Pregunta: Bueno, creo que cabe adentrarnos más en el tema de los puntos de vista de clase, y el punto de vista de clase de las capas medias en particular. Para recalcar una diferencia que señalaste anteriormente, sé que muchas personas se confunden sobre este tema. Como dijiste, no es cuestión de que todo individuo de origen de clase media vaya a pensar de esa manera, o vaya a pensar de la misma manera; sin embargo, para retomar lo que señalaste hace poco, la clase media queda entre el proletariado y la burguesía, entre la clase más oprimida y explotada y la clase capitalista, y las personas en esta clase media no quiere que ninguna de las dos clases manden sobre ellas — así es el punto de vista de la clase media. Va de la mano con lo anterior la siguiente idea: Hagamos que todos seamos iguales, nada más. A propósito de lo que dijiste sobre rehacer el mundo a la imagen de la clase media, ese punto de vista es “hagamos que todos seamos iguales, nada más”. Creo que dicho punto de vista tiene mucho con ver. A propósito de eso, he aquí algunos de los comentarios del tipo de lo que dicen muchas personas con este punto de vista. Yo los plantearé, y de ahí podrías responder si quisieras. “¿Por qué ustedes le dan tanta importancia a una sola persona, a BA? ¿No es preciso que todos seamos iguales? ¿No es preciso que la democracia sea el objetivo? ¿No se trata de que todos seamos líderes, no es necesario darle una consideración igual a las ideas de todos?” Esas son las ideas de tipo de las que expresan frecuentemente las personas con ese punto de vista. ¿Cómo respondes?
AS: ¿Por qué le damos tanta importancia a una sola persona, a BA? Bueno, la respuesta no es muy complicada. He aquí a una persona que es el teórico más avanzado del cambio radical, de la transformación revolucionaria de la sociedad, que vive sobre el planeta hoy. Es así de sencillo. Él no es un dios, no es un líder de una secta mística, ni nada por el estilo. Simplemente por casualidad él es la persona más consecuentemente científica y avanzada en relación a sacar lecciones del pasado, las positivas así como las negativas, y a aprender de muchas fuentes amplias, para forjar toda una nueva síntesis, y dar dirección, teórica así como práctica, para sacarnos de la situación en la que estamos, con tantos problemas mayores que azotan la sociedad y el mundo hoy día. Él tiene el análisis de los problemas y el análisis de la solución, y tiene la capacidad de dirigir a las personas para que apliquen la ciencia para transformar la situación concretamente en la dirección de la revolución, una revolución del tipo que beneficia en realidad a la emancipación de la humanidad y no sólo promueve a un grupo de gente por encima de otro, ni crea una nueva clase de opresores para oprimir a la gente.
Y esta cuestión tiene mucho que ver, básicamente, con, ¿usted cree que el mundo, tal como es, es un horror? ¿Cree que este sistema causa una increíble cantidad de sufrimiento innecesario para la gente, tanto en la sociedad estadounidense como en el mundo entero? Si lo cree, ¿qué va a hacer al respecto? ¿Qué implica eso, a su parecer? ¿Cree que baste con hacer clic en “Me gusta” o “No me gusta”, o hacer un “micrófono humano” (que todos repitan en voz alta las palabras del orador)? [se ríe]
Pues, es ridículo. Es ridículo, francamente es infantil, el no entender la necesidad del liderazgo. Esta pregunta, de por qué se le da tanta importancia a esta persona en particular, a BA, de hecho trae otra pregunta escondida dentro de sí: ¿por qué, en primer lugar, es que necesitamos a los líderes? Tiene que ver con la idea la que muchas de estas personas tienen, de que no quieren que nadie las dirija. Es una protesta tipo infantil, que corresponde al punto de vista de la clase media, de personas que se ilusionan con engaños, que se imaginan que de alguna manera sean agentes libres en la sociedad, escapándose de que otra persona las dirija. Eso es tan absurdo.
¿Qué creen que es una sociedad? Una sociedad, de cualquier tipo, implica dirección. En una sociedad capitalista-imperialista — ¡desde luego, hay dirección! A ustedes los dirigen a diario. ¿Cómo se imaginan que ocurren las cosas, como la producción de artículos, en una sociedad como ésta, o en el plano mundial? La agricultura, la industria, el transporte, los servicios de salud, la educación, todas las varias instituciones... ¿cómo se imaginan ustedes que se establezcan, y sobre qué base, con qué valores, para qué objetivos? ¿Creen que simplemente emergen espontáneamente, como hongos después de que llueve, sin necesidad de dirección? ¿Que la gente simplemente hace lo que hace día tras día, manejando las cosas, al azar y sin organización? Obviamente no es así. Por lo que, claro, los dirigen. Los dirigen con ciertos objetivos. Los dirigen con ciertos principios. Los dirigen con ciertos valores. Dirigen las instituciones básicas de la sociedad bajo el capitalismo-imperialismo principalmente a base de generar y expandir las ganancias, y de vencer a los capitalistas rivales en la competencia entre sí. La manera en que organizan y dirigen una sociedad de este tipo no tiene ninguna relación con una orientación específica de satisfacer las necesidades de la gente. Eso no es el objetivo básico de los capitalistas, y claro que no les es ninguna prioridad. Desde su punto de vista, si de vez en cuando satisfacen algunas necesidades de la gente en el curso de hacer lo que tienen que hacer, bien — pero, de nuevo, hacerlo así no es su orientación principal.
¿De veras es posible que una persona se imagine que cualquier institución importante, en una sociedad de cualquier tipo, pueda existir sin dirección de algún tipo? ¿Qué es lo que uno quiere decir al declarar, “No quiero que nadie me dirija, no quiero que nadie me diga qué hacer.”? ¿Qué se imagina? ¿Que se va a juntar con cinco o seis amigos nada más, para tomar todas las decisiones importantes en la vida? Pues póngase a pensar en lo que va a encontrar en la sociedad: No vive aislado en la cima de una montaña. ¿Qué va a pasar cuando se relaciona con otras personas, y aquellas tienen diferentes ideas sobre lo que quieren, o sobre lo que hace falta? ¿Quién va a torear con todo eso y resolver qué es en realidad el camino más correcto que seguir o qué son las cosas más importantes que priorizar? ¿Sobre qué base, y con qué métodos y con una orientación de qué tipo, se decidirán semejantes cuestiones? Pues, incluso en una sociedad socialista, aún habrá contradicciones entre las personas. Un ejemplo que se ha planteado es: ¿qué pasa si uno opina que se debe construir un parque, y otras personas opinan que se debe construir una clínica de salud? Quizás ambas ideas sean buenas y ambas cosas hagan falta, pero simplemente carecemos de tantos recursos para construir las dos en un momento particular. ¿Quién va a analizar eso? ¿Quién va a resolver las prioridades? ¿Quién va a tomar las decisiones sobre qué contribuye al camino en que la sociedad debe avanzar en general? Ahora piensen en que las cuestiones de ese tipo se multiplicarán muchas veces, y a diario, tratándose de la sociedad en conjunto. Pues, ¿cómo será posible analizar todo eso y manejarlo lo mejor que se pueda? Requerirá dirección.
Anteriormente, mencioné las “4 Todas”. Eso es algo que dijo Marx, lo que popularizaron los revolucionarios chinos que seguían la dirección de Mao. Es una manera concentrada de describir el objetivo estratégico del comunismo. Aborda el hecho de que, para llegar al comunismo, necesitamos avanzar hacia un mundo donde se hayan eliminado todas las divisiones de clase entre las personas, a nivel mundial; y para hacerlo, tendremos que superar todas las relaciones económicas y las relaciones de producción que apuntalan dichas diferencias de clase. Dado que esas diferencias de clase tampoco aparecen como hongos después de una lluvia. Surgen de algo subyacente, surgen de las relaciones económicas de producción en particular, las que fomentan esas divisiones de clase. Y la idea de avanzar hacia el comunismo es que, si queremos eliminar las divisiones de clase entre las personas, tenemos que superar las relaciones económicas de producción que existen y que son el apuntalamiento material de dichas divisiones. Además, tendremos que superar las relaciones sociales que surgen de esas relaciones de producción subyacentes o corresponden a éstas, las relaciones sociales opresoras como las contradicciones entre el hombre y la mujer y entre diferentes nacionalidades, y entre diferentes partes del mundo. Y la cuarta de las “4 Todas” es de revolucionar todas las ideas y modos de pensar antiguos que corresponden a las relaciones de opresión y explotación.
Todo eso es una visión completamente diferente, radical y fundamentalmente diferente respecto a cómo podría y debería ser el mundo. Es un marco completamente diferente. Cuando hablamos de que “BA es el arquitecto de un marco completamente diferente” —de la revolución, del proceso revolucionario y de la nueva sociedad que hay que crear—, eso es exactamente lo que él representa. Le guste a uno o no, concuerde o no, pero objetivamente eso es lo que él representa, concretamente. Además, él ha venido desarrollando ese marco muy sistemáticamente, a base de métodos científicos. Por eso le damos tanta importancia a esta persona en particular, a BA. Hoy, no hay ninguna otra persona en el mundo que esté al mismo nivel, en términos de desarrollar la ciencia de la revolución y su aplicación a la lucha para transformar la actual sociedad y mundo sobre una base radical, verdaderamente radical, que aborde los problemas fundamentales. Nadie ha adelantado tanto la ciencia, sobre una base tan consecuentemente científica, y nadie cuenta con un sentido tan desarrollado no sólo de por qué hay que hacerlo, sino cómo hacerlo y qué crear para reemplazar este sistema. Por eso le damos tanta importancia.
Es absurda, de veras, la forma en que algunas personas hacen que sea un principio su oposición a toda y cualquier dirección e insisten que están “en contra de la idea misma de la dirección”, sobre todo en vista de que cualquier persona que reflexione dos minutos tendría la capacidad de reconocer que obviamente es necesario dirigir a todos los componentes importantes de cualquier sociedad grande y compleja, para que funcionen.
También hay otra idea que algunas personas expresan: “¿No es que todos somos iguales?”. O, ¿no es que nuestro objetivo tiene que ser “hacer que todos seamos iguales”? ¡¿Por qué dice la gente tantas idioteces?! [se ríe] Mira, una cosa es decir que todos los seres humanos son “iguales”, en el sentido de que cada ser humano es un pleno ser humano y hay que reconocerlo como tal. No existe un ser humano “ilegal”, no existe un ser humano que es “la mitad, o tres quintos” de un ser humano, no existe un ser humano intrínsecamente “inferior”. Todo ser humano es un ser humano pleno. Así es, por un lado. Pero cuando una persona plantea la pregunta, ¿no es que todos debamos ser iguales?, en realidad lo que pregunta es, ¿no es que todos debamos tener la posibilidad de ejercer nuestro peso al mismo grado, no es que todos debamos tener la posibilidad de ejercer exactamente la misma influencia? Pues, eso no es la realidad. No sé en qué mundo de fantasía vive esa persona, pero la realidad es que en las sociedades humanas, diferentes personas ejercen diferentes grados de influencia, por razones buenas y malas. Pues, por ciertas razones malas, algunas personas ejercen una influencia y peso desproporcionados. Por ejemplo, las personas que manejan el gobierno, que manejan la sociedad, que manejan la policía y las fuerzas armadas, usted no es igual a dichas personas. ¿Me entiendes? [se ríe] Los patrones donde usted trabaja, los que pueden echarlo a la banqueta, pues usted tampoco es igual a dichos patrones. No se debe a que usted sea un ser humano menos valioso, sino a que objetivamente usted no es igual a dichos patrones en lo que concierne a la posición social que usted tiene y la influencia que usted puede ejercer. Así que se ve en esos ejemplos que no todos somos “iguales”, puesto que algunas personas ejercen un peso e influencia desproporcionados, de una naturaleza negativa.
Por otro lado, también hay personas que tienen un peso e influencia desproporcionados de una naturaleza positiva, en maneras que pueden contribuir positivamente a la sociedad, que pueden “servir al pueblo” en varias maneras. Veamos las personas que son “los mejores” en su campo, como el mejor doctor o el mejor mecánico de auto o el mejor atleta o músico. No los considero un ser humano “mejor” que yo en algún sentido, pero no tengo problema en reconocer que a mí me hacen falta las capacidades y experiencia que ellos tienen en esos campos, y por lo tanto no todos somos “iguales” en ese sentido y por lo tanto yo no espero ejercer la autoridad o la influencia al mismo grado que aquellos mejores expertos en un quirófano, en una cancha de básquetbol o en un escenario de concierto, para usar esos ejemplos. Pero eso no me preocupa. No me siento amenazada por eso. No es necesario que seamos “iguales” en cada dimensión de la vida. Y la realidad es que no todos somos iguales respecto a la experiencia, las capacidades y las habilidades. En relación a las cosas positivas, eso no es malo, más bien es excelente, el que algunas personas ejerzan más peso e influencia. Lo que me lleva de nuevo al tema de BA. No solamente no es malo sino que es excelente, el que BA ejerza un peso e influencia desproporcionados al interior del Partido que él dirige, en el movimiento mayor para la revolución y en la sociedad más amplia. Si él tiene la experiencia, las capacidades y las habilidades que lo hacen “el mejor del campo” de analizar los problemas sociales más importantes de la época actual y de qué hacer al respecto, si objetivamente él es “el mejor del campo” respecto al desarrollo de la ciencia de la revolución y el comunismo, pues yo, por mi parte, ¡quiero que él tenga la posibilidad de ejercer la máxima influencia desproporcionada que sea posible! [se ríe]
Nadie más ha hecho trabajo a ese nivel. Fíjense en el trabajo que él ha hecho. Sean científicos y miren la evidencia. Muéstrenme cualquier otra persona que haya hecho trabajo de ese tipo, a ese nivel, con ese grado de profundidad, contenido e innovación, en cualquier parte del mundo, en cualquier parte de esta sociedad, o incluso dentro de su propio partido. Como dije anteriormente, claramente él ha ido mucho más allá incluso que los mejores de los demás. Eso, lisa y llanamente, es un hecho en este momento. Por lo que tampoco es que todos somos “iguales”, ciertamente, no todos tenemos la misma experiencia y las mismas capacidades. Pero, ¿por qué fingir que no sea así, por qué actuar como si eso fuera un gran problema? ¡No lo es! En particular, a toda persona que reconozca la necesidad de transformar la sociedad radicalmente y trabajar por la emancipación de toda la humanidad, yo simplemente diría lo siguiente: 1) todos tenemos la capacidad de hacer aportes importantes al proceso colectivo general de la revolución, por lo tanto, pongamos manos a la obra; 2) todos deberíamos tratar de aprender lo máximo posible, en particular sobre el método y enfoque general de BA, para trabajar para “alcanzar” a BA lo mejor que podamos, para seguir mejorando nuestro funcionamiento como “equipo”; y 3) si queremos con seriedad hacer un mundo mejor, deberíamos reconocer la gran suerte y privilegio que nos ha tocado tener la oportunidad de aprender de semejante “mejor experto”, de beneficiarnos de un liderazgo tan avanzado. Y deberíamos sacarle el máximo provecho.
Repito, el hecho de que haya diferencias en las capacidades de las personas es simplemente una realidad. Para ser franca, eso de no querer reconocer que algunas personas ejercen más influencia que otras y que en algunos casos es excelente que algunas personas ejerzan más influencia, es una queja clásica de la clase media. Los de debajo de la sociedad por lo general no tienen ese problema. Saben a la perfección que las personas tienen diferentes capacidades, diferentes experiencias, diferentes niveles de conocimiento. Ya saben que algunas personas tienen el privilegio de un nivel mayor de educación y de ventajas en la vida, y que otras tienen desventajas muy grandes en la vida. Saben que todo eso afecta en diferentes sentidos lo que las personas pueden hacer. De nuevo, una cosa es la “igualdad”, con respecto a que la vida de las personas importa, y de que todas las personas son seres humanos plenos. Pero las personas ocupan diferentes posiciones materiales en la sociedad, concentran diferentes niveles de experiencia, ejercen diferentes grados de influencia.
Al mismo tiempo, al hablar de algunas de esas ideas y puntos de vista erróneos comunes entre las personas de la clase media, es importante que no caigamos en posiciones mezquinas o mecánicas al respecto. No existe un solo punto de vista que “automática” e inevitablemente pertenezca a la posición social de uno. No quiero alentar el surgimiento de “ideas vengativas” hacia las personas de la clase media. El simple hecho de que en la actualidad muchas personas de la clase media francamente tienen la cabeza llena de necedades ¡no significa que los de abajo deban querer cortarles la cabeza! [se ríe] Pues al final muchas de esas personas pueden tener un gran espíritu de generosidad, pueden inspirarse mucho por el desarrollo de los movimientos de resistencia y por el crecimiento del movimiento revolucionario y su dirección comunista y muchos contribuirán en maneras muy buenas y muy importantes a la transformación de la sociedad al servicio de los intereses de la mayoría de la gente. Por lo que, hay que tratar las cosas científicamente, analizando qué tan diferentes que efectivamente son las personas, cómo piensan y actúan concretamente, en vez de imponer generalidades a las personas.
Al mismo tiempo, sin caernos en el pensamiento mecánico, es un hecho que diferentes personas ocupan posiciones materiales diferentes en la sociedad, lo que tiende a afectar, efectivamente tiende a influir fuertemente, en los puntos de vista, las ideas y los análisis que tienen. Así que, en una sociedad como Estados Unidos, con su clase media grande, resulta que hay personas que dicen cosas así: “Pues, no quiero que me dirijan”. De nuevo, como dije anteriormente, francamente eso suena infantil y estúpido, si uno se pone a reflexionar dos minutos sobre lo que siquiera implica concretamente manejar cualquier parte de la sociedad existente. Además, de ahí y qué de manejar y dirigir, de guiar un proceso revolucionario concreto, con toda su complejidad, con toda su diversidad, un proceso que en última instancia necesita la participación de miles y millones de personas... personas de muchos diferentes tipos y de muchos diferentes orígenes, con muchas diferentes ideas sobre el camino adelante. Dirigir una revolución requiere que se guíe todo eso, en cierta dirección. Requiere encaminarlo hacia objetivos estratégicos, que beneficiarán a la mayoría de la humanidad. Pero, por supuesto, no todos los participantes van a entender todo eso en la misma manera exacta ni al mismo tiempo. De hecho, no lo harán. Lo que lleva de nuevo al ejemplo del que hablamos anteriormente, de que al llegar al punto en que efectivamente se pueda hacer una revolución en un país como Estados Unidos, la mayoría de las personas que participan en el proceso de hacer una revolución aún se aferrarán a las ideas religiosas. No todos habrán roto con la religión. Al mismo tiempo, no obstante serán una parte del proceso revolucionario. Bob Avakian habló de esa contradicción durante el Diálogo con Cornel West. Es un buen ejemplo, aunque sólo un ejemplo, del carácter contradictorio complicado y de la diversidad de puntos de vista, etcétera, que se combinarán en el proceso revolucionario, cuya concatenación ya se vislumbra en formas incipientes.
Pero para cualquier proceso, si la meta es que avance en cierta dirección y que logre ciertos objetivos, pues definitivamente se necesita una dirección. Si uno tratara de resolver un problema en las ciencias naturales... digamos que quiere investigar la superficie de Marte, y se reúne un grupo de científicos... si no pueden ponerse de acuerdo sobre los objetivos estratégicos de su proyecto, si no pueden ponerse de acuerdo sobre los métodos y enfoque, si cada uno jala por diferente rumbo con todo eso, ¡sería un desastre total! [se ríe] Puede que todas las diferentes personas participantes contribuyan algunas ideas y perspectivas importantes, pero si hace falta una forma de coordinarlo, si hace falta una manera de canalizarlo o dirigirlo hacia un objetivo específico —en fin, si hace falta una dirección—, el proyecto no va a ir muy lejos. Se necesita una dirección para ayudar a distinguir lo correcto de lo incorrecto, y para asegurarse que en los hechos, a pesar de algunas inevitables salidas en falso y algunos callejones sin salida, al menos la mayoría de los esfuerzos vayan encaminados en cierta dirección, hacia cierto objetivo. Así que, por supuesto, se necesita una dirección. Y, ¿quién da una dirección de ese tipo para la transformación revolucionaria de la sociedad? Muéstrenme cualquier otra persona que haya hecho el extenso trabajo y los profundos análisis, que haya producido los materiales, todo el conjunto de obras, del calibre de lo que ha producido Bob Avakian. Muéstrenme otra persona que le llegue a los tobillos.
Las ilusiones de la libertad y la igualdad, la realidad de la dictadura…
y dejar atrás las divisiones opresivas
AS continúa: Además, lo mismo se aplica a la pregunta estúpida — francamente, sí es estúpida: “¿No es que todos somos líderes?”. Pues, depende. ¿Qué quieren decir con el liderazgo? ¿A qué grado? Definitivamente, no todos somos líderes “iguales”. Pueda que muchas personas traten de darle dirección a un proceso dado, de acuerdo con sus diferentes capacidades y experiencias, pero definitivamente todo eso no tendrá la misma base, por todas las razones que acabo de resumir. Por lo que, cuando algunas personas se ponen a decir cosas como, “pero, pero... ¿no es que todos somos líderes?”, lo que en realidad dicen, repito, es, “No queremos ninguna dirección, no reconocemos el valor de la dirección”. Simplemente, se trata de la quimera típica de las personas de las capas medias que se dejan engañar en eso de que nadie les dice qué hacer y que nadie las dirige. En vista de que uno de los rasgos de un sistema de este tipo, el sistema capitalista-imperialista, es que mantiene una fachada superficial, se envuelve en el disfraz de la democracia burguesa, lo que les da la impresión a muchas personas de que simplemente existen y viven en la sociedad sin que las dirijan. Este sistema encubre las cosas, se oculta detrás de un velo. Su esencia central es de la explotación y la opresión de los muchos, en Estados Unidos y el mundo entero, pero trata de ocultarla detrás de una apariencia superficial que proclama “ciertos derechos y libertades”, los que típicamente sólo les ofrecen a unos pocos, pero que pueden ayudarles a disfrazar la verdadera naturaleza pulverizadora de lo que ocupa un lugar central en su sistema. La realidad es que ya vivimos bajo una dictadura — es la dictadura de la burguesía. Pero los gobernantes de esta sociedad no nos lo dicen, no quieren que pensemos en eso. Por otro lado, los comunistas revolucionarios explican de manera completamente abierta y honesta por qué todos nos beneficiaríamos de vivir bajo una dictadura del proletariado, organizada y dirigida correctamente, una forma y un mecanismo que posibilitarían dirigir las cosas en la dirección de abolir aquellas “4 Todas” de las cuales hablamos anteriormente, al superar en total las divisiones de clase y las dictaduras de clase — todo lo que beneficiaría a la inmensa mayoría de la gente. Una dictadura de ese tipo en realidad redundaría en interés de la inmensa mayoría de la gente, y su objetivo de alcanzar el comunismo es el de emancipar a toda la humanidad. Por lo que los comunistas no tienen que ocultar eso — pueden hablar de manera abierta y franca sobre la necesidad, y la naturaleza positiva, de esa dictadura del proletariado. Pero, en la sociedad capitalista-imperialista actual, en la cual vivimos bajo una dictadura burguesa, a aquellos que gobiernan no les conviene declararles a todos en la escuela, etcétera: “A propósito, chamacos, se nos ocurren que es necesario que ustedes sepan que viven bajo la dictadura de la burguesía, y queremos que aprendan todo sobre las formas en que los vamos a dirigir de acuerdo con nuestros intereses y objetivos”. [se ríe] No. No creo que ellos quieran hacer eso. Prefieren infundir a la gente ese sentido iluso de la autonomía y la libertad, y llenarle el coco con la idea de que uno puede hacer lo que se le dé la gana, que pueda ser lo que se le dé la gana — y si una persona no lo logra, ¡pues es su propia maldita culpa! Como si los de arriba no tuvieran nada en absoluto que ver con dirigir e imponer la estructuración de la sociedad en formas que constantemente restringen y distorsionan la vida de las personas, si no es que de plano las aplastan. Así que, esa idea también es ridícula.
En cuanto a la cuestión de diferentes ideas: ¿Las ideas de todos deben recibir una consideración igual? No sé, ¿de verdad lo creen? ¿De verdad creen que todas las ideas son iguales? Y ¿si una persona dice que el otro día se topó con hombrecitos verdes de Marte? Eso es una idea. ¿Deben tener el mismo peso? Y ¿qué de las personas que se niegan a vacunar a sus hijos, y que crean un problema social porque tienen miedo a las vacunas y no reconocen el valor de las vacunas? Y ¿qué de la idea de que los blancos son superiores a las otras razas? ¿Debe tener un peso igual? Pues, hay ideas de todo tipo, y ¡muchas son erróneas! Cualquier individuo tiene un montón de ideas. ¿De verdad creen que todas son iguales? ¿Debemos darle un peso igual y un tiempo igual en las escuelas, etc., a las personas las que aún no creen en la evolución, a pesar de toda la evidencia, las que siguen creyendo los cuentos sobre la creación en la Biblia, o los cuentos sobre la creación de cualquier otra religión, las que se imaginan que algunas fuerzas sobrenaturales un día decidieron... ¡zas!... crear la vida en la Tierra, y en particular, darle un lugar especial a la vida humana... las que creen que todo eso se completó en sólo seis días, y hace apenas unos miles de años, o cualesquiera otras tonterías las que el libro sobre la Evolución trata y analiza?
Por cierto, de nuevo quisiera animar a las personas a explorar el libro, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: Saber qué es real y por qué importa, porque creo que en realidad podría ayudarles a conocer no sólo los hechos básicos de la evolución —a conocer la enorme cantidad de evidencia científica concreta que muestra cómo la vida en este planeta llegó a existir y cómo cambió, como evolucionó, durante miles de millones de años, y cómo sigue evolucionando— sino también conocer de muchos puntos importantes de la filosofía y el método científico, de los cuales las personas podrían sacar mucho y podrían aplicarlos a todos los aspectos de la vida más en general, que incluyen los procesos revolucionarios. Perdóname por publicitar el libro aquí un momento, pero creo que en realidad vale la pena.
Pero, al retomar el argumento que algunas personas hacen de que “todas las ideas son iguales”, ¿de verdad debemos darle un tiempo y un peso iguales a las ideas religiosas sobre la creación sobrenatural contra la teoría científicamente establecida de la evolución, la que es un conjunto de ideas que se ha puesto a prueba y se ha verificado en el mundo concreto desde fines del siglo 19, la que se confirma en toneladas de evidencia científica concreta y se ha comprobado como la verdad una y otra y otra vez? Pues, ¡hágame el favor!
Mira, por lo que a mí respecta, las personas pueden aferrarse a cualquier idea que se les ocurra, pueden tener en mente la idea de que pueden volar desde un techo aleteando los brazos. Que tengan la idea que quieran, ¡siempre que no me digan que debamos darle un peso igual a todas las ideas! De nuevo se trata de la cuestión de la ciencia. No todas las ideas son iguales, no todas las ideas son igualmente válidas. De eso se trata: Digan lo que quieran decir, aférrense a las ideas que quieran, pero no me digan que son igualmente válidas, porque todas las ideas no son igualmente confirmadas por la evidencia concreta, por pruebas científicas. De nuevo, la ciencia es un proceso basado en la evidencia. Y puedo decir que, a base de la ciencia, si uno sube al techo y nada más aletea los brazos, no va a volar, ¿entendido? [se ríe] Además, no va a resultar en nada bueno. Hay evidencia concreta que comprueba esa idea. Hay que evaluar las ideas a base de que se hayan puesto a prueba ante la realidad material y que se haya comprobado su verdad, o su falsedad, a base de la evidencia material concreta, y no a base de lo que uno crea por casualidad o de lo que otras personas crean por casualidad. Pues si uno tiene la idea que si aletea los brazos, va a poder volar, pues se trata de una idea falsa la cual la evidencia no confirma. Obviamente es un ejemplo ridículo lo que doy, pero lo hago para señalar algo serio.
Pregunta: ¿De que algunas de las ideas sobre por qué la sociedad es cómo es, y cómo se puede transformar, son el equivalente a pensar que uno podría brincar de un edificio y volar?
AS: Pues, ¡casi iguales!
El pdf en español de este libro está disponible en revcom.us.
Se puede adquirir la edición en inglés del libro en rústica en Insight Press y en Amazon.