El planeta ha vivido el verano más caluroso jamás registrado en la historia de la humanidad. Las temperaturas del océano frente a la costa de Florida alcanzaron los 38ºC; las altas temperaturas han estado impulsando huracanes devastadores y dañando los arrecifes de coral durante algún tiempo. En los últimos meses se produjo el segundo derretimiento más grande de hielo en el Árctico de la historia con registros. Grandes incendios forestales mataron a muchas personas en zonas donde rara vez habían ocurrido antes. Masivos incendios forestales mataron a muchas personas en zonas donde rara vez habían ocurrido antes.

El Ártico se está calentando rápidamente, lo que está conduciendo a un derretimiento más rápido de la capa de hielo de Groenlandia, lo que se suma al aumento del nivel del mar. Foto: Poul Christoffersen
Todo esto lo impulsa la quema continua e implacable de combustibles fósiles por parte de este sistema capitalista-imperialista, que está arrastrando a la humanidad y al planeta hacia una catástrofe climática. Los informes científicos han estado diciendo durante varias décadas que las emisiones de carbono, la causa principal del calentamiento global, deben reducirse masiva y rápidamente. No obstante, las emisiones de carbono de Estados Unidos y de la economía mundial imperialista en su conjunto aumentaron en 2022.
La realidad detrás de la fanfarria
En un intento calculado por proyectar una imagen respetuosa con el medio ambiente a aquellos que están preocupados por la catástrofe climática que se acelera, Joe Biden anunció a principios de septiembre que iba a bloquear la excavación en busca del petróleo en la Reserva Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR), la zona silvestre más grande y prístina de Estados Unidos.
Primero, el que este sistema siquiera contemple excavar en busca de petróleo en esta reserva es en sí un crimen.
Segundo, y en lo más inmediato, esta moratoria sobre las excavaciones en busca de petróleo en la Reserva Nacional de Vida Silvestre del Ártico ni siquiera se aproxima a lo que se necesita para responder al cambio climático y a la devastación del mundo natural. Contemos algunas de las formas:
- El anuncio de Biden NO detiene las excavaciones en busca de petróleo en la zonas silvestres de Alaska. Continúa el ambientalmente desastroso Proyecto Willow al que Biden dio luz verde a principios de este año.
- El anuncio de Biden y las medidas más amplias respecto a la energía NO impiden la excavación en busca de petróleo en tierras propiedad del gobierno estadounidense dentro de Estados Unidos: por ejemplo, la subasta de concesiones para excavar en busca de petróleo y gas natural en el golfo de México.
- El anuncio de Biden NO aborda en ningún sentido un hecho importante: Estados Unidos lidera el mundo, y aspira a mantener su liderazgo, en la producción de petróleo y gas. Estados Unidos es un exportador neto de petróleo y gas. Sí, la energía renovable está creciendo, PERO la cantidad de petróleo y gas producido continúa aumentando (la mayor parte se encuentra en tierras que están en propiedad de las compañías energéticas o bajo su control).
- Ah, y en agosto, Biden revirtió silenciosamente su compromiso de dejar de financiar proyectos de petróleo y gas en ultramar a fin de utilizar el petróleo como arma en su rivalidad con la Rusia imperialista (al intensificar estos proyectos, Estados Unidos espera disminuir la influencia de Rusia en los mercados mundiales del petróleo).
Así que en este contexto de un planeta que se calienta rápidamente y una creciente rivalidad entre los imperialistas en la que los combustibles fósiles desempeñan un papel crucial... la administración Biden lanza y ostenta una prohibición a la excavación en busca de petróleo en partes del Ártico de Alaska. Este es un intento de parte de la administración Biden de presentarse cínicamente a sí misma (y a Estados Unidos) como un paladín climático con (como lo expresó un comunicado de prensa de la administración) “una agenda histórica climática y de conservación”. Y es un intento de mantener cierta legitimidad entre las personas alarmadas por lo que le está pasando al planeta, especialmente a medida que se acercan las elecciones de 2024.
No obstante, incluso la prohibición limitada de Biden sobre las excavaciones en busca de petróleo fue muy extrema para los republi-fascistas, lo que les hizo caer la baba por la boca. El senador por Wyoming, John Barrasso, lo llamó parte de “la guerra en torno a la energía estadounidense” de Biden. El senador Dan Sullivan por Alaska lo calificó de “repugnante”. ¡Estos fascistas ven en la más mínima restricción a la excavación en busca de petróleo una amenaza existencial al mundo que ellos tienen por objeto crear!

Excavación en busca del petróleo en Alaska. Foto: Bureau of Safety and Environmental Enforcement
Enfrentando algunos hechos científicos... y la naturaleza del capitalismo
Los informes científicos de los últimos años han dicho una y otra vez que un punto de partida para impedir el cambio climático descontrolado y cada vez más difícil de revertir es de detener de inmediato cualquier nueva infraestructura o excavación en busca de combustibles fósiles. Pero Biden ha aprobado nuevos proyectos de excavación en busca de combustibles fósiles. Éstos causan grandes daños: emiten a la atmósfera más gases de efecto invernadero que atrapan el calor.
Al mismo tiempo, estos proyectos son inversiones capitalistas en busca de ganancias. No son algo que simplemente se pueda desactivar. La construcción de pozos y oleoductos representa miles de millones de dólares que están inmovilizados durante décadas en la producción y uso de gases de efecto invernadero.
La economía capitalista-imperialista estadounidense está impulsada a seguir utilizando combustibles fósiles. Como escribió Raymond Lotta en 2022 en su importante artículo: Peor que el engaño de la letra pequeña... El proyecto de ley climático imperialista de Biden: Desmentido por el panorama general:
La economía capitalista-imperialista estadounidense ha evolucionado históricamente de cierta manera. Su sistema industrial, su infraestructura, su tecnología dependen de los combustibles fósiles. Todo este capital que se ha invertido en la estructura económica, incluidas las inversiones masivas en combustibles fósiles en exploración, perforación, refinación, etc., debe ser recuperado de manera rentable por diferentes bloques privados de capital. Las cadenas de suministro globales de Estados Unidos, que se apoyan en la superexplotación de la mano de obra en el tercer mundo, también dependen de los combustibles fósiles.
Los llamados de los científicos a tomar medidas decisivas para detener la producción y las emisiones de combustibles fósiles están basados en evidencia y son absolutamente racionales. Pero aquí está el problema: tomar ese tipo de acción masiva y urgente choca con la rentabilidad del capital estadounidense... con la posición competitiva del imperialismo estadounidense en relación con sus rivales... y con la capacidad de Estados Unidos para dominar a países por todo el mundo.
La pura realidad es que Joe Biden nunca fue un defensor de la Tierra y su clima. Fue y es un representante y guardián de la clase dominante del capitalismo-imperialismo estadounidense, que ha sido un desastre para el medio ambiente.
Este sistema y aquellos que gobiernan no son capaces de llevar a cabo desarrollo económico que cumpla con las necesidades de la gente ahora, balanceado con las necesidades de generaciones futuras y de proteger el medio ambiente. No les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos.... Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta.
— Bob Avakian, Lo BAsico 1:29
Una verdad incómoda pero liberadora
Para actuar ante la emergencia climática, hay que abolir y desmantelar el sistema capitalista-imperialista y las instituciones de gobierno existentes en Estados Unidos por medio de la revolución. Los lectores deberían consultar en la página especial de recursos sobre la crisis ambiental de revcom.us más información sobre este tema. Habría que transformar toda la economía según las pautas establecidas en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (pdf). Como dice la declaración: NECESITAMOS Y EXIGIMOS: UNA FORMA COMPLETAMENTE NUEVA DE VIVIR, UN SISTEMA FUNDAMENTALMENTE DIFERENTE: “La nueva economía socialista no operará sobre la base de cadenas de suministro global de explotación y saqueo de los recursos del planeta. Se dará atención sistemática y continua al desarrollo de la economía sobre una base ambientalmente sustentable”.
La decisión real y fundamental que tenemos ante nosotros es la siguiente: o permitimos que este sistema capitalista-imperialista siga lanzando a la humanidad y al planeta hacia una la catástrofe... o hacemos una revolución.