10 de abril de 2023. En el vídeo de una cámara de vigilancia, una madre y su hija entran en una pequeña tienda en una ciudad cercana a Mashhad, considerada una “ciudad sagrada” en Irán. La mujer más joven no lleva pañuelo en la cabeza (hiyab) y el pañuelo de la mujer mayor no le cubre totalmente el cabello. Un cliente varón empieza a gritarles, agarra un cubo grande de yogur y se lo echa encima de la cabeza de las mujeres.
Las mujeres agredidas son detenidas por “cometer un acto prohibido” (aparecer en público sin el hiyab apropiado). Al tendero, que sacó a empujones al agresor, lo fichan, le ordenan comparecer ante el tribunal para “dar explicaciones” y clausuran temporalmente su tienda. Mientras tanto, también se emitió una orden de detención contra el agresor.
En otro vídeo, comandos femeniles enmascaradas acosan en el metro a mujeres sin hiyab.
Si alguien se imaginaba que la rebelión desencadenada durante meses por el asesinato de Mahsa (Jina) Amini por llevar “indebidamente” el pañuelo en la cabeza hubiera creado tal maremoto de resistencia en toda la sociedad de modo que la República Islámica de Irán (RII) daría marcha atrás en sus normas que hacen obligatorio el hiyab o que esto ya era un hecho consumado, las declaraciones y medidas del régimen en las últimas dos semanas han demostrado lo contrario.
Lejos de hacerse de la vista gorda ante el incumplimiento generalizado de las normas sobre el hiyab (especialmente en las grandes ciudades), y mucho menos de renunciar a estas normas, el núcleo fascista dirigente del régimen islámico se ha redoblado en repetidas ocasiones su imposición de estas normas medievales y patriarcales como elemento central de la legitimidad del régimen y de su propia existencia como teocracia (un estado basado en leyes y preceptos religiosos y regido por éstos).
El jefe del poder judicial, Gholam-Hossein Mohseni-Eje’i, amenazó con procesar “sin piedad” a las mujeres que aparecieran en público sin velo1.
En una reunión con funcionarios estatales celebrada el 4 de abril, el “Líder Supremo” Alí Jameneí declaró (sin evidencia) que “servicios de inteligencia extranjeros” estaban animando a las mujeres iraníes a desobedecer las normas obligatorias en relación al hiyab, e instó a las autoridades a elaborar planes para abordar la cuestión. “Deshacerse del hiyab es haram [se prohíbe] según la ley sharia y también políticamente”, afirmó.
Al acatar la batuta de Jameneí, el Ministerio del Interior declaró que apoyaría en toda su extensión las actividades de los vigilantes justicieros que han estado acosando y agrediendo a las mujeres que no van totalmente cubiertas. El ministerio también dijo que el poder judicial y otros organismos encargados de hacer cumplir la ley tomarían medidas “en contra de los pocos que actúan contra las normas de la sociedad”. La Organización del Metro de Teherán ha creado un “grupo de trabajo sobre la castidad y el hiyab”2.
Usuarios de las redes sociales en Teherán compartieron fotos de “anfitrionas” vestidas con chadores de cuerpo entero a la espera en las entradas de las estaciones del metro para atrapar a las mujeres con “hiyab inapropiado”.
En una reciente reunión del Ayuntamiento de Teherán, un concejal dijo: “Los recursos y capacidades del pueblo, las fuerzas jihadíes, los medios de comunicación, el ejército y las fuerzas [paramilitares] Basich que luchaban contra la Covid-19, ¿por qué no iban a utilizarse para combatir la prostitución y el hiyab malo?”. Obsérvese que está llamando específicamente a aplicar una represión en toda la sociedad con la imposición del hiyab respaldada por los medios de comunicación, el ejército y las fuerzas paramilitares.
Un gran número de hombres iraníes apoyaron y defendieron activamente a las mujeres que se quitaron y quemaron el hiyab. Se trata de un avance muy positivo para Irán y para el mundo. Pero sigue habiendo demasiados hombres Y mujeres que han sido educados en escuelas fundamentalistas religiosas y que se han tragado el veneno ideológico de apoyar al régimen teocrático porque éste valida y refuerza el control sobre las mujeres. Este es el tipo de personas que se está azuzando en los ataques paramilitares y/o vigilantes contra las mujeres.
El hiyab obligatorio, como símbolo de la opresión de las mujeres, es una parte importante del “pegamento” social que cohesiona a la República Islámica y, por lo tanto, el régimen teocrático no ha sido capaz ni ha estado dispuesto a renunciar a él hasta ahora.
Esto pone a los teócratas en un camino de choque con las mujeres, las que están decididas a resistirse a que las reduzcan a ciudadanas de segunda clase, obligadas a cubrirse sus cuerpos y privadas de su individualidad y plena humanidad. El hiyab obligatorio forma parte de toda una serie de leyes y normas sociales patriarcales y misóginas que esclavizan a las mujeres bajo los conceptos reaccionarios y medievales de “castidad” y “honor”, y prácticas como el “asesinato por honor” a las mujeres que se salen, o a las cuales se sospecha de salirse, de los límites del patriarcado tradicional y asfixiante, con sus matrimonios concertados o sus costumbres sexuales atrasadas y asfixiantes. Es una sociedad terrible basada en la subordinación total de las mujeres a los hombres y a una deidad inexistente. Es una sociedad al estilo del “Cuento de la criada”, en que mujeres están vestidas de negro en lugar de uniformes rojos.
Continúa la resistencia al hiyab obligatorio
Frente a todo esto, en Irán continúa una resistencia muy valiente contra el hiyab obligatorio. Por ejemplo, se compartió ampliamente un vídeo en las redes sociales que mostraba a unos hombres que obligaron a un basich a bajar del tren porque estaba hostigando a una mujer por llevar el “hiyab inapropiado”. Durante los días feriados de Año Nuevo de Nowruz, las mujeres aprovecharon que la gente estaba en la calle para bailar en público (algo ilegal en Irán) y quitarse el hiyab. El 5 de abril, fecha que habría sido el cumpleaños 20 de Hamidreza Rouhi, asesinado por disparos de la policía durante las protestas de noviembre de 2022 en Teherán, se produjo un suceso especialmente conmovedor e impactante. Su padre colocó globos en la puerta de su hogar e invitó al vecindario a celebrar el cumpleaños de su hijo asesinado. Muchos cientos de personas llenaron la calle, entre ellas algunas mujeres sin hiyab, cantando y coreando “A cada persona asesinada lo reemplazan otros mil”.
A escala internacional, se está lanzando una campaña para llevar y promocionar un botón que dice en persa: “Me opongo al hiyab obligatorio” (véase el reciente artículo en Msmagazine.com). Entre los participantes figuran los directores de la película Nasrin, Marcia Ross y Jeff Kaufman.
Como analiza el Comunicado del Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta), “¡Ya se ha iniciado el entierro del hiyab obligatorio, el entierro de la integración de la religión con el estado! ¡Terminémoslo!”, de septiembre de 2022:
En 1979, el decreto del hiyab obligatorio de Jomeini fue el comienzo del establecimiento de un régimen fundamentalista islámico que lo abarcaba todo. El entierro del hiyab obligatorio acelera el proceso de derrocamiento de este régimen religioso fascista a pasos agigantados. El hiyab obligatorio y la ley sharia (la integración de la religión y el gobierno) allanaron el camino para que la República Islámica pisoteara los derechos básicos más amplios del pueblo en todos los aspectos de la vida: supresión del disentimiento; libertad de pensamiento, expresión y publicación; libertad de asociación y partidismo; supresión de las nacionalidades oprimidas; represión de trabajadores, estudiantes y maestros, etc. El hiyab obligatorio es el aglutinante que articula a la República Islámica, como han enfatizado sus líderes, “mantenerla en pie es aún más importante que el antiamericanismo”….
Todos los movimientos religiosos fundamentalistas en el mundo, incluidos los islámicos, cristianos, judíos, hindúes, etc., tienen un elemento común epistemológico y político muy importante: todos son anticientíficos y ven la religiosidad como un factor importante para mantener a las sociedades bajo su control cohesivo. Este es el caso de los fascistas cristianos en Estados Unidos que hoy se concentran en el Partido Republicano. La abolición del derecho al aborto en Estados Unidos por parte de jueces que apoyan a estos fascistas evidencia este hecho.
Hoy, en el marco del mundo en que domina el capitalismo, existirán sin duda intereses sociales y de clases de fuerzas sociales anticuadas y reaccionarias en todos los ámbitos de las relaciones económicas, políticas y sociales que se adhieren a la religión. Únicamente una república socialista puede garantizar la “separación entre la religión [y] el estado”. Esta separación significa quitar la religión de todas las esferas públicas de la sociedad y el gobierno; significa que el estado debe garantizar que la religión se restrinja a la esfera privada de los ciudadanos, inclusive con la adopción de una Constitución y leyes en varios ámbitos que lo mandatan, incluida la educación primaria y superior, la atención médica, la economía y la propiedad, y en general dentro del alcance de las atribuciones y deberes de los tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Para consultar el artículo original en persa, así como importantes artículos teóricos sobre la opresión de las mujeres, visite cpimlm.org.