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Revolución #524 3 de enero de 2018
Actualizado 14 de noviembre de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Participe en llevar las respuestas más serias a los problemas más candentes a decenas y cientos de miles personas, y luego a millones.
Este discurso de Bob Avakian (BA), en inglés, hace un análisis científico de las raíces de este régimen fascista — tanto en la historia de Estados Unidos como en las raíces más profundas en el sistema del capitalismo-imperialismo. BA lo hace con pasión, humor, humanidad y un profundo sentido de la historia. Se adentra en las cuestiones más profundas, más inquietantes, primero en el discurso y después durante la sesión de preguntas y respuestas que trató una amplia gama de temas.
Si más personas vieran este discurso, podría cambiar la ecuación política. Pero muy pocos lo han visto, ni siquiera saben de él. Se le necesita a usted para ser parte cambiar esto.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
Nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
Un discurso de Bob Avakian
(en inglés)
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Revolución #524 3 de enero de 2018
Mensaje de año nuevo de REVOLUCIÓN
2 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
El año nuevo amanece en un mundo de trastornos, un planeta en llamas.
Decenas de millones de refugiados huyen de un país a otro, impulsados por la guerra, la violencia y el desastroso cambio climático global, y soportan horrores peores que cualquier otro infierno imaginado en cualquier “libro sagrado”. La mitad de la humanidad, las mujeres, son denigradas, acosadas, golpeadas, violadas y asesinadas por la otra mitad. En todo el mundo, los fascistas marchan hacia el poder. En los propios Estados Unidos, Trump y sus secuaces defienden abiertamente la Confederación de los esclavistas, vilipendian a los inmigrantes y a los musulmanes y trabajan para recuperar la supremacía blanca abierta. Descargan violencia sobre todo el mundo y amenazan con el genocidio nuclear. Y todo el tiempo, el planeta arde... y se ahoga.
¿Cuántos han vivido el año pasado con temor, incredulidad y desesperación por el futuro de la humanidad, preguntándose cómo hemos llegado a estar en esta situación y qué se puede hacer al respecto? ¿Alguien puede decir que tiene confianza en que sobreviva la civilización humana? ¿Y mucho menos un avance hacia un mundo en el que las masas populares puedan alcanzar su plena humanidad?
Algunos dan la espalda, se ahogan en la desesperación, se adormecen con drogas o se endurecen en busca de una paz parásita... para sí mismos. Algunos se vuelven, o son puestos, unos contra otros en conflictos que de fondo no tienen ningún sentido. Algunos recurren a unas promesas que a la larga no llevan a ninguna parte.
Pero EXISTE una salida, un camino hacia adelante. Lo que subyace a las contradicciones extremas que enfrentamos está la propia posibilidad de un mundo completamente nuevo, si nos atrevemos a emprender la lucha. En realidad, existe la posibilidad, es real, de avanzar hacia una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación humana. Existe una manera de conocer el mundo y, sobre esa base, cambiarlo radicalmente. Existe una manera de luchar y trabajar hacia un mundo sin la locura que envuelve a la humanidad hoy. Existe una estrategia que podría atraer e incorporar a las decenas de millones de personas que de corazón anhelan algo mejor; una estrategia que, cuando sea el momento adecuado, de hecho podría derrotar a los que gobiernan hoy y todas sus fuerzas y poder.
Ese camino hacia adelante es la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian (BA). Esta nueva síntesis analiza el mundo tal como es, busca la verdad, sin ningún atisbo de religión o relativismo. Explora profundamente, busca los patrones y dinámicas subyacentes y aplica todo esto, como ha dicho BA, “a la realidad en general y en particular a la lucha revolucionaria para derrocar y arrancar de raíz todos los sistemas y relaciones de explotación y opresión y avanzar a un mundo comunista”. Y lo hace de una manera que no se ha hecho antes. Si va a haber un mundo mejor, si va a haber una salida a la locura y al horror que se cierne, procederé por medio de esto, y nada menos.
Ustedes pueden conocer este camino en El Nuevo Comunismo, de Bob Avakian. Pueden conocer de este líder y más sobre la ciencia que él ha desarrollado en Ciencia y Revolución, de Ardea Skybreak. Pueden verlo de cerca haciendo el trabajo en películas como ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! [en inglés] Y de hecho BA ha escrito una Constitución, Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, para guiar al nuevo poder revolucionario, una constitución que se basa en las lecciones de las revoluciones anteriores pero es un avance más allá y, en algunos aspectos críticos, es una ruptura con lo que ha pasado antes. Esta revolución es difícil, pero es posible, y se ha trazado el camino hacia esa nueva sociedad.
Y existe una dirección para esto. Está el propio Bob Avakian. Realmente nunca hemos tenido a un líder como este, que combina la visión científica más rigurosa y clara con un profundo sentimiento por la humanidad... que aplica esta ciencia a los problemas más fuertes y profundos que enfrentamos y la pone en las manos de las personas que dan un paso al frente para asumirla, que las capacita para conocer y transformar el mundo. Está el partido que él dirige, el Partido Comunista Revolucionario, organizado sobre la base del nuevo comunismo, un partido que ustedes pueden conocer y al cual pueden ingresar y el que pueden construir como el instrumento revolucionario que realmente podría dirigir y luchar hacia este nuevo mundo.
Si en todo el planeta los partidos basados en esta nueva síntesis se convirtieran en poderosas fuerzas... si surgieran donde no existen... eso en sí abriría nuevas posibilidades. El mundo se vería muy diferente. Como el propio BA ha escrito:
Urge que, en esta sociedad y en el mundo en su conjunto, amplios sectores de la gente hagan suya esta nueva síntesis: dondequiera que las personas cuestionen por qué las cosas están como están, y si un mundo diferente es posible; dondequiera que las personas hablen de la “revolución” pero no entienden en concreto lo que representa una revolución, no tienen un enfoque científico para analizar y lidiar con lo que enfrentan y lo que debe hacerse; dondequiera que las personas se levanten en rebelión pero se encuentran acorraladas, decepcionadas y a la merced de opresores asesinos, o se dejan llevar por caminos que solamente refuerzan, a menudo con una brutalidad despiadada, las cadenas esclavizantes de la tradición; dondequiera que las personas necesiten una salida de sus condiciones desesperadas, pero no ven la fuente de su sufrimiento y el camino para salir de las tinieblas.
* * *
En este momento, justo aquí, la humanidad enfrenta una amenaza aguda y terrible del régimen fascista de Trump y Pence. Este régimen está maniobrando para amarrar a martillazos una forma de gobierno directamente fascista en Estados Unidos. Se está preparando para desatar horrores que bien podrían significar el fin de la humanidad y que, en todo caso, podrían excluir la posibilidad de todo cambio hacia lo mejor por mucho tiempo por venir. La película de Bob Avakian, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible, explica por qué enfrentamos esta situación y qué se debe hacer frente a ella. Hay que ver y difundir con urgencia esta película.
La organización Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) ha asumido esta batalla. Rechazar el Fascismo une a las personas de diferentes puntos de vista en torno a la demanda de que ¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! Plantea la posición: “¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista!” El Partido Comunista Revolucionario apoya a Rechazar el Fascismo y llama a las personas de todas partes a visitar su página web y a unírseles.
* * *
Con al amanecer del año nuevo, pese al horror y la angustia, un mundo mejor realmente ES posible. Urge a gritos tal mundo. El reto, la oportunidad, está ahí para que ustedes lo asuman. Cuesta trabajo estar entre los primeros que ponen pie en ese camino, pero existe un orgullo justo de aprender y trabajar para ser un emancipador de la humanidad.
¿Qué harán USTEDES?
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Revolución #524 3 de enero de 2018
De Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org)
¡Únanse con nosotros ya! Qué podría tener más importancia salvo romper el silencio de adaptarse a un régimen fascista y traer el ruido de que nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista.
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Rechazar el Fascismo llamó a protestas de masas en todo Estados Unidos el 4 de noviembre de 2017 para lanzar un movimiento para poner fin a esta pesadilla: para expulsar al régimen de Trump y Pence. 4.000 personas salieron en más de 20 ciudades, y lo hicieron frente a las implacables amenazas fascistas transmitidas en los medios de comunicación y en el Internet, y a unos viles fascistas armados que se presentaron en tres ciudades para amenazarlas.
El 4 de noviembre fue un día inspirador, un presagio del potencial, pero no logró lanzar el movimiento de masas de protesta no violenta en continuo crecimiento que era, y sigue siendo, necesario.
Hemos comenzado un proceso de analizar el porqué, y les invitamos a leer algunas cuestiones con las cuales hemos estado forcejeando. Lo importante por ahora es que estamos trabajando en torno a la contradicción entre la estabilidad relativa de la vida de la mayoría de las personas y su renuencia a alterar esa estabilidad, por un lado, y por otro lado, su profunda e intensa repugnancia y angustia por las horrorosas acciones y futuro del Régimen de Trump y Pence: en resumen, ¿cómo salta a la palestra lo último?
Parte del problema es lo siguiente: La dirigencia del partido Demócrata le ha dicho a la gente que confíe en ellos, que espere y trabaje en el proceso normal de las elecciones para ponerlos en el cargo. Han enseñado a la gente que las protestas de masas únicamente provocarán a la bestia de las fuerzas fascistas, que socavarán las posibilidades de que los demócratas atraigan a los “votantes indecisos”, que la gente sea “realista” y no piense ni actúe fuera del marco de la política de costumbre y quizá reconozca el papel de la dirigencia del partido Demócrata de conciliarse con los fascistas durante un largo período de tiempo, o incluso empiece a cuestionar toda la cosa.
Por lo que, la pregunta que se plantea es: ¿qué tan esencial es la lucha de masas desafiante y no violenta en las calles para expulsar a este régimen e impedir todo el horror del fascismo? ¿Y cuál es la base para que se dé tal lucha?
Si usted está leyendo esto, es uno de los millones de personas que quieren que termine la pesadilla del régimen de Trump y Pence. La gente puede sacarlo del poder. Rechazar el Fascismo ha hecho un comienzo. Muchos se han resistido y existe una gran reserva de personas que odian profundamente al régimen.
Ahora le toca a usted y a nosotros encontrar juntos las formas y los medios de unirnos para luchar por expulsarlo. Hacer cualquier otra cosa, o hacer algo menos, es poner en peligro el futuro de la humanidad. Eso no debemos hacer ni vamos a hacer.
Haga una donación aquí para apoyarla Gira Nacional de Organización.
Chicago:
El sábado 6 de enero Reunión de organización de masas de Rechazar el Fascismo
1:00 p.m. - 4:00 p.m. Trinity Episcopal Church 125 E. 26th y Michigan Avenue
Evento de Facebook
mailto:chicago@refusefascism.org | 312-933-9586
San Francisco:
El sábado 6 de enero Conferencia de Rechazar el Fascismo para Estudiantes de California
12:00 p.m. - 6:00 p.m. 1590 Bryant Street, San Francisco
Evento de Facebook
El domingo 7 de enero Reunión de organización de masas de Rechazar el Fascismo
Domingo, 3:00 p.m. 1590 Bryant Street, San Francisco
norcal@refusefascism.org | 510-253-5551 | Evento de Facebook
Los Ángeles:
Reunión de organización de masas de Rechazar el Fascismo
El sábado 13 de enero Lugar por anunciar
socal@refusefascism.org | 323-946-1742
Ciudad de Nueva York:
Reunión de organización de masas de Rechazar el Fascismo
El sábado 13 de enero 2:00 p.m. Centro LGBT 208 West 13th Street Nueva York
nyc@refusefascism.org | 646-852-6785 | Evento de Facebook
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Revolución #524 3 de enero de 2018
¿“Esto no puede ocurrir en Estados Unidos”? Lo siento, pues SÍ está ocurriendo en Estados Unidos
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Desde que el régimen de Trump y Pence llegó al poder, nos ha azotado con un choque tras otro, día tras día, y millones de personas han estado en un estado de conmoción y temor. Muchas se preocupan en voz alta que “Estados Unidos no es el país que yo creí que era”, y la gente común, así como escritores e intelectuales señalan con alarma no sólo las relaciones estrechas sino las semejanzas, entre Trump/Pence y regímenes “autoritarios” como el de Erdoğan en Turquía, Putin en Rusia, Duterte en las Filipinas. Millones se angustian sobre hacia dónde van las cosas y qué hacer al respecto; y en diferentes momentos, miles, decenas de miles, y hasta millones de personas han tomado las calles en protesta.
Pero aunque estos temores persisten y se profundizan, y la palabra “fascismo” y la imagen de Hitler vienen a la mente e incluso surgen en el discurso público, la gente mantiene y sigue aferrada a la creencia de que “¡No puede ocurrir aquí!” y “No en Estados Unidos”, debido a su larga historia de gobierno democrático, sus instituciones atrincheradas, su sistema de controles y contrapesos. La gente tiene la esperanza —y los demócratas y otras fuerzas de peso y autoridad animan a la gente a creer— que existen mecanismos dentro del funcionamiento normal del sistema que vayan a frenar este régimen o sacarlo antes de que haga daños irreversibles.
Esta línea de pensamiento es una manera de reconstruir una “zona de comodidad y seguridad” dentro de este horror en marcha — de que las cosas van mal, pero seguramente no llegarán a “lo peor”.
Pero… un resumen sobrio de los últimos 11 meses muestra que ¡sí “está ocurriendo en Estados Unidos”! Trump y Pence están erigiendo la arquitectura jurídica, política e ideológica de una sociedad fascista, están cometiendo atrocidades reales hoy, pero de manera aún peor, están sentando las bases para saltos dramáticos y catastróficos. Han dado enormes pasos para: suprimir la protesta política; socavar la libertad de expresión, de reunión y de prensa; atacar a la ciencia y el pensamiento crítico; azuzar a un movimiento fascista ciego y odioso; y de estas y muchas otras maneras, maniobrar para consolidar el poder en sus manos, en preparación para un apretón total de clavijas fascista en la sociedad en su conjunto lo que será extremadamente difícil de revertir o deshacer.
De hecho, lo que están haciendo es una transformación profunda de la forma del gobierno capitalista-imperialista en Estados Unidos, de la democracia burguesa1 al fascismo burgués.
El régimen de Trump y Pence aún no ha “cerrado la puerta” en términos de implementar el fascismo. Pero lo que ya han logrado tiene rumbo e impulso.
En este artículo, nos centraremos en algunos ejemplos centrales (lejos de ser todos) de los ataques polifacéticos del régimen fascista:
Una característica central del fascismo es la criminalización de toda protesta política y el aplastamiento abierto de los opositores radicales y revolucionarios. El régimen de Trump y Pence ha estado maniobrando precisamente hacia eso durante los últimos 11 meses.
El régimen de Trump ha puesto en la mira a los movimientos de oposición al asesinato policial de los negros, latinos y otra gente de color.
Trump ha puesto en la mira a los grupos anti-fascistas — desde su campaña electoral en que instigó a sus seguidores a “darles una paliza” a los manifestantes.
En agosto de 2017, unos nazis y supremacistas blancos con antorchas invadieron a Charlottesville, Virginia, golpearon e incluso tiraron balazos a los manifestantes antirracistas mientras los policías observaron con los brazos cruzados. Un fascista aventó su carro contra los manifestantes y mató a una mujer joven e hirió a muchos otros. Trump declaró con beligerancia que había “muchas personas buenas” del lado nazi.
Los fascistas están maniobrando con urgencia para transformar tanto como puedan a los medios de comunicación en voceros aduladores del régimen, mientras restringen y reprimen a los medios de comunicación que no aceptan esto. En su mira están los grandes medios de comunicación capitalistas que no se han conformado completamente con la transformación fascista, así como los medios de comunicación independientes, progresistas, radicales y revolucionarios.
La totalidad de todas estas medidas es un esfuerzo poderoso de:
Criminalizar las protestas y reprimir a todos los movimientos y organizaciones políticos de oposición por medios legales así como instigar a turbas, en línea y en el terreno;
Hacer que las instituciones como las universidades y las instituciones de educación superior que pueden nutrir el disentimiento sean “inhóspitas” para el pensamiento crítico, las ideas radicales y los movimientos de protesta y resistencia, y reducir severamente sus recursos;
Crear un “ambiente de información” nacional que sistemáticamente somete a los grandes proveedores con acceso a un público de decenas o cientos de millones de personas a la intimidación o por ley los obliga a aceptar la agenda fascista; margina a los proveedores más pequeños hacia los lugares de menor influencia y les niega un público, o de plano los arresta, golpea o los reprime de otras formas; y el Internet esté bajo un mayor control del gobierno y las gigantescas corporaciones;
Concentrar el poder abrumador sin freno en las manos del régimen de Trump y Pence y privar a las masas populares de todos los mínimos derechos democráticos previamente reconocidos.
En otras palabras, es un programa para la cerrazón represiva política e intelectual de la sociedad estadounidense... y ya va muy avanzado por el camino hacia la implementación total.
1. La realidad de la democracia en Estados Unidos es que desde el principio se construyó sobre la esclavitud del pueblo negro, el genocidio de los indígenas, y luego la conquista y el robo de una buena parte de México, la explotación de los inmigrantes y otra gente trabajadora y la conquista y dominación sangrientas y salvajes de una buena parte del resto del mundo, y que todavía lleva todo el sello de este carácter opresivo. En esencia es una DICTADURA —en que los instrumentos de la coacción están en las manos de la clase capitalista-imperialista— con una democracia que corresponde a los intereses de esa clase dominante. En revcom.us, y en particular en las obras de Bob Avakian (BA), se analiza de manera extensa este carácter esencial — así como el camino revolucionario hacia una sociedad inmensamente más liberadora. (Vea El comunismo y la democracia jeffersoniana; ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! [en inglés] y La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, todas obras de BA, así como en la serie Crimen Yanqui.) Una mayor exploración de este tema rebasa el ámbito de este artículo — nuestro objetivo aquí es mostrar el hecho de que bajo el régimen de Trump y Pence, la sociedad estadounidense está precipitándose rápidamente hacia una forma cualitativamente peor de gobernar —el fascismo— con implicaciones potencialmente catastróficas para la humanidad, si no actuamos de manera decisiva y con millones de personas para impedirlo. [back]
2. Sin embargo, los cargos extremos como estos no son únicos en respuesta a las protestas, especialmente en el caso de las fuerzas revolucionarias. De hecho, en 1979, acusaron al presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, Bob Avakian, y a una docena y pico de otras personas de múltiples cargos con una condena potencial de 241 años de prisión, tras un asalto policial a una protesta en contra del contrarrevolucionario chino, Deng Xiaoping, que estaba de visita y con agasajos en Washington, D.C. Lea más información al respecto en la Cronología sobre BA, “1979.” [back]
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Revolución #524 3 de enero de 2018
Discurso de apertura, Rechazar el Fascismo, 10 de diciembre de 2017
20 de deciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Lo siguiente es el texto del discurso de apertura en las reuniones de masas de Rechazar el Fascismo en diferentes partes de Estados Unidos.
“El régimen de Trump y Pence es un régimen fascista. Ni insulto ni exageración sino eso es lo que es.
“Para el futuro de la humanidad y del planeta, nosotros, el pueblo, debemos expulsar a este régimen.”
Hace un año se formó RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), un mes antes de la inauguración de Trump. Esto es lo que dijimos en ese entonces. Cada día que ha pasado desde aquel entonces, cada día que provoque angustia y furia, ha confirmado este mensaje y misión básica.
La Oficina Nacional de Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) ha preparado el siguiente discurso para iniciar una discusión sobre lo que nuestra organización se propuso a hacer, y por qué; para adentrarnos en lo que hemos y no hemos logrado, y por qué; y al final, qué debemos hacer ahora. Después de discutir este discurso, se darán dos discursos cortos seguidos de discusiones que tratan más a fondo lo que proponemos para las próximas seis semanas.
En este momento en que nos reunimos, las comunidades inmigrantes por todo Estados Unidos viven en el terror de que sus familias y sus vidas resulten destrozadas. Los arrestos de los inmigrantes han aumentado en un 43 por ciento este año. La Prohibición de Viajar hecha por Trump ya está en vigor.
Los incendios forestales arrasan con California, debido a la ausencia casi total de lluvia este año. Tres huracanes devastadores azotaron al país en 2017, y Donald Trump con la arrogancia de un señor colonial racista, arrojó rollos de papel de cocina a la gente de Puerto Rico. Hoy, meses después, la mayoría de la isla sigue sin electricidad. Ante esto y la contundente evidencia científica del calentamiento global, el Régimen de Trump y Pence ha triturado todos los reglamentos de protección ambiental en que puedan poner sus sucias manos, incluido el abandono del Acuerdo Ambiental de París que por débil que sea, es el único acuerdo internacional para reducir el calentamiento global.
Donald Trump ha intensificado el peligro de una guerra nuclear catastrófica — al amenazar con descargar “fuego y furia” y “destruir por completo” a Corea del Norte. Hace un año, el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo también dijo que “Trump tiene el dedo encima del disparador nuclear, por lo que el Régimen de Trump y Pence es más peligroso para el mundo que ni Hitler”. Esto también era cierto en ese entonces, y, ominosamente, es aún más cierto hoy.
Nuestro Llamamiento a la Acción fundador también reconoció que “El fascismo tiene rumbo e impulso. Criminaliza el disentimiento pieza por pieza. Aporrea la verdad. Sataniza y singulariza a un grupo tras otro, en una trayectoria que lleva a horrores reales. Todo esto ya ha empezado bajo el Régimen de Trump. La historia ha demostrado que hay que parar el fascismo antes de que sea tarde”.
¿Verdad que esto sigue siendo cierto?
El agosto pasado, a base de reconocer que millones de personas sienten de corazón que Esta pesadilla tiene que terminar, Rechazar el Fascismo convocó a marchas y reuniones de protesta a nivel nacional el 4 de noviembre que INICIARÍAN un proceso en que las personas continuarían protestando de diferentes maneras todos los días, haciendo crecer y construyendo el movimiento, para que los miles que actuaran el 4 de noviembre atrajeran e incorporaran a decenas y luego a cientos de miles, que se convirtieran al final en millones de personas — decididas a no cesar hasta que se cumpla nuestra demanda:¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
Fundamentamos nuestro llamamiento en la realidad de que la situación era (y sigue siendo) tan extrema, tan grave —con decenas de millones de personas en Estados Unidos angustiadas por el grave peligro que el Régimen de Trump y Pence plantea para vidas en Estados Unidos y en el resto del mundo— que era posible, y sigue siendo posible, que las masas de personas reorganizaran su vida y actuaran con la determinación de protestar día tras día y noche tras noche. Porque protestar de una manera a la altura del peligro del fascismo inminente era lo único que podría pararlo.
El 4 de noviembre, cuatro mil personas se movilizaron en más de 20 ciudades, y lo hicieron ante amenazas fascistas que se diseminaron en los medios informativos y el internet. En tres ciudades nuestras marchas enfrentaron a viles fascistas armados que vinieron con el fin de amenazar y posiblemente hacerles daño a los que se atrevieran a marchar con Rechazar el Fascismo.
El 4 de noviembre era un presagio importante de lo que hace falta: un día inspirador, la más importante manifestación para exigir que se saque del poder al Régimen de Trump y Pence en su conjunto. La valentía, la convicción y la determinación de esta protesta deben darle esperanzas a toda persona de conciencia. Pero, el 4 de noviembre no lanzó el movimiento de protestas no violentas de masas continuas y crecientes. Esto hacía falta, y aún hace falta urgentemente, si es que la humanidad vaya a parar la consolidación del fascismo en la superpotencia más poderosa del mundo.
De plano, faltaron suficientes cantidades de personas. Faltaron suficientes voces de conciencia prominentes — personas que tengan una plataforma para hacerse oír y a que les presten atención millones de personas. Faltó que tomaran las calles en representación suficientes organizaciones que han estado luchando contra los diferentes ataques del Régimen de Trump y Pence. Muchos estudiantes participaron el 4 de noviembre, pero las escuelas y universidades no salieron en masa.
Hemos dicho desde la fundación de Rechazar el Fascismo que sólo al tomarse las calles con valor y convicción, con acciones fuera del marco de los procesos políticos normales de Estados Unidos, tales como las elecciones, las audiencias, etc., se podría ponerle un alto a lo que es una situación altamente anormal: un régimen fascista total que está triturando normas y reconfigurando la sociedad y el gobierno. Bajo el lema de Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza, el Régimen de Trump y Pence está forjando un fascismo estadounidense: el Destino Manifiesto y el excepcionalismo estadounidense, un fascismo envuelto en la Biblia interpretada textualmente y la bandera estadounidense, empapado de racismo, misoginia, y xenofobia. El Llamamiento a la Acción del Rechazar el Fascismo dice que “el fascismo no es simplemente un burdo conjunto de políticas reaccionarias horripilantes… Lo crucial es entender que una vez en el poder, en esencia el fascismo elimina los derechos democráticos tradicionales”. En cierto momento, lo que podría ocurrir más pronto de lo que reconozcan la mayoría de las personas, podría llegar a ser muy tarde para pararlo — con una fuerte represión del disentimiento, y la acomodación de la población con la nueva norma del fascismo.
Rechazar el Fascismo reconoció que, para parar este monstruo implacable, había que expulsar al régimen en su conjunto. Con Trump como el maestro de ceremonias demagógico, y Pence como el fascista cristiano medieval a su lado, han montado una vil camarilla que controla y está reconfigurando todas las divisiones del poder executivo. El partido Republicano fascista controla el Congreso, dos tercios de los gobiernos estatales y está posicionando a sus jueces en las cortes. Están triturando las normas de la verdad, la ciencia, la separación de poderes y la separación entre la iglesia y el estado, y cosas adicionales, y peores, todo ello sin ninguna oposición seria por parte de la dirigencia del partido Demócrata. Incluso después de que millones de personas firmaron una petición por un juicio de destitución, incluso después de que un senador republicano que va a salir del Congreso dijo que Trump ha puesto a Estados Unidos en un camino hacia una tercer guerra mundial, la dirigencia del partido Demócrata dijo: un juicio de destitución no es una opción en consideración — ni ahora ni después de los comicios de 2018.
Rechazar el Fascismo ha planteado que es sólo la acción decidida de masas de la gente la que tiene el potencial de detener esto. Que se haga con el paso del tiempo con la participación de cientos de miles y millones de personas en protesta de masas día tras día, con el crecimiento de sus fuerzas y su determinación, con el objetivo de crear una crisis política nacional de modo que, como dice el Llamamiento para el 4 de noviembre: “Cada fuerza y facción en la estructura del poder se verá obligada a responder a nuestra demanda. Las grietas y divisiones entre los de arriba, que ya son evidentes hoy, se intensificarán y ensancharán. A medida que atraigamos a cada vez más personas a ponerse de pie, todo esto podría llevar a una situación en que este régimen ilegítimo sea sacado del poder”.
Esto no lo pudimos iniciar el 4 de noviembre. Esta es la misión que queda por lograrse. Así que, adentrémonos en esto.
Tenemos que adentrarnos en esto no sólo para nosotros mismos… y no a solos, sino como una parte integral de la lucha de expulsar a este régimen. Tenemos que enfrentar directa y honestamente la necesidad que pesa sobre la humanidad y juntos abrir brecha hacia adelante. Lo hacemos porque “En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista”.
Al ver el panorama más amplio en una perspectiva y contexto amplio de lo que ocurrió y no ocurrió el 4 de noviembre, se revela que un número masivo de personas no se tomó las calles ni tuvo la determinación de permanecer en las calles para expulsar al régimen porque están acostumbradas a cierto estilo de vida, a una estabilidad que se deriva de vivir en un país que no ha experimentado una guerra en su propio territorio en 160 años ni ninguna gran agitación en más de medio siglo.
La realidad que enfrentamos es que la mayoría de las personas en las clases medias, las que más han alzado la voz por angustia e indignación contra el régimen, tienen un estilo de vida al cual, hasta la fecha, no están dispuestos a interrumpir. Se han habituado a dejar que otros se encarguen de los asuntos políticos y de gobernanza, salvo quizás accionar una palanca de la máquina de votar cada pocos años. Incluso la mayoría de la población que no vota todavía no estaba dispuesta a abandonar la normalidad de su vida, aunque esa normalidad está empezando a deshilacharse y deshacerse. Esto subyace a por qué muchas personas dieron una acogida sincera al mensaje básico de Rechazar el Fascismo y realmente odian al Régimen de Trump y Pence, pero en este momento se negaron a romper con las normas y el marco de la política de costumbre.
Hemos estado trabajando y seguimos trabajando sobre la contradicción entre la estabilidad relativa de la vida de la mayoría de las personas en Estados Unidos y su profunda e intensa repugnancia y angustia por las horrorosas acciones y futuro del Régimen de Trump y Pence. No logramos activar a un número suficiente de personas para hacer lo que hay que hacer. El enorme problema para todos aquellos que odian al Régimen de Trump y Pence, pero no están dispuestos, todavía, a romper con la normalidad de su vida y con el marco político en que conciben sus acciones de afectar la política, es que el mundo y la vida, tales como los conocen, están por llegar a su fin si el Régimen de Trump y Pence sigue en el poder.
Tenemos que decir una vez más, que ya que Trump tiene el dedo en el disparador nuclear —sin ninguna restricción por parte de ninguna otra persona en el gobierno o en las fuerzas armadas— lo que está en juego con la continuación de la complacencia de la gente, el precio de acomodarse con el fascismo que viene desarrollándose y de seguir con la vida cotidiana y en efecto normalizar lo que no es normal, bien podría ser el futuro de nuestra especie y del planeta. Cabe repetir, esto no es ninguna exageración.
Se ha entrenado a la gente para que crea que lo único posible es apoyar, cifrar sus esperanzas o trabajar con el partido Demócrata. Una y otra vez los medios de comunicación presentan los temas importantes en términos de los republicanos o los demócratas con los ojos enfocados en las próximas elecciones aun antes de terminar las actuales.
Tenemos que decirle a la gente: No les hagan caso a los que les digan que se puede tratar con este régimen de las formas normales — sea por medio de elecciones, fiscales especiales o un cambio en el Congreso. Tenemos que decírselo, y tenemos que convencerlos.
¿Esto significa que no hay esperanzas en esta situación? ¿Que la gente nunca actuará? ¡NO!
Hay una aguda contradicción entre la profunda e intensa repugnancia de la gente por Trump y Pence y todas las cosas horripilantes que han hecho, y por otro lado, sus falsas ilusiones que se derivan de su vida relativamente estable, su experiencia y su creencia en el funcionamiento estable del gobierno, sus instituciones y sus procesos. Aunque la situación personal de la gente en Estados Unidos de hecho es precaria, pesa la realidad de que la vida en Estados Unidos es relativamente estable, y la creencia ilusoria de que siempre será así.
Miren, vayamos al grano. Los sectores progresistas y los sectores históricamente marginados de Estados Unidos esperan que los demócratas se encarguen de sus intereses. Esto también es así, quizá sea especialmente así, de parte de los que quieren reformar al partido Demócrata. Existe una “fe”, sin ninguna corroboración en la realidad, de que el partido Demócrata vaya a reparar lo que están haciendo Trump y Pence y su régimen. No lo hará. Ellos, y otros en el poder, sólo actuarán si creen que están perdiendo la lealtad de enormes sectores de la sociedad. Sólo actuarán cuando la agitación y el trastorno creados por la gente los impulsen a actuar sobre lo que es para ellos su mayor interés: mantener su sistema.
Si bien sigue siendo cierto que Rechazar el Fascismo aún no es conocido por toda la sociedad, mucha gente sí sabía del 4 de noviembre. Dondequiera fuéramos, una inmensa mayoría de la gente respondía con entusiasmo a las consignas y el Llamamiento de Rechazar el Fascismo — cargando pancartas en las manifestaciones, contribuyendo a los anuncios en el New York Times y el Washington Post y de muchas otras formas. Pero, al sopesar si correr el riesgo de trastornar su vida y sus creencias o no, a fin de realmente entrarle con todo a lo que objetivamente se requiere para parar la consolidación fascista en marcha del Régimen de Trump y Pence, se retiraron a la falsa ilusión de un mundo cuyo fin sí está llegando.
Debemos reconocer claramente el entrenamiento, y, hay que decirlo, el adoctrinamiento. Todos los días la dirigencia del partido Demócrata y aquellos, como la MSNBC entre otros en los medios de comunicación, así como las organizaciones políticas y de servicios tipo oenegeísta, que por su parte se apoyan en el partido Demócrata y a su vez promueven que se confíe en el partido Demócrata, le dicen a la gente que NO haga lo que Rechazar el Fascismo estaba llamando y lo que sigue llamando a hacer. Que no se tome las calles, que no provoque a la bestia de los fascistas, que no socave sus esfuerzos electorales de atraer a los votantes indecisos, que no piense ni actúe fuera del marco de la política de costumbre y, para ser francos, quizá no se ponga a cuestionar por qué los demócratas han conciliado con estos fascistas durante un largo tiempo, ni se ponga a empezar a cuestionar cómo están las cosas en su conjunto.
Le están diciendo a la gente que responda a esto de formas normales — que espere que Mueller termine su investigación, y por favor, no haga nada que perjudique nuestras posibilidades en los comicios de 2018 o 2020. Rechazar el Fascismo ha señalado con razón que (1) esto bien podría ser muy tarde para impedir una guerra catastrófica, la devastación ambiental, el terror y desarraigo en la vida de millones de inmigrantes, el fin del derecho al aborto y muchos otros horrores, que incluyen leyes aún más draconianas que reprimen el disentimiento; y (2) estos fascistas están trabajando tiempo extra para arrebatarles los derechos de votar a los negros y los latinos, en combinación con todo un sistema electoral racista arreglado con su base histórica en las zonas rurales, para que amarren su triunfo electoral. ¡NO! Sería mortífero dejarnos embaucar con esto en la lucha contra la consolidación del fascismo. Tenemos que poner el argumento de que el único camino adelante es VOTAR CON LOS PIES EN LAS CALLES.
En resumen, debemos discutir por qué tenemos que continuar y perseverar en este argumento por medio de lo que decimos, lo que escribimos y de mayor importancia, por medio de lo que hacemos, para que las personas enfrentan la necesidad que representa para ellas y toda la humanidad la consolidación del fascismo por el Régimen de Trump y Pence. Y sobre esa base, por qué lo que Rechazar el Fascismo está organizando y construyendo es el camino para hacer el cambio que se necesita: sacar del poder político al Régimen de Trump y Pence.
Debemos discutir y entender, y debemos explicar a las personas por todo Estados Unidos, que la base para sacar al Régimen de Trump y Pence se encuentra, fundamentalmente, en ellas. Rechazar el Fascismo está preparado para darle con todo con eso. Estamos preparados para dirigir junto con otros. Hay un lugar para todos, para organizaciones diversas con muchos diferentes objetivos y entendimientos que reconocen, o que se puede ganar a reconocer, que la única manera de detener la consolidación de un Estados Unidos fascista son las acciones de la gente en unión y con determinación en las calles para impulsar la expulsión del Régimen de Trump y Pence.
Antes de concluir, creemos que esta contradicción, entre la repugnancia de la gente por el Régimen de Trump y Pence y su poca disposición en este momento a trastornar la relativa “normalidad” de su vida, es lo principal en que no logramos abrir brecha para que prosperara el 4 de noviembre. Otros factores también pesaron, por ejemplo, tuvimos que movilizar una masa crítica lo suficientemente grande de personas y organizaciones para que la gente considerara como viable la audacia de nuestro plan y misión. Nos dijeron que les daban miedo todos los rumores de lo que los fascistas pudieran hacer. Estas son cuestiones reales que hay que tratar, pero existen en el problema mayor de lo que hemos descrito. Pues hay muchas ocasiones en la historia cuando la gente supera el miedo y desafía los obstáculos, al reconocer la necesidad de actuar de formas extraordinarias.
Debemos discutir y empezar este resumen en esta reunión. Es un resumen y un proceso que continuará. Y, al mismo tiempo, tenemos que seguir adelante. Nuestro análisis del Régimen de Trump y Pence es correcto y se confirma a diario. Nuestra misión y objetivo de expulsar al régimen por medio de la acción no violenta de masas de millones de personas es lo que tiene que ocurrir.
Con este fin, la Oficina Nacional está proponiendo el siguiente plan para las siguientes seis semanas, aproximadamente hasta el fin de enero.
El plan tiene tres elementos.
#1: Un elemento clave del período entrante es hacer trabajo de divulgación amplia, investigar activamente con muchos diferentes tipos de personas y organizaciones; lucha ideológica sobre la necesidad que enfrenta la humanidad con el Régimen de Trump y Pence y qué es el camino hacia adelante; y polémicas en las redes sociales y nuestro sitio web que comparan y contrastan los diferentes análisis y soluciones. En el período que viene tenemos que estar luchando y aprendiendo activamente — haciendo un balance del primer año del Régimen de Trump y Pence y de la resistencia y lucha a que llamamos. No debemos hacer esto solamente entre nosotros, sino junto con las personas muy ampliamente. Esto debe ser un período de trabajo de divulgación amplia y de lucha ideológica y aprendizaje (interrelacionados entre sí). De mucha importancia, por medio de este proceso tenemos que construir más y hacer crecer a Rechazar el Fascismo y forjar una unidad de principios con otras organizaciones y comunidades opuestas a este régimen.
#2. Rechazar el Fascismo tiene que seguir dirigiendo lucha. En particular tenemos que iniciar acciones que denuncien de manera contundente al régimen y sus crímenes y por qué tiene que marcharse. Además, tenemos que actuar de maneras que pongan al descubierto agudamente por qué la dirigencia demócrata no es ninguna respuesta. En este sentido, debemos examinar el ejemplo de los jóvenes de DACA que fueron a la oficina de Nancy Pelosi y denunciaron la manera en que ella estaba traficando con la vida de sus familias y comunidades y su estatus, y que ellos no aceptaban eso. En las acciones que hacemos debemos aprender de las acciones de ACT-UP a principios de los años 1990. Además, Rechazar el Fascismo debe participar y trabajar en coaliciones que sean consecuentes con nuestra misión, para protestar con motivo del aniversario de la inauguración de Trump.
También debemos atraer e incorporar a muchas personas nuevas en la difusión del mensaje de Rechazar el Fascismo y la recaudación de fondos para esta gran causa.
Después de discutir lo que he presentado aquí, ___________ presentará una visión de toda esta cuestión.
#3: La Oficina Nacional anima a las secciones locales y a las personas que están empezando a conocer Rechazar el Fascismo a que vean y discutan el discurso filmado y la sesión de preguntas y respuestas de Bob Avakian, ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible.
Este discurso y las preguntas y respuestas tratan muchas de las cuestiones que la gente enfrenta y plantea.
Así que, antes de abrir la discusión, déjenme concluir con lo que hemos dicho durante más de un año, y que sigue siendo tan cierto como el día en que se escribió por primera vez:
“Que no digan que no removimos cielo y tierra para expulsar a este régimen. El presente debe ser un momento en la historia en que millones de personas toman posición, juntas, con convicción y coraje, superando el miedo y la incertidumbre, para oponer resistencia y decir ¡NO! No sólo para nosotros, sino en nombre de la humanidad”.
¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
Permalink: http://revcom.us/a/524/reflexiones-sobre-el-discurso-de-apertura-rf-es.html
Revolución #524 3 de enero de 2018
De un lector
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
He estado reflexionando sobre lo que se señala en el discurso de apertura de las reuniones de Rechazar el Fascismo del 10 de diciembre acerca de la estabilidad relativa “que se deriva de vivir en un país que no ha experimentado una guerra importante en su propio territorio en 160 años ni ninguna gran agitación en más de medio siglo” donde se ha entrenado a la gente a dejar los asuntos políticos al cargo de otros.
Estoy empezando a comprender qué tan profunda es esta barrera y cómo se ha entrenado a la gente a considerar como algo opcional su participación en el rumbo general de la sociedad mediante la política. Es cierto que estas mismas personas con estas ilusiones sobre trabajar por medio de los canales normales también han estado hablando más fuertemente en sus protestas y oposición al régimen de Trump y Pence. El análisis en ese discurso es correcto cuando dice que tenemos que hacer que la sociedad enfrente la necesidad de expulsar a este régimen, que reconozca que la vida tal como la conocemos se está transformando y se transformará más hacia la sociedad infernal que los fascistas están tratando de crear.
Veía un vídeo sobre los juicios de los acusados del 20 de enero que habla de un tipo que enfrenta cargos pero que ni siquiera asistió a la protesta sino que simplemente ayudó a planear una de las reuniones iniciales. Leí la sección de comentarios sobre esto y muchos fascistas estaban argumentando que los cargos son justos, que estaban contentos de ver que el gobierno abordara los “problemas con los manifestantes violentos” y que hay que poner de ejemplo a algunas personas. Pienso en lo desvergonzados que son estos fascistas al hacer estos argumentos y que había comentarios menos extremos que también justificaban esto. Simplemente deja en claro hasta qué extremo esto se ha vuelto aceptable y la posibilidad de que sea la nueva normalidad, ya que, por escandalosos que sean estos juicios, parece que poca gente está siguiéndolos ni reconoce su importancia e implicaciones.
Tenemos que esforzarnos mucho en explicar de modo amplio las deficiencias de los caminos a los que las personas están aferradas como formas de resistencia que no podrán lidiar con la situación o, lo que es peor, que dirigen a la gente a aceptar la consolidación del fascismo.
También he estado pensando sobre la cuestión de la necesidad de tener una masa crítica de personas y de ser un ejemplo del tipo de resistencia audaz y decidida requerida para expulsar al régimen. Muchas personas que hemos conocido nos han dicho que han visto los letreros de Rechazar el Fascismo en todas partes y pienso sobre el impacto positivo que esto ha tenido, pero no se conoce RF tan ampliamente como debe de ser. En la medida de que la gente esté enterada de la existencia de RF, el carácter de la resistencia también importa. Tenemos que poner el ejemplo de lo que se necesitará para atraer a aquellos que reconocen que únicamente este carácter de resistencia —la protesta independiente, masiva, sostenida y no violenta en las calles— está a la altura del problema ante nosotros. Necesitamos tener una presencia conocida tanto por estar en todas partes como por nuestro mensaje y la forma en que impactamos a la sociedad por medio de presentar la necesidad.
Hay muchos estudiantes que se han apuntado con Rechazar el Fascismo, algunos han participado de diferentes maneras pero no de forma muy cohesionada ni con una buena orientación ideológica. Sigo pensando que existe la necesidad y el gran potencial de que las universidades se prendan políticamente. Muchos estudiantes se están angustiando sobre la situación aunque no vean todas las conexiones sobre el peligro grave que representa este régimen, y los estudiantes tienen una responsabilidad particular de oponerse a estos fascistas y reconocer la batalla epistemológica que se está librando y su importancia estratégica en la consolidación del fascismo. Además de los paneles y reuniones en masa, creo que debería haber discusiones en salones con pequeños grupos, especialmente de profesores y académicos, para aprender de la gente y exponerles el argumento sobre la realidad del fascismo y la necesidad de expulsar a este régimen.
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Revolución #524 3 de enero de 2018
Campaña de recaudación de fondos de Rechazar el Fascismo:
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Al cierre de esta edición, los voluntarios de Rechazar el Fascismo (refusefascism.org) se están comunicando con personas de todo Estados Unidos para que contribuyan a la meta de recaudar 250.000 dólares. Esta es la organización con la misión: Esta pesadilla tiene que terminar: ¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! ¡Y esta gran causa requiere mucho dinero!
Una mujer que se unió al esfuerzo de recaudación de fondos puso en un correo electrónico a docenas de amigos y familiares:
El movimiento de resistencia ha trabajado muy duro desde antes de enero de 2017. Definitivamente estamos avanzando. No es una causa perdida. Ha habido victorias recientes que nos dan esperanza. La palabra clave aquí es esperanza. En realidad, sin embargo, la restauración de líderes demócratas poco a poco, plazo por plazo en el Congreso, es como llevar un paraguas en medio de la fuerzas de un tsunami. No perjudica pero... ☂️🌪💨🌬🌨🌪💨m
¡Así que necesitamos acciones más formidables e innovadoras y las necesitamos AYER!
Como tal vez ustedes sepan o no sepan, he participado activamente en el movimiento de resistencia y me he convertido en un participante de un grupo de activistas llamado RECHAZAR EL FASCISMO. ❌❗️🚫
Actualmente estamos haciendo una gran recaudación de fondos para financiar una voz efectiva para hacer correr la voz y presionar a nuestro gobierno para que se impugne en un juicio político de destitución y, lo que es más importante, para que se destituya a Donald Trump y Mike Pence. Esto no es poca cosa, pero ¡¡¡cuanto más fuertes sean nuestras voces contra estos dos monstruos, más fuertes serán nuestras posibilidades de sacarlos, CARAJO!!! (Lea el correo electrónico completo en inglés en el sitio web de Rechazar el Fascismo: RefuseFascism.org.)
En varias ciudades de todo Estados Unidos, las secciones de Rechazar el Fascismo se reunieron durante el fin de semana del 15 al 18 de diciembre. Llamaron a amigos, familiares y personas que se apuntaron para formar parte de este movimiento o estar en contacto con él. Hablaron con cientos de personas. Aprendieron lo que estaba en la mente de las personas. Animaron a participar o volvieron a conectar a las personas con el movimiento para expulsar al régimen. Y, con la ayuda de un donativo equivalente de un donante generoso, plantearon la meta para ese primer fin de semana de recaudar 25.000 dólares más varios miles de dólares más (siga la campaña de fondos en tiempo real aquí).
En el momento de postear este artículo, los voluntarios del Rechazar el Fascismo de nuevo están telefoneando a las personas en una campaña de fin de año. Revolución se comunicó con un par de personas quienes participaron en el maratón telefónico para que nos compartan sus observaciones de la experiencia.
Una persona describió su experiencia de esta manera:
Mucha gente estaba feliz de saber de nosotros. Todos los que se apuntaron lo hicieron por una razón. No pudimos comunicarnos son todos. Dejamos mensajes. Lo bueno, que resumimos después, eran los donativos producto de los mensajes de texto y también de algunos correos de voz que dejamos. Estaban felices de que Roy Moore perdiera, pero querían continuar más así como votar... tratando de trabajar en eso. Pero algunas personas decían que como al principio, pensé que ustedes estaban exagerando. No creí que fuera fascismo. Ahora he llegado a comprender que esto es fascismo y que no se puede lidiar con él de una manera normal. Algunas personas contestaron el teléfono y dijeron eso... y ha sido realmente bueno que nos estemos apoyando en la gente del maratón telefónico y en los voluntarios para tomar apuntes realmente buenos. Y los apuntes nos han ayudado mucho porque puedo repasarlos y, de hecho, esta persona estaba interesada en la reunión, esta persona tenía una conciencia interesante. Muchos de estos números telefónicos, simplemente los coleccionamos, y se van acumulando. Esta fue una muy buena oportunidad no solo para recaudar fondos, sino para realmente conversar con algunas personas. Esa es en realidad también nuestra meta este fin de semana: indagar más en su forma de pensar y tomar mejores apuntes y de hecho examinar quiénes son aquellos que tienen mucha prominencia y quieren jugar un papel más importante.
Junto con este artículo hay una entrevista con otra persona que participó en el maratón telefónico para recaudar dinero.
Alentamos a las y los lectores a donar a esta campaña de recaudación de fondos y a conectarse con amigos, familiares y a todos sus conocidos. Para citar, una vez más, del correo electrónico de uno de los seguidores de Rechazar el Fascismo: “¡¡¡cuanto más fuertes sean nuestras voces contra estos dos monstruos, más fuertes serán nuestras posibilidades de sacarlos, CARAJO!!!”
Revolución: Hola, Luna, habla el periódico Revolución. Esta campaña de Rechazar el Fascismo para recaudar fondos es muy emocionante, y queríamos hacerte unas preguntas para entender mejor cómo van las llamadas telefónicas, quién está contribuyendo, por qué, qué dice la gente. Así que, ¿cómo van las llamadas telefónicas?
Luna: Va muy bien. Le digo a la gente de qué se trata esto, ayudo a explicar que la contribución que hacen es diferente que donar a otras organizaciones. Logré ayudarles realmente, de manera significativa, y las veces que sí hacía llamadas telefónicas, en realidad son conversaciones, y aprendí de lo que estaban pensando y conseguí que hablaran con confianza. Se hizo mucho de eso. Tras unas conversaciones unos solo daban $10, pero eso está bien porque también da una idea de lo que están pensando. Aprendí mucho.
Revolución: ¿Hubo algo que te pareció interesante o inusual?
Luna: Una mujer contribuyó $100. Ella trabaja en el campo médico y me contó que en Italia sus familiares eran socialistas italianos, en los tiempos que Mussolini estaba en el poder. Creo que eso es lo que decía. Así que me estaba contando la historia de su familia y de la gran parte de su familia en la lucha contra el fascismo en Italia y que trabaja en el campo médico, y que no puede creer lo que el [régimen de Trump y Pence] está haciendo con el sistema de salud pública. No puede creer lo que está pasando, y la gran velocidad con que lo están cambiando, eso de arrebatarle a la gente el derecho a cuidado de salud digno y todo lo que eso implica. Dice que escuchó a dos mujeres defendiendo lo que está haciendo Trump y que se le hizo muy difícil entenderlo, y difícil de entender cómo se puede defender lo que está pasando, defender a alguien como Trump que está haciendo esas cosas. También habló de cómo están atacando a los intelectuales. Quería dar lo que más pudiera, y sí, una persona muy chévere.
Un tipo dio $25. La primera vez que se enteró de Rechazar el Fascismo fue por el anuncio en el New York Times. Creo que dijo que ya había hecho una contribución, pero la primera vez me decía que quería aportar a ese anuncio y a anuncios como ese para que se difundieran. Y yo sé que ese anuncio fue muy impactante. Noté que era un tanto pesimista con respecto a la posibilidad de cambios, me dijo que ha estado leyendo el libro The Dangerous Case of Donald Trump (El caso peligroso de Donald Trump), escrito por 27 psiquiatras. También dijo que existe la verdadera posibilidad de que Trump sea el último presidente estadounidense, pero que no quiere que eso suceda. También dijo que eso de que “Estados Unidos vuelva a tener grandeza” viene a ser que “Estados Unidos vuelva a ser blanco”. Dijo que Trump y el régimen en realidad son peores que la gente se imagina. Para él, en realidad la gente no está bregando con lo grave que es la situación. Dice que no es cualquier presidente, o cualquier republicano, es peor de lo que la gente piensa. Pero luego él estaba considerando al régimen entero, y surgió un desacuerdo sobre Pence. Pence no tiene una enfermedad mental como Trump y no tiene el dedo en el disparador nuclear, o sea que como Pence no es peor que Trump, algo así. Y yo le dije: “No. Pence es peor, Pence es parte de toda esta cosa sobre la consolidación del fascismo cristiano en Estados Unidos”. Me dijo que sobre esto ha perdido a algunos amigos. De que el fascismo está vivito y coleando en este país, y eso da mucho miedo. Por analogía dijo que el fascismo siempre ha estado presente aquí. Le pregunté: “¿Qué quiere decir con eso? ¿Qué…”? Y a lo que se refería era a todas las corporaciones y cómo la explotación se inició desde antes de que se fundara Estados Unidos. Luego habló de su participación en la desobediencia civil como en los años 1960 y cosas por el estilo.
Hablé con una mujer…que no contribuyó, pero dijo que lo haría en cuanto consiguiera dinero. Quería donar $10. Pero al principio no estaba muy segura de si quería contribuir o participar con Rechazar el Fascismo, porque le pareció que solo nos estábamos centrados en criticar a los republicanos, y para ella los dos partidos están empeorando las cosas, y que no estamos denunciando suficientemente a los demócratas. Esa fue una de sus críticas. Por que para ella se trata de los dos partidos. Y además porque para ella [Hillary] Clinton estaba permitiendo mucho de eso. Y que en realidad los demócratas están ayudando al fascismo a consolidarse. Y eso me pareció muy importante. Yo le dije que soy revolucionaria y que estoy de acuerdo con ella. Le dije que yo no creo que los demócratas son la respuesta. No lo son. Le dije que los demócratas nos están dirigiendo, o están dirigiendo a la gente por el camino equivocado, con el cuento de que los podemos ganar con votos. Y eso como que le gustó. Y dijo muy emocionada: “¡Así es! Este sistema no es el que va a deshacerse de Trump y Pence, estos demócratas no van a hacer nada”. No le gustó Hillary Clinton. Ella está a favor de un tercer partido. También me pareció llamativo que ella considera que se necesita salirse del sistema. Piensa que tenemos que construir un tercer partido, un tercer partido político. Dijo que iba a compartir con amigos que iba a hacer una contribución, que iba a ser $10, y que lo iba a hacer en apróximadamente una semana… cuando consiguiera el dinero.
Hablé con otra mujer que está en California, pero no necesariamente se le hace posible ir a actividades en Los Ángeles. Ella contribuyó $20, no podía dar más. Me dijo que fue a un evento al aire libre y que Rechazar el Fascismo es una magnífica organización. Dijo que su punto de vista se asemeja más al de Rechazar el Fascismo con respecto a cómo ve las condiciones generales de los tiempos en los que estamos viviendo, que estudió sociología, y que está viendo todo en un contexto histórico. Le pregunté que es lo que la había impulsado a venir y contribuir, y apoyar a esta causa. Me contestó con algo sobre hacer lo que más se pueda mientras esté sobre la Tierra. Dijo que está aquí poco tiempo y tiene que hacer lo máximo posible… dijo que la misma Tierra en la que vivimos nos cuida a nosotros, así que nosotros tenemos que cuidarla. Bueno, que no es responsabilidad del universo de cuidarnos, al universo le podría valer, porque mira, eso depende de nosotros. Y ella decidió que quería asumir más responsabilidad.
Así que hubo mucho de eso, a muchos, una vez que logré su confianza, me decían lo que pensaban y se veía que venía de diferentes puntos de vista, y eso es algo que realmente apreciaba mucho.
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Revolución #524 3 de enero de 2018
Los demócratas: ¿Una alternativa a Trump?
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
¿Los demócratas representan una alternativa real a Donald Trump? ¿Una oposición seria a su programa fascista? ¡Por favor, carajo!
El führer Trump anunció recientemente que Estados Unidos iba a trasladar su embajada en Israel a Jerusalén. Jerusalén ha sido parte de la Palestina histórica durante siglos hasta que Israel se apoderó primero de Jerusalén Oeste y luego de Jerusalén Este en sus sangrientas guerras de conquista en 1948 y 1967. Así que el anuncio de Trump es una gran aprobación a estos ultrajes y una fuerte luz verde para todos los crímenes incesantes de Israel contra el pueblo palestino: ¡el régimen de apartheid, la limpieza étnica y la amenaza de genocidio!
El anuncio de Trump fue tan provocador y peligroso, y tan flagrantemente injusto, que una enorme mayoría de países en las Naciones Unidas votó a favor de una resolución para condenarlo. Nikki Haley, embajadora de Trump en la ONU, amenazó a los países que votaron a favor de esa resolución con recortes en la ayuda, una maniobra gansteril bien patente.
Todo esto es aún más ominoso ya que Trump se ha esforzado para formar y respaldar una coalición entre Israel y Arabia Saudita en contra de Irán, con la amenaza concreta de una guerra en la región.
Entonces, si los demócratas estuvieran intentando ofrecer una “alternativa sensata” a la belicosidad del régimen fascista de Trump y Pence, pues se opondrían a esta acción incendiaria de Trump, ¿no?
Bueno, es verdad que el demócrata líder Chuck Schumer criticó a Trump... por su “indecisión” sobre la cuestión de trasladar la embajada de Estados Unidos — es decir, ¡por no estar suficientemente rabioso en su apoyo a la brutalidad israelí!
Porque, pues, Trump no dijo cuándo iba a trasladar la embajada y ni que iba a reconocer el control total de Israel sobre todo Jerusalén (Jerusalén Este sigue siendo el hogar de más de 400.000 palestinos, casi la mitad de la población de la ciudad entera, y se ha visto como una potencial capital palestina en cualquier solución de “dos estados”).
El día antes del anuncio de Trump, Schumer instó a Trump a reconocer el control de Israel sobre una “Jerusalén indivisible”, es decir, su derecho a anexar formalmente toda la ciudad lo que constituiría otro asalto masivo a los palestinos. “Los comentarios recientes del presidente Trump sugieren su indecisión sobre la reubicación de la embajada”, dijo Schumer a una agencia noticiera israelí. “Siendo yo una persona que cree firmemente que Jerusalén es la capital indivisible de Israel, pido que se reubique la embajada de Estados Unidos en Israel a Jerusalén”.
Y esta mierda asquerosa ni siquiera es lo peor. Schumer no solo promueve la asesina limpieza étnica de Israel con los campos de concentración al aire libre y la represión draconiana. No solo sirve de modelo del “respaldo bipartidista” para la ayuda militar masiva, la cooperación en las operaciones encubierta y el apoyo diplomático para Israel. También sienta las bases para que todos los que entren en el torbellino de la política del Partido Demócrata sean cómplices en una guerra contra Irán (u otros) si se lance, y en los crímenes de guerra ya siendo cometido contra el pueblo yemení. Y cuando Trump lance tal guerra, ¿cómo se opondrán a sus intentos de aplastar aún más abierta y cruelmente el disentimiento? Si la experiencia del pasado sirve de guía, no se opondrán en absoluto a tal guerra, como no lo hicieron cuando Bush hizo lo mismo.
¡Así que voten — en las calles, con los pies!
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Revolución #524 3 de enero de 2018
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
A fines de diciembre, el New York Times informó que en una reunión en junio con miembros de su gabinete y personal, un Donald Trump enfurecido se encolerizó quejándose que el gobierno federal no ha limitado toda la inmigración y llevado a cabo la deportación de inmigrantes con suficiente empeño.
En los primeros meses de la presidencia de Trump, unos 15.000 haitianos recibieron visas para venir a Estados Unidos, en parte porque Haití todavía se está recuperando de un terremoto y una epidemia subsiguiente de cólera que devastó el país a partir de 2017. El Times informó que Trump desdeñó a estos haitianos diciendo que “todos tienen el SIDA”. Sus insultos calumniosos y racistas continuaron contra los nigerianos que habían viajado legalmente a Estados Unidos, a menudo con visas familiares. Dijo que nunca “volverían a sus chozas” en África. También se quejó de las 2.500 personas de Afganistán, describiendo ese país como un “refugio terrorista”.
Puras necedades, carajo. Consideremos unos hechos. Durante siglos, Estados Unidos ha infligido un enorme sufrimiento y explotación al pueblo de Haití. (Vea el artículo “1915-1934: La invasión, la ocupación y el dominio yanqui de Haití”). Después del devastador terremoto de 2010, una operación de las Naciones Unidas para “mantener la paz” en la que Estados Unidos desempeñó un papel clave introdujo en Haití el primer brote de cólera de su historia. Unas 10.000 personas murieron y otras 800.000 se enfermaron. Estados Unidos ha saqueado Nigeria por su petróleo y ha transformado gran parte de su delta otrora fértil en un infierno ambiental de árboles moribundos, derrames e incendios de petróleo. Estados Unidos invadió a Afganistán en 2001 y ha ocupado partes del país desde entonces. Más de 100.000 afganis han muerto en esa guerra, millones expulsados de sus hogares. ¡Y Trump tiene el maldito descaro de llamar a los afganis “terroristas”!
Después de que salió la noticia en el Times, el personal de Trump afirmó que Trump no había usado las palabras “SIDA” o “chozas”. Pero el propio Trump no lo ha negado. Y el Times no se retractó de su informe original, lo que luego salió en muchos periódicos y sitios web. Independientemente de si Trump dijera esas palabras exactas o no, no hay duda de que el lenguaje de Trump es el de la supremacía blanca y “Estados Unidos Ante Todo”; no hay duda de que los ataques despiadados e implacables contra los inmigrantes, especialmente los inmigrantes que no son blancos, o cuyo primer idioma no es el inglés, o que son musulmanes, han estado en el centro del programa de Trump de “hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”.
Las diatribas racistas de Trump no son simplemente los desvaríos de una persona perturbada y odiosa. Expresan un programa fascista concreta de “limpieza étnica”: expulsar de Estados Unidos a miles, hasta millones, de inmigrantes “indeseables”, principalmente los no blancos, e impedir que entren otros. Incitan a la rabiosa turba de racistas que es su base, y ayudan a movilizarlos para apoyar los ataques del gobierno contra los inmigrantes y organizar ataques y violencia “no oficiales”.
Tiene que oponerse a estos ataques gente de todas las nacionalidades, no solo inmigrantes o gente de la nacionalidad específica afectada por un ataque en particular. Hay que derrotar estos ataques.
Del Llamamiento de Rechazar el Fascismo: “El fascismo tiene rumbo e impulso. Criminaliza el disentimiento pieza por pieza. Aporrea la verdad. Sataniza y singulariza a un grupo tras otro, en una trayectoria que lleva a horrores reales. Todo esto ya ha empezado bajo el Régimen de Trump. La historia ha demostrado que hay que parar el fascismo antes de que sea tarde”.
Revolución #524 3 de enero de 2018
Todas las noticias dignas de publicar… en los Estados Unidos de Amnesia
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Muchas personas progresistas y pensantes confían en el New York Times para proporcionarles una interpretación más o menos acertada de lo que sucede en el mundo. Se reconoce como una fuente seria de información más o menos objetiva sobre los acontecimientos más significativos en el mundo.
Para que quede claro, el New York Times —a diferencia de, digamos, las Noticias Fox— por lo general no inventa mentiras escandalosas y afirma que son ciertas (aunque sí causó un daño considerable al perpetuar independientemente la mentira descarada de que Irak poseyera armas de destrucción masiva, una mentira que justificó la desastrosa guerra de George W. Bush contra Irak). Y en este momento, por lo general, Trump lo ataca por informar algunas cosas con precisión. Sin embargo, por lo que eligen incluir, lo que eligen resaltar, y lo que eligen ocultar, de hecho entrena a sus lectores con una metodología errante y una visión invertida del mundo, como demuestran los siguientes ejemplos:
El artículo de Daniele Volpe en el New York Times del 22 de diciembre, “Víctimas de la guerra civil de Guatemala yacen en paz, tres décadas después”, describe una pequeña porción de los crímenes cometidos en contra de la población indígena de Guatemala. Ella escribe: “Durante la guerra, se destruyeron del 70 al 90 por ciento de los pueblos de la zona y el 60 por ciento de la población fue desplazada, forzada a abandonar sus casas y buscar refugio en la zona montañosa cercana, según informó una comisión de la verdad de las Naciones Unidas. La investigación de la ONU estima que cerca de 7000 personas del pueblo Ixil, una etnia maya, fueron asesinadas”. Continúa: “Las operaciones en contra de los ixiles se intensificaron bajo el mandato del general Efraín Ríos Montt, quien tomó control del gobierno en marzo de 1982. El ejército masacró a pueblos enteros, arrasó edificaciones y destruyó los rebaños de ganado”.
En este artículo entero, no aparecen las palabras “Estados Unidos”. Volpe no menciona toda la fea historia de Estados Unidos de más de un siglo en Guatemala. Se puede comenzar esa historia con la expropiación de tierras por la empresa United Fruit en 1906; en la década de 1930, la United Fruit Company era el mayor terrateniente de Guatemala. El papel de Estados Unidos se aumentó en particular después de la elección de Jacobo Árbenz en 1954. Árbenz comenzó a recuperar tierras de la United Fruit y dárselas a los campesinos sin tierra. En respuesta, la CIA orquestó un golpe de estado para derrocar al gobierno de Árbenz, instalando al coronel Carlos Castillos Armas, entrenado en la Escuela de Comando y Estado Mayor General de Estados Unidos en el Fuerte Leavenworth. Arrestaron a miles de personas, torturando a muchas, y devolvieron la tierra a United Fruit.
A fines de la década de 1960, más de 1000 fuerzas especiales yanquis operaron en las tierras altas de Guatemala entrenando militares guatemaltecos y operando a su lado. Surgió una insurgencia guerrillera contra los gobiernos reaccionarios. Siguieron más masacres, pero a principios de la década de 1980, con toda América Central en plena agitación, Estados Unidos respaldó el ascenso al poder de Efraín Ríos Montt mediante un golpe militar. Ríos Montt intensificó el genocidio de los indígenas con el apoyo de Estados Unidos. Incluso después de que el genocidio en Guatemala llegó a ser conocido internacionalmente, el presidente de Estados Unidos, Reagan, llamó a Ríos Montt: “un hombre de gran integridad personal y compromiso”. (Vea “Caso # 95: El carnicero de Reagan comete el genocidio en Guatemala”).
Se calcula que han asesinado a más de 150,000 personas los gobiernos guatemaltecos sucesivos que recibieron apoyo militar, económico y diplomático de Estados Unidos. Pero el artículo del New York Times borra y oculta por completa esta fea y horrenda historia. No solo tapa sino que nunca menciona la verdadera causa del problema: el dominio de Estados Unidos y la represión genocida horrible por medio de terceros. El lector queda con “qué triste” y la idea de que es muy lamentable que “la gente de allí nunca haya aprendido a civilizarse”... mientras pela un plátano sobre su cereal de desayuno y pasa la página a un anuncio de joyas caras para la Navidad.
El mismo día, en la portada del New York Times salió un artículo que le parte el corazón a uno y le pone furioso, “An Ultimatum for Jakarta: Redevelop or Drown” [Un ultimátum para Yakarta: reurbanizarse o ahogarse]. Este artículo describe las formas en que el cambio climático ha entrelazado con el desarrollo vertiginoso y no planificado para no solo amenazar a la ciudad de Yakarta en el futuro, sino que más o menos inmediatamente poner en peligro el destino de 30 millones de personas. El artículo trata la corrupción en el gobierno. Sin embargo, no menciona el papel de Estados Unidos en la instalación violenta de los regímenes lacayos violentos, corruptos y neocoloniales que han gobernado Indonesia durante más de 50 años en nombre de sus señores imperialistas (principalmente estadounidenses), comenzando con un golpe de 1965 orquestado y directamente ayudado por la CIA. Este golpe derrocó a un gobierno, aplastó totalmente al Partido Comunista de Indonesia y asesinó a entre medio millón y un millón de personas. El artículo no menciona que los regímenes puestos en el poder por ese golpe abrieron las compuertas a todo tipo de inversión imperialista e incorporaron a Indonesia en el mercado mundial de formas que han despojado al medio ambiente a la nación.
Otra vez, el Times deja, y dirige, a los lectores a sacudir la cabeza sobre las políticas locas “por allá” que han causado una catástrofe ambiental.
Nada en estos artículos es una mentira ni “fake news” / noticias falsas. Sin embargo, aun así oculta la verdad porque oculta las verdaderas relaciones y causas.
Pero ahora considere un artículo del día anterior para ver cómo le están entrenando a usted a ver la historia dentro de las fronteras de Estados Unidos. Considere al decano de los columnistas del New York Times, Thomas Friedman, y vea si usted se unirá a nosotros para decirle:
De la columna del 20 de diciembre de Thomas Friedman en el New York Times, “How Trump Made Putin’s Christmas” [Cómo Trump hizo que la Navidad de Putin fuera feliz]: “Primero, siempre hemos educado a nuestros ciudadanos en la tecnología principal del día y más allá — en la era de la desmotadora de algodón, eso significaba el inicio de la educación primaria universal”.
No, estimado Thomas, la desmotadora de algodón, la cual la operaron los propios esclavos, significaba la expansión masiva de la esclavitud. Significaba 3.2 millones de personas esclavizadas en Estados Unidos para 1850. Significaba esclavos sujetos a la “máquina de látigos”, ya que la principal forma de aumentar la productividad era azotar a los seres humanos esclavizados cada noche que no cumplieran con la cuota asignada. Aumentaban las cuotas con regularidad. (Vea The Half Has Never Been Told: Slavery and the Making of American Capitalism [La mitad nunca se ha contada: La esclavitud y la construcción del capitalismo estadounidense], de Edward Baptist).
¿¡¿La educación primaria universal?!? En realidad, las leyes estatales prohibían a los esclavos aprender a leer. Cualquier esclavo que se atreviera a desafiar esa ley estaba sujeto al asesinato o la mutilación.
Deje a un lado todos los otros crímenes intelectuales de Thomas Friedman (por ejemplo, apoyar la guerra contra Irak, continuamente promover y dar un cheque en blanco al sionismo, la globalización, etc.). ¿Qué clase de mentalidad de la descarada supremacía blanca puede escribir esa basura? ¿Qué tipo de sociedad es ella en la que los liberales —sí, los liberales— pueden convertir a una persona que se ha comprobado ser o un ignorante o amoral en uno de los más destacados de sus comentaristas políticos?
Una sociedad bancarrota tanto intelectual como moralmente.
Revolución #524 3 de enero de 2018
27 de diciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
La nueva ley fiscal NO es principalmente una dádiva, motivada por la avaricia corporativa, aunque algunas manos codiciosas sí están buscando maximizar y manipular sus beneficios, que están completamente sesgados a favor de los ricos. Esta ley fiscal es una maniobra consciente y estratégica para lidiar con las contradicciones económicas y las necesidades de una gran potencia imperialista.
La ley fiscal sí acelerará la redistribución hacia las capas sociales superiores y la concentración de ingresos y riquezas. El Tax Policy Center (el Centro de Política Fiscal) ha calculado que para 2025, el uno por ciento de los hogares más ricos recibiría casi el 85 por ciento de la reducción total de impuestos.
Esta redistribución hacia los sectores ricos y la concentración de la riqueza es un fenómeno, un patrón, de las últimas décadas. Innumerables estudios sobre la desigualdad (el más famoso es de Thomas Piketty) han mostrado esta tendencia en los países imperialistas, y Estados Unidos lleva la posición líder en desigualdad.
Pero la ley fiscal no es, en esencia, un engaño para robar a los sectores pobres y a sectores grandes de la clase media, aunque la gente sí sufrirá mucho. Están operando presiones y compulsiones económicas más grandes. Y están las necesidades de una gran potencia imperialista, específicamente la agenda global del régimen de Trump y Pence.
El análisis acompañante trata algunas de las implicaciones políticas e ideológicas fascistas de la ley fiscal de Trump y Pence, y los ataques económicos verdaderamente despiadados a las masas. Estos son de hecho críticos. Pero opera una lógica más profunda que establece el contexto para todo eso.
La estrategia económica de Trump tiene cuatro elementos principales: a) reescribir las reglas y el código fiscal; b) reducir aún más el gasto social; c) expandir la producción de energéticos (los combustibles fósiles), tanto para estimular las ganancias como para mejorar la fuerza económica global, la competitividad y el apalancamiento de Estados Unidos (sobre los precios mundiales del petróleo y sobre los regímenes productores de petróleo que Estados Unidos considera enemigos, como Irán); y d) reconfigurar las reglas y acuerdos comerciales globales para darles una mayor ventaja inmediata a ciertos sectores del capital de Estados Unidos, para subordinar más a sus “socios” como México.
La economía capitalista mundial ha venido experimentando grandes cambios en la correlación de fuerza de los imperialistas rivales. En particular, la China capitalista ha surgido como un rival global al imperialismo estadounidense, y China ha crecido rápidamente en los últimos 20 años y ha ampliado su alcance e influencia a nivel mundial.
Una opinión de los asesores en el régimen de Trump es que Estados Unidos tiene más influencia económica... para palanquear. Como aparentemente ven las cosas, otros países dependen más del mercado de Estados Unidos para sus productos de exportación (para vender sus productos) que Estados Unidos depende de los mercados de esos otros países para vender sus propios productos de exportación. Y así, desde este punto de vista, Estados Unidos puede crear obstáculos a la capacidad de estos países de vender sus productos en Estados Unidos (como la imposición de aranceles, una especie de impuesto a los productos que ingresan a Estados Unidos) y Estados Unidos puede soportar las medidas económicas de represalia que estos países quizá tomen contra Estados Unidos, y también puede intimidar a otros países para que se subordinen a los dictados económicos de Estados Unidos.
Esto es un juego peligroso, especialmente con China, donde el capital de Estados Unidos tiene enormes inversiones. Y de hecho China está financiando una gran parte del déficit del gobierno de Estados Unidos mediante la compra de deuda (bonos) emitidos por la Tesorería de Estados Unidos.
Pero está operando aquí algo más que economía. China en particular está expandiendo sus capacidades militares y Trump está presionando a favor de una expansión militar masiva y una modernización militar, que incluye especialmente armas nucleares.
Debe tomarse muy en serio el nuevo documento de seguridad nacional de Estados Unidos emitido por el régimen de Trump y Pence el 18 de diciembre. Al parecer, lo redactaron los llamados “adultos en el salón”, en particular el asesor de Seguridad Nacional, el general H. R. McMaster (al menos de acuerdo a los informes que se están circulando).
El documento es altamente militarista y está lleno de retórica amenazante: describe a China y Rusia como “potencias revisionistas” y “competidores hostiles” que buscan “conformar un mundo antitético a los valores e intereses de Estados Unidos”. Llama a que Estados Unidos se prepare para “superar” a sus rivales en el frente militar. Estados Unidos ya tienen enormes ventajas militares, pero este documento propone aún más ventajas, expansión y preparativos militares. El régimen de Trump ha venido llamando a que se oriente a Estados Unidos para emprender guerras mucho más grandes que las de las últimas décadas.
El programa económico de Trump tiene como objetivo apuntalar y reforzar la base económica interna del imperio de Estados Unidos: los energéticos, los sectores de manufacturas, la base industrial para las fuerzas armadas. Este programa económico está al servicio de una agenda económica y estratégica agresiva e hipernacionalista que es “globalista chovinista” (Estados Unidos Ante Todo).
Se está dando, en un entorno global más intensamente competitivo, el impulso competitivo de invertir, expandir, explotar la fuerza de trabajo sobre una base cada vez más tecnológicamente avanzada para sacar cada vez más ganancias. Pero las inversiones de capital en Estados Unidos en los últimos años han sido bajas según los estándares históricos. Esto es así a pesar del hecho de que la economía de Estados Unidos ha estado creciendo y el gasto de las empresas ha aumentado un poco en el último año. Las “inversiones de capital” (o la formación de capital) se refieren al gasto de las empresas para nuevas fábricas y estructuras, equipos, tecnología, etc., para impulsar la productividad y expandir y abaratar la producción.
Uno de los objetivos de la reducción de impuestos es estimular las inversiones de capital. La creación de empleos no es el objetivo ni el resultado necesario de las inversiones de capital: por un lado, una gran parte de las inversiones de capital ha sido y seguirá siendo para la tecnología que reemplaza a la fuerza de trabajo; y, por otro lado, las corporaciones multinacionales de Estados Unidos dependen de la rentabilidad de las inversiones en los países con mano de obra barata, la subcontratación, las cadenas de suministro mundiales, etc.
¿Podría estimular tal reducción de impuestos las inversiones? Sí, pero no necesariamente. No existe ninguna conexión establecida entre los impuestos bajos y las fuertes inversiones, el alto crecimiento y la creación de empleos. Pero los proponentes de la ley fiscal, atrapados por sus ilusiones ideológicas y con habilidades de mentir de diversas formas, medio creen lo que dicen y medio engañan en lo que dicen.
Las leyes del capital operan de espaldas a los capitalistas. La rentabilidad esencial del capital, y no los niveles de tributación, es lo que establece los términos de las inversiones. Y los capitalistas no pueden controlar esto. La rentabilidad se determina por la lucha y las interacciones complejas y competitivas de los capitales, por el cambio tecnológico, por los índices salariales, por los factores internacionales, y por otras cosas también.
Los hechos: las corporaciones han venido percibiendo ganancias muy altas en los últimos años. Pero esto no ha llevado a nuevas rondas importantes de inversiones de capital. Esto es así por varias razones, pero un factor crítico es que el rendimiento de las inversiones no es lo suficientemente alto como para generar nuevos desembolsos a una escala que aumente la productividad de la fuerza de trabajo y la competitividad.
Y, por eso, muchas corporaciones estadounidenses tienen grandes cantidades de dinero en efectivo. Estas se pueden considerar como cofres de guerra competitivos para futuras inversiones, para emprender la batalla para vencer a los competidores y ganar participaciones en los mercados. Los impuestos corporativos más bajos tal vez simplemente aumenten el capital que no se está invirtiendo de manera activa y productiva. En el pasado reciente, las corporaciones han utilizado las ganancias adicionales resultado de pagar menos impuestos para volver a comprar sus propias acciones (para aumentar los precios de las acciones) o para comprar activos financieros y propiedades. En otras palabras, los impuestos corporativos más bajos pueden conducir simplemente a una mayor manipulación financiera y mayores ganancias, pero no a ninguna inversión real. Todo esto es parte de la anarquía y el parasitismo del capitalismo-imperialismo.
La piedra angular y la pieza central de la ley fiscal recién adoptada es la gran reducción de las tasas impositivas corporativas del 35 al 21 por ciento. La tasa impositiva oficial (35 por ciento) más los impuestos de los estados eleva la tasa más alta al 39 por ciento. Esto hará que la tasa impositiva corporativa de Estados Unidos sea la tercera más alta del mundo. Pero esto es muy engañoso. Cuando se tienen en cuenta las varias exenciones y subsidios, y otras disposiciones especiales, la tasa impositiva corporativa se reduce en aproximadamente un 27 por ciento. Ese nivel se ajusta al promedio global. Y ha habido casos flagrantes en los últimos seis años cuando algunas grandes corporaciones estadounidenses han evitado el pago de todos sus impuestos.
Pero esta tasa impositiva “promedio” es una limitación a algunos sectores del capital de Estados Unidos en las condiciones particulares de la economía capitalista mundial, con los cambios en el poder económico global y una mayor competencia global.
En este sentido, es extremadamente útil repasar el artículo de Bob Avakian “‘Convertirse previamente en capital’... y poner fin al capitalismo”. Al examinar las dinámicas del capitalismo, el gasto público y los impuestos y préstamos necesarios para financiar el gasto del estado, Avakian señala que “la recaudación de impuestos está en conflicto efectivamente con la rentabilidad para agrupaciones individuales de capital”. Los impuestos son una deducción a la plusvalía (las ganancias) que proviene de la explotación del trabajo asalariado.
Bien, el estado capitalista es indispensable para el funcionamiento del sistema. Actúa para salvaguardar los intereses estratégicos más amplios de la formación capitalista-imperialista nacional, como Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Rusia, etc. El estado imperialista proporciona el apoyo represivo y militar para el capital. Esto significa, por ejemplo, contender por la dominación de diferentes partes del mundo por medios militares y de otro tipo. El estado capitalista también toma medidas para facilitar el funcionamiento más rentable y la expansión del capital, como la construcción de carreteras y el transporte, la inversión en investigación, etc.
Pero la lucha entre los diferentes sectores / alas de la clase dominante se desarrolla y se determina en función de estos “intereses más grandes de capital” en sí. Los beneficios provenientes de la expansión de la explotación en todo el mundo, o de la construcción de nuevos proyectos de infraestructura, se redundarán en algunos sectores de capital más que en otros, y ellos lucharán entre sí sobre esto. Y no obstante, los impuestos reducen el conjunto de la plusvalía que está disponible para los capitales individuales. Esto es cierto aun cuando estos capitales individuales requieren que el estado capitalista asegure las condiciones políticas y económicas necesarias para desarrollar la producción capitalista rentable. Así que, de nuevo, toda la cosa está llena de contradicciones. La reducción de las tasas impositivas corporativas es una forma clave en que los sectores de los imperialistas que ahora dominan políticamente en Estados Unidos consideran que se puede lidiar con esas contradicciones. Pero estas reducciones también llevarán al descenso de los ingresos para el gobierno, lo que podría generar déficit presupuestarios acelerados, de entre $1 millón de millones y $1.5 millones de millones según la mayoría de las estimaciones, y podría suscitar grandes tensiones financieras en la economía (y podría ser una “justificación” para los recortes del gasto social).
En resumen: el objetivo principal de esta ley fiscal es reforzar ciertos sectores de la economía de Estados Unidos como parte de la agenda económico-militar “Estados Unidos Ante Todo”. Pero no hay ninguna garantía de que los impuestos corporativos más bajos realmente estimulen nuevas inversiones grandes. Pero la “reforma fiscal” sí conducirá a una mayor desigualdad de ingresos y riqueza, y a nuevas penurias para los pobres y a muchas personas de las capas sociales medias. En esto el régimen fascista está apostando a que podrán acceder a porrazos a un papel más dominante en la economía mundial; que podrán reimpulsar niveles más altos de inversiones de capital; y que lograrán que las masas se traguen estos despiadados ataques a su nivel de vida. El que logren ganar esta apuesta, a un costo enorme y tal vez verdaderamente catastrófico, o el que fracasen..., la principal implicación es clara: prepararse para la lucha.
Permalink: http://revcom.us/a/523/nueva-ley-fiscal-es.html
Revolución #524 3 de enero de 2018
27 de deciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Esta semana, los republicanos en ambas cámaras del Congreso promulgaron a martillazos la última versión de su proyecto de ley fiscal y la entregaron a Trump para que la firmara y entrara en vigor. Luego se reunieron en la Casa Blanca para revolcarse en una celebración al estilo estadounidense feo y depredador, y para alabar al führer Trump.
Esta nueva ley, el primer cambio importante de la legislación tributaria federal en tres décadas, tiene una extensión de cientos de páginas e incluye muchas disposiciones diferentes, a menudo ocultas o complicadas. Si bien todo lo relacionado con sus disposiciones y efectos aún no se conoce ampliamente, algunas dimensiones importantes son claras. Uno no tiene que ser economista, abogado o contador para entender lo básico: este es un plano cuyo propósito es de fortalecer a los capitalistas estadounidenses más grandes y más depredadores y al dominio económico global de Estados Unidos. Al mismo tiempo, la ley impulsa programas y una política de crueldad que perjudican severamente a los sectores pobres y más vulnerables de la sociedad. La nueva ley de hecho aumenta los impuestos a partes de la sociedad como las zonas urbanas, los estados liberales y las universidades que no forman parte de la base social fascista. Lo que sustenta a estos programas y política es una ideología de “responsabilidad personal” y una segmentación de la sociedad entre aquellos que se considera que “contribuyen y son merecedores” y aquellos que no. Esta ley es una expresión fea de objetivos políticos fascistas y una concepción del mundo fascista.
La ley fue engañosamente titulada “Ley de Empleos y Reducción de Impuestos”. A corto plazo, le da a muchas personas que trabajan y de la clase media reducciones temporales de impuestos y quizá hasta impulse la economía. Esto podría considerarse una maniobra deliberada del régimen de Trump y Pence y los republicanos para comprar aquiescencia y apoyo a esta ley y al régimen de Trump y Pence, y hacer que se trague este veneno.
En realidad, como afirma Raymond Lotta en el artículo acompañante: “Tres puntos esenciales sobre la lógica imperialista, y fascista, de la ley fiscal de Trump”, esta ley “acelerará la redistribución hacia las capas sociales superiores y la concentración de ingresos y riquezas. El Tax Policy Center (el Centro de Política Fiscal) ha calculado que para 2025, el uno por ciento de los hogares más ricos recibiría casi el 85 por ciento de la reducción total de impuestos’”. Como demuestra Lotta, los imperativos competitivos de la clase capitalista-imperialista impulsan el eje central de esta ley, las reducciones impositivas corporativas permanentes, según las perciben aquellos que actualmente están en el poder. Y el costo social y económico compensatorio de estas reducciones se impone a los sectores de la sociedad de acuerdo a la ideología y la política de aquellos que actualmente están en el poder.
A mediano plazo, y en muchos casos muy inmediatamente, la ley aplastará a muchas personas pobres, empobrecerá a millones más y agredirá a amplios sectores de la clase media. Inmediatamente asestará un golpe frontal a la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA por las siglas en inglés, u “Obamacare”) y, potencialmente, a la atención medica para millones de personas. Se acumulará una deuda masiva y causará y sentará las bases para recortes drásticos adicionales a la red de seguridad social básica ya tenue de la sociedad, incluido Medicare (el programa gubernamental que cubre los costos del tratamiento médico para la gente mayor) y el Seguro Social. Socavará los cimientos del sistema de educación pública —que ya se está desmoronando en muchas partes de Estados Unidos— al mismo tiempo que favorecerá a las escuelas privadas y religiosas. Y definitivamente no recompensará el “trabajo duro”. En otras palabras, las reducciones de impuestos para las corporaciones y los súper ricos tendrán un precio: para los pobres y los vulnerables.
La ley fiscal de Trump y los republicanos se construye en torno a una reducción impositiva masiva para las corporaciones y empresas, cuyas tasas impositivas se reducirán a casi la mitad, así como para los ultra-ricos. Durante los próximos 10 años, esto transferirá 1.5 millones de millones de dólares a los mayores explotadores de Estados Unidos, cuya riqueza se exprime a la explotación brutal de cientos de millones de personas en redes de producción y explotación que abarcan todo el planeta. Nótese bien: esta reducción de impuestos es permanente.
Las reducciones de impuestos para la inmensa mayoría de las personas, sin embargo, no son permanentes. Se reducen con el tiempo y es probable que terminen en 2027 cuando todos menos los más ricos verán aumentar sus impuestos. A una década de hoy, se proyecta que las personas que ganan alrededor de 50.000 de dólares al año, en muchos casos la gente con familias que sobreviven a duras penas, pagarán miles de millones de dólares adicionales de impuestos, mientras que aquellos que ganan un millón dólares o más pagarán miles de millones de dólares menos.
Se proyecta que estas masivas reducciones impositivas corporativas harán aumentar la deuda del gobierno de un estimado de 1 millón de millones a 2 millones de millones de dólares. Se espera que esto causará (y tal vez se ha redactado deliberadamente así para causar) recortes automáticos y fuertes de las erogaciones para los programas sociales como Medicare, Medicaid y Seguro Social. Esto pondría a muchísimos millones de personas, especialmente a los negros, latinos y otros oprimidos o empobrecidos, al borde de la supervivencia, o algo peor. Básicamente, Trump y los republicanos están declarando la guerra a casi todas las concesiones económicas de los últimos 90 años.
Muchos están denunciando la ley fiscal como un “dádiva” para los ricos, o como la avaricia desbocada. Sí, la repugnante avaricia está presente y patente, y el régimen fascista de Trump y Pence y sus huestes republicanas sí corren desbocados. Pero como analizó Bob Avakian (BA) en su análisis previsor, “La verdad sobre la conspiración derechista… y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta”, todo esto se deriva de algo mucho más profundo y su impulso es algo mucho más profundo, la propia naturaleza y compulsiones más profundas del sistema capitalista-imperialista:
En la situación actual y en el “ambiente global” actual, los requisitos del sistema económico y social capitalista exigen no sólo que los señores del capital tengan la capacidad de cumplir su mandamiento supremo, “adorarás al dios de las ganancias sobre todas las cosas”, es decir, dominar y explotar, de una manera más desenfrenada y más “móvil” por todo el planeta. También exigen que, en la propia sociedad estadounidense, se recorten fuertemente importantes programas sociales y se fortalezcan los poderes represivos del gobierno, junto con fomentar una atmósfera social opresiva. Exigen lo que la organización ¡Rehusar & Resistir! ha llamado la política de la crueldad, o sea, una política de pobreza, penalidades y patriarcado.
Esto se ha confirmado con creces desde que BA lo escribió hace 20 años. Como demuestra Lotta, esta ley fiscal de Trump y los republicanos tiene como objetivo disminuir la carga impositiva sobre las corporaciones y empresas a fin de fortalecer su capacidad de competir y dominar en el mundo. La ley fiscal impulsa las inversiones, pero no necesariamente la creación de empleos. Y está ocurriendo en el contexto de una expansión militar masiva y crecientes amenazas de guerra. Así se parece “Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”.
Para apuntalar este asalto económico, hay un ataque ideológico, con el propósito de eviscerar más las normas sociales y de gobernanza cohesionadoras: que el gobierno sea responsable de alguna especie de “red de seguridad” para los necesitados. Bajo asalto y en vías de erosión por largo tiempo, esta ley fiscal representa otro salto en este sentido.
En primer lugar, en la concepción del mundo del núcleo republi-fascista imperante de la clase dominante de Estados Unidos está integrada una segmentación fundamental de la sociedad. Creen que las corporaciones y los bancos, y aquellos que los manejan y poseen, son aquellos que contribuyen, y hacen que funcione esta sociedad. Y por otro lado están los otros... aquellos que no contribuyen y no son merecedores. Escuchen lo que algunos de los republicanos de peso dicen:
Charles Grassley, senador por Iowa, sobre las enormes reducciones de impuestos para los ultra-ricos: “Creo que no tener el impuesto de sucesión [para patrimonios hereditarios de un valor de más de $11 millones] reconoce a las personas que están haciendo inversiones, en lugar de las personas que simplemente gastan cada centavo que tienen, ya sea por trago, mujeres o películas”.
Orrin Hatch, senador por Utah, en referencia a un programa federal que eroga fondos para la atención médica para nueve millones de niños: “Me cuesta mucho trabajo desembolsar miles de millones y millones de millones de dólares para ayudar a las personas que no se ayudan a sí mismas, que no se mueven ni un dedo y esperan que el gobierno federal haga todo”.
¿A quiénes se refieren cuando hablan de las personas que “esperan que el gobierno federal haga todo”? Se refieren a los de abajo, a aquellos que siempre han estado atrapados en el infierno en este sistema, especialmente los negros y los latinos. ¿A quiénes se refieren Hatch y la gente de su calaña al hablar de personas “que no se ayudan a sí mismas”?
Todas estas personas, los explotados de cuya sangre se exprime esta riqueza y que el sistema ha desechado cuando ya no puede explotarlos de manera rentable, son los “que no son merecedores”.
¿Y quiénes son estas corporaciones e “inversionistas” a quienes Trump y los republicanos alaban y por quienes hablan? Los explotadores capitalista-imperialistas1 cuya riqueza, poder e imperio global se ha construido esclavizando a la gente negra, cometiendo el genocidio contra los pueblos indígenas, superexplotando a los obreros en las maquiladores en todo el mundo y emprendiendo guerras y asesinando a millones de personas de Hiroshima a Vietnam a Irak, para que puedan dominar y controlar el planeta.
En segundo lugar, lo que apuntala esta política de crueldad es una ideología de la “responsabilidad personal”. Aquellos vampiros que llevan siglos chupando la sangre de los pobres, los explotados y los oprimidos afirman que la situación de estas personas fundamentalmente es su propia culpa, y que el sistema, la sociedad y el gobierno no tienen ninguna responsabilidad de remediarla. Los republi-fascistas sostienen este concepto muy descarnadamente acerca del “gobierno pequeño” que incluye la eliminación del “estado-niñera” y sus programas de bienestar social y redes de seguridad, por muy inadecuados y erosionados que sean, en nombre de “elegir”, “la privatización” y “la responsabilidad personal”. Es por eso que Paul Ryan se refiere constantemente a la red de seguridad como “programas de prerrogativas”, una frase cifrada para los programas a los que las personas se sienten que tienen el “derecho”, pero los que no “se merecen” aquellos que no los han pagado o no pueden pagarlos.
Esta noción de responsabilidad personal, implementada en estos programas y política de crueldad contra los más vulnerables, cunde fuertemente entre los republicanos, pero también la comparten y expresan los demócratas, Clinton y Obama de distintas maneras. Durante la administración de Clinton, Avakian escribió lo siguiente:
Tal como lo manejan Clinton así como los conservadores, este tema de la “responsabilidad personal” es un arma ideológica con la cual se culpa al pueblo por la disparidad entre la realidad de la sociedad burguesa y las promesas y los principios que pregona, y en particular culpa a aquellos que viven en las comunidades marginadas de las ciudades por la situación de pobreza y opresión en que han sido dejados y confinados. Trata de ubicar la causa de esta situación —y de las acciones de la gente obligada a vivir así— en alguna supuesta “falla moral” de parte de la gente misma, y trata de negar y ocultar la verdadera causa: el funcionamiento del sistema y las políticas de los de arriba. (¿A poco la gente de los ghettos y barrios sacó la industria de las ciudades o impuso la segregación de la vivienda, o a poco la gente de las zonas rurales es responsable de que el capital bancario y corporativo domine el sector agropecuario?) Hablar de la “responsabilidad personal” es poner sal en la llaga y más que eso, es el “sermón moral” que acompaña la política de castigo, las palabras mojigatas pronunciadas por los verdugos.
Esta ley fiscal también incluye disposiciones para ayudar a impulsar la dominación republicana —fascista— del gobierno de Estados Unidos. La ley es un golpe político en términos económicos.
Con precisión, pone en la mira y bajo castigo a los estados y a los sectores de la población donde el apoyo al régimen fascista de Trump y Pence es más débil: Nueva York y los estados de Nueva Inglaterra, California y las llamadas zonas “azules” (inclinadas hacia los demócratas) en el sentido más amplio. Es un asalto a los centros del liberalismo, el secularismo y el pensamiento científico. Como dice un artículo en el New York Times, la ley es “una daga económica apuntada a las zonas con una tasa impositiva alta, un alto costo de vida y en general que se inclinan por los demócratas, especialmente la Ciudad de Nueva York y sus vecinos”.
En la ley fiscal, la reducción de las deducciones por intereses hipotecarios afectará fuertemente a muchos dueños de casa propia, pero ese cambio y el tope a las deducciones para los impuestos de los estados y las localidades sobre los ingresos golpearán aún más duro a Nueva York, California y algunos otros estados “azules”. Esto afectará fuertemente a mucha gente de la clase media alta en estos estados y limitará la capacidad de esos estados de recaudar los impuestos para costear los programas sociales patrocinados por los estados en materia de la salud, programas sociales y educación. En California, esto podría afectar severamente a las escuelas de los grados K a 12 las cuales podrían perder 4.6 mil millones de dólares al año, y los proyectos de infraestructura (carreteras, vías navegables, construcción de escuelas, etc.). La ley fiscal fomenta el matrimonio tradicional y la opresión patriarcal de las mujeres aumentando los créditos tributarios por hijos y eliminando la deducción por pagos de pensión alimenticia, lo que desalentaría el divorcio. Mientras tanto, los republicanos del Senado agregaron un crédito fiscal de 10.000 dólares para costear la educación religiosa, privada y en el hogar, todo lo que son elementos fundamentales del movimiento fascista cristiano.
La ley incluye un impuesto indirecto sobre las ganancias provenientes de las inversiones de ciertos fondos universitarios, que afectará al menos tres docenas de universidades y colegios importantes. De nuevo, esto pone en la mira a los centros de liberalismo, secularismo y pensamiento crítico. La versión anterior del proyecto de ley de la Cámara de Representantes habría tratado los ingresos de los beneficiaros de ayudantías para graduados como ingresos gravables, haciéndolas inasequibles, lo que atacará quirúrgicamente a un sector demográfico importante y un ámbito que en gran parte odia el rumbo fascista de la sociedad. Si bien en esta versión, no se logró adoptar esta disposición, considérenla como un tiro de advertencia.
Esto no es el toma y daca normal de la política electoral burguesa. Su propósito es reconfigurar la sociedad durante años por venir.
¿Y dónde estaban los demócratas en todo esto? Si bien se oponen a esta ley, no generaron movilizaciones masivas en su contra, parecidas a las acciones en contra de los esfuerzos republicanos anteriores para destripar Obamacare. A partir de una proyección electoral para 2018, la dirigencia demócrata principalmente habla de la ley fiscal, y la devastación que causará, como algo que les podría beneficiar, ¡porque para los republicanos se les saldrá por la culata y les quitará votos en 2018! “Esta ley fiscal será una piedra atada al tobillo de cada republicano... van a enterarse de ello en el noviembre que viene”, declaró un dirigente del partido Demócrata, Chuck Schumer durante el proceso. Mientras tanto, los ataques crueles, devastadores y largoplacistas al pueblo se convierten en ley y política, y además, el narcótico temporal de las reducciones fiscales cortoplacistas de hecho podría tener el potencial de influenciar a algunos sectores de la población a favor de los fascistas republicanos, inclusive en las elecciones, ¡y así impulsar la trayectoria fascista!
Esta vil ley fiscal nueva no surgió fundamentalmente de la codicia de unos pocos individuos, de la imaginación de los cabilderos o de la presión de los donantes políticos. De fondo, surge de la naturaleza básica y las compulsiones impulsoras del capitalismo-imperialismo. Esto no es una palabrota, no es mera retórica. El capitalismo-imperialismo es un sistema económico y político que genera enormes riquezas en las manos de unos pocos, pero deja a miles de millones de personas en la indigencia y cada vez más desesperadas. Para mantener y expandir este sistema, emprenden guerras de devastación descabellada y amenazan con aniquilar a la humanidad, mantienen encadenadas a regiones enteras del mundo, fomentan y refuerzan la asesina supremacía blanca nacida hace siglos para justificar la trata de esclavos y sus genocidios contra los pueblos indígenas en todo el planeta, perpetúan el milenario abuso, degradación y esclavización de la mitad femenina de la humanidad, y desgarran vorazmente el tejido de la vida en el planeta. Ahora un régimen fascista preside ese sistema en Estados Unidos.
Este es un sistema que hay que derrocar mediante la revolución a la mayor brevedad posible. Tenemos la estrategia, la dirección para una revolución así y un plano concreto y visionario para una sociedad radicalmente diferente y mucho mejor, con el objetivo de emancipar a toda la humanidad. Pueden encontrarlo AQUÍ, y AQUÍ.
En este momento, el régimen fascista de Trump y Pence es una forma de gobierno más monstruosa y grotesca de este sistema, que inflige horrores y amenaza al futuro de la humanidad. Para detenerlo, y para la posibilidad de luchar por cualquier tipo de futuro diferente y mejor, es urgente unir a millones de personas para sacar del poder a este régimen, por medio de protestas políticas no violentas masivas. El régimen ha logrado superar muchos desafíos, y en cada ocasión ha redoblado sus esfuerzos por consolidar el fascismo. Esa dinámica continuará a menos que sea sacado del poder.
Trump ha firmado una ley fiscal que será un asalto aplastante a decenas de millones de personas. Hará que la vida sea intolerable, y nadie debería tolerarla. De nuevo, esto subraya la urgencia de sacar del poder a este régimen mediante el tipo de protestas y resistencia política no violenta de masas a que ha llamado Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org).
1. En cuanto a la justificación de que ellos son “creadores de empleos”, vea el pasaje acompañante de Bob Avakian sobre la lógica subyacente de esta afirmación. [regresa]
Revolución #524 3 de enero de 2018
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Bob Avakian escribió recientemente que una de las tres cosas que tiene “que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor: Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles”. (Ver “3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor“).
En ese sentido, y en ese espíritu, “Crimen yanqui” es una serie regular de www.revcom.us. Cada entrega se centrará en uno de los cien peores crímenes de los gobernantes de Estados Unidos, de entre un sinnúmero de sanguinarios crímenes que han cometido por todo el mundo, de la fundación de Estados Unidos a la actualidad.
Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros países se unieron a la contrarrevolución rusa para derrotar a la nueva revolución. Esa fue la Guerra Civil de 1918-1921, confrontando los ejércitos “Blancos” y sus partidarios imperialistas con el Ejército Rojo en ciernes. Estados Unidos envió un ejército “Blanco” de 13.000 tropas a Siberia: 5000 a Arcángel y 8000 al puerto de Vladivostok (captado en esta foto).
El crimen: Hace 100 años, en octubre de 1917, el pueblo ruso, bajo la dirección de V.I. Lenin y el Partido Comunista (o bolchevique), se levantó en revolución y tumbó al viejo, opresivo sistema arraigado en el capitalismo y el feudalismo*. Estremeció y transformó el mundo. Fue el primer intento, en la historia moderna, que pretendía construir una sociedad libre de explotación y opresión, avanzando hacia un mundo comunista. Esa revolución socialista electrizó a gente por todo el mundo, vista como una inspiración y modelo de lo que ellos también podían alcanzar.
Pero para los opresores de Estados Unidos, Rusia y todas partes del mundo, esta revolución libertadora fue una pesadilla y una amenaza, e inmediatamente tomaron medidas para aplastarla. Durante los próximos años su ataque arrebató la vida a millones de personas de la nueva sociedad.
El nuevo estado revolucionario (que asumió el nombre de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, o la Unión Soviética) había empezado inmediatamente a implementar su promesa de “paz, pan y tierra”. El viejo régimen ruso se había unido al sangriento festín de la I Guerra Mundial (1914-1918) como uno de los tres “Aliados” (además de Inglaterra y Francia; Estados Unidos se unió a ellos en la guerra tres años después) en contra de Alemania y sus socios. Pero el nuevo estado revolucionario rápidamente retiró a Rusia de la guerra, tomó medidas para resolver la crisis alimenticia, y empezó a distribuir tierra al campesinado. La revolución inmediatamente estableció la igualdad de la mujer, el derecho al aborto y al divorcio. Defendió el derecho de las naciones oprimidas a la autodeterminación en lo que había sido el viejo imperio ruso del Zar, y prohibió el antisemitismo. En diciembre de 1917 anuló todas las leyes contra la homosexualidad.
Para Estados Unidos, y para sus aliados ingleses y franceses en particular, la revolución comunista fue un desafío grave a su sistema en general, y el que los bolcheviques se retiraron de la guerra representó una amenaza a sus planes de derrotar a Alemania y repartirse el botín de la guerra.
Por tanto, Estados Unidos, Inglaterra y Francia, así como otras potencias imperialistas, se movilizaron rápidamente para derrotar a la revolución y restaurar el poder a sus viejos aliados. La guerra ya le había costado muchísimo al pueblo ruso: casi 1,5 millones de muertos, tres millones de heridos, y hambruna generalizada. Ahora los imperialistas querían apagarles todas las esperanzas de una nueva sociedad y arrastrarlos de nuevo a la matanza reaccionaria.
En 1918, la alianza entre Inglaterra, Francia y Estados Unidos tomó medidas para aislar, política y económicamente, a la Rusia revolucionaria imponiendo un brutal embargo económico: por dos años impidieron la entrada a la Unión Soviética de alimentos, medicina, combustible y otros bienes. Fue el primer embargo de petróleo en la historia.
De ahí, Estados Unidos, Inglaterra, Francia y una docena de otros países se unieron a contrarrevolucionarios rusos para lanzar un ataque sin cuartel para derrotar a la revolución y restaurar el viejo orden opresivo. Esa fue la Guerra Civil de 1918-1921, confrontando los ejércitos “Blancos” y sus partidarios imperialistas con el Ejército Rojo en ciernes, compuesto principalmente de obreros y campesinos. Los Blancos eran una mezcla reaccionaria de anticomunistas y enemigos de la revolución: oficiales del ejército del Zar, chovinistas rusos ultranacionalistas, y antisemitas, monarquistas, fanáticos religiosos, y una variedad de reformistas demócratas. La mayoría luchaban, como lo expresó un general de los Blancos, “por la civilización y cultura del Occidente”, o sea, por la supremacía europea blanca, el patriarcado, el oscurantismo religioso y el colonialismo brutal.
Los imperialistas del Occidente apoyaron a los ejércitos Blancos con soldados, asesores militares, armas, municiones, dinero y apoyo político.
Estados Unidos mandó a 13.000 soldados a Siberia, más que cualquier otra potencia mundial por mucho. Unas 5000 tropas desembarcaron en la ciudad de Arcángel y combatieron contra el Ejército Rojo desde el septiembre de 1918 hasta el julio de 1919, dejando bajas y causando estragos. Otros 8.000 soldados yanquis entraron a la ciudad de Vladivostok, el trampolín para las acciones de las fuerzas multinacionales que también incluían a Japón y a China.
Mientras tanto, las fuerzas francesas se apoderaron del puerto de Odessa en Ucrania, que en ese entonces era parte de Rusia. Los ingleses le respaldaron al genocida general Denikin con armas, municiones y soldados, mientras este avanzaba hacia Moscú, la capital de Rusia.
Los ejércitos blancos atacaron a la revolución desde el sur, el norte, el noroeste y el este. Su campaña se conoció como el “terror Blanco”. En los primeros días de la Guerra Civil, los bolcheviques apenas controlaban la tercera parte del enorme territorio ruso.
En el sur de Rusia, el general Lavr Kornilov ordenó a sus soldados: “Cuanto mayor sea el terror, cuanto mayor será la victoria”, y les ordenó que no tomaran prisioneros y que más bien “prendieran fuego a la mitad del país y derramaran la sangre de tres cuartos de todos los rusos”. Un general bajo el mando de Kornilov exhortó a la población a armarse y destruir “la vil fuerza que vive en el corazón de los judíos-comunistas”. En solo un pequeño pueblo el ejército Blanco mató a más de 1500 judíos, especialmente a los ancianos, a las mujeres y a los niños. En Ucrania y el sur de Rusia, mataron a entre 100.000 y 150.000 judíos en pogromos (ataques como los de turbas de linchamiento), cientos de miles más quedaron sin hogar, y decenas de miles más perecieron de graves enfermedades.
En la región Don, un régimen de Cosacos Blancos derrotó y reemplazó al gobierno soviético, y luego disparó o ahorcó a 45.000 personas. Ese mismo año, también hubo ejecuciones en masa en otras regiones sureñas de Rusia bajo ocupación del ejército Blanco.
En los montes Urales, Siberia y el Lejano Oriente, los señores de la guerra cosacos infligieron enorme crueldad. En el septiembre de 1918, durante la supresión del levantamiento campesino en Slávgorod, los cosacos mataron a hasta 500 personas. Incendiaron la aldea de Black Dole y dispararon, torturaron y ahorcaron de postes a los campesinos, incluidos mujeres y niños. En Slávgorod y sus alrededores violaron a niñas y mujeres antes de balearlas. Bajo el reino de los cosacos, a unos les arrancaron los ojos y la lengua y hasta la piel de la espalda, a otros les enterraron vivos o los ataron a caballos para que los arrastraran. En esas regiones el terror Blanco cobró unas 300.000 vidas.
En Omsk, Siberia, un testigo ocular dijo: “Cuando las esposas de los camaradas caídos buscaban día y noche por cadáveres en la nieve, yo desconocía los horrores que se cometían detrás de los muros del cuartel de la guardia. Mataron a por lo menos 2500 personas. Se veía carretas repletas de cadáveres que iban hacia la ciudad, como si fueran cadáveres de borregos y puercos. Los que más sufrían eran los soldados… y los trabajadores”.
Después de tres años de combates feroces, el pueblo revolucionario y el Ejército Rojo lograron derrotar a los Blancos y forzaron a irse a Estados Unidos y las otras potencias extranjeras.
El costo fue horripilante. El bloqueo y la Guerra Civil habían obligado a muchos a huir de las ciudades para buscar alimento y combustible. En el invierno gélido de 1919, se veían cadáveres congelados en las calles, en hogares, en hospitales. Las enfermedades eran catastróficas, millones murieron de tifus en 1920. Millones más murieron de hambruna. Para 1922, 7 millones de niños deambulaban por las calles con hambre. La economía estaba en ruinas: las fábricas y los puentes destruidos, las minas inundadas, la maquinaria descompuesta, la producción industrial y agrícola a nivel muy bajo. En total unos 7 millones de personas murieron de hambre y enfermedades durante la Guerra Civil y de sus secuelas.
Estados Unidos, el país que “ama la libertad”, fue una de las potencias imperialistas invasoras que apoyaron, facilitaron, profundizaron y llevaron a cabo estos horrores.
El presidente Woodrow Wilson: Famoso por proclamar que las naciones tienen el derecho a la autodeterminación, Wilson no le concedió al pueblo ruso ese derecho de determinar su futuro. Más bien mandó a 13.000 soldados, mucho más que cualquier otra de las potencias, para intervenir en la Guerra Civil con el fin de derrotar al Ejército Rojo, destruir a la frágil revolución socialista, y arrastrar a Rusia de nuevo a participar en la I Guerra Mundial. Es posible que Wilson también quisiera recuperar armamento militar estadounidense y promover sus intereses en Europa y en Asia-Pacífica, pero lo que es seguro es que quería frenar a la revolución en seco.
Winston Churchill: Tal vez no hubiera nadie más entre los líderes imperialistas del Occidente que más ansiaba la derrota de la revolución soviética que Churchill. Como secretario de Estado para la Guerra y el Aire de Inglaterra, en ese entonces la principal potencia imperialista del mundo, para Churchill la revolución era una abominación y exhortó a los aliados invasores a “sofocar en la cuna al bebé bolchevique”.
Los gobiernos de los otros países invasores: Canadá, Australia, India, Sudáfrica, Francia, Japón, China, Grecia, Estonia, Serbia, Italia, Polonia, y Rumania.
El general Lavr Kornilov: Como líder de las fuerzas Blancas en el sur de Rusia, Kornilov cumplió con su declaración: “Cuanto mayor sea el terror, cuanto mayor será la victoria”. Por ejemplo, en la aldea de Lezhanka de la región de Don, los oficiales de Kornilov mataron a más de 500 personas. En abril de 1918, un cañonazo de la artillería soviética mató a Kornilov, quien fue reemplazado por el general Anton Denikin, quien intensificó aún más el terror Blanco. En los territorios que ocupaban, las fuerzas de Denikin masacraron y saquearon en masa; en septiembre de 1918, mataron a 4000 personas en un pueblo. En la región del río Don, la prensa bajo el régimen de Denikin incitó la violencia contra judíos comunistas y judíos que el régimen creía que eran comunistas. Se calcula que durante la Guerra Civil las fuerzas Blancas de Denikin, y otras fuerzas antisoviéticas, masacraron a unos 50.000 judíos. Mientras tanto, en el este de Rusia, el almirante Alexander Kolchak ordenó a sus soldados a arrasar aldeas enteras. En unas provincias de Siberia destruyeron 20.000 granjas y quemaron 10.000 viviendas de campesinos.
LA COARTADA
Estados Unidos y las otras potencias capitalistas-imperialistas justificaron su hostilidad e intentos de aplastar a la revolución rusa en su infancia con la intervención en la Guerra Civil con el cuento de que era una batalla monumental entre el bien —la democracia, la libertad, y los derechos individuales del Occidente— y el mal — un monstruoso socialismo y comunismo ateo que estaba destruyendo la vida de sus ciudadanos y amenazaba con hacer lo mismo en el resto del mundo
La postura de Estados Unidos y otras potencias imperialistas no fue: “millones de rusos han rechazado su viejo gobierno y han establecido un nuevo sistema. Es su país, que tengan la oportunidad de ver cómo les vaya”. Para nada. Los imperialistas vieron la revolución bolchevique como una amenaza y desafío fundamental a su sistema entero —económica, política e ideológicamente— un modelo completamente nuevo y radicalmente libertador de cómo se puede y se debe organizar la sociedad.
Como explica Raymond Lotta,
Estamos hablando de un parteaguas de cambios en la historia humana, los primeros intentos en la historia contemporánea de construir sociedades libres de la explotación y la opresión…. Eran levantamientos titánicos de los “esclavos” de la sociedad contemporánea contra sus “amos”. Pretendieron crear una comunidad de la humanidad… en la que ya no existan divisiones sociales por las cuales unas personas reinan sobre otras y las oprimen, robándoles no sólo de los medios para una vida digna sino también del conocimiento y los medios para conocer plenamente el mundo y actuar para cambiarlo. Nunca se habían dado transformaciones tan radicales y de tanta envergadura respecto la organización de la sociedad y el manejo de la economía, en la cultura y la educación, en las relaciones entre las personas, y en el modo de pensar y el sentir de las personas….
La Revolución Rusa y el desarrollo de la sociedad soviética también representaban una amenaza inmediata a los intereses estratégicos de Estados Unidos y otras potencias imperialistas, especialmente con respecto a controlar las regiones coloniales de África, Asia y el Oriente Medio, donde la revolución reverberó poderosamente entre los oprimidos. Por ejemplo, en algunos de esos países y otras partes se formaron partidos comunistas a raíz de la revolución bolchevique.
Las potencias capitalistas-imperialistas, con Estados Unidos cada vez más a la cabeza, persistieron con su hostilidad contra la Unión Soviética por las más de tres décadas en que era un verdadero estado socialista, inclusive con amenazas y aislamiento económico, político y militar, así como los enormes horrores perpetrados contra la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial.
* Por siglos Rusia había sido gobernada por zares (reyes) autocráticos. En febrero 1917, esta autocracia se derrumbó ante protestas populares y la falta de apoyo de las élites tradicionales y los imperialistas que respaldaban a Rusia pero retiraron su respaldo al Zar por temor a que él fuera a extraer a Rusia de la I Guerra Mundial. Se formó un nuevo gobierno burgués-democrático y pro imperialista que continuó la participación de Rusia en la guerra y mantuvo intactas las brutales relaciones feudales y capitalistas de explotación y opresión que habían sostenido al régimen del zar. [regresa]
FUENTES
Raymond Lotta, “No sabes lo que crees que ‘sabes’ sobre…La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro”, 25 de noviembre de 2013, periódico Revolución
Sheila Fitzpatrick, The Russian Revolution 1917-1932 [La revolución rusa 1917-1932; en inglés], Opus Books, 1983
David S. Folglesong, America’s Secret War Against Bolshevism: U.S. Intervention in the Russian Civil War, 1917-1920 [La Guerra secreta de Estados Unidos contra los bolcheviques: Intervención estadounidense en la Guerra Civil de Rusia, 1917-1920; en inglés], University of North Carolina Press, 1995
Peter Kenez, Civil War in South Russia, 1918: The First Year of the Volunteer Army [La Guerra Civil en el sur de Rusia, 1918: El primer año del ejército voluntario; en inglés], University of California Press, 1971
Dimitri Von Mohrenschildt, ed., The Russian Revolution of 1917: Contemporary Accounts [La Revolución Rusa de 1917: Relatos contemporáneos; en inglés], Oxford University Press, 1971
“U.S. and Allied War in Russia, 1918-22, Critical Enquiry” [Estados Unidos y la guerra de los aliados en Rusia, 1918-1922; en inglés], criticalenquiry.org
“Allied Intervention in Russia” [La intervención de los aliados en Rusia; en inglés], The National Archives (UK)
“Allied Intervention in the Russian Civil War” [La intervención de los aliados en la Guerra Civil de Rusia; en inglés], Wikipedia.org
“The White Terror (Russia)” [El terror Blanco (Rusia); en inglés], Wikipedia.org
Permalink: http://revcom.us/a/524/a-cien-dias-del-huracan-maria-es.html
Revolución #524 3 de enero de 2018
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
NOTA: Es importante indicar que lo que escribimos a continuación sobre Puerto Rico se aplica en gran parte a las Islas Vírgenes de los Estados Unidos (USVI). Las USVI son más pequeñas y tienen sus particularidades, pero son, como Puerto Rico, una colonia oprimida de Estados Unidos, que fue devastada por los huracanes Irma y María. Y al igual que con Puerto Rico, la potencia colonial gobernante, Estados Unidos, se ha negado por completo a proporcionar el socorro sustantivo y necesario, dejando a grandes partes de la población en una situación desastrosa durante muchos meses.
El 20 de noviembre, revcom.us escribió: “El régimen de Trump y Pence sigue cometiendo un monstruoso crimen contra el pueblo de Puerto Rico”. En ese artículo, como en los anteriores, denunciamos esta situación como “genocidio”.
Ahora, seis semanas después, y a más de 100 días desde que los huracanes Irma y María remataron la devastación de Puerto Rico, ¿cuál es la situación? ¿El régimen de Trump ha logrado “poner manos a la obra” y ha acudido en ayuda a Puerto Rico? ¿Se ha reestablecido la electricidad, se han reconstruido las casas, se han reestablecido los servicios de salud y el agua potable, y así sucesivamente? ¿La recuperación avanza, con días más brillantes por delante?
La respuesta a estas preguntas es NO, NO y NO, carajo.
Esto significa que no hay energía para equipos médicos en el hogar que salvan vidas, como máquinas de oxígeno, ni abanicos ni aire acondicionado para bebés, enfermos y ancianos que son vulnerables a la insolación. Significa energía intermitente para centros de diálisis. Significa que no hay energía para tratar o hervir el agua, lo que lleva a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua como la conjuntivitis, las enfermedades diarreicas y la leptospirosis (una enfermedad bacteriana letal). Significa una creciente cantidad de fracturas óseas cuando en la oscuridad la gente tropieza en sus hogares destrozados. Significa que no hay televisión ni películas para entretenimiento, ni Internet, y a menudo no hay servicio de telefonía celular. Significa que las empresas no pueden funcionar, lo que significa que no hay trabajo ni ingresos para comprar comida y otras necesidades, o para pagar el alquiler o las hipotecas. Y así sucesivamente.
Es nada menos que una desintegración catastrófica de una sociedad moderna.
Y significa un número de muertes que va mucho más allá de las mentiras del gobernador esclavo, Ricardo Rosselló, quien durante meses insistió que solo unas pocas docenas de personas habían muerto... una mentira repetida y celebrada con entusiasmo por Donald Trump. No. Según el Centro de Periodismo de Investigación (y con la validación de otros investigadores), casi 1.000 personas murieron en los primeros 40 días después de la tormenta (es decir, al fin de octubre). Y debido a que las condiciones no han mejorado sustancialmente en los dos meses desde ese entonces, es una certeza que muchas más personas han muerto desde ese entonces.
Lo que se necesitaba, lo que obviamente se necesitaba, después de la tormenta fue un esfuerzo masivo de ayuda por parte de la potencia colonial, Estados Unidos, que durante un siglo saqueó a Puerto Rico por miles de millones de dólares en mano de obra y recursos. Lo que pasó fue una repugnante muestra de desprecio y falta de respeto racistas. Trump envió tuits llenos de insultos a los puertorriqueños, alegando que eran flojos y que deseaban que se hiciera todo por ellos, solo semanas después de haber elogiado y canalizado la ayuda masiva a la gente en el continente que había sido golpeada por grandes tormentas.
No hubo reuniones de gabinete de emergencia para movilizar recursos, y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), con fondos insuficientes, poco personal y sin ningún liderazgo real, pedaleaba sin lograr mucho durante semanas. No se proporcionaron suministros básicos como lonas para cubrir los techos destruidos; otras ayudas se quedaban en almacenes o en pistas aéreas. Frente a un costo estimado de 95 mil millones de dólares para la recuperación, el gobierno estadounidense prometió un mísero préstamo de 5 mil millones de dólares en octubre. Y de acuerdo con la alcaldesa de San Juan, ni eso se ha entregado.
Las autoridades coloniales y/o FEMA (sigue en marcha el juego de echarse acusaciones mutuas) de hecho rechazaron la oferta de ayuda de otros servicios públicos [enlace en inglés] en la región que se ofrece automáticamente después de grandes desastres. En cambio, la PREPA (la empresa eléctrica colonial) subcontrató la mayor parte del trabajo de reparación a una compañía de Montana con dos empleados con conexiones políticas con el partido Republicano que no podía haber tenido posibilidades de haber manejado el trabajo (y que de hecho fracasó miserablemente y fue despedida después de seis semanas). Y aún hoy, los suministros básicos, como los postes telefónicos, no están disponibles porque se están usando en Texas y Florida, unas zonas que en gran medida han restaurado la electricidad y no están en crisis... y zonas que, a diferencia de Puerto Rico, Donald Trump considera que son “estadounidenses”.
En una medida muy grande, han dejado en el olvido al pueblo de Puerto Rico, con la ayuda de organismos de ayuda privados y pequeños grupos de voluntarios heroicos. La gente ha hecho sus mejores esfuerzos en las circunstancias, organizando la distribución del agua, compartiendo generadores, cuidando a los ancianos y enfermos. Pero la ayuda masiva necesaria nunca apareció, y en este momento Estados Unidos está reduciendo sus operaciones de ayuda, aunque la mitad de la población todavía se encuentra en una crisis aguda.
Aproximadamente 200.000 puertorriqueños han huido de la isla hacia el territorio continental de Estados Unidos, donde muchos han encontrado poca ayuda, trabajo o medios para vivir. Mientras tanto, la economía de Puerto Rico se ve amenazada por un colapso total, y no se espera que se restaure la electricidad en su totalidad hasta el mayo.
El carácter despiadado, consciente, racista y genocida de todo esto se revela aún más en el hecho de que la nueva “reforma fiscal” aprobada y celebrada por los republi-fascistas incluye nuevos impuestos devastadores sobre Puerto Rico, incluido un impuesto del 20 por ciento sobre los productos enviados a compañías estadounidenses desde sus subsidiarias puertorriqueñas [enlace en inglés]. Este impuesto bien podría expulsar al gran sector manufacturero de productos farmacéuticos, que actualmente representa el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Puerto Rico y decenas de miles de puestos de trabajo. Dado que Puerto Rico es teóricamente una “parte” de Estados Unidos, no existe ninguna “justificación” para esto, más que para golpear a la economía y al pueblo puertorriqueños.
Lo que escribimos en octubre de 2017 ahora es más claro y más acertado que nunca:
Lo que está sucediendo en Puerto Rico no es un problema de “incompetencia”, o de que Trump “no sabe” que los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses, ni tampoco problemas de logística. Es una manifestación deliberada del carácter fascista de este régimen y su odio y desdén por la vida de los que no son blancos y que hablan español.
Y esto sale a relucir aún más ferozmente como una razón para que millones de personas se sumen a la lucha por poner la situación en buen camino: para llevar adelante la urgente necesidad inmediata de expulsar al régimen fascista de Trump y Pence y preparar el terreno para una revolución socialista total con el objetivo de poner fin no solo a la opresión imperialista de colonias como Puerto Rico y las Islas Vírgenes, sino a todas las formas de opresión y explotación.
Permalink: http://revcom.us/a/524/erica-garner-es.html
Revolución #524 3 de enero de 2018
4 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Erica Garner, hija mayor de Eric Garner, falleció el sábado 30 de diciembre a la edad de 27 años. Su familia posteó el siguiente tuit:
“Cuando se informe sobre esto recuerde que ella era humana: madre, hija, hermana, tía. Su corazón era más grande que el mundo. Sí, de verdad. Se preocupaba cuando la mayoría de la gente no se habría preocupado. Era buena. Sólo buscaba lo justo, pasara lo que pasara. A ella, nadie le dio la justicia”.
Erica vio a su padre asesinado por la policía de Nueva York. Como millones de nosotros, le escuchó decir, “No puedo respirar”, una y otra vez. En respuesta, ella se hizo una luchadora incansable contra el terror policial, pronunciando la verdad en contra del poder, sin importar a quién le gustara o a quién no. Se le va a extrañar.
Erica Garner — ¡Presente!
Erica Garner encabeza una protesta en 2014 en Staten Island, Nueva York
Permalink: http://revcom.us/a/523/miles-exigen-un-fin-a-los-ataques-contra-los-inmigrantes-es.html
Revolución #524 3 de enero de 2018
31 de diciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
6 de diciembre, Washington, D.C. 4000 personas asistieron al mitin de protesta “Nuestras Comunidades Inmigrantes” en el parque Upper Senate. Sus demandas: Que les den estatus legal y que no deporten a los recipientes de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), los “Dreamers” o “Soñadores”, ni a los refugiados en Estados Unidos que tienen el “Estado de Protección Temporal” (TPS), y alto a los ataques de Trump contra los inmigrantes.
Como parte del “Dia Nacional de Accion,” gente vino del área de Washington, D.C. y de alrededor del país. Llegaron autobuses de Staten Island, el Bronx, Queens, Brooklyn, y también de otras partes del estado de Nueva York: el Valle Hudson, Rochester and Syracuse. Autobuses o contingentes vinieron de lugares tan lejos como Wisconsin, Alabama, Nevada, Colorado, California y Texas. También se realizaron acciones en otras ciudades alrededor de Estados Unidos.
La mayoría de los manifestantes eran inmigrantes, muchos jóvenes, incluidos muchos “Soñadores,” la mayoría de estos de México, Honduras y otras partes de América Latina. Una inmigrante mexicana de 33 años que vivió en Estados Unidos desde que tenía 15, viajo al evento desde Phoenix, Arizona. Enfrenta la posibilidad de ser separada de sus tres hijos que son ciudadanos nacidos en Estados Unidos.
También participaron grupos de inmigrantes de África, Corea del Sur y Nepal (los inmigrantes de Nepal que huyeron de un terremoto están en Estados Unidos legalmente bajo el TPS, el que ahora está bajo ataque). Estaban unidos con un grupo diverso de gente que no son inmigrantes como sindicatos de conserjes, de trabajadores de hoteles y restaurantes, y de jornaleros, y un autobús de Atlantic City, Nueva Jersey.
Reinaba un verdadero sentido de urgencia y determinación. En septiembre, el régimen de Trump y Pence terminó DACA, que había dado protección legal a inmigrantes que vinieron a Estados Unidos cuando eran niños. Le dieron seis meses al congreso para reemplazarlo. Esa fecha se acerca rápidamente y a los principios de marzo estarán en peligro de ser deportados los 700.000 a 800.000 Soñadores que han crecido y vivido en Estados Unidos por la mayor parte de su vida. El mes pasado, el régimen de Trump y Pence ya acabó con la protección del TPS para haitianos y nicaragüenses que habían huido de la guerra, violencia o desastres naturales, quienes asimismo corren el peligro de ser deportados. La suerte de aquellos con el estado del TPS, entre ellos 200.000 salvadoreños, está bajo amenaza y pende de un hilo con el régimen de Trump y Pence acelerando la detención y deportación de inmigrantes indocumentados, incluso aquellos sin antecedentes criminales.
“Enfrentamos la fecha señalada el 5 de marzo (2018); estas son vidas reales en riesgo”, dijo un manifestante.
Había mucha energía en el mitin, y también incluyó varios testimonios de familias separadas por las deportaciones, enseñando la realidad de lo que significaría y ya ha significado para miles de personas los ataques del régimen de Trump y Pence contra DACA y TPS. Una persona no inmigrante dijo, “Siento que nosotros que podemos ser arrestados sin miedo a la deportación tenemos que ponernos de pie y proveer una voz para esta gente”.
Fue muy importante que los manifestantes también exigieran un fin a otros ataques a inmigrantes y refugiados, como la prohibición de viajar de Trump, y exigieron que cualquier protección para los Soñadores no venga a expensas de otros inmigrantes o incorporada en legislación que ataque a otros inmigrantes.
La protesta se enfocó en los ataque a inmigrantes y refugiados, pero la literatura de RefuseFascism.org fue bien acogido. Un orador dijo, “No vamos a parar de luchar hasta que todos los inmigrantes estén seguros. No vamos a parar de luchar hasta que todos los musulmanes estén seguros. No vamos a parar de luchar hasta que nuestro planeta esté seguro, y no vamos a parar de luchar hasta que el gobierno de Trump se haya marchado, porque si no, nadie va a estar seguros”.
Al final de la protesta, cientos de personas habían sido entrenadas y habían participado en una gran acción de desobediencia civil en la escalinata del Capitolio. Se arrestaron a más de 200 personas, entre ellas ministros, varios miembros del Congreso, y otros.
Todo esto indica la enorme reserva potencial de oposición al régimen de Trump y Pence que existe entre los inmigrantes, y que necesita ser desatada.
Permalink: http://revcom.us/a/523/sobre-la-lucha-contra-el-enfoque-fascista-de-la-verdad-es.html
Revolución #524 3 de enero de 2018
31 de diciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
De un lector:
El 13 de septiembre de 2017, el ex secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, apareció en el show de entrevistas de televisión, Jimmy Kimmel Live [Jimmy Kimmel en vivo]. Quién sabe el motivo de Kimmel al invitarlo — tal vez que Spicer fuera a disculparse por ser un promotor de Donald Trump, por presentar mentiras como hechos, o tal vez fuera a denunciar algunas de las mentiras de Trump. Para nada.
En representación de un ejemplo perfecto de conciliar, colaborar, acomodarse al fascismo y normalizarlo, Kimmel le presentó preguntas y desafíos tímidos y permitió que Spicer desviarlos. Spicer dijo que no iba a distanciarse de Trump, que Trump “tiene buen corazón”, y que era el deber de Spicer “representar la voz del presidente”. En otras palabras, como un buen nazi, Spicer solo siguió órdenes. Siendo un lameculos de poca monta sin valentía moral, nada de esto es sorprendente.
Pero la declaración más reveladora de Spicer fue la siguiente: Cuando se le preguntó si los hechos son hechos, Spicer dijo que la gente puede “mirar una serie de hechos y llegar a conclusiones distintas, opiniones distintas”, y “No estar de acuerdo con los hechos es lo que hace que nuestro país tenga grandeza”. Esta mierda concuerda completamente con la ideología burguesa y su definición de la “libertad de expresión” y concuerda completamente con el enfoque fascista de la “verdad”.
Lo que Spicer vende aquí es la filosofía de que las ideas de cada persona son su propiedad personal, todas las ideas son válidas en el “mercado de ideas”, y las ideas que salen ganando deben ser la verdad. Pero una verdadera búsqueda de una comprensión más profunda de la realidad y de la verdad no es un objetivo del “mercado de ideas”. No cuestiona el hecho de que algunas ideas tendrán más peso e importancia porque provienen de personas en posiciones de autoridad o con más prestigio, y que el resultado, en última instancia, no es la verdad, sino que “no hay razón como la del bastón”.
Bob Avakian ha hecho un trabajo serio para desarrollar un enfoque científico de la epistemología porque la forma en que las personas piensan puede o iluminar o paralizarlas. En el pasaje recién publicado de El comunismo y la democracia jeffersoniana (revcom.us # 509), dice:
Comprender la importancia de la “batalla entre las ideas”, y de no suprimir las ideas impopulares o no convencionales, a fin de tener el proceso más rico en la búsqueda de una comprensión de la realidad, y para que la gente en la sociedad sienta que tiene aire para respirar y espacio para ser “diferente” y expresar ideas diferentes: esta es una dimensión crucial de una sociedad del tipo en la cual queremos vivir y en la que las masas populares realmente florecerían; y es también crucial a fin de llegar a la verdad en términos fundamentales. Pero hay una enorme diferencia, una diferencia crucial, entre eso y la noción de que las ideas de cualquier individuo son su propiedad privada y que en efecto, deberían operar en competencia con otras personas y sus ideas — que todo esto debería competir en un “mercado de ideas” para ver quiénes pueden, para decirlo escuetamente, exigir el más alto valor de intercambio. Esto no es lo mismo que determinar cuál en realidad contribuye más a llegar a la verdad, y no es simplemente un reconocimiento de la forma en que la contienda entre ideas ayudará a crear el ambiente adecuado para una sociedad del tipo que queremos, sino que da expresión a la noción de las ideas como mercancías, la competencia para exigir una mayor remuneración, en una u otra forma (aunque esto no siempre sea directamente monetaria). Así que, además, los conceptos y la práctica de los “derechos de propiedad intelectual” son una extensión de la idea de “el libre mercado de ideas”, o están vinculados con dicha idea.
Un ejemplo perfecto del “mercado libre de ideas” en el que “no hay razón como la del bastón” es la batalla por Berkeley. Para proteger el derecho de los fascistas a expresar ideas que se han comprobado que eran falsas, las autoridades universitarias impusieron una fuerte presencia policial sobre el campus y les ofrecieron a los fascistas miles de dólares para presentar su discurso. El artículo de Sunsara Taylor del grupo de articulistas de revcom.us (revcom.us # 508 y # 509), “¿La “libertad de expresión” TRIUMPFA sobre lo demás? Una respuesta a la rectora Carol Christ de la Universidad de California-Berkeley”, analiza estas ideas democrático-burguesas sobre la libertad de expresión y el “mercado de ideas” y muestra el daño concreto que hacen los fascistas en nombre de la “libertad de expresión”. Hay que estudiar todo este artículo por la forma incisiva en que desmiente estos argumentos y llega al meollo del asunto:
Así funciona un “libre mercado de ideas” en la sociedad capitalista y es un buen ejemplo de por qué en la práctica concreta, ese “mercado”, como el mercado capitalista que le da su metáfora, reproduce las relaciones de poder y dominación, silencia a los que no tienen poder y contribuye a la ignorancia y/o el pensar reaccionario sobre importantes cuestiones políticas y sociales. Ante el financiamiento masivo, los centros de investigación, y el control de los medios de comunicación y del mundo académico, las personas que representan a los desposeídos, en la mayoría de los casos, efectivamente no tienen voz y están marginados a menos que adapten sus ideas a esos intereses dominantes.
Es más, es muy equivocado pensar que la libre contestación de ideas opuestas y la oportunidad de pensar críticamente y “comparar y contrastar” SOLO ocurre por medio de la actividad ordenada y respetuosa: En casos en que, ante una desproporción de poder, influencia y respaldo oficial de un lado de la contestación (e.g., estos fascistas, que tiene el respaldo de la administración universitaria y se apoya en las ideas prevalecientes de las instituciones dominantes de la sociedad), el otro lado (en este caso los estudiantes, relativamente sin poder) eligieron expulsarlo en vez de discutir de manera respetuosa y ordenada, eso puede de hecho resultar en MÁS discusión muy vigorosa de las ideas contestadas en el período subsecuente. Tal como se dice en “La controversia de Middlebury: Puntos de orientación”: “Definitivamente una protesta correcta puede alentar más discusión y contestación, y ¡es un mito que esto sólo sirve para ‘suprimir’ las ideas!”
Estas cuestiones ideológicas: la naturaleza de la verdad y cómo lograrla contra el “mercado de ideas”, la necesidad del pensamiento crítico y de oponerse a la ideología opresiva, de hecho fascista, contra el intercambio respetuoso de ideas con los fascistas — estas son algunas de las cuestiones ideológicas que el partido y Rechazar el Fascismo enfrentan mientras decimos NO al fascismo en nombre de la humanidad y construimos un movimiento que debe crecer y poner fin al régimen de Trump y Pence.
Revolución #524 3 de enero de 2018
7 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Un par de nosotros llevamos el examen sobre Corea del Norte al campus en Boston de la Universidad de Massachusetts (UMass), una universidad con una diversa población de estudiantes, la mayoría de quienes no viven dentro del recinto universitario, incluidos estudiantes de otros países y un alto porcentaje de veteranos, así como un gran número de estudiantes mayores y los que trabajan mientras estudian. Fuimos el último día de clases. Durante 2 horas, 45 estudiantes tomaron el examen en la mesa que armamos y nos dieron los resultados1. Decenas más llevaron el examen a sus clases o a la biblioteca, mientras se preparaban para los exámenes universitarios finales.
De los 45, solo 2 dieron 10 respuestas correctas y 1 dio 9 correctas. Si consideramos las preguntas no respondidas como incorrectas, la mitad de los estudiantes sacaron un marcador de 50% o menos.
Lo que es muy interesante, la pregunta más difícil no era sobre la historia de la Guerra de Corea, sino el #10: ¿Qué permiso necesitaría Trump para iniciar hoy un ataque nuclear a Corea del Norte? Solo 7 de los 45 estudiantes respondieron correctamente esta pregunta. La mayoría o no contestó esta pregunta o marcó la “d” —“todos los anteriores”—, creyendo que el presidente necesitaría la aprobación de los Jefes del Estado Mayor Conjunto, la autorización del Congreso, así como una revisión por parte de la Agencia de Inteligencia de Defensa, antes de poder lanzar un ataque nuclear.
Si bien a muchos de los estudiantes les molestó su ignorancia sobre la Guerra de Corea (unos admitiendo que ni se dieron cuenta de que había sucedido esa guerra) y les afectó leer sobre la realidad de lo que Estados Unidos había hecho contra el pueblo coreano, lo más inquietante fue saber que, en la actualidad, Trump tiene la libertad de lanzar un ataque nuclear sin restricciones. La mayoría simplemente supuso que, debido a las enormes implicaciones de un devastador ataque nuclear contra otro pueblo, esa responsabilidad sería cuidadosamente vigilada. No se habían imaginado que podrían acostarse y al despertar saber que se había lanzado una guerra.
Unas jóvenes que vendían una playera con la consigna de Martin Luther King, Jr.: “Construir puentes, no muros”, nos invitaron a compartir su mesa. Recaudaban fondos para que su clase viajara a un pueblo en México para trabajar con la comunidad y querían hablar más sobre el régimen de Trump y Pence. Todas ellas, de diversas nacionalidades, tomaron el examen, y una de ellas que era del Oriente Medio sacó el mejor resultado. Nos dijeron que les encanta estudiar, pero también hablaron de lo ignorantes que son sobre la historia general de Estados Unidos, y de lo poco que aprendían en la escuela. Aún los mejores maestros solo podían enseñar una parte.
Si bien todos tenían cierto conocimiento de la Guerra de Vietnam que se enseñaba en unas clases, no se enseñaba casi nada sobre Corea — y aún con respecto a Vietnam, la mayoría de los estudiantes no sabía nada sobre la inmensidad de la devastación que Estados Unidos desató: los millones de vietnamitas muertos por la guerra, las masacres, la matanza generalizada de la ciudadanía. Lo que se manifestaba era la GFT (Gran Falsedad Tautológica, corto en inglés), la idea de que Estados Unidos es en lo fundamental una fuerza para el bien en el mundo. Si bien ninguna de estas mujeres hubiera respaldado tal posición, la verdad es que no habían reconocido la enormidad de los horrores que Estados Unidos ha perpetrado contra los pueblos del mundo.
Una deficiencia en nuestro trabajo fue que no estábamos preparados para mostrar nada de la película, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista Un mundo mejor ES posible. Un discurso de Bob Avakian (en inglés). (UNA LECCIÓN DURA: ¡¡¡A DONDE SEA QUE VAYAN, ESTÉN LISTOS PARA MOSTRAR LA PELÍCULA!!!).
Siendo el último día de clases, y los estudiantes a punto de irse por los días feriados, decidimos llevar el examen a las áreas públicas del campus y a las clases, apenas empiece el próximo semestre. También fijamos planes para presentar la película de BA.
1. Los resultados del examen:
Pregunta 1: 14 eligieron a, 4-b, 11-c, 7-d, y 9 acertaron
Pregunta 2: 12 eligieron falso y 33 acertaron
Pregunta 3: 13 eligieron a, 9-b, 13-c, y 10 acertaron
Pregunta 4: 10 eligieron b, 19 -c, 7-d, y 9 acertaron
Pregunta 5: 2 eligieron a, 4-b, 3-d, 5-e, y 31 acertaron
Pregunta 6: 2 eligieron a, 7-b, 8-c, 9-d, y 19 acertaron
Pregunta 7: 18 eligieron falso, y 27 acertaron
Pregunta 8: 1 eligió a, 8-b, 9-d, y 27 acertaron
Pregunta 9: 20 eligieron cierto y 25 acertaron
Pregunta 10: 5 eligieron a, 1-b, 3-c, 17-d, y 7 acertaron [regresa]