El 15 de noviembre, Greg Abbott, el gobernador fascista cristiano fanático de Texas, tuiteó que está “dando todas las facultades a Texas para tomar medidas sin precedentes para defender nuestro estado contra una invasión”. Emitió una orden ejecutiva que declara formalmente que los migrantes “están invadiendo” al estado a lo largo de su frontera sur con México, e invocó las Constituciones de Estados Unidos y de Texas para justificar su orden.

Las medidas que Abbott ordenó incluyen: desplegar más tropas de la Guardia Nacional y de policías del Departamento de Seguridad Pública de Texas facultados para detener y rechazar a los inmigrantes a lo largo de la frontera; usar embarcaciones con armas de fuego a lo largo del Río Bravo / Grande, un río que forma el límite entre Texas y varios estados mexicanos; iniciar acuerdos entre el estado de Texas y otros estados de Estados Unidos y “potencias extranjeras” para “realzar la seguridad fronteriza”; construir un muro fronterizo y proveer recursos a los condados fronterizos para aumentar su respuesta a la “invasión” fronteriza. Abbott también anunció que comenzará a enviar a Filadelfia a los inmigrantes detenidos en Texas, además de las otras tres municipalidades encabezadas por el Partido Demócrata a las que ya se les envía en autobús.

En su conjunto, estas medidas equivalen a un escalamiento de la “Operación Estrella Solitaria” — una arremetida sistemática de represión, militarización, arrestos y encarcelamientos en masa, y privación de derechos básicos reconocidos por la ley estadounidense e internacional que han impuesto las autoridades fascistas de Texas a gran parte de la zona a lo largo de la frontera, y se extiende hasta 160 km hacia el norte. En sus primeros 19 meses, hasta fines de septiembre de 2022, “Estrella Solitaria” había provocado la detención de 308.700 inmigrantes, con más de 20.200 arrestos y 17.900 cargos por delitos graves. Texas sacó del estado a más de 11.000 migrantes en ese período.

Hay que tener en cuenta que estas cifras corresponden a las actividades de las autoridades estatales y locales tan sólo en Texas. A lo largo de la frontera sur de Estados Unidos, en el año que terminó el 20 de junio de 2022, “hubo casi 2.4 millones de arrestos de migrantes en la frontera suroeste de la nación ... el número más alto jamás registrado, según la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ...”. Desde marzo de 2020, han “expulsado” a más de 2 millones de personas de Estados Unidos —expulsadas sin ninguna audiencia legal— a lo largo de su frontera sur. Muchos han sido colocados en “campamentos” en el lado mexicano de la línea, y cada vez más, muy al interior de México. El New York Times describió uno de estos campamentos, en la ciudad mexicana de Reynosa: “Sobrepoblado ya, con más de 2.000 personas, es sucio y maloliente, y carece de... infraestructuras sanitarias y de salud.... Las agresiones y los secuestros para pedir rescate son habituales”.

Título 42

Muchas de estas expulsiones se han realizado al amparo del Título 42, una disposición del código sanitario de Estados Unidos que permite que el gobierno federal “expulse” a los migrantes que quieran solicitar asilo. El fascista Trump inició la aplicación del Título 42 durante el último año de su mandato, pretextando de manera falsa y cruelmente hipócrita la protección del público estadounidense contra el virus Covid.

El demócrata Biden continuó con ganas el Título 42, tras hacer campaña para la presidencia con decir que pondría fin “el primer día” a las políticas “crueles y temerarias” de Trump hacia los inmigrantes. Pero aun antes de que Biden tomara juramento para su cargo, dijo que suspender el Título 42 llevaría a tener “dos millones de personas en nuestra frontera” y es “lo que menos necesitamos”. Las expulsiones del Título 42 bajo Biden se dispararon, y pronto eclipsaron las expulsiones bajo Trump. Tan sólo en octubre de 2022, hubo más de 204.000 detenciones a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos y más de 78.400 expulsiones bajo el Título 42. Hubo 12.034 “encuentros” entre la Patrulla Fronteriza y niños no acompañados a lo largo de la frontera sur. Hasta marzo de 2022, las autoridades estadounidenses expulsaron a más de 16.000 niños no acompañados, obligados a regresar a México, independientemente de su procedencia.

Se suponía que el uso del Título 42 sería siempre una medida temporal. El mismo día en que Abbott anunció su plan contra la “invasión”, un juez federal dictaminó que el gobierno de Biden debía poner fin al uso del Título 42 antes del 21 de diciembre. Autoridades federales y estatales prevén un gran aumento de los intentos de cruce de la frontera en cuanto se levante el Título 42, y llevan meses preparándose para ejercer un control aún más severo sobre la frontera y las personas empobrecidas que intentan cruzarla, cuando eso ocurra.

En la primavera de 2022, cuando parecía posible que el Título 42 terminara en marzo o abril, Biden desarrolló un “plan de todo el gobierno”, de intensificación de la represión. El plan exigía fortificar e intensificar la ya obscena militarización de la frontera por Estados Unidos, y poner en marcha aún más personal e instalaciones para manejar “las consecuencias de entradas ilegales, incluidos expulsiones, detenciones y enjuiciamientos” de decenas de miles, quizás millones, de inmigrantes desesperados y empobrecidos, y “expulsiones aceleradas”. Unos meses más tarde, la administración de Biden anunció un plan de “expulsiones aceleradas”: acelerar la deportación de miles de familias migrantes con niños que cruzan la frontera entre Estados Unidos y México sin papeles.

Nada de esto satisface a los aún más despiadados republi-fascistas, y a los cerdos policías que ejercen la ley estadounidense a lo largo de la frontera. Cuando parecía que se iba a suspender el Título 42 a principios de 2022, Stephen Miller, un rabioso odiador de los inmigrantes y ex asesor alto de Trump, tuiteó que esto “significaría un Armagedón en la frontera. Así es como terminan las naciones”. Esta semana, el sindicato de agentes de la Patrulla Fronteriza tuiteó en respuesta al inminente fin del Título 42: “Esta nueva ola masiva de extranjeros ilegales que va a golpear a nuestro país llega a ustedes cortesía de la ACLU. Les encanta idealizar a los criminales y vilipendiar a las fuerzas del orden”. Ken Cuccinelli, que había sido un funcionario de alto rango en el Departamento de Seguridad Nacional de Trump, criticó a Abbott por no utilizar “toda la autoridad de una declaración de invasión. Decir que te están invadiendo pero no bloquear la llegada de los invasores es un cascarón vacío. Hasta que el gobernador Abbott saque a los ilegales de la frontera y del país, esto seguirá siendo un artimaña de relaciones públicas, y Texas y Estados Unidos saldrán en peor situación por ello”.

Profundas divisiones y la revolución que se necesita

Hay una enorme crisis humanitaria en la frontera. Es muy posible que muy pronto entre a niveles totalmente nuevos y más horrorosos de sufrimiento humano y represión violenta. El funcionamiento global del imperialismo capitalista, especialmente el imperialismo estadounidense, causa e impulsa esta crisis, y la angustia que perpetúa — un sistema que ha empobrecido a decenas de millones de personas, ha envenenado la tierra y el agua y ha imposibilitado la agricultura, y ha apoyado a gobiernos de escuadrones de la muerte que han asesinado, brutalizado y violado a innumerables personas.

Los demócratas a menudo manifiestan una fachada hipócrita de “preocupación” y “compasión” por los inmigrantes; los republicanos arden de odio racista y llaman abiertamente a tomar medidas más brutales y violentas a lo largo de la frontera y contra muchos inmigrantes dentro de Estados Unidos. Pero los dos partidos, como dijo Bob Avakian (BA) en una entrevista el verano de 2022:

... no tienen respuestas a esta situación, aparte de otros horrores: detenciones brutales, campos de detención de miseria y crueldad indescriptibles, separaciones de familias, control fronterizo que engendra redes de tráfico de migrantes que se transforman en tráfico para trabajos forzados y explotación sexual.

Las divisiones al interior de la clase dominante acerca de la manera de responder a la inmigración masiva son parte de divisiones aún más profundas en Estados Unidos. Como escribió BA en su documento de vital importancia “Este es un momento poco común...”:

No es posible resolver estas divisiones entre los poderes gobernantes, y en la sociedad más amplia, en el marco que ha existido, y que ha mantenido la articulación de las cosas, durante casi 150 años, desde poco después del fin de la Guerra Civil de Estados Unidos que condujo a la abolición de la esclavitud — no es posible resolverlas sobre la base de la “democracia” capitalista que ha sido la forma “normal” de gobierno capitalista (dictadura) durante tanto tiempo.

Algo radicalmente diferente va a reemplazar el marco que ha existido durante todo este tiempo — y como señala agudamente la “Declaración y Llamamiento”:

sólo es posible resolver la crisis y las profundas divisiones de la sociedad con medios radicales, de un tipo u otro — ya sea medios radicalmente reaccionarios, mortíferamente opresivos y destructivos o medios revolucionarios radicalmente emancipadores.

Y como BA demuestra científicamente en ese documento y en otros lugares, estamos viviendo en momentos poco comunes en que tal revolución se vuelve posible. Debemos dedicar nuestras energías, valor y creatividad a crear eso a la mayor brevedad posible.

¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!