[1] La decisión del presidente interino Joe Biden de abandonar la carrera presidencial tan entrado en el año electoral no tiene precedentes — es una señal seria de “la creciente locura, la intensificación de la situación” que ha dicho Bob Avakian que abre la posibilidad de una revolución (de @BobAvakianOfficial Revolución #64).
Biden estaba en camino de muy probablemente perder las elecciones contra el fascista Donald Trump, lo que causó que poderosas fuerzas en el Partido Demócrata lo presionaran para que se retirara de la carrera. La retirada de Biden ocurre tan sólo una semana después del atentado contra Trump y tres días después del espectáculo de mierda de la Convención Nacional Republicana fascista donde presentaron a Trump como si estuviera ungido por dios en un espectáculo grotesco de supremacía blanca, misoginia y xenofobia despiadada.
Los dos partidos de la clase dominante están peleados entre sí. Están peleándose entre sí de una manera que no se ha visto desde antes de la Guerra Civil de la década de 1860. Las cosas no van a volver a la “normalidad”.
Bob Avakian ha analizado en sus mensajes en las redes sociales Revolución #8 y #55:
Se está desgarrando el país en su conjunto debido a las divisiones que ya no se pueden tapar, y ya no es posible mantener la articulación de las cosas de la manera en que han estado articuladas durante generaciones.
Es muy probable que todo llegue a un desenlace y todo esté en el aire en el presente año, 2024, siendo las elecciones presidenciales de este año un eje agudo de las riñas entre los dos partidos de la clase dominante imperantes —los demócratas y los republicanos— una lucha que muy probablemente se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha el funcionamiento de todo su sistema mortífero.
La retirada de Biden de su postulación para un segundo mandato no cambia esta realidad básica, y las repercusiones de su retirada incidirán en la manera en que se irá desarrollando esta lucha.
[2] No existe un “lado mejor” en esta pelea entre los demócratas y los republicanos. Los intereses de las masas de personas en Estados Unidos y en todo el mundo no residen en elegir entre estos opresores, sino en hacer una revolución real, en que participen millones de personas con el objetivo de barrer todo este sistema del capitalismo-imperialismo y en reemplazar sus relaciones e instituciones de explotación y opresión, y su pútrida cultura, por otras que sean liberadoras y edificantes.
Trump es un racista genocida que está al frente de un movimiento abiertamente fascista dentro y fuera del gobierno que está empeñado en revocar de manera vengativa todas las concesiones parciales a la lucha contra la opresión desde la década de 1960. Convencidos de que tienen un derecho divino de gobernar, están luchando por una forma fascista cristiana de dictadura capitalista indisimulada. Están dispuestos a pervertir o hacer añicos las normas e instituciones que han mantenido la articulación de esta sociedad durante generaciones y a desatar cualquier violencia que sea necesaria para hacerlo.
El Genocida Joe Biden es un criminal de guerra, desde Gaza hasta la guerra de Irak que respaldó. Joe Biden no es un “noble servidor” del pueblo. Ha sido un criminal de guerra sediento de sangre durante toda su carrera política. Tachó a los jóvenes negros de súper-depredadores mientras promovía el Proyecto de Ley contra el Crimen de 1994 que condujo a la encarcelación en masa y a la masiva brutalidad policial. El Partido Demócrata, sea quien sea que elijan para postularse contra Trump, sólo está interesado, y sólo lucha para conservar e imponer, este sistema del capitalismo-imperialismo. Y no importa quién lo dirija, la propia naturaleza de este sistema lo compele a cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en todo el mundo, mientras lleva a cabo una horrible opresión en Estados Unidos. Hoy, estas atrocidades incluyen el apoyo incondicional del Partido Demócrata al genocidio israelí en Gaza, deportaciones récord, excavaciones en busca de petróleo récord que están destruyendo el planeta, proseguir una guerra de sustitutos con Rusia en Ucrania que corre el riesgo de derivarse en una espiral hacia el Armagedón nuclear, y más.
Como lo expresó Bob Avakian en su mensaje número 8 en las redes sociales:
Éste no es un momento de tomar partido con un grupo de opresores u otro. Este es un momento poco común —una oportunidad muy poco común — una oportunidad que quizá ocurra únicamente una vez en la vida— una oportunidad de aprovechar las profundas divisiones entre los opresores gobernantes y hacer frente al sistema entero de ellos, con el fin de hacerlo caer todo, y erigir algo mucho mejor en su lugar.
Es importante no despilfarrar —desperdiciar, desaprovechar— este momento poco común. Es necesario aprovecharlo activa y urgentemente — a fin de gestar una revolución verdaderamente emancipadora.
[3] Todo depende de gestar un pueblo revolucionario. ¡El reto ante ti es conectarte a esta revolución!
Para aprovechar la oportunidad sin precedentes de hacer una revolución real y liberadora que existe en estos tiempos, las fuerzas organizadas para esta revolución tienen que crecer —y crecer rápidamente— de pocas personas a muchos cientos, y luego a miles de personas. Como Bob Avakian ha enfatizado repetidamente:
Con miles organizados en las filas de la revolución, es posible ganarnos a millones hacia la revolución; y al ganarnos a millones hacia la revolución, podría haber una verdadera posibilidad de que esta revolución triunfe.
En Revolución #66, Bob Avakian habla del papel fundamental que ustedes pueden jugar en esto ahora:
importaría de manera decisiva —podría importar muchísimo— con respecto a si existe una posibilidad real de revolución, si la gente entra en esta revolución y ayuda a desarrollar aún más las fuerzas organizadas para esta revolución, ahora y de manera continua. Como dije [en el mensaje #61]:
Esto es el reto… Esta es la posibilidad… Esta es la preciada oportunidad la que no se debe perder —una oportunidad poco común para hacer la revolución— la que no se debe despilfarrar (desperdiciar, desaprovechar) sino la que toda persona que ansíe un mundo radicalmente diferente y emancipador debería aprovechar activamente.
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Para comprender los elementos fundamentales de por qué necesitamos una revolución y cómo podríamos hacer en realidad una revolución, éntrale en los mensajes del 1 al 11 de BA en las redes sociales. Y para adentrarte en el momento actual, consulta los mensajes de BA en las redes sociales #63-66.
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