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Los ataques fascistas a las elecciones y la necesidad de que se prepare activamente para el embate venidero

Tercera parte

Introducción: En sus mensajes en las redes sociales este año, el líder revolucionario Bob Avakian (BA) ha insistido en el tema de que no se trata de un año electoral “normal”, y ha abordado lo que esto significa para los oprimidos y aquellos que odian la opresión. Anteriormente este año, BA dijo:

[A]lgunas personas estarían encantadas de deshacerse de todo el sufrimiento terrible e innecesario el que este sistema causa en realidad — pero simplemente creen que la revolución de la que hablo nunca podría ocurrir. 

Pues la verdad es: sí podría ocurrir — y no sólo en un lugar y un tiempo lejanos sino aquí mismo y en estos mismos tiempos en que estamos viviendo.

La razón básica por la que esta revolución es posible ahora se debe a que aquellos que han gobernado en Estados Unidos durante tanto tiempo están amarga y profundamente divididos entre sí, mientras se está desgarrando el país en su conjunto debido a las divisiones que ya no se pueden tapar, y ya no es posible mantener la articulación de las cosas de la manera en que han estado articuladas durante generaciones. (De REVOLUCIÓN #8, @BobAvakianOfficial)

Piensen en algunas de las locuras que han ocurrido desde que se escribió esto: desde el atentado contra un candidato presidencial hasta el presidente en funciones del otro partido que fue obligado a renunciar a la nominación que parecía ya haber ganado. Y ahora Trump recorre el país en avión con un “partidario” que ¡públicamente llama a aplicar la pena de muerte a los oponentes de Trump en el Partido Demócrata!

BA agrega en REVOLUCIÓN #8:

Es muy probable que todo llegue a un desenlace y todo esté en el aire en el presente año, 2024, siendo las elecciones presidenciales de este año un eje agudo de las riñas entre los dos partidos de la clase dominante imperantes —los demócratas y los republicanos— una lucha que muy probablemente se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha el funcionamiento de todo su sistema mortífero.

Los republicanos fascistas se están preparando activamente para esta lucha. Están movilizando a sus fanáticos partidarios para que rompan todas las reglas que necesiten romper por cualquier medio que necesiten para romperlas.

Dejen de seguir la Basura Electoral Burguesa. Empiecen a seguir @BobAvakianOfficial

 

Pero los demócratas están actuando como si ésta fuera una elección normal en la que sus partidarios sólo tienen que asegurarse de votar. En algunos de sus despachos del mes de agosto que estamos reimprimiendo, Bob Avakian explica a fondo cómo los discursos de los Obama y otros en la convención demócrata desviaron conscientemente a la gente de comprender el carácter FASCISTA de lo que está pasando. Los demócratas trabajaron para ocultar esta realidad crucial por dos razones. Una, tal admisión podría poner en tela de juicio ante millones de personas qué clase de sistema es éste, de todos modos, donde una cosa así puede darse. Y dos, si las masas de personas opuestas al fascismo sí se tomaran las calles para oponerle resistencia, eso podría salirse completamente del control de los demócratas, y la GENTE podría comenzar a buscar y luchar activamente por soluciones no simplemente liberales o incluso “radicales”, sino soluciones revolucionarias y emancipadoras a esta locura.

Como deja en claro esta serie que iniciamos el 4 de septiembre “Los ataques fascistas a las elecciones y la necesidad de que se prepare activamente para el embate venidero” (vea AQUÍ la Primera parte, y AQUÍ la Segunda parte), esta lucha no solo se avecina — ya está aquí, de maneras embrionarias pero muy intensas. A esta serie la acompañan pasajes sumamente pertinentes del discurso de 2021 de Bob Avakian ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, el que aborda algo de lo que esto implica.

Tercera parte: Los fascistas del movimiento MAGA se preparan para interrumpir el conteo de los votos, provocar una crisis y tomar el poder, sin importar quién “gane” las elecciones

Desde 2020, el movimiento MAGA [Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza] ha lanzado amenazas violentas contra los trabajadores electorales (que ayudan en los lugares de votación) y los funcionarios que supervisan las elecciones a los niveles de condado y estado. La secretaria de Estado de Colorado, Jena Griswold, recibió más de 1.000 amenazas de violencia o de muerte tan solo en el último año. Más de uno de cada tres trabajadores o funcionarios electorales han renunciado desde 2020, y a algunos de ellos los han reemplazado negacionistas acérrimos electorales MAGA.

Vía este proceso, MAGA está transformando algunas de estas juntas locales y estatales de herramientas para llevar a cabo elecciones a vehículos para perturbar, demorar y tal vez bloquear la certificación de las elecciones a nivel nacional.

Trump gives a shout-out at campaign rally at Georgia State University in Atlanta, August 3, 2024.

 

Trump saluda a los funcionarios respaldados por MAGA en la junta electoral estatal de Georgia durante un mitin de campaña, el 3 de agosto de 2024.     Foto: AP

Por ejemplo, la junta electoral estatal de Georgia, controlada por MAGA, aprobó una nueva norma para las 159 juntas de condado. Esta norma estipula que cada junta de condado realice una “investigación razonable” sobre la votación antes de que se pueda certificar los resultados. La norma no establece límites a lo que podría implicar esta “investigación”, y otra nueva norma permite específicamente a las juntas de condado “examinar toda la documentación relacionada con las elecciones creada en el curso de la elección”. Los analistas legales dicen que, en conjunto, estas normas otorgan a las juntas de condado la capacidad de “cuestionar, investigar, retrasar o incluso anular los resultados de las elecciones”. (Énfasis añadido).

Y no termina ahí. En estados de todo Estados Unidos, las juntas de condado y funcionarios individuales dirigidos por MAGA han estado haciendo “ensayos” de lo que sucede cuando de plano se niegan a certificar una elección. Una investigación de la revista Rolling Stone encontró a 30 funcionarios en ocho estados que se han negado a certificar al ganador de una elección en los últimos cuatro años. El Atlanta Journal-Constitution encontró que “al menos 19 miembros de la junta electoral en nueve condados de Georgia… han objetado la certificación de las elecciones...”

Como se trataba de elecciones locales menores y, con el paso del tiempo, estos electores MAGA aceptaron certificarlas, estos casos no han atraído mucha atención. Pero si decenas o cientos de juntas directivas manejadas por los fascistas hacen lo mismo en las venideras elecciones presidenciales, esto podría conducir a una importante crisis constitucional — o incluso a una guerra civil.

Para quienes piensan que eso no podría darse, cabe recordar las palabras de Mark Elias, el jefe de los abogados del Partido Demócrata en las batallas judiciales relacionadas con las elecciones: “Creo que vamos a ver negativas en masa a certificar las elecciones. Todo lo que estamos viendo sobre estas elecciones es que el otro lado está más organizado, más despiadado y más preparado”.

Así que esta es una posible ruta hacia el poder para los fascistas — aunque pierdan las elecciones.

Normalmente la elección del presidente funciona de la siguiente manera — es un poco complicado, pero es importante entenderlo porque dentro de estas “complejidades” los fascistas están creando vías para cancelar o revocar los resultados electorales:

En primer lugar, la gente vota en miles de casillas de votación locales (o en buzones o por correo postal) en cada uno de los 50 estados. A continuación, las juntas electorales locales cuentan los votos de los distintos casillas de votación, “certifican” que el conteo y la suma se han realizado correctamente y luego envían el total certificado al nivel estatal. Ahí, se suman todos los totales certificados de los condados de un estado determinado, y ese total determina a cuál candidato le adjudicará los “votos electorales” del estado1. Luego, el Senado de los Estados Unidos cuenta los totales de los votos electorales de los estados y, sobre esa base, certifica el voto nacional y declara presidente al que haya recibido la mayor cantidad de votos electorales.

Históricamente, este ha sido un proceso rutinario, en el que los funcionarios a todos los niveles (condado, estado, federal) básicamente hacían cálculos aritméticos. Cualquier disputa o acusación de fraude se manejaba mediante acciones judiciales y/o conteos relativamente libres de “influencias partidistas”, no mediante “investigaciones” abiertas por parte de juntas electorales manejadas por fascistas.

Pero aquí yace la trampasegún las leyes de Estados Unidos, si el Senado no certifica la votación antes del 6 de enero, la elección probablemente se trasladaría a la Cámara de Representantes. En esta votación de la Cámara, cada estado tiene un voto, ¡sin importar qué tantas personas vivan en cada estado o cuántos electores tenga! California tiene 54 electores, pero aunque cada uno de ellos se comprometiera a apoyar a Harris, California emitiría un voto por ella. Wyoming tiene tres electores, lo que también le daría un voto en la Cámara.

En la actualidad, hay 26 estados en los que la mayoría es republicana. En concreto, esto significa que, aunque Harris ganara el voto popular, si el Senado no pudiera o no quisiera “certificar” eso antes del 6 de enero, la Cámara de Representantes lo decidiría, y lo más probable es que la Cámara de Representantes votara 26 a 24 para hacer presidente a Trump.

También es posible que intervenga la Corte Suprema de Estados Unidos, que tiene una mayoría fascista de seis a tres. Por ejemplo, podría decidir si las juntas de condado tuvieran el derecho a negarse a certificar la votación, o cuáles votos “impugnados” podrían contarse o no. Esta es otra forma en que MAGA podría intentar “evitar” los resultados electorales reales.

El potencial de un conflicto armado

Otro aspecto de esta situación es que la negativa de las juntas locales a certificar va a impulsar la creencia fanática entre las bases de Trump de que se les están “robando” las elecciones, “otra vez”. Y cualquiera o todas las anteriores situaciones podrían llevar a una situación en la que tanto Trump como Harris afirmen ser el (la) presidente(a) “legítimo(a)”, y donde las instituciones establecidas como la Corte Suprema o el Congreso no tengan la capacidad de “zanjar” la cuestión de una manera que la mayoría de la población considere justa.

Esto vuelve a generar mucho margen para maniobras de poder por parte de los fascistas, que cada vez más han estado azuzando a sus bases con versiones escabrosas y racistas de “inmigrantes ilegales que inundan al país para robarse las elecciones”. Lo que está sucediendo ahora le hace eco a los preparativos para la intentona del 6 de enero de 2021. Y ahora también hay una serie de milicias paramilitares — algunas que tienen estrechos vínculos con la policía, los alguaciles y organizaciones locales del Partido Republicano—, que ven las elecciones como una cuestión de “hacerlo o morir” y podrían entrar en el ambiente para ayudar a imponer violentamente un régimen fascista.

La interrupción/desbarate del proceso normal de certificación también presenta la perspectiva de la participación de las fuerzas armadas estadounidenses, incluida la Guardia Nacional, que en estados controlados por los fascistas como Texas, Florida, Dakota del Sur y otros, está bajo la autoridad directa de los gobernadores fascistas y sus designados.

Un profesor de la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos escribe que los altos mandos militares y del Departamento de Defensa de Estados Unidos actualmente están bregando con la perspectiva de que “independientemente de quién gane las elecciones, los altos mandos militares federales y estatales pueden enfrentarse a dilemas de toma de decisiones críticos para el futuro de la democracia estadounidense”. Un ejemplo que él cita es que “seguir las órdenes de la cadena de mando quizá entre en conflicto con los juramentos a la Constitución o convicciones personales” de los oficiales y/o el personal alistado. Estos dilemas podrían volverse muy agudos si no hubiera un claro ganador en las elecciones — en particular, los sectores de las fuerzas armadas controladas por MAGA podrían decidir que Trump es el presidente “legítimo” y que aceptarían órdenes únicamente de él.

Aunque los acontecimientos exactos son inciertos e impredecibles, la situación general se está volviendo más aguda día a día, y podría conducir a un conflicto armado entre los dos sectores contendientes de la clase dominante, en que diferentes partes de las fuerzas armadas, la policía, etc. apoyaran a diferentes bandos. 

Conclusión: Desde hace mucho tiempo, las elecciones ordenadas han sido un elemento clave de la estabilidad del sistema capitalista-imperialista en los Estados Unidos, una época en la que la gente tuvo que vivir una charada de elegir entre candidatos que se competían entre sí los cuales, en realidad, eran representantes preseleccionados y verificados de la clase dominante. Los gobernantes lo utilizaron para zanjar las diferencias en sus propias filas, mientras que las masas se quedaban con la ilusión falsa de que tenían algo que decir sobre lo que iba a hacer el gobierno. No obstante, ahora la “transferencia pacífica del poder” ha llegado a ser un fantasma huidizo que los demócratas siguen persiguiendo… mientras los fascistas se preparan para tomar el poder por cualquier medio, incluso una guerra civil.

Aquí es importante retomar y fundamentarnos en “Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador”. Y en relación a lo anterior, queremos enfatizar dos puntos. Primero:

* Se agudiza el conflicto en la cima, y a través del país, en que la sociedad y las “normas imperantes” de este sistema están desgarrándose, impulsado especialmente por la implacable ofensiva de las fuerzas fascistas. Sí, como deja en claro la “Declaración y Llamamiento”, hay muchas cosas malas conectadas con esto, y podría conducir a algo realmente terrible; pero, si crecientes fuerzas revolucionarias organizadas aprovechan y trabajan correctamente para incidir en la situación, con la guía del método y enfoque científico del nuevo comunismo, también es posible que podamos arrancar algo realmente positivo a todo esto — una revolución, para poner fin a este sistema y crear algo mucho mejor.

* Hacer nacer un pueblo revolucionario que cuente con millones de personas —con una fuerza organizada de miles de personas en el núcleo, que dirija a esos millones— es el objetivo central y el enfoque necesario del trabajo revolucionario ahora, en prepararse para acometer una revolución total, con una verdadera oportunidad de ganar, tan pronto como se hayan gestado las condiciones para ello.

Y dos:

Así que, en el caso, y en el contexto, de una nueva guerra civil, el enfoque de las fuerzas revolucionarias, dirigidas por el nuevo comunismo, sería realizar el trabajo político necesario, en combinación con combates reales, para desarrollar y transformar semejante guerra civil en una revolución para plasmar el objetivo de deshacerse de todo este sistema y reemplazarlo por un sistema radicalmente diferente y emancipador basado en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

Sobre todo, en este momento, esto recalca aún más la importancia crucial de trabajar activa, audaz e incansablemente por la necesaria repolarización política en la sociedad en su conjunto, y entre todos los sectores de la sociedad, en un sentido favorable para una revolución hasta el final.

A manera de conclusión: la crisis electoral, a medida que se profundiza, suscita grandes preguntas entre las masas sobre la sociedad y el futuro... y abre verdaderas oportunidades para la revolución. Esta perspectiva exige una preparación política urgente.

Una semana con una loca escalada de amenazas por parte de Trump y otros fascistas

En “Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia” (escrito en 2021), Bob Avakian (BA) expuso que las fuerzas fascistas estaban decididas a tomar el poder y consolidar un régimen fascista, con las elecciones de 2024 como punto focal, y que abordan la situación con “dos puntas”: “corromper y controlar el proceso electoral y las instituciones gubernamentales centrales; y la amenaza y el uso de la violencia, incluso mediante la movilización de turbas violentas”, y “se apoyan, por ahora, principalmente en la primera punta, pero con la segunda (la violencia) como ‘acompañamiento’ a ésta — lo que podría convertirse en su principal medio, de resultarles necesario”.

Nuestra serie de tres partes (arriba) esboza algunas de las formas principales en que estas “dos puntas” se están manifestando en estos tiempos cada vez más locos.

Pero es importante señalar que durante las últimas semanas aproximadamente se ha producido una fuerte escalada de amenazas de violencia y represión gubernamental fascista contra las personas participantes en el proceso electoral.

Primero se supo que funcionarios electorales y secretarios de estado de 17 estados diferentes habían recibido paquetes con un polvo blanco no identificado, lo que suscitó numerosas evacuaciones de edificios. Según una de los “recipientes”, la secretaria de estado de Colorado, Jena Griswold, las personas que enviaron los paquetes se autodenominaron “Ejército de Eliminación de Traidores a Estados Unidos”. En otras palabras, se trataba de una amenaza de muerte clara y coordinada contra las personas encomendadas con la organización de las elecciones.

Esto también arrojó más luz sobre la magnitud de las amenazas que enfrentan día tras día estos funcionarios. La secretaria de Estado de Michigan, Jocelyn Benson, informó que su oficina estaba recibiendo amenazas a diario vía mensajes de voz, correos electrónicos, redes sociales o en persona, y que “la situación va en escalada”.

El propio Trump ha actuado repetidamente para echar más gasolina al fuego de esta situación volátil. En recientes publicaciones en las redes sociales, ha advertido de que los funcionarios electorales, así como los “Abogados, Agentes Políticos, Donantes, Votantes Ilegales” y otros “inmersos en conductas inescrupulosas serán buscados, capturados y procesados…” y que “aquellas personas que HICIERON TRAMPA serán procesadas con todo el peso de la ley, lo que incluirá largas penas de prisión”. Así que en esencia amenazan con largas penas de cárcel a cualquiera que “sea pescado” apoyando o incluso votando por las personas en el Partido Demócrata que se le oponen a Trump en la clase dominante.

Los funcionarios republi-fascistas se le han hecho eco. Varios estados están aprobando leyes para imponer sanciones penales a las actividades de “motivar a la gente a votar” por errores muy menores. Y un representante estatal de Michigan publicó en X que Jocelyn Benson será “procesada y condenada” cuando Trump tome el poder.

Tengan en cuenta que el argumento de Trump es que cualquier elección que él no gane es, por definición, “fraudulenta”, Y ADEMÁS que los fascistas se están preparando para tomar el poder, mediante alguna combinación de “corromper y controlar el proceso electoral” y la violencia directa. (Para repetir, esto se analiza en el artículo anterior). Y también tengan en cuenta los niveles crecientes de amenazas, mentiras y violencia fascistas con Trump y su candidato a vicepresidente JD Vance al frente — tal como lo que ha estado pasando en Springfield, Ohio.

En este contexto, es posible entender estos recientes acontecimientos como un incremento de la “presión” (es decir, la persecución gubernamental y/o la violencia de las turbas) sobre los funcionarios electorales para que bailen al son de cualquier música que MAGA crea que les dará un triunfo electoral “legítimo”, así como un aumento de su capacidad para desatar la violencia abierta como camino al poder.

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NOTAS:

1. En el sistema de votación electoral de los Estados Unidos, el número de electores de un estado —cada uno de los cuales emite un voto electoral— es igual al número de miembros de la Cámara de Representantes que tiene más el número de senadores. El número de miembros de la Cámara es más o menos proporcional a la población del estado (cuanto más habitantes, más representantes), pero cada estado tiene dos senadores, ya tenga 600.000 habitantes como Wyoming o 39 millones como California. Obviamente, esto le otorga un poder político desproporcionado a los estados menos poblados, menos urbanos y más rurales. Allá por la época en que se creó el sistema, eso significaba en gran medida los estados esclavistas, y este sistema se concibió principalmente como una concesión a los estados esclavistas. Hoy, en gran medida, beneficia a los estados dominados por los fascistas. El uso de este sistema electoral hace que sea posible que un candidato pierda el voto popular por un amplio margen y, aun así, gane el voto en el Colegio Electoral y se convierta en presidente. De hecho, esto ha sucedido en dos de las últimas seis elecciones presidenciales, con George W. Bush en 2000 y con Trump en 2016. [volver]

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Bob Avakian (BA), líder revolucionario y autor del nuevo comunismo, ha desarrollado una estrategia para hacer los preparativos para la revolución y para hacerla. Ha analizado científicamente que el presente es un momento poco común en el que una revolución real se ha vuelto más posible, y ha expuesto la visión panorámica, la base sólida y el plano concreto para “lo que sigue” en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.

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