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Bob Avakian es completamente diferente a ese sinfín de políticos burgueses los que nos presentan como “líderes”, cuyo objetivo es mantener una variedad u otra de este sistema del capitalismo-imperialismo, fundado y perpetuado por medio de la explotación cruel que literalmente roba vidas, la opresión asesina y la destrucción masiva en todas partes del mundo. BA es un revolucionario que se basa en el entendimiento científico de que hay que derrocar finalmente a este sistema mediante una lucha organizada con la participación de millones de personas, y reemplazarlo por un sistema orientado a satisfacer las necesidades más fundamentales de la humanidad y que es capaz de hacerlo, un sistema que capacite a la humanidad para convertirse en dignos guardianes de la Tierra.
Bob Avakian es el arquitecto de un marco completamente nuevo para la emancipación humana, la nueva síntesis del comunismo, a la cual se refiere popularmente como el “nuevo comunismo”.
BA es el autor de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, una aplicación inspiradora del nuevo comunismo — una visión abarcadora y un plano concreto para una nueva sociedad socialista, cuyo objetivo fundamental es crear un mundo sin clases ni diferencias de clase, un mundo sin explotación y opresión y sin las divisiones y antagonismos destructivos entre las personas: un mundo comunista.
Ardea Skybreak, una científica con formación profesional en la ecología y la biología evolutiva, y una seguidora de Bob Avakian, habla de la importancia de lo que él ha desarrollado:
Bob Avakian... a partir de décadas del duro trabajo [ha venido desarrollando] un conjunto general de trabajo... la teoría para hacer avanzar la ciencia del comunismo, para hacer avanzar la ciencia de la revolución, para explicar más profundamente el origen de los problemas, qué es la estrategia para salir de esta locura, qué métodos y enfoques son necesarios para mantenerse en el camino y de hecho para construir un mundo mejor, para construir una sociedad en la que la mayoría de los seres humanos querrían vivir. (De: Ciencia y revolución, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak)
BA es un líder que está firmemente convencido, sobre la base de un método y enfoque consecuentemente científico, de que el objetivo debe ser nada menos que una revolución total, y quien al mismo tiempo ha enfatizado:
el nuevo comunismo repudia cabalmente, y está decidido a arrancar de raíz en el movimiento comunista, la venenosa noción, y la práctica, de que “el fin justifica los medios”. Es un principio central del nuevo comunismo que los “medios” de este movimiento tienen que provenir de (y corresponder con) los “fines” fundamentales de abolir toda explotación y opresión mediante una revolución que se dirija sobre una base científica. (De: Breakthroughs [Abriendo brechas]: El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico)
Como un líder revolucionario, BA también encarna esta combinación poco común: alguien que ha logrado desarrollar la teoría científica de un calibre mundial, al mismo tiempo que tiene un entendimiento profundo y una conexión visceral para con los más oprimidos, y una capacidad altamente desarrollada de “desmenuzar” la teoría compleja y hacerla accesible a un amplio público.
Un líder como este nunca ha existido antes en la historia de Estados Unidos, y esta dirección es de enorme importancia para la emancipación de toda la humanidad.
Lo que urge mucho ahora es que un número de personas que crece continuamente —miles, y al final millones— se conviertan en seguidores conscientes y activos de BA, construyan el movimiento revolucionario, basado en el nuevo comunismo, al cual BA da esta dirección sin precedentes.
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En La asesina ilusión de la “normalidad” y el camino revolucionario hacia adelante, señalé este hecho básico:
En el contexto de esta crisis actual [del coronavirus], las relaciones explotadoras y opresoras integradas en este sistema se están manifestando de una manera pronunciada, en Estados Unidos y a nivel internacional, al igual que lo han hecho en crisis anteriores....
Aunque el coronavirus azotará a grandes sectores de la población, esta desigualdad una vez más ejercerá un efecto en Estados Unidos en relación con la crisis actual — estarán sometidos a un sufrimiento desproporcionado los inmigrantes, los prisioneros, las personas sin hogar, las personas de las comunidades pobres, particularmente entre las nacionalidades oprimidas, y otros que están subordinados, degradados y despreciados por el “funcionamiento normal” de este sistema y los de arriba1.
Una de las principales formas en que esto se está manifestando es con la opresión de las mujeres. Esta opresión es una parte fundamental de este sistema del capitalismo-imperialismo (y de todos los sistemas divididos en explotadores y explotados), y asume formas horribles en el funcionamiento “normal” de este sistema.
Como he escrito anteriormente, hablando de esta horrible opresión:
Mira a todas estas hermosas niñas en el mundo. Además de las demás atrocidades que he mencionado, respecto a las y los niños en los cinturones de miseria del tercer mundo, además de todos los horrores que se amontonarán en su contra —cientos de millones de personas tienen como destino vivir en medio de la basura y las aguas negras, una vida que les espera, incluso antes de nacer—, para colmo existe para las niñas el horror que conlleva el mero hecho de ser mujeres en un mundo de dominación masculina. Y eso es cierto no sólo en el tercer mundo. Además, en los países “modernos” como Estados Unidos las estadísticas apenas lo captan: los millones de mujeres que serán violadas; los millones más de ellas que de forma rutinaria serán menospreciadas, engañadas, degradadas y muy a menudo brutalizadas por parte de aquellos que se supone que son sus amores más íntimos; la forma en que tantas mujeres serán objeto de humillación, persecución y acoso cuando traten de ejercer sus derechos reproductivos a través del aborto o incluso a través del control de la natalidad; las muchas de ellas que se verán obligadas a ejercer la prostitución y la pornografía; y todas aquellas que —si no tienen ese destino concreto e incluso si consiguen algún éxito en este “nuevo mundo” donde se supone que no existen barreras para las mujeres— estarán rodeadas por todos lados y serán insultadas en cada momento por una sociedad y una cultura que degrada a las mujeres, en las calles, en las escuelas y en los lugares de trabajo, en el hogar, a diario en innumerables formas2.
Existen muchas maneras en que todo esto se ha vuelto aún más extremo en el contexto de la pandemia de la Covid-19. Para citar tan sólo dos ejemplos importantes:
Los incidentes de mujeres golpeadas por esposos o novios han aumentado de manera importante — no sólo en Estados Unidos sino también en muchos otros países.
Y en Estados Unidos en particular, en varios estados con gobiernos dominados por fascistas fundamentalistas cristianos, se han dado más ataques contra el derecho al aborto. Esto se está haciendo específicamente en la forma de cerrar las clínicas que proveen abortos, bajo el pretexto hipócrita de que el propósito de tales cierres es prevenir la propagación del coronavirus — al mismo tiempo que las fuerzas gobernantes en muchos de estos estados están promoviendo un desafío temerario contra las medidas necesarias para limitar la propagación de este virus. La realidad es que definitivamente es posible que las clínicas que proveen abortos implementen medidas para proteger la salud de las mujeres que piden abortos y para minimizar el riesgo de propagación del coronavirus; y, dado esto, además del hecho básico de que la negación del derecho al aborto es en sí un gran daño social, que contribuye de manera importante a la opresión de las mujeres, no existe ningún motivo legítima para cerrar estas clínicas y crear más obstáculos a que las mujeres pueden ejercer su derecho al aborto — y cerrarlas aumenta más el daño que a diario se les hace a las mujeres, y a la sociedad en general.
Todo esto es una expresión del hecho de que la posición y el papel de las mujeres en la sociedad han llegado a ser un eje muy agudo y concentrado de toda la cuestión del rumbo fundamental de la sociedad, y de la humanidad. Esto es algo que las fuerzas fascistas, incluido el régimen fascista de Trump y Pence en Estados Unidos, han aprovechado como una parte crucial de su implacable afán de reforzar y llevar a extremos las relaciones ya opresivas de este sistema — y es algo que todos aquellos que están decididos a vivir en un mundo libre de todas las formas de esclavización y opresión necesitan reconocer y asumir como un frente de batalla crucial.
En este sentido, algo que escribí hace más de 30 años se ha vuelto aún más profundamente cierto e importante:
En las últimas décadas en Estados Unidos se han operado cambios profundos en la situación de la mujer y las relaciones en la familia. En solamente una de diez familias existe la situación “modelo”, en donde el esposo es el único que “trae el sustento” y la esposa es un “ama de casa” totalmente dependiente. Estos cambios económicos han conllevado cambios significativos de actitudes y expectativas — y unas tensiones muy significativas no solo en la estructura de la familia sino también en las relaciones sociales más ampliamente.... La cuestión general de la posición y el papel de la mujer en la sociedad se presenta cada día más agudamente en las extremas circunstancias de hoy — esto es un polvorín en Estados Unidos hoy. No se puede concebir la resolución de todo esto salvo de la manera más radical y mediante formas extremadamente violentas. La cuestión que pende es: ¿será una resolución radical reaccionaria o una resolución radical revolucionaria, implicará reforzar las cadenas de la esclavización o hacer añicos los eslabones más decisivos de esas cadenas y abrir la posibilidad de realizar la eliminación completa de todas las formas de dicha esclavización?3
1. La asesina ilusión de la “normalidad” y el camino revolucionario hacia adelante está disponible en revcom.us. [volver]
2. Lo BAsico 1:10 (Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian). Esta cita es de Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución — Tercera parte: “La nueva síntesis y la cuestión de la mujer: La emancipación de la mujer y la revolución comunista — más saltos y rupturas radicales”, la que también están disponible en revcom.us. [volver]
3. Esta declaración de Bob Avakian se publicó por primera vez en 1985 y se ha citado en varias obras desde ese entonces, incluida Contradicciones todavía por resolver, fuerzas que impulsan la revolución. Énfasis agregado. [volver]
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En 1863, a mediados de la Guerra Civil, Abraham Lincoln por fin promulgó la Proclamación de Emancipación y, como resultado de la Guerra Civil, el pueblo negro fue formalmente liberado de la esclavitud literal y corporal. Pero hoy la pregunta es: ¿Cuándo, y cómo, por fin se liberará a los negros de toda forma de esclavitud y opresión? Y eso suscita directamente esta gran pregunta:
¡¿Cuándo por fin los negros se emanciparán de la esclavitud mental de la religión?!
Hemos visto la posibilidad de un mundo sin opresión expresada poderosamente en un pasado no tan lejano, durante el auge de lucha radical que tomó lugar en Estados Unidos y en todo el mundo durante los años 1960 y principios de los 19701. En Estados Unidos, la lucha del pueblo negro estaba al frente de todo eso, y al radicalizarse más esa lucha en oposición al propio sistema, y al crecer y cobrar influencia grupos como el Partido Pantera Negra, impulsados por la impaciencia y la osadía de los jóvenes negros, el papel avanzado de la lucha por la liberación negra venía ejerciendo un papel positivo aún más poderoso. Y, como una parte muy importante de la convicción sostenida fuerte y ampliamente en la sociedad de que no solamente era necesario sino posible ponerle fin a la pesadilla que habían soportado por tanto tiempo:
entre los negros —a quienes siempre se nos dice que son inherentemente religiosos— cundía un distanciamiento en masa de la religión, especialmente entre los jóvenes. ¿Por qué? En vista de que las personas estaban llenas de esperanza, no creían que no hubiera esperanza para un mundo mejor. Estaban llenas de esperanza para un mundo mejor aquí mismo en este mundo. Y por lo tanto, entre los negros, se dio, por parte de los jóvenes en particular, un importante distanciamiento de la religión y de todas las viejas convenciones que acompañaban a la religión que eran influencias a favor del conservadurismo que mantenían abajo a la gente2.
Pero no se realizaron la gran promesa del auge de lucha radical de los años 1960, ni las esperanzas que éste despertó — en lo fundamental porque las cosas no se desenvolvieron por todo el camino hasta una revolución real. Y, durante las décadas desde ese entonces, por medio de las políticas conscientes de los poderes gobernantes de fomentar el desarrollo de capas más burguesas y pequeñoburguesas entre los negros, a la vez que han mantenido y contenido a las masas del pueblo negro en condiciones de privación, opresión y represión cruel, esta realidad amarga ha resultado en que:
Entre las masas básicas, incluido el pueblo negro (y no me refiero a las capas de la clase media que se desarrollaban debido a una política consciente de la clase dominante, sino a las masas de los oprimidos), surgió muchísima desmoralización y una sensación de derrota, y la inyección (incluso mediante políticas y acciones deliberadas de la clase dominante) de masivas cantidades de drogas intensificó más las condiciones desesperadas de las masas básicas y reforzó más la sensación de desmoralización. Muchas personas estaban muriéndose o, al recurrir a las drogas por desesperación, quedaban reducidas a miserables desdichados — la ausencia de esperanza, o la muerte, en términos inmediatos, de la esperanza que había inspirado a tantas personas, sobre una base real, en el transcurso del auge de lucha de los años 1960, lo que ahora se había amainado y se había transformado. Y esta situación se volvió aún más desesperada y desmoralizadora con el crecimiento de las pandillas en los ghettos y barrios de Estados Unidos (así como a nivel internacional), y la situación atraía a los jóvenes hacia las pandillas ante las condiciones de creciente privación y desesperación y lo que para la mayoría de ellos era la ilusión de enriquecerse, con la orientación de “enriquecerse o morir al intentarlo”, impulsada por el crecimiento del narcotráfico y la influencia de la pútrida cultura promovida en toda la sociedad que fomentaba y ensalzaba la explotación y la degradación de otros como mecanismo para triunfar en grande, en Wall Street y en el escenario mundial, o en las calles de las comunidades marginadas de las ciudades3.
Ante todo esto, en medio de una sensación de desesperanza fatalista, de parte de grandes cantidades de personas negras se ha dado una retirada hacia la religión. Con frecuencia se dice que la religión es lo que ha permitido que el pueblo negro aguante y persevere ante todas las vicisitudes —los verdaderos horrores— a los que ha estado sometido a lo largo de su experiencia en Estados Unidos, y que esto continúa en la actualidad. Pero, esto es una lógica de derrota — se basa en la suposición subyacente de que el sistema continuará así como ha sido básicamente, y que continuarán el desprecio, discriminación, persecución, brutalización y terror contra el pueblo negro, y que lo mejor a lo que pueden esperar conseguir es de alguna manera sobrevivir, y esforzarse por prosperar, a lo largo de todo esto — o, si uno sufre en esta vida pero “queda bien con Dios”, o se somete a Alá, recibirá su recompensa en alguna “otra vida”.
De nuevo, se suscita de manera aguda la pregunta: ¿Cómo es posible que se emancipe por fin y totalmente al pueblo negro de los siglos de opresión, y qué relación tiene eso con la eliminación de toda opresión, de toda la gente, en todas partes?
La respuesta es que sí es real la posibilidad de hacerlo, pero únicamente puede ocurrir sobre la base de un enfoque científico de cambiar el mundo y el entendimiento fundamentado en la ciencia de que esta opresión tiene sus raíces y su causa en el sistema del capitalismo-imperialismo —el mismo sistema que cruelmente explota y asesinamente oprime a las personas, no sólo en Estados Unidos sino por todo el mundo y está saqueando el medio ambiente natural— y que es necesario y posible derrocar este sistema por medio de una revolución real y reemplazarlo con un sistema radicalmente diferente y mucho mejor: el socialismo, cuyo objetivo final es un mundo comunista, sin ninguna opresión ni explotación de nadie, en ninguna parte.
Como he dicho, expresando una verdad sencilla y básica: “en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!”4
En relación con esto, también he hablado de esta verdad profunda:
Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos, y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria5.
Pero en este caso, en otro sentido, hay, en términos fundamentales, dos opciones: o aferrarse a la esclavitud mental de la religión y permanecer oprimidos, o romper las cadenas mentales de la religión y a la vez alzarse para luchar con una verdadera posibilidad de liberarse por fin y totalmente, poniendo fin a toda opresión y explotación.
Quizá la religión dé la apariencia de consolar a las personas ante la opresión y la angustia a las que están obligadas a soportar, o les dé la idea de que con la religión puedan abstenerse de “hacer males” — o que, aunque quizá “hagan males”, aún tengan cierto valor. Y es cierto que, para algunas personas, sus creencias religiosas las motivan a luchar contra varias formas de opresión, y muchas personas que abordan las cosas desde un punto de vista religioso tienen observaciones y conocimientos los cuales es importante conocer y de los cuales sacar lecciones. Pero también es cierto que la religión, como una manera de pensar y una guía para actuar, confía en la invención de seres sobrenaturales que no existen, pero los que, según se dice, en última instancia configuran y controlan la realidad, incluido la suerte de los seres humanos. La religión llama a las personas a que se sometan a esos seres sobrenaturales imaginarios (o a las autoridades muy humanas que hablan en nombre de esos seres sobrenaturales imaginarios) y que observen las escrituras que en realidad no llevan a poner fin a la opresión, sino que de hecho promueven y refuerzan todo tipo de degradación y horror. (Eso es algo que ilustré muy concretamente en el libro ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo, particularmente con respecto a las tres principales religiones monoteístas [de un solo dios]: el judaísmo, el cristianismo y el islam6.) De esta manera, la religión está en directa oposición a asumir un enfoque consecuentemente científico de entender la realidad y emprender una lucha fundamentada en la ciencia para poner fin a toda opresión.
Por eso continuamente promueven la religión los de arriba, los cuales deben su propia existencia, riqueza y poder a la opresión y la explotación. Por eso los mismísimos amos de esclavos que prohibían que los negros aprendieran a leer (y castigaban severamente a los que lo hacían) activamente animaban a sus esclavos a que adoptaran la religión y que se arrodillaran en oración. Y por eso hoy, los poderes gobernantes en Estados Unidos están muy prestos a brindar una plataforma para cualquier persona negra, y promover a todos los negros, los que se inclinen a andar "parloteando" apasionadamente sobre dios. Quizás duela escuchar esto, pero la pregunta es: ¿es cierto, o no? Piénselo.
No es ni posible ni corresponde a los principios obligar a las personas a abandonar las creencias que sostienen en un momento dado — y nadie nunca debería intentarlo. En los términos más fundamentales, la emancipación —de toda forma de esclavitud y opresión— debe ser el acto voluntario y consciente de las personas. Pero es muy necesario e importante desarrollar la lucha ideológica, conforme a los principios, pero de la forma tan firme que sea necesario, para ganar a las personas a asumir un enfoque científico de conocer, y cambiar, el mundo y romper con las formas de pensar que de hecho contribuyen a mantener oprimidas a ellas, y a otras personas.
Una vez más, es cierto que muchas personas religiosas toman parte ahora en luchas importantes contra la opresión; también es cierto que muchas personas religiosas figurarán entre los millones que participarán en la revolución para deshacerse de este sistema opresivo en su conjunto. Pero, esta revolución, y la lucha continua para eliminar toda opresión y plasmar la emancipación real y completa, tienen que contar con la dirección de aquellos, de entre los más oprimidos, y también de entre otras personas, que han asumido un enfoque científico de cambiar el mundo y que han roto con la esclavitud mental de la religión, en adición a las demás maneras de pensar que promueven la opresión, o que al menos la racionalizan y la justifican objetivamente.
Aquí va una verdad amarga:
Los oprimidos que sean incapaces o no estén dispuestos a reconocer la realidad tal como es, están condenados a permanecer esclavizados y oprimidos7.
Pero, aquí va una verdad aún más grande y emancipadora:
La noción de un dios, o dioses, la inventó la humanidad en su infancia debido a la ignorancia. La han perpetuado las clases dominantes por miles de años desde entonces al servicio de sus intereses de explotar y dominar a la mayoría de la gente y mantenerla esclavizada bajo la ignorancia y la irracionalidad.
Gestar un mundo y futuro nuevo y mucho mejor para la humanidad implica derrocar a tales clases explotadoras y liberarse de tal ignorancia e irracionalidad esclavizante y dejarla atrás para siempre8.
1. En ESPERANZA PARA LA HUMANIDAD SOBRE UNA BASE CIENTÍFICA, Romper con el individualismo, el parasitismo y el chovinismo pro estadounidense (que está disponible en revcom.us), Bob Avakian habla de este cambio importante que se operaba durante los años sesenta:
en la década del 1960, entre masas de personas en todo el mundo, incluidas aquellas en Estados Unidos, había mucha esperanza y determinación sobre la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor. En todo el tercer mundo, se sostenían luchas de liberación con el objetivo de deshacerse del yugo de la opresión colonial que se les había impuesto durante décadas, generaciones e incluso siglos. Y en los propios países imperialistas —incluido, en particular, Estados Unidos— la generación que llegó a la mayoría de edad en la década de 1960 tanto entendía la necesidad como realmente creía en la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor, y no estaba interesada en escuchar todos los argumentos sobre por qué las cosas tenían que ser como son. [volver]
2. ESPERANZA PARA LA HUMANIDAD SOBRE UNA BASE CIENTÍFICA.
En Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real (que está disponible en revcom.us), se enfatiza este punto:
al pasar de las limitaciones del movimiento de derechos civiles a la posición más avanzada de exigir la liberación de los negros y vincular esa lucha con las luchas de liberación en el tercer mundo, esos revolucionarios negros ejercieron una poderosa fuerza positiva para influenciar a los movimientos de aquellos tiempos, incluso entre los jóvenes educados, hacia una orientación más revolucionaria, aunque esa orientación era un revoltijo, que abarcaba un complejo de tendencias en conflicto, entre ellas el comunismo revolucionario que salía de China, así como diversas tendencias nacionalistas revolucionarias y otras tendencias contradictorias. [volver]
3. ESPERANZA PARA LA HUMANIDAD SOBRE UNA BASE CIENTÍFICA. [volver]
4. En el discurso Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, del cual se toma esta cita, Bob Avakian habla sobre esas cuestiones cruciales. El video en inglés y el texto en español de este discurso están disponibles en revcom.us. Además, en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian (que está disponible en revcom.us), se encuentran una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad socialista con el objetivo final del comunismo en todo el mundo. [volver]
5. Esta declaración, en adición a otras obras de Bob Avakian que abordan la opresión del pueblo negro y el camino a su emancipación total, están disponibles en revcom.us. [volver]
6. Bob Avakian, ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo, JB Books, 2009; pedidos del libro: revcom.us. [volver]
7. Lo BAsico 4:1 (Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian). [volver]
8. Lo BAsico 4:17, énfasis agregado. [volver]
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El reciente linchamiento de Ahmaud Arbery ha hecho arder las almas de los negros y de muchos otros en toda la sociedad, recordando a los cazadores de esclavos y los linchadores de antaño. La pregunta se plantea claramente: ¿cuándo terminará esto?
Bob Avakian ha escrito:
Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos, y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.
Esta cita y el trabajo que Bob Avakian ha hecho sobre esta cuestión, impulsado por un sentimiento profundo y una ciencia penetrante serán el marco del octavo episodio de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!. Compartiremos un pasaje del discurso de BA Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer una revolución sobre la manera en que la supremacía blanca y el capitalismo están entretejidos y únicamente es posible ponerles fin por medio de una revolución real. Esto será seguido de una conversación entre Andy Zee y Carl Dix.
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3 de febrero de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
Nota de introducción: A continuación presentamos unos comentarios de BA que forman parte de una discusión con algunas personas, la que abordó profundamente los temas de por qué los oprimidos bajo este sistema a menudo se dejan llevar por cosas como la delincuencia, en lo fundamental quién y qué causan todo esto y cuál es el camino para salir de esta situación. Los comentarios de aquellos que participaron en la discusión están entre doble corchetes.
BA: Yo sé, de lo que me han informado, y espero que esto corresponda al tema. [se ríe] No obstante, yo sé, por ejemplo de la discusión informal, que se presentó una pregunta de los participantes acerca de lo que yo decía, que si es cierto que el que las personas se meten en la delincuencia se debe al sistema o si nada más tiene que ver con lo de que las personas hacen malas elecciones. Sé que este tema se ha presentado y por eso lo analicé un poco, pero si alguien tiene algo que quiere decir al respecto, o que está en desacuerdo con lo que digo y quiere preguntar algo más, pues eso sería bueno. Por ejemplo, yo sé que usted [...] lo planteó, ¿no? Que las personas hacen malas elecciones, ¿no es así?
[["Claro, pues, los homicidas, eso es su elección, no es el sistema que los hacen matar a alguien. Más bien, salen y matan a alguien lisa y llanamente para anotarse o para obtener lo que sea. El sistema no les dice que lo hagan, lo hacen por elección. Pero luego los pescan y van a dar al bote, cosas así. Así que, yo me pregunto, no entiendo eso de que se trata del sistema".]]
BA: Sale, creo que es una buena pregunta, creo que es una pregunta que muchos tienen, aunque no les guste el sistema.
Fíjate, creo que tienes razón de que obviamente las personas sí pueden elegir, en un sentido más limitado las personas sí deciden hacer algo o deciden no hacerlo. No se trata de que, al menos en la mayoría de los casos, que alguien literalmente te apunta una pistola en la nuca, te dice que tengas que salir y robarle a alguien, te dice que tengas que salir y violar a alguien, que tengas que salir y matar a alguien. Eso sí es cierto.
Pero lo importante es que en un sentido más profundo nosotros decimos que se trata del sistema porque las personas se encuentran en ciertas condiciones pero éstas no son de su propia elección y además las ideas que circulan en la sociedad influencian a las personas, a las personas en sí no se les ocurrieron esas cosas, más bien esas cosas provienen de algo mayor que las personas en sí — a saber, el sistema.
O sea, la idea de que tú tienes que sacar tu propia tajada y aventajarse a otros es una idea que pesa mucho en las personas. Pero no es algo que se les ocurrió así no más, sino se trata de la cultura que recibimos de... los programas de televisión, la música, de todas las cosas que promueven que inducen a las personas a pensar de esa manera.
Bien, si eres un corredor de la bolsa de valores y trabajas por Wall Street de Nueva York, eso lo haces con estafas de alto nivel y manipulaciones de la bolsa de valores a fin de sacarse más plata para ti mismo o simplemente para vender más barato y salir ganando contra otros en chanchullos multimillonarios. Pero raras veces los pescan por hacer eso ni los mandan al bote por hacer eso. Además, no es siempre ilegal lo que hacen, simplemente están metidos en mucha especulación y manipulación de alto vuelo a fin de exprimir mucha plata de la miseria de la gente que explotan a fin de crear esa riqueza en primer lugar. Pero así es la mentalidad: sacar toda la plata que puedas, aventajarse a otros de la forma que puedas.
Pero si estás en una posición de ser un corredor de la bolsa, pues lo puedes hacer en grande y ellos te llaman un modelo de conducta. [risas conocedoras] Te ponen de ejemplo de lo que las personas deberían emular.
Pero si andas en la calle y no tienes ninguna manera, no tienes la preparación para conocer de la bolsa de valores, etc., pero te han inculcado esa misma manera de pensar y eso te afecta su manera de pensar, pues vas a salir y robarle a alguien porque eso es lo que sí puedes hacer o puedes venderle drogas.
[[¿Porque ellos pueden salirse con la suya?]]
BA: No por eso, no porque pueden salirse con la suya, pero sí porque de eso dispones, si tienes el modo de pensar que dice que la idea es sacar la mayor tajada que puedes al aventajarse a los demás. No podrás convertirse en un corredor de la bolsa de pesos pesados sin esa preparación para hacerlo. Ellos no te van a dejar entrar así no más y empezar a manipular la bolsa, ¿me entiendes? [se ríen] Pero sí puedes robarle a alguien en la calle.
[[Claro, ahora vengo agarrando la onda de lo que dices.]]
BA: Vale, así que tú puedes robarle a alguien, ¿correcto? Bueno, ¿pero por eso yo digo que está bien robarle a alguien? Para nada. Pero lo que digo es que te influencian la cultura y todo el entretenimiento popular en la televisión, la música y demás que te dicen que debieras hacer a fin de enriquecerte y aventajarse a otros. Si te dejas influir por todo eso, y dices que así se lleva el partido, por eso voy a hacer lo mío ahí, claro, pues vas a hacer lo que puedas. Si no puedes ser un corredor de la bolsa — si no puedes ser otra cosa, un banquero que presta dinero a alguien con el cual comprar una casa, pero sabes que esa persona no podrá pagar el préstamo y por ende luego le impones una ejecución hipotecaria y vuelves a vender la casa a otro, y lo haces una y otra y otra vez — Si no puedes obtener dinero así, pero de toda la cultura en la sociedad tienes la idea de que lo que hay que hacer es aventajarse a los demás y obtener plata de la manera que sea, pues harás lo que puedas, o sea, atracar a alguien, vender algo de droga, prostituir a una mujer y golpearla y someterla cuando ella trate de zafarse, etc.
Bien, para hacer eso, ¿hiciste una elección? Claro que sí. Pero, ¿por qué?
Primero, ¿de dónde provienen las ideas que te decían que eso fuera lo que debieras hacer? No se trata de que te despertaras un buen día con esas ideas en la cabeza. Esas ideas te caen desde todo ángulo en la sociedad.
Segundo, ¿por qué tenías la elección de atracar a alguien en lugar de ser un banquero y prestar dinero? Porque creciste en cierta situación que no era de tu propia elección. Naciste en cierta situación en que vives desde el momento de salir de la entraña de tu madre. Ésas son las condiciones en que te encontrabas. Si eres de cierto color de la tez o de cierta situación, te va a costar mucho trabajo salir de ello. Claro, puedes llegar a ser un rapero o un basquetbolista pero ellos nunca nos explican —piénsalo bien— ¿cuántas personas que saben rapear muy bien o cuántas personas que son muy buenos basquetbolistas de secundaria, digamos, llegan a ser grandes estrellas? ¿Uno de cada mil? Es probable que uno de cada diez mil, más probable que uno de cada cien mil, ¿quizá? Muy pocas personas logran salir de esas situaciones metiéndose en el hip hop, el básquetbol, el fútbol americano, etc.
Por eso, ahí está y no elegiste esas circunstancias en que te encuentras pero te cae esa influencia de "sale vale, tengo que aventajarme a los demás", y por ende haces lo que puedas. Se dice que "Tengo que hacer lo que tengo que hacer, tengo que hacer lo que puedo hacer". Porque la ideología del sistema —es decir, la manera de pensar— les ha metido un veneno y por eso hacen lo que disponen para hacer.
Bien, ¿es eso malo? Claro que sí. Es malo para el pueblo. Es malo para el individuo que lo hace. Es malo para la clase de mundo que queremos. Es malo para la revolución que necesitamos para alcanzar la clase de mundo que queremos. Así que ¿es necesario que breguemos con las personas sobre eso? Claro que sí.
Pero si nosotros no les damos una idea de algo más grande de lo que esto podría representar. Si no les damos la idea de que podría haber un mundo completamente diferente y que podrían vivir en circunstancias completamente diferentes, que efectivamente podrían usar su creatividad y su arrojo y otras cosas para contribuir a hacer una revolución para alcanzar una clase completamente diferente de sociedad en que las personas como ellos mismos y muchísimos más podrían usar sus capacidades en serio para crear una sociedad mejor, pues es muy probable que vayan a recaer en lo que saben hacer.
Por eso decimos que el sistema es el responsable. No se trata de que el sistema literalmente les ponga la pistola en las manos, pero sí que les metió en la cabeza cómo debería ser la vida y los metió en las condiciones en las que empuñar una pistola tiene cierto sentido, si empiezas desde la idea de lo que el sistema te dice que debieras empezar.
Así que no se trata de "exculpar" lo que las personas hacen. No se trata de que esté bien hacer eso. No se trata de decir, "Ah, bien, no tenías elección". Me entiendes, no fue tu culpa, en el sentido de que no pudieras haber tenido ninguna otra elección. Claro, podrían hacer otra cosa, pero no es así mientras estés bajo el dominio y jugando en conformidad con las reglas de este sistema. Es muy poco probable que encuentres mejor elección para millones y millones de personas.
Eso es lo que yo quería decir al citar a ese autor conservador que dice que si estás en esa situación, tiene sentido meterse en la delincuencia, tiene más sentido que tratar de conseguir empleo en McDonald's.
Ahora bien, necesitamos una sociedad diferente en que no tiene sentido que las personas se metan en la delincuencia y le roben a otros. Tanto aquellos de la cúpula — tenemos que deshacernos de todo eso. Como también los de abajo que se dejan llevar en todo esto. Tenemos que cambiar todo eso para que ya no haya gente en la cúpula y los de abajo como ahora.
Por eso digo que se trata del sistema, no en el sentido de que las personas no tienen ninguna responsabilidad, pero sí en el sentido de que un sistema los influencia y moldea su manera de pensar, un sistema que no les ofrece casi ninguna elección una vez que les haya convencido mediante su cultura y demás de que así tienes que tratar de vivir.
Sí se oye, "Tengo a una esposa e hijos, me entiendes", "Tengo a una familia a la cual mantener", "Tengo a mi mamá" o "Tengo a mis hijos y ¿qué voy a hacer?" Por eso necesitamos un mundo completamente diferente donde la gente no esté en esa situación.
¿Eso tiene sentido?
[[Sí]]
BA: ¿¿¿Pero???
[[No pero...]
BA: Simplemente digo, ¿hace falta algo en lo que yo digo? ¿Hace falta algo que es parte del panorama que tenemos que considerar?
No quiero seguirle y seguirle, pero sí creo que si quizá suene como que nosotros dijéramos, de una manera simplona, "se trata del sistema", como si las personas fueran puras máquinas que no tienen mente propia, pues eso sí sería malo. Si mi forma de explicarlo cae en eso, pues eso es un error de mi parte, pues esto no se trata de algo excesivamente simplificado y burdo. Al contrario, va por cómo yo trataba de describirlo, las influencias sobre las personas y de ahí que esas influencias las hacen actuar de acuerdo a las elecciones que les ofrecen, las elecciones muy limitadas debido al modo de funcionar del sistema y la posición en que éste las ha metido.
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Nota de la redacción: La siguiente es la transcripción de una pregunta formulada a Bob Avakian (BA), y la respuesta de BA, en Chicago en 2018, después de que BA pronunció el discurso Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.
Pregunta: Como solía decir Fred [Hampton]: “Y el ritmo continúa”1. Hace poco aprobaron en la última semana un nuevo Decreto de Consentimiento en Chicago. ¿Qué piensas sobre eso?
Bob Avakian (BA): ¿Qué contiene?
P: Brutalidad policial.
BA: ¿Esto es lo que se supone que el Departamento de Policía de Chicago “no” debe hacer? ¿De eso se trata todo esto, el Decreto de Consentimiento?
P: Lo es.
BA: Se supone que limitan su brutalidad. ¿De eso se trata, pues?
P: Exactamente. (risas escépticas)
BA: Quiero decir, por un lado —yo lo vería de la siguiente manera— por un lado, cuando la situación los obliga a firmar decretos de consentimiento, eso es un reflejo de la lucha de la gente... No es que lo hayan hecho debido a la bondad de su corazón o se despertaron un buen día y dijeron: “Ah, hemos estado brutalizando y asesinando a mucha gente, firmemos un acuerdo de que ya no vamos a hacer eso tanto”. Más bien, reconocen que el grado y las formas en que lo han estado haciendo han dejado salir a la luz algo muy básico sobre todo su sistema y han despertado la ira de muchas personas, entre ellas no solo las personas a las cuales quieren mantener abajo brutalmente —ello por un lado— sino también otras personas como de la clase media, etc., que quieren aferrarse a la ilusión de que esta es una sociedad de justicia y equidad y todo este tipo de cosas, pero a quienes les cuesta cada vez más dificultades mantener esa ilusión en relación a estos asesinatos, uno tras otro. Vimos por ejemplo en lo de Laquan McDonald2 — déjenme decir una cosa: cuando estaba compilando la lista de personas asesinadas, para esta presentación, eso me tenía sintiendo mal porque, “Bueno, esta persona debería estar incluida, y esa otra persona debería estar incluida...” Pero hay TANTAS personas que no es posible incluirlas a todas. Así que quisiera dejar muy en claro, no se trata de que yo no esté al tanto de todos —la pura verdad es que hay literalmente miles de personas asesinadas y eso es lo realmente chocante— la lista sigue y sigue. Hay tantas personas asesinadas, y parece que cada día que pase ocurre otro asesinato.
O si no lo hace la policía, lo hacen esos sujetos tipo Zimmerman, en Florida3. Es probable que todos ustedes lo vieran, creo que también ocurrió en Florida, esa “ley Defender Su Posición” —retomaré el hilo, pero simplemente quería decir, esa ley “Defender Su Posición”— no sé si todos lo vieron, pero ocurrió una situación en la que se dio un altercado en un estacionamiento y este hombre blanco en Florida tiene una pistola y está acosando a esta mujer en un automóvil porque el automóvil está estacionado en una zona para discapacitados o algo así, y [el hombre blanco] se encarga de actuar como un cerdo policía hasta que el novio o lo que sea de esta mujer salga de la tienda y empuje al sujeto al suelo, y eso iba a ser el fin del asunto, excepto que el sujeto blanco, mientras yacía en el suelo, saca un arma y mata al acompañante de la mujer. Ese tipo de cosas es parte de lo que hace la policía.
Y ahora, por supuesto, cuando se tiene a Trump y a los supremacistas blancos irredentos como Jeff Sessions como el agente del orden público en jefe en Estados Unidos que está tratando de deshacerse —fíjense, les dije que iba a retomar el hilo— él está tratando de deshacerse de todos estos decretos de consentimiento4. Así que, lo que pasa es que están creando una cierta atmósfera. En Chicago tienen a una administración demócrata con Emanuel que está vinculado a Obama y toda esa onda5. Están tratando de actuar como si estuvieran prestando atención a estas cosas, pero por un lado, como dije, es un cierto reconocimiento de que mucha gente está enojada por estas cosas. Por otro lado, estos decretos de consentimiento, aunque en cierto sentido limitado quizá causen que temporalmente ellos ejerzan un poco más cuidado, en lo fundamental no cambiarán nada, debido a todo lo que yo decía en términos del rol de la policía.
Fíjense, la situación es así. Se tiene a todo un sector de la población, en particular los jóvenes latinos y los jóvenes negros en Estados Unidos y en las comunidades marginadas urbanas... Como yo decía, allá por los días en que masas de personas, como los negros, vivían en las zonas rurales del Sur, trabajaban en las plantaciones de algodón, plantaciones de tabaco o lo que sea, incluso después del fin de la esclavitud, pues esa era una situación vital para la economía. Y luego, como todos saben, después de la Primera Guerra Mundial, pero especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, millones de negros abandonaron el Sur —por un lado, con el elemento positivo de esperar que encontraran una vida mejor, y el factor negativo de zafarse de la opresión realmente concentrada en el Sur y cierta brutalidad franca. Y por cierto tiempo (y ya lo he señalado antes, pero es importante entenderlo mejor en términos de por qué las cosas son como son específicamente en este momento) mucha gente consiguió trabajo, incluso trabajos bien remunerados después de un tiempo, aunque estuvieron atrapados ahí por mucho tiempo... (y Carl puede hablar de eso) de trabajar en las plantas siderúrgicas y de todas las personas negras que lograron conseguir empleo y nunca lograron salir de los trabajos de mierda en las fábricas6. Pero todavía había cierta oportunidad para que mucha gente fuera a conseguir empleo en las plantas automotrices en Detroit o creo que en algunas de las empacadoras de carne en esta región de los estados centrales, y en las plantas siderúrgicas en el Barrio Sur de Chicago — miles de personas trabajaban ahí. Me parece que Gary, Indiana tenía una de las mayores plantas siderúrgicas en todo el mundo, allá por los años 1960. Y casi todas esas cosas se han ido. Primero, muchos capitalistas trasladaron sus cosas al Sur rural donde podían contratar a personas a una paga menor, y luego trasladaron la producción a México, donde establecieron las maquiladoras en la frontera donde les pagaron a los trabajadores aún menos y las explotaron más. Y luego se trasladaron de allá a lugares de Asia.
Así que lo que ha ocurrido es que los jóvenes hoy no cuentan con las perspectivas de ese tipo de empleo parecidas a las oportunidades de empleo con las que las personas contaron tras la Segunda Guerra Mundial. Así que, ¿qué hace este sistema con los jóvenes a los cuales no les ofrece futuro ni perspectivas? Los contiene. Les roba cualquier futuro digno. Los contiene y luego promueve varias vías — los contiene con la violencia. Por eso hablamos de asesinatos policiales y decretos de consentimiento. Los contiene con la violencia. Y recuerdo cuando vivía en Chicago en la década de 1970; de hecho vivía en Maywood; se dio todo un fenómeno. [La persona que hizo la pregunta se ríe.] ¿Dije algo malo? [El que hace la pregunta explica que su familia es de Maywood.] Ah, ya veo, vale, bueno, por ahí viví durante varios años, allá por los años 1970. Y se tenía todo un fenómeno de que la “unidad de inteligencia pandillera” que tenían [en Chicago] se infiltraba en las pandillas y urdía intrigas para hacer que las pandillas lucharan entre sí, y luego, cuando arrestaban a alguien, lo llevaban de una pandilla o clica, y lo dejaban en el territorio de otra pandilla para que se prendiera una bronca.
Recuerdo allá por los días del Partido Pantera Negra, encabezado por Fred Hampton, y él trataba de trabajar con algunas de las pandillas. Y el FBI le envió una carta a Jeff Fort, quien era el jefe de la pandilla P Stone Nation, carta la que decía que el Partido Pantera Negra tenía un plan para asesinarlo a Fort, y así sucesivamente, para tratar de orquestar trampas de ese estilo. Así que ese es el tipo de cosas que hacen. En otras palabras, en ese entonces existía una fuerza revolucionaria que no tenía la ciencia que se necesitaba —medio tenía un pie en la reforma y un pie en la revolución (me refiero al Partido Pantera Negra)—, pero era una fuerza muy avanzada para ese momento, y todos aprendimos mucho de ellos — para que quede claro lo que digo al respecto. Ellos trabajaban para ganarse a algunos de estos jóvenes atrapados en las pandillas para que formaran parte de la revolución — y eso es la forma consciente en que el gobierno, el FBI, etc., trabajaron para impedir eso. Así que ellos tienen muchas maneras de hacer las cosas. Y tendieron trampas para estos jóvenes. Después de un tiempo, las cosas se ponen en marcha con su propio ritmo. Los jóvenes se meten en estos conflictos y luego se prenda toda una onda, en primer lugar lo de la venganza — que es un ciclo de nunca terminar de “mataste a mi sobrino o a mi hijo, ahora te toca morir”, y luego se repite en el sentido contrario.
Así que ello por un lado, pero por otro lado, si se les ha quitado todo a las personas y éstas no tienen esperanza ni futuro, van a encontrar una manera de tratar de hacer algo que exprese —de manera incorrecta— sus sentimientos de que valen algo, no importa qué tan jodidas que sean las cosas en que quizá estén metidas. Y esto es algo que les queda a las personas que forman las organizaciones callejeras. Y en una buena parte de estas cosas estas personas están imitando, en primer lugar, a todo el sistema, las formas de pensar, la ideología del sistema, pero te metes en esa onda y ésta asume una vida propia, y muy pronto sales profundamente inmerso en esa onda. Y de joven, eso te atrae pero también puedes ser obligado a meterte en eso. Sé que muchas personas tratan de enviar a sus hijos lejos para que no sean obligados a meterse en las pandillas, pero éstas también ejercen una fuerza atrayente. Es una forma de tener sentido, aunque realmente esté muy jodido, pero no obstante es una forma de tener sentido.
Y, seamos francos, en comparación con la revolución, es más fácil si únicamente quieres ver las cosas en el muy corto plazo. Estamos hablando de una onda muy grande de hacerle frente a todo este sistema y hacer muchísimo trabajo hasta el momento en el que realmente podríamos tener una oportunidad de ganar. Bueno, si tienes una cierta mentalidad y una cierta onda en la que estás metido, es más fácil ir por la calle y dispararle a alguien que está en la manzana equivocada; a corto plazo, es más fácil. No requiere que hagas grandes cambios, se trata de lo que te queda. Por eso hay que bregar con estas cosas muy fuertemente y realmente conectarte muy a lo hondo con lo que la gente realmente siente, y bregar muy duro sobre de qué realmente debería tratar tu vida.
Mucha gente está interesada en lo de “Alto a la violencia”. (Sé que estoy yendo por una tangente, pero es un tema importante). Muchas personas están interesadas en lo de “Alto a la violencia”. Tienen buenas intenciones, pero al menos hasta cierto punto en algunos casos terminan por trabajar con la policía y demás porque no entienden —y hay que explicar esto muy a fondo— que no vas a sacar a estos jóvenes de esta situación a menos que tengas una forma completamente diferente de abordarla, que realmente se adentra en todas las cosas en las que se dejan atrapar, ya sea que realmente lo sepan o todavía no. No simplemente puedes abordarlo diciendo “Alto a la violencia”. ¿Y hacer qué? Veamos la realidad — “¿Alto a la violencia” y hacer qué? ¿Trabajar toda la vida por recibir una mísera paga en un trabajo que luego, de todos modos, se va a otra parte?
Escuchen. No hay una sola esfera de la vida en esta sociedad —ni una sola cosa— (todos ustedes lo saben, pero tengo que decirlo de todos modos) en la que los negros no son objeto de los peores y más duros golpes de la sociedad. Leía un artículo en el New York Times sobre la economía cambiante. Se han ido muchos de estos trabajos industriales de los que yo hablaba. Y esto se aplica también a las personas de El Salvador, y otras personas... Puerto Rico también. Podríamos examinar toda una historia al respecto. Pero respecto a una historia particular de los negros en Estados Unidos, leía este artículo del New York Times sobre la economía cambiante y hablaba sobre la pérdida de empleos industriales y el cambio del trabajo industrial al trabajo de servicios — las personas que interactúan directamente con el público en ventas. Leía algunas estadísticas de alguien que hizo una investigación al respecto, y el 80% de los trabajos de producción industrial en el mundo ahora se realizan en el tercer mundo, si se incluye a China. Eso te dice mucho sobre dónde se ha ido todo. La mayor parte de la ropa está hecha en Bangla Desh. Los mariscos se empacan en Tailandia. Haití, Pakistán, allá en Asia... Estados Unidos se encuentra a la cima de la cadena alimenticia. ¡Toda esa gente! La gente mina el coltán de tu teléfono celular en condiciones terribles en un lugar como El Congo. Todos esos empleos se han ido [de Estados Unidos] debido a la naturaleza del sistema. Pueden explotar a las personas mucho más despiadadamente en esas condiciones en que han jodido a esos países. Y ni siquiera se me diga: “Bueno, es mejor que no tener trabajo en absoluto; si no entramos y hacemos eso, la gente no tendría ninguno...”. ¡Tonterías! Hay muchas materias primas y mucha gente, y se podría tener una economía completamente diferente que no explotara a las personas si se hiciera una revolución. Así que no quiero escuchar esas porquerías acerca de que “si no los explotáramos a ellos, estarían en una situación aún peor”.
Pero de todos modos, este artículo que leía en el New York Times señala que este cambio del trabajo industrial al trabajo de servicios en Estados Unidos ha golpeado particularmente fuerte a los hombres negros porque, si bien muchas personas (y se refería a las personas blancas, admitámoslo) que van a estas tiendas están dispuestas a interactuar con mujeres negras pero no están tan dispuestas a interactuar con hombres negros. Es bueno si una mujer negra tiene un trabajo. Que quede claro, no se trata de nada en contra de las mujeres negras en absoluto. Pero, ¿a qué me refiero en este caso? Han creado toda esta impresión, por medio de la cultura y demás. Por eso ocurrió lo de Starbucks en Filadelfia [cuando acosaron a dos hombres negros y llamaron a la policía en su contra, aunque no estaban haciendo nada malo]7. Y el lago Merritt en Oakland. Fíjense que crecí en el Área de la Bahía; estoy enterado de lo del lago Merritt en Oakland. Mucha gente va y pasea el rato allá — negros, blancos, lo que sea. Alguien llama a la policía contra una familia negra porque están haciendo una parrillada con briquetas de carbón, algo contra lo que la ciudad de Oakland tiene una ordenanza por razones ambientales. Llamaron a los cerdos policías contra ellos. ¿Por qué? Porque la gente ha aceptado esa impresión que ha sido creada conscientemente.
Fíjense que muchos de los jóvenes están metidos en cosas jodidas, me entienden, pero también se ha hecho un esfuerzo consciente por presentar a todos estos jóvenes como una bola de salvajes. Todo eso es parte de la manera en que funciona este sistema. No lo vas a cambiar con decretos de consentimiento o haciendo llamamientos a la gente a un “Alto a la violencia”. Tienes que cambiarlo con una revolución. Y tienes que debatir estas cosas profundamente con estos jóvenes, de manera profunda y dura con estos jóvenes sobre lo que realmente vale la pena vivir y morir. Vayamos ahí mismo al grano con todo esto. ¿Para qué vale la pena vivir y morir? Si vas a pelear y morir, que al menos vayamos al momento —tenemos que entrarle a la ciencia de la revolución y a por qué simplemente no podemos poner en marcha toda la cosa en este momento— pero al menos si vas a luchar y morir, vayamos a ese momento, deja que lo de luchar y morir sea por algo que dejará a la nueva generación que se aproxima en un mundo mucho mejor, en lugar del mundo en el que ellos te tiene atrapado ahora.
Podemos entender por qué las personas están atrapadas en este mundo, pero tenemos que ponernos a luchar profundo y duro acerca de “hacer que tu vida cuente para algo que realmente tendría sentido para las personas, de las que sí te preocupan, el que actúes como si te preocuparas por esas personas o no”. Los vemos por allá en las calles. Veo a los pandilleros por allá en el cotorreo en la calle con sus hijos pequeños en carriolas. ¡No me digas que no te preocupas por nadie más! Tenemos que ir a lo hondo y a lo duro para llegar a lo que la gente realmente siente, y luchar con la gente sobre lo que vale la pena vivir y morir.
Tengo que decir una cosa adicional. Sé que voy tocando un montón de temas sueltos, pero simplemente déjenme decir lo siguiente: me encabrono mucho cuando la gente dice: “Todas estas habladurías sobre la revolución — van a hacer que maten gente”. Ya están matando gente por todas partes, en todo el mundo, incluso allá mismo a la vuelta de la esquina, en este mero momento, por nada, sin ninguna buena razón, y estamos tratando muy duro de hacer esta revolución de una manera científica para que las personas no mueran innecesariamente.
Seamos honestos. No puedes hacer una revolución, no puedes enfrentarte a esta cosa y derrotarlos de modo que nadie sufra y nadie muera. Vale, seamos honestos. No tiene ningún propósito bueno, de hecho irá en contra de todas las cosas por las que necesitamos estar luchando, si te acercas y mientes a la gente y le cuentas alguna forma fácil de hacerlo. Pero al menos no dejemos que lo que se haga no sirva de nada. Que no dejemos que únicamente sirva para mantener lo mismo en marcha durante generación tras generación. Tus hijos van a crecer y enfrentar lo mismo, o cosas peores, de lo que estás soportando, ya sea la policía o alguien igualito a ti que los va a eliminar. Así que realmente estamos trabajando muy duro para ser muy científicos de modo que sí, la gente va a tener, a la hora de la verdad, que luchar y morir, pero al menos no dejemos que lo hagamos por cosas que no cuentan para nada y que realmente van en contra de lo que necesitamos hacer. Al menos hagamos que cuente para un futuro que sea mejor para todas las personas en el mundo, para la gran mayoría de las personas en el mundo que sufren terriblemente bajo este sistema, lo que abarca toda la violencia que se descarga sobre la gente, y sin ninguna razón buena en absoluto, y de manera completamente innecesaria.
Así que, ¡los decretos de consentimiento no van a resolver el problema!
1. Fred Hampton era el líder del Partido Pantera Negra en Chicago, quien fue asesinado por la policía, con la participación activa del FBI, mientras dormía en un apartamento en Chicago en diciembre de 1969. Otro Pantera Negra, Mark Clark, también fue asesinado por la policía durante esa redada a media noche. [volver]
2. Laquan McDonald, un joven negro, 17, fue asesinado por la policía de Chicago en octubre de 2014, a lo que siguió, durante más de un año, una intentona sistemática de parte de la policía de Chicago y de las autoridades superiores para encubrir este asesinato sin sentido — incluida la supresión de imágenes de video del asesinato. Por fin, como resultado de protestas de masas, Jason Van Dyke, el policía de Chicago que disparó las balas que mataron a Laquan McDonald, fue procesado y condenado por homicidio en segundo grado; pero fue condenado a tan sólo tres años y nueve meses en la cárcel. Y los policías involucrados en el encubrimiento de este asesinato no fueron acusados ni procesados o, en el caso de otros tres, no fueron declarados culpables por un juez en un proceso separado del de Van Dyke. [volver]
3. En Sanford, Florida en febrero de 2012, George Zimmerman, un aspirante a policía blanco armado, se enfrentó a Trayvon Martin, un joven negro que regresaba de una tienda del vecindario a la casa cercana de su padre. Zimmerman instigó un enfrentamiento con Martin, lo que resultó en que Zimmerman matara a balazos a Martin. Después de un masivo estallido de indignación, Zimmerman —quien al comienzo ni siquiera fue arrestado y al contrario recibió un trato favorable de parte de la policía justo después de este incidente— por fin fue procesado por el asesinato de Trayvon Martin. Pero, tal como por lo común ocurre cuando es la policía la que mata a una persona negra, ¡el aspirante a policía y amigo de la policía Zimmerman fue absuelto! No obstante, el asesinato de Trayvon Martin, seguido de la absolución de Zimmerman, dio lugar a una poderosa ola de protesta contra la brutalidad y asesinato policial, que se hizo aún más amplia y más decidida después de los asesinatos de Michael Brown, en Ferguson, Misuri (cerca de St. Louis) y Eric Garner en Staten Island, Nueva York, por la policía. [volver]
4. En el momento de este discurso y pregunta y respuesta con Bob Avakian, Jeff Sessions —un ex senador supremacista blanco de Alabama— era el procurador general del gobierno federal de Estados Unidos. [volver]
5. Rahm Emanuel (un político del Partido Demócrata que fue un íntimo asesor de Barack Obama) era el alcalde de Chicago. [volver]
6. Aquí Bob Avakian se refiere a Carl Dix, quien hace varias décadas trabajó en una planta siderúrgica, donde los trabajadores negros estaban atrapados en los trabajos más sucios, más peligrosos y de menor paga — y el propio Carl resultó gravemente herido mientras trabajaba en esas condiciones. Carl, un ex soldado que pasó un tiempo en prisión por negarse a participar en la guerra imperialista de Estados Unidos en Vietnam, ha sido miembro del Partido Comunista Revolucionario desde su fundación en 1975. [volver]
7. Esto se refiere a una situación en un Starbucks en Filadelfia en 2018, en la que dos hombres negros esperaban a un amigo y uno de los trabajadores de Starbucks los acusó de vagancia y llamó a la policía. Esta situación particular se resolvió sin que se hiciera daño físico grave a estos hombres negros — ¡aunque ya estaban esposados por la policía cuando apareció su amigo! Y no es del todo difícil imaginar que esa situación se hubiera convertido en otro de esos casos en los que la policía agravara las cosas y terminara por brutalizar, o incluso matar, a personas negras que no estaban haciendo absolutamente nada malo. Aunado al peligro muy real de ser brutalizado o incluso asesinado por la policía, los incidentes de este tipo, que suceden una y otra vez en Estados Unidos, ejercen un terrible efecto en la psique de aquellos que están sometidos a ellos — y en toda la gente, en particular en el pueblo negro, que sufre colectivamente como resultado de este tipo de tratamiento constante. [volver]
Vea en inglés o lea en español el discurso completo de BA:
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Nota de la redacción: Ponemos a la disposición de nuestros lectores pasajes revisados de una entrevista que hizo Sunsara Taylor con Lenny Wolff en el programa radial We Only Want the World (Sólo queremos el mundo) que se transmitió el 12 de mayo en WBAI y WPFW. El programa también entrevistó a Hank Brown, un miembro del Club Revolución en Chicago. El audio del programa completo en inglés está disponible aquí.
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Sunsara Taylor (ST): Estoy hablando con ustedes, y están recibiendo esta información, en el aniversario de 50 años de un momento verdaderamente extraordinario en la historia de Estados Unidos. Toda una serie de acontecimientos que empezó el 4 de mayo de 1970, cuyo aniversario se cumplió hace poco más de una semana, cuatro estudiantes en la universidad estatal Kent State en Ohio fueron acribillados, masacrados, a manos de la Guardia Nacional. Estos estudiantes participaban en protestas contra la guerra de Vietnam, en una ola de protestas que estallaron en universidades por todo Estados Unidos en respuesta al bombardeo de Camboya por Nixon. Eso fue una escalada de la guerra, y se dio una escalada de protesta, que fue reprimida fuertemente. Y cuatro estudiantes fueron muertos a balazos… Y luego de eso, el jueves 15 de mayo se cumplirá el aniversario de 50 años de una protesta en la universidad estatal Jackson State en Misisipí, donde mandaron a la patrulla de caminos de Misisipí, que abrió fuego y masacró a otros dos estudiantes e hirió a 10.
Era un momento de represión masiva, pero también de una revuelta masiva. Y creo que es muy importante que haya momentos cuando los poderes opresores cometen crímenes contra el pueblo que tienen el efecto de aplastar el espíritu de la gente e intimidar y callarla. Pero, de hecho, esta represión tuvo el efecto contrario. Eran tiempos llenos de esperanza y osadía entre las muchas personas que exigían un mundo diferente, un modo diferente que podría ser, y ponían mucho en juego por ello.
Primero, para montar el escenario, voy a tocar un poquito de audio. Tengo dos clips que voy a compartir con ustedes en este programa. Uno es de, el audio es muy poco conocido, fue donado o compartido con el programa de YouTube en el que yo participo, El Show “Revolución, y Nada Menos” en el canal youtube.com/therevcoms... compartido con nosotros por el cineasta David Zeiger (Episodio 7, disponible en inglés aquí).
Con eso, quiero presentar a Lenny Wolff, un revolucionario y seguidor de Bob Avakian. Es un luchador por la revolución real basada en el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Y en 1970, Lenny era un estudiante radical que movilizaba a la gente en los campus en defensa de Bobby Seale, un líder en el Partido Pantera Negra sometido a un juicio chueco — creo que hablaremos un poco al respecto, él nos contará un poco al respecto. Y le impactaron mucho las protestas que estallaron a partir de los asesinatos en Kent State, y desempeñó un papel en ellas. Así que, Lenny Wolff, quiero darte la bienvenida a We Only Want the World...
¡Vaya, pues estabas ahí! Quiero que nos lleves de regreso a 1970, qué fue lo que te afectaba en el mundo y qué ocurría en tu vida. Pues empecemos con lo concreto.
Lenny Wolff (LW): Bueno, creo que, para montar el escenario, digamos, estaban pasando dos cosas enormes con las cuales tenían que lidiar los jóvenes en particular, pero todas las generaciones, en los años 1960 en Estados Unidos, pero las cosas también habían reverberado por el mundo entero. Una era la guerra en Vietnam, y esa había… en esa guerra Estados Unidos masacró a millones de indochinos en lo que era un intento de aplastar una lucha para la liberación nacional y la independencia. Y en la medida en que esa guerra continuara, muchas, pero muchas personas empezaron no solamente a calificarla de injusta, no solamente a oponérsele, sino oponérsele con cuerpo y alma. Y eso empezó a incluir a ex combatientes, a soldados en esa guerra. Así que esto era algo que estaba en el fondo de todo lo que pasaba. Antes de lo de Kent State, hubo un período en que el presidente en ese entonces, Nixon, había estado haciendo lo que él llamaba desescalada, y eso tenía un efecto —el que resultó ser un efecto temporal— sobre el movimiento estudiantil que había surgido contra la guerra. Y de cierta manera estaba… no quiero decir que se amainaba el movimiento, sino que había entrado en una especie de período de intensa calma después de lo que había sido un gran auge de lucha en fines de 1969. Con casi medio millón o tres cuartos de un millón de personas en protesta en frente de la Casa Blanca.
Al mismo tiempo la lucha para la liberación negra había alcanzado, en la mente de millones y millones de personas, primero entre los negros y las personas que tenían un sentido de justicia, y de ahí extendiéndose mucho, mucho más allá a todos los sectores de la población, que podían ver que la justicia realmente estaba al lado del pueblo negro. Y en particular, hubo una campaña brutal de represión que se había lanzado contra el Partido Pantera Negra, y esto incluía un juicio después de la Convención Demócrata en el que el presidente del Partido Pantera Negra fue maniatado y amordazado en el tribunal y al final sacado del juicio — simplemente por reclamar su derecho de representarse a sí mismo. Y esto salía en la televisión nacional todas las noches y tuvo un tremendo… en un tiempo cuando la gente veía la televisión nacional, noticieros de canales de las cadenas nacionales… tuvo un tremendo impacto sobre el modo de pensar de la gente.
Unas pocas semanas después, el 4 de diciembre —otro aniversario de 50 años hace unos meses— un líder del Partido Pantera Negra, Fred Hampton en Chicago, había sido asesinado en su cama por un escuadrón de policías. Y todo eso venía acumulándose hacia una situación en que, el mismo fin de semana cuando Nixon, como mencionaste, estaba invadiendo… no solamente bombardeó a Camboya, ya habían estado bombardeando a Camboya… invadió a Camboya con tropas terrestres en un momento en que había prometido desescalar la guerra. Ese mismo fin de semana fue justo antes del comienzo del juicio en que amenazaban con condenar a la silla eléctrica a Bobby Seale — que era, repito, el presidente del Partido Pantera Negra en ese entonces.
Así que, estas dos enormes luchas que definitivamente conmocionaban el alma de Estados Unidos estaban entretejidas en ese fin de semana antes de Kent State.
ST: Bueno, creo que eso ayuda a montar el escenario. Quizá puedas contar un poquito… ya para esas alturas estabas participando en una lucha. Quizás puedas contarnos un poco sobre ti en ese momento y cuál era el impacto de esto sobre ti, cómo lo sentías, cómo te hacía pensar, cómo se desenvolvió eso para ti también.
LW: Yo era una persona que había entrado en la lucha en diferentes momentos, yo me había desanimado en diferentes momentos. Pero, yo estaba profundamente alienado del sistema, y cuando Fred Hampton fue acribillado en la cama, sentí que realmente ya no podía quedarme al margen, como una persona profundamente alienada simplemente — yo tenía que hacer algo, tenía que meterme en esas cosas, no podía permitir que eso quedara así. Y yo no era el único. Un número de personas que conozco, y seguramente más personas que no conozco, reaccionaron de igual manera a esa matanza, esa masacre en la casa de los Panteras. Yo había regresado a la universidad para hacerme, pues, como yo esperaba en ese entonces… yo sentía que si me hiciera maestro, podría hacer algo para al menos tratar de mejorar las condiciones. Al mismo tiempo volví a meterme, empecé a meterme de nuevo en la política radical. Pues no me había comprometido, digamos, por completo en ese momento, pero me estaba gravitando cada más vez más hacia eso, y había sido muy activo en el campus donde estudiaba, en la oposición a la guerra — y, como mencionaste anteriormente, en defensa del Partido Pantera Negra. Total, que yo era uno de los activistas en ese momento.
ST: Y luego decidiste… entiendo que decidiste asistir al juicio de Bobby Seale en New Haven.
LW: Así es; hubo toda una consigna que salió del Partido Pantera Negra: “Vengan a ver lo de Bobby” — y nosotros la asumimos y fuimos a ver lo de él. Y era muy interesante porque, para retomar lo que dijiste al principio, se podía ver que venía surgiendo un ánimo diferente entre las personas. Fui a una reunión, yo era parte de una reunión la que ayudé a planear, y asistían a la reunión estudiantes de perspectivas más amplias de los que normalmente asisten — como el Departamento de Teatro. Los del Departamento de Teatro en mi escuela no iban a reuniones, pero un par de personas del Departamento de Teatro asistieron y yo los escuché platicar después y estaban sopesando la posibilidad de un peligro real en New Haven, donde estaba la manifestación porque en esa ciudad se celebraba el juicio. La manifestación tuvo lugar en la Universidad Yale. La Guardia Nacional estaba desplegada en Yale para “evitar brotes” y corrían todo tipo de rumores sobre lo que iba a pasar, y que esto iba a pasar, y estos estudiantes estaban, este… pues un estudiante le dijo al otro: “Bueno, si vamos a New Haven, sabes que es posible que la Guardia Nacional nos meta balazos”. Y el otro dijo: “Pues, bien, creo que hay que ir”. Y los dos fueron. Porque las personas estaban… no es que las personas buscaban pleito ni algo por el estilo necesariamente, sino que no se dejaban disuadir — hubo un sector de la gente que no se dejaba disuadir por las amenazas normales que la clase dominante utiliza para reprimir y hacer retroceder a la gente. Y eso, como dijiste anteriormente, llevó a la… ese fue el fin de semana justo antes de Kent State. Era el fin de semana… creo que era el… estábamos manejando toda la noche para llegar a Yale y escuchamos por la radio que Nixon había lanzado una invasión secreta a Camboya y que eso había salido a la luz. Había mandado a tropas estadounidenses a cruzar la frontera, algo que también violó una resolución del congreso, cabe añadir — que también enfureció a la gente porque era una invasión ilegítima, incluso según las reglas de su sistema. Y todo eso echó leña a una situación que era cada vez más políticamente combustible, por decirlo así.
ST: Entiendo que varios miles de personas asistieron a la protesta para Bobby en New Haven, ¿así fue?
LW: Sí, al menos. Hubo muchos estudiantes que acudieron desde diferentes partes del país para estar presentes en esa protesta.
ST: Así que, unos pocos días después… Así que Bobby Seale está sometido a juicio bajo amenaza de la silla eléctrica, el líder del Partido Pantera Negra, se oye por la radio que Nixon ha invadido a Camboya, y regresas y hay… hubo una… según entiendo, que hubo una gran escalada de protestas en las universidades, eso es lo que Kent State…
LW: Pues sí, ¡Camboya fue invadida!
ST: Quiero seguir el hilo desde ese momento. Hablando de Kent State… hubo una protesta contra lo de Camboya, los Panteras y el estado de ánimo sobre eso se circulaba en el ambiente. Cuando escuchaste que la Guardia Nacional entró y disparó a los estudiantes… para mí eso todavía me choca. He visto las fotos… es impactante. Estabas diciendo que la actitud de los estudiantes era: “Ah, quizá nos baleen si vamos a Yale…” aunque eso no definía lo que estaban calculando sobre lo que iban a hacer. Sin embargo, cuando de hecho los balearon, eso debió haber chocado, debió haber estremecido. Quizás puedas hablar un poco sobre eso.
LW: Sí, lo recuerdo… bien, debo mencionar que cuando estábamos en la protesta de los Panteras, había muchos estudiantes de todas partes del país quienes se habían enterado de esta invasión y decían, teníamos que lanzar una huelga estudiantil contra esta invasión. Así que esa era el propósito. Luego recuerdo muy exactamente dónde me encontraba cuando escuché que habían matado a cuatro estudiantes en Kent State. Estaba con un amigo negro que también era activista político y se volteó y me dijo: “N’ombre, ahora están matando a estudiantes blancos. Ya se ha armado la gota gorda”. Y esa noche teníamos programada una reunión, y yo dije: vamos a tener que buscar una sala como para unas 200 personas, que sé yo. Por lo general, aún en esos días a las reuniones asistían entre 20 y 25 personas, pero en situaciones especiales yo diría que quizá acudieran entre 50 y 80 personas, pero esto me pareció algo muy enorme. Así que logramos conseguir una sala media hora antes de que la gente empezara a llegar. Fue algo muy grueso, y nosotros, pues… la sala se llenó hasta más no poder, así que tuvimos que conseguir otro lugar, tuvimos que ir a la cafetería de la universidad. Llegaban unos miles de estudiantes, de muchísimas universidades, y gente de las vecinas comunidades — personas mayores, tales como les decíamos en ese entonces, de quizá 30, 40, 50 años de edad. De plano se expresaba esta negativa en masa a aceptar esta situación, una negativa a no dejarse disuadir ante la violenta represión que se había desatado. Esos estudiantes no tenían nada, fueron baleados. Y después de que la Guardia Nacional los baleó, incluso hubo estudiantes de Kent que decían: ¡Adelante, dispárenme a mí! La gente estaba hasta acá… y luego prevalecía un ánimo más tranquilo, de unas gentes que decían: no vamos a avanzar contra la Guardia, que no hagamos eso en este mero momento, eso no es lo que tiene que ocurrir. Pero lo que sí pasó y lo que sí tenía que pasar era algo de lo que describiste — que la gente… pienso que en total fueron más de cuatro millones de estudiantes que salieron en huelga, no solamente salieron en huelga, sino que se tomaron las calles de todos los pueblos universitarios. Recuerdo que mandaron a la Guardia Nacional a la Universidad de Maryland — a todas estas universidades grandes, tuvieron que mandar a la Guardia Nacional. Fue una tremenda y masiva huelga estudiantil… huelga no capta lo que en realidad fue una especie de revuelta política entre los estudiantes en ese momento. La gente ya NO aceptaba la situación.
ST: A tu parecer, ¿por qué piensas que la gente respondió con más brotes de lucha y con más indignación, en contraposición a… pues, no me cuesta mucho trabajo imaginar que ante los asesinatos a balazos de los estudiantes, eso pudiera haber enfriado el ambiente y sembrado temor de modo que la gente retrocediera? Así que, ¿por qué piensas que las cosas se encaminaran por un rumbo y no por otro?
LW: Pienso que… esa es una pregunta grande. Creo que con el paso del tiempo la gente se había templado en cierto sentido. No se trataba de que… bueno, es cierto lo que me dijo mi amigo negro, de que ahora están matando a estudiantes blancos. Habían matado a un estudiante blanco, y no a un estudiante sino a una persona blanca de la comunidad, un joven blanco en Berkeley el año anterior en el Parque del Pueblo. Dos años antes mataron a tres estudiantes negros que intentaban integrar pacíficamente una pista de boliche en Orangeburg, Carolina del Sur. La gente hacía sacrificios, y cundía cierta sensación de que… cundía cierta sensación de un reto moral al resto del país de parte de aquellos que habían estado haciendo sacrificios y una sensación de que se podía obtener un futuro más brillante y que se necesitaba obtener, el que hacía que participar así valiera la pena. Verás en la película que acabas de describir, cuando balean a los estudiantes en Jackson State, lo cual sucedió varios días después de Kent, en mayo…
ST: el 14 de mayo, me parece.
LW: En la película… la que te prestó Dave Zeiger, si la gente pudiera ver esas escenas, podría ver que había estudiantes que de plano no se dejaban disuadir, que después de esa espantosa ráfaga de balas que se escucha en la pista sonora, estaban en las calles exigiendo que no se taparan los agujeros de las balas porque, como dicen en la parte del metraje que acompaña a la película de Dave Zeiger: la gente tiene que ver esto, la gente tiene que ver lo que pasó, aquí mataron a alguien. Así que había una sensación de la justeza de nuestro lado; una sensación de que un futuro mejor es posible, aunque las personas tuvieran toda una gran variedad de entendimientos diferentes de lo que eso implicara o lo que eso supusiera. Y había una claridad moral. En esos días teníamos una consigna que coreábamos en las manifestaciones: “Un lado con la razón, el otro lado equivocado. ¡Victoria para el Vietcong!” Porque tenías que determinar quién tenía la razón y quién no, y en particular, estando en un país imperialista, un país que gobierna sobre la gente por todo el mundo, que domina a naciones enteras por todo el mundo —tenías que decidir de qué lado estabas. ¿Del lado de aquellos que exigían tu aquiescencia acorde con la opresión de millones y miles de millones de personas, o vas a estar en contra de eso? Y eso era… pues todo eso no salió de la nada. Si volviéramos en tiempo a 1960 y les hubiéramos dicho a las personas en 1960: aquí va mi predicción de que, de lo que ha pasado en 1960, en 1970, ustedes van a tener todo lo que acabas de describir sobre lo que sí paso en Kent State, todo lo que va a suceder, que las personas van a estar profundamente alienadas del sistema, todo ese conjunto de cosas que… incluso hablando solamente de Kent State, las personas hubieran pensado que estuvieras loca porque no podían ver la fuente de toda la situación debajo de la superficie. Hoy, podemos ver las cosas en retrospectiva… creo que necesitemos un programa con mucho más tiempo de lo que tenemos hoy, pero podríamos examinar las cosas en retrospectiva y podríamos ver las grietas que se encontraban debajo de la superficie, podríamos ver cosas, las fisuras a través de las cuales iban a brotar y manifestarse este tipo de protesta, este tipo de rebelión, y este tipo de sed por un mundo diferente.
ST: Bueno, eso me parece importante porque, hablando como alguien que nació un buen tiempo después de eso, yo me enteré de los años 1960, pero me parece que esto se aplica aún más a los jóvenes de hoy, a las personas más jóvenes que yo que ni siquiera conocen lo que yo aprendí al respecto, pero yo me enteré de esa época en un tiempo en que yo aprendí que toda la marea alta, toda la rebelión y la idea de que todo eso salió de los años 1950, de que todo eso salió de algo que parecía completamente apagado, pero como has descrito, había grietas y fisuras… creo que hay mucho que tenemos que… que hay muchas lecciones que tenemos que sacar.
[Dijiste] que si te remontas a 1960, había grietas, había fisuras por las cuales emergieron los grandes levantamientos de los años 1960 y 1970. Yo sé que para contar esa historia, necesitaríamos todo un programa —necesitaríamos un programa entero para explorar eso— pero me parece importante no ver las cosas, aunque tengan una apariencia de tranquilidad en la superficie, como si estuvieran apagadas de manera permanente. Bueno, Lenny, creo que lo último que te quiero preguntar es: ¿Qué lecciones consideras que deberíamos sacar de esos tiempos?
LW: Quiero empezar con la lección que saqué, que me parece que comenté anteriormente en esta entrevista… había regresado a la universidad, estaba pensando que iba a ser un maestro, y me atraía cada vez más hacia el movimiento radical. La experiencia de Kent State y el resultante enorme auge de lucha en la sociedad, y la reflexión más profunda que eso me obligó a hacer, de hecho fue algo muy decisivo en hacer que yo pusiera ambos pies firmemente en el lado de que necesitamos una revolución. Pero lo decisivo en eso fue que empecé a examinar la manera en que se haría. Empecé a explorar… empecé a leer sobre la revolución china con un poco más de seriedad y me topé con un folleto publicado por la Unión Revolucionaria, en ese entonces la Unión Revolucionaria del Área de la Bahía, titulado Red Papers (Cuadernos Rojos), la que dirigía Bob Avakian. Y eso me ejerció una influencia muy grande en dejarme ver que existe una posibilidad de que pudieras ver una manera en que podrías hacer una revolución, que pudieras ver un método con el cual pudieras analizar a la sociedad, y pudieras ver una vía mediante la cual de hecho hacer una revolución. Existía… si en ese entonces hubiéramos tenido a una vanguardia que se estaba arraigándose en el método científico, no puedes saber… no puedes predecir… sería divertido escribir una novela contra-factual (me entiendes, ciencia ficción, ese estilo contra-factual) en la cual la gente sí intentara hacer una revolución. Pero no pudieras haberlo hecho… lo que sí empecé a ver con claridad en ese entonces, y lo que ha quedado aún más claro en retrospectiva, es que no pudiéramos haberlo hecho sin una vanguardia que contara con una estrategia, que contara con un método para conocer la realidad, que contara con una dirección capaz de hacerlo. Ahora la tenemos. Tenemos a Bob Avakian que ha avanzado desde ese período y ha desarrollado más el comunismo como una ciencia más allá de lo que había sido y como enfoque estratégico de la revolución y de ganar en el sentido más amplio, de lograr llegar hasta el final pero sin que solamente más se tuviera que la revolución diera marcha atrás, lo que ha sido con demasiada frecuencia, la amarga experiencia hasta ahora en las sociedades. Y, de hecho, hoy no existen sociedades revolucionarias.
Pero eso es lo que yo le saco a esa situación… Se trata de sacar las lecciones de esos años. Si solamente tuviera una lección, quisiera instar fuertemente que tus lectores lean un artículo que escribió Bob Avakian: “Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real”. Si quieren entender lo que pasó en esos años, las lecciones que hay que sacar, a lo que todo eso llevó y hacia dónde podría ir, les insto fuertemente a visitar revcom.us. Este artículo se encuentra en la página de inicio: “Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real”. Y eso es lo que diría.
Escuche el audio en inglés:
Un pasaje de:
Vea más:
Reform vs. Revolution—La reforma o la revolución
Una respuesta a una crítica “liberal” de mi respuesta a Mark Rudd
Bob Avakian, autor de
El Nuevo Comunismo
Pregunta y respuesta: Bob Avakian sobre las jornadas revolucionarias de los años 1960, los tiempos gruesos por venir, la necesidad absoluta de tener la ciencia... y el papel para TI (en inglés)
Del discurso Por qué nos hace falta una revolución y cómo concretamos podemos hacer la revolución, el que se puede leer en su totalidad en español aquí.
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Prepublicación
Noviembre de 2019: inglés
18 de enero de 2020: español
Derechos reservados © 2019 de Bob Avakian.
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La ausencia de una verdadera esperanza de conseguir una vida mejor en este mundo es una gruesa cadena que pesa, asfixia y deja profundas cicatrices a las masas de la humanidad, incluidos los jóvenes que están concentrados en los ghettos y barrios de Estados Unidos así como en las hacinadas prisiones-cámaras de tortura. Y el individualismo extremo promovido en toda esta sociedad, la fascinación obsesiva con “el yo”, ha reforzado el grueso tope a las aspiraciones de la gente, ofuscando su capacidad de reconocer la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mejor, más allá de los límites estrechos y restrictivos de este sistema, con todos sus horrores muy reales. Esos son temas importantes que voy a examinar aquí.
Primero, es importante hablar del contraste entre hoy y el período de los años 1960 en Estados Unidos y en el mundo en general. En ese entonces, por allá en la década del 1960, entre masas de personas en todo el mundo, incluidas aquellas en Estados Unidos, había mucha esperanza y determinación sobre la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor. En todo el tercer mundo, se sostenían luchas de liberación con el objetivo de deshacerse del yugo de la opresión colonial que se les había impuesto durante décadas, generaciones e incluso siglos. Y en los propios países imperialistas —incluido, en particular, Estados Unidos— la generación que llegó a la mayoría de edad en la década de 1960 tanto entendía la necesidad como realmente creía en la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor, y no estaba interesada en escuchar todos los argumentos sobre por qué las cosas tenían que ser como son.
Esto fue cierto entre los jóvenes educados, muchos de los cuales fueron de los primeros en sus familias en estudiar en la universidad, dado que la clase dominante estaba abriendo más oportunidades debido a sus necesidades internacionales, realzadas, por ejemplo, por todo el episodio del Sputnik cuando la Unión Soviética puso un satélite en órbita y, de repente, Estados Unidos se enfrentó a la llamada “carrera espacial” como parte de la contienda general con la Unión Soviética, la que en ese momento estaba firmemente en el camino hacia la restauración del capitalismo y se esforzaba por convertirse en una importante potencia imperialista mundial pero, como tal, representaba un verdadero desafío a la dominación del mundo por el imperialismo estadounidense. Así que se tenía a millones de nuevos jóvenes blancos educados los que, a su vez, se inspiraban en los jóvenes educados que habían salido de entre las masas básicas, en particular del pueblo negro, y quienes se habían puesto al frente de la lucha por los derechos civiles en la década del 1950, particularmente a fines de la década del 1950, y quienes, de mediados a finales de la década del 1960, se radicalizaron mucho más y pasaron de participar en los derechos civiles a participar en la liberación negra con una clara orientación e impulso revolucionario, por ampliamente definido y por entendido de distinta manera que esto fuera entre diferentes personas.
Y esto se extendió entre las masas básicas de la población, los amargamente oprimidos en Estados Unidos —los negros, pero también los chicanos y otras personas dentro de Estados Unidos que habían sido oprimidos durante mucho tiempo— así que entre estas masas básicas pobres y oprimidas, así como entre millones de jóvenes educados de la clase media, había un deseo de tener un mundo radicalmente diferente y mejor, y un sentimiento revolucionario auténtico y firmemente sostenido de que era necesario poner de cabeza a este mundo en su conjunto, y “No vamos a prestar atención a nadie que nos diga que ‘este es el mejor de todos los mundos posibles’, y no vamos a prestar atención a la hipocresía de los individuos que han presidido todos estos horrores por todo este tiempo”. Eso lo concentró la consigna, especialmente entre los jóvenes educados, “No confíes en nadie mayor de 30 años de edad”, que, aunque era una consigna un tanto mecánica, sin embargo señalaba algo real: no queremos prestar atención a esos “líderes” gastados y trillados.
Yo mismo recuerdo, cuando tenía unos 20 años (¡y ahora tengo que mirar hacia atrás y pensar en esto como alguien que ha continuado participando durante décadas después de eso! — pero cuando tenía 20 años), recuerdo haber ido con mi padre a Washington, D.C. y fuimos a la Cámara de Representantes. Y, en cierto momento, nos metimos en un ascensor y todos estos viejos hombres decrépitos se subieron al ascensor quienes eran congresistas, y pensé: “Dios mío, ¿estas son las personas las que dirigen al país? ¡Esto no puede continuar! ¡Esto no es lo que necesitamos!” Y ese fue un sentimiento ampliamente compartido en esos años. (Por supuesto, Jerry Rubin, uno de los líderes del movimiento juvenil de esa época, una vez que cumpliera 31 años, ajustó la consigna para decir “No confíes en nadie mayor de 35 años”. Sin embargo, ya sea 30 ó 35, ese fue un sentimiento real.)
Además, tengo que decir que me chocó cuando entré en la Cámara de Representantes, porque de los libros de texto de educación cívica y de la manera en que nos criaban, tuve esta imagen de esta cámara muy solemne, los “sagrados salones” de la Cámara de Representantes. Bueno, me metí y lo que vi me sacó de onda. Por ahí había un sujeto pronunciando un discurso. Probablemente solo hubiera una docena de personas en la Cámara de Representantes en ese momento, en su mayoría estaban haciendo cosas como comer y escupir en el piso, etc. Y de repente sonó una campana y todos entraron corriendo y levantaron la mano para votar y luego volvieron a salir. Estas no fueron exactamente las augustas cámaras del gran sistema democrático del cual nos enseñan en las clases de educación cívica para que creamos que eso es lo que pasa.
Así que este era un sentimiento que no era simplemente una cuestión de edad. Era más bien: no se puede permitir que estas personas manejen el mundo y arruinen el mundo de la manera en que lo están haciendo. Entre millones y millones de pobres y oprimidos, pero también en un amplio sentido entre los jóvenes de la clase media, cundía este sentimiento. Y, como señalé en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución1, para fines de la década del 1960, esto ya se había extendido amplia y profundamente en toda la sociedad, incluso en las fuerzas armadas del mismo sistema, el sistema capitalista imperialista, en el mismo Estados Unidos. Recuerdo, por ejemplo, que las fuerzas armadas levantaron una encuesta que, entre otras cosas, hizo la pregunta: ¿en quién buscaban liderazgo político los soldados, los soldados rasos del ejército de Estados Unidos? — y entre los soldados negros, el presidente de Estados Unidos estaba uno de los últimos en la lista. La pluralidad, el “más votado”, por así decirlo, fue Eldridge Cleaver, un líder del Partido Pantera Negra. Así que cuando existan cosas de este tipo, habrá un problema real para el sistema. Pese a las debilidades y las limitaciones de Eldridge, las cuales eran muy reales, este “voto” reflejaba algo muy, muy positivo.
Como una manifestación de todo esto, entre los negros —a quienes siempre se nos dice que son inherentemente religiosos— cundía un distanciamiento en masa de la religión, especialmente entre los jóvenes. ¿Por qué? En vista de que las personas estaban llenas de esperanza, no creían que no hubiera esperanza para un mundo mejor. Estaban llenas de esperanza para un mundo mejor aquí mismo en este mundo. Y por lo tanto, entre los negros, se dio, por parte de los jóvenes en particular, un importante distanciamiento de la religión y de todas las viejas convenciones que acompañaban a la religión que eran influencias a favor del conservadurismo que mantenían abajo a la gente. Recuerden, salía Malcolm X, quien daba discursos en los que (aunque todavía era religioso, pues había adoptado el islam) le decía a la gente: “No me importa” (parafraseo, pero esta es la esencia de lo que decía): “No me importa si eres metodista o bautista o AME [iglesia Episcopal Metodista Africana], o lo que sea que seas, cuando sales al mundo, tienes que dejar esa religión en el armario, porque, pese a todo el bien que te haya hecho, debes dejarlo a un lado”. Aunque Malcolm X todavía era religioso, no decía: “No seas cristiano, sé musulmán” — más bien, decía: “No necesitamos tener a esas cosas en la esfera pública”. Y también les decía a las generaciones mayores: “Estos jóvenes de hoy, no quieren escuchar nada sobre las probabilidades, no quieren escuchar a ustedes, los viejos Tío Tom [serviles] diciéndoles que las probabilidades están en su contra”. Este fue un sentimiento ampliamente aceptado especialmente por los jóvenes, pero también por algunas personas mayores. Y esto no solo ocurrió entre los negros. Malcolm X fue una gran inspiración e influencia radicalizadora, una influencia e inspiración radicalizadora muy positiva entre los jóvenes educados, entre ellos muchos de la clase media blanca.
Así que se manifestaba de manera muy distinta esta cuestión de la religión. La gente le daba la espalda. Si recuerdan la película Los Panteras (no me refiero a la reciente película Pantera Negra, sino a la película anterior, Los Panteras, sobre el Partido Pantera Negra), contiene una escena en la que uno de los jóvenes conversaba con su madre, por ahí en la periferia de un mitin del Partido Pantera Negra. La madre dice algo acerca de la religión, y el joven le responde aproximadamente así: “Bueno, el Partido Pantera Negra dice que de plano hay que dejar esa religión a un lado, pues no nos está haciendo nada bueno, eso no es lo que necesitamos”. (Vuelvo a parafrasear, pero esa es la esencia de la cosa.) Y la madre responde: “¿Crees eso?” Bueno, muchos jóvenes negros en esos tiempos sí lo creían mucho.
La religión siempre se presenta como una fuente de “esperanza” o de consuelo. Pero ¿realmente es una fuente de esperanza — o es, en esencia y en el aspecto que la define, una ilusión que paraliza? La religión ofrece el concepto del consuelo para paliar el sufrimiento, y de cifrar las esperanzas en otro mundo y en fuerzas de otro mundo para poder conseguir algún tipo de consuelo debido a todo el sufrimiento al que la gente está sometida, y para poder sobrevivir un día más. Pero la pregunta que hay que hacer es: ¿Es lo que las personas necesitan un consuelo para paliar el sufrimiento que este sistema las obliga a soportar, o necesitan alzarse y abolir al sistema que encarna e impone este sufrimiento, y al abolirlo, eliminar la necesidad de contar con un consuelo para paliar el sufrimiento que ya no están teniendo que soportar, el sufrimiento innecesario al que están obligadas a soportar? Ardea Skybreak señala en la entrevista Ciencia y revolución2, que no es realista pensar que sería posible eliminar por completo el sufrimiento humano, pero existe una enorme cantidad de sufrimiento innecesario al cual la gente está sometida en el mundo de hoy debido a las dinámicas y las relaciones básicas de este sistema que domina en el mundo, el sistema del imperialismo capitalista. Y definitivamente es posible, y urgentemente necesario, ponerle fin a ese sufrimiento.
Ahora, para presentar el panorama multifacético y preciso de esto, sabemos que hay muchas personas religiosas cuyas perspectivas y sentimientos religiosos sí las inspiran y las motivan a tomar posiciones contra la opresión e incluso hacer sacrificios en la lucha contra la opresión. Y, claro está, hay que respetar eso y unirnos con eso. Pero al mismo tiempo, eso no elimina la necesidad de desarrollar una lucha fuerte en la esfera ideológica contra la concepción del mundo pregonada por la religión y el papel que la religión juega como una cadena mental sobre las masas de personas, la que de hecho obra en contra de que adopten y apliquen sistemática y consecuentemente un enfoque científico para conocer la realidad, y en particular lo que está causando el sufrimiento al que las masas de la humanidad están sometidas y cuál es la solución a eso. Por lo tanto, es necesario hacer denuncias y desarrollar lucha de manera continua en torno al papel de la religión en lo ideológico, su papel en términos de ser un grillete mental sobre las personas, aunque también es necesario unirse con las personas y sí, respetar a las personas, quienes debido a sus sentimientos o puntos de vista religiosos toman una posición positiva y, a menudo, hacen sacrificios en la lucha contra diversas formas de opresión.
Sin embargo, las cosas son muy diferentes con respecto al fundamentalismo religioso — y en particular en Estados Unidos al fundamentalismo cristiano. Los fundamentalistas cristianos (entre ellos el actual vicepresidente Mike Pence y otros que ocupan poderosas posiciones en el gobierno, los medios de comunicación y otras instituciones importantes) son una fuerza impulsora del fascismo teocrático (un gobierno tiránico de una autoridad religiosa medieval). Acatan y propagan agresivamente una lealtad irreflexiva al dogma religioso y una aplicación de éste que, en su interpretación textual (en la que insisten estos fascistas cristianos), promueve y conducirá a toda suerte de atrocidades y horrores (como se puede ver tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento de la Biblia — algo que analicé en ¡Fuera con todos los dioses!)3.
En la sección de apertura del libro El Nuevo Comunismo (“Introducción y orientación”), hablé de la amarga realidad de que las masas de los oprimidos temen tener esperanzas.
Temerosas de tener esperanzas de que quizás el mundo no tenga que ser así, de que quizás haya una manera de salir de esto. Temerosas de tener esperanzas porque sus esperanzas han sido frustradas tantas veces4.
Esto es un factor importante por el que tantas personas recurren a la religión — porque parece que no existe ninguna esperanza en este mundo para un fin al terrible sufrimiento y degradación a lo que están sometidas continuamente, lo que les impone el funcionamiento de este sistema, pero que también lo ofusca y encubre la propia manera en que opera este sistema y el papel de sus instituciones, funcionarios y agentes armados, los que actúan sistemáticamente para engañar a la gente respecto a por qué el mundo está como está y si realmente se podría cambiar y cómo, si es posible poner fin a todo este sufrimiento innecesario y cómo.
En esta conexión, sobresale una vez más la gran importancia del método y enfoque científico del comunismo, tal como se ha desarrollado por medio del nuevo comunismo, y de la realidad y la posibilidad del cambio emancipador, radical, en este mundo. En relación con todo esto, y en particular con la cuestión de la esperanza, tiene gran importancia la siguiente declaración de Marx que se cita en la Primera parte del Manifiesto del PCR, El comunismo: El comienzo de una nueva etapa:
Una vez se ha penetrado en la conexión de las cosas, se viene abajo toda la fe teórica en la necesidad permanente del actual orden de cosas, se viene abajo antes de que dicho estado de cosas se desmorone prácticamente5.
Esto es sumamente importante porque enfatiza la importancia de la teoría y de la ciencia —la teoría que se basa en un consecuente método y enfoque científico y en su aplicación— para revelar cuáles son las relaciones y dinámicas reales, cuáles son las conexiones internas y “funcionamiento interno” del sistema al que están sometidas las personas. En primer lugar, para revelar que sí existe un sistema al que están sometidas, y cuáles son el funcionamiento y dinámicas internos de ese sistema y la forma en que éste encaja en todo el desarrollo histórico de la sociedad humana. (O, en términos básicos, que las personas están viviendo dentro de los límites de un sistema; que este sistema no es solo algo impuesto por algunas personas poderosas, sino que es el resultado de cierto desarrollo histórico; que este sistema opera, y tiene que operar, de acuerdo con ciertas “reglas” que surgen de sus relaciones básicas, y que esto encarna y suscita contradicciones que causan todo tipo de sufrimiento para las masas de la humanidad, contradicciones que son fundamentales y esenciales para este sistema y que no pueden eliminarse sin eliminar este sistema mismo). Y esta teoría científica revela que hay una salida de todo esto — y cuál es esa salida.
Sí, en última instancia, hay que llevar a cabo la lucha en la esfera de la práctica; hay que llevarla a cabo en la lucha concreta para enfrentar y al final derrocar al sistema que encarna e impone toda esta opresión horrorosa. Pero es de tremenda importancia que las personas, incluso antes de que se desarrollen un alto nivel teórico, lleguen a entender de manera básica que no existe ninguna necesidad, no existe ninguna necesidad permanente, de que sean así las condiciones existentes, y por qué eso es cierto. Esto es la fuente de la esperanza, sobre una base científica, y no sobre la base de ilusiones tales como las que la religión propaga y perpetúa.
Lo siguiente (la conclusión del artículo “Un ‘salto de fe’ y un salto al conocimiento racional: Dos saltos muy distintos, dos concepciones del mundo y métodos radicalmente diferentes”) enfatiza estos puntos de orientación sumamente importantes:
Conocer la realidad concreta —y profundizar continuamente tal conocimiento— es de una importancia vital para la humanidad y su futuro. Tiene una importancia vital no solo para los científicos y académicos sino para los muy oprimidos y explotados del planeta, que deben y pueden ser la columna vertebral y fuerza motriz de una revolución para deshacerse y acabar con todas las formas de explotación y opresión en todo el globo — deben y pueden ser los emancipadores de sí mismos y, en última instancia, de toda la humanidad. Abordar la realidad tal como es —con su constante cambio y desarrollo— y entender las fuerzas motrices subyacentes, es crucial para desempeñar un papel dirigente y decisivo en la gestación de esa revolución y en la creación de una era completamente nueva de la historia humana, que romperá y eliminará para siempre las cadenas materiales —los grilletes económicos, sociales y políticos de explotación y opresión— que esclavizan a la humanidad hoy, así como las cadenas mentales, los modos de pensar y la cultura que corresponden a esas cadenas materiales y las refuerzan. En el Manifiesto Comunista, Carlos Marx y Federico Engels, los fundadores del movimiento comunista hace más de 150 años, declararon que la revolución comunista y sus principios, métodos y metas emancipadores representan una “ruptura radical” con las relaciones de propiedad tradicionales que esclavizan a la gente de una forma u otra, y además una ruptura radical con todas las ideas tradicionales que se desprenden de esas relaciones de propiedad y las refuerzan.
La lucha en el campo de la epistemología —la teoría del conocimiento y de la forma de adquirirlo, la teoría de qué es la verdad y de cómo conocerla— es una esfera crucial de la batalla general por la emancipación de la mayoría oprimida y explotada del planeta, y en última instancia de toda la humanidad. Para esa lucha emancipadora es de importancia vital captar las características centrales y la importancia del método científico — y en especial del enfoque científico más coherente, sistemático y global de la realidad —la concepción del mundo y el método comunistas—, que puede abarcar sin reemplazar ni sofocar los muchos campos de conocimiento y actividad de los seres humanos, y puede manifestar el proceso más nutrido de aprender sobre la realidad y transformarla en pos de los intereses de toda la humanidad. Un componente crucial de la lucha para realizar las dos rupturas radicales, características de la revolución comunista, que representan el salto de la historia humana a una época liberadora completamente nueva, es entender la profunda diferencia entre el esfuerzo de imponerle a la realidad nociones basadas en “la fe”, en contraposición al esfuerzo de conocer científicamente la realidad (inclusive la religión, sus orígenes y efectos); es entender la diferencia radical entre “saltos de fe” y en contraposición, la acumulación constante de conocimientos por medio de constantes saltos del conocimiento sensorial al conocimiento racional6.
Esta cuestión, de ver la posibilidad de una revolución y un mundo radicalmente diferente y mejor, sobre una base científica, es obviamente de suma importancia, y es algo a lo que volveré en adelante.
1. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Discurso filmado de 2018. El texto está disponible en español en revcom.us, y el video y el texto en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN: Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak (Insight Press, 2015). Está disponible en español en revcom.us, y en inglés en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
3. Bob Avakian, ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo (JB Books, 2009). El libro está disponible al pedido en revcom.us. [volver]
4. Bob Avakian, EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino a la verdadera emancipación (Editorial Aurora Roja, 2018). También está disponible en revcom.us. [volver]
5. Carta de Marx a Kugelmann, 1868, citada en El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, septiembre de 2008 (RCP Publications, 2009). Disponible en revcom.us. [volver]
6. Bob Avakian, “Un ‘salto de fe’ y un salto al conocimiento racional: Dos saltos muy distintos, dos concepciones del mundo y métodos radicalmente diferentes”, Revolución #10, 31 de julio de 2005. Está disponible en el libro Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, y en revcom.us. [volver]
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Los puntos que se exponen en el artículo de Sunsara Taylor sobre la acusación de Tara Reade contra Joe Biden* son importantes, pero hay que señalar un punto adicional, sobre todo porque este artículo habla (tal como es debido) del hecho de que una acusación que se hace mucho tiempo después del presunto incidente resulta en una situación en la que cualquier proceso que busca determinar la verdad de la acusación está contaminado y viciado por el paso de tanto tiempo. Hay que acompañar esto con una declaración de que es muy posible reconocer que (tal como se menciona en este artículo) las mujeres que realmente son objeto del acoso sexual, la agresión sexual y la violación a menudo no se presentan a declarar en ese momento, debido a intimidación, una sensación (falsa, socialmente impuesta) de vergüenza y otras razones, así como, al mismo tiempo, reconocer que, cuando (por las razones que sea) ha pasado mucho tiempo antes de presentar la acusación, se ha viciado la base para determinar la verdad de la acusación. Y hay que enfatizar: la respuesta a esta situación es centrarse en crear las condiciones en la sociedad en las que las mujeres se sientan alentadas y apoyadas para presentarse a declarar en ese momento y, si bien no se les “cree” automáticamente, sí se tomen en serio, y se realiza una seria y científica investigación y proceso basado en la evidencia en relación a su acusación.
* En vista de las acusaciones de Tara Reade contra Joe Biden, puntos básicos de principio. Este artículo está disponible en revcom.us. [volver]
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Hace varias semanas, Tara Reade acusó públicamente a Joe Biden, el presuntivo candidato presidencial demócrata, de asaltarla sexualmente hace 27 años cuando ella trabajaba para él como asistente en el Senado. Joe Biden niega que haya ocurrido tal asalto.
Desde ese entonces, esa acusación y la negación de él han sido tratadas como armas políticas arrojadizas en un escándalo político en escalada, en que algunas personas insisten en que hay que creer a ella con el hashtag #IBelieveTaraReade, y otras insisten en que hay que creer a él, con #IBelieveBiden. Varios progresistas plantean que hay que creerle a Reade, pero que, de todos modos, no obstante hay que apoyar a Biden como candidato presidencial1. Contadas personas han planteado cuestiones críticamente importantes sobre el debido proceso y la presunción de inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad.
En ese contexto, es importante poner las cosas en perspectiva con unos puntos básicos de principio:
Las acusaciones son parte de la evidencia, pero determinar la verdad y comprobarla requiere pasar por el tamiz la evidencia concreta con seriedad y ciencia, y someter el conjunto de la evidencia a un examen riguroso, especialmente tratándose de crímenes graves como la violación y el asalto sexual. Eso va en oposición a la posición de simplemente creerle a toda víctima a diestro y siniestro, lo que se ha convertido en un grito de batalla y una prueba de fuego — concentrado en la consigna específica de “#BelieveWomen” (Creerles a las mujeres) con relación a sus acusaciones de asalto sexual, acoso sexual y violación2.
La violación, el asalto sexual, el acoso sexual y la degradación sexual son generalizados en toda la sociedad, y han afectado la vida de la mayoría de las mujeres. Las instituciones y la cultura dominantes los han encubierto. Es preciso combatir y luchar contra eso. Muchas veces, cuando las mujeres que experimentan estos crímenes toman posición para denunciarlos, son calladas, son humilladas y son castigadas. Sin embargo, eso no quiere decir que sea cierta toda acusación ni cualquier acusación particular.
Como Bob Avakian escribió en una declaración que acogió y apoyó el torrente del movimiento #MeToo (Yo también) cuando éste venía brotándose al comienzo, una declaración que incluía puntos importantes de orientación:
Este auge de indignación completamente justa y suprimida por tanto tiempo no equivale a ninguna acusación particular. De hecho, se deben abordar esas acusaciones particulares a partir de una evaluación científica de la evidencia, lo que es especialmente importante donde las acusaciones no sólo alegan una mala conducta sino actos delictivos específicos, como la violación u otro asalto sexual. [énfasis agregado]
Juicios y fallos sumarios en la “corte” de la opinión pública, en los medios de comunicación y en las redes sociales, son inapropiados y dañinos, precisamente por las razones indicadas arriba. La “corte” de la opinión pública no es un foro que le dé a la gente el necesario acceso al conjunto de evidencia ni la oportunidad de pasar por el tamiz y examinar con la ciencia la evidencia.
La veracidad de la acusación y la prueba de culpabilidad tienen que determinarse por un proceso científico sistemático y riguroso en el que la evidencia sea impugnada y sometida al contrainterrogatorio. Por el contrario, la “corte de la opinión pública” evalúa y pronuncia los veredictos por medio de la voluntad populista y la opinión mayoritaria, que carecen por completo de métodos científicos apropiados para analizar la evidencia, y son influenciadas y sesgadas muchísimo por la política y los prejuicios3. Eso ¡no tiene nada que ver con la verdad ni la justicia!
Recurrir a semejantes medios y la “justicia” de las turbas —lo que incluye destruir la reputación de una persona, expulsarla de la vida pública o “cancelarla” en general, sobre la base de acusaciones solamente, sin el debido proceso para determinar la verdad de la acusación y la oportunidad para la persona de defenderse a sí misma— viola los principios básicos de una sociedad justa y en última instancia deja a todos en peligro y vulnerables al cancel culture, a la moda de rechazar y “borrar” a personas por sus supuestos errores en el pasado.
A estas alturas, a casi tres décadas (27 años) del asalto alegado por Reade, es prácticamente imposible determinar qué es la verdad, especialmente porque evidencia clave ha sido contaminada o es imposible de refutar, por ejemplo, dónde estaban individuos en ciertas fechas/horas/lugares, el contexto y circunstancias de incidentes específicos, y especialmente los recuerdos de testigos potenciales, que por lo general se desvanecen o se tuercen con el paso del tiempo. Esto es evidente en esta instancia, también, donde testigos cruciales han cambiado sus versiones de lo occurido4.
Los crímenes de violación y asalto sexual figuran entre los más graves; hacen un tremendo daño no solamente a la víctima directa sino a todas las mujeres en todas partes. Al mismo tiempo, en vista de lo fuerte del castigo que estos crímenes frecuentemente conllevan, deben ser extremadamente rigurosos los estándares para determinar pruebas más allá de una duda razonable para tales convicciones y castigos.
Poner fin a la violación y a todas formas de la opresión de las mujeres es posible, desencadenando la furia latente de las mujeres y de aquellos que toman posición con ellas como una fuerza social para la revolución. Como parte de esa revolución, es necesario unir a amplias fuerzas en la lucha de masas hoy contra todas las instituciones que protegen y refuerzan las muchas diferentes formas de la opresión de las mujeres. Una revolución, como Bob Avakian ha descrito y mostrado vívidamente, para derrocar el sistema del capitalismo-imperialismo en el cual la opresión de las mujeres está entretejida históricamente, para que la sociedad y las masas de personas puedan ponerse a trabajar sobre la eliminación de esta opresión como una parte de un proceso mundial, sin las cadenas y el funcionamiento del sistema subyacente que refuerza esta opresión.
¡ALTO a la patriarcal denigración, deshumanización y subyugación de todas las mujeres por todos lados y toda la opresión por razones de género u orientación sexual!
¡A ROMPER LAS CADENAS! ¡DESENCADENAR LA FURIA DE LA MUJER COMO UNA FUERZA PODEROSA PARA LA REVOLUCIÓN!
1. Por ejemplo, “I Believe Tara Reade. I’m Voting for Joe Biden Anyway” (Yo le creo a Tara Read. De todos modos, voy a votar por Joe Biden), columna de opinión, Linda Hirshman, New York Times, 6 de mayo de 2020. [volver]
2. Este tema rebasa el ámbito de este artículo, pero este estándar también es extremadamente dañino. ¿Usted realmente quiere vivir en un mundo donde se puede destruirle la reputación a cualquier persona, en cualquier parte —hasta se puede extinguir su libertad— por una acusación, sin el necesario y riguroso proceso de determinar la verdad de la acusación? Piense en los muchos linchamientos de negros en Estados Unidos a causa de semejantes acusaciones, la mayoría de ellas sin prueba alguna. (Vea Lynching in America [Linchamiento en Estados Unidos], en inglés, de la Equal Justice Initiative.) [volver]
3. Un ejemplo clásico de esto es el artículo en la revista Nation titulado “I Believe Tara Reade. And You Should, Too” (Yo le creo a Tara Reade, y usted también debe hacerlo), de Kate Manne, que dice: “Ya sabíamos que Biden es el sujeto. Si nosotros como votantes y el Partido Demócrata hubiéramos tomado esto con seriedad, no estuviéramos en este lío ahora”. [volver]
4. Vea, por ejemplo, “The agonizing story of Tara Reade” (La historia angustiante de Tara Reade), Laura McGann, Vox.com, 7 de mayo de 2020. [volver]
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian es un libro de citas y ensayos cortos que trata poderosamente las cuestiones de la revolución y la emancipación humana.
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Al cumplir esta meta, se dio un verdadero avance y una victoria para la gente del mundo, y no habría sido posible sin los esfuerzos dedicados de muchas personas que trabajaron creativa y colectivamente para satisfacer esta necesidad apremiante: aquellos que hicieron donativos, ya sean contribuciones grandes o pequeñas, aquellos que recaudaron fondos, aquellos que difundieron la campaña, aquellos que enviaron declaraciones, aquellos que hicieron comentarios, preguntas, críticas o sugerencias — y, por supuesto, aquellos que trabajaron tan arduamente en la modernización y actualización de nuestra presencia y tecnología web. ¡Todo ello importó!
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Nota de la redacción: Lo siguiente es del blog Aurora Roja de la Organización Comunista Revolucionaria, México:
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Para este sistema, los inmigrantes son “cosas” para explotar, satanizar y desechar.
Para la revolución comunista, son seres humanos valiosos que cambiarán el mundo.
“Estar aquí es peor que haber estado secuestrada”, dice Aurora, hablando de la estación migratoria de Acayúcan, Veracruz. “Entre Chiapas y Veracruz nos secuestraron a mí, mi esposo y mis dos hijos (de 5 y 2 años)… Nuestra familia como pudo juntó dinero [para pagar el rescate] y nos volvieron a bajar a Chiapas… Entonces, nos agarró Migración.… Yo ya no aguanto más; estar aquí [en la estación migratoria], es peor que haber estado secuestrada… Estar aquí es lo más horrible que me ha pasado en la vida. Uno no puede hacer nada, el calor es insoportable, la gente llora, grita, se desespera, y tú no puedes hacer nada. Los niños no comen, pero es que quién va a comer con esa comida echada a perder, mal cocinada y con la peste de los baños… Mis hijos tienen ronchas del sudor y suciedad. Uno no puede ir al baño porque están a rebosar y la peste inunda todo…. Que nos deporten si es su gusto, pero que ya nos dejen salir de aquí. Que si nos van a matar, que por lo menos sea viendo el cielo, sintiendo el aire, siendo libres, pero que no me quiero morir aquí de tristeza, de soledad, peor que un animalito, peor que una cosa, peor que nada”1.
Como Aurora, decenas de miles de migrantes más han sido apresados en estas infernales cárceles migratorias en los últimos años. Esperando un permiso de un año, con la condición de quedarse en el sur de México. Aunque a la mayoría les toca la deportación a las tierras de donde tuvieron que huir — del terror del gobierno y las pandillas, de la pobreza, la violencia doméstica o los estragos del cambio climático.
Los migrantes detenidos han montado repetidas protestas y rebeliones contra las condiciones infrahumanas, el maltrato de los agentes del Estado, la hipocresía y los engaños del gobierno federal. Una de las más recientes protestas fue en Tenosique, Tabasco el 28 de marzo. Se levantaron por las condiciones inaguantables y el temor de infección de Covid-19. Hubo un incendio. En vez de auxiliarlos, los policías los encerraron y trancaron las puertas mientras se acumulaba el humo. Finalmente unos migrantes jóvenes rompieron las puertas y pudieron escapar, pero era demasiado tarde para Héctor Rolando Barrientos Dardón, un migrante guatemalteco de 44 años. Héctor murió y por lo menos 13 personas sufrieron lesiones. Él y 41 personas más eran solicitantes de asilo que debían ser liberados dos días después. El Estado mexicano no acepta ninguna responsabilidad; al contrario, consignó a cuatro migrantes hondureños como supuestos culpables.
Con gas pimienta, toletes y aparatos que dan toques eléctricos, la Guardia Nacional atacó a la caravana de migrantes que intentó entrar al país por Tabasco y Chiapas en enero de 2020. “No hubo represión” mintió [el presidente mexicano Andrés Manuel] López Obrador y repitió sus falsas promesas de “4 mil trabajos” a los integrantes de la caravana, así como salud y asilo en México. Pero en los puestos fronterizos se les informaba la verdad: la única oferta de trabajo sería en los países de donde los migrantes venían huyendo. Con engaños y represión, fueron cercados, detenidos y encerrados. Los que escaparon fueron perseguidos. En un par de días cuatro mil migrantes estuvieron presos en las “estaciones migratorias” de Chiapas y Tabasco. A los migrantes que entraron por Tabasco, los agentes les prometieron que los llevarían a solicitar el asilo y que vivirían en albergues en libertad. Así lograron que la mayoría se entregara. Una estudiante mexicana que acompañaba a la caravana (y quedó detenida cinco días en Villahermosa) informó que los llevaron al centro de detención y cuando les pidieron quitar las agujetas, “como ocurre en las cárceles, ya saben que han sido engañados”2.
Seis días después, en su [conferencia de prensa] “mañanera” del 24 de enero, López Obrador habló así de la caravana: “Se les ofreció trabajo, refugio, todo… No quisieron”3. Todo esto es falso. No hubo oferta de trabajo alguno en México, y tampoco refugio para la gran mayoría. Los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) impidieron que los migrantes hablaran con la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar), único organismo que procesa solicitudes del asilo. No permitieron que la Comar entrara en las cinco cárceles migratorias donde estaban los detenidos de la caravana, hasta finalmente permitir que entrara solo en una, la de Tapachula (Siglo XXI). Para cuando habló López Obrador, ya habían deportado a por lo menos 679 migrantes. Solo 12 participantes en la caravana habían logrado solicitar asilo y fueron los que eludieron ser detenidos por los agentes del INM y llegaron solos a la oficina de la Comar en Tapachula. Un migrante deportado informó que fue detenido un día, encarcelado en Siglo XXI, y subido al autobús para Honduras el día siguiente, sin recibir información alguna sobre su supuesto derecho a pedir asilo4.
Detrás de la finta de supuesto “humanismo” y “respeto a los derechos humanos”, el gobierno de López Obrador sigue cazando, criminalizando y deportando en masa a los inmigrantes, en su mayoría centroamericanos de Guatemala, Honduras y El Salvador, el llamado “Triángulo Norte”, incluso ahora en medio de la pandemia de coronavirus, en colaboración y bajo la batuta del gobierno de Estados Unidos. Aunque no quieran verlo mucha gente honesta engañada por las promesas de una “4ª Transformación” [políticas de la administración de López Obrador] de México, es verdad lo que denunció Salvador Lacruz, director de un centro de derechos humanos en Tapachula, Chiapas, en 2019: el gobierno de López Obrador “está imponiendo en la práctica el escenario más violento y más represor hacia las personas refugiadas que hemos visto, y esto no es poco decir, porque el sexenio de [anterior presidente mexicano Enrique] Peña Nieto estuvo extremadamente violento”5.
No se justifica callarse ante los crímenes más graves que nunca del Estado mexicano contra los migrantes, porque a uno le guste el discurso o algunos programas de su nuevo jefe, López Obrador. En los primeros cinco meses de su gobierno, deportaron a más de 80 mil 500 personas, el 54% más que en los mismos meses del año anterior bajo Peña Nieto. La Guardia Nacional (que es el mismo ejército mexicano con nuevo uniforme) se dedica a capturar, maltratar y deportar a los migrantes. Es el colmo de la hipocresía cuando se callan o hasta justifican esta mayor saña del gobierno actual personas que en su momento denunciaron con toda razón la guerra contra los migrantes por parte del ejército y la Policía Federal con el Plan Frontera Sur bajo Peña Nieto o la Iniciativa Mérida bajo Felipe Calderón [presidente mexicano, 2006-2012]. Hoy como ayer, el Estado capitalista no se concentra en combatir el crimen organizado, como dicen, sino en reprimir y deportar a los migrantes, así como en reprimir al pueblo mexicano, en gran medida en colusión con los cárteles y bandas criminales.
Los migrantes centroamericanos, igual que los migrantes mexicanos, arriesgan la vida para llegar a Estados Unidos porque el imperialismo estadounidense ha jodido a los pueblos de estos países oprimidos aún más que jode al pueblo en Estados Unidos. Así es como funciona este sistema capitalista basado en la explotación y la búsqueda de la mayor ganancia, y no puede funcionar de otra manera. Los grandes capitalistas sacan enormes ganancias de la explotación de los migrantes en Estados Unidos, por ejemplo, en la agricultura o en las grandes fábricas empacadoras de carne, donde ahora los han obligado a trabajar sin protección adecuada contra Covid-19, resultando en un cúmulo de muertes innecesarias. Y sacan ganancias aún mayores sobreexplotando a la gente en los países de origen de estos migrantes, donde las desigualdades generadas por el mismo funcionamiento del sistema mundial obligan a la gente a trabajar por una miseria, cuando es que encuentren trabajo. Cuando no, más y más gente se ve orillada u obligada a entrar en el “negocio” internacional de la droga y el crimen organizado en general, con la activa participación de gobernantes y grandes capitalistas “legales”.
Como relata Carlos, un migrante hondureño, “Estoy viajando para ayudar a mi abuela a vivir mejor. Yo soy de ‘Tegus’ [Tegucigalpa] y ahí hay pocas oportunidades si no es con las pandillas, y yo no quiero entrar a ese mundo. Yo quiero hacer las cosas bien… Una vez que entras a las pandillas, ya no puedes salir. Las pandillas mataron a mi papá cuando tenía 7 años, a un tío cuando tenía 6 y a un primo cuando yo tenía 5. Casi no conoce uno a su familia por lo mismo”6. O lo que cuenta un psicólogo en El Salvador: “Tenemos casos de adolescentes violadas en repetidas ocasiones por pandilleros. Las vigilan constantemente… Algunas logran huir con su familia, aunque conocemos casos donde las pandillas han logrado encontrarlos y los han amenazado. En ocasiones, las pandillas llegan a dejar cuerpos desmembrados para intimidar a quien acoge a familias que se han desplazado”7.
Los migrantes huyen de este infierno de pobreza, hambre y violencia despiadada que ha generado el mismo funcionamiento del sistema capitalista-imperialista. Honduras, Guatemala y El Salvador son dominados y saqueados por los imperialistas estadounidenses. Roban la riqueza creado por los trabajadores, distorsionan la economía, arruinan a los campesinos y destruyen el medio ambiente. Estados Unidos respalda e impone presidentes corruptos, patrocina golpes de estado contra presidentes que les estorban, arman y financian las fuerzas armadas y policías y patrocinan guerras contrarrevolucionarias para mantener su dominación. Y luego cuando la gente huye de ese infierno, es vilipendiada y reprimida por los representantes del mismo sistema que creó ese infierno en primer lugar.
Esto no es solamente la situación en América: el capitalismo-imperialismo ha generado una crisis mundial de 70.8 millones de refugiados, expulsados de sus hogares, apenas sobreviviendo en campos de refugio, o enfrentando los garrotes y balas, los muros, campos de concentración y la deportación al tratar de llegar a los países imperialistas como Estados Unidos, varios países europeos, etc. La devastación de sus países de origen tiene diversas causas —guerras reaccionarias, la destrucción del medio ambiente y el calentamiento global, la falta de empleo, el crecimiento del lastre del crimen organizado— pero tienen su raíz en el funcionamiento “normal” del actual sistema.
Algo básico es que los capitalistas emplean y explotan a los migrantes (así como a los trabajadores en general) en la medida de que puedan sacarles ganancias, y echan a sus fuerzas represivas a contener, controlar y reprimir a los demás, que consideran “población excedente”, porque no es rentable ponerlos a trabajar. No es simplemente que sean ojetes: así funciona este sistema. Si los capitalistas no sacan ganancias, al rato van a la quiebra y otros toman su lugar. Es un sistema absurdo y criminal: hay mucha gente (incluso en los países imperialistas, ni hablar de los oprimidos) a quien le falta vivienda digna y hay mucha gente a quien le falta trabajo que podría construirla. Pero no se hace, porque no se saca ganancia de construir buenas casas para gente pobre que no puede pagarlas. Lo mismo con la desnutrición, la ropa, los aparatos electrónicos y todo lo demás que es necesario para el bienestar tanto físico como cultural de la gente.
Es absurdo que siga tanto sufrimiento completamente innecesario. Para acabar con eso, hace falta una revolución, hace falta tumbar este sistema regido por las ganancias de unos cuantos, transformar en propiedad de todo el pueblo los principales medios de producción —las fábricas, máquinas, medios de transporte, etc. de las grandes empresas— para poder trabajarlos en común, con una economía planificada regida no por las ganancias sino por las necesidades del pueblo y el avance de la revolución encaminada finalmente a la emancipación de toda la humanidad.
La sociedad socialista dará la bienvenida a los migrantes en el esfuerzo común por construir un mundo nuevo y mucho mejor. No habrá nada que impida que la gente que pueda trabajar se integre a los esfuerzos por construir y producir lo que hace falta. Habrá mucho que hacer y se desatará la participación y creatividad de todos para construir una nueva sociedad, dando prioridad a superar las bárbaras desigualdades e injusticias heredadas del capitalismo y la dominación imperialista. Se aplicarán los principios y métodos señalados por el nuevo comunismo de Bob Avakian. Por ejemplo: se tendrá “la orientación de darle la bienvenida a los inmigrantes de todo el mundo quienes tengan un deseo sincero de contribuir a las metas y objetivos de esta República…”8 y se otorgará la ciudadanía a todos los que así lo deseen (con la excepción de dirigentes contrarrevolucionarios o personas condenadas por crímenes de guerra o de lesa humanidad).
Sin tal revolución, la situación sigue empeorando. El gobierno de Estados Unidos siempre ha perseguido a los migrantes como si fueran animales, pero esto lo aumenta con creces el régimen fascista de Trump y Pence. Lanzan ataques xenófobos y racistas contra los inmigrantes como la punta de lanza de su embestida contra la humanidad en general, lo que podría llegar a dimensiones genocidas. Miles de migrantes menores de edad fueron separados de sus padres en detención en Estados Unidos en 2017-2018. En 2019, más de 80 mil migrantes fueron encarcelados, hacinados en jaulas y en “hieleras” (cuartos helados), durmiendo en pisos de cemento y sufriendo abusos físicos e insultos racistas. Antes de la pandemia del coronavirus, murieron por lo menos 37 migrantes9 detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) bajo la presidencia de Trump, y se intensifican los ataques armados de supremacistas blancos, alentados por este régimen, como la masacre de 22 personas, principalmente mexicanas o estadounidenses de origen mexicano, en El Paso, Texas el 3 de agosto de 2019.
Imponen la devolución de inmigrantes centroamericanos solicitantes de asilo en Estados Unidos a México, para esperar la resolución de su caso, en diciembre de 2019, con el mal llamado “Protocolo de Protección al Migrante”, también conocido como “Programa Quédate en México”. Incluso antes, el gobierno mexicano aceptó formalmente que Estados Unidos se deshiciera de estos migrantes como si fueran basura el 7 de junio de 2019. En ese año tiraron a 60 mil personas a este lado de la frontera, donde miles tienen que vivir en campamentos a la intemperie y muchos son secuestrados, esclavizados o hasta asesinados por bandas criminales con la tolerancia o colaboración de la policía y la Guardia Nacional (GN). A la par, el gobierno mexicano lanza el despliegue masivo de la GN para impedir que los migrantes crucen a Estados Unidos y también para servir de “patrulla fronteriza” para Estados Unidos en la frontera sur con Guatemala.
Para colmo, las fuerzas represivas mexicanas han amenazado a los albergues y a Médicos Sin Fronteras (los únicos que atienden la salud de los migrantes en la frontera norte), y han detenido, golpeado, robado y deportado a migrantes en las entradas de los albergues10.
La pandemia de Covid-19 en Estados Unidos y luego en México es una amenaza mayúscula para los migrantes. En Estados Unidos, ICE continúa las redadas y deportaciones en medio de la pandemia, y se ha suspendido casi todo derecho al debido proceso para los migrantes: suspensión de audiencias, deportaciones “exprés” en la frontera, suspensión de toda solicitud de residencia permanente y hasta carencia de agua, jabón, cubrebocas y “distancia social” en los campos de concentración. Inmigrantes que trabajan en la agricultura, procesadoras de alimentos, el sector salud, y otros servicios considerados indispensables ahora se llaman “trabajadores esenciales”, pero no les dan papeles a los indocumentados, los obligan a trabajar con alto riesgo de contagio, sin medidas de protección, o hasta cuando están enfermos.
Protestas y huelgas de hambre de migrantes detenidos, así como de activistas y revolucionarios desde fuera, exigen su liberación por el peligro de contagio y muerte entre los encarcelados. Hasta ahora ICE solo ha soltado a unos cientos de los 32 mil migrantes detenidos y el número de muertes aumenta cada día. Hasta el 10 de abril, habían muerto de Covid 61 migrantes bajo custodia de ICE.
Estados Unidos también está deportando a migrantes ya infectados con Covid. En un albergue en Nuevo Laredo, 15 migrantes se infectaron por un migrante enfermo deportado de Houston, Texas. El gobierno de Guatemala cerró sus fronteras después del arribo de un avión de Estados Unidos en el que por lo menos la mitad de los migrantes abordo estaban infectados. Christie Thornton, profesora de la Universidad de Johns Hopkins tuiteó con razón que “El gobierno de Estados Unidos propaga a sabiendas y activamente el virus a Centroamérica por medio de la deportación”.
Del 21 de marzo al 10 de abril, Estados Unidos deportó a 10 mil migrantes a México. La Migra mexicana, a su vez, echó a miles de centroamericanos a la frontera sur y de ahí a sus países de origen. Antes de negociar la deportación pese a las fronteras cerradas de Guatemala, El Salvador y Honduras, el INM los abandonaba a su suerte en Tabasco o Chiapas, sin hospedaje, trabajo, dinero ni protección contra el coronavirus. Los albergues no gubernamentales intentan ayudar, pero varios han tenido que cerrar ante la avalancha de personas deportadas, por falta de espacio y de recursos para cuidarlas.
Protestas y rebeliones de migrantes en los centros de detención en México exigieron su liberación para no morir de Covid desde marzo. Organizaciones defensores de migrantes metieron un amparo y el 18 de abril, un juez ordenó la liberación de todos los migrantes “vulnerables” detenidos por el INM, así como garantías para su regularización y salud en el país [México]. Una semana después, la Secretaría de Gobernación sacó un comunicado anunciando que habían vaciado casi por completo los centros de detención, “liberando” a 3 mil 653 personas, sin decir dónde quedaron. Pero al final del comunicado se menciona, como si fuera otro dato no relacionado, que “se logró el retorno vía terrestre a Guatemala y vía aérea a Honduras y El Salvador de 3 mil 653 nacionales de esos países”. ¡El número exacto de personas “liberadas”!
Con hipocresía de clase mundial, la Secretaría de Gobernación se auto-elogia de “garantizar a plenitud sus derechos humanos” de estos migrantes. Así intenta ocultar el hecho criminal de que no tomó ninguna acción para proteger ni cuidarlos, sino que los deportaron sin ninguna revisión sanitaria de regreso a la situación desesperada de la que huyeron, para deshacerse del “problema”. Nadie debe dejarse engañar por sus melosas palabras: “estaciones migratorias” son en realidad cárceles insalubres y tenebrosas, “regreso asistido” es deportación forzada, “rescate” significa detención arbitraria y muchas veces violenta. Son guardianes del orden social capitalista, el sistema que sacrifica las vidas de millones para mantenerse y acumular más capital.
Organización Comunista Revolucionaria, México
auroraroja.mx@gmail.com
aurora-roja.blogspot.com
11 de mayo de 2020
1. Aurora, una migrante nicaragüense, lo relató al ser atendida por Médicos Sin Fronteras en la estación migratoria. Sin Salida. La Crisis Humanitaria de la población migrante y solicitante de asilo atrapada entre Estados Unidos, México y el Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA), Informe de Médicos Sin Fronteras; MSF–Mexico-Sin Salida-CAST-WEB.pdf, p. 34, febrero 2020. [volver]
2. Citado en “México ofrece refugio, pero impide que migrantes hablen con la institución que regula el asilo”, Alberto Pradilla, Animal Político, 25 de enero de 2020. [volver]
3. Ibíd. [volver]
4. Ibíd. [volver]
5. Citado de Proceso, en nuestro volante “No acataremos las órdenes del régimen fascista de Trump!”, 29 de junio de 2019. [volver]
6. Informe de Médicos Sin Fronteras, op. cit., p. 11. [volver]
7. Ibíd., p. 13. [volver]
8. Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, página 64, Bob Avakian, RCP Publications, 2010. Se puede bajar en revcom.us. Este proyecto de Constitución es para una futura sociedad socialista en el territorio que ahora es Estados Unidos, pero muchos de sus principios tienen aplicación universal y nos ofrece una visión a la vez realista y inspiradora del mundo muy distinto que es posible. [volver]
9. “Durante mandato de Trump han muerto 37 indocumentados en centros de detención”, EFE News, Tucson, Arizona, 3 de abril de 2020. [volver]
10. Por ejemplo, la GN amenazó con entrar para revisar a los migrantes en dos albergues Saltillo, Coahuila y Agua Prieta, Sonora en junio y julio de 2019 (en descarada violación de la Ley de Migración). Azotaron a las personas que estaban afuera contra el portón de la Casa del Migrante en Saltillo donde mantenían el acoso durante cuatro días. Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante denunció que también acosaron a los albergues en Tijuana, Baja Ccalifornia y Tenosique, Tabasco, remarcando que “Se está criminalizando a los migrantes”. [volver]
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Reposteado de Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org):
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Se está produciendo un enfrentamiento importante en Dakota del Sur, donde la gobernadora Kristi Noem, la “Sarah Palin de las Llanuras”, ha exigido que las reservas de las tribus oglala sioux y cheyenne river sioux retiren los retenes de control en las carreteras estatales EN las tierras tribales o enfrentarse a una demanda en los tribunales. El propósito de los retenes de control es de proteger a los 30.000 habitantes de estas dos reservas contra la pandemia de la Covid-19, la que ha devastado a otras comunidades indígenas. Las tribus prohíben temporalmente que los no habitantes cacen o pesquen en sus tierras, levantan cuestionarios de salud a las personas que van y vienen e imponen algunas restricciones de viaje para actividades no esenciales. No han detenido ninguna “función estatal o comercial”.
Si hubiera un brote de la Covid-19 en estas reservas, tendrían pocas camas de hospital, personal o equipo para tratarla. Su mejor oportunidad de impedir una catástrofe de este tipo es limitar el contacto con personas potencialmente infectadas y la exposición a ellas y poner en cuarentena rápidamente a las personas que podrían traer la enfermedad desde fuera de sus fronteras. Permitir que el virus se propague en estas reservas constituiría una pena de muerte genocida.
En su carta a los líderes sioux, Noem se queja de que las dos reservas no siguieron los parámetros legales establecidos por la Oficina de Asuntos Indígenas del Departamento del Interior de Estados Unidos, que declaró en un memorando que las tribus podrían cerrar temporalmente las carreteras después de llegar a un acuerdo con el gobierno estatal sobre “los parámetros del cierre o restricciones temporal de la carretera”. En un comunicado que exuda condescendencia e hipocresía, Noem dice: “Somos más fuertes cuando trabajamos juntos, lo que abarca nuestra batalla contra la Covid-19”.
Noem es una representante importante del movimiento fascista cristiano. Cuando era una representante de la Cámara de Representantes federal alineada con el Partido del Té, Noem dijo que creía que Dios le había ordenado hacer proselitismo mientras trabajaba sobre las políticas. Como gobernadora, llamó a sostener un día de oración en “solemne duelo y súplicas al cielo”, en protesta contra “el indecible crimen del aborto”, y en 2019 promulgó cinco nuevas restricciones al aborto. Ella ha acuñado la frase “fomenta-disturbios ” para intentar criminalizar las protestas contra el oleoducto Keystone en tierras indígenas. En su rechazo a dar órdenes de refugiarse en casa, dijo que les incumbía a los individuos decidir si “ejercer su derecho al trabajo, a rendir culto y a jugar”. En consecuencia, se permitió que la enfermedad se propagara a miles de personas e infectara a cientos de trabajadores en la planta empacadora de Smithfield Foods. Noem repitió como loro la promoción de la droga hidroxicloroquina por Trump como tratamiento sin evidencia científica.
Ambas tribus han desafiado justamente al gobernador Noem. El presidente de la tribu cheyenne river, Harold Frazier, escribió en un comunicado de prensa: “...su interferencia continua en nuestros esfuerzos por hacer lo que la ciencia y los hechos dictan socava seriamente nuestra capacidad de proteger a todas las personas en la reserva”. El presidente de la tribu oglala sioux, Julian Bear Runner , también se ha negado a retirar los retenes de control y dijo: “La tribu oglala está lista para resistir las intrusiones extranjeras en nuestra vida cotidiana. Tenemos un derecho previo y superior para hacer nuestras propias leyes y ser gobernados por ellas”.
No es posible separar las amenazas de Kristi Noem contra las fronteras soberanas de las naciones sioux, de la fea historia de enfermedades y genocidio y del “Destino manifiesto” estadounidense que es una de las raíces de este fascismo estadounidense del siglo 21. Los colonizadores europeos trajeron enfermedades tales como la viruela, el sarampión, la gripe y la peste bubónica, las que diezmaron a las poblaciones indígenas. Mientras Trump y su régimen siguen parloteando sobre construir el muro en la frontera con México y sobre respetar “nuestras” fronteras, la lucha de las naciones sioux de Dakota del Sur para instituir sus propios protocolos sanitarios nos recuerda que Estados Unidos se fundó en el genocidio y la violación de las fronteras en el continente norteamericano y más allá.
Según se informa, Noem ha pedido que el gobierno federal intervenga. Hasta ahora, el régimen de Trump y Pence no ha tomado una posición sobre este enfrentamiento, pero debemos permanecer atentos a la marcha de los acontecimientos y escribir declaraciones de apoyo a las tribus sioux oglala y cheyenne river, ya que adoptan una postura racional y científica para proteger a sus comunidades contra el fascismo no científico, teocrático y supremacista blanco de Kristi Noem.
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En un artículo del 3 de febrero de 2020, “Impeachment Protestors Call for ‘Nonviolent Revolution’ To End U.S. ‘Fascism’” [Manifestantes a favor de la impugnación llaman a una ‘revolución no violenta’ para terminar con el ‘fascismo’ de Estados Unidos], en The Federalist (el que quizá no esté oficialmente afiliado a la poderosa Federalist Society [Sociedad Federalista] pero claramente comparte gran parte de su visión y objetivos reaccionarios de derecha), Krystina Skurk ataca a la diversa agrupación de ¡FUERA YA! [#OUTNOW!] que llama a una movilización de masas para exigir que sea sacado el régimen fascista de Trump y Pence, y ataca especialmente a aquellos de entre los manifestantes que son promotores del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian (BA).
En esta última dimensión, parece claro que Skurk al menos ha revisado y leído partes de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA, y confecciona una supuesta “crítica” a esta Constitución a lo largo de su ataque general a las protestas ¡FUERA YA!. En este sentido, cabe decir que ofrece una lección sobre el patético estado de las cosas en el frente político que alguien como Skurk, con una perspectiva de derecha, en apoyo al fascismo que está concentrado en el régimen de Trump y Pence, se haya molestado en leer un poco esta Constitución, mientras que como fenómeno general aquellos que se consideran “de izquierda,” “progresistas” o “concienciados”, lo que incluye al mundo académico y en la intelectualidad (tal como lo es), ni siquiera se han molestado en hacerlo, y al contrario, simplemente han ignorado, desestimado o se han dedicado a burdas tergiversaciones y calumnias al trabajo crucialmente importante que ha hecho BA, incluida esta Constitución. Pero que no le demos a Skurk el reconocimiento que no se merece: de acuerdo con su propia visión y métodos reaccionarios y no científicos, lo que Skurk ha hecho no contiene un examen serio y honesto de esta Constitución (ni del nuevo comunismo del cual ésta es una expresión concentrada) ni de los manifestantes ¡FUERA YA!, que incluyen a unos partidarios de BA pero también a otras personas con una diversidad de puntos de vista. Al contrario, el ataque de Skurk contiene una combinación de ignorancia flagrante y burdas tergiversaciones. Según la visión del nuevo comunismo, esta respuesta se centrará en responder a algunas de las principales formas en que esto se destaca en su ataque a BA y al nuevo comunismo, mientras que también responderá a algunas de las más atroces tergiversaciones y descripciones erróneas de ella en relación con las protestas ¡FUERA YA!
Skurk escribe:
Muchos de los manifestantes hablaban de una constitución comunista escrita por Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario. Esta constitución formaría una nueva nación llamada La Nueva República Socialista en América del Norte. Sus legisladores serían elegidos por voto popular, y una mayoría de votos en la legislatura única de la nación podría adoptar leyes. Los miembros de esta legislatura servirían como un consejo ejecutivo. Fíjense que no existe ninguna separación de poderes, algo que muchos de los manifestantes se quejaban de que Trump estaba eviscerando.
Pero, en contraposición a la afirmación de Skurk, esta Constitución definitivamente prevé e institucionaliza la separación de poderes. Si bien la Legislatura elige al Ejecutivo, una vez elegido el Ejecutivo, éste está completamente separado e independiente de la Legislatura, y la Legislatura desempeña un papel definido de “supervisión” en relación con el Ejecutivo. Además, existe todo un poder judicial, con una Corte Suprema, que está separado e independiente tanto del Poder Legislativo como del Poder Ejecutivo y cuenta con poderes de “supervisión” en relación con ambos, incluida la facultad de declarar inconstitucionales las leyes y acciones tanto de la Legislatura como del Ejecutivo. Todo esto está detallado claramente en el Artículo I de esta Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, y nadie que estudie seria y honestamente esta Constitución razonablemente podría pasarlo por alto.
Skurk también dice:
En este nuevo paraíso comunista, toda la educación sería administrada centralmente por el estado y sería obligatoria. El sistema educativo se dedicaría a enseñar “el entendimiento materialista dialéctico de que toda la realidad consta de materia en movimiento... y nada más”. Se permite la discusión de los efectos culturales e históricos de la religión, pero eso es todo.
Aquí vemos otro ejemplo flagrante y atroz de los métodos descarados y escandalosos de reaccionarios como Skurk que no pueden refutar lo que en realidad el nuevo comunismo propone, como se encarna, por ejemplo, en esta Constitución de la autoría del arquitecto de este nuevo comunismo, Bob Avakian. En cambio, lo que vemos aquí por parte de Skurk es lo que únicamente puede ser una tergiversación consciente y deliberada. Para empezar, la forma en que Skurk (mal) cita esta Constitución llevaría a uno que no está familiarizado con ella a creer que únicamente se permitiría presentar “el entendimiento materialista dialéctico” mediante el sistema educativo de la Nueva República Socialista. A continuación se presenta lo que la Constitución dice en realidad, en la parte sobre la educación (en el Artículo I, Sección 2) de la cual Skurk, muy “selectivamente”, cita:
[E]l análisis materialista dialéctico de que toda la realidad consta de materia en movimiento de diversos tipos, y nada más, y la aplicación de este análisis y enfoque a todas las esferas de las ciencias naturales y sociales. Al mismo tiempo, como una aplicación de “la elasticidad sobre la base de un núcleo sólido” habrá previsiones para que se presenten otros puntos de vista opuestos, incluso de los defensores apasionados de dichos puntos de vista, como una parte del currículo general y la educación en general. (énfasis agregado)
Es muy difícil de creer —pone en entredicho la credulidad más allá del extremo de la ruptura, aceptar— que Skurk no viera la parte enfatizada (en cursivas) en esta cita, ya que le sigue inmediatamente después a la parte que sí eligió citar (en parte). Más bien, lo que obviamente obra aquí es que, de una manera típica de las personas con la perspectiva y método de ella, ella está operando de acuerdo con un prejuicio preconcebido de que el comunismo equivale a una pesadilla totalitaria que suprime toda creatividad, pensamiento crítico y disentimiento, y ella está sobreponiendo esta noción prejuiciada a la obra real (en este caso, la Constitución) que ella dice estar examinando. De hecho, la misma sección de esta Constitución (sobre la educación) que Skurk cita, de manera burdamente tergiversada, enfatiza este principio:
El sistema educativo en la Nueva República Socialista en América del Norte habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad.
Y este mismo principio y enfoque básico se aplica a todas las esferas de la actividad científica e intelectual.
Además, con respecto al arte y la cultura y los medios de comunicación, y en general a lo largo de esta Constitución, contiene disposiciones no sólo para proteger sino para abrir espacios para manifestar una diversidad de puntos de vista y opiniones, incluido disentir de las políticas y acciones del gobierno, y “abogar por la abolición de esta República y por reemplazarla con otro tipo de sociedad y forma de gobierno”. (Véase el Artículo III, Sección 2.) Esta orientación y enfoque básico se articulan desde el mero principio de esta Constitución, en el Preámbulo, y se recorre a lo largo de ella, a manera de cuestión de principios y método básico, tal como se concentra en la formulación “núcleo sólido, con mucha elasticidad”.
Del mismo modo, la combinación de ignorancia y deliberada tergiversación de Skurk se refleja en su declaración de que, entre los manifestantes que exigían que el régimen de Trump y Pence debiera estar ¡FUERA YA!, aquellos que son partidarios de Bob Avakian
señalan a Hong Kong como un ejemplo de un auge de lucha política que quisieran emular, pero no mencionan que el pueblo de Hong Kong está luchando contra un gobierno comunista, el mismo tipo de gobierno controlado centralmente que su héroe Avakian quiere implementar.
Ante todo, tal como entienden los partidarios de Bob Avakian —y tal como revelará cualquier análisis científico—, aunque el partido en el poder en China sigue empleando, de manera engañosa, la etiqueta “comunista”, ese partido y la sociedad que gobierna hace mucho tiempo dejaron de ser “comunistas” (o, más acertadamente, dejaron de estar en el camino socialista hacia la meta del comunismo) y, al contrario, desde hace más de cuatro décadas, a raíz de la muerte de Mao Zedong, han tomado el camino del capitalismo; contando con ciertas instituciones y procesos particulares que difieren del capitalismo en Estados Unidos y países similares, la propia China es un país capitalista-imperialista emergente y cada vez más poderoso.
Skurk agrega, sobre los partidarios de Bob Avakian: “Ellos condenan al capitalismo porque oprime a los pobres, pero no consideran a los millones de personas que el capitalismo ha sacado de la pobreza”. Irónicamente, como aspecto secundario de las cosas —pero algo que no es del todo irrelevante o insignificante, dado el enfoque y las afirmaciones de Skurk— la realidad es que una gran parte de aquellos que han sido “sacados de la pobreza” están en la China (sí, capitalista), cuyo sistema Skurk condena. Es cierto que, como proclaman los gobernantes de China, una clase media considerable (y, más allá de eso, un grupo más pequeño de millonarios y multimillonarios) se ha desarrollado con la implantación y el funcionamiento del capitalismo en ese país, pero eso es una parte de un panorama general —y una verdad más amplia— de que las masas de personas en China sufren una amarga explotación bajo este sistema capitalista; que cientos de millones de persona siguen sumidos en la pobreza; que el sistema de atención de la salud en China ha dejado de ser el sistema más igualitario en el mundo (como lo era cuando China estaba en realidad en el camino socialista) y se ha convertido en el sistema más desigual; que los males sociales, como la prostitución y la drogadicción, que se eliminaron en gran medida en el período del socialismo, ahora han resurgido y se han convertido en importantes fenómenos sociales — y que el desarrollo de la economía china es inseparable de la explotación por el capital chino a los pobres en África y de muchas otras partes del mundo.
Y se tiene la realidad de que, cuando China seguía en el camino socialista, bajo la dirección de Mao, el nivel de vida de las masas de personas mejoró enormemente (por ejemplo, la esperanza de vida se duplicó de unos 32 a 65 años, a la vez que la población en general creció, se eliminaron muchas enfermedades devastadoras o se redujeron significativamente sus efectos, la mortalidad infantil disminuyó significativamente y en una ciudad como Shanghái fue menor que en algunas partes de Estados Unidos, y así sucesivamente), y además esto se hizo mediante el desarrollo de la economía y la sociedad en general sobre la base de actuar para eliminar y arrancar de raíz la explotación y la opresión y apoyar a las luchas revolucionarias en otras partes del mundo.
De todo esto Skurk no tiene nada que decir — o bien es ignorante de esta realidad, o bien conscientemente elige ignorarla, o alguna combinación de las dos cosas.
Y su reconocimiento al capitalismo por haber sacado a millones de personas de la pobreza es muy similar al de quienes afirman que el pueblo negro de Estados Unidos debería estar agradecido porque —después de siglos de opresión brutal y asesina y de una degradación indecible en Estados Unidos—, por fin la esclavitud fue eliminada en este país (aunque de hecho la opresión horrible del pueblo negro ha continuado desde ese entonces, tanto en formas nuevas como centenarias, por ejemplo, la perpetuación de ciertas formas de esclavitud, en particular mediante el sistema penitenciario, por un período incluso después de la Guerra Civil). En cuanto a la pobreza y sus consecuencias, la realidad es que, si bien las cifras han disminuido en los últimos decenios, sigue siendo cierto, por ejemplo, que mueren unos seis millones de niños en el mundo cada año de hambre y de enfermedades prevenibles. Y ello en un mundo en el que las fuerzas productivas disponibles (la tierra, los recursos, la tecnología y las personas con conocimientos y habilidades) desde hace mucho tiempo han sentado las bases para que se eliminen completamente tales atrocidades —y de hecho la pobreza, las privaciones y la degradación en general—, en todas partes del mundo, y la razón fundamental de que esto no se haya logrado es la propiedad privada de los medios de producción en las manos de los capitalistas rivales, y las consecuencias de ello para las masas de la humanidad, incluida la destrucción velozmente creciente del medio ambiente, cuando con la abolición de la propiedad capitalista de los medios de producción y de la explotación de las masas de personas, y la instauración de la propiedad común de estos medios de producción, en una sociedad socialista en el camino hacia un mundo comunista, se podría eliminar y superar el terrible e innecesario sufrimiento que soportan las masas de la humanidad.
Skurk afirma que aquellos que son promotores del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian “ingenuamente se hacen de la vista gorda ante los horrores que el comunismo ha causado en Rusia, China y Camboya, convencidos de que pueden hacerlo mejor”. La realidad es que, si bien muchos de esos “horrores” son inventos y tergiversaciones de personas de la calaña de Skurk (y, de hecho, de los apologistas “liberales” del capitalismo-imperialismo), y si bien la experiencia general de las sociedades socialistas en el camino hacia el comunismo ha sido definitivamente positiva e inspiradora, en un sentido secundario, en esa experiencia histórica, existían verdaderos problemas y errores, algunos de ellos de hecho atroces, y en las obras de Bob Avakian, a lo largo de más de cuatro décadas, se hace un examen científico crítico de la verdadera historia del movimiento comunista —sus grandes logros así como, de manera secundaria pero significativa, sus graves errores y sus severos reveses—, lo que incluye la experiencia en la Unión Soviética y en China (países que seguían el camino del socialismo durante varios decenios, antes de que se restaurara el capitalismo en esos países, a mediados de los años cincuenta en la Unión Soviética y a mediados de los años setenta en China) y Camboya, país que en realidad nunca estuvo en ese camino del socialismo sino que representó un alejamiento del mismo y una distorsión del comunismo. Este estudio científico, junto con un examen serio de muchas otras esferas importantes de la actividad humana y de sacarles lecciones, ha conducido precisamente a la síntesis que está encarnada en el nuevo comunismo. Y, sí, este nuevo comunismo sí capacita a aquellos que lo asumen y lo aplican como el método científico vivo que lo es, para que lo hagan aún mejor.
Con respecto al burlón rechazo de Skurk a la sociedad socialista concebida en el nuevo comunismo, y que está encarnada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, por ser “este nuevo paraíso comunista”, esto una vez más muestra la combinación de ignorancia y tergiversaciones deliberadas típicas de las personas con la visión de ella. Los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, como método y enfoque consecuentemente científico no piensan en términos de un “paraíso” — es decir, el coto, y la fantasía, de la religión, y especialmente de los fundamentalistas religiosos. Al mero principio de la Constitución, y a lo largo de ella, se deja en claro que, si bien la sociedad socialista representa un gran salto hacia la emancipación de la humanidad, no es, y no puede ser, una especie de utopía. Es más bien una sociedad en transición —del capitalismo, mismo que ha sido derrocado rumbo al mundo comunista al que se propone alcanzar— y, como la Constitución claramente explica:
Como ha demostrado la experiencia histórica, la sociedad socialista —durante un período bastante largo— contendrá y de hecho regenerará elementos de explotación, desigualdad social y opresión, heredados inevitablemente de la antigua sociedad, los cuales no es posible arrancar de raíz y abolir de golpe ni en el momento después del establecimiento del estado socialista. Es más, es probable que durante un período prolongado surjan los nuevos estados socialistas en una situación en que estarán cercados en un grado u otro por estados imperialistas y reaccionarios, los que continuarán ejerciendo una influencia y fuerza importante y hasta podrán gozar de una posición dominante en el mundo durante algún tiempo. Durante un tiempo largo, esos factores seguirán generando fuerzas en la misma sociedad socialista así como en las partes del mundo aún dominadas por el imperialismo y la reacción, los que intentarán derrocar cualquier estado socialista que exista y restaurar el capitalismo ahí. Además, la experiencia histórica demuestra que, debido a esas contradicciones, surgirán fuerzas al interior del mismo partido de vanguardia, incluso en sus niveles más altos, las cuales lucharán por las líneas y las políticas que de hecho conducirán a socavar el socialismo y restaurar el capitalismo. Todo eso recalca la importancia de continuar la revolución en la sociedad socialista y de hacerlo en el marco general de la lucha revolucionaria por todo el mundo y con la orientación internacionalista de darle prioridad fundamental al avance de esa lucha mundial hacia la realización del comunismo, lo cual sólo se podría alcanzar a escala mundial, y recalca la importancia de la lucha al interior del propio partido así como en la sociedad en general a fin de mantener y fortalecer el carácter y papel revolucionario del partido en concordancia con sus responsabilidades de actuar como el liderazgo de la revolución en marcha hacia el objetivo final del comunismo y derrotar las iniciativas de transformar al partido en su contrario, en un instrumento para la restauración de la vieja sociedad explotadora y opresora. (del Preámbulo de esta Constitución).
Además, una de las características que distinguen al nuevo comunismo es el reconocimiento de que, incluso con la realización del comunismo, en el mundo entero, no habrá una especie de utopía, sino una situación en la que la explotación y la opresión y los antagonismos sociales correspondientes habrán sido eliminados, pero persistirán contradicciones las cuales la gente tendrá que seguir enfrentando y transformando continuamente. La gente seguirá enfrentando la necesidad en diversas formas y tendrá que asumir los continuos retos de desarrollar las formas —lo que incluye una lucha no antagónica en su seno— para transformar la necesidad en libertad... que a su vez será una parte de la nueva necesidad, que de nuevo tendrá que ser transformada en libertad... y así sucesivamente. La diferencia, una vez más, es que ya se habrán superado y rebasado la explotación y opresión y los correspondientes antagonismos sociales —y el punto de vista que corresponde a esa situación social— y ya no constituirán un obstáculo a la realización del proceso de transformar el mundo. Y en contraste con las sociedades anteriores que se basaban en la explotación y la opresión, la humanidad contará con una dimensión completamente nueva de la libertad — a pesar, una vez más, de que seguirá siendo necesario transformar la necesidad en nueva libertad.
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En oposición a uno de los subtítulos del artículo de Skurk, nadie —o ciertamente ninguno de los promotores del nuevo comunismo— afirma o cree que “el cristianismo es fascista”. Lo que Skurk hace en su artículo es un “ardid”, un truco típico de las personas las que son, de hecho, fascistas cristianos: fingir ser “la víctima” y decir que la oposición a sus esfuerzos por imponer a la sociedad una teocracia fundamentalista constituye en realidad la supresión y persecución a los cristianos y al cristianismo. No. El cristianismo como tal no es fascista, pero sí lo es el fundamentalismo cristiano — en particular en la forma en que se ha manifestado política e ideológicamente en Estados Unidos durante las últimas décadas, y a medida que se ha esforzado por, de hecho, imponer una tiranía teocrática en Estados Unidos. Bob Avakian ha hecho un extenso análisis científico de este fenómeno en diversas obras (las que están disponibles en el portal revcom.us así como El Instituto Bob Avakian). Con palabras que captan una buena parte de la esencia de esto, Bob Avakian, al referirse a los fascistas en Estados Unidos, entre los cuales los fundamentalistas cristianos son una fuerza importante de núcleo sólido, hace esta muy importante observación:
Hay una línea directa que conecta la Confederación esclavista de los años 1860 con los fascistas de hoy, y una conexión directa entre su supremacía blanca, su franco odio y repudio tanto a la gente LGBT como también a las mujeres, su repudio abierto a la ciencia y al método científico, su cruda xenofobia tipo “Estados Unidos Ante Todo”, y su proclamada “superioridad de la civilización occidental”, y su belicoso uso del poderío militar, incluso con sus declaraciones y abiertas amenazas de que están dispuestos a usar armas nucleares para destruir países.
En esta conexión, cabe citar, con cierta extensión, al teólogo afroamericano Hubert Locke:
Debido a la devastación cataclísmica que el gobierno fascista de Alemania causó en el mundo, nuestra atención se ha enfocado, con razón, en los 12 años que detentó el poder. Durante ese tiempo, James Luther Adams (uno de los teólogos venerados de mi generación y profesor de las universidades Chicago y Harvard) fue a Alemania a realizar estudios pos-doctorales, siguiendo la tradición de la época. Adams fue testigo del choque entre la iglesia y el fascismo alemán. Hace 25 años, al ver que la derecha religiosa emergía en este país [Estados Unidos] como una fuerza política dedicada a “recobrar la nación para Dios”, Adams les dijo a sus estudiantes que aquí también habría que luchar contra los “fascistas cristianos”. El fascismo, les advertía Adams, no regresará con esvásticas y camisas pardas. Sus herederos ideológicos se pondrán el manto de la Biblia; vendrán con cruces y recitando la Promesa de Lealtad a la bandera.
No debemos subestimar lo que está en juego en esta batalla contra la derecha religiosa. No es una casualidad que la fuerza y apoyo del movimiento radique en el centro del país, lo que llaman el “corazón” de Estados Unidos, y en particular la región sureña. Esa zona jamás se acomodó a la nueva realidad del país tras la Segunda Guerra Mundial. Al breve lapso de normalidad de posguerra le siguió una década de una revolución racial truncada y retrasada por mucho tiempo, que arrasó con siglos de cultura y tradición, especialmente en el Sur. Dos décadas más tarde, el desengaño de una guerra impopular en el sudeste asiático sacudió las bases del patriotismo convencional y tradicional en la vida estadounidense, a eso le siguió una revolución sexual que trastornó actitudes muy arraigadas de ese sector de la población sobre la posición subordinada de la mujer en la sociedad y el rechazo a las personas gays y lesbianas. Estas derrotas políticas, sociales y culturales han estallado ahora en una batalla sin tregua para retrasar el reloj 50 años y devolver el país a la pureza de la anteguerra. Es significativo que el creacionismo ocupe un lugar tan prominente en el programa de la derecha religiosa. La derecha perdió esa batalla a mediados de la década de 1920 pero nunca aceptó su derrota, como los sureños que no reconocen su derrota en la Guerra Civil. En consecuencia, la derecha religiosa quiere restaurar un modo de vivir que desapareció del país hace medio siglo.
Si todo esto fuera simplemente una batalla por la conciencia del pueblo estadounidense, podríamos entrar al conflicto con menos preocupación, confiados de que al final la razón y la bondad humana triunfarán sobre la ignorancia y la intolerancia. Pero esta es una batalla por el poder: por acaparar el poder, manipular los tribunales y las decisiones judiciales, controlar los medios de comunicación y entrometerse en todo rincón de la vida y las relaciones personales, para que el país se gobierne de acuerdo a lo que la derecha religiosa considera a voluntad de Dios. (“Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”, del Dr. Hubert Locke; énfasis agregado)
Skurk emplea la táctica de burlarse de los manifestantes ¡FUERA YA! con la estrafalaria afirmación de que no hay pruebas de que este fascismo, y en particular su columna vertebral y punta de lanza fundamentalista cristiana, haya logrado avances reales con respecto al gobierno y las leyes y la sociedad en general. Esto —posiblemente debido a su ignorancia real, pero mucho más probablemente debido a ignorar y tergiversar adrede— no reconoce ni acepta (o se niega reconocer o aceptar) estos hechos salientes, entre otros:
Con el ascenso del régimen de Trump y Pence, los propios fascistas cristianos se jactan de que jamás han tenido una rama ejecutiva que favorece y apoya tanto a sus metas. El mismo Pence es un descarado fundamentalista cristiano, y a todo nivel del régimen están fascistas cristianos agresivos parecidos, y algunos de ellos ya ocupan cargos importantes en el gobierno, tales como el secretario de Estado Mike Pompeo y el procurador general William Barr, quien le ha declarado la guerra al secularismo, que lo denuncia como un enemigo nefando el que es responsable de todos los males sociales de Estados Unidos.
Con este régimen en el poder, han escalado muchísimo los ataques contra el derecho al aborto y el control de la natalidad, hoy el derecho al aborto pende de un hilo, y en muchas partes de Estados Unidos prácticamente no está disponible, a la vez que el régimen ha logrado nombrar a una gran cantidad de jueces de derecha, a muchos niveles del poder judicial, incluso a los más altos niveles, los que claramente se oponen al derecho al aborto (tal como está consagrado en el fallo Roe contra Wade), y algunos de ellos también afirman que el fallo Brown contra la Junta de Educación el que prohibió la segregación en la educación estuvo equivocado (y en consecuencia, también habría que revocarlo).
El procurador general Barra hace amenazas de mal agüero a las comunidades negras las que se atrevan a protestar contra la brutalidad y asesinato policial, a la vez que la policía mata a mil personas al año, siendo una cantidad desproporcionada de ellas gente de color, en su mayoría sin arma, y Trump riega burdamente veneno supremacista blanco y fomenta ataques supremacistas blancos violentos, de parte de la policía y otros.
Este régimen está violando, de hecho está destripando, el derecho al asilo, con la deportación sumaria de grandes cantidades de inmigrantes (muchos de ellos a la muerte), miles de ellos están detenidos en campos de concentración, y muchos niños muy jóvenes han sido separados a la fuerza de sus padres y madres.
Este régimen y sus seguidores fascistas atacan repetidamente a la ciencia, en particular con respecto a la crisis climática así como el entendimiento fundamental de que la evolución, incluida la evolución de la especie humana, es un hecho científico firmemente establecido, una de las teorías más fundamentadas de toda la ciencia, sin la cual no se puede llevar a cabo y desarrollar la ciencia.
Trump ha amenazado, en más de una ocasión, con usar armas nucleares y destruir países.
Todo esto se está dando, y está acelerándose, junto con otras maniobras para instituir un gobierno fascista, importantemente con las descaradas burlas de Trump al estado de derecho, tal como se evidencia, por ejemplo, en su negativa a comprometerse a respetar los resultados de unas elecciones en las que él no sea declarado el ganador, así como su afirmación de que la Constitución de Estados Unidos la confiere el poder de hacer lo que le dé la gana, y su franco desprecio y evisceramiento de los principios y disposiciones de la Constitución federal, como ha salido a la luz durante su impugnación, que incluye la descarada obstrucción en el Congreso.
El hecho de que este régimen —todavía— no ha consolidado su dominio fascista o implementado en toda su extensión su programa fascista no es motivo de alivio o pasividad política (y mucho menos la clase de ridículo insincero que expresa Skurk con respecto a aquellos que actúen para conseguir la demanda de que sea sacado este régimen antes de que pueda llevar a cabo esa consolidación e implementación en toda su extensión), pero al contrario, debe de servir de toque de clarín para todos —los decenas de millones— los que despreciamos profundamente a este régimen y todo lo que se propone hacer, a que se sumen a los manifestantes ¡FUERA YA! y a su llamamiento a que las masas de personas, a los miles que crezcan a millones, a que lleven a cabo protestas no violentas pero sostenidas, cuyo objetivo no es “derrocar a nuestro sistema de gobierno”, como Skurk falsamente afirma, sino sacar a este régimen fascista antes de que sea demasiado tarde.
Finalmente, para responder a otra importante y aleccionadora tergiversación que hace Skurk, cabe examinar lo siguiente. Ella escribe:
La solución de Avakian para el racismo en Estados Unidos tiene dos elementos. Se prohibiría toda la discriminación (si así de sencillo fuera). Segundo, los afroamericanos contarían con la oportunidad de decidir si quieren formar territorios autónomos, algo parecido a las reservas para los indígenas. Lo mismo se aplica a los hispanos en el Sudeste de Estados Unidos. Alternativamente, el nuevo gobierno quizá considere devolver a México el territorio tomado durante la Guerra Mexicano-Estadounidense por los “Estados Unidos imperialistas”.
Esto encierra, una vez más, una burda y exagerada simplificación y tergiversación de lo que está encarnado en esta Constitución con respecto a superar la opresión racista. En el Preámbulo de la Constitución, así como en los Artículos siguientes, donde se discute la orientación fundamental y las políticas concretas concernientes a las múltiples dimensiones de la sociedad, se enfatiza la superación de “los atroces crímenes, la opresión y las injusticias perpetrados por la antigua clase dominante y gobierno de los Estados Unidos de América contra las diversas nacionalidades minoritarias” (Artículo II, Sección 3). Y no meramente se declara que “se proscribirá y se prohibirá la discriminación contra las nacionalidades minoritarias en todas las esferas de la sociedad, incluida la segregación en la vivienda, educación y otras áreas, y el gobierno central y el de otros niveles adoptarán y concretarán medidas y pasos para superar los efectos de la discriminación y segregación y el legado general de la opresión a la cual estos pueblos han estado sometidos”.
Toda esta Sección del Artículo II, que llena un total de 10 páginas de la Constitución, comenta concretamente la manera en que se aplicará esto con respecto a las instituciones, el funcionamiento y las políticas del gobierno; y también se trata esta cuestión en Sección 4 del siguiente Artículo (III).
Con respecto a otra burda tergiversación en la “crítica” de Skurk, las regiones autónomas que esta Constitución dice que quizá se creen para las nacionalidades minoritarias (anteriormente oprimidas) para nada “se parecen a las reservas para los indígenas”. Esas reservas, las que hoy existen en el marco general dominado por la clase dominante capitalista-imperialista de Estados Unidos, no fueron establecidas históricamente sobre la base de la voluntad de esos pueblos —tal como ocurriría en la Nueva República Socialista en América del Norte— sino mediante políticas y actos genocidas llevados a cabo por el gobierno de Estados Unidos y el sistema al que sirve, el cual diezmó a los pueblos indígenas y los obligó a ir a vivir en territorios y a subordinarse a un estilo de vida que no era de su elección, y que se ha esforzado por mantener a los pueblos ahí en condiciones de privaciones y opresión. En oposición directa y fundamental a eso, como explica la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, se deberá decidir la cuestión de establecer autonomía en las regiones y zonas “con importantes concentraciones demográficas de las nacionalidades minoritarias quienes estuvieron oprimidas al interior de las fronteras de los antiguos Estados Unidos de América imperialistas” por medio de elecciones únicamente con la participación de los miembros de esa nacionalidad específica.
Específicamente, con respecto de los indígenas norteamericanos, la Constitución (en el Artículo II, Sección 3) enfatiza que:
dondequiera que se establezcan regiones autónomas de indígenas en los alrededores generales de las tierras históricas de los diversos pueblos indígenas, el gobierno central también tomará medidas para asegurar que estas regiones autónomas no sólo tengan los necesarios territorios sino los necesarios recursos para propiciar un verdadero florecimiento de estos pueblos, en el marco general de la Nueva República Socialista en América del Norte. El gobierno central de la Nueva República Socialista en América del Norte les proporcionará ayuda y apoyo especial a cualquier región autónoma indígena, basándose en los principios y objetivos establecidos en la presente Constitución.
Y, en el Artículo III, Sección 4, esta cuestión también recibe énfasis:
Tal como se evidencia en la experiencia histórica de las nacionalidades oprimidas en los Estados Unidos de América imperialistas (y en la experiencia por todo el mundo), la superación de las desigualdades entre las regiones está fuertemente entretejida con la eliminación de la opresión nacional. Por esa razón en especial, el gobierno de la Nueva República Socialista en América del Norte destinará atención, esfuerzos y recursos especiales a desarrollar las regiones las cuales, debido al dominio de las clases explotadoras y la dinámica del capitalismo y otros factores, bajo el viejo sistema fueron mantenidas en una situación más atrasada, y a superar las disparidades entre las regiones así como las brechas entre las zonas rurales y las zonas urbanas (en este sentido, ver también el Artículo IV).
Finalmente, sobre esta importante cuestión, dada la continua experiencia de horrorosa opresión del pueblo negro a lo largo de la historia de Estados Unidos y su actual condición como nación oprimida dentro de Estados Unidos, la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte también defiende el derecho del pueblo negro a la autodeterminación, lo que incluye el derecho de separarse de la Nueva República Socialista y de formar un país separado — y establece el proceso y los medios con los cuales una votación, de parte del pueblo negro, podría ser organizada para determinar este asunto.
Todo eso es una expresión del principio fundamental que se expresa en el Preámbulo de esta Constitución:
La Nueva República Socialista en América del Norte es un estado multinacional y multilingüe que se basa en el principio de igualdad entre diferentes nacionalidades y culturas y uno de sus objetivos esenciales es eliminar por completo la opresión nacional y la desigualdad entre las nacionalidades, lo que fue una parte tan fundamental de los Estados Unidos de América imperialistas a lo largo de su historia. Es posible vencer y superar por fin las divisiones en la humanidad entre países y naciones y construir una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación únicamente sobre la base de estos principios y objetivos. Esta orientación también está encarnada en las diversas instituciones del estado y el funcionamiento del gobierno en la Nueva República Socialista en América del Norte.
Se podría escribir mucho más en respuesta al ataque de Skurk, pero de lo que se ha mostrado, está claro que su ataque no es una crítica de principios, basada en los hechos y razonada, ni a ¡FUERA YA! ni al nuevo comunismo, sino, como se decía al inicio de este escrito, su ataque es representativo de una típica combinación de burda ignorancia y deliberadas tergiversaciones que están al servicio de la especie de fascismo concentrada en el régimen de Trump y Pence, para el cual Skurk es una apologista, y el que constituye una amenaza muy real, inmediata y sí, siniestra, a la propia existencia y futuro de la humanidad. En oposición a eso, lo que representan los manifestantes ¡FUERA YA! y lo que éstos están llamando a hacer —y, en los términos más fundamentales, lo que está encarnado en el nuevo comunismo— representa una verdadera y edificante esperanza para la humanidad y su futuro.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
Un discurso de Bob Avakian
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Rechazar el Fascismo ha emitido una nueva e importante Declaración de Conciencia para que muchos miles de personas la firmen y difundan en toda la sociedad.
Esta declaración sale en un momento en que decenas de millones de personas se oponen y temen profundamente lo que está haciendo el régimen de Trump y Pence, pero han demostrado que todavía no están dispuestas a actuar en masa de las formas que estén a la altura. A partir del otoño de 2019 pasando por el juicio político de Donald Trump, Rechazar el Fascismo luchaba por hacer nacer el tipo de protestas crecientes y sostenidas que pudieran impulsar que fuera sacado el régimen de Trump y Pence. Pero aunque eso estableció un estándar importante y fue correcto intentar hacerlo, un número adecuado de personas no respondieron para poner en marcha esta dinámica. Y no obstante, continúa la necesidad urgente de que este régimen sea sacado del poder por las masas de personas.
Ha quedado en claro que hace falta desarrollar una tremenda lucha ideológica y política con aquellos que se oponen al régimen de Trump y Pence para que lo vean por lo que es —un fascismo estadounidense que arrolla— y para que actúen en consecuencia. Esta nueva declaración, que poéticamente capta el peligro que enfrentamos y la responsabilidad que tenemos para con la gente del mundo, es una herramienta para desarrollar esta lucha. A medida que miles y decenas de miles de personas empiecen a conocerla y a firmarla, esta declaración podría cambiar dramáticamente el discurso en toda la sociedad.
Todos los que se nieguen a aceptar un Estados Unidos fascista deberían apuntar su nombre y contribuir a recabar miles de firmantes adicionales y recaudar decenas de miles de dólares en las semanas venideras, y luego muchísimos más. Se debería difundir esta declaración de mano a mano y en línea a: alumnas y alumnos de secundaria y estudiantes universitarios de todas partes; figuras prominentes de las artes, las ciencias, la literatura, la música y el cine; las comunidades que están en la mira de este régimen — los inmigrantes, los latinos, los negros, los musulmanes y otros; las comunidades legales y religiosas; los profesionales de todo tipo; y muchos otros. Que se lea desde los púlpitos y se discuta en las aulas. Que se cuelgue en las paredes y se debata en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Para ganar a las personas para que firmen y difundan esta Declaración, y le hagan donativos, se requerirá una lucha, algo a lo que hay que darle la bienvenida. Es por medio de una lucha sobre la norma moral y el camino hacia adelante presentado en esta declaración que se puede forjar un pueblo que esté dispuesto a ponerse a la altura del reto histórico de nuestros tiempos.
Comience por leerla aquí, firme con su nombre, hágale un donativo, y luego difúndala entre los demás.
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Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) ha actualizado su Declaración de Conciencia/Llamamiento a la Acción de 2020, agregando la siguiente declaración a su poderosa denuncia al régimen de Trump y Pence:
“Con su anticiencia, durante meses el régimen de Trump y Pence ocultó el peligro del virus de la Covid-19, que ahora es pandemia, montando el escenario para su impacto potencialmente catastrófico a toda la sociedad y poniendo en mayor peligro a aquellos que han estado en la mira de su programa general: los inmigrantes obligados a vivir en las sombras y campos de concentración; los millones de negros y latinos que languidecen en las prisiones; la gente de Irán agobiada por sanciones crueles; los pobres, los enfermos y los sin techo en Estados Unidos y por todo el mundo”.
La Declaración es un documento dinámico. A medida que el mundo sigue cambiando rápidamente, cada día aumenta con urgencia y se hace más desafiante la necesidad de sacar del poder al régimen de Trump y Pence a la mayor brevedad posible. Debido a la pandemia de la Covid-19, por ahora estamos suspendiendo el enérgico trabajo para organizar protestas sostenidas de masas de millones de personas en las calles, reconociendo al mismo tiempo la necesidad de difundir en este momento que, en última instancia, estas protestas son la única manera de sacar del poder a este régimen fascista. Reconocemos que existe la posibilidad de que se desarrolle una situación en la que quizá fuera necesario responder así en el futuro, incluso ante una crisis sanitaria en marcha causada por la enfermedad, a fin de impedir que este régimen siga poniendo en peligro a la humanidad.
Además, reconocemos que, durante este periodo de distanciamiento social, las masas de personas quizá sientan la necesidad urgente de tomarse las calles con protestas legítimas para obtener sus necesidades básicas. En tales situaciones, nosotros tomaremos partido con las masas y argumentaremos por que incluso las protestas de masas intenten acatar las mejores prácticas de la salud pública.
Reconocemos que el régimen de Trump y Pence, con su oposición a la ciencia y su programa fascista, ahora representa un peligro aún mayor para la humanidad la que enfrenta a la pandemia de la Covid-19. Creemos que la Declaración de Conciencia de Rechazar el Fascismo es la mejor expresión de lo que la gente del mundo enfrenta y de lo que hace falta; sigue siendo tanto oportuna y acertada, al mismo tiempo que en este momento no estamos trabajando para implementar el llamamiento a que millones de personas se tomen las calles. Instamos a todos los que tienen un corazón que late por la humanidad a que lean detenidamente esta Declaración, la discutan, la debatan, la lleven donde sea posible —de las formas apropiadas— a los centros de detención de la Migra (ICE) y otros lugares donde las masas de personas la necesitan, y en general que desarrollen métodos creativos, especialmente en las redes sociales, para que la declaración se convierta en un polo en torno al cual millones de personas tomen posición y actúen.
El Consejo Editorial de Rechazar el Fascismo, 16 de marzo de 2020
* * * * * *
Tenemos que proclamar a los cuatro vientos lo que solo se ha mencionado entre susurros y acertijos. Tenemos ante nosotros un fascismo estadounidense que arrolla, envuelto en la bandera y la Biblia de Mike Pence cumplida a la letra — vomitando su veneno de supremacía blanca, misoginia, xenofobia, y opresivos valores “tradicionales” fundamentalistas.
Miles llenan estadios y le dan vivas a la atroz e intolerante retórica de Trump. Sus secuaces amenazan con lanzar una guerra civil y llevan a cabo acciones de terror.
La absolución de Trump tras un farsante juicio político ha establecido un precedente judicial para que él haga lo que le da la gana —incluso robarse elecciones— a medida que arrasa a toda velocidad con una venganza alarmante.
El régimen arremete contra la idea misma de la verdad objetiva; trafica no solo con mentiras sino con una descarada campaña de desinformación.
Se deshace de quienes se niegan a marchar en fila, y llena lo judicial, policial y militar, las ramas ejecutivas y legislativas, así como las cámaras estatales con fascistas y toda calaña de reaccionario rabioso —como los teocráticos fascistas cristianos— que ven en esta su última oportunidad para consolidar su dominio por generaciones.
El mundo que hemos conocido hasta hoy está siendo descuartizado. Los regímenes fascistas se están imponiendo en todas partes, al mismo tiempo que decenas de millones de personas a la fuerza tienen que buscar asilo debido a guerras, al cambio climático, y a enormes dislocaciones económicas. Los científicos han “recalibrado” el reloj del apocalipsis, que mide el peligro de una guerra nuclear y la destrucción del medio ambiente, a 100 segundos antes de la medianoche. Con su anticiencia, durante meses el régimen de Trump y Pence ocultó el peligro del virus de la Covid-19, que ahora es pandemia, montando el escenario para su impacto potencialmente catastrófico a toda la sociedad y poniendo en mayor peligro a aquellos que han estado en la mira de su programa general: los inmigrantes obligados a vivir en las sombras y campos de concentración; los millones de negros y latinos que languidecen en las prisiones; la gente de Irán agobiada por sanciones crueles; los pobres, los enfermos y los sin techo en Estados Unidos y por todo el mundo.
No será fácil reparar el daño ya hecho, y sin duda lo peor está por venir. Nos encontramos en un terreno cada vez más movedizo, y cualquier crisis grave, en el mundo o en Estados Unidos, podría convertirse en el pretexto para que este régimen se ponga los guantes de acero. La historia ha mostrado que hay que parar al fascismo antes de que sea demasiado tarde.
Basta ya. Desde aquí proclamamos a voz en cuello:
En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar un Estados Unidos fascista.
Ya es tarde. Si no intervenimos ahora, no podemos cuestionar cómo fue que el pueblo alemán aceptó los horrores del régimen nazi. Lo que permitimos no es solo lo que toleramos… sino en lo que nos volvemos.
No nos quedaremos al margen mientras este régimen hace trizas el estado de derecho. No permitiremos que otra vez se cambien las reglas con respecto a lo que toleraremos o que nos envolvamos en nuestras propias vidas mientras que el régimen llena campos de concentración en la frontera, enjaula a niños migrantes, excluye a los musulmanes, y amenaza a países enteros con fuego y furia. No permitiremos que a las personas LGBTQ las vuelvan a encerrar en el clóset o que las mujeres pierdan el derecho al aborto y el control de la natalidad.
Hace mucho que debimos haber descartado las ilusiones y auto ilusiones. Desde hace años unos han estado esperando a la Ola Azul, a Mueller, el juicio político. Pero los canales normales se volvieron callejones sin salida cuando el régimen hizo pedazos las normas y cambió las reglas.
No podemos apoyarnos en el Partido Demócrata para acabar con esta pesadilla. Trump los califica de enemigos y “traidores”, y azuza a sus secuaces a que “los encierren”. Sin embargo, una y otra vez los demócratas se lanzan a la oportunidad de trabajar con Trump, siempre y cuando él lo permita, y así van normalizando lo que debemos estar combatiendo. Cuando los demócratas por fin decidieron llevar a cabo el juicio político, lo hicieron basándose en argumentos verdaderos, convincentes, pero muy restringidos, enfocados en el chantaje a las elecciones, y no por la cantidad de crímenes que representa el programa de Trump y Pence. No han movilizado a la única fuerza capaz de transformar a la ecuación política misma —el poder popular en las calles— y se han negado a decir en público lo que muchos de ellos reconocen en privado, que Trump es un fascista.
No vayamos a esperar, en contra de los hechos, que las elecciones 2020 —las mismas por las que juzgaban a Trump por intentar sabotear— sean el remedio que resuelva esta crisis. ¿Qué vamos a hacer si Trump gana, o pierde y no quiere renunciar? ¿Qué daños podrían seguir perpetrando las fuerzas fascistas que él ha desencadenado, aunque él pierda y se vaya vengativo? Ninguna elección, justa o fraudulenta, puede legitimar lo que se ha normalizado en estos últimos tres años.
Sí es tarde, pero hemos visto cómo los pueblos en todas partes del mundo se han lanzado a las calles con protestas masivas, sostenidas, y no violentas para expulsar a regímenes odiados y así tener la oportunidad de forjar su propio destino. Ahora los ojos del mundo están sobre nosotros. Quieren saber de qué lado estamos. ¿Vamos a capitular ante este régimen, quedándonos callados y apacibles, o vamos a luchar contra toda injusticia que este régimen cometa y tomar las medidas decisivas para despistarlo de su rumbo de colisión con la humanidad?
Sí hay una manera de parar esto. Aferrados a nuestra conciencia, haremos sonar la alarma, y organizaremos para conseguir que miles, por todo este país, se lancen a las calles con masivas protestas, sostenidas y no violentas demandando Trump y Pence Fuera Ya, protestas que vayan creciendo hasta alcanzar los millones en las calles y hasta que se cumpla nuestra demanda. Este no es el camino fácil, demanda sacrificio, sin embargo, lo que hagamos será por el amor que le tenemos a la humanidad, en directa oposición al odio e intolerancia del régimen fascista de Trump y Pence, y así causarle a los poderes gobernantes una crisis política que resulte en la expulsión del poder de este régimen ilegítimo.
TENEMOS QUE MOVILIZARNOS para concretar esto en los hechos. Sí, es tarde, pero no es demasiado tarde.
PROMETEMOS que no nos mantendremos a un lado mientras existe la oportunidad de parar a este régimen que pone en peligro a la humanidad y al planeta mismo.
REPRESENTAMOS DIFERENTES PUNTOS DE VISTA, pero nuestra determinación nos une, PROCLAMAMOS:
En nombre de la humanidad,
Nos NEGAMOS a aceptar un Estados Unidos fascista.
Esta pesadilla tiene que parar:
TRUMP/PENCE ¡FUERA YA! [#OUTNOW!]
Lea el texto de la película en español aquí.
Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.
Rechazar el Fascismo es un movimiento de personas con diversas perspectivas, unidas en nuestro reconocimiento de que el Régimen de Trump y Pence representa un peligro catastrófico para la humanidad y el planeta y que es nuestra responsabilidad sacarlos del poder por medio de protestas no violentas que crezcan a diario hasta que se cumpla nuestra demanda. Esto quiere decir trabajar y organizarnos con toda nuestra creatividad y determinación para movilizar a miles y, con el tiempo, a millones de personas en las calles de las ciudades y los pueblos, para exigir:
¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) acoge a los individuos y las organizaciones con diversos puntos de vista que comparten nuestra determinación a no aceptar a un Estados Unidos fascista, los que se sumen a nosotros y/o sean socios con nosotros en esta gran causa.
Conozca más sobre Rechazar el Fascismo aquí.
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El virus de la Covid-19 llegó tarde a América Latina, con el primer caso confirmado el 5 de marzo. Pero en los últimos dos meses se ha propagado como un fuego rugiente entre los 700 millones de personas de la región. Se ha cebado de la desesperada pobreza, endeudamiento y sistemas sanitarios disfuncionales que son el resultado de 500 años de pillaje por el colonialismo europeo y la continua dominación del imperialismo, especialmente el estadounidense. Y el “negacionismo del coronavirus” ha contado con cancha libre de parte de varios importantes dirigentes políticos burgueses, “dirigentes” que primero se burlaron de la enfermedad, luego se resistieron a toda medida para contenerla o mitigarla, y luego mintieron sistemáticamente en relación al saldo de muertos, aunque los hospitales ya estaban abrumados y los cadáveres se amontonaban en las morgues.
Los efectos combinados de todas estas fuerzas han convertido los hospitales, las morgues, los vecindarios e incluso ciudades enteras en literales paisajes infernales que hacen que las creaciones de Stephen King se parezcan a cuentos infantiles.
A los defensores del imperialismo les gusta jactarse de la “modernización” de América Latina en los últimos decenios, y señalan el crecimiento de una clase media modesta, fábricas modernas y distritos prósperos en las grandes ciudades. Ostentan a Brasil, en particular, diciendo que está “en camino” de ser una nación “desarrollada”.
Pero debajo del brillo se ve la realidad de que la riqueza generada en estos países se hace sobre la base de la explotación brutal y pulverizadora de los trabajadores de las minas, los molinos y las fábricas, los campesinos de los pequeños cultivos y las grandes plantaciones, las personas que tratan de escapar de la pobreza desesperada que atrapa a cientos de millones. Y se exprime la mayor parte de esa riqueza en beneficio de los países imperialistas y los banqueros que son los dueños o hacen fuertes inversiones en gran parte de la capacidad productiva, dejando atrás un delgado barniz de “prosperidad”.
En Brasil, “...casi la mitad de la población no tiene acceso a servicios de saneamiento y una cuarta parte vive en la pobreza.... en las favelas más pobres quizás de 8 a 10 personas compartan una casa de dos habitaciones, sin perspectivas de distanciamiento social”. Las enfermedades prevenibles o tratables, como el dengue, la fiebre amarilla y el paludismo, siguen acechando y debilitando a millones de personas. En América Latina en su conjunto, el 45 por ciento de las personas trabajan en la “economía informal” sin prestaciones ni seguridad, y el gasto público en atención sanitaria es menos de una cuarta parte per cápita de lo que es en muchos países europeos1.
Además, los gobiernos latinoamericanos tienen que evaluar cómo manejar una crisis sanitaria pública tomando en cuenta a los gobiernos e inversionistas imperialistas que ejercen un enorme apalancamiento financiero. Así que hay una tremenda presión para mantener la economía en marcha, mantener esas fábricas produciendo productos que encajen en la cadena de suministro global, mantener la recaudación de esos impuestos para que puedan pagar los préstamos.
Los gobiernos que no cedieron a esta presión han manejado mucho mejor la pandemia, pero se les está haciendo pagar un precio terrible. Según la NPR, a fines de marzo, el gobierno argentino reconoció que “su sistema de salud, que carece de fondos suficientes, se vería rápidamente desbordado” y que “podríamos tener 250.000 muertes si no hacemos nada”. Así que el 20 de marzo, impusieron un cierre y prohibición de viajar por ocho semanas a nivel nacional. Como resultado, Argentina, con 45 millones de habitantes, sólo ha tenido 363 muertes confirmadas de la Covid-19 hasta ahora.
Pero ahora los buitres imperialistas les están presionando: el cierre hizo imposible que Argentina cumpliera con el próximo pago de 500 millones de dólares de su deuda, lo que significa que podrían entrar en mora. Según el New York Times: “Los acreedores internacionales han rechazado el plan que presentó Argentina para reestructurar su deuda” a fin de tomar en cuenta el impacto de la pandemia, así que el incumplimiento es casi seguro. ¡Quieren su dinero y lo quieren ya!
Esa experiencia arroja cierta luz sobre la “epidemia” de negacionismo del coronavirus entre muchos otros dirigentes latinoamericanos que temían más el trastorno económico que implica enfrentarse seriamente a la pandemia, que la muerte en masa que traería el virus. El presidente fascista de Brasil, Jair Bolsonaro, imitó a su amigo Donald Trump al afirmar que la Covid era tan sólo “una pequeña gripe” y que “los brasileños no se contagiarán de nada... ya tienen los anticuerpos para impedir que se propague”. Bolsonaro chocó fuertemente con los gobernadores de los estados en torno a las órdenes de refugiarse en el lugar.
Y asimismo, según la Brookings Institution, el presidente “populista” de México “Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se empeñó en vagar públicamente por las calles, tuiteando fotos y besando a un bebé el 21 de marzo. Instaba a la gente a relajarse y a leer la famosa novela de García Márquez El amor en los tiempos del cólera”. Fue necesario que los tribunales federales le dieran una orden a AMLO para que tomara medidas para proteger a la gente contra la epidemia. El ex guerrillero de izquierda y actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, encabezó un desfile “El amor en los tiempos de la Covid-19” el 14 de marzo.
La ciudad portuaria de Guayaquil, con unos tres millones de habitantes, fue duramente golpeada, con hospitales completamente desbordados. Un médico le dijo al New York Times: “Había gente muriéndose a las puertas de nuestras clínicas y no teníamos cómo ayudarlas. Madres, esposos, pidiendo entre lágrimas una cama, porque ‘tú eres doctor y tú nos tienes que ayudar’”. En otro hospital, un médico informó: “‘Había cadáveres en sillas de ruedas, en camillas, y en el piso en el área de urgencias, y el olor era tal que el personal se negaba a ingresar a esa zona….’ Varios de sus colegas, médicos en el mismo hospital, se enfermaron y esperaron en sillas de ruedas a que los pacientes murieran para tener la oportunidad de usar un ventilador [respirador]”.
La CNN informó sobre una mujer que esperó 24 horas en el hospital para que su madre consiguiera una cama; finalmente una enfermera la llevó a un lado y le dijo: “Si tienes el dinero para tratar a tu madre en casa, hazlo. Si la dejas aquí, ella morirá”. Otro hombre le dijo a la CNN que cuando su padre se enfermó, manejó cuatro horas y se le negó la admisión en 10 hospitales, antes de ser finalmente aceptado en el onceavo. Y cuando a su padre le dieron una habitación, ¡la tuvo que compartir con dos cadáveres!
Pero no sólo los hospitales estaban abrumados, sino también las morgues y las funerarias. Cuando el padre del hombre se murió, el hospital perdió el rastro de su cuerpo entre los cientos de muertes, así que lo enviaron a la morgue para buscarlo: “Había cuerpos amontonados uno encima del otro. Entrar en esa habitación, es como entrar al infierno”. Incapaz de encontrarlo, volvió cuatro días seguidos y buscó entre 250 cuerpos, muchos de ellos descompuestos en espacios no refrigerados.
Las funerarias también estaban abrumadas. Primero la gente hacía los entierros en ataúdes de cartón, luego incluso eso se hizo imposible y los dejaban en la calle para que los recogieran. Según el New York Times: “En los vecindarios más pobres de la ciudad, algunos habitantes dijeron que tenían que esperar hasta seis días a 90 grados de temperatura para que los servicios de urgencias recogieran los cadáveres de los parientes y vecinos fallecidos”.
En este momento, el número oficial de muertos por la Covid-19 para todo el Ecuador es de 2.688. Pero como dijo el alcalde de Guayaquil: “Nunca sabremos cuál es la cifra real, porque no hay pruebas”.
Manaos, una ciudad de más de dos millones de habitantes, se considera la “puerta de entrada” a la vasta región del Amazonas. En abril, aparecieron fotos impactantes de entierros en masa. The Guardian informó:
El domingo enterraron 140 cuerpos en Manaos, la capital flanqueada por la selva del estado de Amazonas. El sábado, 98. Normalmente la cifra estaría más cerca de 30, pero ya no son tiempos normales.
“Es una locura, de plano una locura”, dijo Gilson de Freitas, un trabajador de mantenimiento de 30 años de edad cuya madre, Rosemeire Rodrigues Silva, fue una de las 136 personas enterradas allí el martes pasado... [Freitas] recordó haber esperado con desesperación mientras bajaban sus restos a una zanja fangosa junto a quizá otros 20 ataúdes.
“Los arrojaron ahí como perros”, dijo. “¿Cuánto valen nuestras vidas ahora? Nada”.
El alcalde de la ciudad, Arthur Virgílio, pidió ayuda internacional urgente. “No estamos en estado de emergencia, estamos mucho más allá de eso. Estamos en un estado de desastre total... como un país que está en guerra, y ha perdido”, dijo.
Una vez más los hospitales se vieron desbordados. La CNN informó que ponían a las personas que llegaron por enfermedades o lesiones no relacionadas con la Covid en habitaciones con pacientes positivos para la Covid, y contrajeron la enfermedad y murieron. Un médico informó que “las salas de maternidad se convirtieron en una de las principales áreas de infección porque no existe un plan de aislamiento”, y que los médicos están expuestos al virus debido a los bajos niveles de personal y a la falta de equipo protector personal (PPE).
El 5 de mayo, Bolsonaro dijo que “lo peor ya había pasado” en Brasil. Ese día el saldo de muertes a nivel nacional rompió su anterior récord. Y al día siguiente, lo rompió de nuevo. Al cierre de esta edición, según el recuento oficial, Brasil es el quinto país con más casos en el mundo, con casi 16.000 muertes. Las cifras reales son ciertamente mucho más altas.
Al parecer, el presidente López Obrador (AMLO) ha hecho un trabajo efectivo... de ocultar la devastación causada por el coronavirus a gran parte de la población y más o menos mantener las fábricas en marcha para complacer a Estados Unidos. El gobierno ha suprimido la verdad del número de muertes — según el New York Times, las cifras que el gobierno nacional da a conocer públicamente para las muertes en la Ciudad de México son un tercio del número de muertes que la ciudad está reportando al gobierno federal (que ciertamente también son subestimaciones). El secretario de salud de AMLO afirmó que “hemos aplanado la curva”, y el propio AMLO dijo hace poco: “Lo que el mundo sabe de México es que estamos domando la pandemia, y estamos haciendo esto básicamente porque los mexicanos están haciendo un esfuerzo consciente”.
Esto ha sido mortal. A principios de mayo un médico de la Ciudad de México le dijo al New York Times: “Es como si viviéramos nosotros los doctores en dos mundos distintos, uno es dentro del hospital, donde los pacientes están muriendo y están muy graves. Y el otro es cuando salimos a la calle y vemos a la gente caminar, despreocupada, viviendo su vida normal sin idea de qué tan grave es la situación”. El mismo artículo incluía una foto de una estación del metro densamente hacinada en la Ciudad de México con muy poca gente con máscaras. Sky News cita a un hombre que acababa de enterrar a su madre: “La gente no lo entiende porque hay mucha gente que sigue saliendo sin máscara, siguen jugando en los parques. Pero el gobierno tiene la responsabilidad de dar números reales, cifras reales, para que la gente esté informada de lo que pasa, que hay muchos casos”.
Y reportan que “prácticamente no hay distanciamiento social, y los mercados al aire libre y algunos negocios operan normalmente”.
Pero de nuevo, ¿cuál es la realidad? Un informe de Sky News:
Actualmente hay un atraso de tres días para la cremación en todos los crematorios públicos de la ciudad y los trabajadores de los crematorios en los últimos días han indicado que se tendrán que hacer más entierros porque la capacidad de quema está desbordada. Grandes nubes de humo negro salen sobre los panteones porque los hornos están haciendo cremaciones a nivel industrial en la ciudad, pero los cadáveres no dejan de llegar.... En trajes de protección contra materiales peligrosos, el personal del crematorio trabaja las 24 horas al día llevando los cuerpos a enormes hornos para su disposición.
Sky News visitó o habló con 30 crematorios, y determinó que creman un promedio de 600 cadáveres al día, aproximadamente el 90 por ciento de ellos son víctimas de la Covid-19, y esto no cuenta a las personas que están enterradas. Además, calcularon que el número oficial de muertes del gobierno en la capital es menos de una quinta parte de las muertes reales.
Sky News concluye su informe sobre México con estas palabras:
A falta de una vacuna o un milagro, el efecto en esta sociedad y en la ciudad podría ser totalmente catastrófico.
¡Eso es muy cierto! Pero lo que tiene aún más importancia es que a menos que se haga una revolución que se deshaga del sistema imperialista y cree una sociedad socialista que priorice las necesidades de la humanidad, el efecto sobre la humanidad será “completamente catastrófico”.
1. Vea The Lancet, South America prepares for the impact of COVID-19 [América del Sur se prepara para el impacto de la Covid-19], 29 de abril de 2020, y Brookings Institution, Order from Chaos: As coronavirus hits Latin America, expect serious and enduring effects [Orden en medio del caos: Al azotar el coronavirus a América Latina, se esperan efectos serios y duraderos], 26 de marzo de 2020. [volver]
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De un lector:
“El coronavirus entró en las prisiones como una cerilla encendida en un denso bosque, encendiendo sólo un árbol al principio, pero luego extendiéndose rápidamente por todo el bosque”. — un preso de Michigan1.
Estados Unidos mantiene a 2,3 millones de personas tras las rejas, más que ningún otro país del mundo, alrededor del 60 por ciento de las cuales son presos negros, latinos y otros de color. Los funcionarios de salud pública han venido advirtiendo sobre la propagación del coronavirus en las cárceles y prisiones donde el distanciamiento físico es imposible. Un reciente modelo de predicción de investigadores académicos, publicado por la Unión Americana de Libertades Civiles, calculó que si no se reduce el número de presos de inmediato, se podría añadir 100.000 al número de muertes por la Covid-19 actualmente pronosticado para Estados Unidos2.
Según el Proyecto Marshall, que está recopilando datos sobre las infecciones por la Covid-19 en las prisiones estatales y federales, hasta el 13 de mayo al menos 25.239 personas en prisión habían dado positivo en las pruebas de la enfermedad, un aumento del 25 por ciento con respecto a la semana anterior. Y desde la primera muerte conocida de un preso por la Covid-19 en marzo, más de 370 otros presos han muerto por causas relacionadas con el coronavirus. Para el 13 de mayo, el número total de muertes había aumentado en un 25 por ciento con respecto a la semana anterior3. Para el1 de mayo, 8 de los 10 mayores brotes de Covid-19 en Estados Unidos estaban en prisiones y cárceles4.
Por muy duras que sean estas estadísticas, podrían ser una subestimación de lo que está pasando en las prisiones y cárceles. El Proyecto Marshall señala: “Gran parte del notable crecimiento reciente de los casos de coronavirus se ha debido a un pequeño puñado de estados —entre ellos, Ohio, Tennessee, Arkansas, Michigan y Carolina del Norte— que comenzaron a dar pruebas agresivamente a casi todo el mundo en las prisiones donde algunos se habían enfermado. Esta serie de pruebas implicaría que el coronavirus ha estado circulando en las prisiones [contagiando a] un número mucho mayor [de personas] que era previamente conocido, y que en los muchos estados donde las pruebas no han sido frecuentes, muchas más personas pueden haber sido portadores de lo que se informó inicialmente”5.
En un reciente artículo de opinión en el New York Times, Michelle Alexander, autora de El color de la justicia: La nueva segregacion racial en Estados Unidos, informó: “En Ohio, mi estado natal, más del 80 por ciento de las personas enjauladas en [el Centro Penitenciario] Marion han sido contagiado con el coronavirus debido a la débil respuesta del estado. Trece de ellos han muerto”6.
A los encarcelados se han hecho muy pocas pruebas de coronavirus en muchos otros estados. Por ejemplo: Nueva Jersey ha hecho pruebas a menos del uno por ciento de su población encarcelada. Florida sólo ha hecho pruebas a 615 de una población carcelaria de 95.000 personas. A menos de la mitad del uno por ciento de todos los presos federales les han hecho pruebas7.
En los lugares donde se han hecho la prueba a los presos, ha salido reportes de horribles tasas de contagio. Por ejemplo, en Ohio, donde hicieron la prueba a 6.375 presos y personal estatales, ¡la tasa de infección fue de más del 60 por ciento! En la única instalación de Carolina del Norte donde se hicieron pruebas a gran escala, 460 de 770 presos dieron positivo, de nuevo casi el 60 por ciento8. Según un informe de la Associated Press del 29 de abril, el 70 por ciento de los presos federales a los cuales se han hecho la prueba han dado positivo para el coronavirus9.
Cualquier sociedad humana habría tomado medidas desde el principio para proteger a estos presos. En lugar, la respuesta ha sido una de obstrucción y mentiras. Abogados defensores públicos y la ACLU han presentado peticiones ante los tribunales para liberar a los condenados por delitos menores, a los enfermos y ancianos, y a los que se acercan al final de su sentencia. Pero la gran mayoría de los presos siguen detenidos. Algunos fiscales federales argumentaron que los presos están más seguros en la prisión que fuera de ella. Un juez de Luisiana dijo que liberar a los consumidores de drogas con “mala higiene” amenazaría a la sociedad. En Washington, DC, los funcionarios de la ciudad dijeron al público que las cárceles estaban tomando las precauciones adecuadas, pero la investigación de los abogados defensores públicos mostró condiciones obscenas10. Después de la presión de algunos miembros del Congreso, el Procurador General Barr emitió un memorando el 3 de abril en el que se esbozaban las condiciones para la liberación a domicilio de las cárceles federales, pero sólo para un pequeño porcentaje de los presos federales: 1.027 de 174.000. Y a varios de los presos a los que les dijeron que serían liberados les cancelaron las órdenes de liberación11.
Lo que está pasando es una situación de “déjenlos morir” — un monstruoso crimen contra la humanidad en ciernes. Como un preso escribió en una carta a revcom.us, “¡Es una calamidad!... Es indignante porque yo sé que si contraigo el virus, existe una posibilidad de que mi condena de 7 años se convierta en una pena de muerte...”12.
Del Comunicado #5 de los Revcom, “La encarcelación en masa y el coronavirus... una pena de muerte en ciernes”:
¡Todo esto tiene que terminar! Nos hace falta una revolución real para emancipar a toda la humanidad y el Club Revolución se está organizando para ello. Y ahora mismo es urgentemente necesario juntarse para determinar qué hacemos para impedir que se aplique esta pena de muerte en masa. Si usted se preocupa por la humanidad, tenemos que hablar de cómo.
1. The coronavirus behind bars: A letter from a Michigan jail. Detroit Metro Times. 10 de abril de 2020. [volver]
2. Flattening the Curve: Why Reducing Jail Populations Is Key to Beating COVID-19, ACLU [volver]
3. A State-by-State Look at Coronavirus in Prisons, the Marshall Project. [volver]
4. “Stopping covid-19 behind bars was an achievable moral imperative. We failed”. Radley Balko, Washington Post, 1 de mayo de 2020 [volver]
5. The Marshall Project. [volver]
6. “Let Our People Go,” The New York Times, 13 de mayo de 2020. [volver]
7. Washington Post, 1 de mayo de 2020. [volver]
8. Washington Post, 1 de mayo de 2020. [volver]
9. “Over 70% of tested inmates in federal prisons have COVID-19”, Associated Press, 29 de abril de 2020. [volver]
10. Washington Post, 1 de mayo de 2020. [volver]
11. Washington Post, 1 de mayo de 2020. [volver]
12. Cartas de presos ponen al descubierto las condiciones bajo la pandemia de la Covid-19 en las mazmorras de Estados Unidos, revcom.us [volver]
Andrea Circle Bear: Víctima de encarcelación en masa + coronavirus
Un ejemplo escandaloso de una presa detenido por cargos menores que murió de coronavirus fue Andrea Circle Bear, una mujer de 30 años de edad, una mujer indígena de los sioux del río Cheyenne. El 1 de abril, dio a luz por cesárea mientras estaba en un ventilador. Aunque el niño sobrevivió, Andrea Circle Bear murió el 28 de abril. Estaba cumpliendo una sentencia de 26 meses por cargos de drogas. Un juez federal aprobó inicialmente su admisión en un programa de tratamiento, pero esa decisión fue rescindida después de que los fiscales federales argumentaron que su consumo de drogas representaba una amenaza para el feto. En cambio, fue trasladada desde una cárcel local en Dakota del Sur a una instalación carcelaria en Texas, a más de 1000 millas / 1600 kilómetros de su casa. A pesar de la levedad de su delito, el embarazo y al menos una condición médica preexistente, a Andrea Circle Bear le negaron la libertad, y ella contrajo el virus y murió.
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De un lector:
Las imágenes de una crisis social causada por un desastre natural —las desigualdades “pre-existentes” que han sido puestas al descubierto— son algo que ha ocurrido antes, como durante el huracán Katrina con el cual mucha gente está familiarizada. Pero hubo otro desastre natural que tanto puso al descubierto como exacerbó esas desigualdades en un pasado no muy lejano en Estados Unidos: la gran inundación de 1927.
La inundación del río Misisipí de 1927 fue el mayor desastre natural que Estados Unidos jamás haya conocido. Se puede investigar: las inundaciones récord a lo largo de todo el valle del río Misisipí desde los estados de Minnesota hasta Misisipí y Luisiana en el Golfo de México, la cantidad de agua, la cantidad de devastación, la miseria humana y la muerte. Aprendí mucho de esto leyendo el libro Rising Tide: The Great Mississippi Flood of 1927 y How it Changed America [La marea en ascenso: La gran inundación del río Misisipí de 1927 y la forma en que cambió a Estados Unidos] de John M. Barry. Abarca mucho más que lo que le pasó a la gente, pero en eso quiero centrarme.
Y, de saber algo sobre Estados Unidos, su historia o su presente, no nos costará trabajo saber a cuáles personas “son objeto de los peores y más duros golpes de la sociedad”, como dice BA: los negros. Este libro se concentra en el delta del río Misisipí. Ahí ocurrieron algunas atrocidades durante esa inundación que fueron propias de la inundación, y ocurrieron otras atrocidades que fueron una continuación, o incluso un retroceso, de la historia particular de Estados Unidos y su fundación sobre la esclavitud. Y una cantidad demasiado grande de los tipos de cosas que sufrieron los negros durante esa inundación se están repitiendo hoy durante la pandemia de la Covid-19. Quizá sean un tanto diferentes, pero las relaciones que permiten, y sí, exigen, que los negros “permanezcan en su lugar”, cualesquiera que sean los detalles de ese “lugar” en un momento dado, reflejan las contradicciones subyacentes de la opresión del pueblo negro en Estados Unidos.
En 1927 en la sociedad, hubo un sentimiento que diferentes sectores de la población expresaban de maneras muy distintas, algo que será muy familiar para la gente hoy. Durante la inundación de 1927 fue así: “Los blancos querían creer que una lucha contra las inundaciones representaba lo mejor de la comunidad, de toda la comunidad unida. En cambio, simplemente reflejaba la naturaleza del poder en la comunidad, desprovista de pretensiones”. (páginas 192-193) La realidad que enfrentamos hoy desmiente el lema “Estamos todos juntos en esto”, que se repite constantemente entre figuras públicas y melancólicamente por los asediados servicios de salud y otros trabajadores en las líneas del frente. Es posible que todos enfrentemos la misma realidad de una inundación o una pandemia, pero la forma en que las personas lo experimentan, las formas en que las relaciones sociales y la fuerza de la ley obligan a las personas a actuar es muy, muy diferente.
Hay una imagen espantosa de este libro en que no puedo dejar de pensar y que es particularmente horrible, pero también concentra la citada “naturaleza del poder en la comunidad”. Este pasaje cita del New York Times en 1927: “un ingeniero que se quedó sin sacos de arena ‘ordenó... a varios cientos de negros... a que se acostaran en la parte superior del dique y lo más cerca posible entre sí. Los hombres negros obedecieron, y aunque el rocío frecuentemente los salpicaba, ellos impidieron el desbordamiento del río que podría haberse convertido en una fea grieta profunda. Esto duró hora y media, hasta que llegaron los sacos de arena adicionales’”. (páginas 130-131) Piense en esa escena por un minuto nada más: hacer más observaciones al respecto tiene el potencial de hacerla menos profundamente angustiante.
No fue tan sólo este tipo de ejemplo horroroso el que caracterizó las diferencias en las experiencias de los negros y de los blancos. Las rutinas diarias para los blancos y para los negros durante la inundación fueron enormemente diferentes. Los blancos estaban alojados en los pisos más altos de los hoteles, “constantemente la gente tocaba el piano, cantaba y bailaba. [El hotel] no tuvo problemas para conseguir carne y suministros”. Mientras tanto, los vecindarios negros fueron inundados, arruinados, devastados.” Las carpas por fin llegaron para ofrecer albergue y el tiempo se había vuelto cálido, pero las carpas no tenían pisos y no habían llegado los catres, así que los damnificados aún dormían en el suelo húmedo. No había utensilios para comer ni comedor. Los negros tenían que comer con los dedos, de pie o de cuclillas como animales”. (páginas 311-312)
Los hombres negros fueron obligados a trabajar como prisioneros en cuadrillas de trabajos forzados. Las aguas corrían a raudales por el río Misisipí y era necesario reforzar los diques. Los hombres negros fueron obligados, a menudo a punta del barril de fusiles, a construir diques durante horas interminables, a menudo sin paga, con alimentos inadecuados, apaleados por los capataces blancos. Las compañías de la Guardia Nacional llamadas a ayudar por el estado durante las labores contra la inundación “apalearon a los damnificados negros, los apalearon por contestarles con desafío y los apalearon por tratar de abandonar el campamento. Acusaron de robo a los hombres de estas dos compañías —de entrar en carpas a voluntad, interrumpir juegos de cartas, tomar todo el dinero— de violación y de al menos un asesinato”. (p. 316)
Mientras que obligaron a los hombres negros a trabajar, también sometieron a las familias negras a condiciones peligrosas y deshumanizantes”. La comida que recibieron los negros fue muy inferior a la comida que se les daba a los blancos, y no eran mucho más de lo que se necesitaba para mantenerse con vida. Enviaron duraznos enlatados; ninguno llegó a los negros por temor a que ellos los “echara a perder”. (p. 313) “Distribuyeron los alimentos de acuerdo a criterios estrictos: 1. No se entregarán raciones a las mujeres y niños negros de Greenville a menos que no haya un hombre en la familia, hecho que debe ser certificado por una persona blanca. 2. Ningún hombre negro en Greenville ni sus familias recibirán raciones a menos que los hombres se unan a la cuadrilla de trabajo o estén empleados. 3. Los hombres negros... que obtienen un salario más alto (que $1 por día) no tienen derecho a raciones”. (páginas 316-317) A menudo, los negros tenían que pagar por la comida y la ropa que a los blancos se les daba gratis. Una vez más, todo ello se hace eco hoy con los políticos republicanos que afirman que darles a las personas suficiente dinero para sobrevivir erosionará su voluntad de trabajar, ¡y quienes siguen luchando para reducir el número de personas elegibles para cupones de alimentos durante esta pandemia!
“Pero la queja más grave penetró hasta el alma. Los negros ya no eran libres. La Guardia Nacional patrullaba el perímetro del campamento en los diques con rifles y bayonetas fijas. Para entrar o salir, uno necesitaba un pase. Fueron encarcelados”. (p. 313) Esto trae a la mente las escenas videograbadas de hoy en las que los puercos policías armados de Brooklyn apalean a los jóvenes hombres y mujeres negros por no “practicar el distanciamiento social”. O las imágenes en que unos justicieros vigilantes en Georgia matan a un corredor negro porque estaba en el “vecindario equivocado”. Ellos “cruzaron el perímetro”, ya no son libres.
El libro agrega que este encarcelamiento “era verdad en todos los campamentos del estado. Misisipí estaba decidido a mantener a sus trabajadores si requiriera la fuerza para hacerlo”. (p. 313) ¿Y cómo es esto cualitativamente distinto a ordenar a que los empacadores de carne trabajen en lugares donde abunda la infección por el coronavirus? La mentalidad que sostiene que las personas negras y otras personas de color en realidad no son seres humanos, sino simplemente “objetos” utilizados por aquellos que necesitan su trabajo, persiste en la declaración del juez en Wisconsin quien observó que el virus de la Covid-19 solamente se estaba propagando entre los trabajadores de las plantas empacadoras de carne, y “no entre las personas normales”. Nótese que, en su inmensa mayoría, estos empacadores de carne son negros y latinos, inmigrantes y en su mayoría mujeres.
Después de un descarado asesinato de un trabajador negro por un puerco policía blanco, y los rumores posteriores de disturbios, el político blanco más prominente y plantador local habló en una iglesia negra. ¡Él procedió a echarle la culpa a los negros por el asesinato! Afirmó que los blancos han hecho todo por ellos, con trabajo de día y noche. “Durante todo este tiempo, ustedes, los negros, no hicieron nada, ni para sí mismos ni para nosotros... Debido a su pereza pecaminosa y vergonzosa, debido a que se negaron a trabajar en su propio beneficio a menos que recibieran paga, alguien de su raza fue asesinado... ¡Los asesinos son ustedes! Sus manos están chorreando sangre. Mírense en los rostros los unos a los otros y vean la vergüenza y el temor infundido por Dios en ellos. Arrodíllense, asesinos, y supliquen a su Dios que no les castigue como se merecen”. (p. 334) Encontré este pasaje particularmente impactante en vista de que aporrea a los negros con la religión, con su Dios y con el privilegio exclusivo y rectitud farisaica propia de parte del político blanco, sin mencionar el contenido del pasaje, de echarle la culpa a los negros por el asesinato de un hombre negro. Todos estos mensajes, una vez más, se evidencian hoy — al decir que los negros no están agradecidos por lo que la sociedad blanca ha hecho por ellos, que los negros deberían reflexionar sobre su propio pecado, los negros deberían echarles la culpa a sí mismos por los negros asesinados. Esa línea directa entre la Confederación de la esclavitud y los fascistas de hoy pasa por períodos en la historia de Estados Unidos como el año 1927 en Misisipí.
Hay muchos ejemplos adicionales, y muchos paralelos, entre el Misisipí de Estados Unidos hace casi 100 años y todo Estados Unidos hoy. Es aleccionador que el libro también menciona que muchos de estos ejemplos aparecieron en los periódicos de circulación nacional en 1927, que algunos de ellos incluso sacudieron a los blancos, pero nada cambió de manera fundamental. Por ejemplo, a raíz de la inundación, languideció una propuesta de reforma agraria que habría hecho un nuevo reparto de las tierras a fin de devolverlas a los pequeños agricultores. Nótese que menos de 30 años antes de la inundación, dos tercios de las tierras eran propiedad de agricultores negros. Aunque se hubiera permitido que fueran aprobada, para nada habría resuelto la contradicción básica en la raíz, pero ni siquiera se habría permitido eso.
Generación tras generación de personas negras está sometidas a los horrores de esta sociedad pútrida y vil. Así que, ¡¿¡¿cuánto tiempo más tiene que durar esto?!?! BA ha escrito extensa, científica y elocuentemente de la naturaleza de esta contradicción, la centralidad de ella para hacer la revolución y forjar una nueva sociedad. Tenemos que cerciorarnos de que esta pandemia no sea tan sólo algo que los fascistas aprovechan para movilizar a sus fuerzas, para consolidar su poder, sino que sea un momento en que todas las personas que anhelan un mundo diferente, que anhelan que algo positivo resulte de esta crisis, quienes odian lo que la pandemia está revelando y exacerbando, exploran el análisis de BA, se conectan con el movimiento para la revolución, se preparan para una revolución real.
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Total Confirmed=Total de casos confirmados
Total Deaths=Total de muertes
Total Recovered=Total de recuperados por estado
Covid-19, la enfermedad causada por un nuevo coronavirus, se ha propagado por todo el mundo, incluido Estados Unidos. Esta pandemia está interactuando con el estado del mundo y las enormes desigualdades y relaciones sociales opresivas del capitalismo-imperialismo, y está teniendo un enorme impacto en la sociedad humana en su conjunto y en países individuales, y quizá potencialmente tenga impactos aún más grandes más allá incluso de lo que está sucediendo ahora. Como ha dicho Bob Avakian en “La asesina ilusión de la ‘normalidad’ y el camino revolucionario hacia adelante”:
Al fondo de la crisis inmediata, y del peligro que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista fanática, se encuentra la realidad más fundamental del sistema capitalista-imperialista y las consecuencias de dejar que este sistema siga dominando el mundo y determinando las condiciones de las masas de la humanidad y, de hecho, el propio destino de la humanidad misma. Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad. A pesar de que los capitalistas y los gobiernos que representan sus intereses se han visto obligados a tomar ciertas medidas de emergencia que de alguna manera van en contra de las dinámicas inherentes de su sistema (como la intervención masiva del gobierno en el funcionamiento de la economía), siguen imponiéndose las formas en que este sistema constituye un obstáculo para hacer frente a esta crisis — lo que incluye no solo tales acciones perversas como el acaparamiento de vitales insumos médicos y de otro tipo, a fin de hacer que suba el precio, sino también el hecho de que la creación de la riqueza bajo este sistema opera sobre la base de la explotación despiadada y el empobrecimiento de las masas de personas en todo el mundo, mientras que incluso en los países “más ricos” existe una pobreza importante y grandes partes de la población viven de una quincena a otra y se encuentran a tan sólo una fuerte crisis del desastre; la continua rivalidad entre diferentes capitalistas (o asociaciones de capital) —con su propiedad privada de los medios de producción (tierras, materias primas, tecnología, fábricas y otras estructuras) y la acumulación privada competitiva de riqueza— actúa como un obstáculo a la necesaria cooperación y a la producción de cosas que quizás se necesiten con urgencia pero que no producen ganancias privadas — y toda la ideología de promover los intereses de uno a expensas de los demás, el individualismo fomentado por este sistema y promovido a ultranza hoy en Estados Unidos, va en contra y socava las inclinaciones hacia la cooperación y, sí, hacia el sacrificio por el bien mayor. A pesar de los esfuerzos dedicados de muchas personas bien intencionadas, aunque se resuelva la crisis inmediata con el coronavirus, esto se hará sobre la base de intensificar las contradicciones incorporadas en este sistema y el sufrimiento de las masas de la humanidad que ya están explotadas y oprimidas bajo este sistema. [negritas agregadas]
Vivimos un momento en que para la gente en Estados Unidos y por todo el mundo, tener información y análisis científicos acertados es una cuestión de vida o muerte. No obstante, sale información engañosa en boca de la gente en el poder, sobre todo de Trump. Por eso, urge llegar a conocer la verdad al respecto.
Lo que se encontrará en esta página:
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Raymond Lotta
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Un pasaje de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian
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Nota a las y los lectores: A partir de esta semana en revcom.us, iniciaremos una columna regular en el sitio web, Rincón del Club Revolución, en el que compartiremos cartas, correspondencia y reflexiones de los miembros de los Clubs Revolución sobre diferentes cuestiones, experiencias, sucesos o discusiones. Estos se comparten con el objetivo de abrir una efervescencia científica, invitar e integrar a las personas que visiten revcom.us en un proceso de trabajo conjunto para bregar con los problemas de la revolución y contribuir a solucionarlos. Estos no tienen la intención de ser “completos o definitivos” sobre ningún tema, sino más bien que estimulen más reflexiones, y se pueden compartir algunas cosas que reflejen diferentes “versiones” o apreciaciones acerca de las mismas cosas, pero que no obstante son contribuciones importantes al proceso general de llegar a entender las cosas científicamente.
Esta semana, a continuación, abrimos con pasajes de la correspondencia de los miembros del Club Revolución de Chicago en relación a su experiencia en las protestas del Primero de Mayo contra los mítines fascistas “Reabran Estados Unidos” (véase la cobertura de esas protestas aquí y la entrevista al miembro de la Gira Revolución Noche Díaz aquí).
***
Correspondencia 1:
El Primero de Mayo, un día el que Estados Unidos ha tergiversado de numerosas maneras, atrajo a la gente con mentalidad científica frente a los que no la tiene en absoluto.
Desafortunadamente, había olvidado mi camiseta del Club, pero tenía mi bandera roja, que me pareció perfecta para este día.
Este día los miembros del Club Revolución así como los miembros de Rechazar el Fascismo, doctores, enfermer@s de Illinois, se reunieron para ponerse de pie en contra de los partidarios trumpistas derechistas no científicos que creen que el coronavirus es una patraña, ya que algunos de ellos creen que el distanciamiento social no es necesario y que deberían tener la posibilidad de volver al trabajo o dedicarse a sus cosas como si no hubiera nada en este virus que pudiera ser dañino. Mientras los científicos se esfuerzan por encontrar un antídoto que sea útil contra este virus, y tratan de informar al público de la mejor manera en que podemos impedir que este virus nos infecte, ¡Trump está incitando a sus secuaces no científicos a reunirse y volver al trabajo! Debido a la administración de Trump, en gran parte se ignoró este virus y como resultado muchas personas perdieron la vida, y todos estuvimos en peligro de contraer este virus mortal.
Para muchos de los que trabajan en el área de la salud, que se arriesgan su vida y la de sus familias cada día, esto es desgarrador e increíble.
Vi a una conductora sacudir la cabeza mientras se apoyaba (tocaba la bocina) en la bocina de su auto con un cartel pegado en su auto que la identificaba como alguien de la rama de la salud. Agité mi enorme bandera Roja en apoyo de todos los que se oponían a los que no entendían la situación.
Practicamos distancias seguras y cada vez que alguien intentaba acercarse demasiado, tratábamos de recordarle la regla de los dos metros de distancia. Ellos, los de la derecha, intentaron en varias ocasiones acercarse a nosotros, y yo o alguien del Club Revolución les hicimos frente. Uno de los mejores coros de este día fue por supuesto “La ciencia por encima de la ignorancia”, porque era una protesta de la exposición a un asesino transportado en el aire que podría causar la muerte, o un dolor fuerte si se exponía a él, ¡como tal era el caso de muchos de ellos! Trump y Pence se rehúsan a usar protección, es decir, máscaras, guantes, así que sus secuaces hacen lo mismo. Trump les dice que tomen una medicina que él cree que es prometedora y lo hacen, ¡Trump les dice que beban Clorox! y otros productos de limpieza ¡Y LO HACEN! Todo ello con muy malos resultados. Hoy hasta ahora hay un nuevo informe de 105 muertes más por la Covid-19. El letrero que sostenía con mi bandera decía “Primero de Mayo 2020: Hoy el mundo es un horror — ¡pero un mundo mejor SÍ es posible!”
Anexo:
También noté que un grupo de Reabran Estados Unidos era de Canaryville, que estaba al lado de Bridgeport, el vecindario del alcalde racista Richard Daley cuya historia es como la de Jon Burge para muchos en la comunidad pobre. Al crecer en Chicago durante los años 1950, 1960, 1970, 1980 y 1990, uno aprendía a que nunca lo encontraran en ciertos vecindarios EN NINGÚN MOMENTO DEL DÍA, y de nuevo Canaryville era uno de esos vecindarios impregnados de las creencias de la Supremacía Blanca. Cuando vi los carteles en los coches, luego el grupo de motociclistas, me trajo recuerdos y escuchándoles a algunos de ellos puedo ver que todavía tienen las mismas creencias que aquellos de antes.
***
Correspondencia 2:
No contábamos con tanta gente como los fascistas, pero alguien tenía que defender la ciencia, oponerse al Fascismo Cristiano Estadounidense y brillar como un faro de un futuro por el que valga la pena vivir por medio de la Revolución comunista.
Algunos de nosotros en el terreno y con mayor capacidad de participar en la caravana de carros salimos decididos a decir la verdad de que: “Reabrir Ahora es la Muerte en Masa” y “Lo normal es el problema”. Teníamos muchas ganas al entrar, brincando con energía producto de los debates agudos toda la semana sobre cuáles fuerzas estábamos enfrentando en qué situación. El oportuno llamamiento del Primero de Mayo expresó todo eso de manera nítida. Unos cuantos jóvenes del Rev Club y RF [Club Revolución y Rechazar el Fascismo] acudieron a encontrarse políticamente con las otras fuerzas a pie. La policía de Chicago, los efectivos estatales, la policía estatal y demás invadieron la calle que conduce al edificio de oficinas estatales en el centro. Hicieron maniobras para acordonar y bloquear esta parte de la ciudad, ya que pronto se dieron cuenta de que esta acción iba a ser más grande que tan sólo unos pocos cuantos o incluso cien fascistas cristianos enojados. Desde las 9 de la mañana, se había estado formando una multitud, con banderas estadounidenses en al aire, lemas y simbolismo del Cuerpo de la Infantería de la Marina, carteles que hablaban sobre el Virus del socialismo y el comunismo entremezclados con cientos de niños, personas mayores, unos cuantos latinix y negros, pero una multitud muy suburbana, arrogante y decidida de defensores enfurecidos del genocidio sin máscaras puestas se paraban envalentonados y peligrosamente apiñados los unos al lado de otros quienes se esforzaban por meterse en nuestras narices. Rápidamente fuimos rodeados al igual que al otro bando también, a fin de apagar un enfrentamiento a pesar del hecho de que algunos policías se rieron mientras coreábamos “La Humanidad Ante Todo, y No Estados Unidos Ante Todo”. Nuestros letreros incluían una gran pancarta de Rechazar el Fascismo que declaraba rechazar el fascismo en nombre de la humanidad. Un par decían “reabrir = muerte en masa”, el título del llamamiento del Primero de Mayo y una imagen de Trump y Pence amortajada con el virus de la Covid provocó un coro de “USA, USA” que pronto se apagó.
Durante el tiempo ahí, nos hacían frente unos Cabrones machos que querían armar bronca, una caravana tan grande y ruidosa que realmente no puedo decirte cuántos autos había ahí, y entraban y salían personas que parecían querer unirse a nosotros y por el espectro o de plano espantados tanto que los hicieron cargar de miedo, temblando antes de largarse donde supongo que los grupos de enfermer@s, maestr@s, simpatizantes sindicales y otros que creían que era imperativo acudir pero se ponían renuentes ante el tamaño de la oposición cada vez mayor. Tal vez una docena de personas se sumaron a nosotros, entre ellos algunos jóvenes negros vibrantes pero sin máscara, y una hueste de pequeñas multitudes de fascistas que intentaban iniciar camorra. Espero que la gente nos escuchara bien, pero luego nos enteramos que algunos coros que hicimos en el acto no se podían escuchar en las transmisiones en vivo que hicimos.
En general, creo que hicimos lo que teníamos que hacer, pero no puedo evitar sentir que mientras nos marchábamos y el otro lado vitoreaba, que la situación era abandonar un juego perdido.
Necesitábamos estar presentes, pero estoy seguro de que había cosas que pudieran haberse hecho mejor, incluida nuestra señalización, pero por lo que representábamos, lo hicimos con fuerza. La caravana de automóviles entremezclada con los idiotas fue muy edificante y nos ayudó a nosotros y a otros a seguir coreando con fuerza.
Formas de hacer donativos a la Gira Nacional “Revolución”
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Cuando se anunció por primera vez, pensé: “Bien, ¿qué puedo hacer ahora que he estado posponiendo durante meses?”. Luego especulé de inmediato sobre la cantidad de promoción positiva que la clase dominante creía que obtuviera de este cheque de “estímulo”.
No tardé mucho en desarrollar mi idea para contrarrestar sus intenciones con un pequeño sacrificio para contribuir a su derrocamiento.
Me doy cuenta de que hay muchas personas en una situación mucho peor que yo y, por lo tanto, no tienen la holgura económica. Que dejen que mis $1,200 estén en su nombre también.
¡Revolución y nada menos!
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Los entusiastas de “esta gran democracia estadounidense” con frecuencia cuentan la historia de que al momento de la fundación de Estados Unidos, se le preguntó a Benjamin Franklin: “¿Qué tipo de gobierno tenemos?” Y él respondió: “Una República, si la podéis mantener”. Y se ha “mantenido” durante más de 200 años desde ese entonces. Pero hoy se presenta la pregunta con mayor agudeza que nunca: ¿Vale la pena mantenerla — debería cualquier persona digna querer mantenerla?
En la actualidad, se realza la naturaleza ridícula y anticuada de esta república, y esto se evidencia aún más en el contexto de la crisis del coronavirus en desarrollo. Como tan sólo una dimensión de esto, existe el hecho de que esta república burguesa (capitalista) estadounidense particular está dividida en 50 estados, y hay repetidos conflictos entre los diferentes estados y entre los estados y el gobierno federal en torno a sus enfoques de esta crisis del coronavirus, que interfieren y socavan un enfoque racional unificado de hacer frente a esta crisis — y esto sería así aunque el irracional y anticientífico Trump y Pence y su régimen fascista no presidieran el gobierno federal, aunque por supuesto este régimen solo ha empeorado las cosas.
El hecho de que esta república burguesa particular es ridícula, y en su forma actual es anticuada incluso según sus propios términos, también se expresa en la forma en que se celebran las elecciones nacionales — en las que no se elige el jefe de estado (el presidente) mediante el voto popular directo, sino mediante un colegio electoral compuesto de electores elegidos mediante votación en, una vez más, 50 estados separados. (Esta configuración también está estrechamente relacionada al hecho de que “Estados Unidos”, en su fundación, contenía una serie de estados del Sur que dependían de una economía basada en los esclavos, y una de las principales razones para tener el colegio electoral fue para proteger los intereses de esos estados del Sur y sus clases dominantes propietarias de esclavos — algo que coincidía con la disposición de la Constitución que contaba a cada esclavo como en efecto tres quintos de un ser humano, y más fundamentalmente como propiedad).
Qué tan ridículo y anticuado lo es este sistema de gobierno (de nuevo, incluso según sus propios términos burgueses) también se puede ver en que, como parte de esta configuración, cada estado elige a dos personas para el Senado, aunque algunos estados tienen una población mucho mayor que otros. (Así es hoy que los estados con el 30 por ciento de la población eligen al 70 por ciento de los senadores, mientras que la gran mayoría de la población, el 70 por ciento que queda, está “representada” por solo el 30 por ciento de los senadores).
Muchas personas han argumentado por varios remedios a esta situación, incluida la abolición del colegio electoral y la elección directa del presidente (y del vicepresidente) por votación popular. Pero, en primer lugar, aquellos que obtienen ventaja en esta situación —aquellos que quizá pierdan el voto popular pero aún podrían ganar el conteo del colegio electoral (y en estos días, es probable que sean los republicanos)— no simplemente van a renunciar a su ventaja.
Y, con respecto a la forma “desequilibrado” en que se constituye el Senado, en relación con la población en los estados (las citadas relaciones 30/70 contra 70/30), no hay ninguna manera fácil de cambiar esto —y de hecho, en todo caso, se volverá aún más desequilibrado— en lo fundamental porque la actual “configuración” (o “distribución”) de la población en Estados Unidos se basa en los grandes cambios que se han operado en la economía durante muchísimas décadas: el creciente papel de la agroindustria y una gran disminución del papel relativo de las pequeñas granjas y el número de personas que se dedican a la agricultura; y, en general, el realzado parasitismo de Estados Unidos, de modo que cada vez más la producción real de las cosas que se consumen se lleva a cabo mediante una inmensa red internacional de súper explotación de maquiladoras, sobre todo en el tercer mundo de América Latina, África, el Medio Oriente y Asia, mientras que los sectores abreviados con la palabra en inglés “FIRE” (la que se refiere a las finanzas, los seguros y los bienes raíces), así como la alta tecnología, juegan un papel cada vez más importante, junto con los servicios, en la actividad económica que se lleva a cabo en Estados Unidos en sí. Así que, para aquellos —particularmente aquellos que están concentrados en zonas urbanas— que tienen una queja legítima con respecto a la desproporción entre la población y la forma en que se seleccionan los senadores, no existe ningún remedio realista ya que, dado que donde los “FIRE” y los sectores de alta tecnología, por importantes razones, han llegado a estar concentrados, no sería posible (o práctico) cambiar la forma en que la población se distribuye (y está concentrada) en Estados Unidos sin hacer lo que tampoco es posible (y lo que las personas de las zonas urbanas no desean): cambiar la economía de modo que vuelva a la forma en que estaba constituida y en que funcionaba hace muchísimas generaciones, sin el mismo grado de parasitismo extremo que existe hoy que permite el alto nivel de vida de sectores importantes de la población, inclusive en la clase media (aunque muchas otras personas de la clase media ya estaban en una situación de inseguridad y se esforzaban en el ámbito económico aun antes de que llegara la crisis del coronavirus, por no hablar de las decenas de millones de personas arrojadas a una pobreza extrema, y a la brutal opresión, en Estados Unidos). Y, una vez más, las personas de los estados pequeños con una representación en el Senado que es desproporcionada (mayor) en relación al tamaño de sus poblaciones con muy poco probabilidad aceptarán que el Senado sea elegido de alguna forma que haga que corresponda más a la población (por ejemplo, que se haga que se parezca más a la Cámara de Representantes, en que un senador no representa un estado —y hay dos senadores para cada estado— sino que al contrario represente a una población de cierto tamaño), eliminando así la ventaja que ahora tienen los estados menos poblados y dándole el predominio a las zonas urbanas con las poblaciones más grandes.
Y luego, en relación a todo esto, existe ese régimen fascista de Trump y Pence y (como he analizado en La asesina ilusión de la “normalidad” y el camino revolucionario hacia adelante) las muchas formas en que su perspectiva y prioridades de hecho sabotean un enfoque racional basado en la ciencia para lidiar con la crisis del coronavirus (y los problemas en general). Y, más allá de eso: “Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad”1.
No se trata solamente de que la república burguesa particularmente estadounidense sea anticuada, así como criminal, “según sus propios términos”, sino en lo más fundamental que el sistema capitalista en su conjunto es anticuado y es criminal, y la variante estadounidense de este sistema es particularmente criminal — y así lo ha sido desde su fundación. La realidad es —una realidad que no se puede desconocer, evadir o “eliminar con explicaciones” sin caer en el acomodamiento y la complicidad con crímenes monstruosos— que Estados Unidos es un país fundado en la esclavización de millones de africanos y en el genocidio contra los habitantes originarios de América del Norte.
Estos monstruosos crímenes de esclavitud y genocidio, y un intento de racionalizarlos y justificarlos, fueron consagrados en los documentos fundacionales de Estados Unidos. Como se señaló, la Constitución institucionalizó y codificó la esclavitud, y como lo he dicho:
Sin la esclavitud, Estados Unidos no existiría tal como lo conocemos hoy. Eso es una verdad simple y básica2.
En la Declaración de Independencia, entre las cosas por las cuales se condenó al entonces rey de Inglaterra, figuran la acusación de que éste fomentó rebeliones de esclavos (“alentó insurrecciones internas entre nosotros”), y “procuró igualmente irritar contra nosotros a los habitantes de las fronteras, los indios bárbaros y feroces”3.
Y los crímenes monstruosos cometidos por los gobernantes de Estados Unidos —e integrados en las propias estructuras, relaciones, dinámicas y funcionamiento de este sistema— no solo han continuado a lo largo de los siglos desde la fundación de Estados Unidos, sino que se han expandido enormemente, con el sometimiento a literalmente miles de millones de personas, y a países por todo el mundo, a una explotación despiadada, una opresión asesina y una destrucción masiva de guerras, incluido el uso de armas nucleares al fin de la Segunda Guerra Mundial. En resumen, mientras que muchos “liberales” se unen a la gente de la calaña de Ronald Reagan al declarar que Estados Unidos es “una luminosa ciudad en la colina”, un faro de libertad para el mundo, la verdad es que:
Este es un país fundado en la esclavitud y el genocidio que ha continuado explotando y oprimiendo salvajemente a la gente —y perpetrando asesinas invasiones y golpes de estado, mientras devasta el medio ambiente— con consecuencias terribles para las masas de personas, en todas partes del mundo4.
Poner fin a este ridículo, anticuado y criminal sistema, mediante una revolución que tenga por objeto crear una sociedad y un mundo mucho mejores, es el reto al que todas las personas de conciencia tienen que hacerle frente, y asumir, quienes estén dispuestas a enfrentar —o que no tienen más remedio que enfrentar— la realidad de lo que es este sistema, y lo que implica dejar que este sistema continúe existiendo y dominando el mundo y determinando la condición y el destino de la humanidad5.
 
1. La asesina ilusión de la “normalidad” y el camino revolucionario hacia adelante está disponible en revcom.us. [volver]
2. Lo BAsico 1:1 (Lo BAsico de los discursos y escritos de Bob Avakian).
Comentarios adicionales del autor:
Varios apologistas de “esta gran democracia estadounidense” señalan que, después de todo, Estados Unidos libró una Guerra Civil que puso fin a la esclavitud — como si esto de alguna manera eliminara, o al menos “suavizara”, la terrible experiencia de la esclavitud. (Algunas personas hasta han caído tanto en la degeneración moral como para afirmar que los negros en Estados Unidos deberían de estar “agradecidos” porque la esclavitud haya terminado de esa manera — ¡después de más de dos siglos de esta esclavitud!) Es cierto que la Guerra Civil terminó por conducir a la emancipación de los esclavos. Y es por esta razón que he señalado que, después de que se fundó Estados Unidos, y se consolidó su independencia, la Guerra Civil es la única guerra justa que Estados Unidos jamás haya emprendido (por parte de la Unión) mientras que, en lugar de glorificar esta guerra (como lo hacen con frecuencia con las guerras que emprenden), a menudo la lamentan como una tragedia — “de enfrentarse hermano contra hermano”. Esto desconoce la realidad de que, una vez que se les dio posibilidades y se les permitió hacerlo, casi 200.000 personas negras combatieron en el Ejército de la Unión durante la Guerra Civil, a un ritmo de muertes más alto que sus contrapartes blancas — y ¡esos combatientes negros por la libertad para nada consideraban a los blancos del Ejército de la Confederación, que combatían por mantener la esclavitud, como sus “hermanos”!
Otra denuncia desgarradora adicional a todo este sistema en Estados Unidos es que, tan sólo una década después del fin de la Guerra Civil, cuando el gobierno federal puso fin a la Reconstrucción en el Sur, de nuevo se sometió a los negros a las más horrorosas atrocidades, mediante un sistema de segregación, linchamientos y terror general del “Jim Crow” llevado a cabo por el Ku Klux Klan, con el respaldo y, a menudo, la participación directa de las autoridades y del “sistema judicial” en el Sur en particular. E, incluso con algunas concesiones arrancadas a este sistema mediante el movimiento de derechos civiles después de la Segunda Guerra Mundial, la realidad es que las personas negras en Estados Unidos han seguido siendo objeto de una sistemática opresión y un continuo terror, que hoy en su mayor parte la policía lleva a cabo en todas partes de Estados Unidos.
La serie Crimen Yanqui de revcom.us cuenta y destaca muchos —aunque lejos de todos— de los crímenes grandes y monstruosos cometidos por este sistema y su(s) clase(s) dominante(s), a lo largo de su historia y por todo el mundo. [volver]
3. Bob Avakian ha escrito lo siguiente sobre el autor de la Declaración de Independencia, Thomas Jefferson:
Algunas veces se dice que Jefferson realmente se oponía a la esclavitud y quería ver que se terminara. Y se pueden encontrar declaraciones de Jefferson donde dice que la esclavitud de hecho es una plaga y que tendrá consecuencias negativas por algún tiempo por venir. También ha habido malinterpretaciones de lo que Jefferson escribió sobre la esclavitud. Para tomar un solo ejemplo importante, hay pasajes que escribió en los borradores de la Declaración de Independencia —algunos de los cuales no lograron ser parte, pero algunas que sí lograron ser parte, de la versión final de esa Declaración— en que se condena fuertemente al rey de Inglaterra y al gobierno británico por presuntamente haber impuesto el comercio de esclavos a Estados Unidos. Ahora, de hecho había maneras en que Jefferson y la clase de dueños de esclavos en Virginia en general se opusieron a algunos aspectos del comercio internacional de esclavos, aún cuando al mismo tiempo ellos mismos participaban en la venta de esclavos a otros estados y a los amos de esclavos en otros territorios. En esto, la motivación esencial de estos dueños de esclavos de Virginia era que no querían que se hiciera caer el precio de los esclavos, ya que ellos mismos se habían convertido en importantes vendedores de esclavos dentro de Estados Unidos. En lo fundamental, por esta razón, se opusieron a la continuación del comercio internacional de esclavos — una vez que sí llegaran a oponérsele. Esto lo veían sobre todo en términos de propiedad, y de oferta y demanda en relación con la venta de este tipo particular de propiedad — los seres humanos. Así, en este caso también, Jefferson actuó en favor de los intereses de la clase de dueños de esclavos, y su “sociedad agraria” resultó ser un sistema de plantaciones de los dueños de esclavos — y no una sociedad de pequeños agricultores independientes.
Esto por supuesto está relacionado con (y en sentido general es parte de) la contradicción más grande entre las declaraciones de tono excelso de Jefferson en la Declaración de Independencia acerca de la igualdad de todos los hombres (nótese: todos los hombres) y sus “derechos inalienables” y, por otra parte, la escandalosa realidad de que el propio Jefferson no sólo poseía esclavos sino que actuaba de manera consecuente en favor de los intereses de la clase de dueños de esclavos y de la institución de la esclavitud, aunque a la vez expresara ciertos escrúpulos morales sobre la esclavitud y elucubraciones sobre sus consecuencias largoplacistas para la nueva república estadounidense. [volver]
4. Bob Avakian sobre el juicio político de destitución, crímenes contra la humanidad, liberales y mentiras, y verdades profundas y provocadoras está disponible en revcom.us. [volver]
5. En Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, Bob Avakian habla de modo sustancial acerca de esas cuestiones; y la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian, ofrece una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad socialista radicalmente diferente, con el objetivo final de un mundo comunista, con la abolición de toda explotación y opresión. Estas obras también están disponibles en revcom.us. [volver]
El comunismo y
la democracia jeffersoniana
Bob Avakian
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¿Alguien honestamente puede negar la pura verdad de las siguientes palabras pronunciadas con osadía por el abolicionista y ex esclavo Frederick Douglass en un discurso del 4 de julio de en 1852?
En el terreno de repugnante barbarie y descarada hipocresía, Estados Unidos reina sin rival.
Esta declaración resuena a lo largo de los tiempos, expresando una verdad profunda hoy.
Si usted duda, o recula, ante esta afirmación, piense en lo siguiente: después del fin formal de la esclavitud mediante la Guerra Civil, los negros no sólo fueron virtualmente esclavizados una vez más durante los largos años de la segregación del “Jim Crow”, sino que fueron sometidos repetidamente al terror constante el que incluía miles de linchamientos — y los linchamientos fueron motivo de celebraciones públicas, en que grandes multitudes de personas blancas, tanto adultos como niños, se reunieron para presenciar y vitorear los linchamientos y llevarse rebanadas del cadáver mutilado de la persona negra linchada —, y con las fotografías de estos linchamientos confeccionaron tarjetas postales y las vendieron en todo Estados Unidos.
Esta no fue una orgía de violencia perversa de una sola ocasión — ocurrió una y otra vez, generación tras generación. Ni tampoco es una especie de “aberración” de la naturaleza “especialmente buena” de Estados Unidos. Y no se trata únicamente de la “historia antigua” — las atrocidades de este tipo no son algo que se está dejando atrás mientras Estados Unidos lleva adelante su viaje hacia “una unión más perfecta”. A pesar del ascenso de la agitación de los negros a lo largo de las luchas por los derechos civiles y por la liberación negra después de la Segunda Guerra Mundial, que alcanzó un punto álgido a fines de la década de 1960 y principios de la década de 1970, y que ha continuado en varias formas y a varios niveles desde ese entonces (y a pesar del hecho de que, al romper con la despreciable historia de Estados Unidos, un gran número de jóvenes blancos en particular han apoyado activamente estas luchas), la realidad es que, desde 1960, la policía ha matado a más personas negras que todos los negros linchados durante los días de la segregación del “Jim Crow” y el terror del Ku Klux Klan, y los negros en su conjunto viven con la amenaza siempre presente de ser brutalizados o asesinados por la policía.
Y todo esto, a su vez, es una expresión concentrada de todo lo que ha sido Estados Unidos, desde el principio y hasta el día de hoy. Esta es la realidad de la manera en que los gobernantes de Estados Unidos, al proclamarse “los líderes del mundo libre”, han amontonado su riqueza y poder —por medio de la grotesca brutalidad, saqueo y destrucción en todas partes del mundo— algo que está ampliamente detallado en la serie Crimen Yanqui en revcom.us, y que no deja duda alguna respecto al enorme alcance de estos crímenes y el hecho de que están “incorporados en” la naturaleza y estructura del sistema en Estados Unidos. Para repetir las palabras de Frederick Douglass:
En el terreno de repugnante barbarie y descarada hipocresía, Estados Unidos reina sin rival.
Una última pregunta: ¿no es hora, por fin, de hacer frente a todo esto y actuar con determinación para poner fin a todo esto, con el reconocimiento de que para que esto se convierta en realidad, se necesita un sistema radicalmente diferente y un tipo radicalmente diferente de país?1
 
1. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, ofrece una visión panorámica y un plan concreto para “un sistema radicalmente diferente y un tipo radicalmente diferente de país”. Esta Constitución está disponible en revcom.us. [volver]
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Este artículo aborda aspectos críticos de la emergencia climática y la crisis ambiental más amplia. Se trata de reflexiones sobre cómo el sistema del capitalismo-imperialismo es la causa subyacente de esta crisis, y por qué este sistema es el obstáculo fundamental a que la humanidad se enfrente conscientemente a la emergencia ambiental y actúe colectivamente en torno a ella, con la urgencia y a la escala necesarias.
*2019 fue el segundo año más caluroso registrado. Desde los años 60, cada década ha sido más calurosa que la anterior, en cantidades significativas. Para 2016, cuando el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático fue firmado por más de 190 países que se comprometieron a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, el planeta ya había superado el umbral precipitado de dióxido de carbono en la atmósfera: 400 partes por millón.
NOTA: La mitad de todas las emisiones mundiales de carbono desde la revolución industrial (que data de 1751) se produjeron entre 1988 y 2014, es decir, desde que el climatólogo James Hansen presentó sus conclusiones seminales sobre el calentamiento global, y desde la convocatoria a las cumbres de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Y en los casi cuatro años desde la firma del Acuerdo de París, ni un solo emisor importante de carbono está cerca de cumplir los objetivos establecidos. Mientras tanto, el país responsable de la mayor cantidad de emisiones cumulativas de dióxido de carbono en la atmósfera, Estados Unidos, está encabezado por un régimen fascista que niega por completo la realidad del calentamiento global, al tiempo que aumenta la producción de combustibles fósiles.
En la siguiente sección, me baso en el artículo de Bill McKibben “A Very Hot Year”1 y pongo las cosas en perspectiva para mostrar cómo se manifiestan las dinámicas subyacentes del capitalismo.
*McKibben observa que los modelos utilizados por los científicos hace 20 y 30 años para predecir el calentamiento han demostrado ser notablemente precisos — 1 grado centígrado, como promedio en todo el mundo, hasta ahora. PERO han subestimado mucho el impacto/efecto/severidad del calentamiento global. El planeta ha sufrido notablemente la pérdida de más de la mitad del hielo marino en el Ártico, y el comienzo del colapso de los arrecifes de coral. McKibben cita un estudio europeo de noviembre de 2019 en el que se identifican nueve puntos de inflexión importantes centrados en las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, los bosques boreales y el permafrost del norte, y las selvas tropicales del Amazonas y los corales de las latitudes tropicales. La conclusión es que el riesgo de “cambios abruptos e irreversibles” era mucho mayor que el proyectado por la investigación anterior.
NOTA: No se ha disparado ninguna alarma de emergencia, ningún replanteamiento radical, ninguna acción audaz en los niveles más altos de gobierno.
* Estados Unidos es el mayor productor de petróleo y gas natural del mundo (para que conste, la administración “consciente del clima” de Obama presidió el mayor aumento de la producción de petróleo en la historia de Estados Unidos y bajo Obama, Estados Unidos se convirtió en el mayor productor de gas natural del mundo). También se espera que Estados Unidos produzca el 80 por ciento del nuevo suministro de petróleo y gas en los próximos cinco años.
NOTA: Esta proyección citada por McKibben es anterior a la pandemia de la Covid-19 y a la fuerte contracción de la economía mundial. Pero, de manera reveladora, en las primeras etapas de la pandemia, Rusia y Arabia Saudita se enfrentaron en una guerra de precios para amarrar y expandir sus participaciones del mercado mundial del petróleo. ¿Cómo? Bombeando más petróleo, lo cual amenazaba a la posición de mercado global de la industria de combustibles fósiles de Estados Unidos. El régimen de Trump y Pence maniobró para reforzar los precios del petróleo de Estados Unidos. Pero a medida que la pandemia iba a mal en peor y el consumo de petróleo cayó bruscamente, los precios del petróleo se desplomaron.
*Para cumplir con el objetivo de la Cumbre Climática de París de limitar los aumentos de temperatura a 1.5 grados centígrados, el mundo tendría que reducir las emisiones en un 7.6 por ciento al año durante la próxima década. Eso requeriría una enorme reducción del consumo de combustibles fósiles. Como observa McKibben, ningún país individual (y ciertamente no la economía mundial en su conjunto) ha reducido las emisiones de carbono a ese ritmo en un solo año.
NOTA: La realidad es que un compromiso efectivo y coordinado para sostener tal nivel de reducción de carbono, continuamente durante toda una década, choca con los horizontes cortoplacistas del capital y los cimientos rentables de los combustibles fósiles de la economía imperialista mundial... y choca de frente con los límites de la toma de decisiones de particulares y estado-naciones en un mundo de capitales y estados nacional-imperialistas en competencia. De nuevo, piénselo: ningún firmante importante del acuerdo climático de París está en camino de cumplir sus objetivos. Vivimos en un mundo en el que las energías no renovables, incluidos el petróleo, el carbón y el gas natural, proporcionan el 80 por ciento de la energía mundial.
Las barreras y limitaciones de la tecnología verde en el marco de este sistema
En su artículo del 12 de marzo de 2020, McKibben cita los cálculos del Financial Times de que para cumplir el objetivo de 1.5 grados centígrado de París, lo que está lejos de ser lo que se necesita, la industria de los combustibles fósiles tendría que dejar el 84 por ciento de sus reservas en el suelo, lo que en la práctica supone la cancelación de su valor. (Reservas se refiere a la cantidad estimada de petróleo crudo controlado por empresas privadas y estatales que es posible sacar a la superficie en las actuales condiciones técnicas y de precios).
Examinemos por qué mantener el 84 por ciento de las reservas de combustibles fósiles en el suelo es tan imponderable en el marco del capitalismo-imperialismo.
*Las empresas e inversionistas de petróleo y gas natural recurren a la financiación para realizar enormes desembolsos de capital fijo (equipo técnico, infraestructura, etc.): para explorar en busca de sus reservas de petróleo y desarrollarlas... y, en última instancia, para extraer petróleo y gas natural con un margen rentable. Hay “costos de inversión irrecuperables” en estas reservas. Se trata de los conocimientos sociales (ingeniería, etc.) que se despliegan de forma privada; la tecnología sísmica y de desarrollo de los yacimientos petrolíferos que se aplica, la infraestructura de transporte que se pone en marcha — los costos que no se pueden recuperar si la empresa que realiza esas inversiones abandona la industria. A fin de cuentas, estas inversiones son armas en la batalla capitalista por los mercados, la expansión y la supervivencia.
*Hay esta particularidad en el sector de la extracción de petróleo y gas natural: toma años para que los proyectos individuales de combustibles fósiles se vuelvan rentables... años para que las inversiones masivas intensivas en capital sean recuperadas por los dueños privados.
Eso sólo puede suceder mediante ciclos continuos de producción. Si esos circuitos de producción-realización-nueva producción no continúan — la recuperación más las ganancias no se materializarán. Hay una compulsión que enfrentan estas unidades individuales de capital para “hacer que rindan” estas inversiones, lo que significa desarrollar y perforar pozos de petróleo para sacar estas reservas, produciendo cada vez más — con todas las consecuencias adversas para el bienestar del planeta.
Este cálculo capitalista de sacar ganancias y el rendimiento de las inversiones va en contra, de hecho anula, una recomendación racional de los científicos estudiosos del clima, y una demanda muy “sensata” de muchos activistas en pro del clima: “mantener el petróleo en el suelo”.
Este cálculo de sacar ganancias, lo que fluye de la compulsión de expansión o muerte del capital, es también parte de la razón por la cual la idea y predicción que muchas personas progresistas apoyan — de que una vez que el precio de la tecnología renovable limpia bajara, seguramente estaríamos en una trayectoria (positiva) diferente— ha demostrado ser totalmente falsa.
*Una importante observación sobre la tecnología verde por David Wallace-Wells en su libro de 2019 El planeta inhóspito: La vida después del calentamiento (una lectura recomendada):
“La tan anunciada ‘revolución’ de la energía verde... ni siquiera ha doblado la curva de las emisiones de carbono hacia abajo. Estamos atrás, en otras palabras, nos encontramos miles de millones de dólares y miles de dramáticos avances hacia atrás, precisamente hacia donde empezamos cuando los hippies estaban colocando paneles solares en sus cúpulas geodésicas. Esto se debe a que el mercado no ha respondido a estos avances retirando inconsútilmente las fuentes de energía sucias y sustituyéndolas por otras limpias. Ha respondido simplemente añadiendo la nueva capacidad al mismo sistema. En los últimos 25 años, el costo por unidad de energía renovable ha disminuido tanto que apenas se puede medir el precio hoy, utilizando las mismas escalas (tan sólo desde 2009, por ejemplo, los costos de la energía solar han disminuido en más del 80 por ciento). En los mismos 25 años, la proporción del uso de energía mundial derivada de las energías renovables no ha crecido ni un centímetro. La energía solar no está socavando el uso de combustibles fósiles, en otras palabras, ni siquiera lentamente; sólo lo está reforzando. Para el mercado esto es crecimiento; para la civilización humana, es casi un suicidio”. (énfasis añadido, pág. 178)
*Hay lo que se llama “la dependencia del camino”: Tanto capital está ocupado en los combustibles fósiles, porque los combustibles fósiles han sido baratos y han estado ampliamente disponibles; y porque la producción basada en combustibles fósiles ha sido fundacional para el funcionamiento rentable del sistema capitalista imperialista mundial, incluidas sus cadenas mundiales de suministro con su infraestructura “sucia” (basada en los combustibles fósiles). Al margen de la industria energética, la industria automotriz sigue fabricando vehículos con motores de combustión interna que funcionan con gasolina — y se han establecido gastos de investigación e infraestructura para el transporte y las máquinas que funcionan con gasolina. Este “camino” de la producción basada en los combustibles fósiles se refuerza a sí mismo, y se ha reforzado aún más con la expansión masiva de la fracturación hidráulica del petróleo y el gas natural (y los enormes desembolsos de capital fijo de este sector). Lo que se está describiendo es una importante barrera al “desbloqueo” de los sistemas de energía basados en los combustibles fósiles.
*El problema de la energía verde en el marco del capitalismo-imperialismo
La energía renovable, como la eólica y la solar, se ha expandido comercialmente. Pero estas energías renovables responden al objetivo de generar ganancias y también son objeto de competencia por participaciones del mercado. Así que existe la situación en la que tanto la administración de Obama como la de Trump impusieron aranceles (un impuesto) a los paneles solares fabricados en China. Y en la actual desaceleración de la economía mundial a causa de la pandemia, las empresas de las industrias solar y eólica están esforzándose por sobrevivir y compitiendo por préstamos bancarios y préstamos con el aval de los gobiernos.
La energía/tecnología verde tal y como se ha desarrollado refleja la estructura y el funcionamiento del sistema. La fabricación actual de paneles solares implica la extracción y fundición de cuarzo y carbón, y depende de las cadenas de suministro mundiales con importantes insumos de combustible fósil. Las baterías que potencian los vehículos eléctricos de GM y Tesla no funcionarían sin el cobalto que se extrae en horrorosas condiciones de superexplotación, incluido el trabajo infantil, en la República Democrática del Congo. Europa está estableciendo parques eólicos en el norte de África, en lo que equivale a una especie de “colonialismo de energía verde”. Los paneles solares ayudan a proveer electricidad a la prisión y el campo de tortura de la base naval de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba. Todo esto quiere decir que amarrar una infraestructura basada menos en combustibles fósiles a la economía imperialista existente de Estados Unidos con sus niveles insostenibles de consumo y su saqueo del planeta, NO es algo bueno para la humanidad y para la Tierra.
*Un breve aparte sobre la innovación y la “toma de riesgos”. Los ideólogos del capitalismo aclaman sus cualidades de “toma de riesgos”: “empresarios inteligentes” que hacen “apuestas audaces” y “capitalistas de riesgo” que van donde otros no se atreven. Pero el único “riesgo” que no se toma, que nunca se tomará... es el que no siga la lógica de las ganancias y del imperio, la misma lógica que está destruyendo el planeta.
*El petróleo es una mercancía estratégica. El petróleo es más grande que ExxonMobil, más grande que el donante y operador político petrolero de derecha Charles Koch y más grande que los grandes bancos que han financiado frenéticamente la ola de expansión de capital de los combustibles fósiles de la última década. El petróleo es una mercancía estratégica. El control sobre los suministros y los mercados del petróleo trae consigo un apalancamiento sobre la economía mundial. El petróleo es fundamental para las capacidades militares y de guerra del imperialismo estadounidense. Es un arma estratégica de rivalidad e intimidación. Por ejemplo, los imperialistas estadounidenses, empezando con la administración de Obama, impulsaron la producción de petróleo y gas natural para aumentar el margen de maniobra contra la Rusia imperialista, y para intimidar a países como Irán y Venezuela —los que dependen de las ventas de petróleo como su salvavidas económico— para que se sometan.
Por todas las razones expuestas —la rentabilidad de la producción basada en el petróleo, el capital fijo amarrado en ella y la “dependencia del camino”, el papel del petróleo como una mercancía estratégica— junto con otros factores, los mercados capitalistas y el estado capitalista NO han efectuado un rápido viraje hacia la “tecnología verde”.
PERO SOBRE LA BASE DE HACER UNA REVOLUCIÓN QUE DERROQUE ESTE SISTEMA... la que establezca un nuevo poder estatal socialista y una nueva economía socialista que ya no se base en la propiedad privada y en la explotación —y que ponga fin al imperio estadounidense, con su red de maquiladoras y bases militares—, seremos capaces de alejarnos decisivamente de los combustibles fósiles. Podemos hacerlo como una parte crítica (subrayo que esto todavía es tan sólo una parte) de una reorganización radical y omnímoda de la sociedad y de una reestructuración de la economía hacia la sustentabilidad socialista.
Una verdadera economía socialista asignaría y reasignaría recursos al nivel de toda la sociedad. Tendría la capacidad de reorientar y subvencionar la inversión y de efectuar la desinversión — y de regular conscientemente el crecimiento. Puede hacerlo porque en el marco de la propiedad estatal-pública, es posible socializar y centralizar el excedente de la sociedad y guiar y coordinar conscientemente el desarrollo económico mediante la planificación integral e integrada, guiada por los tres objetivos/criterios establecidos en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, y los relacionados Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable.
La humanidad es parte de la naturaleza. Evolucionamos con el medio ambiente físico y su interacción con otros seres vivos y dependemos de él. Los ecosistemas que funcionan bien nos proporcionan oxígeno, alimentos y combustible, materiales esenciales para la supervivencia y el bienestar, protección contra las tormentas, las enfermedades y la radiación solar, y la regulación del agua y el clima. Sin mencionar el asombro estético y la inspiración para el arte.
* Los modelos económicos y el sistema de precios del capitalismo no pueden capturar la verdadera medida de estos elementos de la naturaleza. Sistemáticamente “infravaloran” la naturaleza porque, históricamente, estos beneficios de los ecosistemas se proporcionan “gratuitamente” como “bienes públicos” — y han sido sistemáticamente sobreexplotados a medida que el imperialismo implacable y masivamente mercantiliza una proporción cada vez más grande de la naturaleza. La producción orientada a la exportación en los países pobres ricos en recursos naturales se basa en la explotación y procesamiento de “bienes públicos”, tales como los bosques de manglares convertidos en criaderos comerciales de camarones. Pero los precios de exportación no tienen en cuenta los “costos ambientales”: sus repercusiones a corto y largo plazo a nivel local y mundial. El problema se agrava por el hecho de que los países ricos utilizan de manera desproporcionada los llamados “sumideros ambientales” —como la atmósfera y las selvas tropicales— para absorber sus altos niveles de emisiones de carbono.
En resumen, el capital que maximiza las ganancias tiene efectos negativos masivos “externos” a sus límites privados de propiedad, operaciones, costos y ganancias. Se trata de externalidades ambientales no remuneradas.
* A Estados Unidos y Europa Occidental han correspondido directamente el 52 por ciento de todas las emisiones de dióxido de carbono desde la Revolución Industrial. Tan sólo Estados Unidos ha representado el 25 por ciento y es, en palabras del climatólogo James Hansen, “con mucho, más responsable que cualquier otra nación” por el calentamiento global. A la mitad más pobre de la población mundial —3.500 millones de personas— le corresponde tan sólo el 10 por ciento de las emisiones de carbono cumulativas2.
* Para el año 2050, el calentamiento global podría crear hasta mil millón de refugiados climáticos, en su mayoría de las naciones pobres del mundo — según proyecciones de la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
* En los años 1961-2000, a los países de los grupos de ingresos bajos, medios y altos les correspondían el 13%, 45% y 42% de las emisiones de gases de efecto invernadero, respectivamente. Se estima que los “daños climáticos” resultantes se distribuyeron en un 29%, 45% y 25%, respectivamente3.
*Durante los últimos 50 años, alrededor del 69% de las muertes por acontecimientos extremos relacionados con el clima —tales como sequías, incendios forestales, inundaciones, deslizamientos de tierra, olas de calor y grandes tormentas— han tenido lugar en los países más pobres. Desde el año 2000, esta tasa de mortalidad en los países pobres ha sido siete veces mayor que en los países más ricos4.
* Y un factor poco conocido pero importante que contribuye a esta situación es que las grandes empresas transnacionales de Estados Unidos como Walmart, GM y Apple subcontratan la contaminación a China, Bangla Desh, los países de América Central y otros lugares. El total de las emisiones de carbono de Estados Unidos en todo el mundo es de hecho 14 por ciento más alto de lo que revelan las cifras nacionales, cuando se tienen en cuenta los gases de efecto invernadero emitidos por la fabricación de automóviles, ropa y otros productos en el extranjero pero los que se consumen en Estados Unidos5.
*Un estudio realizado en 2019 por científicos de la Universidad de Stanford estima que la brecha entre la producción económica de los países más ricos y los países más pobres del mundo es hoy un 25 por ciento más grande de lo que habría sido sin el calentamiento global; y de 1961 a 2010, el calentamiento global redujo la riqueza por persona en los países más pobres del mundo en un 17 a 30 por ciento6.
*En el mundo actual, casi 70 millones de refugiados han sido forzados a abandonar sus hogares: 23 millones de ellos, aproximadamente un tercio del total, y casi todos de los países del tercer mundo, fueron desplazados por acontecimientos climáticos extremos que se están volviendo más comunes y destructivos debido al calentamiento global. El número de migrantes centroamericanos que han sido forzados a huir de sus países, debido en una medida importante al cambio climático, se ha quintuplicado entre 2010 y 2015. Fueron años inusualmente secos, que dejaron a muchas personas sin alimentos suficientes7.
En mayo de 2019, la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas de la ONU publicó un informe preliminar. Su hallazgo crucial fue que un millón de especies se enfrentan a la extinción en las próximas pocas décadas a menos que se tomen medidas para reducir la intensidad de los impulsores de la pérdida de biodiversidad. En el informe se identifican cinco factores que impulsan la extinción y la pérdida de la biodiversidad: los cambios en el uso de la tierra y el mar; la utilización excesiva insostenible; el cambio climático; la contaminación; y la invasión de especies no autóctonas. ¿Y cuáles son algunos de los principales impulsores de estos impulsores? Esto se resume en el artículo de revcom.us “El capitalismo-imperialismo está estrangulando la vida en el planeta”8.
*El comercio global. El informe de la ONU señala que el comercio global se ha multiplicado diez veces en los últimos 50 años. Este es un producto de la globalización imperialista impulsada por las ganancias y la consolidación de una economía de manufacturas y maquiladoras con mano de obra barata que está integrada a nivel global y la extracción de materias primas. Las mercancías producidas en los países oprimidos del sur global se transportan por todo el mundo en enormes buques portacontenedores que consumen cantidades masivas de combustóleo, lo que contribuye a la contaminación y al calentamiento global. Estos sistemas de cadena de suministros y transporte requieren infraestructura, como carreteras y oleoductos, lo que divide los ecosistemas (lo que tiene efectos como impedir la capacidad de los animales para viajar con los cambios de las estaciones). El comercio global también aumenta la propagación de las especies invasoras (las que no son autóctonas de una región). Estas especies invasoras han aumentado en un 70 por ciento tan sólo desde 1980, lo que trastorna y a menudo causa grandes daños a los ecosistemas. Un patógeno invasor propagado en parte por el comercio global es responsable de la extinción de al menos 200 especies de ranas en todo el mundo.
*La destrucción de humedales impulsada por el comercio, los que a menudo albergan altas concentraciones de animales. Muchos de estos humedales han sido drenados para dejar espacio a la agricultura industrial que utiliza fertilizantes y pesticidas tóxicos que envenenan el suelo y el agua. El desenfrenado desarrollo residencial y urbano-industrial que produce contaminación y dióxido de carbono que acelera el cambio climático han comprometido los humedales.
*El cambio climático impulsado por los combustibles fósiles. El informe enfatiza que el cambio climático está “exacerbando cada vez más el impacto de otros impulsores... que muchas especies son incapaces de hacer frente localmente al rápido ritmo del cambio climático, por medio de procesos evolutivos o conductuales, y que su supervivencia también dependerá de la medida en que sean capaces de dispersarse, de seguir las condiciones climáticas adecuadas y de conservar su capacidad de evolución”.
*¿Por qué? Porque el capitalismo-imperialismo, en su despiadado y anárquico afán de ganancias y ventajas competitivas, no sólo ha devastado el medio ambiente sino que está impulsado a seguir haciéndolo, liberando cada vez más dióxido de carbono en la atmósfera en el incesante afán de los bloques de capital que compiten por ganancias y más ganancias. Este es un sistema en el que los combustibles fósiles son “eficaces en función de los costos”.
*Y el calentamiento global está teniendo efectos de retroalimentación en cascada: las malas cosechas y la escasez de agua provocadas por el clima; las enfermedades y las plagas agravadas por el calentamiento mundial — como los mosquitos que pueden migrar a regiones tropicales en expansión; los virus en mutación; el aumento del nivel del mar que pone en peligro a franjas de la humanidad densamente pobladas en las ciudades costeras; el aire irrespirable; la acidificación y el calentamiento de los mares que agotan las pesquerías y contribuyen a que los fenómenos y siniestros meteorológicos sean más frecuentes e intensos; la potencial pérdida de un millón de especies; los refugios climáticos y los conflictos por la escasez de recursos.
*La interconexión mundial sin cooperación mundial. Citando de nuevo al libro El planeta inhóspito: “Si se tuviera que inventar una amenaza lo suficientemente grande, y lo suficientemente global, como para conjurar plausiblemente un sistema de verdadera cooperación internacional, lo sería el cambio climático — la amenaza en todas partes, y abrumadora, y total”. (Esto fue antes de la Covid-19, ¡pero éste es el mundo en el que estamos viviendo!) Y lo que vemos es todo lo contrario de la “verdadera cooperación internacional”. Esta incapacidad de coordinación y cooperación es una función del capitalismo-imperialismo, del capital globalizado anclado en los mercados nacionales y salvaguardado por los estados nacional-imperialistas, un sistema mundial dividido en países opresores y oprimidos y desgarrado por divisiones antagónicas sociales y de clases. Un sistema en el que la propiedad privada y la apropiación privada están en conflicto con la producción global socializada e interconectada.
*No tiene por qué ser así. Únicamente una revolución para derrocar este sistema y establecer un nuevo poder estatal socialista y una nueva economía socialista, para crear una sociedad socialista como transición al comunismo global —una revolución guiada por el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian— le da a la humanidad una verdadera posibilidad de salvar el planeta. Únicamente al hacer esta revolución, podemos capacitarnos para ser los guardianes del planeta para las generaciones de hoy y del futuro, y crear una verdadera comunidad mundial de la humanidad.
1. New York Review of Books, 12 de marzo de 2020. [volver]
2. James Hansen, Climate Change in a Nutshell: The Gathering Storm, 18 de diciembre de 2018, p. 15; “World’s richest 10% produce half of carbon emissions while poorest 3.5 billion account for just a tenth”, Oxfam, 2 de diciembre de 2015. [volver]
3. Datos de U.T. Srinivasan, et al., “The debt of nations and the distribution of ecological impacts from human activities”, Proceedings of the National Academy of the Sciences of the United States, 5 de febrero de 2008. [volver]
4. “Time to redress the globally unjust cost of climate change”, International Institute for Environment and Development, septiembre de 2019. [volver]
5. Brad Plumer, “You’ve Heard of Outsourced Jobs, but Outsourced Pollution? It’s Real, and Tough to Tally Up”, New York Times, 4 de septiembre de 2018. [volver]
6. “Global warming has increased global economic inequality”, Noah S. Diffenbaugh y Marshall Burke, Proceedings of the National Academy of Sciences of the Unites States, 14 de mayo de 2019. [volver]
7. The climate crisis, migration, and refugees, Brookings Institution, 25 de Julio de 2019; Groundswell: Preparing for Internal Climate Migration, Banco Mundial, agosto de 2018; “Central American Farmers Head to the U.S., Fleeing Climate Change”, New York Times, 13 de abril de 2019; “Climate Change Threatens the World’s Food Supply, United Nations Warns”, New York Times, 8 de agosto de 2019. [volver]
8. “El capitalismo-imperialismo está estrangulando la vida en el planeta”, revcom.us, 27 de mayo de 2019. [volver]
Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian es un libro de citas y ensayos cortos que trata poderosamente las cuestiones de la revolución y la emancipación humana.
"No se puede cambiar el mundo sin conocer Lo BAsico".
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Vídeo en inglés, de una conversación con la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL” en la Ciudad de Nueva York, 26 de septiembre de 2019.
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La derrota electoral del régimen de Trump y Pence sólo “gana cierto tiempo” — tanto en relación al peligro inminente constituido en el fascismo que este régimen representa, como más fundamentalmente en términos de la crisis potencialmente existencial que la humanidad está enfrentando cada vez más a consecuencia de estar atada a las dinámicas de este sistema del capitalismo-imperialismo. Pero, en términos esenciales, el tiempo no juega a favor de la lucha para un futuro mejor para la humanidad. Así que urge no desperdiciar el tiempo que queda — al sumirse en el individualismo ajeno o en la parálisis política, o al desperdiciarlo en actividades descaminadas que sólo refuerzan a este sistema que perpetúa interminables horrores para las masas de la humanidad y que ha llevado las cosas al borde de una catástrofe muy real.
De la "DECLARACIÓN DE AÑO NUEVO DE BOB AVAKIAN
Un año nuevo, La necesidad urgente de un mundo radicalmente nuevo —
Para la emancipación de toda la humanidad"
En este momento, es importante volver a las cuestiones fundamentales —y refundamentarnos en ellas—, y poner manos a la obra urgentemente sobre esa base: ¿Qué es lo que impulsa el saqueo del planeta y el calentamiento global? ¿Es posible resolver esta situación bajo este sistema del capitalismo-imperialismo, y si no, por qué no? ¿Cuál es la solución, qué se requerirá?
Remitimos a nuestros lectores y a otros a la Página Especial de Recursos.
El 7 de febrero, la rotura de un glaciar en el Himalaya en el norte de la India desencadenó una avalancha masiva con al menos 150 muertos. El derretimiento de los glaciares en todo el mundo es una señal de la acelerada crisis climática que representa una amenaza existencial a la humanidad. En este sentido, es aún más urgente que la gente explore la Declaración de Año Nuevo de Bob Avakian.
Sí, “la casa está en llamas”, como dicen los activistas ambientalistas. Nos encontramos ante una crisis de dimensiones existenciales e inauditas — que amenaza a los ecosistemas del planeta y a la vida misma. A tres años de adoptar el acuerdo de Paris de la ONU de 2016, ninguna de las grandes potencias industriales capitalistas está en camino a cumplir sus metas (obscenamente inadecuadas), y Estados Unidos se ha retirado del acuerdo. ¡Mientras tanto, el planeta se calienta!
La destrucción del planeta por el capitalismo-imperialismo (en inglés)
Bob Avakian, un corto
Este sistema y aquellos que gobiernan no son capaces de llevar a cabo desarrollo económico que cumpla con las necesidades de la gente ahora, balanceado con las necesidades de generaciones futuras y de proteger el medio ambiente. No les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos.... Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta.
Bob Avakian, Lo BAsico 1:29
Lo que hay que preguntar es: ¿qué está detrás de esta crisis y qué hay que hacer? Las apuestas no podrían ser más altas. Les invitamos a que exploren los materiales en esta página y enfrenten estas preguntas:
De hecho, solo hay dos alternativas: dejar que el planeta se tambalee de manera incontrolable hacia un desastre ambiental y dejar que los otros horrores continúen y se intensifiquen —como las guerras de agresión y la opresión de los negros, latinos y otra gente de color, de las mujeres y de los inmigrantes — O nosotros hacemos una revolución, una revolución real para derrocar este sistema del capitalismo-imperialismo.
¿Cómo resolvería una sociedad socialista revolucionaria la emergencia ambiental? Para las muchísimas personas que SÍ sienten la profundidad y urgencia de la situación, les invitamos y retamos a que breguen con el único marco por medio del cual la humanidad puede forjar una respuesta viable a esta emergencia ambiental, y sobre una base verdaderamente emancipadora. Necesitamos un camino completamente diferente... y existen la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la autoría de Bob Avakian y “Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable” que señalan el camino.
Manténgase al tanto de nuevos análisis, polémicas y comentarios de última hora.
“La destrucción del planeta por el capitalismo-imperialismo” (en inglés)
Este corto es del discurso filmado de Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.
Lea el texto de este corto en español aquí.
Bob Avakian, “No se les puede encomendar el planeta”
Pasajes de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
Del número especial de Revolución sobre la crisis ambiental
¡Estado de EMERGENCIA! El saqueo de nuestro planeta, la catástrofe ambiental y la verdadera solución revolucionaria
Raymond Lotta
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Hace poco, vi El planeta de los humanos, la nueva película producida por Michael Moore y dirigida por Jeff Gibbs. También he seguido la controversia en torno a la película. ¿Es Planeta de los humanos una herramienta útil que proporciona observaciones e indica vías de resistencia para aquellos que están preocupados por el destino del planeta? La respuesta es que, si bien plantea importantes interrogantes y tiene ciertas denuncias útiles de los límites y problemas de la “energía verde” (como la solar y la eólica) en las actuales condiciones del capitalismo, la película está muy atrapada dentro de los límites del sistema capitalista-imperialista, cuya naturaleza no comprende.
Para aquellos que no estén familiarizados con la película, se propone desvelar algunas de las ilusiones populares sobre la energía “verde” “renovable”: fuentes de energía que no se agotan cuando se usan (como la energía del sol) y que no emiten el dióxido de carbono que causa el calentamiento global.
El debate que la película quiere abrir en parte aborda las afirmaciones hechas por los promotores de la “energía verde” por su limitada huella ecológica. La película señala correctamente cómo la energía solar y la eólica dependen, en su actual proceso de manufactura, de la energía procedente de los combustibles fósiles y de las materias primas que requieren combustibles fósiles en la cadena de producción. Esto es cierto, y es un verdadero problema que no se puede abordar seriamente dentro de este sistema el que es tan dependiente de los combustibles fósiles rentables.
Pero cuando se trata de un análisis real de la emergencia ecológica a la que nos enfrentamos, y lo que subyace a ella, Planeta de los humanos le echa la culpa por el calentamiento global y por la acelerada devastación ambiental principalmente a la gente: al consumo excesivo —a nosotros, es decir, nosotros que nos encontramos en el Occidente, que no podemos controlar nuestros apetitos; y a la sobrepoblación— la que claramente se refiere al “aquellos” del “sur global” que no pueden controlar su procreación. Mientras la película se abre y examina el inmenso daño ecológico que se ha hecho al planeta, una sombría voz en off ofrece este tema de encuadre: “¿Cuánto tiempo nos queda a los seres humanos? ¿Cómo sabrían cuándo ya es nuestra hora de irnos?”
La película está empapada de una suerte de desesperanza apocalíptica, de una especie que está devastando al planeta mediante una tecnología avanzada. Pone ante la cámara varios oradores que identifican el problema como la “civilización industrial” y sobrepoblación. El eje y efecto general de Planeta de los humanos es dejar libre de culpas al sistema político-económico del capitalismo-imperialismo.
Ahora Moore y Gibbs han atiborrado su película con denuncias a los intereses corporativos que impulsan ciertos proyectos de energía verde, y da ejemplos que deberían suscitar preocupación, especialmente entre los activistas comprometidos en este movimiento. La película también habla de la influencia de las corporaciones en el movimiento ambiental, especialmente por medio de la participación financiera y donaciones1. Esto ha seducido a algunos cinéfilos a ver la película como una crítica al capitalismo. Pero el velo no ha sido levantado.
La esencia o el problema fundamental del capitalismo no son, como Moore y Gibbs argumentan, las corporaciones “codiciosas” y “tramposas”. Como se puede ver aquí en inglés o leer aquí en español, el capitalismo es un sistema económico con ciertas características fundamentales y motivaciones internas. Un sistema de propiedad privada de los medios de producción (fábricas, transporte, medios de comunicación, etc.)... un sistema organizado en torno a la producción de ganancias basada en la explotación de la mano de obra asalariada en todo el mundo... un sistema en el que enormes unidades y bloques de capital (corporaciones, bancos, grupos de inversión, etc.) están impulsados por la competencia para expandirse sobre la base de abaratar la producción para poder obtener participaciones del mercado y ventajas competitivas — o enfrentarse a la ruina. Es un sistema global de explotación y dominación dividido en estados capitalistas imperialistas rivales (Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia, etc.) que salvaguardan intereses nacionales de capital y luchan entre sí en pos del control de los mercados, las materias primas y las regiones en diferentes partes del mundo y la dominación de los países oprimidos del mundo.
Planeta de los humanos señala que, dado que las energías renovables no son tan productivas en esta etapa como los combustibles fósiles (lo que es cierto), y dado el papel de los combustibles fósiles en la manufactura de proyectos solares y eólicos, las energías renovables no suponen una mejora real con respecto a los combustibles fósiles. Esa conclusión es errónea. Pero la realidad es que no hay ninguna transición fácil para dejar de utilizar los combustibles fósiles, dado qué tan estructurado lo es la economía a su alrededor. Y en una economía y sociedad radicalmente diferentes, nos enfrentaríamos al complejo desafío de hacer una transición a las energías renovables y al mismo tiempo tener que satisfacer las necesidades de alimentación, salud y vivienda de miles de millones de personas en el planeta. Michael Moore y Jeff Gibbs dan por sentado, sin embargo, que la energía verde sólo puede desarrollarse en las formas problemáticas de hoy y servir al poder y a las ganancias de las corporaciones. La razón es que están atrapados en los horizontes ideológicos del sistema capitalista-imperialista.
La respuesta de muchas personas del movimiento ambientalista tradicional al cinismo desencantado de la película y a las tergiversaciones fácticas del potencial de la energía renovable2 es ofrecer una forma de “pensamiento mágico”. Y esto también deja libre de culpas al sistema capitalista-imperialista. Se propaga la idea de que el movimiento ecologista ha venido dando enormes pasos, que estamos en la cúspide de un gran avance para resolver el problema de la adicción a los combustibles fósiles. Se trata de la ficción consoladora de que las innovaciones de la tecnología verde y la viabilidad comercial, combinadas con un “Nuevo Acuerdo Verde” desde la cúpula, pueden hacernos transitar fácilmente a un futuro de energía solar y eólica. Lo único que falta, según esta versión, son los fondos, la presión política desde abajo y la voluntad política para cambiar.
Eso es tan fantasioso como lo es peligroso. El sistema capitalista-imperialista ha puesto a la humanidad y al planeta en una trayectoria desastrosa. Independientemente de todas las inversiones en energías renovables de los últimos 25 años, el 80 por ciento de la energía mundial proviene del petróleo, el carbón y el gas natural. He escrito de por qué es así — lo que esto dice sobre el funcionamiento y los fundamentos del sistema capitalista-imperialista tal como ha evolucionado históricamente y el papel del petróleo como una mercancía estratégica ligada al imperio (véase “A 50 años del primer Día de la Tierra: Reflexiones sobre la catástrofe que es el capitalismo-imperialismo” en revcom.us).
Esta es la realidad, y el llamado Nuevo Trato Verde no es ninguna salida. He escrito extensamente sobre esto, y animo a la gente a explorar “Por estas 5 razones ‘El Nuevo Acuerdo Verde’ es engañoso, peligroso y parte del problema — Engaños ajenos y propios al servicio del imperio de Estados Unidos” en revcom.us.
Y la situación política actual no podría ser más peligrosa. Nos gobierna el régimen fascista de Trump y Pence, el que niega la realidad del calentamiento global... intimida a los científicos... y está incrementando la producción de combustibles fósiles a niveles cada vez más calamitosos (siguiendo los pasos y huella ecológica de Obama y expandiendo la producción del petróleo y la fracturación hidráulica del gas natural).
Hay una verdad incómoda pero liberadora la que cualquiera que se preocupe profundamente por el futuro de la humanidad y la supervivencia del planeta tiene que reconocer y en torno a la cual tiene que actuar. Para cambiar nuestro estilo de vida, para cambiar la manera en que una economía funciona —esta economía capitalista-imperialista que explota y saquea en todo el mundo— tenemos que cambiar el sistema en el que vivimos. Para que tengamos una oportunidad seria de proteger el planeta, tenemos que hacer una revolución para derrocar este sistema.
Existe una estrategia para hacer semejante revolución; existen un plan y un proyecto para construir una sociedad radicalmente nueva y mucho mejor que pueda interactuar de manera sustentable con la naturaleza — para que la humanidad se convierta en guardián del planeta. Se trata de lo que han hecho posible la dirección y el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian (BA). Y se expresa concretamente en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la autoría de BA y en los relacionados Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable.
Se trata de una revolución para superar toda la explotación y opresión y todas las divisiones sociales. Para alcanzar un verdadero mundo de comunidad. Es nuestra única oportunidad de detener la destrucción del planeta.
1. La película contiene ataques inescrupulosos a Bill McKibben, el escritor y activista ambientalista. Le atribuye posiciones que ya no sostiene — en lugar de refutar sus argumentos más fuertes y sus posiciones actuales, y alega falsamente que McKibben está financieramente subordinado a intereses corporativos. McKibben tiene muchas ilusiones sobre la capacidad del sistema de cambiarse desde dentro, y ha promovido programas y políticas que no conducen a la solución de la emergencia ambiental. Pero esta acusación de ser “comprado” no es cierta y no es propicia para el tipo de debate que tienen que darse. [volver]
2. Algunos críticos de la película, entre ellos el ambientalista y cineasta Josh Fox, el científico climático Michael Mann, y otros en una carta firmada, han exigido la retirada de la película de presentaciones públicas. La película tiene inexactitudes y el ya mencionado ataque a McKibben. A los que están detrás de la película hay que llamarles la atención respectiva. Pero hay que ver y debatir la película. [volver]
Vea en inglés o lea en español el discurso completo de BA:
Vea también:
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
(Proyecto De Texto)
De la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del PCR.
¿Cómo lidiaría una sociedad socialista revolucionaria con la emergencia ambiental?
Pasajes de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
Vea también:
Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable
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De un/a lector/a:
El asesinato de Ahmaud Arbery en el estado de Georgia por vigilantes racistas ha provocado indignación a través del país. Ha llegado a ser llamado Trayvon 2.0 — por el asesinato en 2012 de Trayvon Martin, un adolescente negro de 17 años por el justiciero George Zimmerman. Parece que todos los días estamos leyendo sobre gente de raza negra que son disparados, golpeados, y perseguidos por la policía y estos justicieros. Las personas que han visto el video o han escuchado sobre el ataque contra Ahmaud no soportan más y se ponen de pie para decir, “¡No más!”
Esto incluye a varios atletas, negros y blancos, que están alzando la voz en contra de este escandaloso linchamiento de Ahmaud Arbery. Esto es un acontecimiento importante, y sigue los pasos de atletas famosos que se han opuesto a la opresión de la gente negra (Muhammad Ali, Tommie Smith, John Carlos) y más recientemente, Colin Kaepernick, quien dirigió un movimiento de atletas que se niegan a pararse durante el himno nacional en protesta por el asesinato y brutalidad policial, y llamó “linchamientos legales” a los asesinatos de negros y latinos.
El primer atleta que alzó la voz fue el gran estrella de la NBA, Lebron James, quien escribió en Twitter, “¡A nosotros literalmente nos cazan A DIARIO / TODO EL TIEMPO que salimos de la comodidad de nuestros hogares! ¡Hombre, uno ni siquiera puede hacer el maldito jogging! ¿¡¿¡Que mierda, me estas bromeando!?!?...”.
El fenómeno del tenis Coco Gauff, que tiene 16 años, escribió en Twitter: “La violencia debe detenerse. El perfil y la injusticia racial deben detenerse. #AhmaudArbery”.
El jugador de la NFL Torry Smith escribió en Twitter, “Como explico lo que pasó a #AhmaudArbery a mi hijo de 6 años?”
“Feliz cumpleaños a Ahmaud Arbery”, dijo el jugador de fútbol norteamericano de los New Orleans Saints, Malcolm Jenkins, en un video que grabó mientras corría el viernes. “A pesar de que arrestaron a esos dos hombres, debemos asegurarnos de que no se olviden de su rostro y de que obtenga su justicia en la corte”.
Dawn Staley de la WNBA escribió en Twitter, “Más insensatez. El video es angustioso. ¿Cuántas madres más tendrán que enterrar a sus hijos e hijas? Se necesitan respuestas. #AhmaudArbery”.
Otros atletas que enviaron tuits de angustia y enojo: Geno Smith (NFL), Benjamin Watson (NFL), Swin Cash (WNBA), David West (NBA) quien citó el libro del Dr. James Cone The Cross and the Lynching Tree [La cruz y el árbol de linchamiento], Julius Peppers (NFL), Enes Kanter (NBA), Jared Dudley (NBA), Isaiah Thomas (NBA), Wilson Chandler (NBA), Chris Long (NFL), Cameron Jordan (NFL), entre otros.
La Coalición de Jugadores, un grupo de atletas de la NFL dedicados a hacer un impacto sobre la justicia social y la igualdad racial, enviaron una carta al Departamento de Justicia de los Estados Unidos en la que declararon: “Hoy estamos de luto y escribimos para solicitar una investigación inmediata del FBI y la Sección Criminal del Departamento de Justicia de la División de Derechos Civiles por la trágica muerte de Ahmaud Arbery”. La carta fue firmada por 60 atletas y entrenadores, entre ellos Tom Brady (anteriormente de los Patriotas de Nueva Inglaterra de la NFL y ahora con los Bucaneros de Tampa Bay), Steve Kerr (jefe entrenador de los Golden State Warriors de la NBA) y Stan Van Gundy (ex jefe entrenador de los Pistons de Detroit de la NBA).
Saludos a estos atletas, entrenadores y a todos los demás que, en este momento de crisis, se ponen de pie contra el asesinato de personas negras por policías y asesinos racistas.
.#ahmaudarbery Sending blessing to his family and loved ones. We must continue to keep his name uplifted until he gets justice in the courts. We must use this tragedy to spring us into action. We want #justiceforahmaud and until then #irunwithmaud ✊🏾https://t.co/tqk5nP2yil pic.twitter.com/gIPeCqbn8U
— Malcolm Jenkins (@MalcolmJenkins) May 8, 2020
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(La versión corta — la verdad sencilla y básica)
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La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de la ciencia — el método y enfoque científico para conocer y cambiar el mundo. Pero existe un gran problema en la forma en que la gente ha sido entrenada y condicionada para pensar (o no pensar). Aunque durante demasiado tiempo, muchos “liberales” y “progresistas” se han dejado paralizar por nociones ridículas como “¿Cómo puedes saber lo que es realmente cierto? Nadie puede decir que su verdad es más grande que la verdad de otra persona”, y así sucesivamente, las fuerzas fascistas, caracterizadas por una verdadera mentalidad de la edad de las tinieblas, están firmemente convencidas de la “verdad” de toda suerte de teorías de conspiración lunáticas que promueven “valores” y objetivos fascistas.
Dicho de otra manera, en términos de las principales tendencias de la sociedad en su conjunto: los que tienen la mayor certeza son los que están más desconectados de la realidad.
Lo que complica más la situación y lo que es una dimensión adicional de este problema es el hecho de que, si bien no comparten sino que se oponen firmemente a los “valores” y objetivos de los fascistas, muchas de las masas básicas, que están duramente oprimidas bajo este sistema, también sospechan de la ciencia y del análisis con base científica e incluso se inclinan por rechazarlos. Pero esto también las deja vulnerables a toda una sarta de “teorías de conspiración” infundadas y otras ideas erróneas y nocivas, como la noción de que no importará nada de lo que la gente haga porque “todo está en manos de Dios”.
La respuesta a todo esto es no renunciar a conocer la realidad, o simplemente creer lo que parece tener sentido, o lo que dice alguien que conoce, o lo que le da consuelo (al menos por un tiempo). La verdad de algo no depende de quién lo diga o de cómo te haga sentir. Cuando algo proviene de una fuente que te gusta, eso no lo hace verdad; y cuando algo proviene de una fuente que no te gusta, eso no lo hace falso. Y la verdad no es un “concurso de popularidad”. Cuando mucha gente cree algo, eso no lo hace verdad; y cuando solamente unas pocas personas creen algo, eso no lo hace falso.
La verdad es objetiva — lo que quiere decir: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material. (A ciertos niveles, la verdad de las cosas es obvia — por ejemplo, la verdad de que si llueve fuerte y estás expuesto a la lluvia por un período de tiempo prolongado, te mojarás. Pero hay niveles más profundos de las cosas, y la verdad acerca de ellas es más compleja y requiere un conocimiento más desarrollado —por ejemplo, qué causa la lluvia, por qué está lloviendo donde te encuentras y no en otro lugar, y así sucesivamente. Pero en todos los casos, a todos los niveles, rige este hecho: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material). Para separar lo que es falso de lo que es cierto y tener bases firmes en términos de conocer las cosas, hace falta el método y enfoque científico de la realidad — y sí, una certeza con una base científica, donde dicha certeza puede y debe establecerse.
Ardea Skybreak, una científica con formación profesional y promotora del nuevo comunismo como un avance adicional en la ciencia de la revolución, ha señalado que la ciencia no es la opinión de una persona cualquiera sino que abarca y requiere que se investigue la realidad y que se sistematice lo que se aprende vía este proceso. Enfatiza que “La ciencia es un proceso basado en la evidencia” y
La ciencia es muy distinta a la religión o al misticismo, o cosas por el estilo, que explican la realidad invocando fuerzas imaginarias y que no dan evidencia concreta para ninguno de sus análisis. En contraste, la ciencia exige pruebas. Requiere evidencia1.
Sin juzgar las cosas por si existe evidencia convincente para ellas —y sin evaluar lo que la gente dice comparándolo con lo que la evidencia muestra sobre la realidad material— ¡es posible terminar por creer casi cualquier cosa! O, como dice Skybreak:
Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso2.
Skybreak enfatiza que la ciencia no es misteriosa, sino que es algo que cualquiera puede aprender y aplicar. También señala que ha habido ciencia mala (incluso ciencia mala que se utiliza para fines racistas) pero que podemos y debemos utilizar la ciencia buena —los métodos concretos de la ciencia— para conocer la realidad y poner al descubierto y refutar la ciencia mala. Dice, en términos sencillos y básicos: “Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia”3.
Oponerse al método y enfoque científico —y negar la posibilidad de llegar a conocer verdades importantes aplicando este método y enfoque— solo puede conducir a resultados malos, a veces extremadamente malos, dejando a las personas agobiadas por toda suerte de ignorancia y prejuicio, privando a las personas de la capacidad de conocer y cambiar el mundo en un sentido fundamentalmente positivo. Cuando, por ejemplo, Jonas Salk anunció que por fin había desarrollado una vacuna para tratar la terrible enfermedad de la polio, ¿la gente de hecho debiera haber sospechado de su afirmación y la debiera haber rechazado sin siquiera investigarla? ¿La gente de hecho debería responder de esa manera en caso de desarrollarse, o cuándo se desarrolle, una vacuna contra la Covid-19? Podría citarse casi un sinfín de ejemplos semejantes.
Cabe repetir algo muy importante enfatizado por Ardea Skybreak:
Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Y específicamente en términos de crear una mejor sociedad —al oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence, y aún más fundamentalmente al dar un salto radical más allá de este sistema capitalista-imperialista (el que ha engendrado este fascismo) y al crear un mundo mucho mejor—, se necesita el método y enfoque científico del nuevo comunismo.
 
1. CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak, énfasis en el original. Ardea Skybreak es una científica con formación profesional en el campo de la ecología y la biología evolutiva y una promotora del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Skybreak es también el autor del libro muy importante La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: saber qué es real y por qué importa, Editorial Tadrui, 2006. La entrevista completa a Ardea Skybreak (CIENCIA Y REVOLUCIÓN) está disponible en revcom.us.
En esta entrevista, Skybreak analiza con cierta profundidad la manera en que, al resumir la experiencia histórica del movimiento comunista y al sacar lecciones de una amplia gama de la experiencia humana, Bob Avakian ha desarrollado un nuevo comunismo que encierra un salto adicional en la aplicación del método y enfoque científico a la cuestión de la manera en que de hecho se podría crear una sociedad y mundo mejor, sin explotación y opresión. Este nuevo comunismo es una continuación de la teoría comunista como se había desarrollado previamente, pero también representa un salto cualitativo más allá de dicha teoría y, en algunos aspectos importantes, representa una ruptura con dicha teoría, y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, ofreciendo la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real.
En diversas obras, y en particular en el libro EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación, y en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico (que está disponible en revcom.us), Bob Avakian analiza lo que tiene de nuevo el nuevo comunismo y su relación con la anterior teoría comunista. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
3. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
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(La versión larga — la verdad elaborada)
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La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de la ciencia — el método y enfoque científico para conocer y cambiar el mundo. Pero existe un gran problema en la forma en que la gente ha sido entrenada y condicionada para pensar (o no pensar). Aunque la gente en el ámbito de la medicina procede sobre la base de un enfoque científico y, en el contexto de esta crisis del coronavirus, los “liberales” insisten en que ahora es de vital importancia “escuchar a los científicos”, durante demasiado tiempo los “liberales” y los “progresistas” se han dejado paralizar por un agnosticismo relativista, con una carencia —y a menudo incluso con un rechazo de la idea misma— de la certeza (con nociones ridículas como “¿Cómo puedes saber lo que es realmente cierto? Nadie puede decir que su verdad es más grande que la verdad de otra persona”, y así sucesivamente). Mientras tanto, las fuerzas fascistas, caracterizadas por una verdadera mentalidad de la edad de las tinieblas, y firmemente convencidas de la “verdad” de toda suerte de teorías de conspiración lunáticas que promueven “valores” y objetivos fascistas, están abrazando con entusiasmo un filisteísmo cruel, con un deliberado rechazo al pensamiento crítico, con una oronda ignorancia, desafío y denigración de la ciencia y del método científico.
Dicho de otra manera, en términos de las principales tendencias de la sociedad en su conjunto: los que tienen la mayor certeza son los que están más desconectados de la realidad.
Lo que complica más la situación y lo que es una dimensión adicional de este problema es el hecho de que, si bien no comparten sino que se oponen firmemente a los “valores” y objetivos de los fascistas, muchas de las masas básicas, que están duramente oprimidas bajo este sistema, también sospechan de la ciencia y del análisis con base científica e incluso se inclinan por rechazarlos. Pero esto también las deja vulnerables a toda una sarta de “teorías de conspiración” infundadas y otras ideas erróneas y nocivas, como la noción de que no importará nada de lo que la gente haga porque “todo está en manos de Dios”.
La respuesta a todo esto es no renunciar a conocer la realidad, o simplemente creer lo que parece tener sentido, o lo que dice alguien que conoce, o lo que le da consuelo (al menos por un tiempo). La verdad de algo no depende de quién lo diga o de cómo te haga sentir. Cuando algo proviene de una fuente que te gusta, eso no lo hace verdad; y cuando algo proviene de una fuente que no te gusta, eso no lo hace falso. Y la verdad no es un “concurso de popularidad”. Cuando mucha gente cree algo, eso no lo hace verdad; y cuando solamente unas pocas personas creen algo, eso no lo hace falso.
La verdad es objetiva — lo que quiere decir: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material. (A ciertos niveles, la verdad de las cosas es obvia — por ejemplo, la verdad de que si llueve fuerte y estás expuesto a la lluvia por un período de tiempo prolongado, te mojarás. Pero hay niveles más profundos de las cosas, y la verdad acerca de ellas es más compleja y requiere un conocimiento más desarrollado — por ejemplo, qué causa la lluvia, por qué está lloviendo donde te encuentras y no en otro lugar, y así sucesivamente. Pero en todos los casos, a todos los niveles, rige este hecho: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material). Para separar lo que es falso de lo que es cierto y tener bases firmes en términos de conocer las cosas, hace falta el método y enfoque científico de la realidad — y sí, una certeza con una base científica, donde dicha certeza puede y debe establecerse.
La ciencia no es otro “dogma” —otro “conjunto de creencias” que no se ha verificado ni se ha comprobado— es lo contrario de eso. Obviamente son importantes las conclusiones basadas en la aplicación del método científico, pero la ciencia no es solamente una “colección de conclusiones”, y mucho menos es un conjunto de “preceptos” que no se toman de la realidad y no están en sintonía con la realidad, o que una vez reflejaban la realidad pero se han vuelto congeladas y “osificadas” y ya no corresponden a una realidad cambiante. La ciencia es, sobre todo y más esencialmente, un método. En este sentido, lo siguiente es muy relevante, de una entrevista a Ardea Skybreak, una científica con formación profesional y promotora del nuevo comunismo como un avance adicional en la ciencia de la revolución:
Así que pienso que para empezar valdría la pena hablar acerca de lo que es la ciencia, desmitificarla un poco. La ciencia tiene que ver con la realidad material, y se podría decir que toda la naturaleza y toda la sociedad humana son el campo de la ciencia; la ciencia puede tratar con todo esto. La ciencia es una herramienta muy poderosa. Es un método y un enfoque que nos permite poder decir qué es la verdad, qué corresponde a la realidad tal como en realidad es. En este sentido, la ciencia es muy distinta a la religión o al misticismo, o cosas por el estilo, que explican la realidad invocando fuerzas imaginarias y que no dan evidencia concreta para ninguno de sus análisis. En contraste, la ciencia exige pruebas. Requiere evidencia. Es un proceso basado en la evidencia. Esto es muy importante. La ciencia es un proceso basado en la evidencia1.
Sin juzgar las cosas por si existe evidencia convincente para ellas —y sin evaluar lo que la gente dice comparándolo con lo que la evidencia muestra sobre la realidad material— ¡es posible terminar por creer casi cualquier cosa! O, como dice Skybreak:
Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso2.
Y:
Sea que hablemos de la realidad material de una enfermedad, de un ecosistema natural o de un sistema social en que viven los seres humanos, la ciencia nos permite analizar sus componentes, su historia, cómo es que llegó a ser como es, de qué está hecho, cuáles son las características que lo definen, y su carácter contradictorio (un tema al que volveremos) y por lo tanto cuál es la base para que cambie, o sea cambiado, si es nuestra intención cambiarlo. Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia3.
Skybreak enfatiza que la ciencia no es misteriosa, sino que es algo que cualquiera puede aprender y aplicar. También habla de la contradicción de que a veces a las personas no les late la ciencia, en parte porque se les ha dado un sentido equivocado de lo que es la ciencia, y
Otra razón por la que la ciencia quizás no les late a algunas personas es que ha habido ciencia mala.... en ocasiones en la historia han utilizado la ciencia para promover la idea de que algunas razas son inferiores a otras.... Pues, esa es ciencia basura. De hecho se puede usar métodos científicos rigurosos para comprobar que eso fue ciencia mala nada más. No es solamente mala en “lo moral” —aunque sí lo es, pero también es mala en lo científico— es completamente falsa y eso lo podemos comprobar por medio de la ciencia buena4.
Como lo he dicho, en concordancia con algo esencial explicado por Skybreak:
Es la “ciencia buena” —el método y enfoque científico de partir de la evidencia sobre la realidad para entender cómo de veras es la realidad, por qué es como es y cómo está cambiando y podría cambiar más— la que tenemos que aplicar de manera consecuente si queremos transformar el mundo para arrancar de raíz la opresión y la explotación5.
Con demasiada frecuencia, y con no poca ironía, los “liberales”, “progresistas” y “concienciados” educados de la clase media actúan como si estuvieran afirmando cierta verdad profunda cuando rechazan la noción misma de la “verdad” y critican y denuncian por dogmáticos (o incluso tiránicos) a aquellos que dicen que han llegado a conocer ciertas verdades definidas. Pero, una vez más, oponerse al método y enfoque científico —y negar la posibilidad de llegar a conocer verdades importantes aplicando este método y enfoque— solo puede conducir a resultados malos, a veces extremadamente malos, dejando a las personas agobiadas por toda suerte de ignorancia y prejuicio, privando a las personas de la capacidad de conocer y cambiar el mundo en un sentido fundamentalmente positivo. ¿Y este enfoque —de negar la posibilidad o deseabilidad de conocer la verdad y denunciar a aquellos que dicen haber descubierto verdades importantes claras— es realmente válido y viable, algo con lo que las personas pueden o deberían adherirse? Cuando, por ejemplo, Jonas Salk anunció que por fin había desarrollado una vacuna para tratar la terrible enfermedad de la polio, ¿la gente de hecho debiera haber sospechado de su afirmación y la debiera haber rechazado sin siquiera investigarla, y debiera haber criticado (o incluso marginado) a Salk por tener la cachaza de afirmar que había llegado a conocer una verdad importante (entender la enfermedad de la polio y la manera de combatirla)? ¿La gente de hecho debería responder de esa manera en caso de desarrollarse, o cuándo se desarrolle, una vacuna contra la Covid-19? Podría citarse casi un sinfín de ejemplos semejantes.
Como he enfatizado, al hablar de lo que es un principio epistemológico fundamental del nuevo comunismo:
La verdad es un reflejo correcto real de la realidad, y de su movimiento y desarrollo. Y, como se sabe, es cierto que nadie nunca puede contar con toda la verdad. Eso es parte de entender correctamente la realidad, es parte del método científico. Pero... es cierto que uno puede llegar a hacer determinaciones definidas y definitivas sobre la realidad de muchas cosas específicas, aunque siempre tiene que estar dispuesto a aprender más, y a considerar la posibilidad de que resulte que una parte de lo que pensaba que era cierto no lo fuera, o que se dan nuevos acontecimientos que implican que el mundo ha cambiado de modo que sea necesario modificar su entendimiento previo. Todo esto también es parte del método científico. Cuando hablamos de la verdad, no hablamos de LA VERDAD como una verdad absoluta y final, pero tampoco hablamos de una narrativa. Hablamos de un enfoque científico de conocer la realidad y luego, sobre esa base, de transformarla. Y el enfoque científico de ese proceso de analizar y sintetizar la realidad puede sacar conclusiones importantes y definitivas, a la vez que esto es un proceso continuo el cual nunca se completará porque nunca se puede captar toda la realidad — entre otras cosas porque está cambiando constantemente y porque siempre habrá aspectos de la realidad en los que los seres humanos ni siquiera habrán penetrado en un momento dado, ni hablar de llegar a entender6.
Existe una conexión definitiva entre el relativismo y el agnosticismo de una cantidad exageradamente grande de “liberales” educados de la clase media y su renuencia, si no su obstinada negativa, a reconocer el peligro fascista que representa el régimen de Trump y Pence por lo que es y lo que se requiere hacer ante esto — lo que es una lucha decidida contra este fascismo, una lucha que no se apoya ni confía en el sector “tradicional” de la clase dominante (representada por instituciones como el Partido Demócrata) y el sistema al que sirven, que ha engendrado este fascismo (de cuyas contradicciones básicas ha surgido este fascismo como esfuerzo por resolver estas contradicciones dentro de los límites de este sistema y bajo los términos más extremos).
Aún más fundamentalmente, existe una conexión definida entre el relativismo y el agnosticismo de tales “liberales” y su resistencia o su obstinada negativa a aplicar un enfoque consecuentemente científico basado en la evidencia y, sobre esta base, seguir la verdad adondequiera que conduzca, particularmente respecto a cuestiones históricas, sociales y políticas — porque a lo que lleva es a demoler las preciadas ilusiones y prejuicios de los “liberales” con respecto al rol concreto de esta “gran democracia estadounidense”, a lo largo de su historia y por todo el mundo; la naturaleza concreta del sistema bajo el cual vivimos, el capitalismo-imperialismo; y la verdadera experiencia de la lucha revolucionaria contra este sistema, y más particularmente la experiencia del movimiento comunista y las sociedades socialistas que ha gestado.
Al explorar profundamente estas cuestiones, y al sacar lecciones de las muchas dimensiones diferentes de la experiencia humana, he desarrollado un nuevo comunismo, el que es una continuación de la teoría comunista como se había desarrollado previamente, pero también representa un salto cualitativo más allá de dicha teoría y, en algunos aspectos importantes, representa una ruptura con dicha teoría, y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, ofreciendo la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real.
Con respecto a todo esto, cabe repetir algo muy importante enfatizado por Ardea Skybreak:
Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Y específicamente en términos de crear una mejor sociedad — al oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence, y aún más fundamentalmente al dar un salto radical más allá de este sistema capitalista-imperialista (el que ha engendrado este fascismo) y al crear un mundo mucho mejor: se necesita el método y enfoque científico del nuevo comunismo.
1. CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak, énfasis en el original. Ardea Skybreak es una científica con formación profesional en el campo de la ecología y la biología evolutiva y una promotora del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Skybreak es también el autor del libro muy importante La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: saber qué es real y por qué importa, Editorial Tadrui, 2006. La entrevista completa a Ardea Skybreak (CIENCIA Y REVOLUCIÓN) está disponible en revcom.us.
En esta entrevista, Skybreak analiza con cierta profundidad la manera en que, al resumir la experiencia histórica del movimiento comunista y al sacar lecciones de una amplia gama de la experiencia humana, Bob Avakian ha desarrollado un nuevo comunismo que encierra un salto adicional en la aplicación del método y enfoque científico a la cuestión de la manera en que de hecho se podría crear una sociedad y mundo mejor, sin explotación y opresión. Como señala este artículo, el nuevo comunismo “es una continuación de la teoría comunista como se había desarrollado previamente, pero también representa un salto cualitativo más allá de dicha teoría y, en algunos aspectos importantes, representa una ruptura con dicha teoría, y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, ofreciendo la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real”.
En diversas obras, y en particular en el libro EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación (Editorial Aurora Roja, 2018; pedidos en revcom.us) y en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico (que está disponible en revcom.us), Bob Avakian analiza lo que tiene de nuevo el nuevo comunismo y su relación con la anterior teoría comunista. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
3. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
4. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
5. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el audio en inglés de este discurso de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
6. Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico, que está disponible en revcom.us. [volver]
Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
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Al cumplir esta meta, se dio un verdadero avance y una victoria para la gente del mundo, y no habría sido posible sin los esfuerzos dedicados de muchas personas que trabajaron creativa y colectivamente para satisfacer esta necesidad apremiante: aquellos que hicieron donativos, ya sean contribuciones grandes o pequeñas, aquellos que recaudaron fondos, aquellos que difundieron la campaña, aquellos que enviaron declaraciones, aquellos que hicieron comentarios, preguntas, críticas o sugerencias — y, por supuesto, aquellos que trabajaron tan arduamente en la modernización y actualización de nuestra presencia y tecnología web. ¡Todo ello importó!
La necesidad continua de que haya donantes recurrentes
Durante esta campaña de recaudación de fondos de cuatro meses, Revcom.us continuó erogando miles de dólares de costos cada mes para nuestra oficina, el mantenimiento de nuestro sitio existente y otros gastos. Pero gracias a nuestros donantes recurrentes mensuales, pudimos hacer frente a estos gastos y utilizar todos los fondos recaudados en la campaña para transformar el sitio web.
Así que animamos a todos nuestros donantes y a las personas que aún no han hecho donativos a que se conviertan en donantes recurrentes mensuales al nivel que puedan permitirse.
Ya has leído este artículo y ahora tienes que ser parte de asegurarnos de que revcom.us tenga la capacidad de dar urgentemente necesario y transformación.
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Aun antes de que el coronavirus se convirtiera en una pandemia mundial, un columnista del New York Times escribió sobre el atractivo del aburrimiento — argumentando que, después de los años de la locura de Trump, tener a un presidente que induzca al sueño (como Joe Biden) podría ser justamente lo que se necesita. El impacto del coronavirus ha reforzado y fortalecido esta tendencia hacia un “anhelo por la normalidad”, especialmente por parte del sector de la clase dominante representada por el New York Times y ese sector de la sociedad, particularmente entre las capas medias con mayor educación formal, que durante algún tiempo se ha identificado, en una medida importante, con lo que representa el New York Times.
Pero, en términos fundamentales, esta noción de “volver a la normalidad” es una ilusión la cual reventarán la naturaleza y el funcionamiento del sistema de capitalismo-imperialismo al que están sometidas las masas de la humanidad.
En el contexto de esta crisis actual, las relaciones explotadoras y opresoras integradas en este sistema se están manifestando de una manera pronunciada, en Estados Unidos y a nivel internacional, al igual que lo han hecho en crisis anteriores. Por ejemplo, cuando azotó el huracán Katrina, en Nueva Orleáns y sus alrededores en 2005, aunque sufrieron grandes sectores de la gente, fueron los negros pobres quienes fueron golpeados de las formas más devastadoras, debido a la opresión y las desigualdades crueles a las que ya estaban sometidos y debido a la negligencia no tan benigna y a menudo las acciones malignas de aquellos que se encuentran en el poder. Lo mismo ha sido cierto con respecto al SIDA —son aquellos que han sido en la mira de la discriminación y la denigración los que más han sufrido— y la carga desequilibrada del sufrimiento se ha acentuado especialmente a escala internacional, con las personas en el África subsahariana las que en particular sufren una tremenda devastación.
Aunque el coronavirus azotarán a grandes sectores de la población, esta desigualdad una vez más ejercerá un efecto en Estados Unidos en relación con la crisis actual — estarán sometidos a un sufrimiento desproporcionado los inmigrantes, los prisioneros, las personas sin hogar, las personas de las comunidades pobres, particularmente entre las nacionalidades oprimidas, y otros que están subordinados, degradados y despreciados por el “funcionamiento normal” de este sistema y los de arriba1.
Y a nivel internacional, las mismas dinámicas se aplican de una manera aún mayor. Como he señalado anteriormente:
vivimos en un mundo donde sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global2.
Son aquellos, en todo el mundo, los que están mantenidos en estas condiciones los cuales son los más afectados en esta crisis, al igual que en el pasado.
Todo esto, en combinación con la crisis climática continua y cada vez más profunda, arraigada en las dinámicas de este sistema y la que cada vez más representa una amenaza existencial a toda la humanidad, impelerá a las masas, a millones y, en última instancia, miles de millones de personas, a una desesperación aún mayor, y nadie sobre el planeta podrá evitar las repercusiones y los efectos de todo esto.
Los peligros inmediatos, el problema fundamental y la solución revolucionaria
Hace varios años, señalé:
Hoy, aunque Estados Unidos es y se proclama la superpotencia mundial #1, está plagado de contradicciones cada vez más agudas y enfrenta retos internos y a nivel internacional, y esto ha generado un régimen fascista, que ahora tiene las riendas del poder y el dedo de un golpeador demente sobre el disparador nuclear — un régimen que sin exageración, no solamente amenaza con gran sufrimiento a las masas de la humanidad sino a la propia existencia de la humanidad3.
Y, en varios otros países, el fascismo ha seguido cobrando fuerza, como respuesta —una reacción fanática, lunática y violenta— a los cambios los cuales están impulsando fundamentalmente las necesidades y dinámicas del sistema capitalista imperialista y el hecho de que el sistema no tiene, y no puede tener, ninguna solución positiva a todo esto. A pesar de lo que muchos (especialmente a muchos “liberales”) quisieran creer, la noción de que especialmente en tiempos de crisis como el actual “todos nos encontramos juntos en esto” está en conflicto con la realidad y refuta la realidad, y específicamente las fuerzas fascistas no la acatan. Por ejemplo, las ventas de armas en Estados Unidos se han disparado aún más en medio de esta crisis, ya que los “sujetos de la Segunda Enmienda” se abastecen aún más de armas letales para “protegerse” de los “criminales” (y, por parte de muchos de ellos, para prepararse para la “guerra civil” que ven que se perfile). En referencia una vez más a las ideas del teólogo afroamericano Hubert Locke, lo que está ocurriendo con el movimiento fascista en Estados Unidos no es solo una batalla abstracta por los “corazones y mentes” de las personas, sino una lucha mortalmente seria por el poder, con el objetivo —en particular por parte de la fuerza impulsora fundamentalista cristiana de este fascismo— de “tomar las riendas del gobierno, manipular los tribunales y las decisiones judiciales, controlar los medios de comunicación y entrometerse en todo rincón de la vida y las relaciones personales, para que el país se gobierne de acuerdo a lo que la derecha religiosa considera la voluntad de Dios4.
Esta es la razón por la que la noción comúnmente propagada de que todo lo que ha conducido a la fuerte polarización en Estados Unidos, y a la locura asociada con Trump, es un “alejamiento de la civilidad”, o más específicamente, que surge de la incapacidad de los “liberales” educados de la clase media para comunicarse con las personas en el “heartland” [se refiere a la vida provinciana de los pueblos pequeños de Estados Unidos] y de tratar de entender sus puntos de vista — pues toda esa noción no solo es completamente errónea, sino que en realidad es una peligrosa idea delirante. Al escribir hace un poco más de 20 años, en su libro Mobilizing Resentment, basado en su extensa investigación sobre el movimiento de derecha en Estados Unidos, Jean Hardisty cuenta que, aunque sus esfuerzos por desarrollar una conversación civil y amigable con la gente de este tipo inicialmente se toparían con cierta amabilidad superficial, a medida que se desenvolvía la conversación, repetidamente la someterían a la “brutal intolerancia” la cual saldría en primer plano por parte de estos derechistas. Como ella lo expresa gráficamente: “cuando le doy a los derechistas el beneficio de la duda, por respeto a su derecho a su propia concepción del mundo, en cada ocasión me recompensan con una patada en los dientes”. Ella resume que estamos lidiando con
un movimiento bien financiado, bien coordinado y astuto que ha desarrollado brillantes técnicas de manipulación y ha capturado y configurado un momento acogedor de la historia. La búsqueda de la derecha del poder político se ha convertido en una realidad aterradora5.
Y, en los 20 años más o menos desde que Hardisty escribió este libro, las cosas solo han empeorado, y el peligro que esto representa es aún mayor.
En términos muy inmediatos, toda la perspectiva y los métodos, así como las prioridades de los fascistas, concentrados en el régimen de Trump y Pence —con el nombramiento del anti-científico Pence para encabezar los esfuerzos del gobierno en torno a la Covid-19; el rechazo inicial de Trump al alcance y al peligro que representa este virus y sus continuas mentiras al respecto; su burdo chovinismo pro estadounidense, de oponer Estados Unidos al resto del mundo; su reiterada tendencia a temerariamente negar la ciencia médica e ignorar las recomendaciones de los expertos médicos cuando vayan en contra de sus propios intereses y objetivos estrechamente concebidos y peligrosamente miopes; y más— amplifican y fortalecen las barreras que el “funcionamiento normal” del sistema capitalista-imperialista interpone en el camino de un enfoque sistemático y coordinado de combatir el coronavirus. Al mismo tiempo, se tiene la cuestión de si Trump realmente reconocerá los resultados de las elecciones en noviembre si no es el ganador (incluso en el conteo del colegio electoral, así como en el voto popular) — o si incluso se celebraran elecciones, ya que no es impensable que Trump “atrasara” (o incluso cancelara de plano) las elecciones, declarando que en el contexto de la crisis del coronavirus, ¡es muy peligroso celebrar elecciones!
Hay que oponerse a todo esto y superarlo en la mayor medida posible, al mismo tiempo que hay que reconocer que se requerirá una transformación radical de la sociedad y, en última instancia, del mundo en su conjunto, para eliminar las poderosas restricciones que este sistema impone a los seres humanos y su capacidad de actuar en común para hacerle frente y transformar la necesidad que enfrentan, de manera continua y de manera aguda en tiempos de crisis.
Pase lo que pase con respecto a las elecciones que están programadas para noviembre, y sin importar la forma en que se resuelva la crisis del coronavirus —o si de hecho no se resuelve, pero se convierte en parte de una “crisis en cascada”, en la que una crisis lleva a otra... y a otra— no se volverá a alguna noción idealizada de la “normalidad”. Y, aunque ciertamente existe un deseo legítimo y positivo por parte de las personas en todas partes de ir más allá del flagelo de este virus, teniendo en cuenta cuál es la situación real para las masas de la humanidad bajo la dominación “normal” de este sistema, nadie debería desear que las cosas volvieran a la “normalidad” dictada por el sistema capitalista imperialista.
Al fondo de la crisis inmediata, y del peligro que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista fanática, se encuentra la realidad más fundamental del sistema capitalista-imperialista y las consecuencias de dejar que este sistema siga dominando el mundo y determinando las condiciones de las masas de la humanidad y, de hecho, el propio destino de la humanidad misma. Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad. A pesar de que los capitalistas y los gobiernos que representan sus intereses se han visto obligados a tomar ciertas medidas de emergencia que de alguna manera van en contra de las dinámicas inherentes de su sistema (como la intervención masiva del gobierno en el funcionamiento de la economía), siguen imponiéndose las formas en que este sistema constituye un obstáculo para hacer frente a esta crisis — lo que incluye no solo tales acciones perversas como el acaparamiento de vitales insumos médicos y de otro tipo, a fin de hacer que suba el precio, sino también el hecho de que la creación de la riqueza bajo este sistema opera sobre la base de la explotación despiadada y el empobrecimiento de las masas de personas en todo el mundo, mientras que incluso en los países “más ricos” existe una pobreza importante y grandes partes de la población viven de una quincena a otra y se encuentran a tan sólo una fuerte crisis del desastre; la continua rivalidad entre diferentes capitalistas (o asociaciones de capital) —con su propiedad privada de los medios de producción (tierras, materias primas, tecnología, fábricas y otras estructuras) y la acumulación privada competitiva de riqueza— actúa como un obstáculo a la necesaria cooperación y a la producción de cosas que quizás se necesiten con urgencia pero que no producen ganancias privadas — y toda la ideología de promover los intereses de uno a expensas de los demás, el individualismo fomentado por este sistema y promovido a ultranza hoy en Estados Unidos, va en contra y socava las inclinaciones hacia la cooperación y, sí, hacia el sacrificio por el bien mayor. A pesar de los esfuerzos dedicados de muchas personas bien intencionadas, aunque se resuelva la crisis inmediata con el coronavirus, esto se hará sobre la base de intensificar las contradicciones incorporadas en este sistema y el sufrimiento de las masas de la humanidad que ya están explotadas y oprimidas bajo este sistema.
Todo esto se manifiesta en agudo contraste con lo que se necesita para lidiar de una manera con verdadero sentido con la crisis ocasionada por el coronavirus, y para satisfacer las necesidades fundamentales de la humanidad de manera continua. Se manifiesta en agudo contraste con el sistema socialista previsto en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, donde existe la propiedad social, no privada, de los medios de producción, la riqueza social se produce mediante la cooperación y no la explotación y se distribuye cada vez más de acuerdo con las necesidades de la gente, y no con las necesidades de los capitalistas en competencia, y existe un gobierno que representa y está orientado a satisfacer los intereses fundamentales de la humanidad, y promueve esa perspectiva entre las personas y las activa en el proceso de gobernanza hacia ese fin — no un gobierno que sea una extensión y que solo pueda representar las demandas y las dinámicas del capital, con toda la anarquía y la explotación despiadada que implica, dentro de determinados países y a escala internacional6.
Más allá de las fronteras de cualquier país particular, existe una gran importancia y un papel y un impacto potencialmente muy positivos del internacionalismo, que solo pueden realizarse concreta y completamente con la superación de las barreras levantadas a la unidad y a la cooperación internacional por el funcionamiento del sistema capitalista imperialista — cuyo alcance de operaciones es internacional (es decir, su explotación) pero consta de capitalistas en competencia y estados capitalistas rivales7.
Es posible superar todo esto —y solamente es posible superar todo esto— mediante la revolución comunista y el establecimiento de más países socialistas en el mundo, actuando sobre una base internacionalista y llevando a cabo las transformaciones económicas, sociales y políticas, así como las transformaciones en las formas de pensamiento y la cultura de la gente, lo que capacitará a la humanidad para saltar más allá de las limitaciones y las terribles consecuencias que impone el funcionamiento “normal” del sistema capitalista imperialista y que se intensifican enormemente en situaciones de crisis. Esta revolución sin precedentes hará que sea posible que las personas conozcan la realidad, y le hagan frente a las crisis, de una manera verdaderamente cooperativa como miembros de una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación, que no estén no separados y enfrentados entre sí por divisiones de país, clase, nacionalidad (o “raza”), género y otras relaciones opresivas.
1. Los materiales posteados en revcom.us, como los comunicados de los comunistas revolucionarios (revcom) y la entrevista a Lenny Wolff en el programa radial de Michael Slate, hablan de la manera en que estas dinámicas ya se están manifestando en esta crisis actual. [volver]
2. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el video en inglés de este discurso de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
3. ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, Un discurso de Bob Avakian. El texto en español y el vídeo en inglés de este discurso están disponibles en revcom.us. [volver]
4. “Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”, del Dr. Hubert Locke, también está disponible en revcom.us. [volver]
5. Jean Hardisty, Mobilizing Resentment, Conservative Resurgence From The John Birch Society To The Promise Keepers [La movilización del resentimiento, el resurgimiento conservador de la Sociedad John Birch a los Guardianes de la Promesa], Beacon Press Books, 1999, pp. 5, 6, 8. [volver]
6. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, está disponible en revcom.us. [volver]
7. En la sección “La globalización, la nacionalidad del capital y el Estado-nación imperialista”, en Apuntes sobre economía política: Nuestro análisis de los años 80, cuestiones de metodología y la actual situación mundial, publicado por el Partido Comunista Revolucionario (disponible en línea en revcom.us), hay un análisis de esta importante contradicción en el mundo de hoy:
En la época del imperialismo, los circuitos del capital se internacionalizan, y el alcance y el proceso de acumulación son cada vez más globales. Pero el capital imperialista sigue anclado en mercados nacionales y formaciones estatales nacionales....
En resumen, la anarquía inherente a los procesos mundiales de crecimiento capitalista crea nuevos problemas de “control”. La contradicción entre la acumulación internacionalizada y el carácter nacional del capital, lejos de superarse, se intensifica.
Como “Apuntes” agrega:
Por otra parte, el capital necesita un aparato (el Estado imperialista) y medios militares (una industria militar) para asegurar el ambiente internacional en el que puede prosperar globalmente. [volver]
Lea el texto de la película en español.
Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.
Vea también:
Dr. Hubert Locke
Reposteado el 10 de octubre de 2019. Posteado por primera vez el 29 de enero de 2006. | Periódico Revolución | revcom.us
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La miopía de Penn es maligna
| revcom.us
Nota de la redacción (23 de agosto de 2021): A la luz del reciente terremoto en Haití y sus consecuencias devastadoras, y de la cobertura de los medios de comunicación estadounidenses tras esos acontecimientos, consideramos que es importante que nuestros lectores accedan a este artículo de Bob Avakian (BA), que salió originalmente en marzo de 2020.
En una reciente presentación en la CNN, al discutir el posible papel de las fuerzas armadas de Estados Unidos en la crisis actual relacionada con el coronavirus Covid-19, el conocido actor Sean Penn dijo lo siguiente: “No hay mayor fuerza humanitaria en el planeta que las fuerzas armadas de Estados Unidos”.
A raíz de un devastador terremoto en Haití en enero de 2010, Penn se dedicó durante un período extendido a los esfuerzos de ayuda en ese país. Eso, en sí, sería admirable. Pero, a partir de su cooperación con las fuerzas armadas de Estados Unidos en relación con esos esfuerzos de ayuda, Penn ha tergiversado y encubierto completamente la naturaleza y acciones generales y esenciales de las fuerzas armadas de Estados Unidos, y ha ido al extremo de glorificar a este aparato militar el que, por su propia naturaleza y de acuerdo con el sistema al que sirve y busca imponer, ha sido y sigue siendo culpable de los más horrorosos crímenes de guerra y crímenes contra humanidad.
Para comenzar, lo siguiente da una idea gráfica del papel mayor de Estados Unidos, y en particular de sus fuerzas armadas, en sus relaciones generales con Haití durante los últimos 100 años y más.
Durante el terremoto de 2010, Bill Quigley, director legal en el Centro pro Derechos Constitucionales, al hablar del papel de Estados Unidos en Haití, dijo: “Nosotros hemos mantenido a ese país en la dependencia, lo hemos mantenido militarizado y lo hemos mantenido empobrecido. Hemos botado en Haití nuestro arroz, nuestros productos agrícolas excedentes y esas cosas, lo que así ha socavado a los pequeños agricultores que formaban la columna vertebral del país.... No creamos el terremoto pero creamos algunas de las circunstancias que hicieron que el terremoto fuera tan devastador...” (Democracy Now!, 14 de enero de 2010)1.
**********
En el siglo 20 Estados Unidos se declaró el poder dominante en su “patio trasero”. En 1915 invadió y ocupó a Haití. Marines yanquis fueron directamente al Banco Nacional de Haití y retiraron sus reservas de oro y las depositaron en Citibank en Nueva York. La Constitución de Haití fue reescrita para permitir que extranjeros fueran dueños de propiedad haitiana; la tierra les fue arrebatada a los pequeños campesinos para crear grandes plantaciones; la economía fue reorganizada de modo que el 40% del producto bruto interno de Haití fluyera a los bancos estadounidenses.
El pueblo haitiano se resistió ferozmente a la ocupación en una serie de revueltas que los militares yanquis aplastaron sin piedad, asesinando a los líderes, quemando aldeas y matando entre 15 a 30.000 haitianos. Los ocupantes salieron en 1934, dejando atrás al brutal Ejército Nacional de Haití, adiestrado por Estados Unidos, para reprimir al pueblo.
En 1957, François “Papa Doc” Duvalier llegó al poder y creó su propio ejército de asesinos — los Tonton Macoutes. El reino del terror duvalierista, apoyado y respaldado por Estados Unidos, asesinó aproximadamente 50.000 personas.
Cuando murió Papa Doc en 1971, Estados Unidos emplazó acorazados a poca distancia de la costa haitiana para vigilar la transición del poder sin obstáculos al hijo de Duvalier, Jean-Claude (“Bebé Doc”). Bebé Doc estaba vinculado muy estrechamente con el “Plan Estadounidense” que explícitamente tenía como objetivo socavar la agricultura campesina con las importaciones a gran escala de productos estadounidenses más baratos, expulsando a cientos de miles de campesinos del campo a las ciudades y barrios marginales, desesperados por tener trabajo en plantas de montaje estadounidenses que construyeron empresas como Disney y Kmart, pagando 11 centavos la hora a obreros/as para coser pijamas y camisetas.
En los años 1985 y 1986 un levantamiento fuerte sacudió a Haití que obligó a Estados Unidos a rescatar a Bebé Doc y llevarlo por avión a la Costa Azul francesa a fin de preservar su control fundamental del país mediante el ejército haitiano. Una serie de gobiernos militares siguió, que se conoce en Haití como el “duvalierismo sin Duvalier”2.
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Las actitudes racistas hacia el pueblo de Haití por las fuerzas de ocupación estadounidenses fueron flagrantes y generalizadas. Robert Lansing, el entonces secretario de estado de Estados Unidos, justificó la ocupación afirmando que los haitianos tenían “una tendencia inherente hacia el salvajismo y una incapacidad física para llevar una vida civilizada”, por lo que eran incapaces de autogobierno. Medill McCormick, un senador de Illinois, escribió en 1920 que la ocupación estadounidense era necesaria “para el desarrollo del país, el gobierno y, sobre todo, la civilización de las personas, la inmensa mayoría de las cuales tienen sangre africana en sus venas”. Se informó de muchos casos de marines estadounidenses que agredieron sexualmente a mujeres haitianas. La ocupación incluyó la segregación y cuadrillas de trabajos forzados para construir carreteras y otros proyectos de construcción....
El pueblo haitiano se resistió ferozmente a la ocupación en una serie de revueltas, que los militares yanquis aplastaron sin piedad — asesinando a los líderes, quemando aldeas hasta el suelo y matando a miles de personas. La autora haitiana-estadounidense Edwidge Danticat escribió: “Mi abuelo fue uno de los cacos, o los llamados bandidos, de quienes los marines estadounidenses jubilados siempre han escrito en sus memorias. Se les diría insurgentes ahora, los miles de personas que lucharon contra la ocupación. Una de las historias que el hijo mayor de mi abuelo, mi tío Joseph, solía contar era de ver a un grupo de marines jóvenes pateando la cabeza decapitada de un hombre para asustar a los rebeldes en su zona”. Danticat también dice que los marines asesinaron a Charlemagne Péralte, uno de los combatientes de la resistencia más famosos, y ataron su cadáver a una puerta, dejándolo pudrir bajo el sol durante días.
La ocupación yanqui de 19 años de duración mató a por lo menos 15.000 haitianos. En 1918 sucedió un levantamiento de unas 40.000 personas. Después de que la rebelión abrumó a la Gendarmería de Haití, los marines yanquis ayudaron a suprimir la rebelión, asesinando a 2.000 personas. En diciembre de 1929 los marines abrieron fuego contra una manifestación en la ciudad de Los Cayos que era parte de una huelga nacional y la rebelión generalizada, hiriendo a 23 personas y asesinando a 123.
**********
En otras palabras, durante los últimos 16 años que Haití ha sido ocupado por diversas combinaciones de tropas de la ONU y de Estados Unidos —y no sólo desde el terremoto— la vida de la mayoría de la gente se ha empeorado mucho más4.
Lo que Estados Unidos en efecto ha hecho, en el transcurso de más de un siglo, en Haití concuerda y forma parte con un patrón más amplio que supone repetidas atrocidades, matanzas y destrucción a gran escala llevadas a cabo por las fuerzas armadas estadounidenses, así como la CIA y otros “servicios inteligentes” que trabajan con las fuerzas armadas estadounidenses y cuentan con su respaldo a la fuerza a lo largo de su historia y hasta el día de hoy.
Sin repasar todas las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas estadounidenses desde la formación de Estados Unidos, como sus guerras genocidas contra los pueblos indígenas y su cruel imposición de la esclavitud y la represión de los levantamientos contra la esclavitud, lo siguiente, tomado de la experiencia de tan sólo los últimos 75 años, ofrece una imagen más completa de la naturaleza y el papel verdaderamente grotescos de estas fuerzas armadas:
Al soltar bombas atómicas sobre dos ciudades japonesas al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, de inmediato dejó cientos de miles de civiles muertos y sometió a muchos otros a un sufrimiento insoportable y futura muerte.
Al llevar a cabo numerosas invasiones y golpes de estado, en países de todo el mundo, mediante los cuales masacró a masas de personas y subyugó a países a décadas de gobierno tiránico (por ejemplo: los golpes de estado en Irán en 1953, Guatemala en 1954, Indonesia en 1965, y la invasión de la República Dominicana, vecino de Haití, que dejó miles de muertos en 1965, al mismo tiempo que Estados Unidos estaba intensificando su guerra en Vietnam).
Al matar a varios millones de personas durante la guerra de Corea de 1950-1953 y, entre otras cosas, prácticamente arrasó todo el país de Corea del Norte.
Al sacrificar varios millones de personas más y al envenenar grandes zonas del campo durante la guerra de Vietnam, de 1964 a 1973, incluido el uso de armas químicas tan grotescas como el napalm (gasolina gelatinosa incendiaria), el fósforo blanco y el Agente Naranja5.
Y así ha ocurrido una y otra vez desde la guerra de Vietnam, con continuos golpes de estado e invasiones sanguinarios. En los últimos tiempos, por ejemplo:
A lo largo de 18 años, tres administraciones estadounidenses han desplegado cerca de 800.000 soldados en Afganistán, y 50 países de la OTAN y sus socios han enviado decenas de miles más.
La violencia desatada por Estados Unidos ha sido pasmosa. Entre 2004 y 2018, soltó más de 38.000 bombas sobre Afganistán. Al marzo de 2020, había realizado más de 12.000 ataques con aviones no tripulados.
Las fuerzas estadounidenses y sus clientes afganis aterrorizaron a la gente con allanamientos nocturnos de casas. Crearon una red de prisiones y centros de detención donde al menos 15.000 afganis han sido detenidos con poca o ninguna evidencia, con brutales golpizas, tortura y a veces asesinato. Esta semana la Corte Penal Internacional declaró que tenía pruebas de que las fuerzas de Estados Unidos habían “cometido actos de tortura, tratos crueles, ultrajes a la dignidad de las personas, violaciones y violencia sexual” —crímenes de guerra— en Afganistán.
Para agosto de 2016, unas 111.000 personas ya habían sido asesinadas y más de 116.000 habían resultado heridas en la guerra. Y un estudio halló que para 2013, la “guerra contra el terrorismo” había causado directa o indirectamente unas 220.000 muertes en Afganistán. Además de esta carnicería, la guerra ha forzado a casi cinco millones de afganis a abandonar sus hogares6.
Ello, aunado a lo que Estados Unidos y sus fuerzas armadas han hecho mediante su guerra en Irak, con la invasión de 2003 a ese país y las secuelas, que constituye un crimen de guerra internacional y que (tal como ya he señalado), “desencadenó una vorágine de muerte y destrucción en esa región del mundo”7.
Y además, se tiene el papel de las fuerzas armadas en Estados Unidos en tiempos más recientes — respaldando a la policía para reprimir las rebeliones urbanas durante la década de 1960 y nuevamente en 1992 y para matar a cientos de personas en el proceso, muchas de ellas sin arma (rebeliones que en gran parte brotaron en respuesta a la violencia —la brutalidad y asesinato— por parte de la policía).
¿Es todo esto lo que Sean Penn tiene en mente —o “de manera conveniente” él se ha mantenido ignorante, o ha elegido ignorar, todo esto— al elogiar a las fuerzas armadas de Estados Unidos como la mayor fuerza humanitaria del mundo?
No es difícil de creer que las fuerzas armadas de Estados Unidos, como parte de los esfuerzos estadounidenses por mantener el control y el “orden” en Haití a raíz del terremoto de 2010, quizá hayan tomado acciones que facilitaron los esfuerzos de ayuda en algunos aspectos. Los jefes de empresas criminales, como los Padrinos de la Mafia, los capos del narcotráfico y los jefes de los carteles, a menudo participan en actos de beneficencia en el esfuerzo de pulir su reputación y ganar buena voluntad, o al menos aquiescencia, de aquellos a los que cazan, aun cuando el terror violento es su principal forma de imponer su influencia o dominio. Y el repaso parcial presentado aquí del papel del imperialismo estadounidense y sus fuerzas armadas, no solo en Haití sino en todo el mundo y a lo largo de su historia, ilustra ampliamente la verdad de la declaración de que “Estos imperialistas hacen que el Padrino se parezca a Mary Poppins”8.
Cualesquiera que sean sus acciones en una situación particular, la naturaleza y papel generales y esenciales de las instituciones de violencia masiva de este sistema capitalista imperialista (las fuerzas armadas, y también la policía) no deberían encubrirse ni distorsionarse, y mucho menos deberían ensalzarse y glorificarse estas instituciones. Y especialmente para aquellos, como Sean Penn, que tienen una plataforma desde la cual hablar con masas de personas, les corresponde la responsabilidad de ir más allá de la propia experiencia parcial y limitada y de la perspectiva estrecha correspondiente, a buscar una comprensión de la realidad general y esencial y hablar con sinceridad y responsabilidad — y no, como lo hace Sean Penn, actuar en efecto no solo como un apologista sino como un cómplice intelectual de los continuos crímenes de este sistema y sus agentes armados.
 
1. “El huracán Matthew: Un horror en Haití, una respuesta desalmada de los gobernantes yanquis”, Revolución #460, 12 de octubre de 2016, disponible en línea en revcom.us. [volver]
2. “Estados Unidos en Haití: Un siglo de dominación y miseria”, Revolución #189, 17 de enero de 2010, disponible en línea en revcom.us. [volver]
3. “Crimen Yanqui Caso #80: 1915-1934: La invasión, la ocupación y dominio yanqui de Haití”, Revolución #457, 21 de septiembre de 2016, disponible en línea en revcom.us. [volver]
4. “Cólera en Haití: un resultado previsible de un sistema criminal” (Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar), en Revolución #217, 21 de noviembre de 2010, disponible en revcom.us. [volver]
5. Para conocer el panorama más completo de los horrores infligidos a Vietnam y su pueblo por Estados Unidos durante esa guerra, vea Bob Avakian, Sobre “pactos con el diablo” — fascismo trumpista, “Obaminacion” y el sistema al cual sirven, disponible en revcom.us. [volver]
6. “Estados Unidos deja Afganistán tras matar a más de cien mil personas en su ‘guerra buena’”, posteado en revcom.us, 13 de marzo de 2020. [volver]
7. Bob Avakian, David Brooks —el no tan gran farsante— y las profundas diferencias entre Trump, Sanders y el verdadero socialismo, disponible en revcom.us. [volver]
8. Lo BAsico 1:7 (Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian). [volver]
Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
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Un pasaje de CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak
| revcom.us
En la primera parte de 2015, durante varios días, Revolución le hizo una amplia entrevista a Ardea Skybreak, una científica con formación profesional en ecología y biología evolutiva y una promotora de la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian. Skybreak es la autora de los libros, entre otras obras, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: Saber qué es real y por qué importa y Pasos primitivos y saltos futuros, Un ensayo sobre el surgimiento de los seres humanos, la fuente de la opresión de la mujer y el camino a la emancipación. Esta entrevista salió por primera vez en inglés y luego en español en revcom.us.
Este pasaje de la entrevista habla de lo que es un método y enfoque científico de la sociedad y de cambiar el mundo, y lo que significa tener una perspectiva científica, tomando de elementos esenciales de la nueva síntesis desarrollada por Bob Avakian. (Otro pasaje de esta entrevista a Ardea Skybreak aborda este tema, "¿Qué tiene de nuevo la nueva síntesis?", posteado el 18 de noviembre de 2015.)
Pregunta: Creo que podríamos empezar por preguntarte brevemente acerca de la ciencia y del método científico. Así que quisiera comenzar con una pregunta provocativa: ¿Qué es lo que la ciencia tiene que ver con conocer y transformar el mundo? Y, muy brevemente, para ofrecer un trasfondo a la pregunta, me parece que la gran mayoría de las personas, incluyendo la mayoría de los científicos naturales, no piensan que uno puede, necesita y debería de usar un enfoque científico para analizar la sociedad o “el mundo social” y mucho menos transformarlo. Así que quisiera preguntarte: ¿Por qué es que esa idea está equivocada? ¿Qué es lo que la ciencia y el método científico tienen que ver con conocer y transformar la sociedad y el mundo?
AS: Bueno, pienso que ésta es una pregunta muy importante porque, como dices, muchos científicos de las ciencias naturales (biología, astronomía, física, etc.) que aplican muy rigurosos métodos científicos cuando tratan con el mundo natural, cuando uno habla con ellos acerca de la sociedad —los problemas de la sociedad, la manera en la que las sociedades están organizadas— ¡de repente parece que su comprensión del método científico se esfuma! En efecto, muchos científicos naturales empiezan a revertir a una especie de populismo craso, a hablar vagamente acerca de la “voluntad del pueblo”, acerca de elecciones u otras cosas que de fondo tienen poco o nada que ver con analizar de manera científica las principales características de una determinada sociedad —cómo está organizada, cómo funciona— o con analizar de manera científica lo que está mal en una sociedad, o cómo se podría solucionar los problemas sociales de una manera científica. No todos los científicos son así, pero es impresionante el grado al que muchos pensadores avanzados de las ciencias naturales parecen olvidar o abandonar todo lo que saben acerca de métodos científicos ¡cuando se ponen a pensar en los problemas de la sociedad!
Pienso que es muy, pero muy importante reconocer que la ciencia, entendida como un método, no ha sido parte de la historia de la humanidad por mucho tiempo. Por lo tanto, la gente no está acostumbrada a conocer y transformar la realidad de una manera científica. Por la mayor parte de la historia de los seres humanos en este planeta, el conocimiento del mundo natural así como del social fue producto de una suerte de enfoque básico de ensayo y error, de conocer las cosas como vinieran y de solucionar los problemas del mismo modo, a menudo fabricando toda suerte de explicaciones místicas y sobrenaturales para llenar los vacíos en el entendimiento de la gente. De este modo, la gente solía pensar que el rayo era la ira de los dioses, o algo por el estilo, porque por un largo tiempo no tuvieron el entendimiento científico de lo que causa el rayo.
Así que pienso que para empezar valdría la pena hablar acerca de lo que es la ciencia, desmitificarla un poco. La ciencia tiene que ver con la realidad material, y se podría decir que toda la naturaleza y toda la sociedad humana son el campo de la ciencia; la ciencia puede tratar con todo esto. La ciencia es una herramienta muy poderosa. Es un método y un enfoque que nos permite poder decir qué es la verdad, qué corresponde a la realidad tal como en realidad es. En este sentido, la ciencia es muy distinta a la religión o al misticismo, o cosas por el estilo, que explican la realidad invocando fuerzas imaginarias y que no dan evidencia concreta para ninguno de sus análisis. En contraste, la ciencia exige pruebas. Requiere evidencia. Es un proceso basado en la evidencia. Esto es muy importante. La ciencia es un proceso basado en la evidencia. Así que sea que queramos entender algo en el mundo, o queramos determinar cómo cambiar la realidad —por ejemplo, quizá trabajemos para encontrar una cura para una enfermedad, la dinámica de una selva tropical o un ecosistema de arrecifes de coral, o para hacer una revolución para emancipar a la humanidad, la gama completa de la experiencia material—, la ciencia nos permite descifrar lo que ocurre en concreto y cómo esto puede cambiar.
Leí en alguna parte que Neil deGrasse Tyson, al popularizar la importancia de la ciencia, dijo algo como — estoy parafraseando: La ciencia nos permite confrontar e identificar los problemas, reconocerlos y encontrar la manera de solucionarlos, en lugar de huir de ellos. Y pienso que éste también es un punto importante. La ciencia es lo que nos permite tratar en concreto con la realidad material de la manera en que ésta es en los hechos. Sea que hablemos de la realidad material de una enfermedad, de un ecosistema natural o de un sistema social en que viven los seres humanos, la ciencia nos permite analizar sus componentes, su historia, cómo es que llegó a ser como es, de qué está hecho, cuáles son las características que lo definen, y su carácter contradictorio (un tema al que volveremos) y por lo tanto cuál es la base para que cambie, o sea cambiado, si es nuestra intención cambiarlo. Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Algo acerca de la ciencia es que hace muchas preguntas acerca de cómo las cosas se convirtieron en lo que son, y como han cambiado con el tiempo. Yo siempre he estado interesada en lo que se llaman ciencias históricas, por ejemplo la evolución biológica, pero hay también otras ciencias históricas, incluyendo la ciencia de la sociedad humana, que tratan de la manera en la que las cosas cambian con el tiempo. Y de ahí, por supuesto, si estudiamos cómo cambian las cosas con el tiempo, podemos estudiar cómo esas mismas cosas pueden cambiar más, incluyendo en direcciones en las que los seres humanos quizá estén inclinados a que se desarrollen. Toda la realidad ha evolucionado, ha cambiado con el tiempo, y continúa cambiando, sea que hablemos del mundo natural o del mundo social. Si queremos cambiar nuestro modo de vivir, si queremos cambiar la manera en que la sociedad está organizada, si queremos cambiar el mundo, si queremos cambiar cualquier cosa en la naturaleza o en la sociedad, necesitamos del método científico porque este método es la única manera en que podemos descubrir profunda y sistemáticamente cómo en concreto es la realidad, en base a sistemáticas observaciones, interacciones, manipulaciones y transformaciones de la realidad. Es así que sabemos cómo las cosas son en concreto, cómo es que llegaron a ser lo que son y cómo es posible cambiarlas. Para repetir, éste es un proceso basado en la evidencia; no es sólo “lo que tú piensas” y “lo que yo pienso”. Nos hace falta evidencia acumulada con el tiempo. Esto es lo que revela de qué está hecha la realidad, cómo es que se convirtió en lo que es, cómo es posible cambiarla ahora mismo o cómo es posible que los seres humanos quizá la cambien más.
He aquí un punto importante: Sin ciencia, uno sólo puede decir lo que, como individuo, piensa que es la realidad, o quizás lo que todo un grupo dice que es la realidad, o tal vez lo que dice que el gobierno, las autoridades religiosas o alguna otra autoridad podrían decirle a uno lo que es la realidad, pero lo que dicen no hace que nada de eso sea cierto. Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso. Si en serio nosotros queremos saber qué es qué, lo que es cierto y qué hacer, necesitamos de la ciencia, no fantasías ni ilusiones, sino evidencia concreta y un proceso sistemático, un método sistemático de análisis y síntesis. El análisis desmenuza la experiencia y el conocimiento con el tiempo; la síntesis los vuelve a combinar en una forma más elevada, de manera más sistemática, sacando las lecciones más grandes, las lecciones básicas de la experiencia acumulada.
Así que, por esa razón, entre otras, necesitamos teoría revolucionaria científica si en serio queremos transformar de raíz una sociedad. Nosotros hablamos acerca de la transformación radical en la sociedad. La palabra “radical” viene del latín que significa “raíz”, lo que significa llegar a la raíz del problema. No nos detengamos en la superficie de lo que es el problema, a un nivel superficial o en un solo momento en el tiempo. Miremos por debajo del problema, vayamos a más profundidad, de la manera que un buen científico lo hace, para entender cuáles son las más profundas reglas del sistema, cuáles son las formas más profundas en que las contradicciones adentro de ese sistema hacen que éste funcione de una cierta manera que causa problemas, o que puede producir posibilidades.
Pregunta: Si me permite una breve interrupción: yo creo que lo que has dicho es que la ciencia y lo que abarca un enfoque científico de la realidad es verdaderamente importante y crítico; es muy importante lo que dices acerca de la importancia de que la ciencia esté basada en la evidencia y los diferentes puntos que has tocado al respecto también. Pero algo que quisiera interponer es centrarme en lo siguiente: Pienso que muchas personas reconocerían, entre ellas muchos científicos naturales —y obviamente tú misma, con capacitación de una científica natural, y por eso mismo tal vez tengas opiniones al respecto en particular— pero muchos científicos, entre ellos científicos naturales, probablemente escucharían lo que dices y responderían: Bueno, ya veo cómo se puede aplicar este proceso al mundo natural, a las ciencias naturales —los patrones, la búsqueda de evidencia, la síntesis— pero de ahí ellos rechazarían la idea de que se pudiera aplicar el método científico a los seres humanos y a la sociedad humana. O tal vez otra manera de ponerlo sería que algunas personas dirían: Bueno, está bien, pero los seres humanos y las sociedades humanas son demasiado complicados para estudiarlos con el método científico. Así que quizás podamos concentrarnos un poco en lo que específicamente significa aplicar el método científico a los seres humanos y la sociedad humana y su desarrollo, y ¿por qué es esto correcto?
AS: Bueno, mira, en cualquier sistema, sea el mundo natural o la sociedad humana, hay complejidad y hay simplicidad. Es ridícula la idea de que los seres humanos o las sociedades humanas simplemente tengan demasiada complejidad como para analizarlas por medio de la ciencia. La verdad es diametralmente opuesta. ¿Cómo podríamos tratar con la complejidad de las organizaciones e interacciones sociales humanas a lo largo de los períodos históricos y hasta hoy, y todas las respectivas contradicciones, todos los patrones y cosas complicados y las diferentes fuerzas, etc., y los distintos objetivos de diferentes pueblos y diferentes tiempos de la historia... cómo podríamos analizar todo lo anterior sin la ciencia? ¿Cómo podríamos tan siquiera empezar a descifrarlo y entenderlo? Y no es verdad que de alguna manera, los sistemas naturales sean más sencillos. Si queremos entender las dinámicas de complejos ecosistemas —como por ejemplo, una selva tropical que tiene muchas capas de árboles y arbustos en la maleza, etc., y que se caracteriza por muy complejas dinámicas de las muchas clases y niveles de interacción entre la increíble diversidad de especies de plantas y animales—, podríamos pasarnos toda una vida, y mucha gente lo hace, trabajando para empezar a entender muchas dinámicas complejas así. O, si quisiéramos entender más los ecosistemas de los arrecifes de coral o los ecosistemas del desierto, o la diferencia entre distintos ecosistemas, e identificar cuáles de éstos podrían ser más vulnerables a disrupciones y cuáles podrían ser relativamente más estables, o evaluar la relativa diversidad de las especies o cómo conservar esa diversidad... tantas preguntas que valen la pena explorar más... Mira, no propongo analizar todo esto ahora mismo porque ya sé que tú quieres hablar principalmente de los sistemas sociales humanos, pero lo que yo digo es que tanto en el mundo natural como en el social, la realidad material es muy compleja, y que si bien los seres humanos siempre tenemos algunas deficiencias en nuestro entendimiento (cosas que en algún momento dado no las entendemos bien del todo), nosotros también tenemos tremendas capacidades y mucho conocimiento acumulado. Nuestros cerebros son capaces de investigar y explorar toda suerte de cuestiones, desde muchos diferentes ángulos, y somos capaces de resumir y sintetizar las cosas durante un período de tiempo, así acumulando experiencia histórica y conocimiento. Lo anterior es algo que es muy propio de los seres humanos: nuestra gran capacidad de acumular conocimiento a lo largo de las generaciones, a lo largo de los siglos, a lo largo de los milenios y reconocer algunos patrones de la organización de las sociedades o de los sistemas naturales, o lo que despierte un interés en nuestra mente.
Nosotros los seres humanos también somos capaces de hacer muy importantes proyecciones para el futuro, y no sólo el futuro de mañana o de un mes, pero también conocer qué es lo que le podría estar sucediendo a este planeta, por ejemplo —todo el planeta— desde un punto de vista ambiental, mirando hacia el futuro de generaciones, no solamente el de mañana. De igual modo con los sistemas sociales, nosotros efectivamente tenemos la capacidad de analizar diferentes patrones de organización social a lo largo del pasado histórico humano y hasta el presente, y también podemos proyectarnos hacia adelante, a la manera en la que las cosas podrían ser en el futuro. Por lo tanto, también podemos tomar decisiones conscientes acerca de lo que queremos investigar ahora — en qué dirección queremos tratar de influenciar las cosas, porque tenemos la iniciativa consciente para hacer aquello. Así que, por ejemplo, cuando hablamos acerca de la sociedad humana, acerca de la organización de la sociedad humana, podemos ver que en líneas generales, la sociedad es una manera en que los seres humanos se unen, trabajan juntos, se oponen los unos a los otros, o lo que sea, pero se unen, en esencia, para trabajar por satisfacer los requisitos de la vida de la gente en un tiempo dado. Es posible hacerlo bien, o mal, pero de eso se trata una sociedad humana, de una forma de organización. ¿No es verdad? Y sabemos que todos hemos vivido en este mundo capitalista imperialista por tanto tiempo, es decir, los que estamos vivos, que algunas veces es difícil recordar o pensar acerca del hecho de que las sociedades humanas no siempre han estado organizadas de esta manera, y que no tienen que estar organizadas así. El capitalismo-imperialismo no es la única manera de organizar una sociedad, y yo sostendría enérgicamente que ciertamente ésta no es la mejor manera de hacerlo. Pero en todo caso, ésta no es la única manera, y es preciso entenderlo y pensarlo. El hecho es que podemos aplicar la ciencia a entender algunos tempranos sistemas sociales. Por ejemplo, muchas sociedades en la historia de los seres humanos han estado organizadas en base a la esclavitud, la explotación de esclavos, la dominación de los esclavos que eran literalmente propiedad de los esclavistas, y así los esclavistas los hicieron construir la economía. No voy a entrar en todos los detalles, pero ése es un muy diferente tipo de sociedad a las que principalmente prevalecen hoy en día, por lo menos en gran escala. Todavía hay esclavitud en el mundo, como la esclavitud sexual, la que es un problema muy, muy grande. Pero las formas fundamentales y dominantes de organización de las sociedades en el mundo en nuestros días no están principalmente organizadas sobre una base de esclavitud. Pero, por un largo tiempo en la historia de los seres humanos, ésta fue la forma dominante de organización social.
Otra forma significativa de organización social fue el sistema del feudalismo, y por cierto todavía hay restos del feudalismo en muchas partes del mundo hoy, los vemos por todas partes. Pero en un sistema feudal había señores y amos, había noblezas, había aristocracias y había gente dominada y oprimida como los siervos y campesinos, que típicamente sembraban cultivos y trabajaban la tierra y tenían que entregar una buena parte de la cosecha al señor de la región o lo que fuera, y tenían que pagar terribles impuestos y tributos al señor; estaban apenas un escalón por encima de ser esclavos de hecho. Además, era muy común que un siervo le entregara su hija al señor de la región, sin más ni más para tener relaciones sexuales con ella y hacer con ella lo que a él le viniera en gana, y no había nada que los siervos pudieran hacer al respecto bajo las reglas del sistema feudal. A su vez, el feudalismo es un sistema muy diferente a lo que se llama la democracia burguesa, que es la clase más típica de organización social del sistema capitalista imperialista que domina el mundo hoy. No voy a hablar de nada de esto en detalle ahora mismo, pero sí diré que es importante considerar que es posible aplicar los métodos científicos, y se han aplicado, para analizar los patrones de organización social de todos estos diferentes sistemas sociales del pasado; y si lo podemos hacer con el pasado, lo podemos hacer también con el futuro.
Algunos dirán que: Bueno, los sistemas como la esclavitud, el sistema feudal y quizás también el sistema capitalista no son buenas maneras de organizar la sociedad, por lo que simplemente deberíamos volver a un sistema comunal del pasado. Estas personas sostienen que lo que simplemente nos hace falta es organizarnos a pequeña escala en nuestras localidades, de modo que las personas puedan trabajar de manera colectiva en pequeños grupos, crear una “auténtica democracia” y tomar decisiones colectivas acerca de la forma de satisfacer las necesidades de la gente y fomentar la agricultura local, producción local, etc. ¡El problema con este punto de vista es que simplemente no se basa en la realidad concreta del mundo de hoy! Mira, acepto que todavía podemos aprender mucho acerca de las sociedades de cazadores-recolectores que predominaron por la mayor parte de la historia de la humanidad, que hay todavía mucho que aprender de unos vestigios de ese tipo de sociedad que existen en el mundo hoy y que hay mucho que aprender de gente de hoy que tiene toda clase de ideas acerca de cómo organizar las cosas mejor, de manera más racional, en una escala relativamente pequeña y local, respecto a cosas tales como la producción agrícola, la reducción de la basura, la promoción del uso de productos locales, etc. Por lo que sí, hay cosas que aprender de algunos experimentos sociales que la gente realiza, viendo la manera de evitar los problemas de la sociedad moderna que causan trastornos naturales y sociales, contaminación del medio ambiente, destrucción de los suelos, etc. Pero veamos la realidad, ¿de acuerdo? Necesitamos hablar acerca del alcance y de la escala de la especie humana que se extiende por todo el planeta. Miles de millones de personas. ¡No vamos a resolver los problemas de la sociedad yendo hacia atrás, hacia alguna clase de idealizado y romántico comunalismo primitivo! Así que, si eso no va a funcionar, si no va a ayudarnos a resolver los críticos y esenciales problemas de hoy, y ciertamente no con suficiente alcance y escala, pues ¿qué? Mira, un sistema basado en la esclavitud, un sistema feudal, un sistema capitalista imperialista, éstas son sólo formas materiales de organizar las sociedades humanas, y es posible analizarlas todas por medio de la ciencia y evaluarlas críticamente. Pero, además, nosotros podemos aplicar los mismos métodos científicos para determinar la manera de construir sociedades completamente nuevas y diferentes que serían mejores, y que además podrían abarcar todo el planeta. Porque no me interesa mucho hablar acerca de filosofías y métodos que de fondo no puedan abarcar y beneficiar a toda la humanidad.
Una de las cosas que recibimos de Bob Avakian [BA] y que yo aprecio mucho es que él ha promovido el concepto de que nos hacen falta “emancipadores de la humanidad” y que tenemos que avanzar en la dirección de hacer de este mundo, del planeta entero, un buen lugar donde vivir y funcionar para toda la humanidad, donde podamos dejar atrás la idea de que algunos grupos de personas, y algunas categorías de personas, o algunos países enteros, tengan señorío sobre otros, y exploten, dominen y opriman a otros. Esa es la idea fundamental de este comunismo revolucionario, y una de las cosas profundas que recibimos de BA es la importancia de siempre pensar y actuar según la necesidad de emancipar a toda la humanidad. Si no, muy fácilmente podemos dejarnos llevar por cosas que se desvían del camino. BA ha hablado acerca de que la meta no es que el último sea el primero, y el primero, el último, no puede tratarse de venganza, del oprimido que se venga de otra gente. Yo acepto que ésta no es la clase de mundo por el que debemos luchar. Y mi posición al respecto es que sin la ciencia, vamos a perdernos, porque sin un método científico para analizar los patrones, para entender a fondo por qué las cosas son como son y cómo podrían ser diferentes, y sobre qué base podrían ser diferentes, vamos a salirnos del camino todo el tiempo.
Fíjate, una característica de la buena ciencia —porque también hay mala ciencia— es tener un espíritu que efectivamente es crítico y fomentar el pensamiento crítico, lo que, a propósito, es otra característica de la obra de BA. Él efectivamente recalca la necesidad de que todos entremos a esta ciencia, no importar el nivel de educación que tengamos... Quisiera hablar de esto. La ciencia no es algo lo que debería practicar una elite, o gente que ha hecho estudios superiores, recibido un doctorado o algo por el estilo. Yo creo firmemente, y puedo dar evidencia al respecto, de que las personas que ni siquiera tienen un mínimo de educación de hecho pueden actuar como científicos. Uno puede entrenar a gente en métodos científicos, es posible hacerlo en un solo fin de semana. Si uno quiere que la gente haga ciencia en el mundo natural, uno puede pasar un fin de semana haciendo trabajo científico en una selva tropical o en un desierto, y yo le garantizo que será verdadero trabajo científico, verdadera investigación científica. Y no me importa si uno no tiene más que educación primaria. Si uno es un ser humano sano, puede adoptar y aplicar métodos científicos, sea a un problema de la naturaleza o de la sociedad humana. Y una de las cosas sobre las que me ocupó mucho es que promovamos el entendimiento científico y métodos científicos muy, muy ampliamente en la sociedad, de tal manera que todos puedan aprender a usar estos métodos, y que no sean sólo el campo de unos pocos o la esfera de las elites.
Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian
Una entrevista a Ardea Skybreak
Unos pasajes
Un nuevo marco teórico para una nueva etapa de la revolución comunista
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¿Qué tiene de nuevo la nueva síntesis?
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Una exploradora, una pensadora crítica, una seguidora de BA: Conocer el mundo, y cambiarlo hacia lo mejor, al servicio de los intereses de la humanidad
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Bob Avakian creció en Berkeley, California en los años 1950 en un momento en que en los tribunales y en las calles se cuestionaba la segregación, y se debatían las cuestiones de la desigualdad y la discriminación racial en toda la sociedad. Bob Avakian, cuyo padre era un abogado y más tarde un juez del Tribunal Superior, creció en una familia en la que las conversaciones sobre casos en los tribunales, derechos constitucionales y el proceso judicial fueron un elemento básico de la hora de cenar. Así que esos años formativos desarrollaron su temprana conciencia política y pasión por la justicia social, y además esa formación jurídica informal le dio una aguda apreciación de los principios legales. Así que a lo largo de su vida se suscitó un interés en las leyes y en la jurisprudencia (la ciencia y la filosofía de las leyes).
Bob Avakian cobró vida como revolucionario en los años 1960, al participar en los grandes movimientos de aquellos días. Al llegar a reconocer que la opresión y la explotación estaban entretejidas en la trama del sistema capitalista imperialista actual y que sólo se podrían abolir mediante la revolución comunista, también llegó a ver que no es posible tener la justicia social dentro de los límites del sistema jurídico existente que sirve al capitalismo-imperialismo. Al mismo tiempo, ha conservado su pasión por luchar contra la injusticia social, y por los derechos de las personas que están en la mira del estado y de su aparato represivo, dentro de los límites del sistema capitalista actual, al mismo tiempo que la vincula con la lucha más fundamental para abolir este sistema y hacer nacer un sistema cuyo objetivo es eliminar y arrancar de raíz la injusticia social y toda opresión y explotación.
Bob Avakian ha dedicado décadas a resumir la experiencia positiva y negativa de la revolución comunista hasta el momento y a aprender de una amplia gama de experiencia humana a fin de desarrollar una nueva síntesis del comunismo —conocida popularmente como el “nuevo comunismo”— un método consecuentemente científico y una visión y una estrategia para una sociedad y mundo nuevo y mucho mejor. En sus discursos y escritos sobre este tema de leyes y derechos, Bob Avakian aporta un sentido panorámico de la historia y del desarrollo de la sociedad humana a su análisis de los fundamentos económicos, filosóficos y políticos del sistema jurídico en la sociedad capitalista de hoy y el papel que dicho sistema desempeña en el fortalecimiento de las relaciones de opresión y explotación.
Al comparar y contrastar los conceptos de Constitución, leyes y derechos bajo el capitalismo así como bajo el socialismo, pone de relieve las profundas diferencias en el contenido y papel social. Su visión del sistema jurídico y de los derechos fundamentales en el socialismo saca lecciones de la experiencia histórica anterior de los estados socialistas en el ámbito jurídico pero también representa en dimensiones importantes una ruptura radical con dicha experiencia y refleja su nueva concepción del carácter de la futura sociedad socialista como una que sea cualitativamente más dinámica y vibrante que nunca antes. De eso, un sentido vivo se encuentra en Constitución, leyes y derecho, en la sociedad capitalista y la futura sociedad socialista, una selección de los escritos de Bob Avakian, y se detalla en toda su extensión en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. En esta conexión, son de especial interés las siguientes secciones de esta Constitución: “La justicia y los derechos del pueblo” (Artículo I, Sección 2, D); Artículo III, “Los derechos del pueblo y la lucha para arrancar de raíz toda explotación y opresión”, en particular Sección 2, “Los derechos y libertades legales y civiles”; así como el Artículo I, Sección 3, “El Poder Judicial y el proceso legal de deliberaciones y la toma de decisiones”.
Bob Avakian también es el autor de las siguientes declaraciones polémicas con relación a las leyes.
La denegación de la libertad bajo fianza, incluso por las acusaciones (o cargos) más graves, está en contraposición —en lo fundamental está en conflicto y hostil— a la presunción de la inocencia.
No existen —o no deben existir— “derechos de víctimas”, en particular en su aplicación a los procesos penales.
El proceso legal penal no es —ni debe ser—una contienda entre individuos sino un enfrentamiento entre el estado y las personas a las cuales el estado buscar privarles de libertad sobre la base de haber violado normas sociales encarnadas en las disposiciones penales. El objetivo general de un sistema jurídico es, o debe ser, sacar las controversias o agravios percibidos de la esfera de los agravios de los individuos —y los esfuerzos correspondientes de resolver esos agravios por medio de actos individuales de venganza u ofensas recíprocas— disponiendo de un marco en el cual la sociedad puede adjudicar semejantes controversias o afirmaciones de ofensas, mediante instituciones y disposiciones establecidas, que se aplicarán y funcionarán respecto a todos. El concepto de “derechos de víctimas”, en particular en su aplicación a los procesos criminales, no meramente está en contraposición a lo que debería ser el propósito y el efecto de las leyes —y no es meramente una farsa— sino que es una herramienta inmerecida que favorece a la fiscalía, un arma ilegítima en las manos del estado, que da aún más peso injusto al desequilibro de poder existente que ya posee como estado, en su enfrentamiento con los individuos a los cuales busca privarles de la libertad, con o sin razón. La esencia de los derechos jurídicos, en particular en relación con los procesos criminales, es —o debe ser— disponer de un proceso justo para las personas que estén acusadas por el estado y estén obligadas a enfrentarse al estado en situaciones en las que el estado busca privarles de su libertad.
La práctica con respecto a procesar a los menores de edad como adultos pone todo patas arriba y va en contra de la lógica elemental. Esto también es cierto en la manera que se prescriben las leyes.
El objetivo general con respecto a los menores de edad y las leyes, y específicamente lo que es —o debería ser— la manera de tratar a los menores de edad en relación a la presunta violación de esas leyes que es distinta a la manera en que se maneje esta cuestión en el caso de los adultos, es que los menores de edad no cuentan con la misma capacidad desarrollada, que los adultos, de formar juicios, entre ellos los juicios que miden el efecto y las consecuencias de actos que quizá violen la ley. Hay que aplicar este principio básico sin relación a la cuestión de qué tan grave lo es el presunto crimen, lo que en ningún sentido debe influenciar negativamente la lógica básica y la justeza de procesar a los menores de edad de una manera distinta al caso de los adultos y de castigarlos de manera distinta en el caso de condenarlos. O de hecho, de ser necesario considerar la gravedad del crimen en primer lugar, hay que hacerlo según el principio de que entre más grave el crimen, y correspondientemente entre más severas las consecuencias de una condena, como adulto, más peso tiene el argumento en contra de procesar a los menores de edad como adultos.
El objetivo de la prescripción de una ley (o la limitación estatutaria) no es de establecer un límite de tiempo después del cual las personas pueden “salir impunes a raíz de cometer un crimen”. Más bien el objetivo es que, tras haber transcurrido cierto período de tiempo, se vuelve cada vez más difícil, si no casi imposible, tener un juicio justo, ya que la evidencia (la que incluye pero no se limita a la memoria de los posibles testigos) se contamina irreparablemente y/o se vuelve mucho más difícil, si no imposible, de refutar. Y, entre más grave el crimen y más severo el castigo, más consideración y más cuidado hay que tener de evitar un juicio en que el acusado podría acarrear una condena, y una pena más severa, sobre la base de un proceso (un juicio) viciado por el paso del tiempo. Por lo tanto, todos los crímenes deben prescribirse — y entre más grave el crimen, más corto debe ser el plazo de prescripción, en vez de más largo.
Estas dos prácticas patas arriba y regresivas —respecto a procesar a los menores de edad como adultos y alargar el plazo de prescripción (o eliminarlo por completo) para crímenes más graves— una vez más son herramientas inmerecidas que favorecen a la fiscalía, son armas ilegítimas en las manos del estado, que aumentan injustamente el desequilibrio de poder existente que posee, como estado, en su enfrentamiento con aquellos individuos a los cuales busca privarles de libertad, con o sin razón.
Aunque hay diferencias profundas entre el socialismo y el capitalismo —no sólo con respecto a las leyes sino a las relaciones fundamentales, objetivos, instituciones y el funcionamiento de la sociedad—, estos principios básicos de la jurisprudencia tienen aplicación (o deben tener aplicación) no solamente bajo el sistema actual del dominio capitalista sino también en la sociedad socialista.
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Prepublicación
Noviembre de 2019: inglés
18 de enero de 2020: español
Derechos reservados © 2019 de Bob Avakian. Todos los derechos reservados.
La traducción al español es responsabilidad de www.revcom.us.
Aquí va una nueva obra importante de Bob Avakian, de la cual se tomó el pasaje "El individualismo, la BEB y la ilusión del 'camino indoloro'", posteado en este sitio en el verano de 2019.
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Ninguna esperanza — vs Ninguna necesidad permanente
El problema con el individualismo
El individualismo virulento y el individualismo ajeno
El individualismo, la BEB y la ilusión del “camino indoloro”
El parasitismo, el chovinismo pro estadounidense y el individualismo
La política de identidad y el individualismo
El individualismo y la “indiferencia”
Zafarse del individualismo parásito
La ausencia de una verdadera esperanza de conseguir una vida mejor en este mundo es una gruesa cadena que pesa, asfixia y deja profundas cicatrices a las masas de la humanidad, incluidos los jóvenes que están concentrados en los ghettos y barrios de Estados Unidos así como en las hacinadas prisiones-cámaras de tortura. Y el individualismo extremo promovido en toda esta sociedad, la fascinación obsesiva con “el yo”, ha reforzado el grueso tope a las aspiraciones de la gente, ofuscando su capacidad de reconocer la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mejor, más allá de los límites estrechos y restrictivos de este sistema, con todos sus horrores muy reales. Esos son temas importantes que voy a examinar aquí.
Primero, es importante hablar del contraste entre hoy y el período de los años 1960 en Estados Unidos y en el mundo en general. En ese entonces, por allá en la década del 1960, entre masas de personas en todo el mundo, incluidas aquellas en Estados Unidos, había mucha esperanza y determinación sobre la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor. En todo el tercer mundo, se sostenían luchas de liberación con el objetivo de deshacerse del yugo de la opresión colonial que se les había impuesto durante décadas, generaciones e incluso siglos. Y en los propios países imperialistas —incluido, en particular, Estados Unidos— la generación que llegó a la mayoría de edad en la década de 1960 tanto entendía la necesidad como realmente creía en la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor, y no estaba interesada en escuchar todos los argumentos sobre por qué las cosas tenían que ser como son.
Esto fue cierto entre los jóvenes educados, muchos de los cuales fueron de los primeros en sus familias en estudiar en la universidad, dado que la clase dominante estaba abriendo más oportunidades debido a sus necesidades internacionales, realzadas, por ejemplo, por todo el episodio del Sputnik cuando la Unión Soviética puso un satélite en órbita y, de repente, Estados Unidos se enfrentó a la llamada “carrera espacial” como parte de la contienda general con la Unión Soviética, la que en ese momento estaba firmemente en el camino hacia la restauración del capitalismo y se esforzaba por convertirse en una importante potencia imperialista mundial pero, como tal, representaba un verdadero desafío a la dominación del mundo por el imperialismo estadounidense. Así que se tenía a millones de nuevos jóvenes blancos educados los que, a su vez, se inspiraban en los jóvenes educados que habían salido de entre las masas básicas, en particular del pueblo negro, y quienes se habían puesto al frente de la lucha por los derechos civiles en la década del 1950, particularmente a fines de la década del 1950, y quienes, de mediados a finales de la década del 1960, se radicalizaron mucho más y pasaron de participar en los derechos civiles a participar en la liberación negra con una clara orientación e impulso revolucionario, por ampliamente definido y por entendido de distinta manera que esto fuera entre diferentes personas.
Y esto se extendió entre las masas básicas de la población, los amargamente oprimidos en Estados Unidos —los negros, pero también los chicanos y otras personas dentro de Estados Unidos que habían sido oprimidos durante mucho tiempo— así que entre estas masas básicas pobres y oprimidas, así como entre millones de jóvenes educados de la clase media, había un deseo de tener un mundo radicalmente diferente y mejor, y un sentimiento revolucionario auténtico y firmemente sostenido de que era necesario poner de cabeza a este mundo en su conjunto, y “No vamos a prestar atención a nadie que nos diga que ‘este es el mejor de todos los mundos posibles’, y no vamos a prestar atención a la hipocresía de los individuos que han presidido todos estos horrores por todo este tiempo”. Eso lo concentró la consigna, especialmente entre los jóvenes educados, “No confíes en nadie mayor de 30 años de edad”, que, aunque era una consigna un tanto mecánica, sin embargo señalaba algo real: no queremos prestar atención a esos “líderes” gastados y trillados.
Yo mismo recuerdo, cuando tenía unos 20 años (¡y ahora tengo que mirar hacia atrás y pensar en esto como alguien que ha continuado participando durante décadas después de eso! — pero cuando tenía 20 años), recuerdo haber ido con mi padre a Washington, D.C. y fuimos a la Cámara de Representantes. Y, en cierto momento, nos metimos en un ascensor y todos estos viejos hombres decrépitos se subieron al ascensor quienes eran congresistas, y pensé: “Dios mío, ¿estas son las personas las que dirigen al país? ¡Esto no puede continuar! ¡Esto no es lo que necesitamos!” Y ese fue un sentimiento ampliamente compartido en esos años. (Por supuesto, Jerry Rubin, uno de los líderes del movimiento juvenil de esa época, una vez que cumpliera 31 años, ajustó la consigna para decir “No confíes en nadie mayor de 35 años”. Sin embargo, ya sea 30 ó 35, ese fue un sentimiento real.)
Además, tengo que decir que me chocó cuando entré en la Cámara de Representantes, porque de los libros de texto de educación cívica y de la manera en que nos criaban, tuve esta imagen de esta cámara muy solemne, los “sagrados salones” de la Cámara de Representantes. Bueno, me metí y lo que vi me sacó de onda. Por ahí había un sujeto pronunciando un discurso. Probablemente solo hubiera una docena de personas en la Cámara de Representantes en ese momento, en su mayoría estaban haciendo cosas como comer y escupir en el piso, etc. Y de repente sonó una campana y todos entraron corriendo y levantaron la mano para votar y luego volvieron a salir. Estas no fueron exactamente las augustas cámaras del gran sistema democrático del cual nos enseñan en las clases de educación cívica para que creamos que eso es lo que pasa.
Así que este era un sentimiento que no era simplemente una cuestión de edad. Era más bien: no se puede permitir que estas personas manejen el mundo y arruinen el mundo de la manera en que lo están haciendo. Entre millones y millones de pobres y oprimidos, pero también en un amplio sentido entre los jóvenes de la clase media, cundía este sentimiento. Y, como señalé en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución1, para fines de la década del 1960, esto ya se había extendido amplia y profundamente en toda la sociedad, incluso en las fuerzas armadas del mismo sistema, el sistema capitalista imperialista, en el mismo Estados Unidos. Recuerdo, por ejemplo, que las fuerzas armadas levantaron una encuesta que, entre otras cosas, hizo la pregunta: ¿en quién buscaban liderazgo político los soldados, los soldados rasos del ejército de Estados Unidos? — y entre los soldados negros, el presidente de Estados Unidos estaba uno de los últimos en la lista. La pluralidad, el “más votado”, por así decirlo, fue Eldridge Cleaver, un líder del Partido Pantera Negra. Así que cuando existan cosas de este tipo, habrá un problema real para el sistema. Pese a las debilidades y las limitaciones de Eldridge, las cuales eran muy reales, este “voto” reflejaba algo muy, muy positivo.
Como una manifestación de todo esto, entre los negros —a quienes siempre se nos dice que son inherentemente religiosos— cundía un distanciamiento en masa de la religión, especialmente entre los jóvenes. ¿Por qué? En vista de que las personas estaban llenas de esperanza, no creían que no hubiera esperanza para un mundo mejor. Estaban llenas de esperanza para un mundo mejor aquí mismo en este mundo. Y por lo tanto, entre los negros, se dio, por parte de los jóvenes en particular, un importante distanciamiento de la religión y de todas las viejas convenciones que acompañaban a la religión que eran influencias a favor del conservadurismo que mantenían abajo a la gente. Recuerden, salía Malcolm X, quien daba discursos en los que (aunque todavía era religioso, pues había adoptado el islam) le decía a la gente: “No me importa” (parafraseo, pero esta es la esencia de lo que decía): “No me importa si eres metodista o bautista o AME [iglesia Episcopal Metodista Africana], o lo que sea que seas, cuando sales al mundo, tienes que dejar esa religión en el armario, porque, pese a todo el bien que te haya hecho, debes dejarlo a un lado”. Aunque Malcolm X todavía era religioso, no decía: “No seas cristiano, sé musulmán” — más bien, decía: “No necesitamos tener a esas cosas en la esfera pública”. Y también les decía a las generaciones mayores: “Estos jóvenes de hoy, no quieren escuchar nada sobre las probabilidades, no quieren escuchar a ustedes, los viejos Tío Tom [serviles] diciéndoles que las probabilidades están en su contra”. Este fue un sentimiento ampliamente aceptado especialmente por los jóvenes, pero también por algunas personas mayores. Y esto no solo ocurrió entre los negros. Malcolm X fue una gran inspiración e influencia radicalizadora, una influencia e inspiración radicalizadora muy positiva entre los jóvenes educados, entre ellos muchos de la clase media blanca.
Así que se manifestaba de manera muy distinta esta cuestión de la religión. La gente le daba la espalda. Si recuerdan la película Los Panteras (no me refiero a la reciente película Pantera Negra, sino a la película anterior, Los Panteras, sobre el Partido Pantera Negra), contiene una escena en la que uno de los jóvenes conversaba con su madre, por ahí en la periferia de un mitin del Partido Pantera Negra. La madre dice algo acerca de la religión, y el joven le responde aproximadamente así: “Bueno, el Partido Pantera Negra dice que de plano hay que dejar esa religión a un lado, pues no nos está haciendo nada bueno, eso no es lo que necesitamos”. (Vuelvo a parafrasear, pero esa es la esencia de la cosa.) Y la madre responde: “¿Crees eso?” Bueno, muchos jóvenes negros en esos tiempos sí lo creían mucho.
La religión siempre se presenta como una fuente de “esperanza” o de consuelo. Pero ¿realmente es una fuente de esperanza — o es, en esencia y en el aspecto que la define, una ilusión que paraliza? La religión ofrece el concepto del consuelo para paliar el sufrimiento, y de cifrar las esperanzas en otro mundo y en fuerzas de otro mundo para poder conseguir algún tipo de consuelo debido a todo el sufrimiento al que la gente está sometida, y para poder sobrevivir un día más. Pero la pregunta que hay que hacer es: ¿Es lo que las personas necesitan un consuelo para paliar el sufrimiento que este sistema las obliga a soportar, o necesitan alzarse y abolir al sistema que encarna e impone este sufrimiento, y al abolirlo, eliminar la necesidad de contar con un consuelo para paliar el sufrimiento que ya no están teniendo que soportar, el sufrimiento innecesario al que están obligadas a soportar? Ardea Skybreak señala en la entrevista Ciencia y revolución2, que no es realista pensar que sería posible eliminar por completo el sufrimiento humano, pero existe una enorme cantidad de sufrimiento innecesario al cual la gente está sometida en el mundo de hoy debido a las dinámicas y las relaciones básicas de este sistema que domina en el mundo, el sistema del imperialismo capitalista. Y definitivamente es posible, y urgentemente necesario, ponerle fin a ese sufrimiento.
Ahora, para presentar el panorama multifacético y preciso de esto, sabemos que hay muchas personas religiosas cuyas perspectivas y sentimientos religiosos sí las inspiran y las motivan a tomar posiciones contra la opresión e incluso hacer sacrificios en la lucha contra la opresión. Y, claro está, hay que respetar eso y unirnos con eso. Pero al mismo tiempo, eso no elimina la necesidad de desarrollar una lucha fuerte en la esfera ideológica contra la concepción del mundo pregonada por la religión y el papel que la religión juega como una cadena mental sobre las masas de personas, la que de hecho obra en contra de que adopten y apliquen sistemática y consecuentemente un enfoque científico para conocer la realidad, y en particular lo que está causando el sufrimiento al que las masas de la humanidad están sometidas y cuál es la solución a eso. Por lo tanto, es necesario hacer denuncias y desarrollar lucha de manera continua en torno al papel de la religión en lo ideológico, su papel en términos de ser un grillete mental sobre las personas, aunque también es necesario unirse con las personas y sí, respetar a las personas, quienes debido a sus sentimientos o puntos de vista religiosos toman una posición positiva y, a menudo, hacen sacrificios en la lucha contra diversas formas de opresión.
Sin embargo, las cosas son muy diferentes con respecto al fundamentalismo religioso — y en particular en Estados Unidos al fundamentalismo cristiano. Los fundamentalistas cristianos (entre ellos el actual vicepresidente Mike Pence y otros que ocupan poderosas posiciones en el gobierno, los medios de comunicación y otras instituciones importantes) son una fuerza impulsora del fascismo teocrático (un gobierno tiránico de una autoridad religiosa medieval). Acatan y propagan agresivamente una lealtad irreflexiva al dogma religioso y una aplicación de éste que, en su interpretación textual (en la que insisten estos fascistas cristianos), promueve y conducirá a toda suerte de atrocidades y horrores (como se puede ver tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento de la Biblia — algo que analicé en ¡Fuera con todos los dioses!)3.
En la sección de apertura del libro El Nuevo Comunismo (“Introducción y orientación”), hablé de la amarga realidad de que las masas de los oprimidos temen tener esperanzas.
Temerosas de tener esperanzas de que quizás el mundo no tenga que ser así, de que quizás haya una manera de salir de esto. Temerosas de tener esperanzas porque sus esperanzas han sido frustradas tantas veces4.
Esto es un factor importante por el que tantas personas recurren a la religión — porque parece que no existe ninguna esperanza en este mundo para un fin al terrible sufrimiento y degradación a lo que están sometidas continuamente, lo que les impone el funcionamiento de este sistema, pero que también lo ofusca y encubre la propia manera en que opera este sistema y el papel de sus instituciones, funcionarios y agentes armados, los que actúan sistemáticamente para engañar a la gente respecto a por qué el mundo está como está y si realmente se podría cambiar y cómo, si es posible poner fin a todo este sufrimiento innecesario y cómo.
En esta conexión, sobresale una vez más la gran importancia del método y enfoque científico del comunismo, tal como se ha desarrollado por medio del nuevo comunismo, y de la realidad y la posibilidad del cambio emancipador, radical, en este mundo. En relación con todo esto, y en particular con la cuestión de la esperanza, tiene gran importancia la siguiente declaración de Marx que se cita en la Primera parte del Manifiesto del PCR, El comunismo: El comienzo de una nueva etapa:
Una vez se ha penetrado en la conexión de las cosas, se viene abajo toda la fe teórica en la necesidad permanente del actual orden de cosas, se viene abajo antes de que dicho estado de cosas se desmorone prácticamente5.
Esto es sumamente importante porque enfatiza la importancia de la teoría y de la ciencia —la teoría que se basa en un consecuente método y enfoque científico y en su aplicación— para revelar cuáles son las relaciones y dinámicas reales, cuáles son las conexiones internas y “funcionamiento interno” del sistema al que están sometidas las personas. En primer lugar, para revelar que sí existe un sistema al que están sometidas, y cuáles son el funcionamiento y dinámicas internos de ese sistema y la forma en que éste encaja en todo el desarrollo histórico de la sociedad humana. (O, en términos básicos, que las personas están viviendo dentro de los límites de un sistema; que este sistema no es solo algo impuesto por algunas personas poderosas, sino que es el resultado de cierto desarrollo histórico; que este sistema opera, y tiene que operar, de acuerdo con ciertas “reglas” que surgen de sus relaciones básicas, y que esto encarna y suscita contradicciones que causan todo tipo de sufrimiento para las masas de la humanidad, contradicciones que son fundamentales y esenciales para este sistema y que no pueden eliminarse sin eliminar este sistema mismo). Y esta teoría científica revela que hay una salida de todo esto — y cuál es esa salida.
Sí, en última instancia, hay que llevar a cabo la lucha en la esfera de la práctica; hay que llevarla a cabo en la lucha concreta para enfrentar y al final derrocar al sistema que encarna e impone toda esta opresión horrorosa. Pero es de tremenda importancia que las personas, incluso antes de que se desarrollen un alto nivel teórico, lleguen a entender de manera básica que no existe ninguna necesidad, no existe ninguna necesidad permanente, de que sean así las condiciones existentes, y por qué eso es cierto. Esto es la fuente de la esperanza, sobre una base científica, y no sobre la base de ilusiones tales como las que la religión propaga y perpetúa.
Lo siguiente (la conclusión del artículo “Un ‘salto de fe’ y un salto al conocimiento racional: Dos saltos muy distintos, dos concepciones del mundo y métodos radicalmente diferentes”) enfatiza estos puntos de orientación sumamente importantes:
Conocer la realidad concreta —y profundizar continuamente tal conocimiento— es de una importancia vital para la humanidad y su futuro. Tiene una importancia vital no solo para los científicos y académicos sino para los muy oprimidos y explotados del planeta, que deben y pueden ser la columna vertebral y fuerza motriz de una revolución para deshacerse y acabar con todas las formas de explotación y opresión en todo el globo — deben y pueden ser los emancipadores de sí mismos y, en última instancia, de toda la humanidad. Abordar la realidad tal como es —con su constante cambio y desarrollo— y entender las fuerzas motrices subyacentes, es crucial para desempeñar un papel dirigente y decisivo en la gestación de esa revolución y en la creación de una era completamente nueva de la historia humana, que romperá y eliminará para siempre las cadenas materiales —los grilletes económicos, sociales y políticos de explotación y opresión— que esclavizan a la humanidad hoy, así como las cadenas mentales, los modos de pensar y la cultura que corresponden a esas cadenas materiales y las refuerzan. En el Manifiesto Comunista, Carlos Marx y Federico Engels, los fundadores del movimiento comunista hace más de 150 años, declararon que la revolución comunista y sus principios, métodos y metas emancipadores representan una “ruptura radical” con las relaciones de propiedad tradicionales que esclavizan a la gente de una forma u otra, y además una ruptura radical con todas las ideas tradicionales que se desprenden de esas relaciones de propiedad y las refuerzan.
La lucha en el campo de la epistemología —la teoría del conocimiento y de la forma de adquirirlo, la teoría de qué es la verdad y de cómo conocerla— es una esfera crucial de la batalla general por la emancipación de la mayoría oprimida y explotada del planeta, y en última instancia de toda la humanidad. Para esa lucha emancipadora es de importancia vital captar las características centrales y la importancia del método científico — y en especial del enfoque científico más coherente, sistemático y global de la realidad —la concepción del mundo y el método comunistas—, que puede abarcar sin reemplazar ni sofocar los muchos campos de conocimiento y actividad de los seres humanos, y puede manifestar el proceso más nutrido de aprender sobre la realidad y transformarla en pos de los intereses de toda la humanidad. Un componente crucial de la lucha para realizar las dos rupturas radicales, características de la revolución comunista, que representan el salto de la historia humana a una época liberadora completamente nueva, es entender la profunda diferencia entre el esfuerzo de imponerle a la realidad nociones basadas en “la fe”, en contraposición al esfuerzo de conocer científicamente la realidad (inclusive la religión, sus orígenes y efectos); es entender la diferencia radical entre “saltos de fe” y en contraposición, la acumulación constante de conocimientos por medio de constantes saltos del conocimiento sensorial al conocimiento racional6.
Esta cuestión, de ver la posibilidad de una revolución y un mundo radicalmente diferente y mejor, sobre una base científica, es obviamente de suma importancia, y es algo a lo que volveré en adelante.
Como he señalado, en Cavilaciones y forcejeos7 (y en otras obras), la contradicción según la cual las personas existen como individuos, pero también existen en un contexto social más amplio y en gran medida están formadas por ese contexto social, es una contradicción complicada que es importante manejar correctamente. Y esta contradicción se expresa agudamente hoy en el hecho de que, aunque las personas sí existen como individuos, el terrible sufrimiento de las masas de la humanidad y los retos urgentes que enfrenta la humanidad en su conjunto como resultado de la escalada de destrucción del medio ambiente por este sistema del capitalismo-imperialismo, así como la posibilidad de una conflagración nuclear que continúa asomándose como una amenaza existencial sobre la humanidad — pues, no es posible abordar todo eso con seriedad, y ni hablar de realmente resolverlo, mientras cada individuo persiga sus intereses particulares, y de hecho, cuando las personas actúen de esta manera, eso constituye un obstáculo importante a la consecución de la solución necesaria. El individualismo es un factor significativo y un “elemento unificador” en muchas de las tendencias negativas que juegan un papel importante en impedir que las personas reconozcan la realidad y la profundidad de los horrores que continuamente causa este sistema — y que reconozcan la urgente necesidad de actuar, junto con otros, para abolir y arrancar de raíz todo esto, en su fuente misma. Esto resalta y realza el hecho de que el individualismo, que se nutre y se expresa en formas extremas en esta sociedad particular en este momento, es un problema profundo al que hay que hacer frente y transformar.
Estas son dos amplias categorías del individualismo, que tienen algunas características particulares diferentes pero que también tienen en común la concentración básica en el yo y la fascinación con el yo. El individualismo virulento es una variación extremadamente venenosa de esto. En lo básico, se refiere a la idea de que “Estoy tratando de conseguir todo lo que pueda para mí y que se jodan los demás. Y si tengo que pisotear a los demás para conseguir lo que quiero, pues, así es la vida y lo voy a hacer de la mejor manera que pueda, para que pueda conseguir todo lo que quiero — lo quiero todo y lo quiero ahora”.
El individualismo ajeno es el individualismo que quizá no tenga esas características agresivas particulares y quizá ni siquiera tenga una actitud conscientemente hostil hacia otras personas en general, pero que supone ir por la vida persiguiendo los intereses, aspiraciones o “sueños” personales, sin prestar atención a las cosas más grandes que se están dado en el mundo y al efecto de eso en las masas de personas en todo el mundo y, de hecho, en el futuro de la humanidad.
Así que existen estos diferentes tipos, o dos tipos generales, del individualismo (con muchas gradaciones, claro está). Pero, ¿cuál es su elemento unificador? Yo. El yo. Como señalé en el Diálogo con Cornel West8 en 2014, la “selfie” es una representación icónica perfecta de todo este panorama y toda esta cultura. No es que cada “selfie” sea en sí mala, por supuesto. Pero hay toda una cultura a su alrededor, incluso hasta el extremo de que las personas van a un lugar hermoso en la naturaleza y ¿con qué se ocupan? Con tomar una “selfie” de sí mismas en lugar de apreciar (y sí, tomar fotografías de) la inmensa belleza que se extiende ante sí mismas. Lo importante, con esta perspectiva, es: “Aquí estoy, mírame”. Es el etos de “mírame, mírame, mírame” que predomina tanto en ambas formas del individualismo, incluso en la forma que no es conscientemente virulenta pero que, no obstante, es llamativamente ajena.
Quizá el individualismo ajeno parezca más benigno (o, en términos simples, menos “nefando”) pero, no obstante, se caracteriza por ser imperdonablemente ignorante de lo que está pasando en el mundo más amplio, o por conscientemente elegir ignorar lo que está pasando en el mundo más amplio, más allá del yo (y más allá del estrecho círculo alrededor de uno mismo), y las consecuencias de esto para las masas de personas en el mundo, y en última instancia para toda la humanidad — o por prestar atención a esto únicamente en la medida en que afecte a uno mismo en términos inmediatos y limitados.
Ahora, déjenme decir con mucha claridad: hay personas en el mundo, hay masas de personas en el mundo, cuya vida es tan caótica y cuyo sufrimiento es tan terrible que les cueste mucho trabajo explorar, y mucho menos conocer, buena parte de lo que está pasando en el mundo. No me refiero a aquellas personas a las que el funcionamiento de este sistema pulveriza y somete a tanto horror que, por sí solas, realmente estén privadas incluso de la oportunidad de conocer y explorar el mundo más amplio. Me refiero a las personas que tienen todas las oportunidades para hacerlo, pero, o tengan una mentalidad maligna (o virulenta), o de una manera más “benigna” pero, no obstante, ajena, eligen no prestar atención a estas cosas. No me opongo necesariamente a que la gente vea algunos videos o YouTubes de gatos que tocan el violín (y cosas similares en el Internet), pero si una persona está obsesionada con ese tipo de cosas —ni hablar de que su obsesión sea referirse con bajezas y rebajar a otras personas en el Internet— pues, obviamente, eso es algo por lo que cualquier persona digna debería estar muy preocupada y a lo que debería oponerse fuertemente y contra lo que debería luchar fuertemente.
[Una nota agregada por el autor, otoño de 2019:]
Esta obra es el texto revisado de un discurso pronunciado en la primavera de 2019, y la siguiente sección (“El individualismo, la BEB y la ilusión del ‘camino indoloro’”) se publicó (posteada en revcom.us) a partir del verano de 2019. A finales de septiembre de 2019, Nancy Pelosi (y la dirigencia del Partido Demócrata de la cual ella es una representante prominente), después de una prolongada y obstinada insistencia en negarse a iniciar un proceso político de destitución contra Donald Trump, cambió de curso y anunció que sí se iniciará una “indagatoria de juicio político de destitución” en contra de Trump. Este cambio de curso estaba ligado —y Pelosi y Compañía han hecho un intento de centrar esta “indagatoria de destitución” principal, si no exclusivamente— a la revelación (derivada de un informe de un “denunciante” en el gobierno) de que Trump ha estado involucrado en un esfuerzo por presionar al gobierno de Ucrania para hacerle el “favor” a Trump de desenterrar (o “confeccionar”) trapos sucios sobre Joe Biden, ex vicepresidente (bajo Obama) y uno de los contendientes principales por la nominación del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. Pelosi y los demócratas han identificado esto como un abuso del poder presidencial a favor de los intereses personales de Trump (particularmente de cara a las elecciones de 2020) y han enfatizado su insistencia en que, al convertir este “favor” en la base (y el precio) para la continuación de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, en su enfrentamiento con las fuerzas pro-rusas, Trump “socavó la seguridad nacional de Estados Unidos”, en particular en relación con su importante adversario, Rusia. En otras palabras, mientras que, desde la perspectiva burguesa de los demócratas, su preocupación es muy real respecto a los “intereses nacionales” imperialistas de Estados Unidos, las “normas” de la forma en que se ha impuesto y mantenido el gobierno de este sistema, la importancia para ellos de una “transición pacífica” de una administración a otra mediante las elecciones —y el peligro para ello que representa el destripamiento de estas “normas” por Trump—, Pelosi y Compañía, al centrarse esta “indagatoria de destitución” sobre esta base tan estrecha, han subrayado que están actuando de acuerdo con su interpretación de los intereses del imperialismo capitalista de Estados Unidos y su impulso para seguir siendo la potencia imperialista dominante en el mundo, y continúan negándose a exigir la destitución de Trump a causa de sus muchas declaraciones y actos escandalosos contra las masas de personas, no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional: su manifiesto racismo y promoción de la supremacía blanca y la violencia supremacista blanca; su burda misoginia y ataques a los derechos de la mujer, incluido de manera muy prominente el derecho al aborto, y a los derechos de las personas LGBT; sus reiterados llamamientos y respaldo para la intensificación de la brutal represión y supresión del disentimiento; su discriminación contra los musulmanes y su cruel persecución de los inmigrantes, que abarca el encierro en condiciones parecidas a campos de concentración, incluso para aquellos que huyen de la persecución y de la amenaza muy real de muerte en sus “países de origen” y que sobre esa base están solicitando asilo, y la separación de hijos, incluso los muy pequeños, a sus padres; su embestida contra la ciencia y la búsqueda científica de la verdad, incluida su negación de la ciencia del cambio climático y las continuas maniobras para socavar y revertir incluso las protecciones menores y completamente ineficaces para el medio ambiente; sus amenazas con destruir países, inclusive con armas nucleares — en pocas palabras, su impulso multifacético para consolidar completamente el gobierno fascista e implementar una agenda fascista horrorosa, con terribles consecuencias para las masas de la humanidad.
Aunque, al cierre, no está claro qué conllevará esta “indagatoria de destitución” —si de hecho la Cámara de Representantes realizará un juicio político, y luego qué sucederá en el Senado para determinar si él debe ser condenado y destituido de su cargo—, ya está claro que la forma en que los demócratas están buscando limitar estrechamente la movida para destituir a Trump enfatiza una vez más la importancia de estos puntos básicos de orientación:
Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos de este sistema y al servicio de los intereses de la clase dominante de este sistema, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.
Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.
Claramente, la destitución no sólo de Trump, sino también del vicepresidente fascista cristiano, Mike Pence, y de hecho de este régimen fascista en su conjunto, es de importancia urgente. Pero esto sólo servirá a los intereses fundamentales de las masas de personas —no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero— de lograr esto, pero no sobre la base de limitar las cosas a los términos y por medio de la promoción de los “intereses nacionales” del Estados Unidos monstruosamente opresivo, sino sobre la base de la movilización de la oposición de masas al fascismo de este régimen de Trump y Pence, el que se produjo y surgió al poder por medio del “funcionamiento normal” de este sistema, del cual es una expresión extrema pero de ninguna manera “ajena”.
[Fin de la Nota agregada por el autor, otoño de 2019]
Todo esto —incluido el individualismo aparentemente más “benigno”, o ajeno— se relaciona con la insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del camino indoloro. Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.
Voy a hablar más tarde sobre algunas de las formas más ridículas y escandalosas de esto. Pero solo para dar un pequeño anticipo, como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.
Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política. Tal vez no sea tan seguro en el futuro, según sea la evolución de las cosas con estos fascistas que están trabajando para consolidar su poder ahora mismo mediante el régimen gobernante de Trump y Pence. Pero por ahora parece relativamente indoloro. También es completamente ineficaz y no produce ningún tipo de cambio que se necesita, pero es una manera de sentir que uno está haciendo algo mientras evita cualquier sacrificio, y hasta cualquier incomodidad real.
Una de las formas en que esto se manifiesta, junto con la BEB, es cuando las masas de personas no se enfrentan a la realidad del fascismo de Trump y Pence y, por lo tanto, no actúan de una manera que esté a la altura del peligro y de los horrores potencialmente aún mayores que esto representa.
Veamos las cosas en perspectiva, y hablemos de un elemento muy importante de esto que he mencionado antes, la elección de Trump —mediante el colegio electoral, y no el voto popular— es, en un sentido real, una extensión de la esclavitud: las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió. Y aquí tengo que invocar lo que pensaba que fue un comentario muy perspicaz de Ron Reagan (sí, el hijo inconformista de Ronald Reagan, quien también es, para su gran mérito, un ateo irredento): Ron Reagan ha señalado (y esto es muy perspicaz) que la “base” de Trump muy analizada y excesivamente analizada continuará apoyando a Trump, no importa lo que éste haga, porque Trump odia a todas las mismas personas que esa base odia.
A diferencia de toda la ofuscación sobre las dificultades económicas que están soportando las personas, bla, bla, bla, que a menudo se usa para racionalizar por qué la gente votó y continúa apoyando a Trump, lo que Ron Reagan ha señalado de manera puntualizada es la esencia de la “base” de Trump. Y, por cierto, observe la forma en que todos los medios de comunicación tradicionales, la CNN y los demás, usan este término continuamente: la “base” de Trump. Este es un término neutral, “base”. Estos son una bola de fascistas, ¿qué no? Y al usar estos eufemismos, o estos términos neutrales, como “base”, eso oculta e impide que las personas vean lo que realmente representan Trump y quienes lo apoyan, y la profundidad del verdadero peligro que esto representa. El comentario de Ron Reagan va muy al grano. Luego abunda: Ellos odian a la gente LGBT, odian a las mujeres (a las mujeres independientes, y en realidad, a todas las mujeres), odian a los negros, odian a los inmigrantes, odian a los musulmanes, y así sucesivamente. Y Trump odia a todas las mismas personas que ellos odian.
Por eso esa base nunca abandonará a Trump, haga lo que éste haga. Es por eso que Trump pudiera decir muy correctamente: “Yo muy bien podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida de la Ciudad de Nueva York, y estas personas no se volverían en contra de mí”.
Al mismo tiempo, cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!
Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.
La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!
Y aquí van algunas preguntas muy relevantes para los millones y decenas de millones de personas quienes odian todo lo que Trump representa pero no se han movilizado o han rechazado movilizarse, en masa, en acciones no violentas pero sostenidas en torno a la exigencia de que sea sacado del poder el régimen de Trump y Pence, como ha llamado a hacer Rechazar el Fascismo9: si usted no va a tomarse las calles ahora para exigir que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¿qué hará si Trump sale reelegido (quizás mediante el colegio electoral, incluso si vuelve a perder el voto popular)? ¡¿Y qué hará si Trump pierde las elecciones (incluido según el conteo del colegio electoral) pero luego se niega a reconocer los resultados e insiste en que aún es presidente?!
Al mismo tiempo, es necesario señalar los problemas muy serios con la ingenuidad peligrosa y los alardes de “izquierda” de ciertos intelectuales “progresistas”. Por ejemplo, alguien como Glenn Greenwald, que ha hecho algunas cosas buenas al poner al descubierto las violaciones de los derechos de las personas bajo este sistema —los derechos humanos, los derechos civiles y las libertades civiles—, pero quien, siempre que se mencione algo sobre los terribles crímenes y horrores representados por el régimen de Trump y Pence, de inmediato insiste en decir cosas como: “Sí, pero ¿y qué de Hillary Clinton, y qué de los demócratas y las cosas terribles que ellos han hecho?” Todo lo cual es cierto. Como hemos señalado: El Partido Demócrata es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Y esto sí que hay que sacar a la luz. Al mismo tiempo, hay que reconocer que el Partido Republicano es fascista, y si uno no comprende que ello tiene un significado real y una importancia real —y cada vez que alguien habla de los atropellos y los horrores perpetrados por estos fascistas, de inmediato insiste en poner: “Sí, pero ¿y qué de los demócratas?”— está dirigiendo a las personas, o está conduciendo a las personas, para que se alejen de un entendimiento de las verdaderas dinámicas que están en marcha aquí y los verdaderos peligros.
Y luego está Slavoj Žižek. Como se explica sin rodeos, y con mucha precisión, en el artículo de Raymond Lotta, “Slavoj Žižek es un pomposo imbécil que hace mucho daño”:
Slavoj Žižek, un influyente tonto filósofo que a menudo se presenta como un “comunista”, declaró su apoyo a Donald Trump en la televisión británica. Una victoria de Trump, según Žižek, ayudará a los republicanos y los demócratas a “repensarse a sí mismos” y podría suscitar “una especie de gran despertar”. Y al hablar desde su pedestal de “¿qué, yo preocupado?” [Lotta señala:] Žižek pronunció que Trump “no introducirá el fascismo”10.
Como Lotta agrega sucintamente: “Lo anterior es malo, es veneno”. Y es similar al pensar erróneo y peligroso en el que caen y el que propagan personas como Glenn Greenwald. Al igual que Glenn Greenwald, implica minimizar la verdadera realidad y peligro de lo que representa el fascismo, a la vez que, de nuevo, el Partido Demócrata es un instrumento de la dictadura burguesa y una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Este tipo de pensamiento equivocado también se manifiesta en alguien como Julian Assange, quien en realidad, según todas las apariencias, y al parecer esto sí que es cierto, contribuyó a las maquinaciones que se desenvolvieron en torno a la campaña de Trump, con el involucramiento, al parecer, de los rusos en esto, y quien lo hizo con el mismo tipo de racionalización que Žižek puso, tal como Raymond Lotta lo cita — que Clinton y el Partido Demócrata representan el antiguo establecimiento, las viejas formas de hacer las cosas, y si salen derrotados y logra meterse alguien quien está afuera del establecimiento, eso sacudirá las cosas. He escuchado a Assange decir (según sus propias palabras, y no solo según las palabras de otras personas que describen lo que es su posición): “Tal vez esto lleve a un cambio negativo, o tal vez lleve a un cambio positivo, pero al menos conducirá a un cambio, o mantendrá abierta la posibilidad del cambio”.
Bueno, ¿a qué tipo de cambio está conduciendo esto en realidad? No hay margen para el agnosticismo o la ignorancia sobre el tipo de cambio al que está conduciendo. Sí, la dictadura burguesa de cualquier forma es muy mala para las masas de personas, es muy opresiva y muy represiva para las masas de personas, y necesita ser derrocada. Pero una dictadura fascista abierta que pisotea cualquier pretensión de defender los derechos de las personas no es algo que deba incluirse en la categoría de “tal vez sea un cambio positivo, o tal vez sea un cambio negativo”.
Ahora bien, al mismo tiempo que hacer esta crítica aguda, particularmente con respecto a Julian Assange, es muy importante enfatizar la necesidad de oponerse a la persecución de Assange por parte de los imperialistas estadounidenses, cuya persecución de él es una respuesta y venganza por el papel de él — no respecto a algo con los rusos, sino en grado primordial por poner al desnudo solo algunos de los crímenes monstruosos de este sistema. A este respecto, salió un interesante artículo titulado “Julian Assange and the War on Whistle-Blowers”11 de Edward Wasserman, un profesor de periodismo y decano de la Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de California-Berkeley. (Este artículo salió en el New York Times el sábado 27 de abril del año en curso, 2019.) Wasserman señala que, cualesquiera que sean sus debilidades políticas y personales, Julian Assange, mediante WikiLeaks, “facilitó una espectacular divulgación de secretos oficiales”, que incluyó, como lo expresa el mismo Wasserman, “crímenes de guerra, tortura y atrocidades contra civiles en Irak y Afganistán” por parte de Estados Unidos. Por eso la clase dominante de Estados Unidos lo está atacando en el ámbito jurídico y de manera política. En esta dimensión la gente tiene que acudir en defensa de Assange, incluso con las limitaciones y debilidades de él. Y han aumentado muchísimo la necesidad y la importancia de defender a Assange, particularmente contra la persecución política y jurídica del gobierno de Estados Unidos, debido a que el gobierno de Estados Unidos (encabezado por el régimen fascista de Trump y Pence) ahora ha amontonado cargos muy fuertes de espionaje en este proceso de persecución, con ominosas consecuencias, no solo para Assange, sino para todos y cada uno de los que se atreverían a destapar y desenmascarar los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos continuamente por el imperialismo estadounidense y sus instituciones de violencia y represión.
No obstante, sin dejar de darle en absoluto la debida importancia y énfasis a oponerse a estas maniobras represivas del gobierno de Estados Unidos, sigue siendo necesario y también tiene mucha importancia criticar a esta perspectiva y enfoque encarnado en el pensar de personas como Assange y Glenn Greenwald, así como Žižek. La idea de que estos políticos burgueses (o del “establecimiento”) son simplemente “todos la misma cosa”, sin ningún análisis de los matices, o ni siquiera las diferencias descaradas, entre ellos y las consecuencias de esto para las masas de personas, las masas de la humanidad — pues, esto es muy perjudicial.
Aquí cabe examinar las críticas que se hicieron a los comunistas alemanes en el período del ascenso al poder de Hitler y de los nazis en Alemania en la década de 1930. Se atribuyó a los comunistas alemanes esta consigna: “Nach Hitler, Uns” (que significa: “Después de Hitler, nosotros”). En otras palabras, el mismo tipo de pensar — que de hecho con Hitler al frente del gobierno, eso iba a sacudir las cosas e iba a causar una crisis tan grande en la sociedad que, por lo tanto, los comunistas iban a tener la oportunidad de llegar al poder. Eso representó una subestimación muy seria de lo que representaban Hitler y los nazis, y las terribles consecuencias de esto para la humanidad. Sí, los comunistas ahí debieron haberse opuesto consecuente y firmemente a todo el sistema sobre una base revolucionaria, pero también era muy importante y necesario reconocer que Hitler y los nazis eran una representación particularmente perversa y extrema de todos los horrores de este sistema, y los iban a llevar a cabo de formas muy extremas.
Así que, en relación con todo esto, hace falta un enfoque científico de construir una oposición al fascismo que está encarnado en el régimen de Trump y Pence en los Estados Unidos de hoy, de una manera que parta y proceda del entendimiento que se captura en las obras mías, como “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”12 y “No ser Jerry Rubin, ni incluso Dimitrov, sino comunistas revolucionarios de a de veras: EL RETO DE DEFENDER LAS GARANTÍAS FUNDAMENTALES — DESDE UNA PERSPECTIVA COMUNISTA Y NO OTRA”13. (Estos artículos están disponibles en revcom.us. Son parte de las Obras escogidas de Bob Avakian).
Como he subrayado varias veces, y como se concentra en la consigna que lanzamos: “El Partido Republicano es fascista. El Partido Demócrata también es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”. Esto enfatiza la importancia de ambos aspectos de la cosa: reconocer la particularidad de lo que representa el fascismo del régimen de Trump y Pence y del Partido Republicano en su conjunto, y enfrentar la naturaleza y los masivos crímenes del sistema en su conjunto, y todos aquellos que son funcionarios y ejecutores de este sistema, incluido definitivamente al Partido Demócrata.
En un artículo publicado en el New York Times (martes 16 de julio de 2019), “Racism Comes Out of the Closet”, Paul Krugman señala que no solo Donald Trump sino el Partido Republicano en su conjunto han abandonado el racismo disimulado, y han empezado a expresarlo abierta y crudamente. Krugman concluye este artículo de esta manera, refiriéndose al abandono, por parte del Partido Republicano, de toda pretensión de oponerse al racismo:
Resulta tentador decir que los argumentos republicanos a favor de la igualdad racial siempre fueron hipócritas; hasta es tentador ver con buenos ojos la transición de los mensajes en clave al racismo declarado. Sin embargo, si la hipocresía es el tributo que el vicio le rinde a la virtud, lo que estamos viendo en este momento es un partido que ya no siente la necesidad de rendir ese tributo. Y eso es profundamente aterrador14.
En esta cita, Krugman sí que señala algo —algo que es importante y relevante— hasta donde va. El problema es que no va lo suficientemente lejos y, en particular, no rompe con los términos restrictivos de las contradicciones y los conflictos entre los partidos de la clase dominante (los republicanos y los demócratas). La posición de hipócritamente fingir una oposición a los atropellos tales como la opresión racista, a la vez que de hecho actuar como representantes, funcionarios y ejecutores de un sistema en el que esta opresión está integrada y el que no podría existir sin esta opresión — pues no solo se aplica al Partido Republicano del pasado (si siquiera se aplicó a ese partido en los últimos 50 años y más), sino también se aplica al Partido Demócrata. Lo que está concentrado en esta situación es la necesidad de reconocer, y manejar correctamente, una contradicción muy real y aguda: el hecho de que, por un lado, el Partido Demócrata, al igual que el Partido Republicano, es un partido de un sistema que continuamente comete, y no puede dejar de cometer, masivos crímenes contra las masas de la humanidad y encarna una amenaza existencial al futuro de la humanidad; y, por otro lado, el hecho de que (para parafrasear lo que se cita anteriormente del artículo de Krugman) existe una diferencia muy real y un peligro muy directo encarnado en el hecho de que uno de estos partidos de la clase dominante (los republicanos) abandona abiertamente gran parte de la pretensión de ser otra cosa salvo un rapaz, y sí racista, saqueador de seres humanos y del medio ambiente. Esto requiere de la síntesis correcta, en términos fundamentales, de oponerse al sistema en su conjunto, del cual ambos partidos son instrumentos, y de trabajar activamente, de manera continua, hacia el objetivo estratégico de abolir este sistema en su conjunto, mientras que también, con la misma perspectiva estratégica fundamental, reconocer el agudo peligro inmediato que representa el régimen fascista de Trump y Pence y trabajar de urgencia para atraer e incorporar a masas de personas en una movilización no violenta pero sostenida en torno a la exigencia de que ¡este régimen tiene que marcharse ya!
No reconocer a fondo este entendimiento, y sus diferentes aspectos y su dimensión completa, y no actuar según él, está muy relacionado con el individualismo — particularmente en la forma de buscar la ilusión del progreso indoloro, en lugar de estar dispuesto a hacerle frente a verdades inconvenientes e incómodas y actuar en consecuencia, incluso con los sacrificios que quizá sean necesarios.
Con todos los matices y particularidades de las contradicciones que sí hay que reconocer, esta verdad crucial puede expresarse de esta manera básica y concentrada:
El Partido Demócrata es parte del problema, y no es la solución.
Aquí hay que poner un reto ante todos aquellos que insisten en la posición de que “los demócratas son la única alternativa realista”: en la página web revcom.us, sale la serie “Crimen Yanqui”, que cuenta y detalla muchos de los más destacados crímenes horrorosos de la clase dominante de Estados Unidos, que se remontan a los inicios de Estados Unidos hasta el presente, cometidos bajo las administraciones republicanas y demócratas. Aquí va el reto: vaya a leer la serie “Crimen Yanqui” y luego regrese y trate de explicar por qué dejarse llevar en apoyar a los demócratas es algo digno que hacer.
Junto con sus otros crímenes, y su papel particular en mantener e imponer este sistema, en las circunstancias actuales, el Partido Demócrata también es un facilitador activo del fascismo debido a su negativa, incluso bajo los términos del sistema que representa, a hacer algo de importancia para oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence. Esto se concentra en la insistencia, de parte de la dirigente del Partido Demócrata, Nancy Pelosi (o Puercalosi, tal como se le debe llamar), de que un juicio político de destitución, una vez más, no está en consideración. Algunas personas quizá no recuerden (o quizá hayan elegido olvidar), y otras personas quizá ni siquiera lo sepan, pero surgió un sentimiento masivo a favor de procesar a George W. Bush en un juicio político de destitución en los años 2005-2006, en particular debido a la forma en que llevó a Estados Unidos a la guerra, al atacar e invadir a Irak, al causar una masiva destrucción y matanza en ese país, sobre la base de mentiras sistemáticas las que muy conscientemente perpetró todo su régimen con Colin Powell, Cheney y Rumsfeld, Condoleeza Rice y los demás, quienes deliberada y sistemáticamente mintieron al afirmar que Irak tenía armas de destrucción masiva y que supuestamente con esas armas amenazaba a Estados Unidos (y a los “aliados” de Estados Unidos). Con esas mentiras justificaron que se perpetrara la guerra de agresión de Estados Unidos contra Irak — la que, de hecho, fue un crimen internacional de guerra. En gran parte sobre esa base, surgió un sentimiento de masas a favor de un juicio político de destitución contra George W. Bush. Bueno, cuando los demócratas, en las elecciones de 2006, ganaron el control de ambas cámaras del Congreso, de inmediato Nancy Puercalosi dijo que un juicio político de destitución no estaba en consideración. Y ahora ella está haciendo lo mismo una vez más — y lo está haciendo no solo como individuo, sino como representante de la dirigencia del Partido Demócrata. Para tomar prestada una expresión de la escena de las pandillas, los “shot-callers” (o sea, los pesos pesados que dan las órdenes) del Partido Demócrata dicen: “No debemos procesar a Trump en un juicio político de destitución porque eso solo le beneficiará a él; él está trabajando para incitarnos a que lo procesemos”. Como si someter a Trump a un juicio político de destitución no sería algo bueno. Puercalosi insiste: “No vamos a caer en eso, vamos a pedir que Trump rinda cuentas”. ¿Ah, sí? ¿Cómo? ¿Cómo van a pedir que él rinda cuentas cuando ustedes los demócratas se niegan a usar uno de los instrumentos más poderosos que tienen, el juicio político de destitución, para realmente hacer algo con sentido para oponerse a lo que él está haciendo?
El otro día vi a una comentarista en una de las cadenas que hizo una observación la que (junto con muchas tonterías que también escupía y a pesar de esas tonterías) en realidad fue un tanto perspicaz e importante. Ella dijo: “Las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Si alguien puede hacer algo y salirse con la suya, la ley no tiene sentido”. Bueno, Puercalosi, su noción de “rendir cuentas” (hacer que Trump “rinda cuentas”) no tiene sentido porque usted se niega a ejercer los medios más efectivos que quizá tenga a su disposición para “hacer que él rinda cuentas”.
Ahora bien, algunas personas dicen que Puercalosi y los demás simplemente están haciendo todo eso porque tienen en mente las elecciones de 2020, y no quieren darle argumentos al Partido Republicano en apoyo a su insistencia de que “se trata de una cacería de brujas” contra Trump y el Partido Republicano. Quizá eso sea una consideración secundaria de parte de los demócratas, pero si escuchamos a Puercalosi, ella nos está diciendo de qué se trata en realidad. Ella dice que destituir a Trump dividiría aún más al país [Estados Unidos] — como si el “país” no estuviera ya muy dividido de manera muy profunda y muy intensa, en este momento, lo que es precisamente el motivo por el que alguien como Trump podría ser elegido en primer lugar.
Pero en realidad existen tres razones, o podríamos llamarlas los “tres temores”, que tienen Puercalosi y los demás. Temen a Trump y a los republicanos, y por lo tanto están permitiendo que Trump y los republicanos establezcan los términos de lo que pueden hacer. Su “lógica” es la siguiente: “Dado que Trump reaccionaría a fregadazos si tratáramos de destituirlo, por lo tanto, no deberíamos intentar someterlo a un juicio político de destitución”. Esa es la lógica de lo que están diciendo, aunque no lo articulen así directa y explícitamente. Así que están dejando que los republicanos establezcan los términos — lo que, por supuesto, solo causa que los republicanos sean aún más agresivos en conseguir su agenda y en desafiar y pisotear las “normas” de este sistema. Incluso de acuerdo con sus propios “principios” burgueses, los demócratas deberían actuar sobre la base de lo que está en su Constitución, y no de acuerdo a lo que los republicanos les permitan hacer.
Segundo, junto con temer a Trump y al Partido Republicano, sí temen la realidad de que las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Temen que si sometieran a Trump a un juicio de destitución —y si, de alguna manera, incluso lograran no solo destituirlo, sino que también de hecho lo condenaran en el Senado—, Trump bien podría declarar: “Jódanse, yo soy el presidente, no reconozco este juicio político”. En tal caso, ¿a qué y a quiénes pueden recurrir? Esto nos lleva a la otra dimensión de este segundo “temor”: temen a la “base” de Trump. Temen a estas fuerzas fascistas en la sociedad que Trump está alentando y azuzando para que actúen cada vez más de manera violenta y quienes (como explicaré en adelante) sí tienen muchas armas y están demostrando no solo su disposición, sino también su entusiasmo, por usarlas. Así que Puercalosi y los demás temen eso.
Pero al menos en la misma medida —y aquí va el “tercer temor”— temen a las personas al otro lado de la divisoria en Estados Unidos, a las personas que tienden a votar por los demócratas, especialmente a las masas básicas de los oprimidos. Temen a las propias personas, a las masas básicas y a otras personas, a quienes el Partido Demócrata es responsable de “acorralar” en la BEB y de “domesticar” su disentimiento. Temen a las personas que están enojadas por lo que representan Trump y Pence. No quieren que esas personas salgan a las calles, a menos que estén contenidas dentro de los límites estrechos de lo que el Partido Demócrata, y el sistema al que sirve, pueden permitir. Y no quieren el enfrentamiento entre esas personas y los fascistas que se han cuajado en torno a Trump. ¿Usted cree que quieren ver a las masas de negros, inmigrantes y otras personas, incluidas las masas de personas de diferentes capas sociales que están furiosas sobre lo que representan Trump y Pence — cree que quieren ver a esas personas en las calles en una oposición directa y decidida a lo que representan Trump y Pence? Esa es una de las peores pesadillas de Puercalosi y Compañía, no solo debido al potencial de un enfrentamiento combativo con los fascistas, sino porque las personas podrían salir completamente del control del Partido Demócrata, y de todo el sistema del cual los demócratas son representantes, funcionarios y ejecutores. Una gran parte de lo que ellos están representando e imponiendo se vería seriamente comprometida.
Así que esto es lo que realmente está pasando con Puercalosi y los demás al oponerse obstinadamente a una movida a favor de un juicio político de destitución.
Y luego hay que ver a uno de los principales funcionarios agresivamente fascistas del Partido Republicano, al congresista por Iowa, Steve King. Hace poco, junto con todos sus otros posteos escandalosos y declaraciones abiertamente racistas, misóginas y crudamente despectivas sobre los musulmanes y los inmigrantes, etc., King posteó un meme, con este comentario, en su página oficial de campaña:
La gente sigue hablando de otra guerra civil. Un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro no sabe cuál baño usar.
Ahora bien, hay que decir que este comentario contiene una “observación demente”. Obviamente, este es un vil ataque a las personas trans, así como a aquellos que apoyan a los derechos de esas personas. Así que, por una parte, esta es una declaración escandalosa, una declaración completamente reaccionaria y cruel. Pero sí expresa cierta observación demente, o una representación demente de cierta verdad, porque si bien las personas apoyan correctamente los derechos de la gente trans, la gente gay, las mujeres y otros, existen limitaciones y problemas reales con la perspectiva espontánea que prevalece entre aquellos que se encuentran en el lado correcto de la divisoria. Existe una estrechez relacionada a la “identidad”, y una omisión o una falta de atención suficiente a las dinámicas más grandes que se perfilan en la sociedad (y en el mundo) en su conjunto, y las implicaciones de esto, tal como representa, una vez más, el hecho de que, si bien las personas están luchando o oponiendo cierta resistencia en torno a este o aquel caso particular de opresión, discriminación y prejuicio, no están movilizándose para oponerse a todo el embate masivo que se encarna en el régimen de Trump y Pence, ni hablar de todo el sistema que ha producido este régimen. Existe el problema serio de que, en general, las personas que se consideran como “progresistas” o “concienciadas” no han hecho, por no decir algo peor, ninguna ruptura real con el chovinismo pro estadounidense (sobre el cual diré más en adelante). Y, en relación con esto, existe el problema fundamental de intentar resolver el conflicto con lo que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista, con sus “ocho millones de millones de balas”, confiando en lo que han sido las “normas” del orden burgués en Estados Unidos (o buscando retomarlas) (y, de parte de algunas personas, esto supone un llamamiento a “restaurar la civilidad”) mientras los fascistas están decididos a pisotear y triturar estas “normas” y no tienen ningún problema con que las personas que se les oponen adopten la posición de “civilidad” (acomodación) respecto a su implacable ofensiva fascista. Aunque esto no se aplica absolutamente, ocurre con demasiada frecuencia que las palabras del poeta William Butler Yeats describen esta situación muy seria: “Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores rebosan de intensidad apasionada”. Y, así, si bien las cosas podrían estar encaminadas hacia una guerra civil, y la cosa podría llegar a la hora de la verdad incluso en el futuro no muy lejano, la alineación actual es muy desfavorable para cualquiera que represente algo digno en el mundo.
Todo esto, de cierta manera demente, está representado en la declaración de King de que un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro bando no sabe cuál baño usar. Una vez más, no se trata de que no sea importante la cuestión del uso del baño y las cuestiones más amplias que eso encierra. Eso sí que es importante. Pero existe un panorama más amplio aquí de esta tendencia o movimiento en desarrollo hacia una guerra civil, la que ahora mismo es muy unilateral en un sentido muy malo, y si las cosas continúan en esta trayectoria, el resultado podría ser verdaderamente desastroso.
Así que eso debería ser algo para reflexionar en serio — y no solo eso, sino también un estímulo serio para que entren en acción las personas que se preocupan por las diversas formas en que los ataques están cayendo sobre las personas y se está intensificando la opresión en todos los ámbitos contra grandes sectores de la población, a los cuales es necesario juntar para luchar contra la ofensiva de estas fuerzas fascistas — y además, en términos más fundamentales, es necesario atraer e incorporar a esos sectores sociales sobre la base de reconocer que se trata del sistema en su conjunto, del cual ha surgido este fenómeno fascista, y el que encierra una opresión tan terrible de la gente, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo, sistema mismo que hay que borrar de la tierra.
Ahora bien, otro elemento de esto que no podemos pasar por alto es que, si bien una buena parte de lo que King describe se aplica de cierta manera demente, en particular a las personas progresistas o a las personas de clase media llamadas “concienciadas”, existe otro tipo de problema con respecto a las personas oprimidas más básicas, y en particular a los jóvenes — un gran problema de que sus armas ahora están apuntadas los unos a los otros entre sí. Y sin abundar a fondo sobre esto ahora, esto es algo que hay que transformar radicalmente al construir un movimiento para una revolución real.
Así que ya llegamos a la cuestión de la relación entre impulsar la construcción de una revolución real y la todavía muy urgente cuestión de expulsar a este régimen fascista. Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución sigue siendo extremadamente relevante e importante:
La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más sí se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas)15.
Es interesante que, en un artículo sobre la privacidad y los problemas que el Internet presenta para las personas en términos de privacidad (“Just a Face in the Crowd? Not Anymore”)16, los autores del artículo, Woodrow Hartzog y Evan Selinger, se refieren a esto como una “cultura obsesionada por el estatus”, y en particular hablan de que esto es un problema en términos de si las personas van a tener privacidad porque la gente quiere usar el Internet para impulsar su estatus todo el tiempo: “Mírame haciendo esto, mírame haciendo aquello”, y así sucesivamente. Pero esta frase, creo, es muy apropiada, es una frase muy relevante y significativa: una “cultura obsesionada por el estatus”. Esto es lo que se ha fomentado continuamente mediante las grandes instituciones de esta sociedad, y es una variante particular, obviamente, del individualismo generalizado, tanto virulento como ajeno.
Y esto va de la mano con el acoplamiento del individualismo con la mercantilización, un fenómeno cuya esencia se capta muy bien en la promoción incesante, la promoción no disimulada y descarada, de la “marca”. Donde quiera que uno vaya, se oye: “Ah, esto realmente va a ser bueno para desarrollar la ‘marca’ de ella”; “Ah, realmente han sido muy creativos en su manera de impulsar su ‘marca’”. No se puede dar la vuelta hacia ningún lado sin escuchar que se utiliza de esta manera la palabra “marca”. Y esto va de la mano, por supuesto, con la exaltación del vil espíritu empresarial — lo que objetivamente representa esfuerzos por sacar una tajada de la explotación de la gente, al convertirse en parte del proceso general que se basa en gran medida en la superexplotación de las masas populares, incluidos niños, en el tercer mundo.
Todo esto está muy relacionado con el parasitismo de la sociedad estadounidense, el que (como se explica en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico, de Bob Avakian) se refiere al hecho de que un capitalismo cada vez más globalizado:
...se basa en un muy alto grado, para la producción y para mantener la tasa de ganancia, en una vasta red de maquiladoras, en particular en el tercer mundo de América Latina, África, el Medio Oriente y Asia, mientras que la actividad capitalista en los “países de base” capitalista-imperialistas se ubica cada vez más en la esfera de las finanzas y la especulación financiera, y la tecnología de punta de “alta gama” (y no la producción de los materiales físicos básicos para dicha tecnología), así como el sector servicios y la esfera comercial (con el creciente papel de la comercialización en línea). Como señalara Lenin, esto les pone “el sello del parasitismo” a la totalidad de las sociedades como Estados Unidos17.
Esto tiene una dimensión tanto material como ideológica. En la dimensión material, pone el sello del parasitismo a toda la sociedad porque sería imposible de mantener toda la sociedad y el funcionamiento mismo de la economía, y ciertamente mantenerla al nivel en que se encuentra, sin esta vasta red de maquiladoras. El nivel de vida y el funcionamiento mismo de la economía no podrían ser lo que son, no podrían mantenerse como están, sin este parasitismo y en particular sin la superexplotación de millones, decenas y cientos de millones, en última instancia, miles de millones de personas, mediante esta vasta red de maquiladoras en todo el tercer mundo en particular.
Y en términos de la dimensión ideológica, este sello del parasitismo a toda la sociedad fomenta el individualismo y, a su vez, se refuerza por la promoción del individualismo, y los fenómenos excesivamente comunes del narcisismo, el espíritu adquisitivo y el hedonismo. Una vez más: “¡Lo quiero todo y lo quiero ahora!” Ellos ni siquiera se avergüenzan de poner esto en un aviso publicitario, más de una vez — nos inundan con este tipo de pensamiento todo el tiempo. Para invocar un pasaje de mi autobiografía (From Ike to Mao and Beyond)18, se trata de meter el hocico en el comedero y de engullir todo lo que puedas, sin pensar de dónde viene esto. Y, una vez más, existe la forma más virulenta de esto —“No me importa un carajo, que esa gente se joda, lo quiero todo y lo quiero ahora, ¡quiero lo que quiero!”— y la forma más ajena: “Realmente no sé de dónde viene todo esto, solo trato de proseguir con mi propia vida y mis sueños”.
Así que, tanto en la esfera material como en la esfera ideológica, este sello del parasitismo a toda la sociedad es algo muy real. Y esto está ligado a la relación general entre el chovinismo pro estadounidense y el individualismo: la identificación de los intereses, perspectivas y estatus personales con la posición dominante del imperialismo capitalista estadounidense — y su saqueo del mundo y de las masas de la humanidad. Y una expresión grotesca de esto —sea virulenta o ajena— es: En vista de las invasiones y las guerras en marcha, los golpes de estado, la matanza de cientos de miles de civiles, la destrucción de países y la relegación de millones de personas a la desesperanza y al hambre a manos de los imperialistas de Estados Unidos y sus “aliados” y títeres rastreros: ¡¿Dónde está la indignación de masas y la oposición activa y decidida proveniente de las personas en Estados Unidos —en nombre de las cuales se cometen continuamente estos monstruosos crímenes— incluso proveniente de las personas que se llaman a sí mismas “progresistas” o se proclaman “concienciadas”?!
Otro aspecto de lo que opera aquí es el “cinismo desencantado” y su relación con el individualismo parásito. ¿Quién no ha escuchado esto? — “Ah, sé que hay muchas cosas que están mal en el mundo, pero así es la vida. Sí, por supuesto, Estados Unidos comete crímenes en todo el mundo, pero también lo hacen todos estos otros países. Sí, Trump no es bueno, pero todos estos políticos son corruptos. No tengo tiempo para prestarle atención a eso. Soy demasiado sofisticado como para meterme en eso, o para angustiarme emocionalmente por todo eso. Nada más tengo que prestar atención a las cosas que realmente me importan a mí y a mis gallinas en mi patio trasero” (o lo que sea).
Ese pseudocinismo desencantado (o ese verdadero cinismo, pero pseudo concienciación del mundo) es otra manifestación del individualismo parásito — cuando alguien justifica negarse a hacer algo o no hacer algo sobre los crímenes que se están cometiendo en su nombre, y todas las horrorosas cosas que están ocurriendo en el mundo, sobre la base de: “Sí, ya lo sé, pero así es la vida. Y después de todo, en realidad no hay nada que se pueda hacer al respecto. Cualquiera que se ponga al frente y diga que va a hacer algo al respecto es tan corrupto como la gente que ya está perpetrando estas cosas, así que en realidad no hay nada que se pueda hacer”. Como se ha dicho, con mucho discernimiento, se podría traducir este sentimiento así: “Ah, estoy tan agradecido que haya resultado que lo correcto que hay que hacer es no hacer nada sobre estos ultrajes y horrores en el mundo”.
En ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, en términos de la lucha para impedir que el régimen de Trump y Pence consolide un gobierno fascista (y más en general en lo que respecta a la lucha por un mundo radicalmente diferente y mejor), destaqué este punto:
El chovinismo pro estadounidense es uno de los mayores obstáculos que se interpone en el camino y lastra a la gente: la asquerosa noción de que Estados Unidos y los estadounidenses son mejores y más importantes que los demás19.
Respecto a la clase media de Estados Unidos, aunque hoy para importantes sectores de esta clase no les va tan bien como en el pasado —y algunos de ellos de hecho se están esforzando— en el sentido económico, a medida que la brecha social y las disparidades de ingresos siguen ensanchándose a proporciones obscenas, todavía existe entre ellos, o entre muchas personas en la clase media, un sentido persistente y generalizado de “derecho y privilegio” como estadounidenses y una identificación de sus propios intereses con lo que de hecho es un sistema de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad: el imperialismo capitalista estadounidense. Y, como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, este veneno del chovinismo pro estadounidense también ejerce cierta influencia entre los más amargamente oprimidos, a pesar de que está en agudo conflicto con la opresión sistemática a la que están sometidos en Estados Unidos bajo este sistema.
Hay una gran necesidad de que la gente ampliamente rompa con este chovinismo pro estadounidense. Como he enfatizado anteriormente, hay 3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor:
1) Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles.
2) Las personas tienen que adentrarse con seriedad y ciencia en la manera en que este sistema del capitalismo-imperialismo funciona en los hechos, y los correspondientes resultados concretos en el mundo.
3) Las personas tienen que examinar profundamente la solución a todo eso20.
Y, como se expone concisamente en “El problema, la solución y los retos ante nosotros”:
Si bien es correcto y necesario unirse con amplios sectores de la población en oposición a las injusticias y a los atropellos cometidos por los que gobiernan en Estados Unidos, y si bien esto ha cobrado una realzada importancia con la ascensión al poder del régimen fascista de Trump y Pence, es una verdad básica que sin romper con el chovinismo [pro] estadounidense —sin hacerle frente al verdadero horror de lo que Estados Unidos ha sido, y lo que ha hecho, en Estados Unidos y en todo el mundo, desde su fundación hasta el presente— y sin empezar a odiar profundamente todo esto, no es posible, en última instancia, retener su propia humanidad y actuar en pro de los más excelsos intereses de toda la humanidad21. (énfasis agregado)
En oposición directa a la venenosa perspectiva del chovinismo pro estadounidense, la orientación que hay que defender firmemente y por la que hay que luchar ferozmente es el principio básico y la verdad sencilla, pero profunda, de que “La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países” e “Internacionalismo — el mundo entero ante todo”, que se encuentra en Lo BAsico 5:7 y 5:822.
Y, como se explica más completamente en Lo BAsico:
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino. (Lo BAsico 3:8)23
Es crítico ganar continuamente a un creciente número de personas a asumir esta orientación fundamental por lo que se refiere a la realización de cualquier cambio positivo, y esto será decisivo en la realización de la revolución para por fin acabar con este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo.
Como se señala en “All Played Out”, existe la “política de ‘identidad’ que en realidad se reduce a mí”24. Vemos todo el tiempo que, aunque esta identidad está asociada con un grupo, en términos fundamentales en realidad se trata del “yo” y de “lo mío”; se manifiesta, al menos objetiva y, a menudo, conscientemente, contra otras personas, incluso otras personas amargamente oprimidas, de una manera que huele al individualismo repugnante y a mezquinas rivalidades basadas en esa perspectiva. Aunado a esto, se tiene el fenómeno general del parasitismo “concienciado” y la búsqueda de enclaves privilegiados “seguros” en las depredaciones y la explotación y sobre la base de éstas, las que este sistema imperialista comete contra las masas populares del mundo, así como contra el medio ambiente.
La “política de identidad” tergiversa, corrompe, desvía y socava el desenmascaramiento y la lucha necesaria contra lo que, de hecho, son formas horrorosas de opresión. En este sentido, contrastemos la experiencia de los años 1960 con los fenómenos de hoy de los “desencadenantes” y el trauma.
En la década del 1960, basándome en mi propia experiencia, recuerdo que, en el Movimiento pro Libertad de Expresión en Berkeley en 1964, la culminación y el punto álgido de esa lucha fue cuando se celebró un plantón masivo, en el edificio de la rectoría en el campus de la Universidad de California-Berkeley. Cientos de personas se sentaron y se negaron a irse hasta que se cumplieran sus demandas. Finalmente, 800 fueron expulsados del edificio a la fuerza y arrestados cuando el gobernador (el gobernador del Partido Demócrata) del estado ordenó que no solo la policía local, sino también los agentes del sherifato del condado y la policía estatal entraran y nos sacaran del edificio de la rectoría. Nos encontramos frente a estos policías que arrestaban a la gente con violencia — agarraban a las personas, sobre todo a las mujeres, por el cabello y las arrojaban por las escaleras como una forma de expulsarlas del edificio de la rectoría. Bueno, hoy me llama la atención, al volver a examinar eso, que lo único que olvidamos hacer, frente a esto, era decir: “Esperen, nos están desencadenando sentimientos negativos. No pueden hacer esto. Nos están causando trauma”. Sí, claro, seguro que eso hubiera servido para impedir que la policía actuara de esa manera brutal.
O, cuando Huey Newton y Bobby Seale, junto con otros que constituían los primeros miembros del Partido Pantera Negra, llevaron a cabo sus patrullas armadas contra la brutalidad y asesinato policial, y se encontraron con los policías que los amenazaban y exigían que depusieran sus armas (las cuales los Panteras portaban legalmente), bueno, Huey y Bobby debieran haberles dicho a esos cerdos policías: “¡Deténganse — no saben que nos están desencadenando sentimientos negativos y nos están traumatizando!” Sí, seguro que eso hubiera hecho que esos cerdos retrocedieran.
O, pensemos en “Stop the Draft Week” [Semana para Detener el Reclutamiento Militar], cuando miles de personas fueron a protestar en frente del centro de reclutamiento militar de Oakland en el apogeo de la lucha contra la guerra de Vietnam, en un esfuerzo por cerrar el centro (donde reclutaban —forzaban a entrar— a las personas a las fuerzas armadas de Estados Unidos). Los manifestantes hicieron un plantón para bloquear las puertas. Y la policía de Oakland, conocida por su racismo y brutalidad que se remonta a generaciones, entró y atacó brutalmente a las personas, y las sacó a rastras de la manera más brutal. Bueno, ahora me parece que el verdadero error en ese momento fue que, mientras esos manifestantes estaban sentados ahí y las policías se acercaban, debieran haberles dicho: “¡Alto! Nos están desencadenando sentimientos negativos”. Seguro que eso hubiera impedido que la policía quitara brutalmente a los manifestantes de las puertas.
Y hay muchos otros ejemplos. Piensen en el Parque del Pueblo en Berkeley, cuando, en su punto álgido, se celebró una manifestación masiva de decenas de miles de personas en apoyo a la demanda aparentemente modesta de tener un parque en un espacio el que la universidad quería convertir en un estacionamiento. Durante el curso de esta lucha, la policía disparó contra la gente, y uno de los manifestantes, James Rector, fue asesinado como parte de un ataque policial contra una manifestación. Y en adición a las personas que fueron baleadas, se había despachado a la Guardia Nacional, y un número de nosotros, cientos de nosotros, acudimos a la cerca que la universidad y las autoridades habían colocado alrededor del espacio del Parque del Pueblo. La Guardia Nacional estaba apostada detrás de la cerca, y muchos de nosotros estábamos delante de la cerca, sacudiéndola. Bueno, debido a que la Guardia Nacional estaba armada y tenían órdenes de estar preparados a disparar —algo que nos quedaba muy claro—, la pregunta para nosotros fue: ¿Debiéramos haber derribado esta cerca y al hacerlo, enfrentarnos a la salva de balas en nuestra contra? Y la gente decidió, en esas circunstancias, que lo indicado no era hacer eso. Pero obviamente contábamos con una orientación completamente mal en esas circunstancias. Debiéramos haberles dicho a los comandantes de la Guardia Nacional: “Ustedes no solo nos han apuntado con esas armas, sino que al tener esas armas cerca de nosotros, eso nos está desencadenando sentimientos negativos. No pueden hacer esto. ¡Tienen que dejar de hacer esto en este instante!”
Ahora, obviamente, hablo con ironía en estos casos. Pero con estos ejemplos, lo que señalo —y a manera de dejarlo en claro, señalo estos ejemplos deliberadamente absurdos— es que en cualquier lucha real para lidiar con cualquier opresión real, frente a los poderosos ejecutores de esa opresión, tendremos que enfrentar la posibilidad de un verdadero sacrificio, incluida la posibilidad de ataques físicos. Y si uno cree que puede crear pequeños enclaves seguros, y que de alguna manera esto conducirá a algún tipo de cambio significativo en la sociedad, pues tiene muchas ilusiones y delirios.
Así que, esto es algo importante que entender. Es muy real el trauma que resulta de sufrir directamente formas horrorosas de opresión y degradación, y que nadie lo niegue o le reste importancia — pero, en lugar de que un individuo “se vuelve para sus adentros”, hay que transformar esto en ira y determinación a ser parte de una lucha colectiva para poner fin a todas las atrocidades, en todas partes, cuya fuente y causa fundamental es este sistema del capitalismo-imperialismo. Y sí, esto requerirá lucha y sacrificio. Pero vale la pena, es lo que tiene que ocurrir.
Ahora, junto con estas tendencias negativas asociadas con la “política de identidad”, vemos lo que podría llamarse la política de hacer acusaciones — hacer acusaciones contra individuos, en lugar de transformar la sociedad (y el mundo entero) para poder desarraigar toda opresión. Existe el fenómeno de no solo poner en la mira y buscar rebajar a los individuos, sino que junto con eso, o como parte de ello, husmear en toda la historia de la vida de las personas, remontar a décadas —incluso a los primeros años de la vida de alguien— y ver si es posible encontrar algo por lo cual es posible condenarlas y lo que, por lo tanto, descalifique a esas personas para tener cualquier papel positivo en cualquier cosa. Ahora, como lo he subrayado muchas veces, en los casos en que las personas han cometido crímenes y ultrajes reales, hay que conseguir que éstas rindan cuentas; pero también existe la necesidad de examinar el arco de la vida de un individuo y cuál es el aspecto principal que define la vida de este individuo. ¿Son los errores que ha cometido, o incluso algo realmente terrible que ha hecho en algún momento? ¿Es eso el aspecto esencial de su vida y lo que la define? ¿O su vida ha abarcado una transformación real, en la que las cosas que han llegado a definir quién es este individuo son las cosas positivas que ha hecho y la trayectoria positiva de su vida en general?
Lo que opera aquí es una orientación muy errónea y perjudicial de “cancelar” a las personas —de acusarlas (en el ámbito de la opinión pública, si no bajo la ley) y cancelarlas— lo cual es distinto a conseguir que las personas rindan cuentas por actos graves de opresión u otros ultrajes que han cometido, pero luego también examinar todo el arco y el contenido principal de lo que ha sido su vida. (Y esto se agrava aún más por el hecho de que a menudo esto se amplifica mediante un “juicio en los medios de comunicación y las redes sociales”, sin ninguna perspectiva ni pretensión del debido proceso o ningún esfuerzo real por llegar a conocer la verdad, impulsado por la peligrosa noción de que una mera alegación basta para condenar a un individuo y convertirlo en un paria permanente, y con la característica de negarse a aplicar cualquier medida de proporcionalidad, sin distinguir entre diferentes tipos y grados de actos indebidos.) Esto también acompaña y es, en un sentido general, parte del mismo fenómeno de las personas que se vuelven para sus adentros y buscan “espacios seguros” y persiguen “cuidarme a mí mismo” y “curarme a mí mismo”, en lugar de dirigir su indignación —o al menos objetivamente en oposición a dirigir su indignación— “hacia afuera” contra la opresión y la degradación, y convertirse en parte de una lucha colectiva la cual se propone transformar el mundo para poner fin a todas esas atrocidades, a toda opresión y explotación (que también es el mejor contexto para superar el trauma real que las personas han experimentado).
Aquí va una declaración muy importante de Marx, de los Grundrisse —una de sus principales obras— tal como se cita en Cavilaciones y forcejeos:
...en las relaciones monetarias, en un sistema de intercambio desarrollado (apariencia seductora para los demócratas), los lazos de dependencia personal están destruidos, fragmentados, igual que las diferencias de sangre, educación, etc. (aunque estos lazos no dejen de presentarse como relaciones personales); y los individuos parecen independientes (independencia puramente ilusoria que más exactamente debería denominarse indiferencia); parecen libres de enfrentarse y de intercambiar en el seno de esta libertad....25
Marx se refiere a algo muy penetrante y perspicaz acerca de las relaciones entre las personas en la sociedad capitalista — las relaciones de mercancías que caracterizan al capitalismo, representadas por el dinero (u hoy por el crédito y las abstracciones del crédito). Nótese la palabra “indiferencia” aquí. Esto nos lleva de vuelta al individualismo. Y puede aplicarse particularmente al individualismo ajeno. Uno muestra indiferencia hacia otras personas, y piensa que eso es su independencia, cuando en realidad todas las personas están vinculadas por la red de relaciones, incluidas las relaciones monetarias, que caracterizan a esta sociedad y sus relaciones explotadoras subyacentes. Todas las personas están atrapadas en esa red, pero en esa red tienen la ilusión de que están actuando de manera independiente, aunque los términos de su manera de interactuar se determinan por las dinámicas del sistema capitalista y sus relaciones económicas (de producción) subyacentes, así como sus relaciones sociales (como la relación opresiva entre hombres y mujeres, por ejemplo) que acompañan a esas relaciones económicas. Las personas creen que están actuando de forma independiente, pero en realidad están atrapadas en una red que condiciona su manera de actuar (y su manera de pensar), mientras que, al mismo tiempo, esta “independencia” a menudo asume la forma —y aquí nuevamente entra el fenómeno del individualismo ajeno— de la indiferencia hacia otras personas. Esto puede expresarse en la perspectiva de que “no trato conscientemente de joder a otras personas, solo persigo mis propios intereses y mis propios ‘sueños’ (nada más ‘hago lo mío’)” — pero en realidad la “espontaneidad” de la forma en que funciona este sistema las está obligando a competir y entrar en conflicto con otras personas, y las está impeliendo a ser indiferentes al efecto de todo esto en los demás.
Esto está relacionado con algo que se enfatiza en El Nuevo Comunismo, con respecto a la observación de Lenin de que el sistema del capitalismo y sus relaciones de mercancías obligan a las personas a calcular con la tacañería de un tacaño. Así que, una vez más, las dinámicas que ponen a las personas a competir y a entrar en conflicto con otras personas sí que están obligando a las personas a ser indiferentes hacia los demás, debido a todo tipo de cosas: quién consigue un trabajo, quién recibe un aumento salarial, quién recibe un ascenso, quién obtiene un beca para la universidad, quién obtiene una pasantía (y así sucesivamente). Obligan a las personas a estar en constante conflicto con otras personas, y las obligan a calcular con la tacañería de un tacaño incluso al extremo de: “Bueno, lamento que esto tenga un efecto negativo o que hasta pueda causar un daño real a otra persona, pero tengo que hacer lo que tengo que hacer para mí y para mi familia”. Y así sucesivamente. No se trata de que las personas sean inherentemente egoístas, de acuerdo con algún concepto de una “naturaleza humana” que no se puede cambiar. La palabra específica que utiliza Lenin es muy importante — bajo este sistema, obligan a las personas a calcular con la tacañería de un tacaño. Las obligan a ser indiferentes hacia otras personas y hacia la forma en que las cosas afectan a esas personas.
Lenin también señala —y esto tiene que ver con la naturaleza básica y el funcionamiento del sistema capitalista— que el capitalismo pone en las manos de los individuos lo que produce toda la sociedad (y en última instancia todo el mundo, lo que es cierto especialmente hoy — todo el mundo). Esto tiene dos manifestaciones: una, se manifiesta en la acumulación privada por parte de los capitalistas, los capitalistas que se compiten entre sí, de la riqueza producida socialmente por masas de personas que trabajan en organizaciones colectivas de producción. Así que esa es una manifestación de lo que Lenin señala al decir que el capitalismo pone en las manos de los individuos lo que produce toda la sociedad.
La otra manifestación es el consumo individual. El capitalismo pone en las manos de los individuos, en términos de sus artículos de consumo individuales, lo que produce toda la sociedad —en otras palabras, en una medida muy grande, hay que satisfacer estas necesidades, bajo este sistema, mediante intercambios de mercancías (las personas tienen que pagar por éstas)— a diferencia de producir estas necesidades de manera social, y de proporcionarlas sin costo, tal como ocurriría en una sociedad comunista. Ahora, para que quede claro, en contraste con las calumnias y las tergiversaciones ridículas que se presentan con frecuencia: ¡No! ¡Bajo el comunismo, todas las personas no tendrán que usar el mismo cepillo de dientes! No me refiero a eso. Por supuesto que en la sociedad comunista habrá artículos de consumo personal. ¡No todas las personas van a comer la misma comida, ya sea en sentido figurado de tener que tener exactamente las mismas comidas todo el tiempo (ni, obviamente, en el sentido literal de que una persona coma un bocado y luego otra persona tenga que comer el segundo bocado del mismo plato, y así sucesivamente)! Obviamente, no me refiero a eso. Más bien me refiero a que, en una sociedad comunista, en la que la apropiación y distribución de lo que se produce están en conformidad con el carácter de las fuerzas productivas y la naturaleza socializada correspondiente de la producción misma, se podría satisfacer y se satisfará socialmente muchas necesidades —la vivienda, la atención médica y las cosas de esa naturaleza—, de manera distinta a tener que practicar y depender del gasto individual (y, de nuevo, esto se refiere a algo muy distinto a los cepillos de dientes individuales u otros artículos de consumo personal).
Así que esta es otra manifestación, o dimensión, importante de lo que Lenin comenta. Y esto también vuelve a tener relación con lo que señala Marx sobre la independencia, que más bien se conoce como “indiferencia”, la competencia entre los individuos que esto implica y la necesidad fundamental de transformar la sociedad (y en última instancia el mundo entero) para poder trascender y avanzar más allá de la indiferencia individualista hacia otras personas, al ir más allá de las relaciones económicas, sociales y políticas, y de las ideas correspondientes, que dictan y refuerzan la competencia, el conflicto y el antagonismo no solo entre los individuos sino también entre clases y grupos sociales enteros.
En El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte26, Marx señala que cada punto de vista de clase identifica los intereses particulares de la clase a la que representa con los intereses generales de la sociedad. En referencia a lo que se dice sobre las “4 Todas” en Breakthroughs (Abriendo Brechas) (y en otras partes) —es decir, la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que descansan esas diferencias de clase, de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción y la revolucionarización de todas las ideas que brotan de esas relaciones sociales— en referencia a esas “4 Todas”, y en particular a la relación e interconexión de las relaciones de producción y las relaciones sociales, es importante reconocer la forma en que las diferentes clases (es decir, las personas que son parte de diferentes grupos sociales con respecto a las relaciones de producción), aun espontáneamente, viven y responden de distintas maneras a las relaciones sociales de opresión.
Por ejemplo, entre los negros —y este fenómeno se puede ver en el programa de televisión Black-ish, por ejemplo— en su conjunto como pueblo sufre una opresión horrible en muchas formas, entre ellas una de sus expresiones más atroces, el asesinato policial, así como la discriminación y el racismo rampantes en la sociedad entera; pero diferentes clases, capas y sectores de la población negra viven y responden a esto de maneras diferentes. Eso se ve en las personas como Beyoncé y Jay-Z. El punto de vista básico que tienen, y propagan, es, en esencia: la manera de lidiar con todo esto es consiguiendo mucha plata — pues háganse de mucho billete y asunto resuelto. Bueno, obviamente eso es el punto de vista y la aspiración de las capas burguesas, aquellos que se han convertido en capas burguesas entre los negros. Y además hay otras manifestaciones de ese mismo tipo de punto de vista entre las capas más burguesas y pequeño burguesas del pueblo negro que consideran que la solución es trabajar dentro del sistema y conseguir una mejor posición dentro de este sistema. Eso es su inclinación espontánea, su perspectiva espontánea sobre el problema y la solución. Y, entre otras cosas, esto explica por qué se dio tanto entusiasmo por tener a Obama como el primer presidente negro.
Ahora bien, se ha señalado anteriormente y cabe repetir que, entre todas las capas de la sociedad, el punto de vista que caracteriza a la pequeña burguesía y en última instancia a la burguesía ejerce una influencia importante. Así que no se trata de que las masas básicas, más proletarias o semiproletarias de los oprimidos de alguna manera sean inmunes a ese modo de pensar pequeño burgués y burgués. Para nada. Sin embargo, con respecto a lo que esto representa, y la posición social y punto de vista al cual corresponde, en esencia representa a las capas pequeño burguesas y burguesas.
Lo mismo se aplica a la opresión de las mujeres. Al igual que con cualquier grupo oprimido (en este caso, la mitad de la humanidad), con respecto a las mujeres, cualquier injustica u opresión contra cualquier sector de las mujeres hace mucho daño a las mujeres en su conjunto. Pero, cabe repetir, las diferentes capas entre las mujeres —y, de hecho, las mujeres en diferentes partes del mundo— viven eso en diferentes formas, y espontáneamente tienen diferentes nociones de lo que es el problema y la solución. Entre las mujeres profesionales de la pequeña burguesía y las que más aspiran a ingresar a la burguesía, etcétera, una inclinación espontánea significativa es: consigamos que haya más mujeres en posiciones de autoridad y poder, más mujeres directoras ejecutivas, más mujeres en las profesiones, y en el gobierno, y así sucesivamente. Eso se ve como la solución, o una gran parte de la solución, al problema. Ahora bien no se trata de que no se deba oponerse a la discriminación contra las mujeres en las esferas de los negocios y las profesiones, etc. Definitivamente hay que oponérsele, en lo fundamental porque esto sí perjudica a todas las mujeres. Pero eso no va a la esencia de lo que es el problema y lo que es la solución. Y, de hecho, de ciertos modos esto puede terminar por reforzar a este sistema y sus relaciones opresivas. Para que quede claro, no se trata de que la lucha contra la discriminación en estas esferas sea dañina en sí (como lo he enfatizado, es todo lo contrario); sino de que lo que sí es dañina es la noción de que la respuesta, la solución, a la desigualdad y la opresión es conseguir que haya más mujeres (o, de hecho, otras personas oprimidas) en posiciones de influencia, autoridad y poder en esta sociedad, en el funcionamiento de este sistema. Eso es una ilusión nociva que solo puede dirigir por mal camino y descaminar a las personas y en realidad solo puede servir para reforzar el mismo sistema que es la fuente de la opresión y la explotación. Así que esta es otra contradicción compleja que requiere que se aplique el método científico para conseguir la síntesis necesaria: emprender la lucha contra la discriminación y opresión de cualquier sector de las mujeres (u otros grupos oprimidos) y al mismo tiempo combatir la noción de que la solución es realizar las aspiraciones de las capas pequeño burguesas y burguesas entre los oprimidos, de que eso podrá conducir o conducirá al fin de la opresión y la explotación de las masas de personas y en última instancia a la emancipación de toda la humanidad.
Eso vuelve a lo que señala Marx en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, de que todas las clases —o todos los puntos de vista correspondientes a diferentes clases— consideran que los intereses particulares de su clase representan los intereses generales de la sociedad, de la población. La realidad es que solamente es cierto para una sola clase en este momento que sus intereses como clase —no en un sentido estrecho o reificado, sino en el sentido más fundamental— corresponden a los intereses generales de la sociedad, o de las masas de la humanidad y en última instancia de la humanidad en su conjunto. Esa clase es el proletariado, la clase explotada bajo este sistema capitalista-imperialista, porque en el sentido fundamental y final, únicamente al poner fin a toda la opresión y la explotación —únicamente con la realización de esas “4 Todas” a escala mundial— es posible eliminar por fin la explotación y la opresión del proletariado como una clase.
En cuanto a la clase dominante capitalista de Estados Unidos, y en general los imperialistas capitalistas en el mundo, sus intereses estriban en mantener y reforzar el sistema del capitalismo-imperialismo y en sus esfuerzos por permanecer en la cima de un mundo dominado por este sistema, con todo el terrible sufrimiento y consecuencias verdaderamente funestas que eso conlleva para las masas de la humanidad. La pequeña burguesía (o la clase media) en sí no es capaz de ofrecer ninguna alternativa al sistema horrendo actual.
El punto de vista que corresponde a la posición y las aspiraciones de la pequeña burguesía, así como de la burguesía gobernante, se refuerzan fuertemente por la naturaleza básica y el funcionamiento del sistema capitalista-imperialista que gobierna en Estados Unidos y domina en el mundo en su conjunto, y esto, una vez más, ejerce una influencia importante entre todos los sectores de la sociedad, incluidos los sectores más atroz y brutalmente explotados y oprimidos. (Y entre las masas básicas en Estados Unidos en particular, este punto de vista se refuerza de maneras importantes por el extenso “pequeño aburguesamiento” entre muchas de las masas oprimidas básicas, tal como se comenta en Breakthroughs (Abriendo Brechas). Lo que fomenta y refuerza este punto de vista es la “espontaneidad” de la vida cotidiana bajo este sistema, así como el funcionamiento del sistema político que sirve y refuerza a las relaciones económicas y dinámicas subyacentes del capitalismo-imperialismo, y la propagación incesante del punto de vista correspondiente por medio de todas las instituciones importantes de la sociedad.
Y aquí nos topamos con el problema, al cual también se refiere en Breakthroughs (Abriendo Brechas), de hacer una revolución proletaria “con un proletariado el cual no existe”. Puse esa frase entre comillas porque no se trata de que literalmente no exista ningún proletariado en Estados Unidos (ni mucho menos de que no exista en el mundo en su conjunto). Lo que señalo es que (y esto tiene que ver con el fenómeno del cual he hablado en Breakthroughs [Abriendo Brechas] y en varias otras obras — el fenómeno de la separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral), si bien es un fenómeno real la explotación del proletariado bajo este sistema, incluso dentro de Estados Unidos, y esta es una de las bases para movilizar a las personas en la lucha revolucionaria que conduzca al derrocamiento final de este sistema, el movimiento revolucionario el que hay que construir no puede ser (y no debe reducirse a) una simple lucha entre los proletarios explotados y aquellos que los explotan, ni tampoco a los intereses inmediatos y parciales del proletariado (o de un sector del proletariado) en un momento dado, en lugar de sus intereses más amplios y más fundamentales en abolir toda la explotación y opresión en el mundo entero. La revolución que se necesita no se va a realizar como una extensión directa de la lucha del proletariado, como tal, en una huelga general de algún tipo, o alguna otra forma en que el proletariado, de por sí y en sí, vaya a hacer la revolución proletaria. Será necesario que participen muchas diferentes fuerzas, y con respecto a las fuerzas de combate que se pasen a primer plano cuando se dé el último enfrentamiento total, si bien en efecto algunas de ellas provendrán en especial de las filas de los proletarios más amargamente explotados, y no tanto de las capas más aburguesadas de la clase obrera, muchas de ellas provendrán de otras capas sociales que sufren una terrible opresión pero que no son, en el sentido estricto de la palabra, parte del proletariado como una clase.
Así que aquí opera una contradicción aguda: los intereses fundamentales del proletariado —en eliminar toda explotación y opresión, en todas partes, por medio de la lucha revolucionaria para hacer nacer un mundo comunista— así como la concepción del mundo, método y enfoque científico que representa esos intereses fundamentales corresponden a los intereses generales de la sociedad, o podríamos decir, a los intereses de la humanidad como un todo, pero para que las masas de personas hagan suyas esas ideas y las conviertan en una poderosa fuerza material para la revolución, hay que emprender una tremenda lucha contra la “espontaneidad” y contra la influencia general de los modos de pensar que dominan actualmente.
Para todos los que han llegado a entender con la ciencia el problema con el que la humanidad está enfrentada de manera profunda, y la solución revolucionaria a este problema, el reto y la responsabilidad es de emprender la lucha ideológica críticamente necesaria, con relación a la concepción del mundo, métodos, moralidad y aspiraciones de las personas, y al mismo tiempo unirse con las masas de personas en emprender lucha en torno a las contradicciones que definen este sistema las cuales no es posible resolver bajo este sistema y las grandes manifestaciones de la opresión y la explotación a las que las masas de la humanidad están sometidas continuamente bajo este sistema — y trabajar para ganar a un número creciente de personas a un entendimiento consciente de la necesidad y la posibilidad de hacer una revolución, cuyo objetivo final es un mundo comunista. Esto es el sentido y el propósito de Luchar contra el poder, y transformar al pueblo — para la revolución.
Primero, examinemos la contradicción del capitalismo-imperialismo y la hipocresía burguesa, o el “ensalzamiento” del individuo y la pulverización de miles de millones de individuos bajo este sistema. Como se señala en Cavilaciones y forcejeos:
Ese punto se enfatiza en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad* donde (hacia el fin de la Primera parte) se refiere a las grandilocuencias de los defensores y apologistas del sistema capitalista sobre los derechos del individuo, pero no obstante este sistema funciona y solo puede funcionar aplastando y triturando —literalmente, sin exageración ni hipérbole— la vida de millones, hasta miles de millones, de individuos, entre ellos cientos de millones de niños, cuya individualidad y aspiraciones individuales no cuentan para nada en el funcionamiento concreto de este sistema27.
Es necesario, al respecto, poner en perspectiva y examinar los cambios que la revolución burguesa y la sociedad capitalista han operado con respecto al individuo en particular, especialmente en contraste con la sociedad feudal. La sociedad feudal asignaba a cada persona un lugar del cual en muy raras ocasiones o casi nunca podía escapar —y todo eso se reforzó con la doctrina de la iglesia y la noción del derecho divino del monarca, y otras cosas por el estilo— mientras que la revolución burguesa y el funcionamiento de la sociedad capitalista hizo desintegrar, hizo añicos, muchos de esos límites a los diferentes sectores de la población (a eso también se refería Marx en la declaración en los Grundrisse que cité sobre las relaciones desarrolladas de intercambio características del capitalismo). Y el capitalismo sí le daba una expresión más grande al papel de las personas como individuos al tiempo que, y de manera más fundamental, son parte de diferentes clases y diferentes grupos sociales (hombres y mujeres, diferentes nacionalidades o “razas”, etcétera).
Con la revolución burguesa y el surgimiento del capitalismo como el sistema dominante, se dio una verdadera liberación del individuo de algunos de los límites, los verdaderos límites, que el feudalismo, con su estatus “ordenado por mandato divino” de diferentes sectores de la población, había impuesto durante siglos. Eso fue una verdadera hazaña de la revolución burguesa a la cual hay que reconocer. Al mismo tiempo, se tiene la realidad de las masas de personas bajo el dominio del capitalismo-imperialismo y las dinámicas y relaciones de este sistema, las cuales son parte fundamental de éste y que abarcan y no pueden salvo abarcar el aplastamiento y la pulverización de los individuos. Y, en particular en la fase imperialista del capitalismo, esto es un fenómeno mundial que afecta a miles de millones de individuos.
Como se señala en Breakthroughs (Abriendo Brechas):
En relación con todo esto, Marx, al hablar de la movilidad social que frecuentemente se menciona como uno de los geniales rasgos de la sociedad capitalista, señaló en otra obra importante suya, los Grundrisse, que los individuos pueden cambiar de posición social y de clase en una sociedad como esta, pero las masas de personas [y, una vez más, esto se aplica, sobre todo, a nivel mundial, pero las masas de personas] sólo pueden escaparse a las relaciones de producción y a las relaciones sociales opresivas por medios revolucionarios — al derrotar y abolir el sistema que se funda en esas relaciones y las encarna28.
Además, como he enfatizado en varias obras (entre ellas El comunismo y la democracia jeffersoniana29, así como Breakthroughs [Abriendo Brechas]), los individuos siempre existen dentro de un contexto social — dentro de una sociedad (es decir, una organización social de personas) cuya base son las relaciones económicas (o las relaciones de producción) y las relaciones sociales correspondientes que establecen los términos básicos de la forma en que funciona la sociedad y cuáles serían los procesos, estructuras e instituciones políticos dominantes, y las ideas y la cultura prevalecientes. Todo eso configura la forma en que interactúan entre sí las personas —las agrupaciones de personas, así como los individuos— y la forma en que “espontáneamente” piensan acerca de las cosas. Contrariamente a las nociones ampliamente propagadas sobre la “naturaleza humana” —y, en particular, la supuesta “naturaleza humana que no cambia y no se puede cambiar”—, no existe para nada una naturaleza humana que no cambia. Más bien, como enfatizó Marx (en Miseria de la filosofía30), toda la historia humana encarna la transformación continua de la “naturaleza humana” a medida que cambia la sociedad humana, especialmente por medio de las revoluciones que transforman fundamentalmente el sistema de relaciones económicas, las relaciones sociales correspondientes y la superestructura política e ideológica (los procesos, estructuras e instituciones políticos y las ideas y la cultura correspondientes). Estas revoluciones surgen sobre la base de las contradicciones fundamentales y esenciales del sistema existente, que son inherentes al sistema dado y las cuales no es posible resolver, ni transformar de manera fundamental, dentro de los límites de ese sistema. Grupos de personas que reconocen la necesidad y la posibilidad de transformar la sociedad para gestar una transformación importante y cualitativa de estas contradicciones, que conduzca a un sistema radicalmente diferente, dirigen estas revoluciones. Con la revolución burguesa, por ejemplo, la base para esta revolución se encontraba en las contradicciones que se manifestaban cada vez más agudamente en la sociedad feudal, y en la sociedad feudal surgían algunas fuerzas las que reconocían estas contradicciones (con un grado u otro de conciencia) y las que se ponían a trabajar para transformar las cosas y llegaban a toparse con la necesidad de una revolución para poder hacerlo. Así funcionan en realidad estas dinámicas en el mundo real.
Y esa es la base para la revolución proletaria-comunista — la que, al resolver las contradicciones fundamentales y esenciales inherentes al sistema capitalista, puede gestar una transformación de la sociedad humana, por todo el mundo, de un tipo radicalmente nuevo y sin precedentes, poniendo fin no solamente al dominio de un grupo (o clase) particular de explotadores y opresores sobre las masas de la humanidad, sino a toda explotación y opresión, consiguiendo que se emancipe la humanidad en su conjunto de todos los sistemas y las relaciones que encarnan la explotación y la opresión.
Sobre esta base históricamente nueva —y con la transformación continua de la sociedad en estas condiciones radicalmente nuevas— del comunismo, se habrá eliminado y se habrá superado la base para que el individualismo fuera un importante fenómeno social, al mismo tiempo que se habrá ampliado continuamente la base para que se expresara la individualidad, en una “sinergia” positiva (una relación positiva que se refuerza mutuamente) con la naturaleza fundamentalmente cooperativa de las relaciones sociales humanas.
Para invocar otro discernimiento extremadamente concentrado de Marx: el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado. Para expresar esto en términos de su corolario positivo, por decirlo así: la base material subyacente —el modo de producción (es decir, las relaciones de producción que corresponden al carácter de las fuerzas productivas)— siempre condiciona la libertad, la cual siempre depende en lo fundamental de dicha base. Y más que eso, en la sociedad comunista, esta base material se está transformando continuamente para liberar cada vez más a los seres humanos en su conjunto de pasar la mayor parte de su tiempo en la reproducción de los requisitos materiales para su supervivencia. A medida que se haga eso, y además a medida que se libere a las personas de lo que Marx (en la Crítica del programa de Gotha)31 caracterizó como la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, a medida que estas dos cosas se desenvuelvan mutuamente, más se ampliará el ámbito para la iniciativa y la libertad de los individuos, una vez más, dentro de las relaciones y el etos cooperativos generales de la sociedad.
Aquí cabe citar extensamente la discusión de esto en Cavilaciones y forcejeos — del cual el título completo es Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. Lo que voy a citar es de la sección “La vida con un propósito: Experiencias diferentes, puntos de vista espontáneos diferentes y concepciones del mundo fundamentalmente diferentes”; y esto incluye una parte del apartado “La vida humana es finita pero la revolución es infinita”:
Para adentrarnos más [así se inicia esta sección], hay dos cosas que guardan relación con todo eso y que afectan muy considerablemente la vida humana, las relaciones humanas y el pensamiento humano: uno, que todo ser humano muere; y dos, que los seres humanos no solo se dan cuenta de ello sino que en muchas formas, están agudamente conscientes de ello. Ahora bien, no se trata de hablar de manera “existencialista” o de caer en el existencialismo como punto de vista filosófico, pero sí cabe, como quien dice, explorar esta cuestión, aunque sea un ratito. ¿Por qué planteo esta cuestión? Bueno, muchas veces, por ejemplo en la literatura existencialista pero también en mucha literatura que pretende tratar las “ironías y tragedias profundas de la vida”, esa contradicción constituye un tema importante —que los seres humanos son seres vivos pero todos mueren y que están conscientes del hecho— es un fenómeno importante con que la gente forcejea. Ocurre en la filosofía pero también en las artes. Especialmente en una sociedad que pone tanto énfasis, ideológicamente, en “el individuo”, al mismo tiempo que aplasta y sofoca a los individuos en la realidad material —en particular en la sociedad estadounidense y el imperialismo estadounidense— no es de sorprenderse que este fenómeno, que los seres humanos mueren y que están conscientes de ello, tenga un lugar prominente en la cultura.
También es uno de los elementos que más tienen que ver en la religión y en la manera en que la gente entiende y explica el fenómeno de la religión — y tal como muchos dicen, la necesidad de esta. Algunos hasta sostienen que siempre habrá religión porque la gente necesita una manera de aceptar la muerte — no solamente su muerte propia sino aún más, a lo mejor, la muerte de los seres queridos. ...
He aquí algo que vale la pena explorar un poco — precisamente desde el punto de vista materialista y en relación a nuestra perspectiva y objetivos comunistas. En primer lugar, es necesario reconocer que si bien la muerte es universal para los seres humanos —pues todos morirán tarde o temprano—, no existe ningún punto de vista común sobre la muerte: las personas de distintas condiciones sociales tienen distintas experiencias con toda clase de fenómenos y distintos puntos de vista hacia esos fenómenos, incluida la muerte.
En este sentido, pensaba yo en una declaración atribuida a Mao hacia el final de su vida .... Dijo algo al efecto de que “la vida humana es finita pero la revolución es infinita”. ... [S]egún la dimensión en que hablaba Mao sobre seres humanos y sociedad humana, estaba señalando la contradicción de que los individuos pueden desempeñar cierto papel —y específicamente si llegan a estar conscientes de la necesidad de la revolución y más al grano si pueden adoptar la perspectiva y el método del comunismo, podrán contribuir mucho a la transformación radical de la sociedad humana— pero en todos los casos aún tendrán un papel y contribuciones limitados, no solo por su capacidad (y deficiencias) particulares y por sus circunstancias sino también por el hecho de que la vida humana es finita, que las personas solo viven por unas cuantas décadas. Pero se presentará constantemente la revolución —es decir, no solo el derrocamiento de las clases explotadoras sino muy entrado en el futuro en la sociedad comunista, la necesidad de seguir transformando la sociedad, la necesidad de reconocer y transformar la necesidad en libertad—, y los seres humanos con diversos grados de conciencia constantemente se desempeñarán con relación a eso. Así que, con respecto a la sociedad humana, eso es el significado esencial de la frase (atribuida a Mao) de que la vida humana es finita pero la revolución es infinita.
Eso impone un reto moral importante y, si se permite, psicológico — o en términos de la orientación básica de uno. Es verdad que todos van a llevar una vida relativamente corta — por seguro en comparación a la vida del cosmos. Aun cuando a través de milenios hemos podido prolongar la vida humana por varias décadas, todavía constituye un período de tiempo relativamente breve. Pero es cierto que su vida, sea corta o larga (dentro de este marco general finito), se va a dedicar a una clase u otra de objetivo. Se moldeará por fuerzas más grandes que son independientes de su voluntad, pero de ahí está la cuestión de cómo cada individuo —así como en una dimensión distinta, más amplia, las clases sociales— responderán a la manera en que las contradicciones que están moldeando las cosas las confrontan y las afectan. Además, hay volición (voluntad propia) consciente y decisión consciente en términos de lo que las personas hacen con su vida, en relación a lo que ven como necesario, posible y deseable. Después de todo, no es como si [la] revolución fuera algo ajena a la experiencia humana, ni de hecho es ajena a la existencia material; en otras palabras, no es como si las personas no llevaran a cabo la revolución. No es como si se quisiera decir con “la revolución es infinita” que existe algo llamado Revolución con una R en mayúscula, que es una especie de fuerza metafísica, como la naturaleza con una conciencia o una historia con una conciencia que esté marchando hacia adelante conforme a alguna especie de concepto teleológico [en otras palabras, una noción predeterminada del lugar al que todo debe ir].
No. Las personas hacen la revolución. La hacen sobre una base específica. Eso es el quid de lo que dijo Marx, a que me he referido repetidamente por una buena razón: las personas hacen la historia pero no la hacen del modo que les den la gana — la hacen sobre la base de ciertas condiciones materiales específicas que han heredado de generaciones previas y que son independientes de la voluntad de los individuos. Pero dentro de ese marco, las personas tienen mucha iniciativa y una gran cantidad de posibilidades para tomar decisiones conscientes sobre lo que van a hacer con su vida; y mientras más tomen conciencia de la manera en que realmente son el mundo y las contradicciones que lo impulsan y que efectivamente se mueven y se cambian, más conscientes pueden ser sus decisiones sobre lo que van a hacer con su vida.
Me motivé a pensar más sobre este tema general después de ver una película sobre la pandilla P-Stone Nation de Chicago. La película contiene entrevistas con algunos “O.G.” (Original Gangster, o “pandillero original”) —los veteranos o ex miembros de la pandilla quienes ahora tienen de 50 a 60 años de edad— gente que pertenecía en ese entonces al P-Stone Nation y que se quedó dentro varias décadas pero quienes ahora han dejado esa vida, por así decirlo. En una entrevista uno de estos tipos habla de la situación de las pandillas y de los jóvenes quienes hoy estas atraen. Es curioso, pero con mucha frecuencia cuando por el paso del tiempo una generación de personas que ya son un poco mayores que los adolescentes y personas veintiañeras quienes hoy son los “soldados” de estas pandillas, dicen acerca de los más jóvenes hoy: “Bueno, la onda estaba bien loca cuando yo hacía esto, pero hoy estos jóvenes están bien re-locos, mucho más que nosotros”. Pero para mí lo que se destacó en lo que dijo este tipo fue su comentario de que hoy los jóvenes no esperan vivir ni hasta que tengan 21 años de edad — y sencillamente no les importa. Y de ahí reconoció: así era yo cuando entré en esto — no esperaba vivir hasta tener 21 años de edad y lisa y llanamente no me importaba.
Es esta una contradicción que George Jackson señaló y en que se centró cuando hablaba sobre la cuestión de la revolución, recalcando que el gradualismo nunca atraería a los jóvenes de esa manera — que, como él decía, la idea de la revolución como algo en un futuro muy lejano no tiene sentido para un esclavo quien no espera vivir más allá de mañana. Se trata de una contradicción muy difícil e importante con que tenemos que bregar continuamente. Pero lo que yo quisiera enfatizar es que este punto de vista (de no esperar a vivir más allá de tener los 20 años y no darle importancia a ello) tiene su origen en una cierta experiencia social — es una respuesta más o menos espontánea a esa experiencia social. Eso no quiere decir que de algún modo u otro, misteriosamente y por arte de magia, sea probable que un filósofo existencialista y un miembro de una pandilla tengan puntos de vista muy distintos sobre la vida y la muerte. Tienen diferentes puntos de vista al respecto debido a sus experiencias sociales muy distintas (de nuevo, sin reificar las cosas — sin ignorar o reducir a un todo no diferenciado las diferencias reales entre distintos individuos dentro del mismo grupo social, el cual tiene la misma experiencia social, hablando en términos generales). ...
O podemos pensar acerca de los jóvenes y otros que dan la vida en luchas y guerras — en muchas ocasiones lo hacen a voluntad, especialmente hoy, por lo que en última instancia son callejones sin salida u objetivos malos. Pero al contrario ha habido experiencias históricas —y sí, incluso hoy existe experiencia— donde esto se hace por propósitos verdaderamente liberadores, por metas y objetivos emancipadores. ...
Esto tiene mucho que ver con lo que dice “Salir al mundo — como una vanguardia del futuro”* sobre por qué al iniciar la guerra popular en China, Mao acudió a lo que llamaba los elementos valientes. Como dijo, estos tenían menos miedo de morir y estaban más dispuestos a correr un riesgo de la muerte. Es como la frase de la canción de Bob Dylan: “Cuando no tengas nada, no tienes nada que perder”. Bien, déjenme enfatizar muy categóricamente que no es cierto que los comunistas consideren que la vida humana o la vida de las masas de personas vale poco o no vale nada. Muy al contrario. Como también dijo Mao en forma muy poderosa: de todas las cosas del mundo, el pueblo es la más valiosa. Pero la realidad es que a) nadie podrá escaparse de la muerte y b) la vida de las personas e incluso su muerte van a tener uno u otro contenido y van a contar para una u otra cosa. Sería una tragedia, por decirlo así, si la vida de la gente se entregara para lo que en última instancia son callejones sin salida — o, lo que sería aún peor, propósitos malos. Nunca constituye un acto a la ligera cuando alguien dé su vida, incluso para un fin verdaderamente liberador. Para parafrasear otro dicho poderosamente poético de Mao: si bien morir al servicio de los imperialistas y los reaccionarios pesa menos que una pluma, morir por el pueblo pesa tanto como una montaña. (También enfaticé esta orientación en el pronunciamiento que hice con motivo del asesinato de Damián García**). El contenido de la vida de las personas —la calidad de esa vida, a lo que se consagran y se dedican y en última instancia de lo que se ha vivido, el que la muerte venga tarde o temprano— es lo más importante y da sentido de uno u otro modo a la vida de las personas, por corta que fuese en relación a la existencia infinita de la materia en movimiento.
Eso constituye un punto básico de orientación que tiene que ver con la cuestión de si podemos confrontar de hecho y si debemos confrontar la realidad tal como en esencia es —al contrario de la idea de que los seres humanos (o por lo menos algunos de ellos) necesitan algún tipo de consuelo en la forma de distorsiones de la realidad— y en particular inventar dioses y/u otros seres y fuerzas sobrenaturales. Esto es un punto fundamental de orientación ideológica — y de lucha ideológica. ¿Podemos y deberíamos enfrentar la realidad tal como realmente es? ¿Es posible que los seres humanos tengan de hecho y cómo pueden tener de una manera más plena una vida con sentido y propósito, y se puede hacer eso de la mejor manera de hecho confrontando la realidad y, sí, esforzándonos para transformar la realidad sobre la base de cómo es la realidad de hecho y el potencial para hacer cambios dentro de eso; o deberíamos rebajarnos —y utilizo aquella palabra muy conscientemente— hacia invenciones, ofuscaciones y distorsiones de la realidad en un intento fundamentalmente fallido de dar consuelo — no solo por el hecho de que las personas morirán sino también por el hecho de que la vida de la mayoría de las personas en el mundo tal como es bajo la dominación del sistema imperialista y sus relaciones de explotación y opresión no es una vida que se vive ricamente (y no digo eso en un sentido monetario sino en el sentido de la plenitud de la vida, la humanidad de la vida, por así decirlo)?32
Esta parte de Cavilaciones y forcejeos también incluye lo siguiente de La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: Saber qué es real y por qué importa de Ardea Skybreak, que trata esta cuestión de modo muy abarcador y poderoso:
Nuestra existencia no tiene propósito especial específico en el gran universo — fuera del que le demos. Nuestra presencia o no presencia no le importa (al menos no de manera consciente) a nada ni nadie de este planeta fuera de nosotros mismos; e innegablemente (al menos en este momento) nuestra existencia y no existencia no puede tener el más mínimo impacto en nada en el cosmos más amplio, donde objetivamente no tenemos más importancia que un solo granito de arena en una playa. ¿Y qué? ¿Eso quiere decir que nosotros no importamos? ¿Quiere decir que más vale que matemos los unos a los otros porque no existe ningún dios en el mundo al que le importe lo que hagamos de una u otra manera? ¿Quiere decir que nuestra vida no tiene absolutamente ningún propósito? ¡Todo lo contrario! ¡Nuestra vida es muy valiosa y nosotros importamos muchísimo... los unos a los otros! Deberíamos decidirnos a “hacer lo correcto” —y actuar los unos con los otros con alguna integridad y de formas que son “morales y éticas”— porque lo que hagamos sí afecta directamente la calidad de la vida humana, y no por temor a que nos regañe un dios parecido a un carcelero. Y, por supuesto, nuestra vida puede tener y sí tiene propósito (aunque cada quien lo definirá de modo distinto según su concepción del mundo), ¡porque los seres humanos podemos elegir infundirle con propósito a nuestra vida!33
Y en Cavilaciones y forcejeos se centra en esta cuestión profunda:
¿Cómo debemos tratar la contradicción más flagrante entre el hecho de que se está pulverizando la vida de la mayoría y mientras esta exista, la vida está llena de miseria, y por otro lado que eso podría ser radicalmente diferente y el mundo en conjunto podría ser radicalmente diferente y mejor? ¿Qué debería ser nuestra orientación hacia esa contradicción? ¿Qué es lo que deberíamos tratar de hacer al respecto? A causa de que la vida es corta y todos los seres humanos mueren y eso lo sabemos, ¿deberíamos rehuir a los sacrificios que son necesarios para hacer que la vida humana sea radicalmente diferente y mejor — o, de manera cada vez más consciente y con cada vez más voluntad propia, deberíamos consagrar, dedicar y en un sentido general entregar nuestra vida a los objetivos emancipadores de la revolución comunista?34
Ahora, en relación con todo esto, quisiera hablar de la acusación de que “¡Ustedes van a hacer que personas resulten muertas!” Se ha hecho esta acusación con frecuencia, especialmente cuando propagamos, como es debido, no sólo la necesidad de la revolución, sino lo que ésta significa — el derrocamiento del sistema existente por medio de la derrota de sus agentes armados cuando las condiciones para ello hayan surgido: la existencia de un pueblo revolucionario que cuente con millones y millones de personas y una aguda crisis revolucionaria en toda la sociedad. ¿Cuál será nuestra respuesta a esta acusación?
¡Ya están resultando muertas masas de personas por todo el mundo, y ya están sufriendo de formas horrendas mientras están con vida, a causa de este sistema — y una de las expresiones más dolorosas de esto es la manera en que se induce a un enorme número de personas que ya sufren una terrible opresión bajo este sistema, y a los jóvenes en particular, a que se maten unos a otros, ya sea en conflictos de pandillas o en guerras al servicio de los imperialistas y otros opresores reaccionarios! Nuestra meta es clara:
No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso. [Lo BAsico 1:13]35
¡Nuestro objetivo es por fin eliminar todo esto!
Como insta “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”36, en nuestra manera de impulsar esta revolución tenemos que tener seriedad y ciencia — y nuestra estrategia y plan para la revolución se basa precisamente en un método y enfoque serio y científico. Por eso, entre otras cosas, el sexto punto de los Puntos de Atención para la Revolución pone en claro:
Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas37.
Este mismo método y enfoque es lo que conduce a esta conclusión clara basada en la ciencia:
En términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!38
Hay que promover este entendimiento y orientación, y hay que luchar enérgicamente por esto entre las masas de personas, y especialmente entre los jóvenes, a los que este sistema no les ofrece ningún futuro digno — si es que, para repetir, siquiera tengan un futuro. Es siempre la osadía, la creatividad y la iniciativa de la juventud la que impulsa las revoluciones. Como se enfatiza en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución:
Los jóvenes y estudiantes tienen una importancia especial —tanto de entre los más oprimidos como de entre las clases medias— porque, aun con todas las necedades en las cuales este sistema se esfuerza para enmarañar a los jóvenes, éstos tienen menos “inversión” en las cosas tales como son y aún no se les ha ganado por cansancio para que acepten que así es la única forma en que las cosas podrían ser39.
Este es un punto de orientación muy importante con relación a todo lo que he comentado, incluido el individualismo que ejerce una influencia tan fuerte — sí, entre las nuevas generaciones así como en toda la sociedad. Se tiene el fenómeno de los jóvenes que se están topando con el hecho de que su futuro se está volviendo cada vez más sombrío bajo este sistema; se está volviendo cada vez más difícil no tener conciencia de ello, por mucho que algunas personas quizá intenten hacerlo. Y es verdad que, como fenómeno general, los jóvenes son las personas que toman la iniciativa para desafiar “la manera en que las cosas son” y la tan pregonada insistencia en “hacer lo que es realista” (lo que de hecho quiere decir aceptar, no hacer nada con sentido para oponerse, a los continuos horrores perpetrados por este sistema).
Volvamos una vez más a la juventud de los años 1960 y a lo que yo decía sobre la osadía y la determinación de la juventud de ese entonces, de rechazar y repudiar todo lo pútrido que estaba encarnado en este sistema, y de tener la creencia y la determinación de que era posible y necesario luchar por un mundo muy diferente y mejor y de que la revolución era lo que se requería para que esto ocurriera. En esta conexión, deberíamos resucitar la consigna que propagaron los jóvenes en particular en el levantamiento de mayo de 1968 en Francia: “Soyons réalistes, demandons l’impossible!” — “¡Seamos realistas, exijamos lo imposible!” Esta es otra expresión del desafío y la osadía de la juventud. Para la orientación de romper con los sofocantes límites impuestos por el sistema existente, era crucial rechazar aceptar lo que era “realista” y “posible”. Y esto se combinó con una convicción de que un mundo radicalmente diferente y mejor que este mundo es a la vez necesario y posible, y que en un sentido general se basó en esa convicción. Como se caracteriza en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, al referirse a esos años en Estados Unidos:
Ya para 1968 y durante varios años después, grandes números de personas en Estados Unidos, incluidos millones de jóvenes de la clase media, así como masas de pobres y oprimidos, estaban motivados por un odio totalmente justificado contra este sistema y por sus aspiraciones a tener un mundo radicalmente diferente y mejor —y esto se propagó profundamente en las propias fuerzas armadas del sistema— aunque lo que la mayoría de las personas entendía se caracterizó por un sentimiento revolucionario el que, si bien justo, carecía de una base científica profunda y consecuente40.
Sin embargo, respecto a la juventud de hoy, y al hacerle frente directamente a los problemas, en un sentido importante nos encontramos de nuevo con el problema, particularmente en Estados Unidos, del individualismo, que está ligado al parasitismo extremo de esta sociedad y su relación con el resto del mundo. Como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, Estados Unidos está “sentado en la cima de un mundo desequilibrado de profundas desigualdades y saqueo del medio ambiente (se necesitarían los recursos de casi 5 Tierras, para que el resto del mundo tuviera la ‘sociedad consumista’ que existe en Estados Unidos)”41.
Y aquí cabe contar algo que vi en las noticias hace poco — una mujer que comentaba el reciente informe científico sobre la perspectiva de la extinción de un millón de especies y su relación con la creciente crisis ambiental. Dijo algo en el sentido de que para poder evitar una verdadera catástrofe, se va a necesitar un cambio total en la sociedad y en el pensamiento de la gente, una manera totalmente diferente de consumir las cosas, no vamos a poder seguir consumiendo de la manera en que lo estamos haciendo y teniendo el tipo de sociedad que tenemos (parafraseo lo que ella dijo, pero esta es la esencia). Luego se metió en lo que se podría denominar un “modo tipo Jared Diamond”, diciendo que tenemos que hacer peticiones a los jefes de negocios y del gobierno, etc., que éstos tienen que hacer estos cambios para el futuro y el beneficio de la humanidad — lo que, desde luego, es completamente irrealista. Como hemos analizado científicamente, aunque ellos quisieran hacerlo, no podrían hacer el tipo de cambios que son necesarios.
Pero se tiene la cuestión de las “5 Tierras”. Se ha señalado que, si hacemos la revolución y tenemos el socialismo en Estados Unidos como parte de la revolución mundial, la gente, particularmente de la clase media, no va a poder tomar una taza de entre todos los cafés de diseño que ahora se venden cuando va a algún lugar como Starbucks. El cambio necesario en la manera en que las personas se relacionan entre sí y en sus valores — pues, se puede realizar todo esto únicamente al hacer cambios en las condiciones subyacentes, es decir, el sistema económico (el modo de producción) y las relaciones sociales, y junto con eso el sistema, las instituciones, las estructuras y los procesos políticos. Hace falta toda una revolución que se ocupe de cada una de esas “4 Todas” y de sus interrelaciones.
No se puede eludir ni evitar el problema del individualismo extremo entre los jóvenes de hoy (aunque gran parte de esto se encuentra más en la categoría del individualismo ajeno), sino que hay que hacerle frente directamente. Este individualismo se refuerza por lo que podría llamarse la infantilización de la juventud en Estados Unidos, en particular hoy me refiero a la juventud de la clase media (o de algunos sectores de la clase media). Por un lado, a muchos de ellos se les mima, o se les consiente, de forma extrema: “Ai, Juanita, ¿qué te apetece cenar esta noche — no quieres lo que ya se ha preparado — bueno, quisiera que se te preparara otra cosa? ... Juanito, ¿quieres ponerte tus pijamas y acostarte, o quieres seguir despierto hasta que te venza el sueño? Estaría muy mal que yo te impusiera mis opiniones. Después de todo, todos somos seres humanos y no podemos permitir las micro-agresiones contra los jóvenes”. Ahora bien, obviamente, estoy caricaturizando y exagerando un poco, pero no completamente.
Así que, por un lado, se les mima (se les consiente), pero al mismo tiempo se les mercantiliza. Se trata de una especie de combinación nefasta, por decirlo así, de mimarlos y mercantilizarlos — el consentimiento va de la mano con la febril competencia para poner a estos jóvenes en el camino hacia la riqueza y el privilegio. Que no sólo vayan a la mejor escuela secundaria, que no sólo tengan que ir a la mejor escuela intermedia, que no sólo tengan que ir a la mejor escuela primaria, que no sólo tengan que ir al mejor kínder, que no sólo tengan que ir a la mejor guardería infantil, sino que tengan que ir a la mejor pre guardería infantil, para poder estar en un camino en el que puedan ir a estudiar en una universidad de élite y volverse parte de la capa social acomodada de la que tienen “derecho” a formar parte. (Esto también guarda relación con el fenómeno en el que, en desafío a la abrumadora evidencia científica de que las vacunas contra las enfermedades infantiles comunes no constituyen ningún peligro cuando se administren correctamente, algunos padres de familia de las capas privilegiadas se niegan a dejar que sus hijos reciban estas vacunas, incluso con las consecuencias muy negativas que esto puede acarrear para los niños y la sociedad en general).
En El Nuevo Comunismo, invoqué lo que llamo el fenómeno de George Carlin, donde en uno de sus números comienza por hablar de este fenómeno de los padres de familia que miman a sus hijos. No los dejarán revolcarse en el suelo ni nada por el estilo — siempre tienen que estar “protegidos” más allá de lo que es necesario y razonable. En este número, Carlin señala que, dentro de límites razonables, en realidad es bueno que los niños salgan y se revuelquen en el suelo, que incluso coman algo de tierra, porque eso les puede ayudar a fortalecer su inmunidad. Luego entrado a este número, hace esta pregunta provocadora: “Él no va a decir nada malo sobre los niños pequeños, ¿verdad?”, y luego responde inmediata y enfáticamente: “¡Sí, lo va a hacer!” Bueno, al invocar este número de Carlin, dije puntualmente en El Nuevo Comunismo: “Él no va a decir que los jóvenes deberían rebelarse contra sus padres, ¿verdad?” “¡Sí, lo va a hacer!” No se trata de que los padres de familia a los que me refiero sean “el enemigo” o que haya que tratarlos como parte del enemigo, pero lo que señalo es que hay que luchar contra toda esta manera en que están mimando y mercantilizando y criando a los jóvenes en un cierto ambiente parásito, especialmente en algunos sectores de la clase media. Tiene que haber una rebelión contra esto por parte de la juventud, como parte de una rebelión general contra toda la manera en que funciona esta sociedad y todo el pútrido etos y cultura que riega.
Este problema también se agrava por la naturaleza del sistema educativo en Estados Unidos, como su falta de énfasis en el pensamiento crítico — y de hecho su socavación de él. Ahora todo se orienta a “meterse en el mejor camino”, estudiar para el examen, tomar sólo aquellos cursos en la escuela que pueden conducir a la carrera “indicada” y buenos ingresos. Incluso alejan a los jóvenes —a aquellos que quisieran hacer algo diferente y mejor, como “Quisiera estudiar la historia, quisiera aprender acerca de la antropología”— de esa idea debido a la enorme deuda que incurren si estudian en la universidad, y a la constante insistencia en que tengan a aspirar a ocupar cierta posición en la sociedad o su vida saldrá arruinada. Y, para referirse una vez más a la importante observación de Lenin, existe la realidad bajo este sistema de que las personas están obligadas a calcular con la tacañería de un tacaño, están obligadas a competir las unas con las otras, en tantas esferas de la vida. Existe la realidad de que, si uno no logra meterse en cierto camino y este sistema sigue en pie, la vida le será difícil — pero para nada será tan difícil como lo es para los “condenados de la tierra” (para usar esa frase), pero sí será difícil. Pero de eso se trata: este sistema no debe seguir en el poder, y esa no debe ser la orientación de las personas, con la que crecen desde una edad muy, pero muy temprana, de que así hay que abrir camino en el mundo, así es la única cosa que es posible, así que uno simplemente tiene que hacer lo que pueda para sí mismo en este mundo tal como es. Hay que hacer añicos toda esa orientación, las personas tienen que zafarse de ella, tienen que rebelarse contra ella.
También existe una diferenciación de clases y social respecto a si el sistema educativo fomenta o de hecho socava el pensamiento crítico. Jonathan Kozol, en uno de sus libros (creo que lo dice en Savage Inequalities42), señala que la orientación del sistema educativo de prepararse con todo para los exámenes refuerza y ensancha las brechas y desigualdades sociales. Por ejemplo, explica que si uno va a un sistema escolar en un suburbio donde los jóvenes son de familias acomodadas y tienen una relativa seguridad de poder reproducir esa posición (él escribió el libro hace un par de décadas, así que quizá sea un poco menos cierto ahora, pero no obstante describe la situación en un grado importante), los maestros están dispuestos a permitir que sus estudiantes se desvíen un poco del rígido plan de estudios y que no hagan todo estricta y únicamente para los exámenes, porque saben que de todos modos estos jóvenes van a salir adelante con éxito; pero, si uno va a las escuelas en las comunidades urbanas marginadas, incluso los profesores bien intencionados, que quizás quieran dirigir a los estudiantes a explorar muchas dimensiones diferentes de la sociedad y la naturaleza y muchas esferas del arte y la cultura, están renuentes a hacerlo porque saben que, si los jóvenes no se empeñan en prepararse estrictamente para el examen, van a sufrir mucho a la hora de tomar el examen y las implicaciones respectivas — para empezar, ya se encuentran en una gran desventaja debido a las condiciones de toda su vida. Así que, sobre esa base, las desigualdades sociales ya existentes se vuelven peores, exacerbadas.
Con todo esto, va el hecho de que en general, e incluso respecto a los estudiantes provenientes de una situación más acomodada, el sistema educativo —con su énfasis en STEM (por las siglas en inglés de: Ciencia, que quiere decir en especial las “ciencias aplicadas”, particularmente relacionadas con la Tecnología; la Ingeniería; y Matemáticas) y en formar a los estudiantes de élite para el mundo de los negocios y las finanzas (y quizá el gobierno), y en encauzar la educación en general a la competencia con otros países capitalistas, como la ascendente rivalidad con China— sirve para socavar el desarrollo multifacético de “la vida de la mente” y el pensamiento crítico como una parte crucial de ello. (Y todo eso lo han empeorado aún más el régimen de Trump y Pence y su secretaria de Educación, Betsy DeVos, quien, aun antes de ser nombrada para este cargo, había dedicado un esfuerzo considerable, y millones de dólares, a socavar la educación pública y promover programas de vales escolares para las llamadas instituciones educativas con una agenda y enfoque fundamentalista cristiano — algo que ahora DeVos está en una posición de llevar a cabo a un nivel mucho mayor, con consecuencias aún más terribles).
Contrástese todo esto con lo que se dice sobre la educación en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte43, donde se enfatiza que el propósito del sistema educativo en esta sociedad radicalmente nueva es “dispon[er] de educación no solamente para el alfabetismo y otras capacidades y destrezas básicas sino también para una base en las ciencias naturales y sociales como también en el arte y la cultura y otras esferas y en la capacidad para trabajar con las ideas en general”; y que “El sistema educativo en la Nueva República Socialista en América del Norte habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad”. [énfasis añadido]
Ahora bien, para implementar un sistema educativo de este tipo, se requerirá una revolución. Pero la orientación fundamental que se encarna en este enfoque de la educación es algo por lo que se puede y se debe luchar fuertemente ahora mismo, en contra de todas las formas en que bajo el sistema educativo actual esto resulta socavado y tergiversado al servicio de este sistema opresor.
Y aquí volvamos a la situación más amplia de la juventud, y un ejemplo contundente del problema con la juventud hoy en Estados Unidos: en muchos países la juventud ha estado en pie de lucha en torno a la crisis ambiental — propagando la necesidad de la rebelión contra el estatus quo y los que lo mantienen (y una parte de esta resistencia juvenil se denomina explícitamente “Extinction Rebellion”), mientras que Estados Unidos ha sobresalido en el sentido negativo porque, hasta hace poco, sólo pequeños números de jóvenes habían estado participando en esta rebelión de la juventud en torno a la crisis urgente del medio ambiente. Más recientemente, han surgido importantes manifestaciones de lucha de masas de jóvenes (y otros) en Estados Unidos en torno a la crisis ambiental y la amenaza existencial que representa para el futuro de la humanidad. Esto podría representar un viraje positivo con respecto a esta situación urgente (y más en general), y la pregunta sigue pendiente, sobre la cual hay que seguir trabajando y luchando: si esto se limitará a una o unas pocas protestas y si se canalizará hacia el funcionamiento de este sistema y su BEB, lo que es la causa fundamental y la fuerza motriz de esta crisis ambiental — o si aquellos, y en particular los jóvenes, que ahora han manifestado masivamente sus expresiones de profunda ansiedad e indignación sobre esta crisis, seguirán a su conclusión lógica su declaración de que se niegan a dejarse despojar de un futuro porque aquellos que están en el poder no están haciendo nada efectivo en torno a esta crisis cada vez más aguda — si los que se han movilizado en torno a esta crisis conservarán y continuarán con la orientación de seguir la ciencia y la verdad que ésta descubre a donde eso realmente conduzca, lo que implicará enfrentar el hecho de que este sistema es la causa de esta crisis ambiental que está intensificándose rápidamente, y para contar con una oportunidad de lidiar con esta crisis de una manera que ofrezca la posibilidad de un futuro, un futuro digno de vivir, para las masas de la humanidad, es necesario gestar una alternativa radical a todo este sistema.
Para los jóvenes que llegaron la mayoría de edad en los años 1950 y entrando a los 1960, la posibilidad de la aniquilación nuclear era una amenaza continua que se cernía sobre ellos — a veces menos y a veces más intensa, puntuada por episodios de grave peligro existencial, como la crisis de los misiles de Cuba a principios de los 1960. Esto era algo que, el que uno lo tuviera en la cabeza todo el tiempo o no, siempre rondaba tras bambalinas y causaba inquietud entre los jóvenes y la búsqueda, con diversos niveles de conciencia, de una salida de situaciones de este tipo y de todo lo que encerraba. Esta era una parte importante de la base para la rebelión de la juventud que surgió en ese entonces, impulsada cabalmente por el movimiento de derechos civiles y luego por los movimientos de liberación de las nacionalidades oprimidas en Estados Unidos, y las luchas anticoloniales de liberación nacional en todo el mundo, así como los países pseudo socialistas como Cuba, y los auténticos países socialistas como China, donde surgió el movimiento revolucionario de masas, particularmente de la juventud, por medio de la Revolución Cultural ahí, a partir de mediados de los años 1960.
Hoy, cuando la crisis ambiental representa una amenaza existencial muy real, en particular para los jóvenes (al mismo tiempo que la posibilidad de la aniquilación nuclear sigue siendo muy real), es necesario ampliar más, y al mismo tiempo, profundizar, el tipo de agitación naciente entre los jóvenes que está dándose en muchos países, no sólo en torno a la cuestión particular de la crisis ambiental (por importante que sea), sino también como una rebelión más general en contra de las cosas como son y en contra de los individuos que no están haciendo nada para cambiar las cosas como son, y quienes no pueden hacer nada para cambiar en lo fundamental las cosas como son, porque son los funcionarios y ejecutores del sistema existente, que es la base para que las cosas estén como estén y para el rumbo en que están encaminados, presentando una amenaza existencial muy real para la humanidad en su conjunto e imponiendo, a diario, una horrenda opresión a las grandes masas de la humanidad.
En un sentido general, urge analizar y luchar ferozmente contra las cosas que están manteniendo a los jóvenes en Estados Unidos en particular encerrados dentro los límites de este sistema, con su BEB — un sistema que es la causa fundamental no sólo de la intensificación de la crisis ambiental, sino de los demás horrores a los que están sometidas las masas de la humanidad y a los que está enfrentada la humanidad en su conjunto. Es importante tener claramente en mente —y llevar a cabo el trabajo necesario, incluida la lucha necesariamente fuerte, para darle vida y expresión de la forma más completa posible— a lo que he citado aquí de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución acerca de las cualidades positivas de la juventud en relación con la necesidad para tener un cambio fundamental, de tener una revolución cuyo objetivo final sea un mundo comunista radicalmente nuevo, con la abolición de todos los sistemas y relaciones explotadores y opresivos, y los conflictos antagónicos que engendran.
(Aquí me he referido a lo que creo que pueden identificarse como las fuerzas e influencias sobre la juventud, en particular en Estados Unidos, que están obrando para limitar su modo de pensar y acciones dentro de ciertos límites definidos y para coartarlos de modo que no actúen de una manera que esté a la altura y lo que se requiera debido al terrible sufrimiento y las agudas crisis a las que las masas de la humanidad, y en última instancia la humanidad en su conjunto, está sometida y con lo que está enfrentada). Al mismo tiempo, es importante enfatizar la necesidad de hacer más investigación activa y continua entre amplios sectores de los jóvenes para aprender, analizar y sintetizar más completa y profundamente lo que impide que las masas de jóvenes, de diferentes capas, actúen de las maneras que la situación urgente, y los intereses fundamentales de la humanidad, exigen, y llevar a cabo una lucha aún más poderosa y efectiva para zafar a las masas de jóvenes —los jóvenes oprimidos básicos y los jóvenes educados de las capas medias— de los límites y liberarlos de las trabas que los están refrenando de modo que no actúen como la fuerza creativa y osada de una decidida lucha revolucionaria en la que pueden y deben convertirse con urgencia).
 
Aquí es importante hablar una vez más de lo que es (y lo que no es) la base para la revolución. La base para la revolución no se encuentra en lo que la gente piensa o hace en un momento dado, sino en las relaciones y contradicciones fundamentales del sistema que causan el tremendo sufrimiento pero las que no es posible resolver bajo este sistema. Al principio de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, se refiere a “los ultrajes intolerables que este sistema perpetra sin parar, los que causan tanto sufrimiento innecesario para las masas de la humanidad” y luego analiza la cuestión crucial de por qué este sistema perpetra continuamente estos horrores — y lo que se requerirá para hacer que todos estos ultrajes realmente se detengan. Se centra en las siguientes contradicciones:
¿Por qué los negros, latinos e indígenas están sometidos a la persecución genocida, la encarcelación en masa, la brutalidad y asesinato policial?
¿Por qué hay degradación patriarcal, deshumanización y subyugación de todas las mujeres en todas partes, y opresión a base de la orientación sexual o de género?
¿Por qué hay guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad?
¿Por qué satanizan, criminalizan y deportan a los inmigrantes, y militarizan la frontera?
¿Por qué están destruyendo el medio ambiente de nuestro planeta?
Agrega:
Estos son los que llamamos los “5 ALTOS” — contradicciones profundas y determinantes de este sistema, con todo el sufrimiento y destrucción que provocan, contra los cuales habremos de protestar y oponernos de manera poderosa, con una verdadera determinación de ponerles fin, pero que sólo se eliminarán por fin acabando con este propio sistema.
Y continúa:
¿Por qué, con todo esto, vivimos en un mundo donde sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global?
¿Por qué es así el estado de la humanidad?44
¿Por qué el estado de la humanidad es así cuando existe la base fundamental, en términos de las fuerzas productivas que existen, para que todos los seres humanos en todas partes se liberen de todas estas condiciones? Como se explica, de forma concentrada, en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución:
Hay una razón fundamental: la naturaleza básica del sistema del capitalismo-imperialismo bajo el cual vivimos y la manera, por su propia naturaleza, en que continuamente perpetra un horror tras otro45.
Esto también se expresa de forma concentrada en “CÓMO PODEMOS GANAR”:
No es posible reformar este sistema del capitalismo-imperialismo. Bajo este sistema, no existe ninguna manera de poner fin a la brutalidad y asesinato por la policía, las guerras y la destrucción de la gente y del medio ambiente, la explotación, opresión y denigración de millones y miles de millones de personas, incluida la mitad de la humanidad que son mujeres, en Estados Unidos y por todo el mundo — todo lo que está arraigado en las profundas contradicciones que son inherentes al funcionamiento, relaciones y estructuras esenciales de este sistema. Únicamente una revolución real podría operar el cambio fundamental que hace falta46.
Y en la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, se refiere directamente a esta contradicción crítica:
Es cierto que las masas de personas, condicionadas como están por este sistema, en cualquier parte de la sociedad, no saben nada y piensan con el culo, a la hora de entender cómo realmente están las cosas, por qué están como están y qué se podría y se debería hacer al respecto. Pero esto existe en aguda contradicción con otra verdad importante — de que millones de personas sí se preocupan sobre uno o más de los “5 ALTOS”, y a muchas se preocupan sobre todos. Esta es una contradicción sobre la cual tenemos que ponernos a trabajar, para mover a masas de personas por el camino de la revolución que se necesita para por fin poner coto a estos “5 ALTOS” y a las condiciones horrorosas a las cuales están sometidas constantemente las masas de la humanidad47.
Así que existe una necesidad —una necesidad apremiante, pero también la posibilidad y los medios— de emprender, sobre una base científica, una lucha decidida para elevar la vista de las personas, nutrir y manifestar con sentido las aspiraciones de un mundo mejor que sí tienen. Y aquí tiene importancia no sólo lo que se dice en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución acerca de esto, sino también tienen importancia la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, así como los Puntos de Atención para la Revolución, que expresan viva y dinámicamente y con claridad la posibilidad de una alternativa radical positiva al horroroso mundo actual.
Aquí, una vez más, es importante aprender de la experiencia histórica. Al volver a lo que decía anteriormente sobre los años 1960 y a lo que se dice sobre esto en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, en un sentido real se puede considerar al año 1968 como un punto de viraje — cuando las cosas se dividían en dos, en un fenómeno principal y un fenómeno secundario. Para ponerlo de manera concisa, se podría decir que, en Estados Unidos en particular, el año 1968 representó el fin de una gran ilusión, inclusive para las personas que se esforzaban sincera y vigorosamente por un mundo diferente y mejor. En 1968, no sólo ocurrieron los asesinatos de Martin Luther King y Bobby Kennedy, lo que hizo añicos ciertas ilusiones, sino que también se ponía en claro que no iba a ser posible hacer nacer un mundo mejor, según lo que pensaban algunos, “haciendo que Estados Unidos se pusiera a la altura de lo que debiera ser”. Esta era una ilusión que todavía guardaban incluso algunas de las personas de mentalidad más radical. Para usar esa frase, tenían “dos tipos de productos en su almacén”. Como señalé en un ensayo anterior (que se incluye en Reflections, Sketches & Provocations48, de hace más de 30 años), Phil Ochs era una especie de personificación de esta contradicción muy intensa. Por un lado, tenía algunas canciones muy buenas, canciones muy apropiadas como “Love Me, Love Me, I’m a Liberal” [Ámenme, ámenme, soy un liberal], con su contundente denuncia a la hipocresía del liberalismo y a la indecisa oposición del liberalismo a la opresión, la cual aún tiene mucha aplicación hoy (esa canción tiene una lamentable estrofa anti-lésbica —o algo que de hecho no es parte de la canción pero que Ochs agregó espontáneamente durante un concierto en vivo que fue grabado— pero en un sentido general, lo que la canción dice aún tiene mucha aplicación y relevancia hoy). Y Ochs tenía canciones como “Cops of the World” [Policías del mundo], que también tiene mucha relevancia hoy, con penetrantes estrofas irónicas como “Y el nombre de nuestras ganancias es democracia / así que gústate o no, tendrás que ser libre / porque somos los policías del mundo”. Y su canción sobre “The Ringing of Revolution” [El repique de la revolución]. Luego, por otro lado, como él mismo señaló, también sacó una canción que lamentaba la muerte de John Kennedy — no sólo lamentaba su muerte, sino que se refería con ingenuidad e idealismo a lo que representaba Kennedy. El propio Ochs comentó esta contradicción. Dijo: “Todavía no puedo apartarme de este sentimiento que tengo por Kennedy y por eso muchos de mis amigos marxistas creen que soy un idiota”, o algo por el estilo. Mi objetivo no es criticar a Phil Ochs, que se encontró con un fin trágico en el suicidio. Lo que señalo, una vez más, es que él era una especie de personificación del fin de la ilusión de que de alguna manera se podía hacer que Estados Unidos fuera una fuerza para el bien en el mundo y que se pusiera a la altura de lo que supuestamente fueran las mejores aspiraciones encarnadas en su fundación. (Desde luego, fue cierto que se dio un “fin” a esta ilusión solamente en un sentido relativo y temporal. Con el reflujo del auge de lucha radical de esa época, y los grandes cambios que ocurrían en el mundo, y en el propio Estados Unidos, cambios que estaban asociados con ese reflujo —y que también continuaron posteriormente—, la influencia de esta y otras ilusiones y delirios similares se reafirmó como un fenómeno importante. Esto es algo al cual volveré en adelante).
Así que se dio cierto deslinde — con un aspecto o fenómeno principal y otro aspecto o fenómeno secundario. El aspecto principal era que un gran número de personas se volvían más radicalizadas y reconocían —aunque esto estuviera en sentidos poco desarrollados o incipientes, pero de todos modos en un sentido básico— la imposibilidad de reformar el sistema. Y el fenómeno secundario en ese momento era que algunas personas se volvían desorientadas y desmoralizadas, y se daban por vencidas (o se volvían, como dicen los franceses, “récupéré”), volvieron a trabajar para el sistema (o al menos dentro del sistema), aunque mantuvieran vivas algunas inclinaciones y aspiraciones progresistas. Así que se trataba de un verdadero deslinde y, para repetir, el aspecto principal era la radicalización continua de un gran número de personas, precisamente sobre la base de reconocer más a fondo, si no de manera completamente científica, que no era posible hacer que Estados Unidos fuera una fuerza para el bien en el mundo. Esto incluía a algunas personas que al principio se habían opuesto a la guerra de Vietnam a partir de creer que la guerra era solamente un “error”, o algo de lo que solamente un sector de la clase dominante (o la “estructura de poder”) era responsable, pero una enorme cantidad de ellas llegaron a ver que esta guerra surgió de la naturaleza básica y de las necesidades básicas del imperialismo, en particular del imperialismo estadounidense.
Pero sí sabemos que desde el auge de lucha de finales de los años 1960 entrando a los principios de los 1970, se han producido importantes cambios en el mundo, entre ellos muchos cambios negativos, de los que también tenemos que sacar las lecciones apropiadas y necesarias. Se han operado cambios en la situación objetiva. Por ejemplo, no sólo se dio la derrota de la revolución y del socialismo en China con la restauración del capitalismo ahí, y el surgimiento de China como una potencia imperialista en sí, en contienda con Estados Unidos y con otros imperialistas; sino que en un sentido más amplio las cosas se han dado virajes en el tercer mundo. Con respecto a muchas de las fuerzas que combatieron por la liberación nacional en el tercer mundo en el período posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial (en 1945) hacia principios y mediados de los años 1970 (y algunas de estas luchas continuaron, de una forma u otra, hasta la década de 1990), se agotó el curso de esas revoluciones o luchas de liberación: o fueron derrotadas, o se convirtieron en otra cosa, en algo que no era revolucionario, y terminaron absortas en el sistema imperialista general. Y muchas de las personas que dirigían esas luchas de liberación en ese período (o sus descendientes, literal o políticamente) ahora se han convertido en gobernantes o apéndices burgueses del imperialismo, o han dejado de desempeñar un papel importante. (Este es un fenómeno que analicé en El Nuevo Comunismo).
Así que este es otro cambio importante. Se dio lo que ocurrió en Vietnam cuando Estados Unidos fue obligado a retirarse y por fin en 1975 fue tumbado el régimen que Estados Unidos había estado apuntalando, pero luego los vietnamitas recurrían cada vez más a la Unión Soviética, la cual era en sí una potencia imperialista (“social-imperialista”, como decimos — todavía era socialista de nombre, en ese momento, pero era imperialista de hecho y en sus acciones). La dirigencia vietnamita recurrió a la Unión Soviética en busca de apoyo económico y de otro tipo, lo que los llevó por un camino que, especialmente cuando la propia Unión Soviética se desenmarañara, hizo que Vietnam se convirtiera básicamente en otro país del tercer mundo lo cual saqueaban los mismos imperialistas, entre ellos, sobre todo Estados Unidos, contra los que el pueblo vietnamita había luchado heroicamente; y hoy existe la amarga realidad de que Vietnam se ha convertido en parte de la red internacional de maquiladoras para el capital imperialista.
Y también se dio el fenómeno de Camboya, que comenzó como una lucha de liberación ante la horrenda destrucción de ese país por Estados Unidos, una experiencia de la que se ha dirigido a muchas personas a olvidar o simplemente a no estar enteradas —los masivos bombardeos y destrucción de ese país por Estados Unidos— y luego, a mediados de los años 1970, llegaron al poder los Jemeres Rojos que habían estado encabezando la resistencia al imperialismo en ese país pero que luego perpetraron toda clase de cosas terribles a partir de una perspectiva totalmente equivocada, mientras lo hacían en nombre del marxismo o del comunismo.
Todo eso suscitó mucha desorientación. Claro que aquí no me alcanza el tiempo para analizar todo esto — he examinado unos aspectos importantes de esto en algunas otras obras (como El Nuevo Comunismo), y es importante captar las lecciones esenciales surgidas de esta experiencia, tanto por la manera en que los imperialistas y sus seguidores intelectuales la han usado para calumniar al auténtico comunismo, sino también y en lo más fundamental para profundizar el enfoque científico de emprender la lucha para derrotar al imperialismo y hacer nacer una sociedad nueva y emancipadora, con todas las contradicciones profundas y complejas que ello conlleva. Lo que señalo aquí, en términos de los virajes que se han dado desde el extenso auge de lucha revolucionaria de los años 1960 entrando a mediados de los 1970, es que muchas de estas cosas empezaron a desorientar y desmoralizar a las personas — quienes habían luchado duramente contra la guerra de Vietnam, quienes habían estado en las calles en apoyo a las luchas de liberación en todo el mundo y quienes habían participado activamente en la lucha contra la opresión en el mismo Estados Unidos.
Además, se dio el fenómeno de que la clase dominante en Estados Unidos, mientras que reprimía con saña a las masas básicas de los oprimidos —al pueblo negro, por ejemplo—, también trabajaba para crear un mayor número de fuerzas burguesas y de clase media entre los negros, como un amortiguador contra las condiciones opresivas y el potencial de un levantamiento masivo entre las masas de personas.
Todo esto, una vez más, ha tenido un efecto negativo sobre las masas de personas, en particular con respecto a la posibilidad, e incluso la deseabilidad, de una lucha decidida para llevar a cabo la transformación fundamental de la sociedad y de las personas. De parte de diferentes capas sociales se ha dado, como fenómeno de masas durante las décadas desde el auge de lucha de la década de 1960, una acomodación, o al menos un “ajuste”, a esta “nueva realidad”. Digo acomodación, “o al menos un ajuste” (de distintos tipos), porque con respecto a muchos de esos millones de jóvenes educados de la clase media que se volvieron radicalizados y genuinamente asumieron una mentalidad revolucionaria en ese período —y para los que esos tiempos no eran simplemente un juego, sino que participaban en la lucha con sinceridad—, muchos de ellos, ante estas condiciones cambiantes, retrocedieron a volverse “realistas” y volvieron a trabajar dentro del sistema, al mismo tiempo que se aferraban a una versión diluida de sus sentimientos radicales y revolucionarios.
Entre las masas básicas, incluido el pueblo negro (y no me refiero a las capas de la clase media que se desarrollaban debido a una política consciente de la clase dominante, sino a las masas de los oprimidos), surgió muchísima desmoralización y una sensación de derrota, y la inyección (incluso mediante políticas y acciones deliberadas de la clase dominante) de masivas cantidades de drogas intensificó más las condiciones desesperadas de las masas básicas y reforzó más la sensación de desmoralización. Muchas personas estaban muriéndose o, al recurrir a las drogas por desesperación, quedaban reducidas a miserables desdichados — la ausencia de esperanza, o la muerte, en términos inmediatos, de la esperanza que había inspirado a tantas personas, sobre una base real, en el transcurso del auge de lucha de los años 1960, lo que ahora se había amainado y se había transformado. Y esta situación se volvió aún más desesperada y desmoralizadora con el crecimiento de las pandillas en los ghettos y barrios de Estados Unidos (así como a nivel internacional), y la situación atraía a los jóvenes hacia las pandillas ante las condiciones de creciente privación y desesperación y lo que para la mayoría de ellos era la ilusión de enriquecerse, con la orientación de “enriquecerse o morir al intentarlo”, impulsada por el crecimiento del narcotráfico y la influencia de la pútrida cultura promovida en toda la sociedad que fomentaba y ensalzaba la explotación y la degradación de otros como mecanismo para triunfar en grande, en Wall Street y en el escenario mundial, o en las calles de las comunidades marginadas de las ciudades.
Aunado a todo esto, se ha dado una implacable contraofensiva política e ideológica de la clase dominante —un implacable embate contra el comunismo, y de hecho contra todos los elementos radicales positivos de ese auge de lucha de masas (más o menos, desde mediados de los años 1960 entrando a mediados de los 1970)— mientras que al mismo tiempo se ha dado la “desnaturalización” (es decir, la dilución y la tergiversación) de ese auge de lucha positivo en la forma de “identidades” diferentes, y a menudo opuestas, y las correspondientes nociones de la verdad y el derecho de expresarse como cuestión de “identidad” y “posición identitaria” (un fenómeno que también ha servido de blanco y vehículo útil para que las crecientes fuerzas fascistas ataquen a la lucha contra la opresión y la injusticia muy reales, mientras que esta política e ideología “de identidad” no ofrece ninguna solución real a esa opresión e injusticia ni ninguna alternativa real al sistema que ha engendrado este fascismo).
Entre las fuerzas revolucionarias en sí —y en particular en nuestro propio Partido, que tiene la responsabilidad de ser una auténtica vanguardia de la revolución— estas “décadas terribles”, y este implacable embate ideológico y político a lo largo de estas décadas, han cobrado un saldo terrible, llevando en gran parte al abandono de la meta, o de toda orientación seria, hacia la revolución y el comunismo, e incluso ha llevado a un cuestionamiento sobre si de hecho esto constituye una alternativa radical positiva al orden mundial actual — todo lo cual ha hecho necesaria una Revolución Cultural al interior de este Partido que ha durado más de 15 años y que aún continúa, si bien de nuevas formas y con nuevas prioridades, con una expresión concentrada en la actual Gira “Revolución” (la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”)49 para difundir la revolución ampliamente, entre las masas básicas, los estudiantes y otros sectores de la población, ejercer un impacto en el país en su conjunto, crear una gran efervescencia en la sociedad en torno a la cuestión de la revolución y el comunismo la que ha estado notablemente ausente en el terreno político y en la cultura, y organizar concretamente ahora a miles de personas, a las personas que empiezan a acercarse y entrar a esta revolución, a la vez que trabaja para influenciar a millones de personas, como parte esencial de acelerar y prepararse para las condiciones en las que será posible llevar a cabo la lucha revolucionaria para derrotar y desmantelar este sistema horroroso y sus instituciones de represión violenta, y hacer nacer una sociedad radicalmente nueva y emancipadora basada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.
Aquí es necesario hablar de la “combinación tóxica” que se describe en el artículo “EL NUEVO COMUNISMO PODRÍA CAMBIARLO TODO, SI...” que salió en Revolución, la situación “caracterizada por el predominio del revisionismo anticientífico tanto en nuestro propio Partido como en los movimientos internacionales, en combinación con el grado frustrante en que las masas de todas las capas sociales NO han venido identificando correctamente la fuente de ‘el problema’ que enfrentan la sociedad y toda la humanidad, o que de ninguna manera seria han venido buscando este tipo de ‘solución’”50.
Esta formulación “combinación tóxica” presenta de manera acuciante el problema, y la propia Gira “Revolución” está trabajando para resolver este problema acuciante, porque el objetivo es que en lugar de claudicar —en oposición a claudicar— ante esta “combinación tóxica” y ante las dificultades generales, hay que asumir el reto de transformar la situación radicalmente. Como este artículo de inmediato enfatiza: “Tenemos que enfrentar esta realidad, y por otra parte encontrar la manera de no dejar que nos derrote”.
Una parte importante de superar esta “combinación tóxica” es lidiar con la contradicción que se describe cerca del fin de la Primera parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, en términos de lo que sí tenemos y lo que no tenemos y lo que necesitamos con urgencia en relación con la revolución que sí es la solución fundamental al problema que enfrentan las masas de la humanidad y en última instancia la humanidad en su conjunto. Aquí va la manera en que describí esa contradicción en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución:
En particular debido al trabajo que he hecho y la dirección que he venido dando durante las décadas después de los 1960, sí contamos con el mayor desarrollo del método y enfoque científico de la revolución, con el nuevo comunismo; contamos con el enfoque y plan estratégicos de hacer esta revolución; contamos con la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, una visión abarcadora y un “plano” concreto para una sociedad radicalmente nueva y emancipadora con el objetivo de emancipar a toda la humanidad. Pero hablemos sin pelos en la lengua: lo que no tenemos, todavía, son masas de personas que se hayan convencido de la revolución y que se vean impulsadas a trabajar por ella, sobre todo los jóvenes, que siempre son la fuerza motriz de cualquier revolución; y, si bien tenemos la base y el andamiaje de organización revolucionaria a partir de la cual se podría construir y expandir en la forma de una fuerza de vanguardia capaz de realmente dirigir la revolución hasta el final, aún no tenemos el necesario cuadro de líderes, en todos los niveles y en todas regiones del país, que tengan no solo la determinación sino los cimientos científicos para dirigir a las masas a las cuales hay que atraer e incorporar para hacer la revolución51.
Esto se refiere a la contradicción a la que un creciente número de personas —aquellos que han estado participando en trabajar para esta revolución durante algún tiempo, y aquellos que empiezan a participar en esta revolución— debemos dedicarnos activamente a examinar y resolver. Una parte central de este proceso es poner los problemas de la revolución ante las masas de personas, entre ellas las personas que acaban de conocer y están empezando a formar parte de este movimiento para una revolución real, y conseguir su participación para ayudar a resolver estos problemas.
Como se dice en Breakthroughs (Abriendo Brechas):
Un principio muy importante, entendido y aplicado correctamente, es que, en un sentido fundamental y esencial, las masas hacen la revolución. Eso no es y no debe tomarse como una receta para seguir a la cola de las masas y su espontaneidad. Pero éstas sí son las personas que tienen que hacer esta revolución y deben llegar a participar, en cada etapa, en bregar con el proceso y contribuir al proceso de determinar las formas para luchar y resolver y transformar las contradicciones que se enfrentan, los problemas de la revolución, con el fin de abrir importantes brechas y avanzar. Este es un principio muy importante y es algo que no debe igualarse a seguir a la cola de las masas y a pensar que, en un sentido reificado, todo el conocimiento está ubicado en las masas y que lo único que hay que hacer es decirles cuál es el problema y de inmediato ellas encontrarán una solución. Se trata de conseguir que participen, que se active un número cada vez mayor de ellas, sobre una base con dirección científica, en el proceso de luchar por enfrentar y transformar las contradicciones las cuales hay que resolver por medio de lucha en el camino hacia la realización de la revolución52.
Y como se enfatizó hace poco:
Al parecer, tal vez todavía exista cierta renuencia a poner este aspecto (nuestras deficiencias, y las necesidades apremiantes) directa y claramente ante las personas con las que nos estamos encontrando. En oposición a tal renuencia, es importante subrayar que una parte crucial de realmente abrir las brechas que necesitamos con urgencia en construir un movimiento real para una revolución real, y de hecho una parte esencial de organizar a las personas en la revolución es de hecho poner ante las masas, entre ellas las personas con las que nos estamos encontrando por primera vez, los problemas y las necesidades de la revolución, y conseguir que participen, desde el principio, en ayudar a resolver (y en ciertos aspectos ayudar a identificar más y ayudar a resolver) los problemas y las necesidades de esta revolución.
Además, se subraya que es necesario que no hagamos esto con hipérbole sino con un “brío y entusiasmo” genuino que se basa en saber que las personas pueden jugar un papel activo, junto con otros, en desarrollar colectividades, para “integrar sus ideas creativas en el proceso científico” de resolver los problemas tanto inmediatos como estratégicos de esta revolución, la que, con todas sus dificultades y retos, representa el camino hacia adelante, el único camino hacia adelante, para salir de los horrores que constituyen la vida cotidiana de las masas de la humanidad, y el inminente desastre para la humanidad en su conjunto, bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo.
En oposición a la monstruosidad que es este sistema, a sus gigantescos crímenes contra la humanidad y a las pútridas formas de pensar y cultura que riega continuamente, tiene gran importancia difundir con osadía la alternativa positiva: la ciencia, la dirección, la estrategia para la revolución y una visión y plan concreto y panorámico para una sociedad y mundo radicalmente nuevo y emancipador.
En conclusión, como dije en From Ike to Mao and Beyond:
Si uno ha tenido la oportunidad de ver el mundo como es en realidad, puede encaminar su vida por rumbos profundamente distintos. Puede entrarle a la vida de comer o ser comido, y muy probablemente ser devorado en el proceso de salir adelante. Puede meter el hocico en el comedero y engullir lo más que pueda, y empujar a los demás para agarrar más. O puede dedicarse a hacer algo que cambie toda la dirección de la sociedad y el mundo. Si uno pone lado a lado las dos cosas, ¿cuál tiene significado? ¿Cuál contribuye de hecho a algo que valga la pena? La vida de uno va a tener valor o va a ser inútil. Y no se puede dedicar la vida a algo más grande que contribuir lo máximo que podamos a la transformación revolucionaria de la sociedad y del mundo, a ponerle fin a todos los sistemas y las relaciones de opresión y explotación, y a todo el sufrimiento y destrucción innecesarios que traen. Eso lo he aprendido más y más profundamente a lo largo de las vueltas y revueltas e inclusive de los grandes reveses, así como los grandes logros, de la revolución comunista hasta ahora, en lo que de hecho todavía son sus primeras etapas históricas....
Cuando veo todo esto, vuelvo a pensar en el amigo que decidió dedicar la vida a curar el cáncer — y pienso en la necesidad mayor aún de ponerle fin al sistema del capitalismo-imperialismo y a todo el sufrimiento y la opresión que encarna e impone a lo largo y ancho del mundo. Se ve que la vida no podría dedicarse a nada más importante y que las contribuciones que uno haga en el curso de la vida son lo más importante y lo más elevado de todo lo que podría hacer. Esto entraña momentos de gran decepción, sí, pero también momentos de gran gozo. El gozo de ver cómo los seres humanos se libran de trabas, se alzan, empiezan a ver el mundo tal como es en realidad y abrazan más conscientemente la lucha para cambiarlo. El gozo de saber que somos parte de este proceso y de contribuir lo máximo que podamos a él. El gozo de la camaradería de estar con otros en esta lucha y de saber que es algo que vale la pena, que no estamos metidos en algo insignificante y nimio, sino en algo elevado. El gozo de mirar al futuro, de divisar la meta por la que luchamos y de ver a quienes empiezan a captar lo que podría significar, no solo para sí mismos, sino para la sociedad, para la humanidad entera53.
1. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Discurso filmado de 2018. El texto está disponible en español en revcom.us, y el video y el texto en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN: Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak (Insight Press, 2015). Está disponible en español en revcom.us, y en inglés en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
3. Bob Avakian, ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo (JB Books, 2009). El libro está disponible al pedido en revcom.us. [volver]
4. Bob Avakian, EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino a la verdadera emancipación (Editorial Aurora Roja, 2018). También está disponible en revcom.us. [volver]
5. Carta de Marx a Kugelmann, 1868, citada en El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, septiembre de 2008 (RCP Publications, 2009). Disponible en revcom.us. [volver]
6. Bob Avakian, “Un ‘salto de fe’ y un salto al conocimiento racional: Dos saltos muy distintos, dos concepciones del mundo y métodos radicalmente diferentes”, Revolución #10, 31 de julio de 2005. Está disponible en el libro Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, y en revcom.us. [volver]
7. Bob Avakian, Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. De un discurso de 2009. Revolución, mayo-septiembre de 2009. Disponible en revcom.us. [volver]
8. REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión, Un diálogo entre CORNEL WEST y BOB AVAKIAN (2015). La película del diálogo de noviembre 2014 en inglés está disponible en la forma de dos dvd en revcom.us. También está disponible en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
9. Tal como se explica en el sitio web RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo):
El régimen de Trump y Pence representa un peligro catastrófico para la humanidad. Los campos de concentración en la frontera... la aceleración de la devastación ambiental... el peligro de la guerra, incluso la amenaza de una guerra nuclear... el dominio de la supremacía blanca... las turbas fascistas y los racistas asesinos en masa... la eliminación de la verdad y la ciencia... casi eliminado el derecho al aborto... el destripamiento del estado de derecho y los derechos democráticos y civiles... ASÍ SE ESTÁ DESENVOLVIENDO EL FASCISMO....
Debemos aprehender la crisis del juicio político de destitución que ahora está brotando, tomar la historia en nuestras propias manos y convertir el temor ante el futuro en una fuerza para la esperanza — unidos en torno a una sola demanda unificadora: ¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, YA!
Rechazar el Fascismo acoge a los individuos y las organizaciones con diversos puntos de vista que compartan nuestra determinación a negarse a aceptar a un Estados Unidos fascista, se sumen a nosotros y/o sean socios con nosotros en esta gran causa. [volver]
10. Raymond Lotta, “Slavoj Žižek es un pomposo imbécil que hace mucho daño”, Revolución, 13 de noviembre de 2016. Disponible en revcom.us. [volver]
11. Edward Wasserman, “Julian Assange and the War on Whistle-Blowers” [Julian Assange y la guerra contra los denunciantes], New York Times, 27 de abril de 2019. [volver]
12. Bob Avakian, “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”, Revolución, 18 de julio de 2018; originalmente posteado el 24 de julio de 2005. Disponible en revcom.us. [volver]
13. Bob Avakian, “No ser Jerry Rubin, ni incluso Dimitrov, sino comunistas revolucionarios de a de veras: EL RETO DE DEFENDER LAS GARANTÍAS FUNDAMENTALES DESDE LA PERSPECTIVA COMUNISTA Y NO OTRA”, Revolución, 26 de junio de 2005. Disponible en revcom.us. [volver]
14. Paul Krugman, “Racism Comes Out of the Closet” [El racismo sale del armario], New York Times, 16 de julio de 2019. [volver]
15. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Discurso filmado de 2018. El texto está disponible en español en revcom.us, y el texto y el video en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
16. Woodrow Hartzog y Evan Selinger, “Just a Face in the Crowd? Not Anymore” [¿Nada más que un rostro en la multitud? Ya no], New York Times, 18 de abril de 2019. [volver]
17. Bob Avakian, BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico. Prepublicación, 3 de agosto de 2019. Disponible en revcom.us. [volver]
18. Bob Avakian, From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, A Memoir by Bob Avakian [Una autobiografía de Bob Avakian] (Insight Press, 2005), en inglés. Hay pasajes en español en revcom.us; y lecturas en audio en inglés por Bob Avakian de selecciones de su autobiografía en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
19. Bob Avakian, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, Un discurso de Bob Avakian. Discurso filmado de 2017. El texto en español está disponible en revcom.us, y la versión filmada en inglés está disponible en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
20. Bob Avakian, “3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor”, 1º de mayo de 2016. Disponible en revcom.us. [volver]
21. Bob Avakian, “El problema, la solución y los retos ante nosotros”, un discurso pronunciado en 2017. El texto en español está disponible en Revolución, 15 de noviembre de 2017, revcom.us; el audio y el texto en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
22. Bob Avakian, Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian (RCP Publications, 2011). [volver]
23. Ibíd. [volver]
24. “All Played Out” [Todo gastado y trillado], un número de palabra hablada con letra de Bob Avakian y música de William Parker (Centeringmusic BMI, 2011), en inglés. Disponible en soundcloud.com/allplayedout. También está disponible en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
25. Carlos Marx, Grundrisse, Siglo XXI, 2002, tomo 1, “El dinero como relación social”, pp. 91-92, énfasis en el original; traducción corregida. Citado en Bob Avakian, Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. De un discurso de 2009. Revolución, mayo-septiembre de 2009. Disponible en revcom.us. [volver]
26. Carlos Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, primera edición, 1978). [volver]
27. Avakian, Cavilaciones y forcejeos.
* Bob Avakian, Hacer la revolución y emancipar a la humanidad. Un discurso de Bob Avakian, Revolución, octubre de 2007-febrero de 2008. Disponible en revcom.us. [volver]
28. Avakian, BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS). [volver]
29. Bob Avakian, El comunismo y la democracia jeffersoniana (RCP Publications, 2008). Está disponible en inglés en revcom.us y thebobavakianinstitute.org; hay pasajes en español en revcom.us. [volver]
30. Carlos Marx, Miseria de la filosofía (Siglo XXI Editores, México, décima edición, 1970). [volver]
31. Carlos Marx, Crítica del programa de Gotha (Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, primera edición, 1979). [volver]
32. Bob Avakian, Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. De un discurso de 2009. Revolución, mayo-septiembre de 2009. Disponible en revcom.us.
*Bob Avakian, Salir al mundo — como una vanguardia del futuro. De un discurso pronunciado en 2008. Revolución, febrero-abril de 2009. Disponible en revcom.us.
** El camarada Damián García, un miembro muy querido del PCR, fue asesinado por agentes de la policía en Los Ángeles el 22 de abril de 1980. Dos semanas antes, izó la bandera roja sobre El Álamo, en lugar de la bandera de Texas, como parte de una campaña para hacer nacer un auge de lucha revolucionaria con motivo del Primero de Mayo de 1980. La “Declaración con motivo de la muerte de Damián García” de Bob Avakian salió en Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #51, 25 de abril de 1980. Una parte de esta declaración se cita en su autobiografía From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist (Chicago: Insight Press, 2005), pp. 408-409, en inglés. [volver]
33. Ardea Skybreak, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo — Saber qué es real y por qué importa (Editorial Tadrui, Bogotá, 2006), traducción corregida. [volver]
34. Avakian, Cavilaciones y forcejeos. [volver]
35. Avakian, Lo BAsico. [volver]
36. Comité Central del Partido Comunista Revolucionaria, Estados Unidos, “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”, Revolución #457, 19 de septiembre de 2016, actualizado el 24 de septiembre de 2017. Disponible en revcom.us. [volver]
37. Los 6 Puntos de Atención para la Revolución
El Club Revolución defiende los siguientes principios, vive según ellos y lucha por ellos:
1. Nosotros nos basamos en los más elevados intereses de la humanidad —la revolución y el comunismo— y nos esforzamos por representarlos. No toleramos que se use la revolución en busca del beneficio personal.
2. Nosotros luchamos por un mundo en el que TODAS las cadenas resulten rotas. Las mujeres, los hombres y las personas de género diferente son iguales y camaradas. No toleramos el abuso físico o verbal contra las mujeres ni el tratarlas como objetos sexuales, ni toleramos los insultos o “bromas” sobre el género u orientación sexual de las personas.
3. Nosotros luchamos por un mundo sin fronteras, y por la igualdad entre diferentes pueblos, culturas e idiomas. No toleramos los insultos, “bromas” o nombres despectivos sobre la raza, nacionalidad o idioma de una persona.
4. Nosotros tomamos partido con los más oprimidos y nunca perdimos de vista su potencial de emancipar a la humanidad — ni nuestra propia responsabilidad de dirigirlos para hacerlo. Trabajamos por ganar a gente de todos los orígenes sociales a que participe en la revolución, y no toleramos la venganza entre las personas.
5. Nosotros buscamos y luchamos por la verdad sin importar qué tan poco popular sea, a la vez que escuchamos y aprendemos de las observaciones, percepciones y críticas de otros.
6. Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas. [volver]
38. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, corregido. [volver]
39. Ibíd. [volver]
40. Ibíd. [volver]
41. Avakian, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! [volver]
42. Jonathan Kozol, Savage Inequalities [Desigualdades salvajes] (Crown Publisher, 1991). [volver]
43. Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), de la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, 2010 (RCP Publications, 2010). También está disponible en revcom.us. [volver]
44. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
45. Ibíd. [volver]
46. Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”. [volver]
47. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
48. Bob Avakian, Reflections, Sketches & Provocations: Essays and Commentary, 1981-1987 [Reflexiones, notas y retos: ensayos y comentarios, 1981-1987] (RCP Publications, 1990), libro en inglés. El artículo salió originalmente en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución): “Sobre Phil Ochs o por qué hay que escoger entre Kennedy y la revolución”, #176, 15 de octubre de 1982. [volver]
49. Para conseguir más información sobre la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”, visite revcom.us. [volver]
50. “EL NUEVO COMUNISMO PODRÍA CAMBIARLO TODO, SI...”, Revolución, 21 de marzo de 2018. Disponible en revcom.us. [volver]
51. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
52. Avakian, BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS). [volver]
53. Avakian, From Ike to Mao and Beyond. [volver]
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Actualizado | revcom.us
Revcom comparte con nuestros lectores unos pasajes de esta nueva obra de Bob Avakian:
La ausencia de una verdadera esperanza de conseguir una vida mejor en este mundo es una gruesa cadena que pesa, asfixia y deja profundas cicatrices a las masas de la humanidad, incluidos los jóvenes que están concentrados en los ghettos y barrios de Estados Unidos así como en las hacinadas prisiones-cámaras de tortura. Y el individualismo extremo promovido en toda esta sociedad, la fascinación obsesiva con “el yo”, ha reforzado el grueso tope a las aspiraciones de la gente, ofuscando su capacidad de reconocer la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mejor, más allá de los límites estrechos y restrictivos de este sistema, con todos sus horrores muy reales.
Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución* sigue siendo extremadamente relevante e importante:
La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más sí se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas).
* Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución es un importante discurso de Bob Avakian, pronunciado en el verano de 2018. El texto en español, y el video y el texto en inglés, están disponibles en revcom.us.
El individualismo es un factor significativo y un “elemento unificador” en muchas de las tendencias negativas que juegan un papel importante en impedir que las personas reconozcan la realidad y la profundidad de los horrores que continuamente causa este sistema — y que reconozcan la urgente necesidad de actuar, junto con otros, para abolir y arrancar de raíz todo esto, en su fuente misma. Esto resalta y realza el hecho de que el individualismo, que se nutre y se expresa en formas extremas en esta sociedad particular en este momento, es un problema profundo al que hay que hacer frente y transformar.
El individualismo virulento y el individualismo ajeno
Estas son dos amplias categorías del individualismo, que tienen algunas características particulares diferentes pero que también tienen en común la concentración básica en el yo y la fascinación con el yo. El individualismo virulento es una variación extremadamente venenosa de esto. En lo básico, se refiere a la idea de que “Estoy tratando de conseguir todo lo que pueda para mí y que se jodan los demás. Y si tengo que pisotear a los demás para conseguir lo que quiero, pues, así es la vida y lo voy a hacer de la mejor manera que pueda, para que pueda conseguir todo lo que quiero — lo quiero todo y lo quiero ahora”.
El individualismo ajeno es el individualismo que quizá no tenga esas características agresivas particulares y quizá ni siquiera tenga una actitud conscientemente hostil hacia otras personas en general, pero que supone ir por la vida persiguiendo los intereses, aspiraciones o “sueños” personales, sin prestar atención a las cosas más grandes que se están dado en el mundo y al efecto de eso en las masas de personas en todo el mundo y, de hecho, en el futuro de la humanidad.
Como señalé en el Diálogo con Cornel West en 2014, la “selfie” es una representación icónica perfecta de todo este panorama y toda esta cultura. No es que cada “selfie” sea en sí mala, por supuesto. Pero hay toda una cultura a su alrededor, incluso hasta el extremo de que las personas van a un lugar hermoso en la naturaleza y ¿con qué se ocupan? Con tomar una “selfie” de sí mismas en lugar de apreciar (y sí, tomar fotografías de) la inmensa belleza que se extiende ante sí mismas. Lo importante, con esta perspectiva, es: “Aquí estoy, mírame”. Es el etos de “mírame, mírame, mírame” que predomina tanto en ambas formas del individualismo, incluso en la forma que no es conscientemente virulenta pero que, no obstante, es llamativamente ajena.
No me opongo necesariamente a que la gente vea algunos videos o YouTubes de gatos que tocan el violín (y cosas similares en el Internet), pero si una persona está obsesionada con ese tipo de cosas —ni hablar de que su obsesión sea referirse con bajezas y rebajar a otras personas en el Internet— pues, obviamente, eso es algo por lo que cualquier persona digna debería estar muy preocupada y a lo que debería oponerse fuertemente y contra lo que debería luchar fuertemente.
Donde quiera que uno vaya, se oye: “Ah, esto realmente va a ser bueno para desarrollar la ‘marca’ de ella”; “Ah, realmente han sido muy creativos en su manera de impulsar su ‘marca’”. No se puede dar la vuelta hacia ningún lado sin escuchar que se utiliza de esta manera la palabra “marca”. Y esto va de la mano, por supuesto, con la exaltación del vil espíritu empresarial — lo que objetivamente representa esfuerzos por sacar una tajada de la explotación de la gente, al convertirse en parte del proceso general que se basa en gran medida en la superexplotación de las masas populares, incluidos niños, en el tercer mundo.
Quizá el individualismo ajeno parezca más benigno (o, en términos simples, menos "nefando") pero, no obstante, se caracteriza por ser imperdonablemente ignorante de lo que está pasando en el mundo más amplio, o por conscientemente elegir ignorar lo que está pasando en el mundo más amplio, más allá del yo (y más allá del estrecho círculo alrededor de uno mismo), y las consecuencias de esto para las masas de personas en el mundo, y en última instancia para toda la humanidad — o por prestar atención a esto únicamente en la medida en que afecte a uno mismo en términos inmediatos y limitados.
Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.
Como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.
Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política.
Las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió.
Cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!
Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.
La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!
Quisiera hablar de la acusación de que “¡Ustedes van a hacer que personas resulten muertas!” Se ha hecho esta acusación con frecuencia, especialmente cuando propagamos, como es debido, no sólo la necesidad de la revolución, sino lo que ésta significa — el derrocamiento del sistema existente por medio de la derrota de sus agentes armados cuando las condiciones para ello hayan surgido: la existencia de un pueblo revolucionario que cuente con millones y millones de personas y una aguda crisis revolucionaria en toda la sociedad. ¿Cuál será nuestra respuesta a esta acusación?
¡Ya están resultando muertas masas de personas por todo el mundo, y ya están sufriendo de formas horrendas mientras están con vida, a causa de este sistema — y una de las expresiones más dolorosas de esto es la manera en que se induce a un enorme número de personas que ya sufren una terrible opresión bajo este sistema, y a los jóvenes en particular, a que se maten unos a otros, ya sea en conflictos de pandillas o en guerras al servicio de los imperialistas y otros opresores reaccionarios! Nuestra meta es clara:
No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso. [Lo BAsico 1:13]
¡Nuestro objetivo es por fin eliminar todo esto!
Como insta “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”, en nuestra manera de impulsar esta revolución tenemos que tener seriedad y ciencia — y nuestra estrategia y plan para la revolución se basa precisamente en un método y enfoque serio y científico. Por eso, entre otras cosas, el sexto punto de los Puntos de Atención para la Revolución pone en claro:
Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas.
Este mismo método y enfoque es lo que conduce a esta conclusión clara basada en la ciencia:
En términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!
Hay que promover este entendimiento y orientación, y hay que luchar enérgicamente por esto entre las masas de personas, y especialmente entre los jóvenes, a los que este sistema no les ofrece ningún futuro digno — si es que, para repetir, siquiera tengan un futuro.
En la sección de apertura del libro El Nuevo Comunismo (“Introducción y orientación”), hablé de la amarga realidad de que las masas de los oprimidos temen tener esperanzas.
Temerosas de tener esperanzas de que quizás el mundo no tenga que ser así, de que quizás haya una manera de salir de esto. Temerosas de tener esperanzas porque sus esperanzas han sido frustradas tantas veces.
Esto es un factor importante por el que tantas personas recurren a la religión — porque parece que no existe ninguna esperanza en este mundo para un fin al terrible sufrimiento y degradación a lo que están sometidas continuamente, lo que les impone el funcionamiento de este sistema, pero que también lo ofusca y encubre la propia manera en que opera este sistema y el papel de sus instituciones, funcionarios y agentes armados, los que actúan sistemáticamente para engañar a la gente respecto a por qué el mundo está como está y si realmente se podría cambiar y cómo, si es posible poner fin a todo este sufrimiento innecesario y cómo.
En esta conexión, sobresale una vez más la gran importancia del método y enfoque científico del comunismo, tal como se ha desarrollado por medio del nuevo comunismo, y de la realidad y la posibilidad del cambio emancipador, radical, en este mundo.
Abordar la realidad tal como es —con su constante cambio y desarrollo— y entender las fuerzas motrices subyacentes, es crucial para desempeñar un papel dirigente y decisivo en la gestación de esa revolución y en la creación de una era completamente nueva de la historia humana, que romperá y eliminará para siempre las cadenas materiales —los grilletes económicos, sociales y políticos de explotación y opresión— que esclavizan a la humanidad hoy, así como las cadenas mentales, los modos de pensar y la cultura que corresponden a esas cadenas materiales y las refuerzan.
La religión siempre se presenta como una fuente de “esperanza” o de consuelo. Pero ¿realmente es una fuente de esperanza — o es, en esencia y en el aspecto que la define, una ilusión que paraliza? La religión ofrece el concepto del consuelo para paliar el sufrimiento, y de cifrar las esperanzas en otro mundo y en fuerzas de otro mundo para poder conseguir algún tipo de consuelo debido a todo el sufrimiento al que la gente está sometida, y para poder sobrevivir un día más. Pero la pregunta que hay que hacer es: ¿Es lo que las personas necesitan un consuelo para paliar el sufrimiento que este sistema las obliga a soportar, o necesitan alzarse y abolir al sistema que encarna e impone este sufrimiento, y al abolirlo, eliminar la necesidad de contar con un consuelo para paliar el sufrimiento que ya no están teniendo que soportar, el sufrimiento innecesario al que están obligadas a soportar?
Los fundamentalistas cristianos (entre ellos el actual vicepresidente Mike Pence y otros que ocupan poderosas posiciones en el gobierno, los medios de comunicación y otras instituciones importantes) son una fuerza impulsora del fascismo teocrático (un gobierno tiránico de una autoridad religiosa medieval). Acatan y propagan agresivamente una lealtad irreflexiva al dogma religioso y una aplicación de éste que, en su interpretación textual (en la que insisten estos fascistas cristianos), promueve y conducirá a toda suerte de atrocidades y horrores (como se puede ver tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento de la Biblia — algo que analicé en ¡Fuera con todos los dioses!).
Hay muchas personas religiosas cuyas perspectivas y sentimientos religiosos sí las inspiran y las motivan a tomar posiciones contra la opresión e incluso hacer sacrificios en la lucha contra la opresión. Y, claro está, hay que respetar eso y unirnos con eso. Pero al mismo tiempo, eso no elimina la necesidad de desarrollar una lucha fuerte en la esfera ideológica contra la concepción del mundo pregonada por la religión y el papel que la religión juega como una cadena mental sobre las masas de personas, la que de hecho obra en contra de que adopten y apliquen sistemática y consecuentemente un enfoque científico para conocer la realidad, y en particular lo que está causando el sufrimiento al que las masas de la humanidad están sometidas y cuál es la solución a eso.
Sí, en última instancia, hay que llevar a cabo la lucha en la esfera de la práctica; hay que llevarla a cabo en la lucha concreta para enfrentar y al final derrocar al sistema que encarna e impone toda esta opresión horrorosa. Pero es de tremenda importancia que las personas, incluso antes de que se desarrollen un alto nivel teórico, lleguen a entender de manera básica que no existe ninguna necesidad, no existe ninguna necesidad permanente, de que sean así las condiciones existentes, y por qué eso es cierto. Esto es la fuente de la esperanza, sobre una base científica, y no sobre la base de ilusiones tales como las que la religión propaga y perpetúa.
Aunque las personas sí existen como individuos, el terrible sufrimiento de las masas de la humanidad y los retos urgentes que enfrenta la humanidad en su conjunto como resultado de la escalada de destrucción del medio ambiente por este sistema del capitalismo-imperialismo, así como la posibilidad de una conflagración nuclear que continúa asomándose como una amenaza existencial sobre la humanidad — pues, no es posible abordar todo eso con seriedad, y ni hablar de realmente resolverlo, mientras cada individuo persiga sus intereses particulares, y de hecho, cuando las personas actúen de esta manera, eso constituye un obstáculo importante a la consecución de la solución necesaria.
Otro aspecto de lo que opera aquí es el “cinismo desencantado”.... Ese pseudocinismo desencantado (o ese verdadero cinismo, pero pseudo concienciación del mundo) es otra manifestación del individualismo parásito — cuando alguien justifica negarse a hacer algo o no hacer algo sobre los crímenes que se están cometiendo en su nombre, y todas las horrorosas cosas que están ocurriendo en el mundo, sobre la base de: “Sí, ya lo sé, pero así es la vida. Y después de todo, en realidad no hay nada que se pueda hacer al respecto. Cualquiera que se ponga al frente y diga que va a hacer algo al respecto es tan corrupto como la gente que ya está perpetrando estas cosas, así que en realidad no hay nada que se pueda hacer”. Como se ha dicho, con mucho discernimiento, se podría traducir este sentimiento así: “Ah, estoy tan agradecido que haya resultado que lo correcto que hay que hacer es no hacer nada sobre estos ultrajes y horrores en el mundo”.
El chovinismo pro estadounidense es uno de los mayores obstáculos que se interpone en el camino y lastra a la gente: la asquerosa noción de que Estados Unidos y los estadounidenses son mejores y más importantes que los demás.
Respecto a la clase media de Estados Unidos, aunque hoy para importantes sectores de esta clase no les va tan bien como en el pasado —y algunos de ellos de hecho se están esforzando— en el sentido económico, a medida que la brecha social y las disparidades de ingresos siguen ensanchándose a proporciones obscenas, todavía existe entre ellos, o entre muchas personas en la clase media, un sentido persistente y generalizado de “derecho y privilegio” como estadounidenses y una identificación de sus propios intereses con lo que de hecho es un sistema de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad: el imperialismo capitalista estadounidense. Y, como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, este veneno del chovinismo pro estadounidense también ejerce cierta influencia entre los más amargamente oprimidos, a pesar de que está en agudo conflicto con la opresión sistemática a la que están sometidos en Estados Unidos bajo este sistema.
En vista de las invasiones y las guerras en marcha, los golpes de estado, la matanza de cientos de miles de civiles, la destrucción de países y la relegación de millones de personas a la desesperanza y al hambre a manos de los imperialistas de Estados Unidos y sus “aliados” y títeres rastreros: ¡¿Dónde está la indignación de masas y la oposición activa y decidida proveniente de las personas en Estados Unidos —en nombre de las cuales se cometen continuamente estos monstruosos crímenes— incluso proveniente de las personas que se llaman a sí mismas “progresistas” o se proclaman “concienciadas”?!
Hay una gran necesidad de que la gente ampliamente rompa con este chovinismo pro estadounidense. Como he enfatizado anteriormente, hay 3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor:
1) Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles.
2) Las personas tienen que adentrarse con seriedad y ciencia en la manera en que este sistema del capitalismo-imperialismo funciona en los hechos, y los correspondientes resultados concretos en el mundo.
3) Las personas tienen que examinar profundamente la solución a todo eso.
Si bien es correcto y necesario unirse con amplios sectores de la población en oposición a las injusticias y a los atropellos cometidos por los que gobiernan en Estados Unidos, y si bien esto ha cobrado una realzada importancia con la ascensión al poder del régimen fascista de Trump y Pence, es una verdad básica que sin romper con el chovinismo estadounidense —sin hacerle frente al verdadero horror de lo que Estados Unidos ha sido, y lo que ha hecho, en Estados Unidos y en todo el mundo, desde su fundación hasta el presente— y sin empezar a odiar profundamente todo esto, no es posible, en última instancia, retener su propia humanidad y actuar en pro de los más excelsos intereses de toda la humanidad.
En oposición directa a la venenosa perspectiva del chovinismo pro estadounidense, la orientación que hay que defender firmemente y por la que hay que luchar ferozmente es el principio básico y la verdad sencilla, pero profunda, de que “La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países” e “Internacionalismo — el mundo entero ante todo”, que se encuentra en Lo BAsico 5:7 y 5:8.
Y, como se explica más completamente en Lo BAsico:
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino. (Lo BAsico 3:8)
Es crítico ganar continuamente a un creciente número de personas a asumir esta orientación fundamental por lo que se refiere a la realización de cualquier cambio positivo, y esto será decisivo en la realización de la revolución para por fin acabar con este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo.
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Lo siguiente es de un reciente discurso dado por Bob Avakian
Actualizado | Publicado originalmente 11 de agosto de 2019 | revcom.us
Con una nota del autor del otoño de 2019
Esta obra es el texto revisado de un discurso pronunciado en la primavera de 2019, y la siguiente sección (“El individualismo, la BEB y la ilusión del ‘camino indoloro’”) se publicó (posteada en revcom.us) a partir del verano de 2019. A finales de septiembre de 2019, Nancy Pelosi (y la dirigencia del Partido Demócrata de la cual ella es una representante prominente), después de una prolongada y obstinada insistencia en negarse a iniciar un proceso político de destitución contra Donald Trump, cambió de curso y anunció que sí se iniciará una “indagatoria de juicio político de destitución” en contra de Trump. Este cambio de curso estaba ligado —y Pelosi y Compañía han hecho un intento de centrar esta “indagatoria de destitución” principal, si no exclusivamente— a la revelación (derivada de un informe de un “denunciante” en el gobierno) de que Trump ha estado involucrado en un esfuerzo por presionar al gobierno de Ucrania para hacerle el “favor” a Trump de desenterrar (o “confeccionar”) trapos sucios sobre Joe Biden, ex vicepresidente (bajo Obama) y uno de los contendientes principales por la nominación del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. Pelosi y los demócratas han identificado esto como un abuso del poder presidencial a favor de los intereses personales de Trump (particularmente de cara a las elecciones de 2020) y han enfatizado su insistencia en que, al convertir este “favor” en la base (y el precio) para la continuación de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, en su enfrentamiento con las fuerzas pro-rusas, Trump “socavó la seguridad nacional de Estados Unidos”, en particular en relación con su importante adversario, Rusia. En otras palabras, mientras que, desde la perspectiva burguesa de los demócratas, su preocupación es muy real respecto a los “intereses nacionales” imperialistas de Estados Unidos, las “normas” de la forma en que se ha impuesto y mantenido el gobierno de este sistema, la importancia para ellos de una “transición pacífica” de una administración a otra mediante las elecciones —y el peligro para ello que representa el destripamiento de estas “normas” por Trump—, Pelosi y Compañía, al centrarse esta “indagatoria de destitución” sobre esta base tan estrecha, han subrayado que están actuando de acuerdo con su interpretación de los intereses del imperialismo capitalista de Estados Unidos y su impulso para seguir siendo la potencia imperialista dominante en el mundo, y continúan negándose a exigir la destitución de Trump a causa de sus muchas declaraciones y actos escandalosos contra las masas de personas, no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional: su manifiesto racismo y promoción de la supremacía blanca y la violencia supremacista blanca; su burda misoginia y ataques a los derechos de la mujer, incluido de manera muy prominente el derecho al aborto, y a los derechos de las personas LGBT; sus reiterados llamamientos y respaldo para la intensificación de la brutal represión y supresión del disentimiento; su discriminación contra los musulmanes y su cruel persecución de los inmigrantes, que abarca el encierro en condiciones parecidas a campos de concentración, incluso para aquellos que huyen de la persecución y de la amenaza muy real de muerte en sus “países de origen” y que sobre esa base están solicitando asilo, y la separación de hijos, incluso los muy pequeños, a sus padres; su embestida contra la ciencia y la búsqueda científica de la verdad, incluida su negación de la ciencia del cambio climático y las continuas maniobras para socavar y revertir incluso las protecciones menores y completamente ineficaces para el medio ambiente; sus amenazas con destruir países, inclusive con armas nucleares — en pocas palabras, su impulso multifacético para consolidar completamente el gobierno fascista e implementar una agenda fascista horrorosa, con terribles consecuencias para las masas de la humanidad.
Aunque, al cierre, no está claro qué conllevará esta “indagatoria de destitución” —si de hecho la Cámara de Representantes realizará un juicio político, y luego qué sucederá en el Senado para determinar si él debe ser condenado y destituido de su cargo—, ya está claro que la forma en que los demócratas están buscando limitar estrechamente la movida para destituir a Trump enfatiza una vez más la importancia de estos puntos básicos de orientación:
Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos de este sistema y al servicio de los intereses de la clase dominante de este sistema, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.
Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.
Claramente, la destitución no sólo de Trump, sino también del vicepresidente fascista cristiano, Mike Pence, y de hecho de este régimen fascista en su conjunto, es de importancia urgente. Pero esto sólo servirá a los intereses fundamentales de las masas de personas —no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero— de lograr esto, pero no sobre la base de limitar las cosas a los términos y por medio de la promoción de los “intereses nacionales” del Estados Unidos monstruosamente opresivo, sino sobre la base de la movilización de la oposición de masas al fascismo de este régimen de Trump y Pence, el que se produjo y surgió al poder por medio del “funcionamiento normal” de este sistema, del cual es una expresión extrema pero de ninguna manera “ajena”.
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Todo esto —incluido el individualismo aparentemente más “benigno”, o ajeno— se relaciona con la insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del camino indoloro. Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.
Voy a hablar más tarde sobre algunas de las formas más ridículas y escandalosas de esto. Pero solo para dar un pequeño anticipo, como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.
Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política. Tal vez no sea tan seguro en el futuro, según sea la evolución de las cosas con estos fascistas que están trabajando para consolidar su poder ahora mismo mediante el régimen gobernante de Trump y Pence. Pero por ahora parece relativamente indoloro. También es completamente ineficaz y no produce ningún tipo de cambio que se necesita, pero es una manera de sentir que uno está haciendo algo mientras evita cualquier sacrificio, y hasta cualquier incomodidad real.
Una de las formas en que esto se manifiesta, junto con la BEB, es cuando las masas de personas no se enfrentan a la realidad del fascismo de Trump y Pence y, por lo tanto, no actúan de una manera que esté a la altura del peligro y de los horrores potencialmente aún mayores que esto representa.
Veamos las cosas en perspectiva, y hablemos de un elemento muy importante de esto que he mencionado antes, la elección de Trump —mediante el colegio electoral, y no el voto popular— es, en un sentido real, una extensión de la esclavitud: las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió. Y aquí tengo que invocar lo que pensaba que fue un comentario muy perspicaz de Ron Reagan (sí, el hijo inconformista de Ronald Reagan, quien también es, para su gran mérito, un ateo irredento): Ron Reagan ha señalado (y esto es muy perspicaz) que la “base” de Trump muy analizada y excesivamente analizada continuará apoyando a Trump, no importa lo que éste haga, porque Trump odia a todas las mismas personas que esa base odia.
A diferencia de toda la ofuscación sobre las dificultades económicas que están soportando las personas, bla, bla, bla, que a menudo se usa para racionalizar por qué la gente votó y continúa apoyando a Trump, lo que Ron Reagan ha señalado de manera puntualizada es la esencia de la “base” de Trump. Y, por cierto, observe la forma en que todos los medios de comunicación tradicionales, la CNN y los demás, usan este término continuamente: la “base” de Trump. Este es un término neutral, “base”. Estos son una bola de fascistas, ¿qué no? Y al usar estos eufemismos, o estos términos neutrales, como “base”, eso oculta e impide que las personas vean lo que realmente representan Trump y quienes lo apoyan, y la profundidad del verdadero peligro que esto representa. El comentario de Ron Reagan va muy al grano. Luego abunda: Ellos odian a la gente LGBT, odian a las mujeres (a las mujeres independientes, y en realidad, a todas las mujeres), odian a los negros, odian a los inmigrantes, odian a los musulmanes, y así sucesivamente. Y Trump odia a todas las mismas personas que ellos odian.
Por eso esa base nunca abandonará a Trump, haga lo que éste haga. Es por eso que Trump pudiera decir muy correctamente: “Yo muy bien podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida de la Ciudad de Nueva York, y estas personas no se volverían en contra de mí”.
Al mismo tiempo, cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!
Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.
La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!
Y aquí van algunas preguntas muy relevantes para los millones y decenas de millones de personas quienes odian todo lo que Trump representa pero no se han movilizado o han rechazado movilizarse, en masa, en acciones no violentas pero sostenidas en torno a la exigencia de que sea sacado del poder el régimen de Trump y Pence, como ha llamado a hacer Rechazar el Fascismo: si usted no va a tomarse las calles ahora para exigir que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¿qué hará si Trump sale reelegido (quizás mediante el colegio electoral, incluso si vuelve a perder el voto popular)? ¡¿Y qué hará si Trump pierde las elecciones (incluido según el conteo del colegio electoral) pero luego se niega a reconocer los resultados e insiste en que aún es presidente?!
Al mismo tiempo, es necesario señalar los problemas muy serios con la ingenuidad peligrosa y los alardes de “izquierda” de ciertos intelectuales “progresistas”. Por ejemplo, alguien como Glenn Greenwald, que ha hecho algunas cosas buenas al poner al descubierto las violaciones de los derechos de las personas bajo este sistema —los derechos humanos, los derechos civiles y las libertades civiles—, pero quien, siempre que se mencione algo sobre los terribles crímenes y horrores representados por el régimen de Trump y Pence, de inmediato insiste en decir cosas como: “Sí, pero ¿y qué de Hillary Clinton, y qué de los demócratas y las cosas terribles que ellos han hecho?” Todo lo cual es cierto. Como hemos señalado: El Partido Demócrata es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Y esto sí que hay que sacar a la luz. Al mismo tiempo, hay que reconocer que el Partido Republicano es fascista, y si uno no comprende que ello tiene un significado real y una importancia real —y cada vez que alguien habla de los atropellos y los horrores perpetrados por estos fascistas, de inmediato insiste en poner: “Sí, pero ¿y qué de los demócratas?”— está dirigiendo a las personas, o está conduciendo a las personas, para que se alejen de un entendimiento de las verdaderas dinámicas que están en marcha aquí y los verdaderos peligros.
Y luego está Slavoj Žižek. Como se explica sin rodeos, y con mucha precisión, en el artículo de Raymond Lotta, “Slavoj Žižek es un pomposo imbécil que hace mucho daño”:
Slavoj Žižek, un influyente tonto filósofo que a menudo se presenta como un “comunista”, declaró su apoyo a Donald Trump en la televisión británica. Una victoria de Trump, según Žižek, ayudará a los republicanos y los demócratas a “repensarse a sí mismos” y podría suscitar “una especie de gran despertar”. Y al hablar desde su pedestal de “¿qué, yo preocupado?” [Lotta señala:] Žižek pronunció que Trump “no introducirá el fascismo”.
Como Lotta agrega sucintamente: “Lo anterior es malo, es veneno”. Y es similar al pensar erróneo y peligroso en el que caen y el que propagan personas como Glenn Greenwald. Al igual que Glenn Greenwald, implica minimizar la verdadera realidad y peligro de lo que representa el fascismo, a la vez que, de nuevo, el Partido Demócrata es un instrumento de la dictadura burguesa y una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Este tipo de pensamiento equivocado también se manifiesta en alguien como Julian Assange, quien en realidad, según todas las apariencias, y al parecer esto sí que es cierto, contribuyó a las maquinaciones que se desenvolvieron en torno a la campaña de Trump, con el involucramiento, al parecer, de los rusos en esto, y quien lo hizo con el mismo tipo de racionalización que Žižek puso, tal como Raymond Lotta lo cita — que Clinton y el Partido Demócrata representan el antiguo establecimiento, las viejas formas de hacer las cosas, y si salen derrotados y logra meterse alguien quien está afuera del establecimiento, eso sacudirá las cosas. He escuchado a Assange decir (según sus propias palabras, y no solo según las palabras de otras personas que describen lo que es su posición): “Tal vez esto lleve a un cambio negativo, o tal vez lleve a un cambio positivo, pero al menos conducirá a un cambio, o mantendrá abierta la posibilidad del cambio”.
Bueno, ¿a qué tipo de cambio está conduciendo esto en realidad? No hay margen para el agnosticismo o la ignorancia sobre el tipo de cambio al que está conduciendo. Sí, la dictadura burguesa de cualquier forma es muy mala para las masas de personas, es muy opresiva y muy represiva para las masas de personas, y necesita ser derrocada. Pero una dictadura fascista abierta que pisotea cualquier pretensión de defender los derechos de las personas no es algo que deba incluirse en la categoría de “tal vez sea un cambio positivo, o tal vez sea un cambio negativo”.
Ahora bien, al mismo tiempo que hacer esta crítica aguda, particularmente con respecto a Julian Assange, es muy importante enfatizar la necesidad de oponerse a la persecución de Assange por parte de los imperialistas estadounidenses, cuya persecución de él es una respuesta y venganza por el papel de él — no respecto a algo con los rusos, sino en grado primordial por poner al desnudo solo algunos de los crímenes monstruosos de este sistema. A este respecto, salió un interesante artículo titulado “Julian Assange and the War on Whistle-Blowers” de Edward Wasserman, un profesor de periodismo y decano de la Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de California-Berkeley. (Este artículo salió en el New York Times el sábado 27 de abril del año en curso, 2019.) Wasserman señala que, cualesquiera que sean sus debilidades políticas y personales, Julian Assange, mediante WikiLeaks, “facilitó una espectacular divulgación de secretos oficiales”, que incluyó, como lo expresa el mismo Wasserman, “crímenes de guerra, tortura y atrocidades contra civiles en Irak y Afganistán” por parte de Estados Unidos. Por eso la clase dominante de Estados Unidos lo está atacando en el ámbito jurídico y de manera política. En esta dimensión la gente tiene que acudir en defensa de Assange, incluso con las limitaciones y debilidades de él. Y han aumentado muchísimo la necesidad y la importancia de defender a Assange, particularmente contra la persecución política y jurídica del gobierno de Estados Unidos, debido a que el gobierno de Estados Unidos (encabezado por el régimen fascista de Trump y Pence) ahora ha amontonado cargos muy fuertes de espionaje en este proceso de persecución, con ominosas consecuencias, no solo para Assange, sino para todos y cada uno de los que se atreverían a destapar y desenmascarar los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos continuamente por el imperialismo estadounidense y sus instituciones de violencia y represión.
No obstante, sin dejar de darle en absoluto la debida importancia y énfasis a oponerse a estas maniobras represivas del gobierno de Estados Unidos, sigue siendo necesario y también tiene mucha importancia criticar a esta perspectiva y enfoque encarnado en el pensar de personas como Assange y Glenn Greenwald, así como Žižek. La idea de que estos políticos burgueses (o del “establecimiento”) son simplemente “todos la misma cosa”, sin ningún análisis de los matices, o ni siquiera las diferencias descaradas, entre ellos y las consecuencias de esto para las masas de personas, las masas de la humanidad — pues, esto es muy perjudicial.
Aquí cabe examinar las críticas que se hicieron a los comunistas alemanes en el período del ascenso al poder de Hitler y de los nazis en Alemania en la década de 1930. Se atribuyó a los comunistas alemanes esta consigna: “Nach Hitler, Uns” (que significa: “Después de Hitler, nosotros”). En otras palabras, el mismo tipo de pensar — que de hecho con Hitler al frente del gobierno, eso iba a sacudir las cosas e iba a causar una crisis tan grande en la sociedad que, por lo tanto, los comunistas iban a tener la oportunidad de llegar al poder. Eso representó una subestimación muy seria de lo que representaban Hitler y los nazis, y las terribles consecuencias de esto para la humanidad. Sí, los comunistas ahí debieron haberse opuesto consecuente y firmemente a todo el sistema sobre una base revolucionaria, pero también era muy importante y necesario reconocer que Hitler y los nazis eran una representación particularmente perversa y extrema de todos los horrores de este sistema, y los iban a llevar a cabo de formas muy extremas.
Así que, en relación con todo esto, hace falta un enfoque científico de construir una oposición al fascismo que está encarnado en el régimen de Trump y Pence en los Estados Unidos de hoy, de una manera que parta y proceda del entendimiento que se captura en las obras mías, como “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar” y “No ser Jerry Rubin, ni incluso Dimitrov, sino comunistas revolucionarios de a de veras: EL RETO DE DEFENDER LAS GARANTÍAS FUNDAMENTALES — DESDE UNA PERSPECTIVA COMUNISTA Y NO OTRA”. (Estos artículos están disponibles en revcom.us. Son parte de las Obras escogidas de Bob Avakian).
Como he subrayado varias veces, y como se concentra en la consigna que lanzamos: “El Partido Republicano es fascista. El Partido Demócrata también es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”. Esto enfatiza la importancia de ambos aspectos de la cosa: reconocer la particularidad de lo que representa el fascismo del régimen de Trump y Pence y del Partido Republicano en su conjunto, y enfrentar la naturaleza y los masivos crímenes del sistema en su conjunto, y todos aquellos que son funcionarios y ejecutores de este sistema, incluido definitivamente al Partido Demócrata.
En un artículo publicado en el New York Times (martes 16 de julio de 2019), “El racismo sale del armario”, Paul Krugman señala que no solo Donald Trump sino el Partido Republicano en su conjunto han abandonado el racismo disimulado, y han empezado a expresarlo abierta y crudamente. Krugman concluye este artículo de esta manera, refiriéndose al abandono, por parte del Partido Republicano, de toda pretensión de oponerse al racismo:
Resulta tentador decir que los argumentos republicanos a favor de la igualdad racial siempre fueron hipócritas; hasta es tentador ver con buenos ojos la transición de los mensajes en clave al racismo declarado. Sin embargo, si la hipocresía es el tributo que el vicio le rinde a la virtud, lo que estamos viendo en este momento es un partido que ya no siente la necesidad de rendir ese tributo. Y eso es profundamente aterrador.
En esta cita, Krugman sí que señala algo —algo que es importante y relevante— hasta donde va. El problema es que no va lo suficientemente lejos y, en particular, no rompe con los términos restrictivos de las contradicciones y los conflictos entre los partidos de la clase dominante (los republicanos y los demócratas). La posición de hipócritamente fingir una oposición a los atropellos tales como la opresión racista, a la vez que de hecho actuar como representantes, funcionarios y ejecutores de un sistema en el que esta opresión está integrada y el que no podría existir sin esta opresión — pues no solo se aplica al Partido Republicano del pasado (si siquiera se aplicó a ese partido en los últimos 50 años y más), sino también se aplica al Partido Demócrata. Lo que está concentrado en esta situación es la necesidad de reconocer, y manejar correctamente, una contradicción muy real y aguda: el hecho de que, por un lado, el Partido Demócrata, al igual que el Partido Republicano, es un partido de un sistema que continuamente comete, y no puede dejar de cometer, masivos crímenes contra las masas de la humanidad y encarna una amenaza existencial al futuro de la humanidad; y, por otro lado, el hecho de que (para parafrasear lo que se cita anteriormente del artículo de Krugman) existe una diferencia muy real y un peligro muy directo encarnado en el hecho de que uno de estos partidos de la clase dominante (los republicanos) abandona abiertamente gran parte de la pretensión de ser otra cosa salvo un rapaz, y sí racista, saqueador de seres humanos y del medio ambiente. Esto requiere de la síntesis correcta, en términos fundamentales, de oponerse al sistema en su conjunto, del cual ambos partidos son instrumentos, y de trabajar activamente, de manera continua, hacia el objetivo estratégico de abolir este sistema en su conjunto, mientras que también, con la misma perspectiva estratégica fundamental, reconocer el agudo peligro inmediato que representa el régimen fascista de Trump y Pence y trabajar de urgencia para atraer e incorporar a masas de personas en una movilización no violenta pero sostenida en torno a la exigencia de que ¡este régimen tiene que marcharse ya!
No reconocer a fondo este entendimiento, y sus diferentes aspectos y su dimensión completa, y no actuar según él, está muy relacionado con el individualismo — particularmente en la forma de buscar la ilusión del progreso indoloro, en lugar de estar dispuesto a hacerle frente a verdades inconvenientes e incómodas y actuar en consecuencia, incluso con los sacrificios que quizá sean necesarios.
Con todos los matices y particularidades de las contradicciones que sí hay que reconocer, esta verdad crucial puede expresarse de esta manera básica y concentrada:
El Partido Demócrata es parte del problema, y no es la solución.
Aquí hay que poner un reto ante todos aquellos que insisten en la posición de que “los demócratas son la única alternativa realista”: en la página web revcom.us, sale la serie “Crimen Yanqui”, que cuenta y detalla muchos de los más destacados crímenes horrorosos de la clase dominante de Estados Unidos, que se remontan a los inicios de Estados Unidos hasta el presente, cometidos bajo las administraciones republicanas y demócratas. Aquí va el reto: vaya a leer la serie “Crimen Yanqui” y luego regrese y trate de explicar por qué dejarse llevar en apoyar a los demócratas es algo digno que hacer.
Junto con sus otros crímenes, y su papel particular en mantener e imponer este sistema, en las circunstancias actuales, el Partido Demócrata también es un facilitador activo del fascismo debido a su negativa, incluso bajo los términos del sistema que representa, a hacer algo de importancia para oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence. Esto se concentra en la insistencia, de parte de la dirigente del Partido Demócrata, Nancy Pelosi (o Puercalosi, tal como se le debe llamar), de que un juicio político de destitución, una vez más, no está en consideración. Algunas personas quizá no recuerden (o quizá hayan elegido olvidar), y otras personas quizá ni siquiera lo sepan, pero surgió un sentimiento masivo a favor de procesar a George W. Bush en un juicio político de destitución en los años 2005-2006, en particular debido a la forma en que llevó a Estados Unidos a la guerra, al atacar e invadir a Irak, al causar una masiva destrucción y matanza en ese país, sobre la base de mentiras sistemáticas las que muy conscientemente perpetró todo su régimen con Colin Powell, Cheney y Rumsfeld, Condoleeza Rice y los demás, quienes deliberada y sistemáticamente mintieron al afirmar que Irak tenía armas de destrucción masiva y que supuestamente con esas armas amenazaba a Estados Unidos (y a los “aliados” de Estados Unidos). Con esas mentiras justificaron que se perpetrara la guerra de agresión de Estados Unidos contra Irak — la que, de hecho, fue un crimen internacional de guerra. En gran parte sobre esa base, surgió un sentimiento de masas a favor de un juicio político de destitución contra George W. Bush. Bueno, cuando los demócratas, en las elecciones de 2006, ganaron el control de ambas cámaras del Congreso, de inmediato Nancy Puercalosi dijo que un juicio político de destitución no estaba en consideración. Y ahora ella está haciendo lo mismo una vez más — y lo está haciendo no solo como individuo, sino como representante de la dirigencia del Partido Demócrata. Para tomar prestada una expresión de la escena de las pandillas, los “shot-callers” (o sea, los pesos pesados que dan las órdenes) del Partido Demócrata dicen: “No debemos procesar a Trump en un juicio político de destitución porque eso solo le beneficiará a él; él está trabajando para incitarnos a que lo procesemos”. Como si someter a Trump a un juicio político de destitución no sería algo bueno. Puercalosi insiste: “No vamos a caer en eso, vamos a pedir que Trump rinda cuentas”. ¿Ah, sí? ¿Cómo? ¿Cómo van a pedir que él rinda cuentas cuando ustedes los demócratas se niegan a usar uno de los instrumentos más poderosos que tienen, el juicio político de destitución, para realmente hacer algo con sentido para oponerse a lo que él está haciendo?
El otro día vi a una comentarista en una de las cadenas que hizo una observación la que (junto con muchas tonterías que también escupía y a pesar de esas tonterías) en realidad fue un tanto perspicaz e importante. Ella dijo: “Las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Si alguien puede hacer algo y salirse con la suya, la ley no tiene sentido”. Bueno, Puercalosi, su noción de “rendir cuentas” (hacer que Trump “rinda cuentas”) no tiene sentido porque usted se niega a ejercer los medios más efectivos que quizá tenga a su disposición para “hacer que él rinda cuentas”.
Ahora bien, algunas personas dicen que Puercalosi y los demás simplemente están haciendo todo eso porque tienen en mente las elecciones de 2020, y no quieren darle argumentos al Partido Republicano en apoyo a su insistencia de que “se trata de una cacería de brujas” contra Trump y el Partido Republicano. Quizá eso sea una consideración secundaria de parte de los demócratas, pero si escuchamos a Puercalosi, ella nos está diciendo de qué se trata en realidad. Ella dice que destituir a Trump dividiría aún más al país [Estados Unidos] — como si el “país” no estuviera ya muy dividido de manera muy profunda y muy intensa, en este momento, lo que es precisamente el motivo por el que alguien como Trump podría ser elegido en primer lugar.
Pero en realidad existen tres razones, o podríamos llamarlas los “tres temores”, que tienen Puercalosi y los demás. Temen a Trump y a los republicanos, y por lo tanto están permitiendo que Trump y los republicanos establezcan los términos de lo que pueden hacer. Su “lógica” es la siguiente: “Dado que Trump reaccionaría a fregadazos si tratáramos de destituirlo, por lo tanto, no deberíamos intentar someterlo a un juicio político de destitución”. Esa es la lógica de lo que están diciendo, aunque no lo articulen así directa y explícitamente. Así que están dejando que los republicanos establezcan los términos — lo que, por supuesto, solo causa que los republicanos sean aún más agresivos en conseguir su agenda y en desafiar y pisotear las “normas” de este sistema. Incluso de acuerdo con sus propios “principios” burgueses, los demócratas deberían actuar sobre la base de lo que está en su Constitución, y no de acuerdo a lo que los republicanos les permitan hacer.
Segundo, junto con temer a Trump y al Partido Republicano, sí temen la realidad de que las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Temen que si sometieran a Trump a un juicio de destitución —y si, de alguna manera, incluso lograran no solo destituirlo, sino que también de hecho lo condenaran en el Senado—, Trump bien podría declarar: “Jódanse, yo soy el presidente, no reconozco este juicio político”. En tal caso, ¿a qué y a quiénes pueden recurrir? Esto nos lleva a la otra dimensión de este segundo “temor”: temen a la “base” de Trump. Temen a estas fuerzas fascistas en la sociedad que Trump está alentando y azuzando para que actúen cada vez más de manera violenta y quienes (como explicaré en adelante) sí tienen muchas armas y están demostrando no solo su disposición, sino también su entusiasmo, por usarlas. Así que Puercalosi y los demás temen eso.
Pero al menos en la misma medida —y aquí va el “tercer temor”— temen a las personas al otro lado de la divisoria en Estados Unidos, a las personas que tienden a votar por los demócratas, especialmente a las masas básicas de los oprimidos. Temen a las propias personas, a las masas básicas y a otras personas, a quienes el Partido Demócrata es responsable de “acorralar” en la BEB y de “domesticar” su disentimiento. Temen a las personas que están enojadas por lo que representan Trump y Pence. No quieren que esas personas salgan a las calles, a menos que estén contenidas dentro de los límites estrechos de lo que el Partido Demócrata, y el sistema al que sirve, pueden permitir. Y no quieren el enfrentamiento entre esas personas y los fascistas que se han cuajado en torno a Trump. ¿Usted cree que quieren ver a las masas de negros, inmigrantes y otras personas, incluidas las masas de personas de diferentes capas sociales que están furiosas sobre lo que representan Trump y Pence — cree que quieren ver a esas personas en las calles en una oposición directa y decidida a lo que representan Trump y Pence? Esa es una de las peores pesadillas de Puercalosi y Compañía, no solo debido al potencial de un enfrentamiento combativo con los fascistas, sino porque las personas podrían salir completamente del control del Partido Demócrata, y de todo el sistema del cual los demócratas son representantes, funcionarios y ejecutores. Una gran parte de lo que ellos están representando e imponiendo se vería seriamente comprometida.
Así que esto es lo que realmente está pasando con Puercalosi y los demás al oponerse obstinadamente a una movida a favor de un juicio político de destitución.
Y luego hay que ver a uno de los principales funcionarios agresivamente fascistas del Partido Republicano, al congresista por Iowa, Steve King. Hace poco, junto con todos sus otros posteos escandalosos y declaraciones abiertamente racistas, misóginas y crudamente despectivas sobre los musulmanes y los inmigrantes, etc., King posteó un meme, con este comentario, en su página oficial de campaña:
La gente sigue hablando de otra guerra civil. Un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro no sabe cuál baño usar.
Ahora bien, hay que decir que este comentario contiene una “observación demente”. Obviamente, este es un vil ataque a las personas trans, así como a aquellos que apoyan a los derechos de esas personas. Así que, por una parte, esta es una declaración escandalosa, una declaración completamente reaccionaria y cruel. Pero sí expresa cierta observación demente, o una representación demente de cierta verdad, porque si bien las personas apoyan correctamente los derechos de la gente trans, la gente gay, las mujeres y otros, existen limitaciones y problemas reales con la perspectiva espontánea que prevalece entre aquellos que se encuentran en el lado correcto de la divisoria. Existe una estrechez relacionada a la “identidad”, y una omisión o una falta de atención suficiente a las dinámicas más grandes que se perfilan en la sociedad (y en el mundo) en su conjunto, y las implicaciones de esto, tal como representa, una vez más, el hecho de que, si bien las personas están luchando o oponiendo cierta resistencia en torno a este o aquel caso particular de opresión, discriminación y prejuicio, no están movilizándose para oponerse a todo el embate masivo que se encarna en el régimen de Trump y Pence, ni hablar de todo el sistema que ha producido este régimen. Existe el problema serio de que, en general, las personas que se consideran como “progresistas” o “concienciadas” no han hecho, por no decir algo peor, ninguna ruptura real con el chovinismo pro estadounidense (sobre el cual diré más en adelante). Y, en relación con esto, existe el problema fundamental de intentar resolver el conflicto con lo que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista, con sus “ocho millones de millones de balas”, confiando en lo que han sido las “normas” del orden burgués en Estados Unidos (o buscando retomarlas) (y, de parte de algunas personas, esto supone un llamamiento a “restaurar la civilidad”) mientras los fascistas están decididos a pisotear y triturar estas “normas” y no tienen ningún problema con que las personas que se les oponen adopten la posición de “civilidad” (acomodación) respecto a su implacable ofensiva fascista. Aunque esto no se aplica absolutamente, ocurre con demasiada frecuencia que, las palabras del poeta William Butler Yeats describen esta situación muy seria: “Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores rebosan de intensidad apasionada”. Y, así, si bien las cosas podrían estar encaminadas hacia una guerra civil, y la cosa podría llegar a la hora de la verdad incluso en el futuro no muy lejano, la alineación actual es muy desfavorable para cualquiera que represente algo digno en el mundo.
Todo esto, de cierta manera demente, está representado en la declaración de King de que un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro bando no sabe cuál baño usar. Una vez más, no se trata de que no sea importante la cuestión del uso del baño y las cuestiones más amplias que eso encierra. Eso sí que es importante. Pero existe un panorama más amplio aquí de esta tendencia o movimiento en desarrollo hacia una guerra civil, la que ahora mismo es muy unilateral en un sentido muy malo, y si las cosas continúan en esta trayectoria, el resultado podría ser verdaderamente desastroso.
Así que eso debería ser algo para reflexionar en serio — y no solo eso, sino también un estímulo serio para que entren en acción las personas que se preocupan por las diversas formas en que los ataques están cayendo sobre las personas y se está intensificando la opresión en todos los ámbitos contra grandes sectores de la población, a los cuales es necesario juntar para luchar contra la ofensiva de estas fuerzas fascistas — y además, en términos más fundamentales, es necesario atraer e incorporar a esos sectores sociales sobre la base de reconocer que se trata del sistema en su conjunto, del cual ha surgido este fenómeno fascista, y el que encierra una opresión tan terrible de la gente, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo, sistema mismo que hay que borrar de la tierra.
Ahora bien, otro elemento de esto que no podemos pasar por alto es que, si bien una buena parte de lo que King describe se aplica de cierta manera demente, en particular a las personas progresistas o a las personas de clase media llamadas “concienciadas”, existe otro tipo de problema con respecto a las personas oprimidas más básicas, y en particular a los jóvenes — un gran problema de que sus armas ahora están apuntadas los unos a los otros entre sí. Y sin abundar a fondo sobre esto ahora, esto es algo que hay que transformar radicalmente al construir un movimiento para una revolución real.
Así que ya llegamos a la cuestión de la relación entre impulsar la construcción de una revolución real y la todavía muy urgente cuestión de expulsar a este régimen fascista. Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución sigue siendo extremadamente relevante e importante:
La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más sí se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas).
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La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación., de Bob Avakian
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Hace poco, un profesional de clase media, a quien se le envió un artículo mío (mi respuesta a un artículo de opinión en el New York Times escrito por el ex “radical de los años 60” Mark Rudd)1, respondió en el sentido de que a pesar de que estaba muy ocupado,
Hoy me abrí un espacio... para leer la respuesta completa de Bob Avakian al artículo de Mark Rudd en el New York Times y quedé muy decepcionado. A pesar de que Rudd se enfoca en el tema de la violencia como una herramienta para el cambio revolucionario, Avakian vacilaba y evadía, tratando de argumentar por dos cosas al mismo tiempo. Condenó la “locura” del Weather Underground y de “equivocado” calificó al bombazo que intentaron, pero luego criticó vagamente la estrategia de la “no violencia” por ser demasiado “limitante”. ¿¿¿¿Qué????
Aparentemente, el Nuevo Comunismo apoyaría la violencia una vez que una revolución “real” masiva estuviera en marcha. Si esa suposición es cierta, pues, ¿por qué Avakian no lo dice en lugar de mostrarse tan esquivo al respecto en su respuesta a Rudd? Aparentemente, el Weather Underground solamente estuvo tácticamente “equivocado” al planear prematuramente un ataque violento.
Muy confuso y embrollado.
Esto es digno de una respuesta — no a manera de singularizar a esta persona específica, sino precisamente porque sus comentarios son típicos de todo un sector de los “liberales” de clase media, cuyo problema básico es que, a pesar de sus inclinaciones a favor de oponerse a ciertas formas de injusticia y opresión, están en un maridaje tan fuerte con este sistema que se resisten fuertemente a explorar, o incluso se niegan rotundamente a explorar, la cuestión decisiva de lo que realmente es necesario para poner fin a la opresión y la explotación —la cuestión decisiva de la reforma o la revolución— y en particular tienen una fuerte aversión a abordar una presentación sustancial de por qué es imposible reformar este sistema del capitalismo-imperialismo de una manera que correspondería en los intereses fundamentales de la humanidad, y que hay que derrocar este sistema, mediante una revolución real, y reemplazarlo por un sistema radicalmente diferente y mucho mejor.
La cuestión esencial y central que se aborda en el artículo al que responde esta persona no es la violencia o la no violencia, es la reforma o la revolución. Y, derivado de esa cuestión decisiva —o con mayor precisión, derivado de la determinación científica de que hace falta una revolución— se trata la cuestión de qué es necesario para llevar a cabo tal revolución, así como cuál es el contenido de esa revolución. En lugar de responder a estas cuestiones, la respuesta de marras se entrega a lo que desafortunadamente es un desdén liberal simplista tan común, que ofrece tan sólo una crítica superficial, falsa y engañosa: que mi artículo (mi respuesta a Rudd) “vacila y evade” sobre la cuestión de la violencia (o sea, no habla con claridad al respecto). Si se trata de que, por parte de esta persona, él no puede ver o que él no verá lo que es obvio, las siguientes secciones de mi respuesta a Rudd dejan muy en claro cuál es mi posición sobre esta cuestión:
Rudd pone una dicotomía falsa: Según su manera de presentar las cosas, las únicas alternativas son la violencia de parte de un pequeño grupo que está aislado de las masas de personas, o limitar las cosas a las reformas que se obtienen mediante la acción no violenta de millones de personas. Pero, ¿y qué de la lucha verdaderamente revolucionaria de millones de personas, con el objetivo no solo de ganar concesiones al sistema existente, sino de derrocarlo y crear un sistema mucho mejor?2
Y:
Hay, por supuesto, un lugar definido y un papel definitivamente positivo para las luchas no violentas masivas cuyo objetivo queda corto de una revolución pero que se oponen a la opresión y atrocidades reales de este sistema. Un ejemplo muy importante al respecto es el llamamiento de Rechazar el Fascismo a una movilización de masas no violenta pero sostenida para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence. Pero limitar las cosas a la no violencia, en todas las circunstancias y como una especie de supuesto principio absoluto —oponerse a una lucha revolucionaria llevada a cabo por millones de personas para derrocar este sistema cuando se hayan gestado las condiciones que lo harían posible— significa al menos aceptar objetivamente y acomodarse a este sistema monstruoso y las instituciones muy violentas (en particular las fuerzas armadas y la policía) que refuerzan su gobierno, en Estados Unidos y en todo el mundo, con las atrocidades más masivas y atroces. Cualquiera que sea su intención, eso es lo que Rudd de hecho está haciendo3.
Solo hay una sola conclusión posible —o lógica y razonable— que se puede sacar de la forma en que este artículo pone las cosas en este caso (así como en cualquier otro lugar), y esa conclusión definitivamente no es que el artículo está “vacilando y evadiendo” sobre qué tipo de lucha de millones de personas es necesaria para deshacerse de este sistema y para crear un sistema mucho mejor. Si esta persona estuviera genuinamente confundida acerca de esto, podría haber recurrido al discurso mío, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, que se cita (y lleva una nota al pie de página) en esta respuesta a Rudd, donde aborda con cierta profundidad y detalle la cuestión de la manera en que la revolución para deshacerse de este sistema debe y puede llevarse a cabo, y al mismo tiempo que lo explica con mucha precisión, sin dejar espacios para malentendidos honestos sobre lo que se está diciendo (y lo que no se está diciendo)4. (Dado que, como lo indicó esta persona, estaba muy ocupado en el momento en que escribió su crítica, si de alguna manera no tenía una genuina claridad sobre lo que ahí se decía sobre la cuestión de derrocar este sistema, lo que hubiera correspondido a una posición de principios simplemente habría sido declarar que le faltaba claridad e indicar que, dada la importancia de esta cuestión objetivamente, él planeaba intentar obtener una comprensión más profunda de cuál es esa posición en realidad al leer “Por qué nos hace falta... cómo concretamente podemos...” cuando tuviera el necesario tiempo para explorarla con detenimiento. En el ínterin, estoy seguro de que, si él lo reflexionara un poco, esta persona tendría la capacidad, y la experiencia, para comprender por qué, si uno va con seriedad para hacer una revolución real, hay ciertas cosas que hay que expresar con cuidado y de manera responsable y no de manera “esquiva”, con el objetivo de impedir que se facilitara que se interpretaran mal y que el poderoso aparato represivo de este sistema actuara sobre la base de una tergiversación de lo que se dice).
De todos modos, “aparentemente” esta persona sí entiende lo que se dice acerca de la violencia y la no violencia — aunque la forma en que lo pone no es la forma precisa en que hay que formularlo. Esto se revela en su declaración de que “Aparentemente, el Nuevo Comunismo apoyaría la violencia una vez que una revolución ‘real’ masiva estuviera en marcha”. Pero su siguiente “aparentemente”, una vez más, no acierta: no es que “el Weather Underground solamente estuvo tácticamente ‘equivocado’ al planear prematuramente un ataque violento”. Más bien, ellos intentaron sustituir actos de “terror excitante” en lugar de una revolución real con la participación de millones de personas, y además que tales actos fueron incorrectos y perjudiciales, fueron distintos no solo en “tiempo” sino en naturaleza a una lucha revolucionaria real por el poder que se emprendería de acuerdo con el principio de que las fuerzas de combate revolucionarias deben: “Siempre realizar las operaciones y actuar de las maneras que concuerden con el punto de vista y las metas emancipadores de la revolución” — lo que incluye distinguir entre las fuerzas armadas que luchan por conservar y reforzar el sistema existente de explotación y opresión y, por otro lado, los civiles comunes5.
Una vez más: la reforma o la revolución
Pero, una vez más, toda esta supuesta incertidumbre equivale a una “evasión”, una diversión, para evitar lo que de hecho es la cuestión decisiva en la realidad y en lo que se trata de manera central en el artículo que responde a Mark Rudd: ¿Es posible reformar este sistema, por medio de una lucha que se apoye únicamente y como un principio absoluto en la no violencia — o, de hecho, se necesita una lucha revolucionaria de millones de personas, para derrocar este sistema, a fin de poder abrir el camino a la eliminación de la explotación, la opresión, la desigualdad y la injusticia que están incorporadas en este sistema?
Mi respuesta a Rudd aborda profundas contradicciones que caracterizan a este sistema, tales como se formulan en los “5 ALTOS” (que abarcan la opresión de los negros y otras personas de color, la opresión de las mujeres y otras opresiones basadas en el género, la persecución de los inmigrantes, las guerras injustas y los crímenes contra la humanidad, y la destrucción cada vez más intensificada del medio ambiente) y el enorme y verdaderamente horroroso sufrimiento que este sistema impone a las masas de la humanidad y la amenaza existencial muy real que representa para el futuro de la humanidad. Declara muy claramente que “en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!”6 Luego pone este reto:
¿Es posible que Mark Rudd (o cualquier otra persona) argumente que es posible que se realice todo esto —poner fin a estos “5 ALTOS” y a las horrorosas condiciones a las que están sometidas las masas de la humanidad bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo— mediante reformas dentro de los límites de este sistema y sin el derrocamiento revolucionario de este sistema (o dice el argumento según el cual lo mejor que se puede esperar es que todo esto continúe, pero con —lo que objetivamente representa— una leve mitigación)?7
Sería muy bueno que, en lugar de evadir las cosas con la afirmación espuria de que mi respuesta a Rudd está “vacilando y evadiendo”, la persona que escribió esta “crítica” —y, más allá de eso, todos los “liberales” con ideas afines— respondieran a este reto y abordaran directa y honestamente esta cuestión. Eso podría ayudar a alentar y contribuir a lo que es un necesario debate de masas en toda la sociedad sobre la cuestión decisiva de la reforma o la revolución, y todo lo que tiene una profunda importancia en relación con eso.
 
1. Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real. Este artículo está disponible en revcom.us. [volver]
2. Bob Avakian responde a Mark Rudd, énfasis en el original. [volver]
3. Bob Avakian responde a Mark Rudd, cursivas en el original, negritas agregadas. [volver]
4. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el vídeo en inglés de este discurso de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
5. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
6. Bob Avakian responde a Mark Rudd, énfasis en el original. (En esta parte, la respuesta a Mark Rudd cita Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.) [volver]
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Prepublicación, 3 de agosto de 2019 Lea o descargue el pdf en español; o en forma de html
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Hace poco, en el New York Times (viernes 6 de marzo de 2020), salió un comentario (“Political Passion Turned Violent” [La pasión política se volvió violenta]) escrito por Mark Rudd, un ex radical de los años 1960. La motivación de la redacción del diario Times, al publicar este artículo de Rudd, no es difícil de discernir. Rudd enfatiza que los actos significativos de violencia de hoy, y el peligro de lo que eso representa para la sociedad, los está perpetrando lo que él llama la “extrema derecha”; y, en general, insiste en que la no violencia es la única forma legítima y efectiva de obtener un cambio social deseado (y deseable) y que hay que renunciar a toda violencia, por parte de cualquier movimiento social para el cambio. Aparte de la propia motivación de Rudd al escribir este comentario, la realidad es que ambos argumentos de Rudd están alineados con las preocupaciones y los objetivos de la redacción del Times, y del sector de la clase dominante de este sistema del cual son representantes: reconocen la amenaza muy real a las “normas” del orden social existente en lo que están haciendo Trump y aquellos que están alineados con él y se unen detrás de él (la “extrema derecha”, según Rudd); y, más fundamentalmente, les preocupa que, sobre todo en estos tiempos de intensificación de polarización y agudo “estrés social”, los movimientos sociales y los conflictos sociales deben permanecer circunscritos a un marco y límites que no amenacen al sistema existente. Y sin duda les sirve de beneficio adicional que alguien identificado como un “radical de los años 1960” que “ha dejado ese ámbito” y se ha unido a las filas de los “razonables” que insisten en que en realidad no existe ninguna alternativa a este sistema.
Debido a esto —porque Rudd dice, como alguien que participó en el auge de lucha radical de la década de 1960, que esté brindando lecciones cruciales y principios universales sobre cómo debe llevarse a cabo (y no llevarse a cabo) la lucha contra la opresión y la injusticia— es importante examinar lo que Rudd sostiene, y en particular a lo que él renuncia que hay que renunciar, y a lo que no hay que renunciar sino que hay que defender y llevar adelante, a la vez que darle una orientación y dirección científicamente fundada.
A fines de la década de 1960 (y entrando a los principios de la década de 1970) Rudd era parte del grupo Weather Underground. Como él mismo dice, las personas que formaron el Weather Underground habían sido parte del grupo Estudiantes para una Sociedad Democrática (SDS), el que a fines de la década de 1960, en el apogeo del auge de lucha radical de esa época, se había convertido en una organización de masas de miles de personas que representaba los sentimientos revolucionarios ampliamente sostenidos de literalmente millones de jóvenes en ese momento. A medida que llegaban a entender que las cosas como la opresión de los negros y la matanza en masa llevada a cabo por Estados Unidos en Vietnam de alguna manera estaban vinculadas a la naturaleza misma del sistema, SDS se había topado con la cuestión de cómo hacer que se dé algún tipo de cambio revolucionario, aunque había diferentes ideas sobre lo que eso de hecho significaba y cómo hacer que se diera, y por eso la organización se escindió en varias tendencias diferentes, cada una comprometida con un enfoque diferente respecto a estas cuestiones muy básicas. En efecto, Weather Underground expresó la indignación de los jóvenes educados frustrados que habían perdido la paciencia con la idea de hacer el trabajo político para ganarse a las masas de personas hacia una posición revolucionaria y, en cambio, adoptaron lo que equivalía a actos de “terror excitante” en lugar de un movimiento revolucionario de masas. En una de sus observaciones más veraces y perspicaces, Rudd ha señalado que la enormidad de los crímenes cometidos por este sistema, en el territorio de Estados Unidos y en Vietnam, fue mayor de lo que los que se convirtieron en Weather Underground podían manejar racionalmente. Y por eso adoptaron una orientación y acciones que estaban divorciadas de cualquier enfoque serio y científico de la revolución, y en muchos aspectos estaban cada vez más divorciados de la realidad. Como alguien que formó parte del amplio movimiento revolucionario de la época, que se enfrentó y luchó contra esta degeneración política e ideológica de las personas indignadas por los crímenes de este sistema, y reflexionando sobre ello ahora, una paráfrasis de los versos iniciales del poderoso poema de Allen Ginsberg Aullido me viene a la mente: vi a algunas de las mejores personas de mi generación destruidas (por un tiempo) por la locura.
Desafortunadamente, la “recuperación” de esa locura por alguien como Rudd ha implicado caer en otro tipo de “locura” política e ideológica: la noción de que de alguna manera es posible lidiar con los crímenes masivos de este sistema por medio de un movimiento a favor de las reformas, dejando a este sistema intacto y en el poder. A lo que hay que renunciar en la posición del antiguo Weather Underground es a su abandono y alejamiento del proceso de hacer nacer un movimiento de millones de personas con el objetivo de un derrocamiento revolucionario real de este sistema criminal. A lo que no hay que renunciar es al profundo odio por todo este sistema y la determinación de poner fin a sus crímenes sin fin, que en realidad requiere una revolución real llevada a cabo por las masas, por millones de personas.
Aunque Rudd habla de los revolucionarios negros a los que la policía y el gobierno federal “atacaban despiadadamente” durante el auge de lucha de la década de 1960, al parecer se le ha “olvidado” la profunda verdad expresada por uno de los revolucionarios negros líder de la época, Rap Brown: “La violencia es tan estadounidense como el pastel de cereza”.
Bajo este sistema, la policía mata a mil personas cada año y somete a millones de personas más, sobre todo a las personas de color, al continuo hostigamiento y brutalidad. Millones de hombres negros y latinos, y un número creciente de mujeres, están encarcelados en prisiones infernales, mientras que millones más están atrapados de varias formas en el “sistema de justicia penal”. Al mismo tiempo, Estados Unidos sigue llevando a cabo masacres en masa (y respaldando a tales matanzas por parte de sus “aliados”) en el Medio Oriente y en muchas otras partes del mundo.
Rudd reconoce algo de eso, pero luego tergiversa la historia y una vez más se aleja de una forma racional y lógica de pensar al servicio de renunciar y declarar no ha lugar a cualquier cosa que no sea una protesta no violenta dentro de los límites de este sistema. Y, como no debería sorprender a nadie que haya estado prestando atención a las convenciones de la época, como parte de hacerlo, Rudd hinca su rodilla metafórica, rindiendo una adulación aparentemente obligatoria, a las tergiversaciones de la “política de identidad”. Les recuerda a los lectores que las personas que formaron el Weather Underground eran “jóvenes blancos, de clase media y con educación universitaria”. Y luego dice lo siguiente:
Nuestro dolor por la violencia de este país y nuestra vergüenza por no tener la capacidad de detener la guerra abrumaban a todos nosotros. Esa vergüenza también emanó de nuestro privilegio racial y de clase. No éramos las personas que sufrían los bombardeos de saturación en Vietnam ni nos enfrentábamos a las turbas y los sherifatos racistas en Misisipí. (énfasis añadido)
Uno está tentado a descartar toda esa línea de argumentación (y especialmente la parte que he puesto en cursivas) con un simple “¡¿Y qué?!” Pero cabe desmenuzarla más profundamente. En primer lugar, Rudd (que habla de los revolucionarios negros sometidos a una represión brutal por parte de la policía y el gobierno) una vez más “olvida” a esos revolucionarios negros y al hecho de que, al pasar de las limitaciones del movimiento de derechos civiles a la posición más avanzada de exigir la liberación de los negros y vincular esa lucha con las luchas de liberación en el tercer mundo, esos revolucionarios negros ejercieron una poderosa fuerza positiva para influenciar a los movimientos de aquellos tiempos, incluso entre los jóvenes educados, hacia una orientación más revolucionaria, aunque esa orientación era un revoltijo, que abarcaba un complejo de tendencias en conflicto, entre ellas el comunismo revolucionario que salía de China, así como diversas tendencias nacionalistas revolucionarias y otras tendencias contradictorias. Los argumentos de Rudd en este caso también están alineados con lo que argumentaban en ese momento la clase dominante y los defensores de derecha de la guerra de Vietnam, quienes atacaron a los estudiantes que se movilizaban contra esa guerra al denunciarlos como mocosos privilegiados de clase media que habían logrado evitar “servir” en el ejército en esa guerra. Esto pasa por alto el hecho de que entre los sectores más oprimidos de la sociedad, aquellos con el menor “privilegio de clase y racial” —los negros, los chicanos y los puertorriqueños, cuyos jóvenes murieron de manera desproporcionada en esa guerra— la oposición a la guerra fue muy extensa, y el hecho de que crecía una oposición a la guerra entre los soldados estadounidenses (y ex combatientes) en esa guerra, inspirados en un grado importante por la posición antibélica y las acciones precisamente del movimiento estudiantil. Entre otras cosas, esta realidad en sí es una refutación poderosa a lo que al parecer Rudd argumenta o da a entender. El “privilegio de clase y racial” que pone Rudd, respecto a aquellos que formaron el Weather Underground, y el hecho de que ellos no fueron las personas que estaban sometidas a la horrorosa violencia a la que él se refiere, no hace en absoluto que su vergüenza sea inválida, ilegítima o intrascendente. Por el contrario, el hecho de que ellos no estuvieran sometidas directamente a esa situación, sino que estaban indignadas por esa situación y estaban decididas a hacer algo para detenerlo, es exactamente lo que tenía de correcto su orientación. El problema fue que abandonaron y rechazaron el camino de construir un movimiento revolucionario de masas decidido a poner fin no solo a la matanza en Vietnam y a la violenta opresión y represión “en casa”, sino a todo el sistema que, debido a su propia naturaleza, continuamente perpetra crímenes tan monstruosos. En cambio, hicieron lo que en realidad constituía una retirada hacia actos aislados de violencia mal dirigida, y hacia una orientación general, objetivamente en oposición a la construcción del movimiento de masas revolucionario que hacía falta.
Reflexionando sobre la muerte de miembros del Weather Underground, que resultaron muertos mientras fabricaban una bomba que, según Rudd, iban a detonar en un baile en la base militar del Fuerte Dix (un baile al que asistieron no solo soldados sino también civiles), Rudd tiene razón en que tal bombazo, si se hubiera llevado a cabo, habría resultado en una represión gubernamental aún más generalizada y sanguinaria, no solo contra el Weather Underground sino contra los amplios movimientos de masas de resistencia y contra las auténticas fuerzas revolucionarias de ese entonces. Pero él está traficando con la verdad cuando retrata a los soldados estadounidenses, como los que estaban apostados en el Fuerte Dix, simplemente como “nuestros vecinos y conciudadanos”. No, eran otra cosa — algo más y algo peor: eran parte de la maquinaria masiva de muerte y destrucción que estaba llevando a cabo la matanza en masa del pueblo vietnamita, de millones de personas, al servicio de los intereses y objetivos imperiales a los que las fuerzas armadas de este sistema sirven y buscan reforzar. De hecho, como ya se mencionó, eso era algo que un número creciente de esos soldados empezaban a reconocer, y para el momento que Rudd menciona (a principios de 1970), miles de ellos ya habían entrado en rebelión contra los crímenes que se les ordenaba llevar a cabo y contra aquellos, en el ejército y más allá, que estaban organizando, entrenando, desplegando y ordenando que llevaran a cabo estos crímenes de guerra masivos y crímenes contra la humanidad.
Sin duda, el bombazo contra el baile en el Fuerte Dix habría sido un acto equivocado y muy perjudicial. Pero los soldados de las fuerzas armadas de Estados Unidos, en ese entonces y hoy, no se merecen que sean acogidos simplemente como “nuestros vecinos y conciudadanos”, ni tampoco se merecen que los celebren por ser “héroes”, sino más bien se merecen que los condenen por los crímenes que han cometido y hay que llamar y luchar con ellos para que se nieguen a seguir cometiendo tales crímenes y se conviertan en parte de la resistencia política al sistema el cual requiere y exige tales atrocidades masivas de manera continua — una lucha la que, de hecho, muchas personas con una mentalidad revolucionaria llevaban a cabo durante el curso de la guerra de Vietnam, contribuyendo a la creciente oposición entre los propios soldados y al movimiento más amplio de oposición a esa guerra1.
Como parte de su repudio a la revolución, Rudd dice que, en los años transcurridos desde el auge de lucha de la década de 1960, “la izquierda” ha “formado un fuerte consenso... para controlar sus elementos marginales violentos”, pero que “La violencia está amenazando una vez más a nuestro tejido social, en esta ocasión desde la extrema derecha”.
En primer lugar, y fundamentalmente, perpetran la violencia no solo “la extrema derecha” sino el sistema en su conjunto — y aquellos que gobiernan en él, entre ellos aquellos que se encuentran en “la izquierda” de este sistema (en el Partido Demócrata). ¿Rudd se refiere al Partido Demócrata al mencionar sus “elementos marginales violentos” de “la izquierda”? ¿El Partido Demócrata, y aquellos que aspiran a ser sus máximos dirigentes — son aquellos los que han renunciado a la violencia? NO. No lo han hecho — y no pueden hacerlo. Su sistema continuamente perpetra y depende de la violencia — no podría existir y perpetuarse sin una violencia masiva.
Rudd pone una dicotomía falsa: Según su manera de presentar las cosas, las únicas alternativas son la violencia de parte de un pequeño grupo que está aislado de las masas de personas, o limitar las cosas a las reformas que se obtienen mediante la acción no violenta de millones de personas. Pero, ¿y qué de la lucha verdaderamente revolucionaria de millones de personas, con el objetivo no solo de ganar concesiones al sistema existente, sino de derrocarlo y crear un sistema mucho mejor? Hay, por supuesto, un lugar definido y un papel definitivamente positivo para las luchas no violentas masivas cuyo objetivo queda corto de una revolución pero que se oponen a la opresión y atrocidades reales de este sistema. Un ejemplo muy importante al respecto es el llamamiento de Rechazar el Fascismo a una movilización de masas no violenta pero sostenida para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence. Pero limitar las cosas a la no violencia, en todas las circunstancias y como una especie de supuesto principio absoluto —oponerse a una lucha revolucionaria llevada a cabo por millones de personas para derrocar este sistema cuando se hayan gestado las condiciones que lo harían posible— significa al menos aceptar objetivamente y acomodarse a este sistema monstruoso y las instituciones muy violentas (en particular las fuerzas armadas y la policía) que refuerzan su gobierno, en Estados Unidos y en todo el mundo, con las atrocidades más masivas y atroces. Cualquiera que sea su intención, eso es lo que Rudd de hecho está haciendo.
Como he enfatizado:
Ciertas concesiones del gobierno ante la lucha contra la injusticia —por ejemplo, la legislación por los derechos civiles; DACA, que otorgó el estatus legal temporal a algunos inmigrantes traídos a Estados Unidos de niños; decisiones judiciales que establecían el derecho al aborto y al matrimonio gay— eran victorias ganadas con dura lucha, pero el problema es que son, y sólo pueden ser, victorias parciales, que lidian solamente con algunos aspectos de la opresión bajo este sistema, pero sin eliminar la opresión en general, o la fuente de esta opresión — la que es el propio sistema. Y aunque sí se ganen tales victorias parciales, mientras este sistema siga en el poder, habrá fuerzas poderosas que se maniobrarán para atacar y socavar, y tratar de revocar, incluso estos triunfos parciales2.
Rudd no solo abandonó lo que en esencia era correcto (y justo) en su posición durante la década de 1960 —su odio y oposición a este propio sistema— así como lo que estaba muy mal en dónde lo llevó ese odio (acoger, aunque él mismo efectivamente no llevara a cabo, actos de violencia infantil divorciados de la lucha revolucionaria de las masas de personas). Incluso ha ido al extremo de trivializar lo que representa “la extrema derecha”. Al hablar de la inclinación de la “extrema derecha” a la violencia, él dice lo siguiente:
Curiosamente, lo entiendo: quítese la supremacía blanca y consérvese el dolor, y eso no es muy distinto a mis amigos y yo de hace 50 años.
Sí, definitivamente es distinto — ¡hay una profunda diferencia! Sin ignorar los problemas muy reales con la orientación y las acciones del Weather Underground, no existe ninguna similitud, y definitivamente no existe ninguna equivalencia, entre el odio justo pero despistado contra la naturaleza criminal y las atrocidades de este sistema, lo que llevó al Weather Underground a un tipo de locura y, por otro lado, el fanatismo violento de los fascistas que están decididos a fortificar y llevar a dimensiones extremas toda forma de opresión sanguinaria y atrocidad depravada que requiere este sistema. Los comentarios de Rudd en este caso coinciden con la tendencia a prestar una cierta “legitimidad” a lo que no es solo una “extrema derecha”, en un sentido vago, sino una fuerza fascista definida, con la participación de un poderoso sector de la clase dominante, encarnada en el Partido Republicano, y en particular hoy en el régimen de Trump y Pence, y un segmento importante de la sociedad, que es la “base” dura de ese partido.
La supremacía blanca no es algo que existe como accesorio a este fascismo, sino que está al corazón de este fascismo — y no simplemente permite dárselo por descontado (“quitárselo”) sino que hay que reconocerla en toda su extensión por lo que es y luchar enérgicamente en su contra.
Las manifestaciones de empatía de Rudd por estos fascistas incluyen la afirmación de que ellos “tienen quejas por el proceso de desaparición de lo que siempre han visto como ‘su país’”. Pero, ¿cuáles, en realidad, son esas quejas y qué es lo que siempre han visto como “su país” al que quieren “hacer que vuelva a tener grandeza”?
Como he señalado:
Hay una línea directa que conecta la Confederación esclavista de los años 1860 con los fascistas de hoy, y una conexión directa entre su supremacía blanca, su franco odio y repudio tanto a la gente LGBT como también a las mujeres, su repudio abierto a la ciencia y al método científico, su cruda xenofobia tipo “Estados Unidos Ante Todo”, y su proclamada “superioridad de la civilización occidental”, y su belicoso uso del poderío militar, incluso con sus declaraciones y abiertas amenazas de que están dispuestos a usar armas nucleares para destruir países3.
Y aquí cabe citar unas observaciones importantes del teólogo afroamericano Hubert Locke, quien señala particularmente a los fundamentalistas cristianos, los cuales son una fuerza impulsora en este fascismo:
No debemos subestimar lo que está en juego en esta batalla contra la derecha religiosa. No es una casualidad que la fuerza y apoyo del movimiento proviene principalmente del centro del país, lo que llaman el “corazón” de Estados Unidos, y en particular la región sureña. Esa zona de Estados Unidos jamás se acomodó a la nueva realidad del país tras la Segunda Guerra Mundial. Al breve lapso de normalidad de posguerra le siguió una década de una revolución racial latente y por mucho tiempo necesaria, que arrasó con siglos de cultura y tradición, especialmente en el Sur. Dos décadas más tarde, el desengaño de una guerra impopular en el sudeste asiático sacudió las bases del patriotismo convencional y tradicional en la vida estadounidense; a eso le siguió una revolución sexual que trastornó actitudes muy arraigadas de ese sector de la población sobre la posición subordinada de la mujer en la sociedad y el rechazo a las personas gays y lesbianas en la vida estadounidense. Estas derrotas políticas, sociales y culturales han estallado ahora en una batalla sin tregua para retrasar el reloj 50 años y devolver el país a su pureza de la anteguerra. Es significativo que dar clases en el creacionismo ocupe un lugar tan prominente en el programa de la derecha religiosa. La derecha perdió esa batalla a mediados de la década de 1920 pero nunca aceptó su derrota, como algunas fuerzas duras nunca han reconocido su derrota en la Guerra Civil. En consecuencia, la derecha religiosa quiere restaurar un modo de vivir que desapareció del país hace medio siglo.
Si todo esto fuera simplemente una batalla por el corazón y la mente de la gente de Estados Unidos, podríamos entrar al conflicto con mucho menos preocupación, confiados de que al final la razón y la bondad humana triunfarán sobre la ignorancia y la intolerancia. Pero esta es una batalla por el poder: por apoderarse de las riendas del gobierno, manipular los tribunales y las decisiones judiciales, controlar los medios de comunicación y entrometerse en todo rincón de la vida y las relaciones personales, para que reine en Estados Unidos lo que la derecha religiosa percibe como la voluntad de Dios4.
Rudd va al extremo de declarar que todos los que viven en Estados Unidos están “juntos en esto”. Al parecer, no basta para Rudd, que haya “hecho las paces” con este sistema de opresión violenta; él va al extremo de insistir en que hay que encontrar puntos en común con aquellos —los fascistas— que quieren darles las expresiones más extremas y grotescas a los crímenes que están integrados en este sistema.
En referencia a su orientación y la de los demás en Weather Underground a fines de la década de 1960 y principios de 1970, Rudd describe su perspectiva como de “aferrarse al delirio de que la revolución violenta era inminente”. Entre otras cosas, en este caso Rudd continúa con su descripción de las dicotomías falsas: “niega” la suposición falsa del Weather Underground en ese momento de que un pequeño grupo podría poner en marcha una revolución con actos de violencia divorciados de la lucha de masas de personas, y que se llevaban a cabo objetivamente en oposición a dicha lucha, al hacer ahora la declaración falsa, y ciertamente no menos perjudicial, de que una revolución real no es posible ni realmente deseable. En realidad, la cuestión de si una revolución real podría haber sido posible en Estados Unidos en el apogeo del auge de lucha de masas de fines de los años 1960 y principios de los 1970, es un asunto serio y complejo, y no algo a tratarse de manera irresponsable en la forma en que lo hace Rudd, al rechazar esta cuestión con la frase superficial y necia: “el delirio de que la revolución violenta era inminente”.
Una revolución real requiere dos factores esenciales: una situación revolucionaria, y un pueblo revolucionario que cuenta con millones de personas. Y estos dos factores están estrechamente interconectados. Una situación revolucionaria implica no solo una crisis en la sociedad en un sentido general, sino una situación en la que el sistema y sus poderes gobernantes se encuentran en una crisis profunda y aguda y millones y millones de personas se niegan a que las gobiernen a la antigua usanza — y están dispuestas y decididas a poner todo en juego para hacer caer este sistema y crear una nueva sociedad y gobierno. Según los componentes y las señales esenciales de una crisis revolucionaria, grandes partes de la sociedad vean la violencia utilizada para mantener en pie este sistema por lo que es —asesina e ilegítima— y que los conflictos entre las fuerzas gobernantes se vuelvan realmente profundos y agudos, y las masas de personas no respondan a tal situación cobijándose bajo uno u otro bando de los gobernantes opresivos, sino que respondan sacando provecho de tal situación para acumular las fuerzas para la revolución5.
En el punto álgido del auge de lucha radical de los años 1960 y principios de los 1970, existían elementos definidos de los factores necesarios para la revolución: existía una crisis política muy real y profunda para la clase dominante, y había masas de personas con una mentalidad revolucionaria. Eso es una verdad innegable:
Ya para 1968 y durante varios años después, grandes números de personas en Estados Unidos, incluidos millones de jóvenes de la clase media, así como masas de pobres y oprimidos, estaban motivados por un odio totalmente justificado contra este sistema y por sus aspiraciones a tener un mundo radicalmente diferente y mejor —y esto se propagó profundamente en las fuerzas armadas del propio sistema— aunque bien lo que la mayoría de las personas entendía se caracterizó por un sentimiento revolucionario el que, si bien justo, carecía de una base científica profunda y consecuente6.
Pero la situación aún no se había desarrollado (y, a medida que las cosas se desenvolvían, no se desarrolló) en una crisis revolucionaria total; y las fuerzas revolucionarias en ese momento no tenían claridad y no estaban unidas en torno a un enfoque estratégico que pudiera haber aglutinado el extenso sentimiento revolucionario en una fuerza organizada capaz de librar una verdadera lucha revolucionaria para derrotar y desmantelar a las violentas fuerzas de represión del sistema capitalista-imperialista gobernante. Como he resumido:
el verdadero fracaso de esos años era que aún no existía una vanguardia revolucionaria con esa base y método científico, y con la orientación, estrategia y programa que pudieran dar una expresión organizada al sentimiento revolucionario de masas y dirigir un esfuerzo por realmente hacer la revolución7.
El auge de lucha radical de la década de 1960 en Estados Unidos fue a su vez parte de una ola más amplia de lucha y transformación que se estaba dando en todo el mundo, y fue impulsada e inspirada en gran medida por las luchas, en todo el tercer mundo de América Latina, África, Medio Oriente y Asia, para quitarse el yugo de la opresión colonial — y más allá de eso, la existencia de un estado socialista revolucionario en China y el movimiento revolucionario de masas de la Revolución Cultural en ese país, con la participación de cientos de millones de personas en la lucha por derrotar los intentos de restaurar el capitalismo en China y, en oposición a eso, continuar y profundizar la revolución socialista ahí y apoyar a las luchas revolucionarias en todo el mundo. Pero, como he analizado, por ejemplo en obras recientes como Breakthroughs (Abriendo Brechas) y Esperanza para la humanidad sobre una base científica, ese auge de lucha se topó con ciertas limitaciones, así como con poderosas fuerzas contrarias, y entró en un reflujo, no solo en uno u otro país, sino como un fenómeno mundial8. Y desde ese entonces, se han dado cambios profundos en el mundo, muchos de ellos negativos: el capitalismo ha sido restaurado en China; en la Unión Soviética, donde el capitalismo ya había sido restaurado en la década de 1950, pero la clase dominante ahí continuó presentándose durante algún tiempo como un bastión del socialismo, por fin abandonó esa patraña cuando la propia Unión Soviética implosionó, lo que condujo al surgimiento abierto de capitalismo en toda la ex Unión Soviética y Europa del Este; y las fuerzas que lideraban a las luchas de liberación en el tercer mundo han sido derrotadas o transformadas en fuerzas gobernantes burguesas que actúan en concierto y esencialmente como apéndices del capital internacional y el sistema imperialista. En Estados Unidos, en el contexto de esa situación internacional cambiante, y mediante una combinación de represión y la formación de capas de clase media entre los oprimidos, junto con el creciente parasitismo de este sistema, cebándose de la superexplotación de miles de millones de personas, particularmente en el tercer mundo, durante varias décadas ha existido una atmósfera y cultura política cada vez más asfixiante y una orientación, por parte de la mayoría de las fuerzas que aspiran a un cambio social, de restringirse a los límites del sistema opresivo y explotador existente y su BEB (Basura Electoral Burguesa), como la hemos descrito con mucha razón. Y todo esto ha estado acompañado de un embate ideológico implacable, por las fuerzas gobernantes de este sistema y sus voceros mediáticos y cómplices intelectuales —un embate contra el comunismo y, de hecho, contra todos los aspectos positivos del auge de lucha radical de la década de 1960— un embate al que Mark Rudd está haciendo su propia modesta contribución.
Pero la realidad es que, a pesar de todos estos cambios, no ha desaparecido ni disminuido la base y la necesidad de tener una revolución comunista con una dirección científica, sino que se ha vuelto más pronunciada y se requiere con urgencia. Y no todos los que nos activamos mediante ese gran auge de lucha de la década de 1960 hemos abandonado la meta de transformar radicalmente la sociedad hacia el objetivo de un mundo sin explotación y opresión y sin la violencia masiva que lo impone, y la necesidad y posibilidad de tener una revolución comunista como la vía para alcanzarla. Sobre lo que he llamado con mucha razón las “décadas terribles” de tiempos recientes, algunos de nosotros hemos perseverado contra las dificultades muy reales para trabajar hacia la realización de esa revolución y hemos profundizado nuestra comprensión científica de la forma en que esa revolución debe y puede ser llevada a cabo. Particularmente por medio del trabajo que he realizado durante estas décadas, ahora existe un nuevo comunismo, el que es una continuación, pero también representa un salto cualitativo más allá y, en algunos aspectos importantes, una ruptura con la teoría comunista como se había desarrollado previamente y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, proporcionando la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real9.
En el curso del auge de lucha de la década de 1960, aquellos que llegaron a estar convencidos de la necesidad de un cambio radical buscaron ese cambio “como campesinos que iban a la guerra” con cualquier arma que encuentran a la mano (para invocar una formulación de Lenin, quien dirigió la revolución rusa de 1917 y también hizo aportes inestimables al desarrollo de la teoría comunista). Esto llegó a ser cierto, en un sentido real y más literal, respecto al Weather Underground; pero era cierto metafóricamente para algunos de nosotros — en el sentido de que retomamos la teoría existente del movimiento comunista en ese momento. Esto nos condujo, correctamente, al entendimiento de que una revolución tiene que contar, y solo podría hacerse, con la lucha organizada de las masas, de millones de personas, y no con un pequeño grupo aislado de dichas masas. Pero también nos condujo a adoptar lo que se estaba convirtiendo en un concepto incorrecto y anticuado —que, si bien hay que dedicar atención y esfuerzos serios a la lucha contra la opresión del pueblo negro y otras nacionalidades minoritarias, y de las mujeres, y otras cuestiones sociales importantes, según dicho concepto la fuerza principal para la revolución no era simplemente la clase obrera en un sentido general, sino más específicamente los trabajadores de la industria a gran escala— que de hecho, en Estados Unidos en particular, en un grado importante se habían vuelto “aburguesados” a raíz del botín parásito de la dominación y superexplotación por el imperialismo, particularmente en el tercer mundo. (De hecho, algunos de los trabajadores más jóvenes en esta situación respondieron favorablemente al trabajo revolucionario que estábamos llevando a cabo — por malogrado y limitado que estuviera por cierto concepto erróneo del proceso revolucionario y por tendencias definidas a favor del economismo, es decir, los esfuerzos por construir un movimiento para la revolución socialista al centrarlo y hacer que se desenvolviera en torno a las demandas económicas más inmediatas de estos trabajadores. Pero la respuesta positiva de esos trabajadores más jóvenes en realidad tenía mayor relación con la influencia de la cultura radical de la juventud de esa época que con el enfoque de combinar el economismo con los llamamientos generales a la revolución.)
Como se ha enfatizado aquí, se han dado cambios importantes en Estados Unidos y en el mundo en general desde ese entonces, hace décadas ya — y el desarrollo del nuevo comunismo ha implicado, como uno de sus aspectos más importantes, continuar aplicando un análisis científico a las cuestiones decisivas de la base, la estrategia y las fuerzas para la revolución — algo que analizan obras mías como el libro El Nuevo Comunismo10 y Breakthroughs (Abriendo Brechas), donde se señala que las fuerzas vertebrales para la revolución saldrán principalmente de entre las decenas de millones de personas —particularmente aquellos concentrados en las comunidades urbanas marginadas, pero también otras personas— las que están sometidas a una cruel opresión y brutal represión bajo este sistema, aunque también se enfatiza que esta revolución tiene que contar con una amplia unificación de diversas fuerzas sociales, especialmente jóvenes y estudiantes, pero también otras personas de entre las capas medias, y que hay que dirigir todas esas fuerzas con un núcleo sólido de miles y miles de personas, con firmes bases y raíces en la ciencia del comunismo, tal como se ha desarrollado más con el nuevo comunismo. Y sigo bregando con la aplicación de un método y enfoque científico a los problemas de la revolución, en Estados Unidos, pero aún más fundamentalmente en términos de la lucha general hacia la realización del comunismo en todo el mundo.
En términos de la base para la revolución, el nuevo comunismo enfatiza este entendimiento muy importante explicado de manera concentrada en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.
La base para la revolución no se encuentra en lo que la gente piensa o hace en un momento dado, sino en las relaciones y contradicciones fundamentales del sistema que causan el tremendo sufrimiento pero las que no es posible resolver bajo este sistema. (De Esperanza para la humanidad sobre una base científica: Romper con el individualismo, el parasitismo y el chovinismo pro estadounidense)
Y “Por qué nos hace falta... cómo concretamente podemos...” se centra en estas preguntas importantes:
¿Por qué los negros, latinos e indígenas están sometidos a la persecución genocida, la encarcelación en masa, la brutalidad y asesinato policial?
¿Por qué hay degradación patriarcal, deshumanización y subyugación de todas las mujeres en todas partes, y opresión a base de la orientación sexual o de género?
¿Por qué hay guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad?
¿Por qué satanizan, criminalizan y deportan a los inmigrantes, y militarizan la frontera?
¿Por qué están destruyendo el medio ambiente de nuestro planeta?
Estos son los que llamamos los “5 ALTOS” — contradicciones profundas y determinantes de este sistema, con todo el sufrimiento y destrucción que provocan, contra los cuales habremos de protestar y oponernos de manera poderosa, con una verdadera determinación de ponerles fin, pero que sólo se eliminarán por fin acabando con este propio sistema.
¿Por qué, con todo esto, vivimos en un mundo donde sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global?
¿Por qué es así el estado de la humanidad?
Y ofrece esta respuesta científicamente fundamentada:
Hay una razón fundamental: la naturaleza básica del sistema del capitalismo-imperialismo bajo el cual vivimos y la manera, por su propia naturaleza, en que continuamente perpetra un horror tras otro. Y, en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!
¿Es posible que Mark Rudd (o cualquier otra persona) argumente que es posible que se realice todo esto —poner fin a estos “5 ALTOS” y a las horrorosas condiciones a las que están sometidas las masas de la humanidad bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo— mediante reformas dentro de los límites de este sistema y sin el derrocamiento revolucionario de este sistema (o dice el argumento según el cual lo mejor que se puede esperar es que todo esto continúe, pero con —lo que objetivamente representa— una leve mitigación)? ¡No! La emancipación de la humanidad de todo eso es profunda y cada vez más urgentemente necesaria, y la posibilidad de un futuro radicalmente diferente y mucho mejor exige y requiere una revolución real y el avance de la humanidad más allá de este sistema, con la realización del comunismo en todo el mundo. La realidad de que será difícil de realizar eso y se requerirá una lucha monumental, ardua y abnegada por parte de millones y, en última instancia, miles de millones de personas, es algo que no negaría ninguna persona seria — y ciertamente nadie que se basara en el método y enfoque científico del nuevo comunismo. Pero un análisis científico lleva a la conclusión clara de que esto es tan necesario como lo es difícil — y que es posible (no es un hecho seguro, y ciertamente no es inevitable — pero es posible). Y deben dedicarse a contribuir a esta revolución todos aquellos que se niegan a aceptar el mundo tal como está bajo la dominación del sistema capitalista imperialista, todo el sufrimiento innecesario que este impone a las masas de la humanidad y la amenaza existencial muy real que representa para la humanidad misma.
En términos fundamentales, existe una unidad entre la antigua posición infantil, esencialmente terrorista, que sostenían en cierto momento las personas parecidas a Mark Rudd y la acomodación reformista con este monstruoso sistema que Rudd promueve hoy. Lo que unifica estos dos “polos políticos” aparentemente contrarios es su oposición común a una revolución real, llevada a cabo mediante la lucha organizada de millones de personas decididas a derrocar el sistema de opresión existente y a hacer nacer un sistema mucho mejor. Y, en términos de la epistemología (la orientación para conocer la realidad), lo que subyace a esta unidad de errores es el método y enfoque no científico —o fundamentalmente anticientífico— que tipifica tanto la orientación de algo como el Weather Underground como el reformismo en el que una cantidad exageradamente grande de personas, entre ellas Mark Rudd, se han dejado caer.
 
1. En su autobiografía, From Ike to Mao and Beyond, My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, Bob Avakian habla de su propio enfoque y esfuerzos, así como los de otras personas, en dar lucha con soldados y ex combatientes de las fuerzas armadas de Estados Unidos para convencerlos a que se opongan y presten su apoyo al movimiento de oposición a la guerra de Vietnam. [volver]
2. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el video en inglés de este discurso están disponibles en revcom.us. [volver]
3. ¡EL REGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible. El texto en español y el video en inglés de este discurso filmado de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
4. “Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”, del Dr. Hubert Locke, está disponible en revcom.us. [volver]
5. Esta descripción de una situación revolucionaria es de CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución (una declaración del Partido Comunista Revolucionario), que se cita en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, ambos disponibles en revcom.us. [volver]
6. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
7. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
8. Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico; Esperanza para la humanidad sobre una base científica: Romper con el individualismo, el parasitismo y el chovinismo pro estadounidense. Estas obras de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
9. La estrategia para la revolución se explica en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución; y una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad radicalmente diferente está contenida en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. El texto en español e inglés de la Constitución, y el vídeo en inglés y el texto en español de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, están disponibles en revcom.us. [volver]
10. EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación, Editorial Aurora Roja, 2018. Pedidos: RCP Publications, revcom.us. [volver]
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Prepublicación, 3 de agosto de 2019 Lea o descargue el pdf en español; o en forma de html
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Actualizado 14 de noviembre de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Participe en llevar las respuestas más serias a los problemas más candentes a decenas y cientos de miles personas, y luego a millones.
Este discurso de Bob Avakian (BA), en inglés, hace un análisis científico de las raíces de este régimen fascista — tanto en la historia de Estados Unidos como en las raíces más profundas en el sistema del capitalismo-imperialismo. BA lo hace con pasión, humor, humanidad y un profundo sentido de la historia. Se adentra en las cuestiones más profundas, más inquietantes, primero en el discurso y después durante la sesión de preguntas y respuestas que trató una amplia gama de temas.
Si más personas vieran este discurso, podría cambiar la ecuación política. Pero muy pocos lo han visto, ni siquiera saben de él. Se le necesita a usted para ser parte cambiar esto.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
Nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
Un discurso de Bob Avakian
(en inglés)
Permalink: https://revcom.us/a/605/fascistas-y-comunistas-diametralmente-opuestos-es.html
| revcom.us
Los fascistas defienden y están decididos a intensificar, a dimensiones grotescas y horribles, todas las dimensiones de la opresión y la explotación y todos los horrores perpetrados por el sistema del capitalismo-imperialismo. Los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, están decididos a poner fin a todos estos horrores, y a los horrores potencialmente peores, mediante el derrocamiento del sistema del capitalismo-imperialismo y la abolición de todas las relaciones de explotación y opresión en el mundo.
Mire los 5 ALTOS: los fascistas y los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, se encuentran en lados diametralmente opuestos de estas líneas divisorias cruciales: los fascistas están decididos a fortalecer y extender a proporciones aún más monstruosas, y con consecuencias potencialmente catastróficas para la humanidad, todos los horrores encarnados en esos 5 ALTOS , mientras que los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, representan y luchan precisamente por PONER FIN a todo esto.
Los fascistas se basan en una adhesión ciega al prejuicio odioso, la ignorancia deliberada y la paranoia agresiva, todo lo que promueven activamente, en oposición al pensamiento y discurso racional, a la ciencia y al método científico. Los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, se basan en el método científico más consecuente, y se esfuerzan por aplicarlo, incluida la importancia de sacarles lecciones y asimilar críticamente los discernimientos, las críticas, etc., de otras personas que no están de acuerdo o incluso se les oponen ardientemente a ellos.
Como se señala en El comunismo y la democracia jeffersoniana, no se trata de que las personas que se llaman comunistas nunca hayan actuado en oposición a los principios básicos del comunismo, y no se trata de que no haya habido deficiencias y errores, incluso algunos errores graves, en la historia del movimiento comunista y de la sociedad socialista; pero un enfoque y análisis científico muestra que esta no ha sido la principal tendencia y carácter del movimiento comunista y la sociedad socialista liderada por los comunistas; y la noción de que el comunismo represente una “pesadilla totalitaria” está en un conflicto fundamental con la realidad y, por el contrario, es el invento y tergiversación de los funcionarios, ejecutores y seguidores intelectuales del sistema explotador y opresivo del capitalismo y el imperialismo, el cual la revolución comunista se propone derrocar y dejar atrás con el avance de la sociedad humana, mediante la abolición de toda explotación y opresión. (Si alguien está realmente interesado en comprender a fondo lo que representa la “teoría” del “totalitarismo”, y en particular el uso de esta “teoría” para tergiversar y calumniar lo que representa el comunismo, en Democracia: ¿es lo mejor que podemos lograr?, se puede encontrar una sistemática discusión, disección y refutación de la tesis y métodos básicos en Los orígenes del totalitarismo de Hannah Arendt, cuya obra es la encarnación más célebre de esta “teoría” del “totalitarismo” y su uso para tergiversar y calumniar lo que el comunismo representa.
Y, una vez más, existe el nuevo desarrollo cualitativo del comunismo en el nuevo comunismo que yo desarrollé, que abarca un científico análisis y síntesis de la experiencia histórica, positiva y negativa, del movimiento comunista y la primera gran ola de revoluciones y sociedades socialistas lideradas por los comunistas, cuyo significado se destaca y se concentra en particular en la primera de las Seis Resoluciones del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos.
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Nota de la redacción: Además de la declaración de dos párrafos “¿Qué ES el fascismo?”* que sale regularmente en revcom.us, y junto con el artículo de Bob Avakian (BA) que hace contrastes entre los fascistas y los comunistas, y en particular los defensores del nuevo comunismo (“Fascistas y comunistas: Diametralmente opuestos con un mundo de diferencia entre sí”), los siguientes pasajes de obras recientes de BA son relevantes y útiles para tener una idea básica de qué es el fascismo y cuáles son algunas de sus características principales, en general y específicamente en su encarnación en el régimen de Trump y Pence. Además, aunque su perspectiva difiere en algunos aspectos importantes a la del nuevo comunismo, el discurso de 2005 del teólogo afroamericano Hubert Locke (“Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”), que se posteó originalmente en revcom el 29 de enero de 2006, y fue reposteado el 10 de octubre de 2019, contiene un análisis muy valioso y perspicaz del fascismo y, en particular, del fascismo cristiano.
Lo que enfrentamos en este momento es que nos está gobernando un régimen fascista: ataca implacablemente los derechos y libertades civiles y promueve abiertamente la intolerancia y la desigualdad; actúa con total indiferencia o calculada malicia contra los que considera inferiores y un lastre o deshonra para el país; está en una misión de negarles atención médica a millones que sin ella, sufrirán, y muchos morirán; que degrada brutalmente a las mujeres, como objetos de saqueo, como reproductoras sin derecho al aborto o la anticoncepción, subordinadas al esposo y a los hombres en general; que rechaza la ciencia del cambio climático, ataca la ciencia de la evolución y repudia el método científico en general; un régimen que blande un arsenal de destrucción masiva y que amenaza con una guerra nuclear; que redobla el terror de estado contra los musulmanes, inmigrantes y gente de los barrios; azuza, anima y respalda a brutales golpeadores y su repugnante veneno de “Estados Unidos Ante Todo”, supremacía blanca, supremacía masculina y anti-LGBT — que alardea de todo esto y manifiesta su intención de hacer cosas peores.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
La traducción al español, y la película en inglés, del discurso de Bob Avakian, pronunciado en octubre de 2017, está disponible en revcom.us.
Y además, tenemos a los “medios noticiosos” de la clase dominante. Hay medios, como el “Noticiero” Fox (me cuesta decirlo), que representan al sector fascista de la clase dominante — cuyo propósito es imponer una dictadura capitalista franca sin el estado de derecho, con una hostilidad abierta hacia otros sectores de la propia clase dominante, a los cuales estos fascistas consideran como enemigos, y con una despiadada represión contra los inmigrantes, los negros, los musulmanes, las mujeres y la gente LGBT — contra todos los cuales cuya degradación y criminalización es esencial bajo el programa fascista de “hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”. Mentir, y distorsionar la realidad sistemáticamente, es una función y misión de estos medios de comunicación.
Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.
La película en inglés y el texto en español de este discurso de Bob Avakian, pronunciado en el verano de 2018, están disponibles en revcom.us.
Sí, la dictadura burguesa de cualquier forma es muy mala para las masas de personas, es muy opresiva y muy represiva para las masas de personas, y necesita ser derrocada. Pero una dictadura fascista abierta que pisotea cualquier pretensión de defender los derechos de las personas no es algo que deba incluirse en la categoría de “tal vez sea un cambio positivo, o tal vez sea un cambio negativo”.
Esperanza para la humanidad sobre una base científica —
Romper con el individualismo, el parasitismo
y el chovinismo pro estadounidense
Una prepublicación de este discurso de BA está disponible en español en revcom.us. Algunos pasajes en español.
En un artículo publicado en el New York Times (martes 16 de julio de 2019), “Racism Comes Out of the Closet”, Paul Krugman señala que no solo Donald Trump sino el Partido Republicano en su conjunto han abandonado el racismo disimulado, y han empezado a expresarlo abierta y crudamente. Krugman concluye este artículo de esta manera, refiriéndose al abandono, por parte del Partido Republicano, de toda pretensión de oponerse al racismo:
Resulta tentador decir que los argumentos republicanos a favor de la igualdad racial siempre fueron hipócritas; hasta es tentador ver con buenos ojos la transición de los mensajes en clave al racismo declarado. Sin embargo, si la hipocresía es el tributo que el vicio le rinde a la virtud, lo que estamos viendo en este momento es un partido que ya no siente la necesidad de rendir ese tributo. Y eso es profundamente aterrador.
En esta cita, Krugman sí que señala algo —algo que es importante y relevante— hasta donde va. El problema es que no va lo suficientemente lejos y, en particular, no rompe con los términos restrictivos de las contradicciones y los conflictos entre los partidos de la clase dominante (los republicanos y los demócratas). La posición de hipócritamente fingir una oposición a los atropellos tales como la opresión racista, a la vez que de hecho actuar como representantes, funcionarios y ejecutores de un sistema en el que esta opresión está integrada y el que no podría existir sin esta opresión — pues no solo se aplica al Partido Republicano del pasado (si siquiera se aplicó a ese partido en los últimos 50 años y más), sino también se aplica al Partido Demócrata. Lo que está concentrado en esta situación es la necesidad de reconocer, y manejar correctamente, una contradicción muy real y aguda: el hecho de que, por un lado, el Partido Demócrata, al igual que el Partido Republicano, es un partido de un sistema que continuamente comete, y no puede dejar de cometer, masivos crímenes contra las masas de la humanidad y encarna una amenaza existencial al futuro de la humanidad; y, por otro lado, el hecho de que (para parafrasear lo que se cita anteriormente del artículo de Krugman) existe una diferencia muy real y un peligro muy directo encarnado en el hecho de que uno de estos partidos de la clase dominante (los republicanos) abandona abiertamente gran parte de la pretensión de ser otra cosa salvo un rapaz, y sí racista, saqueador de seres humanos y del medio ambiente. Esto requiere de la síntesis correcta, en términos fundamentales, de oponerse al sistema en su conjunto, del cual ambos partidos son instrumentos, y de trabajar activamente, de manera continua, hacia el objetivo estratégico de abolir este sistema en su conjunto, mientras que también, con la misma perspectiva estratégica fundamental, reconocer el agudo peligro inmediato que representa el régimen fascista de Trump y Pence y trabajar de urgencia para atraer e incorporar a masas de personas en una movilización no violenta pero sostenida en torno a la exigencia de que ¡este régimen tiene que marcharse ya!
Esperanza para la humanidad sobre una base científica —
Romper con el individualismo, el parasitismo
y el chovinismo pro estadounidense
Una prepublicación de este discurso de BA está disponible en español en revcom.us. Algunos pasajes en español.
Luego, Stewart† resume las opiniones de Lang así: “El fundamentalismo de hoy, como el fascismo en el pasado, dice él, supone un fuerte sentimiento de persecución, generalmente de liberales ateos o un ‘otro’ religioso; la creencia de que se pertenece a una raza pura o grupo nacional responsable de una grandeza en tiempos lejanos, que sufre una injusta opresión en el presente, y es el legítimo gobernante del mundo; el impulso a someterse sin condiciones a la autoridad absoluta; y el implacable impulso de conseguir poder y control. Es, dice Lang, un tipo de movimiento supremacista, cuya esencia es la religión en vez de la raza”.
Después, Stewart cita la siguiente escalofriante observación de Lang:
La gente no tiene idea de lo que pasa....
¿Qué implica el que la iglesia conservadora en auge en Estados Unidos sea una iglesia del fin de los tiempos? ¿Qué implica educar a una generación de niños para que crean que son la última generación? Qué va a pasar si seguimos diciéndoles: “No se preocupen por el medio ambiente, y provoquen la guerra, porque nos van a sacar de aquí, y olvídense de amar al prójimo, porque ellos simplemente van a ser borrados”.
Esa es la observación de alguien muy familiarizado con estos fascistas cristianos. Y, en Estados Unidos, con su historia de genocidio, esclavitud y racismo, cualquier forma de fascismo, incluido uno cuya base sea “supremacía cristiana” —todo impulso de “recuperar una grandeza del pasado”— necesariamente está entrelazado con supremacía blanca.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
La traducción al español, y la película en inglés, del discurso de Bob Avakian, pronunciado en octubre de 2017, está disponible en revcom.us.
† Se refiere a Katherine Stewart, la autora de El Club de las Buenas Noticias, El sigiloso ataque de la derecha cristiana contra los niños de Estados Unidos. [volver]
Hay una línea directa que conecta la Confederación esclavista de los años 1860 con los fascistas de hoy, y una conexión directa entre su supremacía blanca, su franco odio y repudio tanto a la gente LGBT como también a las mujeres, su repudio abierto a la ciencia y al método científico, su cruda xenofobia tipo “Estados Unidos Ante Todo”, y su proclamada “superioridad de la civilización occidental”, y su belicoso uso del poderío militar, incluso con sus declaraciones y abiertas amenazas de que están dispuestos a usar armas nucleares para destruir países.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
La traducción al español, y la película en inglés, del discurso de Bob Avakian, pronunciado en octubre de 2017, está disponible en revcom.us.
El fascismo es cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerza una dictadura abierta, la que gobierna por medio del uso del abierto terror y la violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los grupos de personas que identifica como “enemigos”, “indeseables” o “peligros para la sociedad”.
Al mismo tiempo, si bien es probable que se movilice rápidamente para hacer cumplir ciertas medidas represivas para consolidar su gobierno, lo que es posible ver estudiando los ejemplos de la Alemania nazi y de la Italia bajo Mussolini, también es probable que un régimen fascista implemente su programa general por etapas y además, trabaje en varios momentos para asegurar a la población o a ciertos sectores de la población de que evitarán los horrores, siempre que aceptan calladamente y no protestan ni se resisten cuando la situación siembre terror entre otros y los pone en la mira de la represión, la deportación, la “conversión”, la prisión o la ejecución. [volver]
Lea el texto de la película en español.
Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.
Vea en inglés o lea en español el discurso completo de BA:
Lea también:
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Dr. Hubert Locke
Posteado originalmente en revcom el 29 de enero de 2006, reposteado el 10 de octubre de 2019.
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Lo siguiente es un resumen de cierto estudio y discusión en grupo sobre el nuevo comunismo y la dirección de Bob Avakian (BA).
En primer lugar, quiero decir que ha sido verdaderamente maravilloso, profundamente significativo y críticamente importante —¡y muy divertido!— adentrarnos juntos en la obra, la dirección y el método de BA. Recientemente he estado pensando sobre algunos temas y lecciones centrales que se me ocurren con respecto a nuestro estudio y nuestras discusiones y el propósito e importancia de ellos. Obviamente hay tantas cosas que yo podría resaltar —respecto a los puntos centrales en los que nos hemos adentrado en estas sesiones y la importancia de estas sesiones— y tratar de cubrirlo todo rebasaría muchísimo el ámbito de lo que he escrito aquí (lo que resulta más largo de lo que me imaginaba al inicio). Sin embargo, quiero enmarcar nuestro trabajo colectivo con dos temas generales.
El primero de estos temas se toma del inicio de una cita de BA: “Vamos a lo básico: Necesitamos una revolución. Cualquier otra cosa, en última instancia, es una tontería” (de Lo BAsico 3:1).
El segundo tema es el papel crítico de la teoría revolucionaria.
Permítanme detallar brevemente cada uno de estos temas: en general, en la forma en que se relaciona con el rol y la importancia de BA y su dirección en el mundo, y también la manera en que se relaciona con nuestro estudio y discusiones.
Dado lo mucho que se puede decir sobre cada uno de estos dos temas, en el presente realmente sólo puedo arañar la superficie. Pero, empecemos con el primero:
“Vamos a lo básico: Necesitamos una revolución. Cualquier otra cosa, en última instancia, es una tontería”.
El análisis que esta cita capta no sólo revela el estado del mundo y de la humanidad —y lo que hace falta tan urgentemente ante eso— sino también, de manera relacionada, ilumina POR QUÉ hemos estado participando juntos en este estudio y discusión y POR QUÉ es tan importante.
Hemos hablado frecuentemente —y con razón muy correctamente, para dejarlo claro— de tener discusiones “nutridas”. Pero es importante entender que NO se trata en lo fundamental de tener discusiones “nutridas”, “interesantes”, “divertidas” o “mentalmente estimulantes”, ¡aunque estas discusiones definitivamente SÍ SON todas esas cosas!
Más bien, nuestro trabajo colectivo tiene un propósito específico: profundizar nuestro conocimiento del mundo, pero no para conocerlo en un sentido académico solamente, sino para CAMBIARLO radicalmente. Y, más específicamente, profundizar nuestro entendimiento y aplicación de la ciencia de la revolución y el comunismo, tal como se ha hecho avanzar cualitativamente esta ciencia de maneras pioneras mediante el nuevo comunismo desarrollado por BA — profundizar nuestro entendimiento y aplicación de esta ciencia como una parte central de contribuir al proceso de hacer la revolución sobre la base de este nuevo comunismo.
¡Fíjense nada más en el mundo! Hemos hablado de los “5 ALTOS”, que tratan cinco contradicciones importantes que definen este sistema capitalista-imperialista. Estos 5 ALTOS son: “¡ALTO a la genocida persecución, encarcelación en masa, brutalidad y asesinato policial de negros, latinos y otra gente de color!”… “¡ALTO a la patriarcal denigración, deshumanización y subyugación de todas las mujeres por todos lados y toda la opresión por razones de género u orientación sexual!”… “¡ALTO a las guerras de imperio, ejércitos de ocupación y los crímenes contra la humanidad!”… “¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!”… “¡ALTO a la destrucción del planeta por parte del capitalismo‑imperialismo!”.
Un rápido repaso de las noticias de tan sólo las últimas pocas semanas muestra que se están intensificando las contradicciones que estos 5 ALTOS tratan, y el monumental nivel de sufrimiento y miseria que estas contradicciones causan.
Ello, por encima del sinfín de otras formas devastadoras de pobreza, penurias, miseria, explotación, opresión y sufrimiento engendradas por este sistema e infligidas a literalmente miles de millones de seres humanos y a la humanidad en su conjunto cada día que continúe este sistema capitalista-imperialista.
Un punto central para entender, lo que la obra de BA ilumina tan aguda y contundentemente, es que NINGUNO de estos ultrajes es accidental, aislado ni desconectado el otro del otro. Tienen una causa común: este SISTEMA del capitalismo-imperialismo. Estos ultrajes y horrores para la humanidad están entretejidos en las reglas del sistema, su operación, su “ADN”, sus raíces, su funcionamiento histórico y continuo. Por esta razón, NO ES POSIBLE reformar este sistema — hay que derrocarlo por medio de la revolución.
El argumento a favor de la NECESIDAD de hacer una revolución real —a diferencia de los esfuerzos por “componer” o “sanear” o “reformar” un sistema que de hecho NO ES POSIBLE componer, sanear ni reformar— con tal de poner alto a las incontables formas en que la humanidad sufre innecesariamente, es, a mi parecer, una lección vital de nuestro estudio y discusiones sobre la obra de BA; es un punto crítico sobre el cual debemos profundizar fuertemente nuestro entendimiento colectivo.
Otro de estos puntos vitales que para mí ha sido un tema de nuestro estudio y discusiones —especialmente en el último período, al ver la más reciente película de BA (Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución) y al escuchar las Preguntas y Respuestas de este discurso— es qué ES una revolución real, qué conlleva y qué requiere.
Una revolución real NO significa simplemente “un gran cambio” —de una forma u otra— lo que es la manera en que muchas personas la conciben o tratan de definirla. Más bien, una revolución real significa derrocar el sistema capitalista-imperialista, enfrentar y derrotar a su fuerza represiva, desmantelar sus instituciones y establecer un nuevo sistema socialista, un nuevo poder estatal y una nueva sociedad —y, en consecuencia, nuevas instituciones— en el camino al comunismo. Ahora NO es el momento para acometer una revolución real, porque aún no existen las condiciones necesarias. Pero ahora SÍ es el momento para hacer el trabajo para una revolución real, acelerarla (es decir, trabajar para acelerar su surgimiento) y hacer los preparativos para ella.
Este punto nos lleva a la cuestión de lo que YA tenemos, y lo que todavía NO tenemos y por ello, lo que tenemos que trabajar urgentemente para gestar, en términos de los factores y condiciones necesarios para una revolución.
Respecto lo que SÍ tenemos: Con mucho, el mayor factor positivo que tenemos es BA. Durante décadas de trabajo, BA ha forjado el nuevo comunismo, el que es el marco —y, en lo más fundamental, el entendimiento y método científico— que la humanidad necesita para hacer la revolución y continuar esa revolución por todo el camino hasta el comunismo. Piensen en esto: Al igual que nunca hubiera ocurrido la primera ronda de revoluciones comunistas sin los avances rompedores científicos iniciales y su marco los que Marx forjó, asimismo no ocurrirá la siguiente ronda de revoluciones comunistas sin que millones de personas asuman los siguientes avances rompedores científicos y su marco forjados por BA.
El marco del nuevo comunismo abarca: un entendimiento científico abarcador que se ha desarrollado más acerca de la naturaleza del problema, es decir, la naturaleza del capitalismo-imperialismo, su manera de funcionar específicamente, en la historia y en el mundo de hoy, por qué y cómo es responsable de las muchas diferentes formas de sufrimiento que la humanidad enfrenta y por qué no es posible reformar este sistema y por qué hay que barrer con ella por medio de una revolución; una estrategia viable para la revolución — para trabajar ahora para acelerar mientras se aguarda una situación revolucionaria y luego para ganar en esa futura situación; y una visión y “plano” concreto, vívido y muy detallado para una sociedad socialista radicalmente diferente en el camino al comunismo, como lo expresa la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA.
En lo más fundamental e importante —y esto es un hilo que recorre y subyace al entendimiento, la estrategia y la visión— es el MÉTODO científico del nuevo comunismo.
El nuevo comunismo forjado por BA saca lecciones de la anterior experiencia en la teoría y en la práctica del movimiento comunista, pero también va mucho más allá de ella, y en algunos sentidos esenciales rompe con ella.
Aunque hablar a fondo sobre la totalidad y las dimensiones específicas del nuevo comunismo también rebasa el ámbito de lo que en el presente escribo, resaltaré brevemente algunos puntos centrales.
Sobre la totalidad de lo que el nuevo comunismo representa, cito la primera de las Seis Resoluciones del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, las que hemos tratado anteriormente. La primera resolución señala que el nuevo comunismo
representa y encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido en el comunismo y en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque fundamentalmente científicos, y los aspectos del comunismo que han ido en contra de eso.
Este punto es tan importante que creo que cabe repetirlo para poder facilitar más reflexión continua: El nuevo comunismo “representa y encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido en el comunismo y en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque fundamentalmente científicos, y los aspectos del comunismo que han ido en contra de eso”.
Si bien —como señala esta cita de la primera resolución— el método y enfoque del comunismo ha sido FUNDAMENTALMENTE científico, las sociedades socialistas anteriores junto con el movimiento comunista anterior y actual han asumido en importantes sentidos los modos de pensar, métodos y enfoques de conocer y transformar la realidad que no son científicos e incluso y son ANTI-científicos, con efectos muy perjudiciales.
El nuevo comunismo desarrollado por BA resuelve esta contradicción de manera cualitativa, al poner el comunismo sobre una base más firmemente científica, y por lo tanto, forja el método y marco que hacen posible —no inevitable sino posible— enfrentar y transformar las muchas contradicciones las que supone hacer la revolución y continuar esa revolución por todo el camino hasta el comunismo.
¡Obviamente, esto es de suma importancia con respecto a las posibilidades que este nuevo comunismo abre para la humanidad!
Una vez más, si bien no es posible repasar a fondo las diversas dimensiones específicas del nuevo comunismo, sí quiero resaltar tres ejemplos de esto.
* Primero, el nuevo comunismo abre nuevo terreno, y rompe con enfoques no científicos en el movimiento comunista —con respecto a su enfoque de la VERDAD, el proceso por medio del cual hay que perseguir, entender y llegar a conocer la verdad, y la importancia de ir a buscar la verdad no solo en un sentido general sino específicamente con respecto al objetivo de llegar al comunismo.
El enfoque del nuevo comunismo al respecto rompe con ideas no científicas y perjudiciales —de las que con tanta frecuencia y a un grado tan alto, en diferentes momentos, han padecido el pasado y el presente del movimiento comunista— de que un sector específico de la sociedad, tales como los comunistas, o los más oprimidos y explotados, tienen un monopolio sobre la verdad; la idea de que hay que evaluar si una declaración es cierta o no según la posición de clase (o social) de la persona que hace la declaración; la idea de que diferentes clases tienen su propia versión de la verdad, por ejemplo, la idea de que el proletariado tiene su verdad y la burguesía tiene su verdad; la noción de la “epistemología populista” — de que hay que evaluar si algo es cierto o no según la cantidad de personas que lo crean en un momento dado; la noción de la “verdad política” — la idea de que hay que evaluar si algo es cierto o no según si se le considera conveniente en un momento dado.
Una vez más, todas esas maneras incorrectas de pensar no solo se han generalizado en la sociedad más ampliamente, sino que han sido importantes problemas en el pasado y en el presente del movimiento comunista.
En oposición a todo esto está el entendimiento que abarca el nuevo comunismo de BA de que la verdad es… ¡VERDAD! Que NO tiene carácter de clase, ni tampoco se determina sobre la base si se considera políticamente conveniente o no en el corto plazo, ni se determina por la cantidad de masas que la reconozcan como la verdad en un momento dado. La verdad se determina siempre que algo corresponda o no a la realidad objetiva, y hay que abordarla en todas sus dimensiones — incluso las que podrían ser inoportunas o inconvenientes en el corto plazo— como una parte esencial de realmente llegar al comunismo.
BA aborda estos puntos en una cita muy importante que trata un avance rompedor central sobre el entendimiento concentrado en el nuevo comunismo:
Todo lo que es realmente verdad es bueno para el proletariado; toda verdad nos ayuda a llegar al comunismo. (Lo BAsico 4:5)
Una vez más, como BA ha señalado, los avances rompedores del nuevo comunismo respecto a la verdad no solo se refieren a que en general es esencial reconocer que es importante ir a buscar la verdad —aunque este entendimiento también está incluido— sino que es esencial ir en busca de la verdad CON TAL DE LLEGAR AL COMUNISMO.
* Un segundo ejemplo de una dimensión central específica del nuevo comunismo es su avance rompedor respecto al internacionalismo —el entendimiento de “el mundo entero ante todo”. Eso no es simplemente una posición moral —aunque TAMBIÉN lo es— sino que representa entender al internacionalismo de una manera más plenamente científica y su importancia en el proceso de hacer y continuar haciendo la revolución, y una ruptura y desviación de los análisis no científicos del internacionalismo del pasado y del presente del movimiento comunista. Este avance rompedor desarrollado por el nuevo comunismo de BA incluye el entendimiento de que la situación mundial es principal —o sea, que es el factor más importante que está poniendo los términos— respecto al proceso de hacer la revolución en cualquier país particular; de que en ocasiones se pueden manifestar contradicciones agudas entre las necesidades de un país socialista particular y la necesidad de hacer avanzar la revolución mundial, y que el avance de la revolución mundial tiene que estar en primer lugar ante todo; y que en las anteriores revoluciones en ocasiones se cometieron errores importantes al no reconocer esto y al poner las necesidades de países socialistas particulares por encima de la revolución mundial. De nuevo, esto no se trata de una idea abstracta del internacionalismo, sino de los principios basados en el trabajo que ha hecho BA para explorar y sintetizar profundamente el entendimiento y enfoque correcto de las contradicciones reales que implica la aplicación consecuente del internacionalismo, con toda la complejidad y dificultades que eso conlleva. (En esta conexión, es muy importante la discusión sobre el internacionalismo en el libro EL NUEVO COMUNISMO de BA.)
* Un tercer ejemplo de las dimensiones específicas sobre las cuales el nuevo comunismo ha allanado nuevos caminos es el método del “núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido”, que es un entendimiento científico que en efecto rompe de sentidos importantes con el anterior entendimiento y enfoque del movimiento comunista, como la aplicación de este método al proceso de hacer la revolución y de dirigir la futura sociedad socialista.
En términos de epistemología (la teoría del conocimiento) y método, el “núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido” se entrelaza con algunos de los puntos centrales anteriores en relación a la verdad e incluye a la vez que, si bien el método y enfoque comunista es la manera más sistemática, cabal y efectiva de llegar a conocer la verdad, eso no quiere decir que los comunistas tienen un monopolio sobre la verdad y que siempre son correctos o que las personas que NO aplican el método y enfoque comunista siempre son incorrectas; más bien, quiere decir que las personas que tienen otros puntos de vista, métodos y enfoques pueden descubrir importantes verdades y arrojar una luz importante sobre elementos de la realidad. Por lo tanto, el MÉTODO del núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido supone aplicar el punto de vista, método y enfoque comunista a la realidad con un objetivo específico, hacer la revolución y llegar al comunismo, a la vez que entender la necesidad —SOBRE LA BASE DE APLICAR ESE MÉTODO— de sacar lecciones, pasar por el tamiz y desmenuzar lo que se ha gestado por medio de las múltiples corrientes de la actividad humana y por las personas que sostienen una amplia gama de perspectivas, entre ellas las que no son comunistas y que incluso en algunos casos se le oponen al comunismo.
Al aplicar ese entendimiento del núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido al proceso de hacer la revolución y de seguir haciendo la revolución en la futura sociedad socialista en el camino hacia el comunismo, el nuevo comunismo de BA reconoce —a un nivel mucho más allá y en ciertos casos en oposición a la manera en que previo al nuevo comunismo, se entendía esto— la complejidad y la diversidad de la actividad y el pensar de los seres humanos que tiene que incidir en el proceso de hacer la revolución y dirigir una sociedad socialista hacia el comunismo. Esto incluye reconocer de una manera completamente nueva y a alturas completamente nuevas la importancia del disentimiento, el debate, la experimentación, la efervescencia y la individualidad —no el individualismo sino la individualidad— en una sociedad socialista.
Para contrastar esto con un ejemplo de la primera ola de sociedades socialistas: en la China socialista —la que, una vez más, en general representa un enorme salto para la humanidad en tantos sentidos diferentes y en general—, en esencia el marxismo se consideraba como la “ideología oficial” la que la gente de la sociedad socialista debía profesar, mientras que el nuevo comunismo, y en particular el enfoque del “núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido”, encarna el entendimiento de que el elemento dirigente en una sociedad socialista tiene que ser el comunismo, pero que esto no es algo que debe consagrarse e institucionalizarse como si en efecto fuera una “ideología oficial” sino más bien como algo que se ponía y por lo que se luchaba como algo a lo que era necesario ganar a la gente a que lo asuma consciente y voluntariamente, y a la vez reconocer la importancia de abrir espacios y explorar, y aprender lo que se puede y deba aprender, de las observaciones de otras personas que todavía no se han ganado al comunismo.
Por positiva que fuera la experiencia general del socialismo en China, el nuevo comunismo de BA representa una visión muy distinta de una sociedad socialista que supone un salto radical adelante desde incluso lo mejor del pasado.
Así que estos tres ejemplos —relacionados con el enfoque de la verdad, el internacionalismo y el núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido— son precisamente eso: tres de muchos ejemplos y puntos que se podría presentar para ilustrar qué tan profundamente nuevo lo es el nuevo comunismo de BA, y las maneras que este nuevo comunismo (para retomar la cita de la primera de las seis resoluciones):
representa y encarna una resolución cualitativa de una contradicción crítica que ha existido en el comunismo y en su desarrollo hasta este momento, entre su método y enfoque fundamentalmente científicos, y los aspectos del comunismo que han ido en contra de eso.
Las obras de BA que hemos leído, visto y escuchado son una aplicación e ilustración del nuevo comunismo —y esto, de una manera integral, nos ha empapado en el nuevo comunismo, como capta la cita de la primera resolución así como en varias dimensiones específicas, como las tres que resalta esta carta.
En consecuencia, nuestro estudio y discusión de esta obra debía haber profundizado nuestro entendimiento y aplicación del nuevo comunismo y su método científico. De hecho, muchas de nuestras discusiones han tratado el estudio del método científico de BA y esfuerzos por asumir y aplicar este método, en la medida de nuestras mejores habilidades, aunque para nada hayamos tenido la capacidad de aplicarlo al mismo nivel que lo aplica BA. Esta concentración en el método ha sido sumamente importante e instructivo, por ejemplo, se ha manifestado en la manera que hemos estudiado y nos hemos esforzado por emular la manera en que BA le hace frente con osadía, presenta claramente y desentraña sistemáticamente las contradicciones y preguntas centrales de la revolución, al incorporar e invitar a que otras personas lo acompañen en ese viaje.
Así que para volver una vez más a la cuestión de lo que SÍ TENEMOS respecto a los factores y las condiciones necesarios para hacer la revolución, el factor positivo más grande con el que con mucho contamos es BA, el marco, avance rompedor y entendimiento científicos que BA ha forjado con el nuevo comunismo y la dirección continua que él está dando. Esta dirección, tal como se destaca en la segunda de esas seis resoluciones, supone una combinación muy poco común: la capacidad de “desarrollar la teoría científica a un nivel de calibre mundial, a la vez que tiene un entendimiento de los más oprimidos y una conexión visceral con éstos, y una capacidad altamente desarrollada de ‘desmenuzar’ la teoría compleja y ponerla al alcance de las masas populares”. Nuestras sesiones de ver, escuchar y leer, y de estudio y discusiones relacionados, nos ha realzado repetida y poderosamente esta combinación poco común.
En cuanto a lo que todavía no tenemos, y lo que por lo tanto NECESITAMOS trabajar urgentemente para crear a fin de hacer una revolución real: todavía no contamos con masas de personas, primero miles y luego millones, que hayan sido ganadas a esta revolución y a su dirección y se hayan desarrollado como una fuerza organizada para esta revolución; todavía no contamos con una situación en la que el partido que se necesita para liderar la revolución haya crecido y se haya expandido y fortalecido al punto en que cuente con los lazos y la influencia necesarios en la sociedad para realmente dirigir una revolución; y todavía no contamos con una crisis revolucionaria en la que el sistema ya no pueda gobernar de la manera tradicional.
Así que la tarea urgente ante nosotros —y no únicamente nosotros, pero que de hecho INCLUYE a nosotros— es tomar las cosas críticas que SÍ tenemos y poner manos a la obra para gestar lo que todavía NO tenemos.
Este tema —de lo que sí tenemos, lo que no tenemos y por lo tanto lo que tenemos que ponerse a hacer con energía— ha sido otro tema que abordan directamente y que ponen objetivamente las obras de BA que hemos explorado y en nuestras discusiones de estas obras.
Gestar las condiciones con las que todavía no contamos es urgentemente necesario, absolutamente posible y corresponde a la realidad y la manera en que se puede cambiar, y existe una estrategia para ponerse de trabajar en esto, tal como hemos discutido recientemente. Pero esto no será fácil, se requerirá muchísima LUCHA, repetida y fundamentalmente a nivel de toda la sociedad.
Este entendimiento también es otro tema que se destaca al reflexionar sobre nuestro estudio y discusión.
Debemos entender que no estamos trabajando en una “cancha de juego sin otros jugadores”. Puede haber una tendencia, especialmente cuando las personas son jóvenes y todavía cuenta con relativamente poca experiencia política, a pensar que todos los que tienen buen corazón de inmediato se sumarán a la comprensión correcta de la realidad tan pronto como entren en contacto con esta comprensión. Y, sin duda, existe una base tremenda para ganar a MILLONES de personas a esta revolución y a su dirección porque, de hecho, SÍ corresponde con la realidad y lo que necesita la humanidad, y ningún otro programa y línea lo hace.
Sin embargo, el entendimiento de BA y el nuevo comunismo está contendiendo, dicho en pocas palabras, con todo tipo de formas de pensar incorrectas, sobre todo tipo de cuestiones, que surgen espontáneamente y que este sistema promueve enérgica y repetidamente, y está contendiendo con todo tipo de LÍNEAS incorrectas —es decir, puntos de vista y métodos incorrectos en su aplicación a la realidad— que mantienen a la gente atrapada dentro de este sistema. Esto incluye, pero no se limita, a las personas en la sociedad que se autodenominan “socialistas” o “comunistas” pero que en realidad para nada representan el socialismo real y el comunismo y en realidad simplemente quieren reformar el capitalismo y tal vez redistribuir un poco la riqueza generada por el sistema capitalista de explotación. Para nada están estos reformistas relacionados con una revolución real y la gestación de un mundo radicalmente diferente, y en algunos casos incluso así lo admitirán. En todo caso, a menudo son estos falsos socialistas y comunistas los que atacan con más vileza a BA y al comunismo AUTÉNTICO que BA representa, el nuevo comunismo, precisamente porque BA y el nuevo comunismo REALMENTE representan lo que quizá ellos FINJAN representar, pero a lo que en realidad se oponen en lo fundamental: la revolución real y el comunismo.
Pocas cosas son tan amenazantes para un posturero como alguien que realmente ES lo que FINGE ser.
Regresando a la sociedad más amplia: hay que emprender una lucha ideológica aguda —no solo a nivel individual o en grupos pequeños, sino entre MASAS DE PERSONAS y en una ESCALA DE TODA LA SOCIEDAD— para conseguir que las personas rompan con todas las formas de pensar erróneas y líneas erróneas en las que están enredadas, y que le entren en el marco del nuevo comunismo de BA.
Para repetir, existen muchas bases y urgencia para hacer esto, precisamente porque BA y el nuevo comunismo sí corresponden con la realidad y la forma en que es posible y necesario cambiarla, mientras que esas otras líneas y formas de pensar NO lo hacen. Pero esto requerirá una lucha decidida y aguda, del tipo que BA enfatiza y representa en las obras que hemos estudiado juntos.
Esto me lleva al punto con el que quiero concluir brevemente, que es el segundo de los dos temas que he enfatizado.
Otra tendencia que tal vez tenga las personas cuando son jóvenes y tienen relativamente poca experiencia es la tendencia a ver “hacer cosas” como la tarea política más importante a la mano. “Hacer cosas” se puede definir en varios sentidos, como asistir a programas, eventos o protestas o hacer divulgación y trabajo político “en el terreno”.
Bueno, en primer lugar, se presenta de inmediato la pregunta “¿hacer CUÁLES cosas?” En otras palabras, las personas están haciendo ¿qué CLASE de trabajo político y divulgación y en qué CLASE de programas y protestas, en torno a cuál línea, están buscando participar? Esta es obviamente una pregunta esencial.
No se trata de que, como la gente suele pensar y a veces dice, que “todo va bien” —en otras palabras, “liberal” / “progresista” / “socialista” / “comunista”— “por supuesto, claro que todos básicamente queremos las mismas cosas y estamos en la misma onda”.
NO. Si bien es cierto que hay algunas áreas importantes en las que los auténticos comunistas pueden establecer unidad con amplias filas de gente progresista, pululan líneas diferentes en la sociedad y estas líneas diferentes están en contienda y conducen a entendimientos fundamentalmente diferentes del problema y de la solución en el mundo.
Así que esa es la primera pregunta: ¿hacer “CUÁLES” cosas y con CUÁL objetivo?
Dicho eso, “hacer cosas” en el sentido correcto —es decir, hacer “trabajo práctico” en el terreno y en la sociedad más amplia para promover esta revolución y su dirección, organizar a las personas en la revolución, trabajar para acelerar y prepararse para una revolución real, Luchar contra el Poder, y Transformar al Pueblo, para la Revolución, por ejemplo con varias formas de divulgación política, programas y discusiones, manifestaciones y protestas, etc.— es sumamente crítico e importante, y de hecho es urgentemente necesario.
Pero es importante entender que en un movimiento para la revolución, como en todo buen equipo, todos tienen diferentes roles, y es importante que las personas entiendan y asuman sus roles con tal de hacer la mayor contribución posible al equipo y, en este caso, a la humanidad.
Sin embargo, incluso más allá de esta cuestión del rol individual de cada persona, entra la cuestión del carácter decisivo de la teoría revolucionaria.
Una vez más, “hacer cosas” en el sentido correcto, es decir el trabajo revolucionario práctico, tiene una importancia crítica. Si millones de personas tuvieran el entendimiento teórico correcto pero no actuaran según ese entendimiento en la práctica, no cambiaría nada.
Sin embargo —y esto va en contra de las formas en que esta sociedad entrena a la gente a pensar, y en contra de la espontaneidad de la manera en que las personas a menudo ven las cosas cuando son jóvenes (o empiezan a participar), pero no obstante es verdad e importante—, lo que es aún más fundamental que “hacer cosas” es la cuestión de lo que ENTIENDEN los individuos y las masas. En última instancia lo que las personas ENTIENDEN determina si van a actuar y la manera en que van a actuar, y el efecto que esto tiene en el mundo.
Desde esa perspectiva, es crucial que las personas encuentren las formas de hacer lo que hemos venido haciendo: de empaparnos de la teoría revolucionaria más avanzada en el mundo, el nuevo comunismo de BA, asumirla y aplicarla, como parte del proceso general de hacer la revolución.
Un punto final: Es importante no ver de una manera limitada lo que significa ASUMIR y APLICAR el nuevo comunismo. Esto no sólo se refiere al trabajo directo político y de divulgación, lo que, una vez más, es muy importante. Asumir y aplicar esta obra significa, en un sentido MÁS AMPLIO, aplicar el entendimiento que representan BA y el nuevo comunismo a conocer y cambiar la realidad. De mucha importancia, esto incluye compartir observaciones / ideas / preguntas y reflexiones — sobre lo que uno está aprendiendo y el material que está estudiando; sobre los acontecimientos, los cambios y las tendencias en la sociedad (y en el mundo en general); sobre las formas y oportunidades de promover esta revolución y su dirección; sobre la manera en que las personas (las que uno conoce y la gente más en general) están viendo y discutiendo las diferentes cosas que están ocurriendo en la sociedad y en el mundo, lo que esto revela acerca de las oportunidades para la revolución y las sacudidas en la sociedad, pero también la necesidad de transformar el pensar de las personas; sobre eventos y acontecimientos importantes en la música y las artes... para dar solo unos pocos ejemplos.
Todas estas cosas son contribuciones MUY IMPORTANTES al proceso revolucionario, y sería incorrecto pensar de otra manera.
Así que, permítanme concluir donde empecé: Este proceso en el que nos hemos embarcado ha sido, y seguirá siendo, profundamente significativo, realmente emocionante y muy divertido. Y esto es una parte crucial de realmente participar y contribuir al proceso del trabajo y preparativos para la revolución que se necesita con tanta urgencia.
La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación, de Bob Avakian
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Actualizado el 08/02/2015 | Periódico Revolución | revcom.us
Se publicó este artículo originalmente en 2014
Para los que no la conocen, Fruitvale Station es una película muy impactante, conmovedora y dolorosa que retrata el último día en la vida de Oscar Grant. Oscar, un muchacho negro de 22 años, siendo no armado, fue asesinado por la policía del Tránsito Rápido del Área de la Bahía en el Año Nuevo de 2009. Venía de regreso a casa tras celebrar el Año Nuevo, cuando los policías pararon a Oscar y los amigos que lo acompañaban, los hostigaron y los golpearon, sentaron a horcajadas sobre Oscar después de tirarlo boca abajo en el andén del tren y le dieron un tiro en la espalda a quemarropa que lo mató.
Hace poco, vi a Fruitvale Station con Bob Avakian (BA), el presidente del Partido Comunista Revolucionario. En el final de la película, pasan escenas que impactan fuertemente, parten el corazón y dan rabia. El policía que le tira el balazo a Oscar en la espalda; la novia de Oscar que corría en pánico al lugar para descubrir lo que había ocurrido; los seres queridos reunidos en el hospital a la espera desesperada de que él se recuperara, sólo para enterarse de que se había partido para siempre.
Al desenvolverse estas escenas, giré hacia BA. Estaba llorando desconsoladamente. No que le salían lágrimas solamente sino que el llanto lo sacudía. Y siguió llorando lágrimas de angustia y coraje durante varios minutos, mientras pasaban los créditos finales.
Eso me impresionó bastante. BA no conocía personalmente a Oscar Grant. Sin embargo, la tragedia e injusticia de su asesinato le afectó de una manera extremadamente visceral e inmediata. Creo que su reacción revela mucho sobre quién es Bob Avakian, qué es lo que él representa y encarna.
BA en efecto ha estado luchando contra este sistema durante 50 años. Ha sido un comunista revolucionario durante unos 45 años. Ha asumido la responsabilidad de dirigir el Partido Comunista Revolucionario durante casi 40 años. Y durante el curso de las últimas décadas, ha forjado la teoría y profundizado la ciencia para la revolución que la humanidad necesita para liberarse, al mismo tiempo que ha dado dirección práctica al partido y al movimiento que obran para esa revolución. Todo eso no solamente ha requerido enormes esfuerzos sino también enorme riesgo y sacrificio por parte de BA, como bien ha de entender cualquier persona que conozca un poco de la historia de Estados Unidos y/o la historia personal de BA — específicamente, que la historia revela que el gobierno estadounidense siempre reprime de la manera más aferrada y sanguinaria a los líderes revolucionarios. Y durante todas esas décadas, y por medio de todo lo descrito, BA nunca ha perdido ni un comino de su amor y empatía hacia las masas populares, su indignación y odio por todo lo que sufren innecesariamente y su pasión por la revolución para emancipar a las masas por todo el mundo. Ni una fibra de su cuerpo se ha desensibilizado.
Hay mucho más que yo podría decir sobre la experiencia de ver Fruitvale Station con BA, pero quiero centrarme en dos puntos.
Primero, creo que la reacción de BA a esta película da mucho en qué reflexionar y de aprender para los comunistas revolucionarios y para cualquier persona que se inquiete por la humanidad y odie la opresión y la injusticia. Incluso tras todo el trabajo que ha hecho y continúa haciendo BA en la esfera de la teoría, para forjar un entendimiento más profundo de por qué siguen ocurriendo asesinatos policiales como la ejecución de Oscar Grant y un sinfín de otros ultrajes, el contexto mayor en el cual se conectan y la posibilidad de eliminarlos por medio de la revolución; aunque BA ha andado en eso durante décadas; e incluso con todos los horrores que se amontonan con cada segundo que el sistema siga , BA no recurre para nada a esa indiferencia hastiada ni al derrotismo, cuando ocurre algo como el asesinato de Oscar Grant. No reacciona, de ninguna manera, con eso de “Claro, por supuesto, eso casos ocurren todo el tiempo, ¿qué otra cosa esperan?” Al contrario, llora lágrimas de coraje y angustia, tanto porque le parte el corazón que le hayan robado la vida a Oscar como también porque sabe que ultrajes como eso son completamente innecesarios y que la humanidad no tiene que vivir así.
Eso me trae al segundo punto que quiero recalcar aquí — en el cual quisiera dar aún más énfasis, al mismo tiempo que el primer punto es muy importante y muy relacionado. El punto con el que quiero terminar esta carta es: Hemos de reconocer y apreciar plenamente lo que tenemos en BA, y actuar en consecuencia.
Repito: Hemos de reconocer y apreciar plenamente lo que tenemos en BA, y actuar en consecuencia.
Cuando digo “hemos”, el sujeto “nosotros” se dirige a muchas diferentes personas y públicos. Sí, definitivamente me dirijo a los revolucionarios y a los comunistas y a todos los que ya estamos bien familiarizados con BA y lo apoyamos. Pero también al decir “hemos”, me dirijo a los que ahorita —o recientemente— están aprendiendo de este líder revolucionario y conociendo de él — entre ellos, para citar a BA, “Aquellos que el sistema ha desechado, aquellos que el sistema ha tratado como menos que humanos”, que “podrían constituir la columna vertebral y la fuerza motriz de una lucha para eliminar su propia opresión y además eliminar por fin toda opresión y emancipar a toda la humanidad”.
A todas las masas populares, en Estados Unidos y en todas partes del mundo, que sufren una opresión tan cruel minuto tras minuto, día tras día... y a todos aquellos que quizás no la sufren directamente pero anhelan un mundo donde ya no exista, quiero decirles: Si no han oído de Bob Avakian, o apenas supieron de él recientemente, ustedes no tienen la culpa. Pero ustedes, y millones de personas más, necesitan captar lo increíblemente raro y precioso que lo es para el pueblo de este planeta contar con este líder revolucionario y actuar en consecuencia de esa realidad.
BA no solamente es el líder de la revolución, también es un amigo íntimo de las masas populares. Es un líder que ha obrado durante décadas en la esfera de la teoría para desarrollar el método, la estrategia y la visión científicos necesarios para hacer la revolución y gestar un mundo radicalmente diferente en que ya no existan todos los horrores por los cuales la humanidad sufre tan innecesariamente. Sigue desarrollando el método científico avanzado que ha forjado y sigue aplicándolo a todas las cuestiones y obstáculos importantes ante la revolución. Tiene la capacidad de hacer todo eso entendible para el pueblo de una forma que toda persona pueda entender, discutir y aplicar, e inspirarse, sin moderarlo o simplificarlo ni en lo más mínimo. Ha asumido la responsabilidad diaria de dirigir a un partido y a un movimiento para hacer la revolución aquí en Estados Unidos, el país imperialista más poderoso del mundo. Ha dedicado la vida a la emancipación de la humanidad. Y, en el curso de todo eso, ha guardado una conexión profunda y visceral con las masas populares que necesitan más desesperadamente esta revolución.
Un líder como éste se presenta muy, pero muy raramente. Y, al ocurrir, lo peor de lo peor que podamos hacer es no reconocerlo, no actuar en consecuencia, no tomarlo en serio o darlo por sentado. Al contrario, todos nosotros —que incluye los que hemos sabido de BA desde hace décadas, los que están aprendiendo apenas sobre él y lo que él representa o los que se encuentran en medio, y sin importar si uno está de acuerdo con BA en todos los aspectos o no— debemos reconocer de lleno y apreciar lo que BA significa para la gente del mundo. Debemos estudiar, y aprender todo lo que podamos de su increíble obra sobre las cuestiones más importantes de la revolución y la emancipación humana, así como las lecciones sobre quién es él y qué es lo que representa como un líder revolucionario. Debemos captar que no solamente nosotros necesitamos saber de BA, su obra y su visión, y la dirección que está dando a este partido y a este movimiento para la revolución: millones de personas deben saber de todo eso y eso debe impactar en toda la sociedad.
Además, y muy crucialmente, tenemos que confrontar plenamente la realidad de lo que significaría para el pueblo del mundo perder a este líder y debemos tomar con extrema seriedad el hecho de que hay personas y fuerzas —los que oficialmente son las autoridades así como los que están dispuestos a hacerle su trabajo sucio a las autoridades— que odian lo que BA representa y les encantaría más que nada calumniarlo, silenciarlo y arrebatarlo a las masas populares. Y nosotros debemos estar cien por ciento decididos a no permitir que eso ocurra.
Eso significa tomar muy en serio la necesidad de hacer todo lo que podamos para proteger y defender a BA. Significa denunciar y no permitirles ni un milímetro de espacio a los que calumnian a BA y lo atacan personalmente, porque esos ataques y calumnias son parte de crear un ambiente y condiciones tóxicos que facilitarían que las autoridades, o los que les hacen los mandados, le arrebataran BA a la gente del mundo. Proteger y defender a BA y construir un muro a su alrededor también significa retar audaz y fuertemente a los que quizás no sean parte del campo del enemigo, pero quienes se regodean en, o al menos dejan influenciarse por, la arrogancia, cinismo y bajeza y pretenden desestimar sin ni siquiera considerar seriamente lo que BA ha desarrollado; esa arrogancia, bajeza, cinismo y desestimación, independientemente de las intenciones de aquellos que caen en eso, obstaculiza que BA y todo lo que ha desarrollado tenga el alcance y la influencia que urge tener. También crea condiciones más favorables para los que intentan silenciar y aislar a BA y arrebatarlo a las masas.
Hay pocas cosas en la vida más trágicas que una lección crítica que se haya aprendido ya tarde. Y sería una tragedia de verdad si se le arrebatara BA a la gente y la gente dijera después: “Vaya, ojalá que me hubiera dado cuenta antes lo que teníamos en él”.
Pero hay una buena noticia: No es muy tarde. Nosotros, y las masas del planeta, tenemos a BA ahora mismo. Hemos de darnos cuenta, y hacer saber a todos, lo que eso vale.
Se anuncia:
| revcom.us
Ahora se transmitirá en vivo el domingo a las 4 pm hora del Pacífico / 7 pm hora del Este:
En vista de los acontecimientos en las últimas 24 horas, estamos postergando la transmisión al domingo por la tarde. Esta situación subraya la importancia de juntar un apoyo económico amplio para la Gira Nacional "Organícense para una Revolución REAL" y El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!
Corra la voz, sintonice y únase con otros para apoyar a la Gira Nacional “Organicense para una Revolución REAL”.
“El mundo de hoy es un horror, ¡pero un mundo mejor ES posible!” Este es el mensaje básico de la Gira Nacional “Revolución”, para despejar el mito de que no hay alternativa a este horrible sistema del capitalismo-imperialismo, con sus brutales desigualdades hechas cada vez más graves por una pandemia global y con los peligros mortales del régimen fascista de Trump y Pence al timón. Al hacerle frente a esta crisis y a todo lo que la subyace, la Gira hace que cobre vida la posibilidad de un mundo y sociedad radicalmente diferente que se puede alcanzar únicamente por medio de una revolución real para emancipar a toda la humanidad basada en el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. En estas nuevas condiciones exigentes, vamos a ponernos manos a la obra para organizar fuerzas para esta revolución.
Sintonice para escuchar a los voluntarios de la Gira sobre el trabajo que estamos haciendo en el terreno en Los Ángeles y para escuchar a las personas que trabajan con El Show RNL. Este show no se parece a ningún otro en existencia que trabaja para estimular, retar e inspirar a las personas con la necesidad y la base para una revolución real y el espíritu científico crítico del nuevo comunismo.
Nada de esto es posible sin el apoyo económico de ustedes. Hay personas que se han dedicado la vida para cumplir este objetivo y pueden hacerlo únicamente si hay miles de personas que prestan su apoyo y sus energías para financiar y difundir todo esto.
¿Qué darían ustedes si cantidades crecientes de personas dejaran de esperar pasivamente un retorno a una “normalidad” que es ilusoria y que, para empezar, es una pesadilla? ¿Qué le daría si cantidades cada vez mayores de personas elevaran la vista a una forma completamente diferente del mundo que podría existir, y pusieran algo en juego para luchar por él?
Mediante esta transmisión en vivo, y el trabajo para impulsarla, tenemos que recaudar 15 mil dólares Y ADEMÁS nos proponemos recaudar este monto a un grupo mucho más grande de donantes -- al construir una comunidad de la revolución. Imagine que 150 personas dieran $10 cada una, 100 personas dieran $20 cada una, 10 personas dieran la mitad de su cheque de estímulo de $600 cada una y 3 personas dieran el total de $1.200 de dicho cheque cada una. Todo eso equivaldría a más que la meta que hace falta y es el calibre del amplio movimiento de masas para la revolución que hace falta ahora.
Se necesita a ustedes: para contribuir y conectarse con otros. ¡Usen su cheque de estímulo para estimular la revolución! Llamen a sus amigos y familiares, pídanles que igualen lo que ustedes pueden dar. Ahora más que nunca, no hay nada más importante hacia lo que puedan destinar sus fondos que esta esperanza para la humanidad.