humanidad?...
Y ¿QUÉ TIENE QUE VER CON LA REVOLUCIÓN QUE LA HUMANIDAD NECESITA CON TANTA URGENCIA?
(vídeo en inglés)