
La Guardia Nacional detiene a migrantes en el Río Bravo / Grande en El Paso, Texas, 21 de marzo de 2024. Foto: AP
Dos acontecimientos de la semana pasada indican el rumbo cada vez más represivo que están tomando tanto los demócratas como los republi-fascistas en sus ataques contra los inmigrantes. Si bien difieren en cómo (y con qué saña) atacar y satanizar a los inmigrantes, ambos partidos criminalizan y atacan a personas que huyen de condiciones desesperadas por la capacidad básica de sobrevivir.
El condado de El Paso, Texas, se encuentra en la frontera entre Estados Unidos y México. Su fiscal de distrito, Bill Hicks, anunció que conocerá casos de “delito menor de disturbios” contra cientos de inmigrantes ante un gran jurado para que los procese — una medida legal que es “inaudita”. La Guardia Nacional de Texas ha colocado barreras de alambre de púas a lo largo de la frontera, en desafío al gobierno federal. En marzo, arrestaron a unos inmigrantes que intentaban traspasar las barreras para poder solicitar asilo en Estados Unidos (que es legal). Un juez desestimó los cargos contra los inmigrantes. La escandalosa medida de represalia de Hicks está perfectamente sincronizada con una ley (SB4) impulsada por Greg Abbott, el gobernador fascista cristiano de Texas, que permitirá a todos los policías en el estado detener y arrestar a cualquier persona que sospechen de estar en el país “ilegalmente”. Hicks está dando una idea de lo que podría significar la SB4 incluso antes de que haya sido aprobada en el sistema judicial.
Mientras tanto, Trump, el Fascista En Jefe, ha prometido iniciar un “operativo de deportación sin precedentes” el “primer día” de su presidencia si regresa al cargo. (Véase en el artículo de Revolución “Ley antiinmigrante texana facilitaría que todo puerco policía en el estado demandara: “¡Muéstreme sus papeles!” un análisis más detallado de la SB4.)
Justo alrededor del momento en que Hicks hizo su anuncio, la administración de Joe Biden anunció que proponía su propio cambio en la política de asilo — posibilitando que el gobierno federal “ponga en vía rápida las deportaciones”. Varios informes de los medios indican que Biden está buscando formas de ir mucho más allá —“cerrar la frontera”, si la migración alcanza un cierto umbral, e impedir nuevas solicitudes de asilo—, a la vez que mantiene una fachada de legalidad y “siguiendo las reglas”.
Los republi-fascistas han hecho de la cuestión de la inmigración un ariete para su agenda fascista más amplia. Lo utilizan para azuzar una cruel xenofobia antiinmigrante (miedo y odio a los “extranjeros”) y una histeria sobre el “peligro” de que Estados Unidos se convierta en un país mayoritariamente minoritario, mientras lo utilizan como cuña entre los oprimidos, especialmente para movilizar a algunas personas negras e incluso a algunos latinos nacidos en Estados Unidos contra los inmigrantes sobre la base del feo chovinismo pro estadounidense. Usan un lenguaje francamente nazi contra los inmigrantes con la promesa de “recuperar a Estados Unidos” a las “alimañas que invaden a nuestro país”.
Mientras tanto, los demócratas están tratando de mantener la mentira de que Estados Unidos es un “país de inmigrantes”, al que puede acudir gente de todo el mundo en busca de “prosperidad y una vida decente”. Todavía intentan proponer un modelo multicultural como una forma de incorporar a las “minorías” al sistema — para así ejercer mejor el control. Pero sin todo el vil lenguaje [de los republi-fascistas], su programa tiene el mismo efecto. Biden no azuza la misma histeria antiinmigrante, pero no obstante ha deportado a más personas que Trump en los años anteriores, continúa construyendo el muro de Trump y ahora está triturando todo el proceso de asilo.
Las divisiones y diferencias entre los gobernantes de este sistema están llegando a un desenlace — sobre la manera de administrar y cohesionar mejor su sistema explotador y opresivo del capitalismo-imperialismo. El líder revolucionario Bob Avakian habla sobre la oportunidad que esto brinda y sobre lo que se necesita hacer — y lo que no se necesita hacer.
Es muy probable que todo llegue a un desenlace y todo esté en el aire en el presente año, 2024, siendo las elecciones presidenciales de este año un eje agudo de las riñas entre los dos partidos de la clase dominante imperantes —los demócratas y los republicanos— una lucha que muy probablemente se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha el funcionamiento de todo su sistema mortífero.
Una profunda división de este tipo —y especialmente este antagonismo amargo entre los de arriba— no se ha visto en Estados Unidos desde la época de la Guerra Civil en los años 1860.
Éste no es un momento de tomar partido con un grupo de opresores u otro. Este es un momento poco común —una oportunidad muy poco común — una oportunidad que quizá ocurra únicamente una vez en la vida— una oportunidad de aprovechar las profundas divisiones entre los opresores gobernantes y hacer frente al sistema entero de ellos, con el fin de hacerlo caer todo, y erigir algo mucho mejor en su lugar.
Es importante no despilfarrar —desperdiciar, desaprovechar— este momento poco común. Es necesario aprovecharlo activa y urgentemente — a fin de gestar una revolución verdaderamente emancipadora. (Del mensaje mediático Revolución Número Ocho, @BobAvakianOfficial)
¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!
Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir,
Pasaje de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte: Artículo II. Sección 3. H. Inmigrantes, ciudadanía y asilo.
De la autoría de Bob Avakian
Adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
“La Nueva República Socialista en América del Norte tiene la orientación de darle la bienvenida a los inmigrantes de todo el mundo quienes tengan un deseo sincero de contribuir a las metas y objetivos de esta República...”
del Artículo II. Sección 3. H. (vinculado arriba)
Conozca los antecedentes del papel estratégico que desempeña la explotación de los inmigrantes en la economía estadounidense y las implicaciones al respecto, en “El parasitismo imperialista y la recomposición social y de clases en Estados Unidos de los años 1970 al presente: Una exploración de las tendencias y los cambios” de Raymond Lotta. En particular, consulte la sección “VII. LOS TRABAJADORES NACIDOS EN OTROS PAÍSES QUE VIVEN EN ESTADOS UNIDOS, Y LA “FUGA DE CEREBROS” DESDE EL SUR GLOBAL”.