El 4 de julio, Trump firmó un importante proyecto de ley presupuestaria (su “Gran Hermoso Proyecto de Ley”).
Como explicamos la semana pasada, este proyecto de ley representa un salto fascista en fortalecer la gestapo de Trump. (Vea “Primera parte: La formación de una fuerza masiva tipo Gestapo contra los inmigrantes y otros objetivos del régimen, junto con una vasta red de campos de concentración”).
Esta semana, nos centramos en la despiadada y cruel evisceración de la llamada “red de seguridad social” —es decir, la atención médica básica, la ayuda alimentaria, etc.— para más de 100 millones de personas. Lo que Trump y sus lacayos en el Congreso han hecho resultará en muertes, discapacidades y desastres innecesarios para muchos de esos millones de personas. Muchos de esos millones —una parte desproporcionada— serán personas negras, latinas, indígenas u otros de color. Las mujeres —una vez más, sobre todo las mujeres “minoritarias”— estarán muy afectadas, al recortarse drásticamente el acceso a la anticoncepción y al aborto.
Recortes drásticos a Medicaid y la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA)
Medicaid es un programa gubernamental esencial. Durante décadas, las personas de bajos recursos han dependido de él para obtener un seguro médico básico. Cuando la ACA (también conocida como “Obamacare”) se aprobó en 2010, permitió a los estados ampliar Medicaid a personas con ingresos de hasta un 133% por encima del umbral de pobreza que aún son demasiado pobres como para obtener un seguro privado1. Con esta ampliación, ahora hay 71 millones de personas que reciben Medicaid. Otros 7 millones están inscritos en CHIPS (Programas de Seguro Médico para Niños), para niños cuyas familias son demasiado pobres como para adquirir un seguro médico, pero no lo suficientemente pobres como para cumplir con los requisitos para Medicaid.
La ACA (Obamacare) también subsidia a otros 24 millones de personas para poder comprar seguros de salud privados.
La atención sanitaria debería ser un derecho, no un “privilegio”
Empecemos con algo fundamental: la atención sanitaria debería ser un derecho para todos. Y lo será en la futura sociedad socialista.
Esto se explica claramente en la declaración de los revcom (comunistas revolucionarios) Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente: en una sociedad socialista,
[e]l propósito de la atención médica será de servir al pueblo y desarrollar y aplicar continuamente la ciencia de la medicina para satisfacer las necesidades médicas y de salud de las personas en la sociedad en su conjunto, de una manera que sea asequible para las masas de personas, con el objetivo a la larga de poner la atención médica gratuita y de alta calidad a la disposición de todos.
Esto se explica más a fondo en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. (Vea especialmente la sección “La salud y la medicina”, a partir de la página 37).
Esto es todo lo opuesto a la situación en el Estados Unidos capitalista regido por las ganancias, donde el acceso fácil a la buena atención médica es un privilegio de las capas más altas de la sociedad, mientras que millones de personas dependen de míseros programas de “red de seguridad” para la atención médica y otras necesidades humanas. Estos programas casi no mitigan la naturaleza perro-come-perro letal del capitalismo. Quizá impidan que millones de personas se ahoguen, pero no obstante siempre siguen pataleando en el agua, esforzándose por lo básico para subsistir.
Pero ahora el régimen fascista está haciendo añicos incluso esas protecciones mínimas.
Se trata de personas que se esfuerzan por sobrevivir con el salario mínimo o con trabajos por horas que no ofrecen seguro médico. También son personas que no encuentran trabajo en absoluto, o que no pueden trabajar debido a que cuidan a sus padres enfermos o hijos pequeños, o debido a que tienen alguna discapacidad. O son personas que trabajan en la economía “gig”, o sea freelance o de corto plazo. En conjunto, más de 100 millones de personas dependen de Medicaid y otros programas gubernamentales para lo que es una atención médica extremadamente básica. En otras palabras, se refiere a casi 1 de cada 3 personas que viven en Estados Unidos2.
Por lo tanto, es un gran problema que Trump esté recortando aproximadamente un millón de millón de dólares en diez años a Medicaid y la ACA (también afectará a CHIPS). La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que estos recortes echarán de estos programas a 11,8 millones (algunas estimaciones llegan a 17 millones) de personas. Esto causará un daño tremendo al sistema de salud en su conjunto, especialmente en las zonas rurales y en los vecindarios oprimidos en las ciudades. Arrojará a millones de personas a condiciones aún más desesperadas que las que ya las acechan.
Piensen en: los millones de niños que no tendrán un médico para recibir chequeos o vacunas; los adultos con una hipertensión o diabetes sin diagnosticar o sin tratar; las personas discapacitadas que dependen de cuidadores proporcionados por Medicaid para poder simplemente desplazarse. La “atención médica” para estas personas ahora constará principalmente de atención en salas de emergencia3 después de sufrir un derrame cerebral u otra emergencia sanitaria. Millones de personas sufrirán enormemente y miles morirán mucho antes que lo necesario.
En el Capitolio, un manifestante en silla de ruedas denuncia los recortes a Medicaid, el 11 de julio de 2025. Foto: AP
Trump afirma que solo está aumentando la cantidad de trabajo que se requiere que haga la gente a fin de impedir que la gente manipule el sistema. Pura mentira. No existe ninguna gran “estafa de Medicaid”; de hecho, ya están trabajando la mayoría de los adultos menores de 65 años que reciben Medicaid, y los otros o buscan trabajo o no pueden trabajar debido a discapacidades o responsabilidades de proveer cuidados. Trump simplemente repite la GRAN MENTIRA trillada de que, de alguna manera, los más amargamente oprimidos y explotados en la sociedad —y en particular las personas negras y latinas— “viven en el lujo a costa del dinero de los contribuyentes”, una mentira para “justificar” la expulsión de personas de programas que son necesidades vitales.
Para lograrlo, los fascistas están creando nuevas capas de trámites burocráticas que la gente tendrá que torear para obtener y seguir recibiendo prestaciones, ¡y para demostrar repetidamente que son “merecedores” de atención médica! Y es un hecho comprobado que, para la gente en el fondo de esta sociedad desalmada, en una pelea cotidiana por cubrir sus necesidades básicas, cada nuevo nivel de papeleo aumenta el número de personas que ¡o se rendirán, o cometerán algún error que resultará en su expulsión!
Una reserva de mano de obra esclava
Se podría utilizar estos requisitos de que la gente trabaje para crear un sector de la población tan desesperado por conseguir trabajo de cualquier tipo a la que será posible superexplotar, obligada a aceptar trabajos peligrosos y difíciles por salarios que ni siquiera cubren la supervivencia básica, tan sólo para poder conservar su atención médica.
Aaron Rupar @atrupar:
Brooke Rollins sobre los trabajadores agrícolas: “No habrá amnistía. Las deportaciones en masa continuarán, pero de forma estratégica. Y cambiaremos la mano de obra hacia la automación y la participación a un 100% de estadounidenses, que con los 34 millones de individuos capaces de trabajar que reciben Medicaid, deberíamos ser capaces de hacerlo con mucha rapidez”.
La secretaria de agricultura de Trump, Brooke Rollins, lo explicó con claridad. Los críticos a la ofensiva total de Trump contra los inmigrantes dicen que su arremetida ha causado estragos en la cosecha de fruta y hortalizas, que se apoya fuertemente en inmigrantes indocumentados. (Entre la mitad y tres cuartas partes de los trabajadores agrícolas en California son indocumentados). Ahora, con los propietarios de las granjas desesperados con fuertes necesidades de mano de obra al comenzar la cosecha de fruta y hortalizas, Rollins propuso que los beneficiarios de Medicaid reemplacen a los inmigrantes que son objeto de deportaciones en masa. Rollins declaró:
Las deportaciones en masa continuarán, pero de forma estratégica. Y cambiaremos la mano de obra hacia la automación y la participación a un 100% de estadounidenses… Con los 34 millones de individuos capaces de trabajar que reciben Medicaid deberíamos ser capaces de hacerlo con mucho rapidez”.
Una amenaza al sistema de salud
Los recortes a Medicaid y ACA se extenderán al sistema de salud y lo devastarán, especialmente en las zonas más pobres. En zonas rurales y comunidades oprimidas urbanas, los hospitales dependen de los pagos de Medicaid para su financiación general. Esto afectará de forma desproporcionada a las personas negras y latinas, que en conjunto representan más del 50% de los beneficiarios de Medicaid.
Al mismo tiempo, se estima que más de 300 hospitales rurales correrán el riesgo de la clausura debido a esta ley. Cuando se cierra un hospital, las personas tienen que conducir mayores distancias (si tienen coche) para conseguir atención médica de emergencia durante un parto o un derrame cerebral. Supuestamente para ayudar a los hospitales rurales, los republi-fascistas añadieron un fondo de 50.000 millones de dólares para apoyarlos. ¡Pero se requerirán veinte fondos de 50.000 millones de dólares c.u. para compensar el recorte de un millón de millón de dólares!
Al mismo tiempo, los fascistas ni siquiera hicieron este tipo de esfuerzo simbólico para los hospitales urbanos que atienden principalmente a personas negras e hispanas, que están igualmente afectadas como las zonas rurales. Por ejemplo, el 90% de los 1,4 millones de habitantes de El Bronx en la ciudad de Nueva York son negros, hispanos y de color. Dos tercios de estos habitantes dependen de Medicaid, y se espera que al menos 100.000 de ellos pierdan su cobertura. Esto significa que, o bien los médicos y los hospitales se negarán a brindarles atención que no sea de emergencia, o bien, si sí los atienden, los proveedores no recibirán reembolsos de Medicaid.
La mayoría de los hospitales en las zonas pobres ya operan con un margen económico muy limitado. Por lo tanto, esta drástica reducción de ingresos tendrá fuertes consecuencias. Los servicios que no son “tradicionalmente rentables”, como la atención pediátrica y la salud femenina, quizá resulten clausurados. La cantidad de personal en los centros de salud, ya de por sí insuficiente, se reducirá peligrosamente. La ciudad de Nueva York podría perder 116.000 empleos en el sector salud, lo que incrementará aún más la pobreza y que se necesiten los cada vez más drásticamente reducidos fondos de Medicaid, a medida que muchos de estos nuevos desempleados solicitan ayuda.
¿Cómo abordaron los fascistas esta inminente crisis de personal? Bueno, para empezar, ¡aprobaron una norma que deroga un reglamento que exige un cierto nivel mínimo de personal en las residencias de ancianos! Así que ahora los ancianos de estas residencias, o los discapacitados, yacerán humillados y miserables en camas empapadas de orines mientras esperan su turno con un cuidador muy sobrecargado.
Otras formas de atención médica subsidiadas por el gobierno también están bajo ataque. La financiación de Medicare se recortará en 490 mil millones de dólares durante 10 años. Una nueva norma eliminará la elegibilidad de ciertos grupos de inmigrantes legales que han estado cuotizando a Medicare. También se planean recortes para el Programa de Seguro Médico para Niños (CHIPS).
El ataque sigiloso a la salud de las mujeres y los derechos reproductivos
Activistas por el derecho al aborto se manifiestan fuera de la Corte Suprema en Washington, D.C., abril de 2025. Foto: AP
El proyecto de ley exige la suspensión inmediata de todos los pagos a Planned Parenthood (y a otros proveedores de abortos) para cubrir todo tratamiento a pacientes de Medicaid4.
Medicaid no ha cubierto los gastos de aborto desde 1976 (está bloqueado por la infame Enmienda Hyde, que los republicanos y los demócratas han renovado diligentemente cada año desde ese entonces). No obstante, Planned Parenthood y otras clínicas que practican abortos también proveen toda una gama de servicios de salud para las mujeres: pruebas de detección de cáncer de cuello uterino, anticonceptivos, análisis y tratamientos para enfermedades de transmisión sexual, etc. Planned Parenthood atiende a más de dos millones de mujeres al año y, a menudo, es el único proveedor de servicios de salud para las mujeres en su localidad. Sin que Medicaid cubra esos pagos, muchas clínicas de mujeres no serán viables económicamente, lo que supondrá una pérdida catastrófica tanto del derecho al aborto como de la atención sanitaria para las mujeres en general.
Según Substack “Aborto, todos los días”:
Planned Parenthood estima que dos tercios de sus centros de salud físicos en todo el país podrían tener que cerrar, y el 90% de estos cierres se darían en los estados donde el aborto está protegido. De hecho, un impresionante 75% de las clínicas que practican abortos en los estados pro derecho a decir podrían tener que cerrar.
¿Qué significa esto en el sentido amplio? Uno de cada cuatro proveedores de servicios de aborto en Estados Unidos podría tener que cerrar pronto, lo que dejaría que el aborto fuera legal, pero casi imposible de obtener (al menos en un entorno clínico) en muchos estados. [Énfasis nuestro].
Esto es alguna fea mierda misógina (anti-mujer). Los fascistas cristianos en el núcleo de MAGA llevan décadas trabajando para despojar a todas las mujeres del derecho a decidir si tener un hijo/a, independientemente de los deseos o circunstancias de la mujer. El proyecto de ley de los MAGA los lleva mucho más cerca a este objetivo.
Sí, están arrebatando comida a la boca de los niños
Aproximadamente 42 millones de personas en este país reciben beneficios SNAP (cupones de alimentos). En promedio, el programa SNAP proporciona unos míseros 6,18 dólares al día por persona para evitar el hambre en esta tierra de riqueza obscena y saqueada. Más de un tercio de los beneficiarios son niños, y la mitad son negros y/o latinos.
¡Pero los fascistas de MAGA consideran que es intolerable hasta ese mísero apoyo! Su nuevo presupuesto recortará al menos 186 mil millones de dólares del programa SNAP durante los próximos diez años. Se estima que entre dos y cinco millones de personas perderán parte o la totalidad de sus beneficios.
Una vez más: un incendio de cinco alarmas, NO una bandeja de plata
Además de los recortes, este proyecto de ley también incluye enormes beneficios para los ricos, como recortes de impuestos y otros beneficios. Esto lo ha hecho muy impopular, incluso con partes de la “base MAGA”. Y eso, a su vez, ha generado ilusiones extremadamente dañinas. Como documentamos la semana pasada, el presidente del Comité Nacional Demócrata se jactó de que el proyecto de ley era un regalo en “bandeja de plata”. Con esto quería decir que los demócratas seguramente podrían usarlo a su favor en las elecciones de 2026.
Este tipo de ilusiones son literalmente mortales.
A pesar del horror de todos estos recortes, como dijimos la semana pasada, la parte clave del proyecto de ley es el fortalecimiento del brazo fascista del estado. El proyecto de ley amplía enormemente las filas de los golpeadores enmascarados del ICE con su creciente red de prisiones estilo nazi. Además, este proyecto de ley se aprueba en un momento en que la Corte Suprema le ha otorgado a Trump un poder casi ilimitado para gobernar como un “hombre fuerte” fascista.
YA es hora de luchar contra el monstruo con todo a nuestro alcance —no la semana que viene, no el mes que viene, y seguramente no a la espera de unas elecciones que quizá no se celebren en absoluto (de ninguna manera significativa)— sino YA, antes de que estos fascistas puedan consolidar a martillazos su poder.