En una reunión reciente de la junta escolar en Placentia, un pequeño pueblo en los suburbios del condado de Orange, California, el Club Revolución se presentó como una fuerza disciplinada que se metía en un mar de cien o más fascistas cristianos supremacistas blancos que están en contra de las máscaras faciales y que han estado amenazando a miembros de la junta e interrumpiendo sus reuniones.
La reunión pública se realizó al aire libre porque las reuniones han sido invadidas por fascistas que se niegan a usar máscaras. Se instalaron barreras físicas para proteger a los miembros de la junta escolar de su audiencia rabiosa y la policía estaba a la espera. En una escena espeluznante tipo El cuento de la criada, decenas de fascistas se reunieron en un círculo de oración antes de la reunión abierta y comenzaron a pedirle a Dios que castigue a los miembros de la junta escolar que ellos consideran como un obstáculo para su agenda reaccionaria. Muchos de estos padres de familia fascistas bien organizados vestían camisetas rojas que decían “Los sacaré”, lo que significa que, a menos que se cumplan sus demandas dementes, sacarán a sus hijos de las escuelas del Distrito Escolar Unificado Placentia-Yorba Linda, lo cual sería una pérdida de fondos para el distrito de $10,000 al año por estudiante.
Los fascistas exigen el fin de los mandatos de uso de máscaras y vacunas, el desmantelamiento de las protecciones sanitarias que salvan vidas durante una pandemia que ha matado a 5 millones de personas en todo el mundo y 900.000 en Estados Unidos hasta ahora. Muchos también exigen que se prohíba la “teoría crítica de la raza”, con lo que se refieren a cualquier enseñanza de la verdad sobre la opresión de los negros y otros pueblos oprimidos, así como a cualquier esfuerzo para que el currículo escolar reconozca la humanidad de las personas LGBT. Esto es parte de un movimiento nacional organizado para imponer un Estados Unidos fascista, a nivel federal y local, aterrorizando y tomando el control de juntas escolares, juntas electorales y otras cosas.
La inmensa mayoría de la audiencia de la reunión pública eran fascistas, con un puñado de valientes padres de familia y personal escolar con máscaras puestas para defender el uso de las máscaras, las vacunas y la educación multicultural con protecciones para las personas LGBT. En la sesión para comentarios públicos, 47 personas se inscribieron para expresarse, de las cuales probablemente 40 eran fascistas.
Cuando se abrió la sesión, se inició con llamados a poner fin a los mandatos de máscaras y vacunas y a prohibir la Teoría Crítica de la Raza. La tercera oradora fue Michelle Xai del Club Revolución y estableció términos completamente diferentes. Ella dijo que estos racistas genocidas no tienen derecho a propagar enfermedades y muerte, explicó cómo los miembros de la junta escolar han sido literalmente amenazados por hacer lo correcto.
Michelle les hizo saber a todos que los revcom, los comunistas revolucionarios, estaban presentes para apoyarlos y estamos trabajando para hacer una revolución para derrocar todo el sistema que engendró esto. Este anuncio provocó una descarga eléctrica en el aire. Los fascistas rabiosos se indignaron, se rieron y la interrumpieron mientras hablaba, pero principalmente acataron la advertencia del presidente de la junta que insistió en que se permitiera escuchar a los oradores.
Un par de oradores en adelante, otro miembro del Club Revolución, que creció yendo a la escuela en ese distrito, habló poderosamente sobre por qué los niños blancos necesitan aprender la verdad sobre la fea historia de Estados Unidos. Se basó en un artículo reciente del líder revolucionario Bob Avakian, “El racismo: Es necesario que los jóvenes blancos aprendan acerca de él”. El miembro del Club Revolución dijo que, de hecho, Estados Unidos se construyó sobre la esclavitud y el genocidio, y que enterarse de lo que Estados Unidos le ha hecho a los negros y a otras personas oprimidas, siendo un joven blanco en ese momento, sí lo hizo sentir incómodo, pero eso fue ALGO BUENO. Lo hizo enojar y le dio ganas de luchar por arrancar de raíz esta opresión. Y planteó la necesidad de una revolución real para hacerlo. Las personas en la parte trasera de la reunión que se oponían a los fascistas aplaudieron con entusiasmo. Entre la gente decente, había un aire de “POR FIN, alguien está diciendo esto”.
Los oradores del Club Revolución encabronaron a los fascistas y envalentonaron a las personas que estaban presentes para hacerle frente a todo eso. Los fascistas hablaban de la fila de sillas con camisetas de ¡Revolución, y Nada Menos! Dispersos en el resto de los comentarios de la noche, los fascistas se aseguraron de denunciar el comunismo y que los comunistas estaban presentes. Y al menos otro padre de familia opuesto a los fascistas tomó la batuta de Michelle y dijo que él también apoya a los miembros de la junta escolar que defienden lo que es correcto.
Otros oradores que abrieron brecha en el muro abrumadoramente fascista de tonterías incluyeron a una trabajadora de la salud que argumentó que “la mejor manera de terminar con los mandatos de mascarillas es luchando por los mandatos de vacunas en las escuelas” (fue recibida con ceños fruncidos y abucheos de los fascistas), y un educador que habló de la verdad de que el racismo es un problema endémico AHORA, en este distrito escolar y en la sociedad, y que cuando los estudiantes negros y latinos denuncian incidentes racistas, no se les hace caso.
El punto que realmente estaba en la agenda de la junta escolar sobre las vacunas era una resolución que solicitaba al gobernador que “reconsiderara o rescindiera” el mandato de vacunas para las escuelas K-12. Esto será terrible y no sano para la escuela y la comunidad. La junta escolar tiene al menos una fascista rabiosa adicional, y otros dos que estaban con ella o estaban tratando de encontrar puntos en común. Había dos miembros de la junta, quienes se basan en la ciencia, odiados apasionadamente y amenazados por los fascistas. Estos dos fueron denunciados repetidamente por los fascistas en la reunión, quienes prometieron sacarlos de la junta mediante una votación, amenazaron con que “sus días estaban contados” e incluso acusaron a la junta de abusar de los niños al imponer el mandato de máscaras. Desafortunadamente, los fascistas llevaban la batuta ese día y fue adoptada esta resolución, en gran parte con este tipo de temor e intimidación. Hace falta que se cambie esta situación, que ocurre en ciudades y pueblos pequeños de todo el país.
En su obra reciente, “Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia. Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución”, Bob Avakian dice:
En lugar de pelearse y matarse entre sí, lo que las personas tienen que hacer ahora es unirse para defenderse unos a otros — oponerse a toda la violencia injusta, y no lanzar ataques contra nadie, pero al mismo tiempo no dejar que la policía o los golpeadores fascistas “civiles” brutalicen y maten a la gente de forma gratuita. Y las personas tienen que hacer esto como parte de acumular fuerzas para la revolución.
De acuerdo con eso, el Club Revolución deja en claro nuestra intención de defender a las personas que caen bajo ataques de parte de un movimiento fascista por defender lo que es correcto. Ya es hora de que aquellos con audacia y corazón se unan a nosotros en hacer todo esto, como parte de hacer nacer un pueblo revolucionario.