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UNA REVOLUCIÓN REAL —
UNA VERDADERA OPORTUNIDAD DE GANAR

Seguir desarrollando la estrategia para la revolución

En la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, como una importante aplicación del nuevo comunismo que he venido desarrollando a lo largo de varias décadas, hablo directamente del hecho de que todo lo que hacemos ahora debe tener por objeto algo muy definido: una situación revolucionaria. En ese discurso (así como en varias otras obras), he detallado los aspectos centrales de una situación revolucionaria, incluido el elemento crucial de un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas, en el contexto de una crisis profunda para todo el sistema. Aquí, quiero concentrarme en lo siguiente de la misma (segunda) parte de “Por qué nos hace falta/cómo concretamente podemos”:

tenemos que trabajar a partir de esa futura situación [revolucionaria] hacia atrás, a partir de lo que se requeriría en ese momento —cómo se tendría que librar la lucha total— para tener una verdadera oportunidad de derrotar a las fuerzas violentas poderosas de este sistema1.

De ahí sigue, en la Segunda parte, una discusión de los principios centrales que tendrían que guiar a las fuerzas revolucionarias que librarían semejante lucha total, cuando se hayan gestado las condiciones para semejante lucha. Pero, por supuesto, el problema de derrotar concretamente a las poderosas fuerzas violentas de represión de este sistema (y a las fuerzas contrarrevolucionarias que se aliarían con ellas), incluso en las condiciones radicalmente cambiadas y más favorables de una situación revolucionaria, representa un reto difícil y complicado. Así que, incluso ahora —cuando aún no existen las condiciones necesarias para esta lucha total— es necesario, y de gran importancia, continuar bregando con la teoría y el concepto y principios estratégicos relacionados con eso.

La lucha contra el fascismo ahora y la futura lucha total

La cita a continuación aborda una dimensión importante de todo esto — hablando de los retos de oponerse al régimen fascista de Trump y Pence y su “base”, y la relación de eso con el objetivo fundamental de la revolución para deshacerse de este sistema en su conjunto que ha engendrado este fascismo:

Lo que se necesita con urgencia es una lucha masiva contra el fascismo del régimen de Trump y Pence y una oposición decidida a la “base” que está movilizando para apoyarlo. Hay que librar esta lucha de manera seria, de acuerdo con lo que concretamente está en juego — sin buscar ni iniciar la violencia, pero además, sin dejarse intimidar de modo que se someta a las acciones de los fascistas.

Y lo que se necesita, al trabajar hacia la solución fundamental de todo esto, es librar esta lucha antifascista como parte de impulsar —“acelerar”— el desarrollo de las cosas hacia el momento en que sea posible llevar a cabo la revolución, la lucha total, para finalmente acabar con todo este sistema del capitalismo-imperialismo, con todos los horrores que ya ha engendrado para las masas de la humanidad —y los horrores aún peores que desatará si se le permite continuar— cuando todo eso es completamente innecesario y existe la base y la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mucho mejor2.

Es necesario que acelerar y hacer preparativos para el enfrentamiento revolucionario proceda, y esté procediendo, de acuerdo con los principios básicos para la revolución que están concentrados en el 5-2-6, incluido el Punto 6 de los Seis Puntos de Atención para la Revolución:

Nosotros trabajamos para un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas3.

Al mismo tiempo, es notable que las amenazas de violencia, y los actos violentos concretos, de parte de golpeadores fascistas, muchas veces fuertemente armados, no han logrado intimidar a las personas para que dejen de protestar con justeza contra el racismo institucionalizado y el terror policial, y de hecho en ocasiones grupos disciplinados de personas negras han hecho acto de presencia para dejar muy en claro que defenderán a los manifestantes contra los ataques de estos golpeadores fascistas. Y es importante tener claramente en cuenta lo siguiente, especialmente en vista de las amenazas y las inclinaciones a cometer violencia de parte de los golpeadores fascistas que han atacado a manifestaciones e incluso han irrumpido en edificios gubernamentales mientras portaban fusiles:

A un grado importante ahora, el conflicto entre los sectores sociales defensores de este fascismo y los que se le oponen, desde varias perspectivas diferentes, está configurando el terreno sobre el cual hay que llevar a cabo la lucha para la revolución; es probable que este conflicto se intensifique, y podría estallar más en enfrentamientos violentos, y en todo caso, sería un factor importante en el contexto de una lucha total entre la revolución y la contrarrevolución4.

Continuando en consonancia con lo que eso dice, es posible que en cierto momento este “conflicto entre los sectores sociales defensores de este fascismo y los que se le oponen” incluso conduzca (o se desenvuelva) hacia la lucha total, en combinación con la agudización y la intensificación de otras contradicciones clave. Además, este conflicto probablemente influiría en las posiciones con las que se inclinaran a alinearse diferentes sectores de la población, dentro de diferentes instituciones, (o las posiciones a las cuales se les podría ganar a alinearse).

Derrotando el “cerco y supresión” — Haciendo avanzar adelante la lucha revolucionaria

Aun con todo eso, es muy probable que, a la hora de la verdad —cuando por fin haya emergido la situación revolucionaria y esté en marcha la lucha total— lo principal al que la revolución tendría que enfrentarse serían “las fuerzas institucionales de la antigua clase dominante”, a la vez que esto casi seguramente supondría un elemento importante de “una guerra civil entre dos sectores de la población”, y este elemento interactuaría con el conflicto entre las fuerzas revolucionarias y “las fuerzas institucionales de la antigua clase dominante” (e influiría en este conflicto)5.

Con eso en mente, es necesario tomar en cuenta lo siguiente, aunque proviene desde el punto de vista de las fuerzas contrarrevolucionarias del viejo orden opresivo:

La única manera [para la contrarrevolución] de obtener el control necesario es acuartelar a sus soldados las 24/7 entre los civiles; las operaciones periódicas de “rastrillajes” o “acordonamiento y búsqueda”, aun cuando las realizan contrainsurgentes tan crueles como los nazis, fracasan porque los civiles saben que los rebeldes regresarán en el momento que se marchen los soldados y se vengarán de manera terrible del que haya colaborado con aquellos. La población acogerá al gobierno únicamente si le es menos peligroso hacerlo que apoyar a la insurgencia, y, por esa razón, las exitosas políticas centradas en la población no tienen por objeto ganarse el amor y agradecimiento de la población, sino controlarla. Como dijo John Paul Vann, el asesor estadounidense legendario en Vietnam del Sur: “Quizá la seguridad sea el diez por ciento del problema, o quizá sea el noventa por ciento, pero, sea cual sea, es el primer diez por ciento o el primer noventa por ciento. Sin la seguridad, nada más de lo que hagamos perdurará”6.

Esta declaración presenta las cosas de una manera burdamente distorsionada y patas-arriba: No son las fuerzas revolucionarias las que descargarían una violencia mortífera contra las masas de personas; son las fuerzas armadas las que luchan para mantener el sistema opresivo y explotador del capitalismo-imperialismo las que lo harían con tal de aterrorizar a la gente de modo que apoyara a la contrarrevolución. En oposición a eso, las fuerzas de combate revolucionarias, guiadas por los principios básicos del nuevo comunismo y actuando de acuerdo con esos principios, trabajarían para ganarse el apoyo de la gente aplicando un enfoque y métodos que se derivan de los objetivos emancipadores de la revolución y corresponden a esos principios. No obstante, a pesar del reaccionario punto de vista y de las tergiversaciones por parte del autor en la citada declaración, presenta algo muy importante, cuyas implicaciones se tendrían que tomar en cuenta en el enfoque estratégico de las fuerzas revolucionarias.

Eso indica la necesidad de incluir lo siguiente en el enfoque estratégico básico que se trata en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, Segunda parte, como la base para ganar (para derrotarlos concretamente) en las futuras condiciones de una crisis revolucionaria profunda y con un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas:

Se tendría que agregar énfasis en la necesidad de que la lucha revolucionaria total tenga un alcance nacional, desde el principio, o muy pronto después del inicio, de que las fuerzas revolucionarias tengan baluartes de apoyo organizados en muchas diferentes partes del país —y de que cuenten con la capacidad de actuar simultáneamente, o en rápida sucesión, en muchas diferentes partes del país (para efectuar un fenómeno “palomitas” en que estallan acciones repetidamente y en rápida sucesión por todo el país)— con tal de contrarrestar efectivamente el “cerco y supresión” de la revolución por la contrarrevolución, y en particular la capacidad de la contrarrevolución de no sólo concentrar fuerzas contra los lugares que constituyen baluartes de apoyo para la revolución sino ocuparlos concretamente (incluso cuando la revolución aún no controla abiertamente ni administra esos baluartes), particularmente en las primeras etapas de esta lucha total.

Lo anterior constituiría otro avance importante de lo que aborda Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, Segunda parte, referente al enfoque y principios estratégicos que se tendrían que aplicar en librar la lucha total de la manera más efectiva, de acuerdo con la orientación y objetivos fundamentales de la revolución, con el objeto de tener una verdadera oportunidad de ganar, una vez que se hayan gestado las condiciones que hicieran que eso fuera posible.

Al mismo tiempo, hay que enfatizar fuertemente el hecho de que nada de esto será posible —e incluso es muy probable que el desarrollo de una crisis verdaderamente profunda en la sociedad se resuelva de una manera negativa, o incluso de una manera muy negativa y potencialmente desastrosa— sin que exista “una fuerza de vanguardia organizada con la visión y el método, la estrategia y el plan —cuyos lazos entre las masas de personas vayan profundizándosea fin de dirigir en concreto la lucha para derrotar y desmantelar la fuerza represiva violenta del sistema existente y su estructura de poder, y a fin de crear un sistema revolucionario nuevo que ofrezca los medios para que las personas transformen radicalmente la sociedad hacia el objetivo de la abolición de la opresión y la explotación”.

Hacer nacer un movimiento organizado para la revolución que cuente no solamente con cientos sino con miles de personas —cantidades crecientes de personas con un entendimiento científico básico de la necesidad y la posibilidad de hacer la revolución, con una fundamentación en el nuevo comunismo, las que concretamente trabajan en colectivo para aplicar la estrategia establecida en “Por qué nos hace falta/cómo concretamente podemos” para “acelerar” y hacer preparativos para la situación revolucionaria, y para liderar a millones de personas a aprovecharla cuando se haya madurado en toda su extensión— pues esto es el reto y el objetivo crítico inmediato para todos los que anhelen la oportunidad de hacer nacer un mundo radicalmente diferente y mucho mejor.

 

Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.

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1. El video en inglés de este discurso de Bob Avakian (Por qué nos hace falta un revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución) y el texto en español están disponibles en revcom.us.

Además de lo que se dice en ese discurso respecto a los elementos clave de una situación revolucionaria, también se aborda esta cuestión en varias otras obras de Bob Avakian, como lo siguiente:

Una revolución real requiere dos factores esenciales: una situación revolucionaria, y un pueblo revolucionario que cuenta con millones de personas. Y estos dos factores están estrechamente interconectados.

Una situación revolucionaria implica no solo una crisis en la sociedad en un sentido general, sino una situación en la que el sistema y sus poderes gobernantes se encuentran en una crisis profunda y aguda y millones y millones de personas se niegan a que las gobiernen a la antigua usanza — y están dispuestas y decididas a poner todo en juego para hacer caer este sistema y crear una nueva sociedad y gobierno. Según los componentes y las señales esenciales de una crisis revolucionaria, grandes partes de la sociedad vean la violencia utilizada para mantener en pie este sistema por lo que es —asesina e ilegítima— y que los conflictos entre las fuerzas gobernantes se vuelvan realmente profundos y agudos, y las masas de personas no respondan a tal situación cobijándose bajo uno u otro bando de los gobernantes opresivos, sino que respondan sacando provecho de tal situación para acumular las fuerzas para la revolución*.

* Bob Avakian también ha caracterizado una situación revolucionaria de la siguiente manera:

¿Qué es una Situación Revolucionaria? Una crisis profunda y conflictos que se agudizan en la sociedad y en el gobierno y en los círculos de poder, en que éstos no pueden encontrar una manera de resolver dichos conflictos —en la sociedad y en sus propias filas— que no empeore la situación para sí mismos y no suscite más resistencia y no socave más la creencia de la gente en el “derecho de gobernar” de los de arriba y en la “legitimidad” del uso de la fuerza de los de arriba para mantener su dominio; se evidencie la bancarrota de los programas de “reformar” el sistema, sin ninguna capacidad en absoluto para solucionar lo que un creciente número de personas reconozcan como una profunda disfunción y la injusticia intolerable del sistema en general; aquellos, en la sociedad así como en la clase dominante, que obren para reforzar el sistema existente, estén a la defensiva política, aunque lancen ataques; millones de personas busquen activamente un cambio radical, decididas a luchar por éste, dispuestas a arriesgarlo todo a fin de ganarlo, y que busquen a una fuerza que las dirija para hacerlo; y un núcleo sólido de miles de personas unidos en torno a un liderazgo, una fuerza de vanguardia organizada con la visión y el método, la estrategia y el plan —cuyos lazos entre las masas de personas vayan profundizándose— a fin de dirigir en concreto la lucha para derrotar y desmantelar la fuerza represiva violenta del sistema existente y su estructura de poder, y a fin de crear un sistema revolucionario nuevo que ofrezca los medios para que las personas transformen radicalmente la sociedad hacia el objetivo de la abolición de la opresión y la explotación.

La anterior cita es una nota a pie del artículo de Bob Avakian, “Los Boomers” — “X, Y, Z”: El problema no son las “generaciones”, sino el sistema; esta nota incluye un pasaje de otra obra, Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real. Estas obras también están disponibles en revcom.us. [volver]

2. Bob Avakian sobre una guerra civil y la revolución. Este artículo de Bob Avakian está disponible en revcom.us. [volver]

3. El 5-2-6 se refiere a los 5 ALTOS —cinco contradicciones profundas y definitorias de este sistema del capitalismo-imperialismo—, 5 formas en que este sistema oprime a la gente, saquea al medio ambiente, libra guerras injustas y continuamente comete crímenes masivos contra la humanidad; las dos opciones expresadas por Bob Avakian (“tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!); y los Seis Puntos de Atención para la revolución. La presentación completa del 5-2-6 se encuentra en revcom.us. [volver]

4. Estas declaraciones, citadas en Bob Avakian sobre una guerra civil y la revolución, salieron originalmente en Por qué nos hace falta una revolución y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]

5. Estas declaraciones, citadas en Bob Avakian sobre una guerra civil y la revolución, salieron originalmente en Por qué nos hace falta una revolución y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]

6. Max Boot, Invisible Armies, An Epic History of Guerrilla Warfare from Ancient Times to the Present (Liveright Publishing, 2013) [Ejércitos invisibles, una historia épica de la guerra de guerrillas desde la antigüedad hasta la actualidad). La cita es del último capítulo, “Implications” (p. 563), énfasis agregado. [volver]