La tarde del 27 de junio, un camión aparcado en la zona sur de San Antonio se convirtió en una infernal cámara de la muerte. Al menos 53 personas —inmigrantes de México, Guatemala y Honduras— sufrieron una muerte atroz. Habían estado atestados en el remolque del camión con temperaturas de más de 30C/100F grados en el exterior, y mucho más altas en el interior. El San Antonio Express-News informó que “casi 100 personas estaban apiñadas dentro del remolque”.
No tenían ventilación, ni aire acondicionado, ni agua u otros líquidos, ni comida. En el momento de componer este artículo, se sabe que 16 personas, entre ellas cuatro niños, han sobrevivido, hasta ahora, y han sido trasladadas a hospitales, aquejadas de agotamiento por el calor y deshidratación. El jefe de bomberos de San Antonio dijo que las personas que se llevaron al hospital estaban demasiado débiles para poder salir del remolque por su cuenta. Añadió que todos estaban “calientes al tacto”.
Una cicatriz sangrienta
Cada año, cientos de personas desesperadas mueren de forma horrible tratando de cruzar la cicatriz manchada de sangre que es la frontera entre México y Estados Unidos. Sólo en 2021, al menos 650 personas murieron a lo largo de la frontera mientras intentaban cruzarla desde México hacia Estados Unidos. Muchos mueren de forma horrible, sin nombre y sin dejar rastro, en desiertos abrasadores, desfiladeros de montaña helados o flotando por el Río Grande. Mueren de deshidratación... mueren de hambre... mueren de frío... se ahogan... mordidas por cascabeles, atropelladas por trenes y coches, abatidas por ataques cardíacos. A menudo sus cuerpos se pudren, tal vez encontrados, tal vez no. Sólo desde el 9 de junio de este año, 10 personas se han ahogado en los canales de riego de los alrededores de El Paso. La Organización Internacional para las Migraciones, que investiga sobre las personas que mueren al tratar de cruzar las fronteras internacionales, incluida la frontera entre México y Estados Unidos, señaló que “todas las cifras [de muertes de migrantes] siguen siendo subestimadas”.
Estas personas que intentan llegar a Estados Unidos gastan los ahorros de toda su vida y se endeudan mucho para intentar llegar y cruzar la frontera. A cada paso del camino, corren el peligro de que les asalten, les roben, les violen y les maltraten las pandillas, la policía, los agentes federales tanto en México como en Estados Unidos, mientras intentan llegar a Estados Unidos con la esperanza de encontrar un trabajo de mierda mal pagado. Estas personas empobrecidas tienen que cruzar una zona de muerte hipermilitarizada y de alta tecnología que es la frontera entre Estados Unidos y México. Si superan todo eso, deben atravesar un páramo yermo en que merodean la policía, la Patrulla Fronteriza, las milicias fascistas y la Guardia Nacional.
Las autoridades estadounidenses han “expulsado” o deportado a millones de personas, a muchas de las cuales las han enviado a vivir en “campos de refugiados” escuálidos y plagados de enfermedades y delitos en México.
¿Por qué alguien arriesgaría su vida, y la de sus seres queridos, para hacer este viaje, sabiendo los peligros que implica cada paso del camino? Como dijo el líder revolucionario Bob Avakian:
Ahora ya puedo escuchar estos reaccionarios idiotas diciendo: “Ok, Bob, responde a esto: Si este país es tan terrible, ¿por qué gente de todo el mundo viene aquí? ¿Por qué hay tanta gente tratando de meterse en vez de salirse?...” ¿Por qué? Yo te voy a decir por qué. Porque han cagado al mundo aún peor que lo han cagado a este país. En el proceso de adquirir su riqueza y poder, ellos lo han hecho imposible para mucha gente poder vivir en sus propios países. (Lo BAsico 1:14)
Los horrores causados por este sistema a lo largo de la frontera y dentro de México y América Central están empeorando. Y la respuesta de los gobernantes de este país, tanto demócratas como republi-fascistas, ha sido aumentar la represión: enviar aún más agentes armados, más aviones no tripulados, más barcos armados para patrullar el río, más vallas de alambre navaja para delimitar dónde comienza la “tierra de la libertad”. Para crear las condiciones en las que se amontonarán aún más cadáveres, en las que se infligirá más dolor ineludible.
Como presidente, Trump habló con descarado racismo y se jactó de su crueldad hacia los inmigrantes. Biden, aunque dice estar horrorizado por la brutalidad y el racismo abiertos de Trump, en realidad ha expulsado a muchos más inmigrantes que Trump, en menos tiempo. Al mismo tiempo, las fuerzas fascistas han intensificado su ofensiva antiinmigrante. Apenas unas horas antes de que sacaran los cadáveres del remolque en San Antonio, Greg Abbott, el gobernador fascista de Texas, se jactó en un tuit de que, en los meses transcurridos desde que había intensificado la represión a lo largo de la frontera en un despliegue militar llamado “Operación Estrella Solitaria”, su logro ha sido “265.000+ migrantes aprehendidos, 16.400+ criminales arrestados, 13.800+ cargos por delitos graves reportados. Las autoridades también han impedido que más de 22.000 migrantes cruzaran ilegalmente la frontera”.
Un siglo de dominación imperialista
Durante más de un siglo, Estados Unidos ha saqueado, invadido y dominado México y Centroamérica. Ha destruido y envenenado no sólo la agricultura sino la tierra y el agua que hacen posible la agricultura. Además, explota y persigue a las personas que de alguna manera llegan a este país y se ven obligadas a vivir como animales cazados, sin un estatus legal reconocido.
Los demócratas y los republi-fascistas adoptan enfoques algo diferentes: los demócratas hablan con frases melosas de compasión y justicia, mientras que los republicanos vilipendian a los inmigrantes, afirmando que son responsables de los problemas de Estados Unidos y prometiendo nada más que una represión más cruel. Pero ambos representan un sistema que se ha engordado de la explotación salvaje de los inmigrantes y de los países de los que proceden. Ambos están manchados de la sangre de los inmigrantes.
Como destacó Bob Avakian (BA) en su obra importante “Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador”:
Es este sistema el que es la causa básica del tremendo sufrimiento al que está sometida la gente en todo el mundo; y este sistema representa una amenaza creciente a la existencia misma de la humanidad, en la manera en que este sistema está destruyendo rápidamente el medio ambiente global y en el peligro de una guerra entre las potencias capitalistas-imperialistas con armamento nuclear, como Estados Unidos y China.
La que se necesita urgentemente, y para la que todos los que quieren poner fin a horrores como la muerte de inmigrantes en San Antonio tienen que trabajar activamente y prepararse, es, como dice BA, “...Revolución — una revolución real para derrocar este sistema, y crear un sistema radicalmente diferente y mucho mejor”.