18 de abril de 2022. El Departamento del Interior de los Estados Unidos anunció que a partir de la tercera semana de abril de 2022, venderá concesiones para la explotación petrolífera y del gas en 58.680 hectáreas de tierras públicas en nueve estados. Esto ha pasado unas pocas semanas después de la publicación de la tercera parte del 6º informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIEC), que esbozó aún más la grave situación que enfrenta la humanidad con el cambio climático, y la urgente necesidad de grandes reducciones, NO aumentos, en la producción del petróleo y gas y su quema1. Y apenas una semana después de que 1.000 científicos en 25 países tomaron parte en acciones de desobediencia civil debido a la inacción de los gobiernos ante esta crisis.
La semana pasada citamos al climatólogo Peter Kalmus, que participó en estas acciones y que declaró: “Hemos estado tratando de advertirles a ustedes durante tantas décadas que nos dirigimos hacia una maldita catástrofe, y nos han ignorado. Se está ignorando a los científicos del mundo y eso tiene que pararse. No estamos bromeando. No estamos mintiendo. No estamos exagerando”.
Frente a lo que realmente está en juego, las motivaciones políticas de la administración de Biden para estas acciones son reveladoras por su enorme chovinismo imperialista. El New York Times dice que Biden quiere “mostrar a los votantes que está trabajando para aumentar la oferta nacional de petróleo a medida que los precios suben”. ¡Ah, no! No querríamos que LOS ESTADOUNIDENSES tengan que pagar más en la gasolinera, ¿verdad? — es mucho, mucho mejor arruinar el clima de todo el planeta2, con sus implicaciones existenciales para inmensos sectores de la humanidad.
Añádase a esto el grado extraordinario de hipocresía y mentiras reveladas.
¡Biden y las fuerzas en la clase dominante estadounidense aliadas con él se han estado presentando como amigos del medioambiente! En su campaña, Biden dijo: “Y por cierto, no habrá más perforación en tierras federales, y punto. Punto, punto, punto”. El liberal cotidiano New York Times pontificó: “… el Sr. Biden llegó al mandato con la agenda de cambio climático más ambiciosa de todos los presidentes de la historia…”3. Sin embargo, incluso antes de esta última medida, ¡el gobierno de Biden tiene un promedio mensual de permisos de perforación más alto que el de Trump en los primeros tres años de su presidencia!4
Y, además, esta semana pasada Biden pidió al Congreso que obligara a las compañías petroleras que habían comprado concesiones al gobierno ¡a perforar realmente en busca de petróleo en esas tierras públicas!
Al parecer, para mantener un poco esa falsa imagen “ambientalista”, la administración Biden ha dicho que las nuevas concesiones que venderá tendrán una tasa de regalías más alta: las compañías petroleras tendrán que pagar más al gobierno cuando vendan petróleo de tierras públicas. Pero resulta que la tasa de regalías que las empresas pagan al gobierno ¡no ha aumentado durante los últimos cien años! Lo que realmente destaca aquí no es que Biden, en su corazón, quiere ser un ambientalista, sino que el gobierno de Estados Unidos ha financiado —y subvencionado— la producción de petróleo y gas durante un siglo por lo menos, al servicio del imperio estadounidense y de los intereses imperialistas. Y detrás de eso, ESTE SISTEMA depende completamente de la producción, distribución, venta y uso del petróleo como base de su vida económica, y como arma de las políticas imperialistas del poder, y lo ha apoyado financieramente y de todas las formas posible.
Y hay algo que nosotros podemos hacer al respecto. Para conocer más, lea aquí y aquí.
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