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¿Bastión de ilustración o matón para el imperialismo?

El caso de ISRAEL
Cuarta parte

“El caso de Israel — ¿Bastión de ilustración o matón para el imperialismo?

¿Qué es la historia del estado israelí?

¿Qué papel desempeña Israel en el mundo actual?

¿Qué es la verdadera historia del pueblo palestino, y de su desposesión de la tierra en que vivía durante siglos?

¿Qué es la relación entre Estados Unidos e Israel?

Durante las últimas semanas, fuerzas israelíes fuertemente armadas han reprimido con lujo de violencia a protestas valientes de palestinos en la Franja de Gaza. Han matado a por lo menos 30 personas, y han herido a más de 2.500. Las protestas continúan y están movilizando para el 15 de mayo, el aniversario de 70 años desde la fundación de Israel por medio del desarraigo violento de tres cuartos de la población palestina y el robo de sus tierras. Los palestinos conmemoran el 15 de mayo como el Nakba — el “Catástrofe”.

En el contexto de estas protestas, Revolución da inicio a la serialización de una edición especial publicada en 2010, “El caso de Israel — ¿Bastión de ilustración, o matón para el imperialismo?” (Primera parte, Segunda parte, Tercera parte) Las cuestiones que aborda son más importantes que nunca.

[Publicado originalmente 10 de octubre de 2010]

Después del Holocausto, lo peor que le ha pasado al pueblo judío es el estado de Israel.

Bob Avakian, Lo BAsico 5:12

 

Estados Unidos ante los retos de la posguerra…

Como se señaló, la Segunda Guerra Mundial debilitó a los antiguos imperios coloniales como Gran Bretaña, Francia, Japón, Holanda, etc., y además hizo que los pueblos colonizados entraran a la vida política. Se intensificaron las luchas revolucionarias en Asia, sobre todo en China, pero también en Vietnam, y en cosa de unos años triunfó la revolución en China. Los comunistas dirigían las luchas más consecuentes de estas luchas de liberación nacional, tal como en China. Más allá de eso, se dio un gran auge de nacionalismo secular, en lugares como Indonesia, Irán, varios países latinoamericanos y “el mundo árabe”.

En el Medio Oriente, el representante más prominente del nacionalismo secular era Gamal Abdul Nasser, en Egipto. Nasser subió al poder con promesas de oponerse a las potencias imperialistas y poner fin a las décadas de humillación y subyugación colonial y neocolonial de Egipto.

En ciertas ocasiones, Estados Unidos se alineó con las luchas de liberación nacional en tanto cuña para dejar fuera a los rivales. Por ejemplo, en la guerra de 1956 entre Israel, Francia e Inglaterra de un lado y del otro, Egipto. En ese año, Nasser tomó medidas para nacionalizar el canal del Suez, una acción legítima en vista de que el canal, después de todo, estaba en Egipto. Después de la guerra, este canal asumió mayor importancia porque la exportación del petróleo cada vez más valioso y de importancia estratégica desde el Medio Oriente llegó a componer la mitad del tráfico por él. Francia, Inglaterra e Israel respondieron invadiendo a Egipto, e Israel hizo avances militares rápidos dentro de Egipto. Estados Unidos (y la Unión Soviética) presionaron a los invasores, incluyendo a Israel, para que dieran marcha atrás. Todo eso era parte de establecer que ahora Estados Unidos llevaba la batuta en la región (y en el mundo). En un sentido limitado y cortoplacista, las aspiraciones nacionalistas de Nasser coincidieron con los objetivos estratégicos de Estados Unidos.

Pero en lo principal, en materia de estrategia Estados Unidos veía un obstáculo en los movimientos nacionalistas seculares, como el de Nasser. Se esforzaba para socavarlos y/o eliminarlos, a menudo mediante golpes de estado militares con aval de la CIA, tal como en Irán, Guatemala e Indonesia, que dejaron cientos de miles de muertos. A mediados de los años 1960, la influencia y poder de Nasser fueron bloqueados y anulados, entre otros factores, por el mayor patrocinio estadounidense a Israel.15

Un importante movimiento de liberación nacional que surgió en esos años era el del mismo pueblo palestino. Éste había resistido el dominio del Imperio Otomano y se alzó en armas contra el dominio británico después de la Primera Guerra Mundial. En milicias y otras formas de resistencia valiente, los palestinos lucharon contra la Nakba. Pero la lucha pasó a nuevos niveles en el contexto del repunte revolucionario mundial de los años 1960. Las organizaciones guerrilleras palestinas lanzaron una lucha armada contra Israel con el objetivo de crear un estado laico (no religioso) y democrático en toda Palestina. La lucha del pueblo palestino atrajo un amplio apoyo por todo el mundo (ver “La resistencia palestina”).

…y forja una “relación especial” con Israel en la guerra fría

Mediante la Nakba y la guerra de 1956, Israel se fortaleció como potencia militar en el Medio Oriente. Como tal, todas las potencias del mundo lo miraban como un agente valioso. Cuando Estados Unidos dio pasos para establecer su dominación en la región y en el mundo, empezó a cuajarse la “relación especial” entre Estados Unidos e Israel.

En las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, se aglutinó un campo socialista en oposición al capitalismo mundial. Pero ese bloque tuvo corta vida. En los años 1950, los seguidores del camino capitalista, o sea, los representantes políticos de las poderosas relaciones del capitalismo que quedaban en la sociedad socialista, subieron al poder y restauraron el capitalismo en la Unión Soviética. La restauración del capitalismo ahí y el ascenso del social-imperialismo soviético fue todo un acontecimiento. Durante décadas, la contienda entre Estados Unidos y este imperialismo rival y su esfera de influencia en Europa Oriental y otras partes llegó a moldear una buena parte del terreno geopolítico.

Este conflicto, la “guerra fría”, tuvo un papel profundo en la definición del papel de Israel y su relación con las ambiciones y requisitos de Estados Unidos.

Un factor fundamental de la “relación especial” entre Estados Unidos e Israel fue la aplastante victoria israelí en la “Guerra de Seis Días” de 1967, cuando éste invadió y ocupó a grandes partes de Jordania, Siria y Egipto. Los pensadores en estrategia del gobierno estadounidense tomaron nota. Aunque Estados Unidos trabajaba para patrocinar a otros aliados en la región (de mucha importancia, el brutal Sha de Irán, a que instauró en un golpe de estado de la CIA en 1953), Israel sobresalió como un activo de valor único para Estados Unidos en tanto el “líder del mundo libre”, o sea, el jefe del bloque de imperialistas occidentales.

En 1967, por primera vez Estados Unidos le vendió cazas de combate de punta a Israel y así estableció el principio de su apoyo al dominio militar cualitativo israelí sobre los países árabes.

En las siguientes décadas, una buena parte de la “relación especial” entre Estados Unidos e Israel se forjó en el marco de la contienda global entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Los nuevos imperialistas soviéticos aprovecharon la reputación antiimperialista que el país se adjudicó cuando era socialista, junto con la ayuda económica y militar, para granjearse influencia en los gobiernos de Asia, África y América Latina. Tenían el objetivo de conseguir un punto de apoyo con el que contender con Estados Unidos. La guerra de 1973 entre Israel, y Egipto y Siria (que en Israel y el occidente se llama la “Guerra de Yom Kippur”), tuvo importantes elementos de una guerra de sustitutos entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En ese entonces, Egipto se acercaba a un alineamiento con los soviéticos y recibía mucho equipo y asesoría militar de los soviéticos, y Siria estaba fuertemente aliada con el bloque soviético.

Una dinámica similar sirvió de trasfondo para la sanguinaria guerra israelí de 1982 con aval estadounidense contra el Líbano. Durante los años 1980, el Líbano sirvió de base de apoyo para las fuerzas palestinas pero también un punto focal de la contienda entre las fuerzas alineadas con Estados Unidos y el régimen sirio respaldado por los soviéticos y otras fuerzas con inclinaciones pro-soviéticas en la región. Esa guerra tuvo un efecto devastador sobre la población civil. Los cazas de combate israelíes lanzaron un bombardeo generalizado sobre la capital libanesa, Beirut.

Durante la invasión de Líbano en 1982, las fuerzas militares israelíes rodearon y acordonaron los campamentos de refugiados Sabra y Chatila en Beirut mientras sus aliados libaneses masacraron de 750 a 3500 personas. El ejército israelí y las fuerzas aliadas ocuparon el sur de Líbano por 18 años.

Desde mediados de los años 60 hasta el derrumbe de la Unión Soviética, la relación estratégica entre Estados Unidos e Israel fue en gran parte definida por el choque de las superpotencias rivales de Estados Unidos y la Unión Soviética. Israel urdió el ascenso al poder de Idi Amin en Uganda y, cuando ya no le era útil, aceleró su ocaso, y facilitó la matanza genocida de parte de los escuadrones de la muerte guatemaltecos, a fin de golpear a los países o fuerzas en esas regiones alineados con los soviéticos. Con frecuencia Israel suministraba ayuda militar a regimenes parias con que Estados Unidos no quería asociarse abiertamente pero que jugaban papeles críticos en contrarrestar la influencia soviética, como el régimen de apartheid de Sudáfrica. Las páginas centrales de este número de Revolución documentan tales crímenes en todo el mundo.

El fin de la guerra fría: La evolución de la “relación especial” entre Estados Unidos e Israel

El derrumbe de la Unión Soviética fue un suceso sin precedentes que puso de cabeza las relaciones económicas, militares y de poder.16 Un resultado inesperado de ese derrumbe fue el ascenso de las mismas fuerzas jihadistas que Estados Unidos había apuntalado para luchar contra los soviéticos en Afganistán. Tras el derrumbe de la Unión Soviética, esas fuerzas se volvieron en contra de la superpotencia restante, los Estados Unidos. Aunque el fundamentalismo islámico no desafía a la dominación imperialista de naciones oprimidas, sí plantea un reto a la matriz general de relaciones globales que Estados Unidos domina.

Con el surgimiento del desafío fundamentalista islámico a la dominación imperialista yanqui en el Medio Oriente, el papel de Israel se ha cambiado para servir a las necesidades norteamericanas en ese conflicto. En 2006 Israel lanzó una invasión masiva contra el Líbano para atacar principalmente a Hezbolá, unas fuerzas islámicas alineadas con Irán (vea el artículo “Suenan con más fuerza cada día tambores de guerra para un ataque israelí contra Irán”). La invasión israelí mató a más de mil personas, desplazó a más de un millón de personas y cubrió al Líbano con más de un millón de bombas de fragmentación antipersonales que todavía lisian y matan a agricultores y niños libaneses.

El imperialismo yanqui cuenta con Israel en su equipo, pero éste le causa problemas al dueño

En muchas partes del mundo y de manera muy intensa en el Medio Oriente, el desplazamiento y la actual opresión del pueblo palestino y otros crímenes de Israel hace que ese país sea el blanco de indignación y enojo tremendo. Ese es un gran problema para Estados Unidos cuando pretende contrarrestar las fuerzas islámicas en su contra e imponer regímenes pro Estados Unidos en lugares como Irak y Afganistán.

La indignación generalizada contra Israel pone en una posición difícil y hasta precaria a los regímenes reaccionarios pro-yanqui en la región como Arabia Saudita, Egipto y Jordania. Y los fuertes vínculos entre Estados Unidos e Israel dan oportunidades que las potencias rivales pueden aprovechar en su contienda con Estados Unidos.

Cuando el general estadounidense (ahora comandante en Afganistán) David Petraeus le dijo al Comité del Senado sobre las Fuerzas Armadas: “Las hostilidades duraderas entre Israel y algunos de sus vecinos presentan claros retos a nuestra capacidad de promover nuestros intereses en el área de responsabilidad”, identificaba una contradicción real para la clase dominante de Estados Unidos.

No ha resultado fácil para Estados Unidos negociar un acuerdo que integraría a los palestinos en algo parecido a una situación estable y al mismo tiempo satisfacer lo que los israelíes consideran su necesidad de dominación sin rival y un estado totalmente sionista. Esto sigue siendo un punto delicado en la región y el mundo. Mientras Israel recurre a medidas cada vez más extremas para reprimir a los palestinos, se vuelve más aguda esta contradicción.

Sin embargo, mientras Israel sigue siendo miembro del equipo yanqui, le causa problemas al dueño del equipo, de maneras profundas. A pesar de problemas reales, incluso en ocasiones diferencias importantes, la “relación estratégica” única entre Estados Unidos e Israel continúa porque desde la perspectiva del imperialismo estadounidense, no existe una alternativa real en la cancha de juego respecto al papel que juega Israel en el Medio Oriente y por todo el mundo.

Mientras Estados Unidos esté atascado profundamente en guerras por todo el Medio Oriente, el rol de Israel es más crítico que nunca. En un artículo de opinión, el representante estadounidense Steve Rothman (un demócrata “liberal” y partidario firme de Obama) explicó: “Un aliado estratégico en particular ha sobresalido siempre de entre los demás: el estado de Israel”. Señaló que Israel le proporciona a “Estados Unidos importante ayuda de seguridad en el Medio Oriente y a través del mundo”. Afirmó Rothman que “sin nuestra asociación con las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel, el ejército israelí], Estados Unidos podría tener que apostar 100.000 tropas más de manera permanente en esa parte del mundo para compensar la protección de los intereses estadounidenses y la inteligencia vital que Israel le proporciona a Estados Unidos”.17

Una razón de por qué Israel le es tan importante a Estados Unidos es que es el único país en la región donde el gobierno pro-estadounidense cuenta con una base social numerosa. Dicha base social leal, por su parte, descansa, en gran parte, sobre el papel histórico y la posición actual de Israel en la “cadena alimenticia” mundial — es decir, las formas en que se beneficia de la relación parasítica del imperialismo con las naciones oprimidas del mundo. Ciudadanos israelíes que emigraron de Europa gozan de un estándar de vida alto en términos de casas bonitas, buenos salarios y acceso a artilugios y lujos. Israel les consiente el boato de la democracia burguesa: permite que se compitan en elecciones varios sionistas rabiosos contra algunos críticos moderados del gobierno que aceptan los términos del sionismo, mientras suprime violentamente cualquier política que se oponga al sionismo.

En pocas palabras, con su arsenal nuclear masivo, su tecnología al nivel europeo o estadounidense y un sector importante de la población alistado en la “lógica” e inmoralidad del sionismo, Israel juega un papel irremplazable en la imposición de los intereses estadounidenses.

Por estos factores, es muy difícil que el imperialismo estadounidense cambie la “relación especial” entre Estados Unidos e Israel, especialmente en este momento, a pesar de que el apoyo estadounidense a Israel provoca más oposición contra Estados Unidos en la región y crea tierra fértil para la jihad fundamentalista islámica.

Se necesita: Resistencia… y una ruptura radical del marco

Israel fue, y es, construido literalmente sobre la sangre, los huesos, la tierra y las casas del pueblo palestino, robados por medio de una limpieza étnica terrorista que constituye un enorme crimen legal y moral. Como tal, el estado de Israel es ilegítimo, y es imposible encontrar alguna justicia —para nadie— dentro del paradigma del estado sionista. Ese estado fue producto del sistema global de capitalismo-imperialismo y juega un papel especial en imponerlo.

Reconocer la ilegitimidad de Israel no constituye una “perspectiva palestina”, ni tampoco es “anti-judío” de ninguna manera. Como se explicó anteriormente en este artículo, la existencia de Israel no es algún tipo de “justicia” por los crímenes del Holocausto, sino un producto del mismo sistema que tramó el Holocausto. Israel no es una solución a la opresión milenaria del pueblo judío como judíos, sino al contrario, un estado colonizador y un instrumento del imperialismo. Como tal es justo e imprescindible oponérsele.

Durante los últimos años, un número creciente de personas a través del mundo y dentro de Estados Unidos, indignadas por los crímenes israelíes, se han lanzado a la protesta política. Las protestas universitarias han tenido un impacto importante. Actos y manifestaciones solidarios, incluyendo la Marcha por la Libertad de la Gaza, la Flotilla por la Libertad de la Gaza, actos del Movimiento Solidario Internacional y de otros han sonado el clarín ante el mundo y han dado ánimos a la resistencia palestina. Actividades pro-BDS (boicot, desinversión, sanciones) han elevado el conocimiento, han generado el debate y controversia necesarios y han presionado a Israel políticamente — especialmente en las universidades.

Este movimiento de oposición a Israel y sus crímenes está creciendo, y hay que ampliarlo más. Esto urge aún más ahora que Israel amenaza con librar una guerra contra Irán y sigue librando una embestida represiva día tras día contra los palestinos, sin que se anticipe un fin. Hace falta mucho más protesta y debate sobre la naturaleza y el papel de Israel. El propósito de este número especial de Revolución es contribuir a esa meta, y poner un reto ante todos, en particular los estudiantes, a investigar las raíces de los crímenes israelíes en un sistema global de explotación y opresión, y a conectarse y entrarle al movimiento para eliminar dicho sistema.

 

15. Hoy los gobernantes de Egipto sirven de títeres de Estados Unidos que colaboran con Estados Unidos e Israel en la opresión de los palestinos. Egipto es el tercer receptor de la “ayuda” estadounidense (después de Irak e Israel) y una buena parte de ésta costea un enorme aparato de represión. [regresa]

16. Busque más sobre ese suceso y sus consecuencias en “Los grandes retos de la nueva situación” y Forjar otro camino. Ambas obras están en línea en http://revcom.us/chair_s.htm y la segunda se vende en forma de folleto, y son de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. [regresa]

17. “U.S.’s Valuable, Strategic Relationship with Israel”, del representante Steve Rothman, The Hill, 3 de junio de 2008. [regresa]

Bringing Forward Another Way 600

 

Forjar otro camino es una versión editada de un discurso de Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, pronunciado ante un grupo de partidarios del Partido en 2006. Es un recurso trascendental para entender a fondo lo que realmente se trata “la guerra estadounidense contra el terror” y cómo generar una fuerza positiva en el mundo que se oponga a tanto el imperialismo occidental como la yihad islámica.

Lea el discurso completo | Texto completo en pdf

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Para un análisis de la naturaleza y el papel de Israel, vea el número especial de Revolución / revcom.us: El caso de ISRAEL: ¿Bastión de ilustración O matón para el imperialismo?

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