Los instrumentos de propaganda del sistema imperialista —ya sean las noticias FOX descaradamente fascistas o el grupo dizque tan objetivo del New York Times y la CNN— informan sobre la guerra como si fuera una combinación de algún tipo de videojuego/evento deportivo (“qué bueno, los rusos están perdiendo”) o una nueva serie dramática, en la que el actor de televisión ucraniano convertido en presidente Zelensky protagoniza una nueva serie convincente y los periodistas “endurecidos” repentinamente lloran al ver el sufrimiento que trae la guerra (lágrimas que de alguna manera nunca encontraron al informar sobre el sufrimiento mucho mayor provocado por los crímenes de guerra de Estados Unidos en Irak, Afganistán o ahora mismo en Yemen — y si no sabe sobre Yemen, pues, que consulte nuestro artículo en esta edición y entérese cómo le han mentido y manipulado).

No obstante, la guerra es de hecho extremadamente importante y el mundo está entrando en una situación extremadamente peligrosa. Especialmente dado esto, como escribió Bob Avakian en “El descarado chovinismo pro estadounidense: ‘Antiautoritarismo’ como ‘tapadera’ para apoyar al imperialismo estadounidense”: “…podemos y debemos confrontar y analizar la realidad tal y como es, y sacar las conclusiones necesarias”.

Principalmente, esto significa comprender los intereses fundamentales de clase de todos los bandos y no convertirse en lo que Lenin, el líder revolucionario ruso y gran teórico comunista, una vez llamó “víctimas necias del engaño ajeno y propio”. Pero también significa aplicar eso a los acontecimientos a medida que se desenvuelven.

Presentamos los verdaderos acontecimientos esenciales:

1. Creciente sufrimiento en la población de Ucrania

Menos de dos semanas después de la totalmente injusta invasión a Ucrania por Rusia, más de un millón de refugiados han sido obligados a abandonar sus hogares en una búsqueda desesperada de refugio en los países vecinos. El saldo de muertos es difícil de cuantificar, pero entre las tropas rusas, las tropas ucranianas y los civiles, ya supera mil¹.

Ante lo que parecen ser reveses militares y logísticos en su invasión, Rusia está intensificando los ataques contra civiles. Fotos verificables muestran puentes, escuelas y zonas residenciales dañados o destruidos por misiles rusos. Cruentas batallas han estallado en plantas de energía nuclear, incluida la de Chernóbil, que experimentó un aterrador “derretimiento” en 1986 que emitió radiación al aire a través de Ucrania, Rusia y Europa.

Rusia entendió cuando entró en la guerra que quizá no sea una victoria fácil y que pagaría un precio. Evidentemente, pensaron que era peor la alternativa — la injerencia progresiva y creciente de Estados Unidos en lo que Rusia considera su esfera de influencia. Ahora que han apostado todo a esto, existe una necesidad real de que ganen de alguna forma.

2. Estados Unidos está invirtiendo ayuda para prolongar la guerra y desangrar a su rival Rusia

Al ver la posibilidad de hacer que la invasión tenga mayor costo militar, económico y político para Rusia, y la necesidad de no retroceder y parecer débil, Estados Unidos está aumentando los envíos de armas por cientos de millones de dólares a Ucrania.

En este momento, Estados Unidos y sus aliados tienen una libertad considerable para transportar esas armas al oeste de Ucrania, mientras que las fuerzas rusas están concentradas en el sur y el este del país, y Estados Unidos se está apresurando a enviar armas mientras ese corredor permanece abierto. Está poniendo esas armas de última generación en manos de las 170.000 tropas en servicio activo de Ucrania, muchas de las cuales han sido entrenadas por las fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos y se han templado en batallas con tecnología militar estadounidense en la guerra contra los separatistas respaldados por Rusia en el este de Ucrania.

Esta inyección de armas estadounidenses, a su vez, aumenta lo que está en juego para que Rusia consiga una victoria rápida al intensificar su destrucción de la infraestructura civil de Ucrania y abandone las pretensiones de no atacar a la población civil.

En resumen, Estados Unidos parece haberse decidido, al menos por ahora, por una estrategia de no entrar directamente en la guerra, sino por movilizar a sus aliados para ayudar a Ucrania de tal manera que prolongue la guerra y debilite a Rusia tanto como sea posible. No lo hacen por ninguna preocupación por el pueblo ucraniano, sino como una forma de promover aún más sus intereses imperialistas en Europa.

3. Las potencias imperialistas de todos lados están jugando a un juego cada vez más peligroso y muy serio con el planeta

A pesar de lo horripilante que lo es todo esto, a medida que la guerra se prolonga y se intensifica, existe el verdadero potencial de que la marcha de los acontecimientos entre en una espira que se salga de control incluso de la intención de cualquiera de los bandos, incluso al extremo en que uno u otro bando o ambos vean la necesidad de usar armas nucleares.

La compulsión impulsora por parte de ambos lados —el bloque estadounidense y el ruso— de dominar a Ucrania y la imprevisibilidad de la guerra, ya han llevado a batallas campales por el control de las frágiles plantas de energía nuclear (que dependen de fuentes externas de energía para evitar que se sobrecalienten), y a un más terrible saldo de muertes y destrucción que lo que parece que ambos bandos esperaban.

Pero existe el peligro de que la situación en rápido desarrollo en Ucrania pueda reventarse de formas mucho más terribles². Como Andy Zee dijo en el reciente Foro de emergencia sobre la guerra en Ucrania en Libros Revolución en la ciudad de Nueva York: “Todas las guerras están llenas de incertidumbres — de cálculos y de errores de cálculo, y además Rusia y Estados Unidos poseen 8.000 armas nucleares con la posibilidad de destruir la Tierra y una buena parte de la vida sobre ella, el peligro es profundo”. Y como señaló Raymond Lotta en ese mismo programa, estas armas están configuradas de tal manera que cualquiera de los bandos podría desplegarlas en la guerra en Ucrania (o extenderlas más allá de Ucrania).

En otra escalada de la dinámica, el líder de Ucrania, Zelensky, ha estado exigiendo que Estados Unidos y la OTAN impongan una “zona de exclusión aérea” sobre Ucrania. El 5 de marzo, Zelensky sostuvo una reunión de zoom con 300 miembros del Congreso de Estados Unidos. Después de la reunión, el senador Ben Sasse, republicano de Nebraska, dijo: “Que tengamos claridad acerca de nuestras opciones: una zona de exclusión aérea significa enviar pilotos estadounidenses a combatir contra cazas y defensas aéreas rusos, en una batalla entre potencias nucleares que podría entrar en una espiral y zafarse del control rápidamente”.

Mientras a esta altura, Estados Unidos está diciendo no a una guerra aérea directa sobre Ucrania, Estados Unidos y Ucrania están explorando formas de suministrar aviones no tripulados y otra tecnología a Ucrania para desafiar a Rusia en el aire, pero con fuerzas calificadas de “ucranianas” y no de estadounidenses. Tal maniobra no engañaría a nadie, y Putin advirtió al principio de la invasión que cualquier intento de interferir por parte de otros países “llevaría a consecuencias nunca vistas”, con la implicación de que esto podría significar una respuesta nuclear de parte de Rusia.

En resumen, el conflicto se está intensificando, y se están desarrollando escenarios en los que una maniobra de parte de Estados Unidos y sus aliados, o de parte de Rusia, la podría percibir la otra parte como una amenaza existencial para sus intereses que exija un ataque nuclear de “primer golpe”. Con consecuencias inimaginables para la humanidad,

4. Biden está usando la guerra para promover los intereses imperiales de Estados Unidos

A medida que la guerra se intensifica, las intenciones de ambos bandos se vuelven más descaradamente claras. La insistencia de Rusia en que está llevando a cabo una operación limitada apuntada únicamente a objetivos militares para “desnazificar” a Ucrania está quedando al descubierto cada vez más como una invasión total con el potencial de convertirse en una masacre de civiles, todo con el propósito de restablecer y reforzar su control sobre un país que durante mucho tiempo ha considerado estratégicamente importante.

Por su parte, Biden, en su discurso sobre el estado de la Unión, dio una pista sobre los motivos de Estados Unidos. Se adjudicó el nuevo nivel de “unidad entre los líderes de las naciones y una Europa más unificada, un oeste más unificado... [en] la batalla entre la democracia y la autocracia”³.

El “Oeste unificado” que Biden está celebrando es una colección de países capitalistas que surgieron y prosperaron con la esclavización y la explotación más horrible de la gente de África, Asia, Medio Oriente y América Latina. El líder de ese “mundo libre”, Estados Unidos, fue fundado sobre el genocidio y la esclavitud. No tiene par su legado de guerras para imponer su posición en la cúpula de un sistema global de explotación y opresión en cada rincón del mundo. La prosperidad y la “libertad” muy relativa de ese mundo se basan en la amarga y pulverizadora explotación de miles de millones de seres humanos en todo el planeta, incluidos 150 millones de niños que a diario trabajan en la “cadena de suministro” imperialista.

Ante los desafíos a ese “mundo libre”, de parte de Rusia y China, Estados Unidos ha usado el choque en torno a Ucrania para volver a forjar a la OTAN y alinear más estrechamente sus aliados europeos (algunos de los cuales tienen importantes vínculos económicos con Rusia) más firmemente bajo la dominación política de Estados Unidos y el “paraguas” de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Eso es lo que Biden celebra como un “Oeste más unificado”.

El New York Times resumió este “aspecto luminoso” (desde la perspectiva del imperio estadounidense) de la carnicería en Ucrania: “Al principio, los europeos se dividieron sobre cómo responder a diversas formas de agresión rusa, y el conflicto puso de relieve las fracturas dentro de la Unión Europea [U.E.] y la OTAN. Pero la indignación sobre la agresión del Sr. Putin ha ayudado a fomentar un frente unificado y la U.E. presentó sanciones que describió como sin precedentes para el bloque en términos de escala y alcance”.

5. En vista de que muchas personas progresistas se han dejado llevar por el delirio de la demencia pro-Estados Unidos, ha cobrado importancia el que los revolucionarios lleven la verdad a la situación

Ante esta situación, muchas personas que han asumido posiciones más o menos progresistas en el pasado han permitido que sean tocadas como violines por los medios de comunicación de Estados Unidos. Ello lo hace aún más necesario que los revolucionarios se planten contra la marea y digan la verdad, insistiendo en que las personas NO se dejen arrastrar por estos maestros de la manipulación y que analicen las cosas de manera científica. En otras palabras, que exploren las dinámicas subyacentes, la verdadera historia del desarrollo y los intereses materiales concretos que están impulsando las acciones de las personas que NO actúan sobre la base de ninguna otra cosa pero que promueven esos intereses.

La médula de esta situación significa enfatizar, en medio de todos los acontecimientos, el siguiente análisis fundamental de Bob Avakian en “El descarado chovinismo pro estadounidense: ‘Antiautoritarismo’ como ‘tapadera’ para apoyar al imperialismo estadounidense”:

Ciertamente, la intimidación y agresión de gran potencia por parte de Rusia, con su invasión a Ucrania como claro ejemplo, es algo a lo que todas las personas decentes deberían oponerse. Pero ninguna persona decente debería unirse a los imperialistas estadounidenses en su rivalidad con el imperialismo ruso. Por las razones que voy a exponer aquí, es hipocresía absoluta y repugnante que los imperialistas estadounidenses, y sus portavoces en los medios de comunicación y otros representantes, condenen de manera mojigata a esta invasión rusa, cuando Estados Unidos es el país el que, con mucho, ha llevado a cabo más invasiones y otros actos de injerencia violenta en otros países….

Los que no estamos dispuestos a dejarnos cegar por esta [GTF⁴], podemos y debemos confrontar y analizar la realidad tal y como es, y sacar las conclusiones necesarias. Además del hecho de que Estados Unidos está hoy, e históricamente ha estado, aliado con muchos gobiernos “autoritarios” en todo el mundo (y, de hecho, ha instaurado a la fuerza semejantes gobiernos en muchos países), el hecho aún más fundamental es que la esencia del conflicto entre Estados Unidos y los países como Rusia y China no es un conflicto entre “la democracia” y “el autoritarismo”, sino que es una cuestión de rivalidad entre potencias imperialistas, todas las que son monstruosas opresoras de las masas de personas, y ninguna de las cuales representa o actúa a favor de los intereses de la humanidad. Lo que hay que hacer, y con urgencia ahora, es oponerse a todos los imperialistas merodeadores y asesinos en masa, y a todos los sistemas y relaciones de opresión y explotación, con un énfasis especial en oponerse a “nuestros propios” opresores imperialistas que cometen sus monstruosos crímenes “en nuestro nombre” y se proponen movilizarnos para que los apoyemos sobre la base de un grotesco chovinismo pro estadounidense, el que es necesario que rechacemos firmemente y contra el que luchemos ferozmente.